Você está na página 1de 2

INSURRECCIÓN DE PIRELA.

La revuelta consistía en levantar 200 pardos, responsabilidad asignada a Pirela, dotarlos de


armas, incendiar un barrio en horas de la noche para distraer a las autoridades y luego darse a la
tarea de asesinar al gobernador y a las principales autoridades de Maracaibo para imnponer los
principios de igualdad y libertad al estilo de la Revolución Francesa y del jacobinismo haitiano.
El 19 de mayo de 1.799 es descubierta otra conspiración en Maracaibo.
La conspiración de Gual y España había encendido los ánimos y creado un ambiente propicio al
desarrollo de las ideas «subversivas» en Venezuela y el área del Caribe; revolucionarios sinceros,
aventureros y aun piratas veían con agrado el progreso de las ideas de libertad e igualdad y trataron de
aprovecharlo, cada uno a su manera.
El mulato Francisco Javier Pirela, sastre de profesión y subteniente de una compañía de milicias
pardas, y el negro Joseph Francisco Suárez, empleado del vicario eclesiástico, se pusieron de acuerdo
para organizar una sublevación en Maracaibo. Tenían el apoyo y complicidad de los hermanos Juan
Gaspar y Agustín Bocé, corsarios provenientes de Puerto Príncipe (Haití) que llegaron a Maracaibo con
sus goletas El Bruto y La Patrulla, el 6 de mayo de 1799.
Llegaron a Maracaibo tres naves mercantes francesas cuyos capitanes y su tripulación de negros y
mulatos de Haití, se pusieron en contacto con francisco Javier Pirela, capitán del batallón de pardos.
Pirela era un sastre marabino y además subteniente de una compañía de pardos y había logrado entrar
en conversación, para que lo, secundaran, con los tripulantes de las goletas «El Bruto», «La Patrulla» y
la fragata «El Arlequín», fondeadas en el puerto de Maracaibo.
Procedentes de Santo Domingo, llegaron a Maracaibo Juan y Agustín Gaspar Boce, quienes, en
relación con el sastre maracaibero Francisco Javier Pirela, subteniente en las milicias de pardos de
Maracaibo, decidieron tomar la ciudad y proclamar allí una república.
Pirela contaba con el apoyo del batallón de pardos a su mando y con gente del pueblo.
Pirela proporcionaría 200 hombres del cuerpo de milicias, quienes con la ayuda de las tripulaciones de
los corsarios, debían “…embestir la ciudad, saquearla, matar a los blancos y ricos, echar por tierra el
gobierno español y establecer la República…”, según lo indica el informe del Consejo de Indias al Rey.
Esta conspiración servía a los intereses de Trinidad, Santo Domingo y Martinico, islas que, a semejanza
de Haití, querían expulsar a los españoles y proclamar la república, la igualdad y la libertad total.
La conspiración debía estallar en la noche del 19 de mayo; el santo y seña era la palabra «Antillen». En
la mañana del mismo día, la conspiración fue denunciada al gobernador Juan Ignacio Armada, marqués
de Santa Cruz, por un cabo acantonado en la ciudad.
Pirela contactó al cabo Tomás de Ochoa, queriendo ganar más hombres para la conjura. Pero Ochoa lo
denunció al gobernador Juan Ignacio Armada. El plan revolucionario elaborado por Pirela y sus
compañeros fue descubierto por las autoridades. El mismo Pirela, 4 horas antes de estallar la
conspiración, confesó todo el plan al gobernador, a las 9 de la noche de este día y gracias a su
confesión, que puso al Gobernador en cuenta de todo, en lugar de condenársele a muerte, como se
quiso al principio, le sentenciaron a diez años de cárcel.
A los demás comprometidos se les envió a diversos destinos, Hubo 68 reos en prisiones separadas.
Pirela fue apresado, juzgado y sentenciado a diez años de prisión y enviado al castillo El Morro de La
Habana por el crimen de “rebelión y lesa majestad”. sin derecho a regresar a Maracaibo. Los tripulantes
de los barcos fueron expulsados y los barcos confiscados.

Después del movimiento de Pirela, el gobierno colonial tomo medidas para prevenir la repetición de
hechos semejantes. Y, además prohibió la compra de esclavos de Haití y de las islas francesas del
caribe.

Se le consideró como «una sublevación contra el regimén español para establecer la república y además
como una ramificación de la conspiración de Gual y España». Pero en realidad, nada tenían en común
las conspiraciones de Gual y España y de Pirela, ya que la de éste se basó en el jacobinismo haitiano,
incendiario y destructor, y fue más bien un acto de piratería que un movimiento patriótico; en cambio,
la de los guaireños se inspiró en otros principios verdaderamente más republicanos.
La sentencia de Madrid mandaba dar «las gracias a todo el pueblo noble de Maracaibo». ¡Cinismo! El
historiador Ciro Nava afirma que Pirela fue condenado a muerte el 30 de junio de 1800.

Você também pode gostar