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Castillos de fuego

llameando en el aire;
¡qué es otro desaire
para uno que es ciego!

Castillos de fuego
no escuchan el ruego
de gritos silentes
bramidos por mentes
que ruedan y caen
de cimas enhiestas
a abismos sin cuestas.

La gente
indiferente
entorna sus ojos
sin ver los despojos
que dejan los reos
de su mala suerte.
Tan sólo la muerte
nos da a los pigmeos
un soplo de calma
y un poco del alma
-trasluz y rendija,
brocal y clavija
del alma que queda
cual negra humareda
de fatuos recuerdos-

Los locos son cuerdos;


los cuerdos: ¡dementes!
y entre los presentes
no hay nadie que quepa
en este anatema
ni hay nadie que sepa
la Ley del Sistema:

* “Lo que a corto plazo es bueno para mi;


si es malo para los demás,
a largo plazo será malo también para mi
y viceversa”

*Nota: Estos cuatro versos fueron tomados del libro “El Pensamiento Sistémico” de
Joseph O’Connor y Ian McDermott.

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