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Centro de Documentación Judicial

Roj: SAP M 590/2011


Id Cendoj: 28079370282011100002
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Madrid
Sección: 28
Nº de Recurso: 195/2010
Nº de Resolución: 20/2011
Procedimiento: Recurso de apelación
Ponente: PEDRO MARIA GOMEZ SANCHEZ
Tipo de Resolución: Sentencia

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 28

MADRID

SENTENCIA: 00020/2011

AUDIENCIA PROVINCIAL SECCION 28

MADRID

C/GRAL. MARTINEZ CAMPOS 27

Tfno : 914931988/9 Fax : 914931996

Rollo : RECURSO DE APELACION 195/2010

Proc. Origen : Juicio Ordinario 35/09

Órgano Procedencia : JUZGADO DE LO MERCANTIL Nº 8 DE MADRID

Recurrente : D. Argimiro

Procurador : D. Gumersindo Luis García Fernández

Abogado : D. Carlos Nadal Aguirre

Recurrida: DROSASEDA S.L.L.

Procurador : D. Álvaro Herrera Aguilar

Abogado : D. José María Herrera Aguilar

S E N T E N C I A nº 20/11

ILMOS. SRS. MAGISTRADOS

D. ENRIQUE GARCÍA GARCÍA

D. ALBERTO ARRIBAS HERNÁNDEZ

D. PEDRO MARÍA GÓMEZ SÁNCHEZ

En Madrid, a 28 de enero de 2011

La Sección Vigésimo Octava de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en materia

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mercantil, integrada por los Ilustrísimos Señores Don ENRIQUE GARCÍA GARCÍA , Don ALBERTO
ARRIBAS HERNÁNDEZ y Don PEDRO MARÍA GÓMEZ SÁNCHEZ, ha visto el recurso de apelación bajo el
número de Rollo interpuesto contra la Sentencia de fecha 11 de enero de 2010 dictado en el juicio ordinario
número 35/09 seguido ante el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid .

Han sido partes en el recurso, como apelante, la demandante, siendo apelada la parte demanda,
ambas representadas y defendidas por los profesionales más arriba especificados.

Es magistrado ponente Don PEDRO MARÍA GÓMEZ SÁNCHEZ.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- Las actuaciones procesales se iniciaron mediante demanda presentada con fecha 12 de
diciembre de 2008 por la representación de D. Argimiro contra la entidad DROSASEDA S.L.L., en la que,
tras exponer los hechos que estimaba de interés y alegar los fundamentos jurídicos que consideraba
apoyaban su pretensión, suplicaba que ".a) Se declare la NULIDAD de la Junta Universal de accionistas de
Drosaseda SLL, en sesión de fecha 27 de noviembre de 2008 y la NULIDAD de los acuerdos adoptados en
dicha Junta General de partícipes y las siguientes consecuencias de los mismos. b) Se declare la nulidad de
las inscripciones registrales relativas a los acuerdos y junta objeto de este procedimiento y, en
consecuencia, se expida mandamiento al registrador mercantil ordenando la cancelación de las
inscripciones registrales correspondientes a la hoja de la sociedad demandada, así como los subsiguientes
acuerdos consecuencia de los declarados nulos. c) Se CONDENE a la entidad demandada a estar y pasar
por dichas declaraciones y por sus consecuencias. d) Se impongan a la entidad demandada las costas del
procedimiento."

SEGUNDO.- Tras seguirse el juicio por los trámites correspondientes, el Juzgado de lo Mercantil
número 8 de Madrid dictó sentencia con fecha 11 de enero de 2010 cuya parte dispositiva es del siguiente
tenor:

" Con desestimación de la demanda interpuesta por Argimiro , no ha lugar a la declaración de nulidad
de la Junta de socios, celebrada con carácter universal, de fecha 27 de noviembre de 2008 de la entidad
DROSASEDA SLL, ni a las demás peticiones accesorias deducidas en demanda.

Debo condenar y condeno al pago de las costas procesales generadas en la presente instancia a
Argimiro , según tasación de las mismas que se realice en incidente promovido al efecto."

Notificada dicha resolución a las partes litigantes, por la representación de la demandante se


interpuso recurso de apelación que, admitido por el Juzgado y tramitado en legal forma, ha dado lugar a la
formación del presente rollo que se ha seguido con arreglo a los trámites de los de su clase.

TERCERO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- La sentencia de primera instancia desestimó la demanda interpuesta por Don Argimiro
por la que, en su calidad de socio de la mercantil demandada DROSASEDA S.L.L., impugnaba los acuerdos
adoptados por la junta general de dicha sociedad de fecha 27 de noviembre de 2008.

Considerando que la junta objeto de litigio se celebró con el carácter de universal, el problema
debatido consiste en dilucidar si, como afirma la demandada, asistieron a su celebración y consintieron en
ella -y en su orden del día- todos los socios integrantes del capital social o si, como sostiene el demandante
de acuerdo con los términos en los que la controversia ha quedado delimitada en esta segunda instancia, él
no participó en dicha junta ni, en consecuencia, consintió en los acuerdos adoptados ni firmó el acta
correspondiente. Controversia que, como se ve, reviste un carácter eminentemente -por no decir
exclusivamente- fáctico, ya que no se ha polemizado en torno a la consideración -obvia por lo demás- de
que la hipotética ausencia de uno cualquiera de los socios privaría a la junta del carácter con el que se
celebró (universal) y viciaría de nulidad los acuerdos que por parte de la misma se hubieran adoptado.

SEGUNDO.- La presencia del actor Don Argimiro en la junta litigiosa así como la aceptación por su
parte tanto de su celebración y de su carácter de universal como del contenido de los acuerdos y, en
definitiva, la firma de dicho documento (Documento 1 de la contestación) por parte de dicho señor,
constituyen hechos que han sido corroborados por tres distintos testigos, todos ellos socios de la entidad.

