Você está na página 1de 3

c 

¿Cómo combatir la guerra? La creciente violencia en nuestras ciudades, es un mal


que asuela tanto a países ricos como a pobres, del norte y del sur. ¿Existirá algún
camino para eliminar esta peste que va dejando una secuela de asesinatos,
frustraciones, rencores y heridas que muchas veces es imposible curar?

La guerra fue y sigue siendo el camino de la brutalidad, el sinsentido de la


existencia, el refugio de los cobardes, el paraíso de los extraviados, la incubadora
del salvajismo, el espacio de los seres sin valores; la guerra, el camino fácil y
depravado para generar riqueza o el campo fértil para quienes han construido la
vía de la protesta a través de la anarquía del terror, de los que reclamando justicia
cometen las mayores injusticias. Sí, eso es la guerra, la solución de los
depravados que aduciendo mil razones no pueden justificar su fin a través del
asesinato que cobra muchas vidas inocentes; es la arenga del demagogo que
exalta y convoca a seres semejantes para que se unan a la más trágica de las
soluciones: matar para lograr reivindicar sus derechos y acabar con la injusticia.

Combatir la violencia con más violencia no es la solución, el único camino posible


es promover la paz, valor que durante cinco mil años de civilización no hemos
podido convertirla en virtud. No es ninguna utopía; la paz se puede alcanzar en la
medida en que cada ser humano logre reconciliarse en primer lugar consigo
mismo. La paz exterior no es nada más que el reflejo de nuestra paz interior.
Cuando somos capaces de perdonar sin rencor alguno, cuando logramos
liberarnos a nosotros mismos del odio que nos encadena y que clama venganza,
cuando a la ira la podemos convertir en comprensión, cuando asimilamos que el
que gana es el que perdona (no tanto el perdonado el cual puede seguir por
siempre equivocado) es cuando nosotros hemos encontrado la auténtica
liberación, pues dejamos atrás en un remoto recuerdo la ofensa recibida y sin
reclamo alguno podemos continuar en paz nuestro camino.
¿Cómo lograr la paz entre las naciones o dentro de nuestro propio país cuando no
hemos logrado ejercer este valor con nuestra pareja, hijos, amigos y con nosotros
mismos?

_  
      
   

Cuando se degrada la comunicación aparece la violencia, se hace necesario


esforzarnos en dialogar para encontrar soluciones. Solamente a través de la
comprensión, de ponerse en lugar de otro, podremos buscar respuestas que nos
permiten conciliamos, en la cual no haya perdedores, solamente ganadores.
La mayor marginación del ser humano es la marginación moral. El hambre, el
abandono, la necesidad inminente, impulsan a mucha gente a la violencia, pero
aún así existe la posibilidad de que el miserable, cuando tiene convicciones
morales, busque otras alternativas no violentas. No sólo de pan vive el hombre,
requiere además de valores para poder vivir. El dimensionar su humanidad lo llena
de posibilidades, lo impulsa a buscar su propia superación y con ella terminar su
nivel de pobreza. Si logramos que aprecie la verdad como única forma para poder
vivir, que sea consciente de que buscar el bien es un llamado universal que cada
ser humano posee desde el momento de nacer y encuentre en la belleza su
grandeza espiritual, estaremos ciertos que no se atreverá a asesinar a un ser
semejante a su propia grandeza.

Paz
-El camino de la paz se inicia cuando el ser humano es capaz de reconciliarse
consigo mismo.
-Sólo con paz interior se puede construir la paz exterior.
-Cuando logramos ejercer la paz con los seres más cercanos a nosotros hacemos
realidad esta virtud en nuestras vidas.
-La paz la alcanzaremos cuando nos atrevamos sinceramente a perdonar.
-El dar y perdonar son las más excelsas manifestaciones del amor, y solamente
amando alcanzaremos finalmente la paz.
Cabe preguntarnos al final de nuestra vida si consumimos nuestra existencia en
amar u odiar, en dar caricias o sufrimiento, en dar aliento y esperanza o solamente
ofrecimos ira y maldiciones.

-La solución de fondo es educar en valores al marginado, al guerrillero, al político,


al empresario, al maestro, al niño, a la sociedad entera; es necesario todo un
pueblo para formar a un ser humano integral.

Se requiere mucho más valor para vivir que para matar, para construir que para
destruir, para avanzar que para retroceder, para ser testimonio de la bondad y no
de la maldad. Atreverse a ser hijo de Dios requiere mayor grandeza viviendo en la
bondad, la belleza y la verdad; eso sí que es dignidad, es el llamado al que
solamente pueden acudir los seres con respeto y nobleza, pues están conscientes
que es la única forma de vivir, de ser parte de la grandeza de Dios.
El mundo necesita la paz, y esta está en el corazón de cada ser humano, ¡Dios te
necesita, tú eres la paz!

"Se requiere de mucho más valor para no ser violento."

Miguel Ángel Cornejo

Você também pode gostar