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Interacción Social y Desarrollo Cognitivo

¿ES EL GRUPO DE IGUALES EL PRINCIPAL CONTEXTO DE SOCIALIZACIÓN PARA LOS NIÑOS?

No cabe duda de que el desarrollo de la socialización comienza a muy temprana edad, tan
temprana como los primeros momentos de vida, cuando tienen lugar las primeras
interacciones cara-a-cara entre el bebé y su cuidador. Incluso se podría decir que antes del
nacimiento el niño tiene la oportunidad de experimentar estímulos externos (luces, sonido,
voces, etc.).

De acuerdo con autores como Trevarthen (1997) y otros, hay dos comportamientos sociales
que diferencian a los infantes humanos de los primates: 1) las protoconversaciones con los
cuidadores en las interacciones cara-a-cara en las que expresan y comparten emociones; 2) la
imitación del movimiento de los adultos, especialmente algunos movimientos de cabeza y
boca. Dichos comportamientos tienen lugar incluso horas después de nascer.

El hecho de que los bebés sean tan dependientes de sus cuidadores y a la vez tan
predispuestos a la “conexión” con los otros, nos lleva a pensar que los cuidadores juegan un
papel muy importante en el proceso de socialización.

IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN EL PROCESO SOCIALIZADOR

En el ámbito de la psicología desde hace muchos años se estudia el efecto de las prácticas
educativas de los padres sobre sus hijos. En los años 1967 y 1971 Diana Baumrind establece la
correlación entre diferentes estilos parentales (autoritario, no restrictivo y democrático) con
características y cualidades de niños de 3 a 15 años. A partir de los estudios de Baumrind,
actualmente se estudia también la influencia del estilo parental en: el éxito o competencia
académica de los hijos, el estatus sociométrico de los hijos/as o la aceptación por parte de sus
iguales en preescolar y en la edad, la configuración de un sistema de valores en los hijos/as, la
autoestima y, entre otros aspectos, la competencia psicosocial que irán desarrollando en la
adolescencia y con la que han de construir un proyecto de vida provechoso y satisfactorio
(Torío López y cols, 2008). En el estudio de Torío y colaboradores concluyen que un estilo
democrático produce, en general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de
competencias sociales, índices más altos de autoestima y bienestar psicológico, un nivel
inferior de conflictos entre padres e hijos. Por otro lado, los estilos de crianza permisivos
aparentemente forman niños dependientes, con altos niveles de conducta antisocial y con
bajos niveles de madurez y éxito personal. Por fin, el estilo autoritario es el que tiene
repercusiones más negativas sobre la socialización de los hijos, como la falta de autonomía
personal y creatividad, menor competencia social o baja autoestima y generan niños
descontentos, reservados y desconfiados.

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¿Es el grupo de iguales el principal contexto de socialización para los niños?

En cuanto al clima familiar y su influencia en el desarrollo social, Raikes y Thompson (2006)


encuentran que el clima emocional dentro de la familia es una variable fundamental en el
desarrollo de la compresión emocional, y por lo tanto social (ya que la compresión emocional
repercute en la competencia social), durante la primera infancia.

En esta misma línea en otras investigaciones sobre depresión materna y pautas de crianza
Maughan, Cicchetti, Toth & Rogosch (en Cuervo Martínez, 2009) analizaron los efectos de la
depresión materna y las conductas parentales negativas en el desarrollo sociemocional y en los
patrones de regulación emocional de los hijos. Las conclusiones fueron que la depresión
materna es un factor de riesgo que afecta el ajuste socioemocional y la aceptación social de los
hijos (Cuervo Martínez, 2009).

