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AUTISMO:

En Chile la insidencia del autismo es de 1 por cada 250 niños. Osea cada año se suman mil
niños nuevos cada año con autismo.

En este minuto más de 15 mil niños en Chile padecen Autismo

  La terapia física tiene por fin ayudar a desarrollar las áreas de fuerza
física, coordinación y movimiento. El terapista busca desarrollar
habilidades motoras tales como correr, alcanzar y levantar o alzar.
Este tipo de terapia se interesa por mejorar la función de los músculos
mayores a través de actividades físicas que incluyen ejercicios y
masajes.
La terapia física es provechosa en niños con autismo y/o PDD quienes
también sufren de hipotonía (bajo tono del músculo) u otros daños
físicos.

El Trabajo en el área de Kinesiología, está destinado a potenciar las  


posibilidades físicas y sensoriales de los alumnos y alumnas trastorno del
espectro autista, mediante la estimulación regular y continua de actividades
que desafíen su habilidad para responder apropiadamente a los distintos
estímulos sensoriales de una manera exitosa y organizada, evitando la
frustración.

Además, se entrenan habilidades motoras específicas relacionadas con la


motricidad gruesa, pero el énfasis de esta área, está dado en la intervención a
nivel de Integración Sensorial, puesto que en la mayoría de nuestros niños y
jóvenes este proceso no se desarrolla tan eficientemente como debiera,
siendo más bien desorganizado, traduciéndose en problemas de aprendizaje
y/o conducta, mostrando alguno de los siguientes signos:

• Hipersensibilidad al tacto, movimiento, visión, sonidos, gusto, olfato.

• Fluctuación entre Hipersensibilidad e Hiposensibilidad.

• Distractibilidad.

• Niveles de actividad motora muy alto o bajo.

• Impulsividad motora.

• Dificultad para cambiar de una situación o rutina a otra

Estos signos varían de un caso a otro; lo importante es identificarlo y ayudar


al alumno (a) a realizar una actividad que le permita responder
apropiadamente al estímulo sensorial.

Un aspecto importante en la Terapia de Integración Sensorial, es la


motivación de los alumnos, es muy importante la selección de actividades, ya
que gran parte de ellos buscan actividades que les provean experiencias
gratificantes, sin embargo les distraen de situaciones de aprendizaje y que es
necesario redirigir hacia actividades que los beneficien y que los ayuden a una
mejor organización.

La metodología utilizada es el trabajo en grupos de hasta 8 integrantes, con bloques de 45 minutos; al menos un
bloque a la semana, con la participación y con la colaboración de por lo menos dos personas entrenadas en técnicas
de integración sensorial.
 
Los padres y la familia son agentes activos, quienes desde su hogar, pueden y deben apoyar el trabajo con
indicaciones de la especialista y participar de talleres en los que se enseñan actividades y se da información sobre la
temática de Integración Sensorial.

Encuentran debilidad muscular en algunos niños autistas

Una investigación reciente sugiere que la debilidad muscular de un niño que tiene autismo podría
apuntar a un defecto genético subyacente que causa enfermedad en las mitocondrias, lo que
significa que los músculos no reciben la energía que necesitan.

De manera conversa, también es posible que la enfermedad de las mitocondrias tenga que ver con
el desarrollo del autismo, tal vez evitando que el cerebro reciba la energía que necesita para
rendir de manera apropiada, señalaron los investigadores.

"En estudios de gran tamaño de niños que tienen autismo, alrededor del veinte por ciento
presenta marcadores de enfermedad de las mitocondrias en la sangre", explicó el Dr. John
Shoffner, profesor asociado de biología en la Universidad del estado de Georgia y presidente de
Medical Neurogenetics.

Shoffner completó hace poco un análisis retrospectivo de 37 niños que tenían trastornos del
espectro autista y encontró que el 65 por ciento de esos niños, que habían sido referidos a él
porque sus médicos sospechaban problemas adicionales, tenían defectos de las mitocondrias.

Estaba previsto que Shoffner presentara los hallazgos el 13 de abril en la reunión anual de la
American Academy of Neurology en Chicago.

Las mitocondrias se encuentran en todas las células del cuerpo, con la excepción de los glóbulos
rojos, según la United Mitochondrial Disease Foundation (UMDF). Las mitocondrias son vitales para
la supervivencia, porque hacen que el oxígeno esté disponible para las células y metabolizan los
alimentos en energía para el rendimiento de las células. Los defectos en las mitocondrias pueden
llevar a lesiones celulares, o incluso a la muerte celular, según la UMDF.

Los síntomas de la enfermedad de las mitocondrias dependen de qué sistema del organismo es
afectado, pero pueden incluir debilidad muscular, pérdida del control muscular, crecimiento pobre,
enfermedad cardiaca, diabetes, retrasos en el desarrollo, un mayor riesgo de infección, y otros.

Shoffner dijo que el sistema de producción de energía de las mitocondrias es el único del cuerpo
que requiere dos genomas para funcionar, genes heredados de la madre y el padre, y genes
exclusivamente heredados de la madre. "Para que este sistema funcione se requiere de muchos
genes. De ahí que haya oportunidades para tantos problemas", dijo Shoffner, quien añadió que
hay varios cientos de trastornos de las mitocondrias conocidos.

24 (el 65 por ciento) de los niños incluidos en este estudio tenían defectos genéticos de sus
músculos esqueléticos. Sin embargo, eso no significa que el 65 por ciento de los niños que tienen
autismo tengan probabilidades de sufrir de enfermedad mitocondrial. Ésta era una población
selecta de niños que tenían autismo, que habían sido específicamente referidos porque sus
médicos sospechaban un problema.

Pero Shoffner apuntó que hasta uno de cada cinco niños que padecen trastornos del espectro
autista han mostrado señales de enfermedad mitocondrial.

"Si se habla de alrededor del veinte por ciento de los niños que tienen autismo, son muchísimos
niños, y podrían representar un segmento importante de la población con trastornos del espectro
autista. Y tal vez estemos haciendo progresos en la causa subyacente de los trastornos del
espectro autista", dijo, y añadió que "este es un paso adelante realmente importante que nos
permite invertir esfuerzos en comprender los mecanismos de la enfermedad".

"Este estudio es una llamada a la acción. Necesitamos saber cuál es la prevalencia real de
afecciones mitocondriales en los niños que tienen autismo", apuntó Geraldine Dawson, científica
principal de Autism Speaks. "Mientras más subgrupos de niños podamos identificar, más
podremos diferenciar las muchas formas del autismo. Eso nos da claves sobre la etiología".

"Si encontramos que la enfermedad mitocondrial es una afección prevalente, tener una mejor
comprensión sobre los tipos de síntomas que los niños pueden mostrar si la tienen podría ser útil
para los padres", dijo.

Shoffner dijo que estos hallazgos podrían también abrir nuevas avenidas de investigación de
tratamientos potencialmente más eficaces para el futuro

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