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CROMATINA
17.2 El nucleosoma
Bibliografía
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17.1 Proteínas asociadas al DNA. Histonas y otras.
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Figura 2. Esquema de compactación del DNA eucariota.
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Desde los años setenta se sabe que el DNA eucariota se encontraba en la
cromatina compacto formando unas estructuras que involucraban proteínas y que tenían
un tamaño aproximado de 200 pares de bases (el número exacto varia entre
organismos). Estudios posteriores han demostrado que lo que existe es un octámero de
proteínas muy básicas: las histonas, entorno al cual se enrollo 1 3/4 vueltas de DNA
doble hebra. También se ha demostrado que existe otra histona: la H1 que ayuda al
empaquetamiento, pero que no está en el octámero.
Sabemos ahora que estas estructuras están formadas por el DNA sobreenrollado
sobre un core proteico formado por las histonas (Figura 3) con otra histona (la H1)
dispuesta de modo exterior al core proteico (véase más abajo).
Las histonas son proteínas muy básicas (lógico porque tienen que interaccionar
con el DNA), lo que viene dado por su alto contenido de Arg y Lys. Se habla de 5 tipos
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de histonas: H1, H2A, H2B, H3 y H4 (Figura 4). Estas se clasifican por su contenido
en: ricas en Arg (H3 y H4), moderadamente ricas en Lys (H2A, H2B) y muy ricas en
Lys (H1 y H5 (una variante de H1 que se da en las aves)). Es interesante notar que las
histonas son de las proteínas más conservadas por la evolución. De hecho la única
variabilidad notable se da en la histona H1 (H5), que es la histona más externa al
octámero. Esto da una idea de la importancia de la nucleación de la cromatina en
nucleosomas para la vida de la célula.
17.2 El nucleosoma
Pasaremos ahora a analizar las estructuras repetitivas del DNA en la cromatina: los
nucleosomas. Como se comentó más arriba fueron los datos de digestión por nucleasa
micrococal los que permitieron detectar la existencia de los nucleosomas. Fueron
también importantes estudios posteriores en los que al incubar en condiciones de
degradación más agresivas se encontraron subpartículas más pequeñas. Así, del
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fragmento de 200 pb se puede obtener por digestión la excisión de un fragmento de 34
pb y una estructura que contiene todas las histonas más DNA enrollado sobre el core
central. Esta estructura de 166 pb (más histonas) se llama cromatosoma. Si se fuerzan
las condiciones de degradación se escinde otro fragmento de 20 pb más la histona H1 y
se obtiene la partícula núcleo que contiene el core proteico y unas 136 pb.
Así se demostró que la histona H1 esta fuera del core proteico (Figura 5), que se
encuentra formado por H2A, H2B, H3 y H4. Los contactos entre las histonas (esto es:
su disposición dentro del nucleosoma) se detectó por técnicas de crosslinkers, es decir
por grupos bifuncionales que unen proteínas de modo covalente. Posteriormente el
grupo A.Klug y col. obtuvieron una estructura de baja resolución por difracción de
rayos X (Figura 6) en el año 1984, donde ya se veían detalles del empaquetamiento de
las histobnas. En septiembre de 1997 el grupo de T.J.Richmod (Nature, 289, 251, 1997)
resolvió por rayos X la estructura de un nucleosoma de un fragmento palindrómico de
DNA del satélite humano, que incluía la partícula proteica y 146 pares de bases de
DNA. En este trabajo, tras décadas de trabajo se consiguió resolver el nucleosoma a 2.8
Å de resolución, lo que ya nos permite ver ya los detalles completos de la estructura del
nucleosoma (Figuras 7 y 8).
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Como vemos existe un núcleo proteico entorno al cual se enrolla en sentido
levógiro 1 3/4 vueltas de DNA. El diámetro es aproximadamente 11 nm (110 Å) y la
altura es 5.5 nm (55 Å).
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Figura 7. Estructura del nucleosoma a 2.7 Å de resolución.
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Las histonas son muy ricas en hélices alfa y dan lugar a empaquetamientos que
nos recuerdan a α-bundle o α-corner (ver Figuras 7,8). Las histonas se presentan a pares
y de hecho se observan como dos heterodímeros formados por H3-H4 y por H2A-H2B,
como ya se sabia estos dímeros se repiten 2 veces dando lugar a una estructura bastante
simétrica (ver Figuras 7 y 8). Estos dímeros se forman por interacciones de apilamiento,
que si las observamos nos resultan familiares en empaquetamientos tipo α-bundle.
Las interacciones entre DNA y proteína son muy intensas y justifican que el
DNA se curve. Tal como teóricamente se habia previsto las interacciones son
básicamente electrostaticas, y son los fosfatos del DNA los residuos que más
interaccionan con residuos de la proteína. Estos residuos son en muchos casos grupos
básicos de las proteínas, y en otros grupos polares como OH, o incluso los grupos
amida. También se dan muchas interacciones con los grupos apolares de las proteinas y
las ribosas. Finalmente, se han detectado contactos muy itensos entre fragmentos de la
proteína y el hueco que generan los minor groove de 2 cadenas de DNA. Podemos
pensar que esta interacción es clave para enmascarar la fuerte repulsión fosfato-fosfato
que se da fruto de la empaquetación del DNA. De hecho los autores del trabajo en
Nature 389, 251 (1997) sugieren que parte de la propensión que ciertas secuencias, por
ejemplo pasos A.T tienen para formar nucleosomas es debido a la tendencia de estos
pasos a formar estructuras con minor grooves muy estrechos. Estos surcos concentrarán
mucha carga negativa, y que por tanto formarán puentes salinos muy fuertes con las
histonas.