IMPORTANCIA DE LOS IGUALES EN EL PROCESO SOCIALIZADOR

En la actualidad existe un acuerdo unánime a la hora de considerar que las relaciones entre los
iguales desempeñan un papel primordial en el desarrollo social infantil (Pérez y Garaigordobil,
2004). Los resultados del estudio de Pérez y Garaigordobil ponen de relieve las fuertes
relaciones de la conducta social con iguales en contextos educativos con inteligencia,
autoconcepto y diversos factores adaptativos de la personalidad infantil. En palabras de Pérez
y Garaigordobil: “Desde una concepción integral de la evolución infantil, consideramos que en
estas edades [6 años] la interacción con los iguales, y en concreto, una dinámica socio-afectiva
positiva en el aula, puede desempeñar un importante papel afectando no sólo los procesos de
socialización, sino también los procesos de desarrollo cognitivo y el desarrollo afectivo-
emocional.”

Monjas Casares (en Contini de González, 2009) analiza las funciones que cumple la relación
con los iguales en el logro de habilidades sociales asertivas. En su estudio afirma que permiten
el conocimiento de sí mismo y de los demás; el desarrollo de conductas de reciprocidad, esto
es, la posibilidad de apreciar lo que se da y lo que se recibe. Alude también al intercambio en
el control de la relación, es decir que el niño/adolescente aprende que, en ocasiones él lidera
una situación y, en otras, le corresponde hacerlo a un igual. Otras funciones que destaca son
las de colaboración, las estrategias sociales de negociación y de acuerdos, autocontrol de la
propia conducta en función del feedback que recibe de los otros. Agrega que la relación con
los iguales opera como apoyo emocional y como fuente de disfrute. Por último, destaca que
hace posible el aprendizaje del rol sexual y el aprendizaje de valores. De las funciones que
cumple la relación con los iguales se concluye que estos vínculos con los iguales son decisivos
en el proceso de desarrollo del niño y actúan como un factor protector.
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Algunos estudios han relacionado el grupo de iguales con la iniciación de la conducta sexual,
llegando a la conclusión de que las variables relativas al grupo de iguales son las que mejor
predicen el grado de iniciación sexual además de otras dimensiones del comportamiento
sexual adolescente (Navarro-Petusa et al., 2005). En el estudio de Navarro-Petusa y
colaboradores los resultados muestran que para los chicos, la iniciación sexual se presenta
como un elemento fundamental en la socialización con los pares, además de un componente
de éxito. Mientras que muchas chicas acompañan su iniciación sexual de una cierta pérdida del
propio grupo, probablemente porque desplazan su vida en grupo hacia su pareja.

Llevando a un extremo la importancia de la influencia de los iguales no podemos dejar de citar


a la Teoría de la Socialización de Grupo (Group Socialization Theory) de Harris que defiende
que los padres tienen una influencia muy limitada en la socialización de los niños. Para Harris
(1995) es el grupo de iguales el que crea una cultura específica que influye de manera
determinante en el niño. De acuerdo con la teoría de la socialización de grupo la personalidad
del niño y su conducta social se moldean fuera de casa, más concretamente en el grupo de
iguales.

CONCLUSIONES: AL FINAL ¿QUÉ IMPORTA?

Como todo en esta vida, las cosas no son o blancas o negras sino que existe un gran matiz de
grises.

La familia es el primer agente socializador y especialmente en la infancia, selecciona de


manera directa o indirecta a otros posibles agentes socializadores, escogiendo la escuela a la
que van sus hijos, procurando seleccionar los amigos, controlando y vigilando su acceso a la
televisión, internet, etc.

Aunque sea simplemente por cuestiones de “orden de presentación” (el niño llega primero a la
familia y luego a la escuela) es imposible negar la importancia de la familia en el desarrollo
social de los niños. Es el primer ambiente en el que tienen que sintonizar con el otro, hacer
demandas y recibir respuestas.

Sin embargo, tampoco podemos negar la gran importancia que tiene el grupo de iguales en la
socialización. En la adolescencia, por las características de la etapa vital de búsqueda de
identidad y desarrollo personal, el grupo de iguales toma un lugar protagonista y se vuelve más
importante que la familia, sin duda.

