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AMABILIDAD

En nuestro mundo necesitamos cortesía: gestos en los que se haga patente la amabilidad; una palabra cordial,
un detalle fino, educado, cortés.
¡Cuántas groserías se están considerando signos de modernidad! ¡Cuántas imitaciones, de aquellos que nos
presentan como ídolos o arquetipos del mundo actual, no dejan de ser groseros modales!
Un semblante alegre, acogedor y afable nos atrae.
Estos signos de gentileza ayudan a aliviar las penas de aquellos que se sienten tristes, amargados, marginados,
solos.
El gran problema del hombre de hoy es la soledad.
Pablo, en la carta a Timoteo, nos exhorta: “A un seguidor del Señor le conviene ser amable con todos”

Reflexión
«Un joven estudiante, que tenía grandes deseos de comprometerse por el bien de la humanidad, se presentó un
día a San Francisco de Sales y le dijo:
- ¿Qué debo hacer para conseguir la paz, el bienestar, la alegría y la amabilidad en el mundo?
San Francisco de Sales le respondió sonriendo:
- Procure no hacer tanto ruido al cerrar la puerta...
Las grandes peleas casi siempre provienen de pequeños alterca-
Muchos divorcios empiezan por unos calcetines olvidados bajo la cama. Así mismo, los grandes amores están
entretejidos de pequeños detalles.»
Bruno FERRERO

Virgen Madre, María. Quisiera tener una


voluntad fuerte, para dominar los
impulsos y refrenar mi lengua. Quisiera
tener palabras para mis semejantes que
conforten, animen y estimulen. Quisiera
tener una disponibilidad, como la tuya,
para ser amable, suave, con todos mis
hermanos. Quisiera tener la capacidad de
amar a los que viven en discordias y
tensiones. Te lo pido con humildad y con
fe. Escúchame Madre.

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