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aparecen son bandas de aproximadamente 10 pares de bases (bp). Esto liga de manera
clara con la hipótesis de que el DNA está enrollado sobre el core proteico, pero no
protegido por él. Recordar que el DNA (B) es una doble hebra de unos diez pares de
bases por vuela, y por tanto cada 10 pares de bases el DNA estará accesible a la acción
de las nucleasas, y podrá ser cortado.
Es evidente que el DNA tiene que compactarse mucho más que el nivel de
compactación que le proporciona el nucleosoma. Un ejemplo de compactación lo
representa el cromosoma (Figura 1). Entre el primer nivel de empaquetamiento y el
último hay un número de etapas intermedias. Así en primer lugar los nucleosomas se
agrupan dando fibras más o menos lineales. Esta fibra de nucleosomas se estructura más
aún formando unas “superhebras” helicoidales de unos 30 nm de anchura, y con un paso
de rosca de unos 6.7 nucleosomas por vuelta (Figuras 2 y 9). No se conoce en detalle la
estructura, pero parece que la histona H1 juega un papel clave para estabilizar el interior
de la hebra (ver Nature 368, 351 (1994)).
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Existen varios modelos para explicar la estructura de esta sueprfibra, el más
extendido es el modelo del solenoide simple (T17.4). Este modelo no está totalmente
caracterizado a nivel estructural por el tamaño del sistema. La mayoría de los libros
recogen un modelo como el que se muestra en la Figura 10 con los nucleosomas como
apilados en un eje oblicuo al de la superfibra. Sin embargo otros autores soportan
modelos ligeramente diferentes (véase Figura 11).
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Figura 11. Modelo alternativo del solenoide en la fibra de 30 nm.
Una pregunta clave cuando hablamos de nucleosoma y actividad del DNA es: está el
DNA (en cromatina) organizado en nucleosomas cuandos e encuentra activo?, o solo
cuando esta “almacenado”?. Los datos experimentales son claros: los enes “activos”
contienen un porcentaje de nucleosomas igual a los genes inactivos. Es decir, no se
produce perdida de estructura nucleosomal cuando el DNA se activa. No sabemos en
detalle cual es la estructuración del DNA en el momento exacto de la replicación o
transcripción. El tamaño de los enzimas implicados en este proceso es muy grande, con
lo que se especulan que “chocarían” con el nucleosoma si este estuviera formado. Así,
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la idea generalizada es que en el momento justo de la replicación o transcripción el
nucleosoma se desestructurará, pero en cuanto a los enzimas implicados pasan de largo
estos se reforman. En este proceso no queda claro si cuando se produce la reformación
ésta se produce en la misma posición. Los resultados no son concluyentes, pero los
experimentos más recientes soportan un cierto “conservadurismo” en cuando a la
posición que ocupa el nucleosoma. Notad que la estructura del nucleosoma podría
jugar un papel clave al acercar el el espacio secuencias lejanas, para el
reconocimiento del DNA por proteínas).
Lo que si que esta claro es que el empaquetamiento del DNA por las histonas
produce en general una inhibición en la unión de otras DNA-binding proteins, como los
factores de transcripción. Mirando la estructura se ve que esta inhibición no se debe
tanto a la reducción del area accesible del DNA (73% de la normal en el nucleosoma),
sino a la distorsion que se genera en la estructura del DNA. Por último, es interesante
destacar que a priori la formación del nucleosoma puede crear centros de
reconocimiento. Es decir, al distorsionar el DNA puede crear un centro de
reconocimiento que sea propio de ese DNa cuando esta en el nucleosoma, pero no
cuando no está. Esta hipótesis se conforma por algunas proteínas, por ejemplo la
integrasa del HIV que tiene preferencia por unirse a fragmentos de DNA que se
encuentran en nucleosomas. Se especula (ver Cell 69, 769 (1992), y PNAS 91, 5913
(1994)) que esto se da por la especificidad de ciertas proteínas por reconocer fragmentos
de gran curvatura.
Las histonas no son proteínas estáticas sin reactividad alguna, como podría
sugerir su papel estructural. Por el contrario, sus cadenas laterales sufren un gran
número de reacciones tales como acetilaciones (ejemplos en las Lys), fosforilaciones, o
incliso “ubiquitinación”. La importancia biológica de todos estos procesos es algo que
no ha sido clarificado, aunque a menudo se relaciona con la formación o rotura del
nucleosoma. Por ejemplo, la acetilación de ciertas Lys en la histona H4 se ha sugerido
que conduce a una desestabilización del nucleosoma. También se sabe que el proceso de
formación/rotura del DNA implica a menudo fosforilaciones de residuos de las histonas.
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Dada la relación entre rotura/formación de nucleosomas y la funcionalidad del DNA
parece obvio que estos procesos de modificación química de las histonas estén
perfectamente regulados.
Evidencias diversas paraecen demostrar que el pattern de metilación puede ser muy
constante (siempre en iguales zonas del DNA), y de hecho se supone que el proceso de
metilación esta catalizado por enzimas específicos: loas DNA methylasas, lo que
sugiere una importancia elevada de este proceso para la vida de la célula. Evidencias
experimentales sugieren que la desmetilación viene asociada a la expresión del gen.
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