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Así lo aseguraron en el acto del juicio tanto Don Secundino como Don Jose Daniel que actuó en calidad de
secretario de la junta, quien refirió que, después de la firma del acta por parte del Sr. Argimiro , este
procedió, a la vista de determinados desacuerdos en torno a la venta de sus participaciones sociales, a
romper físicamente el acta que ya había firmado pero de la que se habían sacado copias.

Por lo que se refiere al testigo Don Marco Antonio , pese a que su testimonio en el acto del juicio fue
contrario a dicha versión, lo cierto es que esta había sido admitida por él extraprocesalmente cuando
suscribió con su firma -firma que él mismo ha reconocido- el acta de la junta. En efecto, al suscribir dicho
documento, el Sr. Marco Antonio efectuó, solemnizándolo por escrito, varias afirmaciones de indudable
relevancia: 1.- Que en la junta estaban presentes todos los socios de la mercantil y, por lo tanto, también
Don Argimiro ; 2.- Que todos ellos -y por lo tanto también Don Argimiro - estuvieron de acuerdo en
celebrarla con el carácter de universal aceptando el contenido del orden del día; 3.- Que, a excepción del
acuerdo de nombramiento de administradores (del que no consta el grado de respaldo que obtuvo), los
restantes acuerdos se adoptaron por unanimidad, y, por lo tanto, con el voto favorable de todos los socios,
incluido el voto de Don Argimiro ; 4.- Finalmente, al suscribir con su firma un documento en cuyo párrafo
final se indica que en dicho acto firman todos los asistentes al mismo, Don Marco Antonio afirmaba también
que en ese acto plasmó su firma, junto a los restantes socios, el demandante Don Argimiro .

Pues bien, después de haber efectuado extraprocesalmente esas cuatro afirmaciones, no existe
circunstancia alguna que nos induzca a otorgar mayor verosimilitud a una versión del referido Sr. Marco
Antonio , por lo demás cuñado del actor, que, vertida en el acto del juicio, no solo resultó diferente de la
versión que había mantenido en el pasado sino que, de hecho, fue absolutamente contradictoria con ella.
En suma, resultando evidente que alguna de esas dos versiones contradictorias que se han sucedido en el
tiempo ha de ser necesariamente mendaz, nada nos autoriza a suponer que la falsedad concurrió en la
primera versión y no en la segunda, especialmente si tenemos en cuenta que esta última constituye una
versión posterior y emitida a instancia de un pariente en un litigio iniciado por este con posterioridad al
momento en el que, en ausencia de conflicto judicial y por tanto de la menor presión al respecto, el Sr.
Marco Antonio corroboró por escrito, autorizándolo con su firma, cuanto que había sucedido en el desarrollo
de dicho acto asambleario.

TERCERO.- Por lo tanto, negada por el actor su intervención en la junta litigiosa, entiende la Sala que
la sociedad demandada ha suministrado pruebas suficientes (entre ellas, el documento suscrito por el
testigo Sr. Marco Antonio y restantes socios) de que aquél intervino en la misma con el alcance y contenido
que el propio documento expresa, conclusión que se ve reforzada por el hecho -que, sin constituir prueba
en sentido propio, reviste cierto valor indiciario- de que en fechas próximas a la celebración de la junta ahora
impugnada el actor remitiese una misiva (Documento 4 de la demanda) a Don Jeronimo haciéndole saber
que si no asumía determinadas condiciones para la venta de sus participaciones era su propósito el de
impugnar ".todos y cada uno de los acuerdos que se adopten en esta sociedad.", haciendo de este modo
patente la existencia de una voluntad impugnatoria de carácter indiscriminado que -así se anuncia
implícitamente- no tomará en consideración la regularidad o irregularidad de los acuerdos futuros y que se
presenta de modo inequívoco como una estrategia de presión.

Cierto es que en el acto de la audiencia previa al demandante le fue denegada la pericial caligráfica
que solicitó con el fin de verificar la autenticidad de la firma que se le atribuía en el acta de la junta,
denegación que no tuvo carácter absoluto sino que se fundó en el punto de vista del juez que celebró dicho
acto con arreglo al cual resultaría más conveniente que dicha prueba se solicitase, en su caso, como
diligencia final en la hipótesis de que en el acto del juicio la legitimidad de la firma fuera negada por el Sr.
Argimiro . Sin embargo, no debía tener el actor excesivo interés en la práctica de la pericia en cuestión
cuando no solo se aquietó al pronunciamiento oral emitido en el acto de la audiencia previa sino que,
además, se abstuvo de proponerla - cual se le había sugerido- en calidad de diligencia final, con lo que
inviable resultaba ya interesar su práctica en esta segunda instancia, lo que así efectivamente ha sucedido
al abstenerse el apelante de formular la solicitud correspondiente de manera consecuente con su pretérita
actitud procesal sobre el particular.

En su virtud, el recurso de apelación ha de ser desestimado.

CUARTO.- Las costas derivadas de esta alzada deben ser impuestas a la parte apelante al resultar
desestimadas todas las pretensiones de su recurso de conformidad con lo previsto en el número 1 del Art.
398 de la L.E.C.

VISTOS los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación,

FALLO

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En atencion a lo expuesto la Sala acuerda:

1.- Desestimar el recurso de apelación interpuesto por la representación de Don Argimiro contra la
sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid que se especifica en los antecedentes fácticos
de la presente resolución.

2.- Confirmar íntegramente la resolución recurrida.

3.- Imponer a la apelante las costas derivadas de su recurso.

Así por esta sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos los magistrados integrantes de este
Tribunal.

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