Por lo que podemos destacar desde los artículos señalados en los apartados anteriores, el
entorno familiar constituye la base de referencias, valores, modelos, herramientas del niño,
una especie de bagaje que lleva consigo (tanto si es positivo como si es negativo – tened en
cuenta, por ejemplo, que estilos parentales autoritarios correlacionan con falta de autonomía,
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¿Es el grupo de iguales el principal contexto de socialización para los niños?

baja competencia social, etc.). A la hora de entrar en la adolescencia, esta estructura sólida,
este bagaje le va a permitir abordar la oferta de los nuevos modelos y referencias que le da su
grupo de iguales. Se puede esperar que las posibilidades de éxito se incrementen cuanto más
positivo haya sido/sea la relación con los padres. Con esto no queremos decir que en una
familia ajustada nunca habrá un niño desadaptado o que todos los niños de familias
desajustadas serán desadaptados. Aunque sí creemos que el hecho de que se parta de una
buena relación con los padres aumentará el porcentaje de relaciones positivas con los iguales.
Quizás lo que queremos creer es que la familia, cuando funciona de forma adecuada y
ajustada, sirve de elemento mediador en la influencia del grupo de iguales.

En línea con la idea anterior vemos que las variables relacionadas con la familia pueden actuar
como factor de protección o riesgo con una mayor capacidad de influencia sobre el consumo
de drogas y otras conductas problemáticas en la adolescencia. Se destacan elementos
relacionados con el estilo educativo de los padres, las relaciones afectivas y la comunicación, la
conflictividad familiar, las conductas violentas o agresivas en la familia, el abuso físico o las
actitudes y conductas de los padres frente al consumo de drogas (Herrero Yuste, 2003).

Nos gustaría añadir aquí un elemento que quizás hayamos olvidado tratar, ya que nos hemos
centrado bastante en la discusión: grupo de iguales vs familia. D´Ángelo y Pozo (2008) nos
recuerdan que la familia y la escuela ya no son las instituciones prioritarias en la transmisión
de valores pues, muchas veces sin ser conscientes de ello, en este modelaje cultural juegan un
papel protagonista los medios de comunicación.

A modo de conclusión y resumen podemos decir que tanto la familia como el grupo de iguales
tienen un papel bastante importante en la socialización del niño. No parece descabellado
pensar que la familia pueda servir tanto como factor de protección como factor de riesgo en la
adolescencia, así como puede ejercer este rol de protector/riesgo el grupo de iguales.

Por otro lado, tampoco podemos olvidarnos de elementos tan importantes como los medios
de comunicación que están restando protagonismo en el desarrollo de la socialización de niños
y adolescentes actualmente.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Contini de González, E.N. (2009). Las habilidades sociales como factor protector de la salud.
Evaluación en la infancia y adolescencia. Psicodiagnosticar, 19: 71-88.

Cuervo Martínez, A. (2010) Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia.


Diversitas - Perspectivas En Psicología, 6 (1): 111-121.

D’Angelo Menéndez, E., Pozo Luna, P. (2008) Antiguos modelos para nuevas infancias. Un
análisis de las prácticas educativas actuales. Cuadernos de Trabajo Social, 21: 305-327.

Herrero Yuste, M.N. (2003) Adolescencia, grupo de iguales, consumo de drogas, y otras
conductas problemáticas. Estudios de Juventud, 62: 81-91.

Navarro-Pertusa, E., Reig-Ferrer, A., Barberá Heredia, E. y Ferrer Cascales, R. I (2006) Grupo de
iguales e iniciación sexual adolescente: diferencias de género. International Journal of Clinical
and Health Psychology, 6 (1): 79-96.

Pérez Fernández, J.I., Garaigordobil Landazabal, M. (2004) Relaciones de la socialización con


inteligencia, autoconcepto y otros rasgos de la personalidad en niños de 6 años. Apuntes de
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Raikes, A. y Thompson, R. (2006). Family emotional climate, attachment security and young
children’s emotion knowledge in a high risk sample. British Journal of Developmental
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Rich Harris, J. (1995) Where is the child´s environment? A group socialization theory of
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Tomasello, M. (1999). The cultural origins of human cognition. Cambridge, Mass: Harvard
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Torío López, S., Peña Calvo, J. V. & Inda Caro, M. (2008) Estilos de educación familiar.
Psicothema, 20 (1): 62-70.

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