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NACION, ESTADO Y TERRITORIO

Para poder entender el significado de nación, es necesario compararlo y describirlo de una forma
sencilla y clara:
La nación esta conformada por sus habitantes, por las costumbres y hábitos de dichos habitantes, y por
un territorio. Todos estos conceptos son las piezas que le dan forma a la idea de nación. O dicho de otra
manera: la nación es un grupo de habitantes que, en un mismo territorio y regidos por un mismo
gobierno, forman un país en donde esos habitantes se caracterizan por tener unas mismas costumbres y
hábitos, y que generalmente hablan el mismo idioma.
Esta definición, sin embargo, es problemática, pues son muy pocos los países del mundo en donde
pueden darse tales condiciones, ello debido a que en prácticamente todos los territorios conviven
diferentes pueblos, razas, credos y lenguas, lo que hace que la definición de una nación sea un asunto
complejo que no siempre logra ser resuelto de manera pacífica. Lo importante es tener claro que, en el
caso de Colombia, así no se hable el mismo idioma y las tradiciones sean diferentes, todos los habitantes
que se encuentren dentro del territorio colombiano reciben el título de colombianos y son miembros de
la misma nación.
Por eso es importante saber diferenciar entre Estado y nación, primero porque el concepto de nación
incluye a la sociedad y sus finalidades; es decir, el desarrollo de una cultura común y la realización
personal de los habitantes dentro de una sociedad, mientras que la noción de Estado esta más enfocada
hacia todo lo que tiene que ver con la definición de los parámetros jurídicos que guían al país nacional,
lo que demuestra que, aunque son diferentes, los conceptos de Estado y nación son complementarios e
incluyentes.

Un Estado es un concepto político que se refiere a una forma de organización social soberana de un
territorio determinado. El concepto de Estado difiere según los autores,1 pero normalmente se define
como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que
regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Max
Weber, en 1919, define el Estado como una organización que reclama para sí -con éxito- el "monopolio
de la violencia legítima"; por ello, dentro del Estado se incluye instituciones tales como las fuerzas
armadas, la administración pública, los tribunales y la policía, asumiendo pues el Estado las funciones de
defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones exteriores.
Asimismo, como evolución del concepto se ha desarrollado el "Estado de Derecho" por el que se
incluyen dentro de la organización estatal aquellas resultantes de la división de poderes, (ejecutivo,
legislativo y judicial) y otras funciones más sutiles, pero propias del Estado, como la emisión de moneda
propia.

Se denomina territorio (de la palabra "terra", que significa tierra) a un área definida (incluyendo tierras y
aguas) a menudo considerada posesión de una persona, organización, institución, animal, estado o país
subdividido.
La soberanía es un concepto que se define en torno al poder y se comprende como aquella facultad que
posee cada estado de ejercer el poder sobre su sistema de gobierno, su territorio y su población. Lo
anterior hace que, en materia interna, un estado, junto a la autoridad en ejercicio, sean los que se
encuentran por sobre cualquier otra entidad.

La soberanía se puede considerar en dos aspectos diferentes, uno interno y otro externo. En su modo
interno, la soberanía hace alusión al poder definido anteriormente, el que se relaciona con el poder de un
determinado Estado sobre su territorio y su población. Por otra parte, el carácter externo hace referencia
a la independencia que tiene un Estado del poder que ejerce otro, en un territorio y población diferentes,
en otras palabras, un Estado en particular es soberano mientras no dependa de otro Estado.

Por otra parte, la soberanía se puede comprender desde dos perspectivas, una jurídica y una política. La
soberanía jurídica es aquella a través de la cual un Estado puede tomar contacto con el mundo, con lo
internacional, a través de su participación en diferentes organizaciones internacionales, tratados, pactos
y compromisos diplomáticos, entre otros.

La soberanía política es aquella que hace alusión a poder del Estado de imponer todo aquello que le
parezca necesario. Aunque se piense que cada Estado ejerce su soberanía jurídica y política, no es así
en todas las naciones. Existen casos en los que el Estado puede tener la soberanía jurídica, sin
embargo, su soberanía política depende de los dictámenes de otras naciones en cuanto a su desarrollo
social, político y económico.

La palabra nación proviene del latín nātio, que a su vez deriva de nāscor (“nacer”). Dicho vocablo latino
significa “nacimiento”, “pueblo”, “especie” o “clase”, entre otras aceptaciones.

El concepto de nación, en la actualidad, incluye dos representaciones: la nación política, que refiere al
ámbito jurídico-político y a la soberanía constituyente de un Estado, y la nación cultural, que es una
noción socio-ideológica más subjetiva y que hace referencia a una comunidad humana con ciertas
características culturales comunes. De todas formas, en el lenguaje cotidiano se utiliza la palabra
nación como sinónimo de país, territorio, pueblo y Estado, por ejemplo.

La concepción cultural de una nación indica que sus miembros tienen conciencia de que constituyen un
cuerpo ético-político diferente a otros, ya que comparten ciertas características (etnia, lengua,
religión, tradición o historia común).

Cuando un Estado se identifica en forma explícita como el hogar de una cierta nación cultural, se habla
de la existencia de un Estado-nación. Hay Estados que, pese a las disputas y las contradicciones que
implica esta definición, intentan legitimarse de esta forma.

La Nación es un conjunto de personas unidas por lazos patrióticos, que se consideran


hermanados por una historia común, tradiciones, costumbres, lengua, religión, etcétera, que los
enlaza a pesar de no estar juntos territorialmente. Así como en el Estado es imprescindible
compartir un territorio, en la nación no es necesario, aunque muchas veces el concepto de nación
se considere sinónimo de Estado. Con mayor precisión el concepto de Estado es político y el de
Nación es sociológico, pues no se impone sino que se siente. Es lo que comúnmente expresamos
cuando decimos “Esta es mi patria”

En el lenguaje cotidiano, al igual que en la física y en la química, un estado es una situación en


la que se encuentra algo o alguien. En estos casos, la palabra refiere a un modo de ser o de
estar.
Por otra parte, la palabra Estado es un concepto político que nombra a una forma de
organización social soberana y coercitiva. De esta forma, el Estado es el conjunto de las
instituciones que poseen la autoridad y la potestad para regular el funcionamiento de la sociedad
dentro un territorio determinado.

En palabras del alemán Max Weber, el Estado es una organización que cuenta con el monopolio
de la violencia legítima. Por eso dispone de instituciones como las fuerzas armadas, la policía y
los tribunales, ya que asume las funciones de gobierno, defensa, seguridad y justicia, entre otras,
en un determinado territorio. El Estado de derecho es aquel que basa su organización en la
división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

Es importante aclarar que los conceptos de Estado y gobierno no son sinónimos. Los
gobernantes son aquellos que, en forma temporal, ejercen cargos en las instituciones que
conforman el Estado.

Además hay que diferenciar el término Estado del de nación, ya que existen naciones sin Estado
y Estados que agrupan a distintas naciones.

Varias corrientes filosóficas se oponen a la existencia del Estado tal como lo conocemos. El
anarquismo, por ejemplo, promueve la total desaparición de los Estados y su reemplazo por
asociaciones libres y organizaciones participativas. El marxismo, en cambio, considera que el
Estado es una herramienta de dominio que se encuentra bajo control de la clase dominante. Por
lo tanto, aspira a su destrucción para que sea reemplazado por un Estado obrero como parte de
la transición hasta el socialismo y el comunismo, donde ya no será necesario un Estado al
haberse superado la lucha de clases.

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