236 ANALES DIPLOMATICOS DE VE!
NEZURTA
cojer al acvsado, si se aventurase a satir del palaclo, antes
de ta salida del Funbajador. Efccttada ésta y puestos a cu-
hierto de to-la ofensa, Ia persona y los archivos del Ministro,
nurla se opome a ane tos agentes del Gobicrno penetren en su
mansién para apoterarse del eulpado”,
No es de adinirarse que se cercase la legaviéh f
ponue tan s6lo Ia easa de ella goza de immunidad, no la
calle, ni of barrio en que esti situnda, cuando para eso habia
sobrados motivos. Los asilades acshaban de abentonar eb
poder, no Tes faltarian por lo mismo algunos partidarios; pa-
ar hibsemente con ellos, era muy fei que
combinaraa planes para sn evasién sobre todo citando eon
ban con tos grandes recursos que habian sacado de tas ar
cas nacionales. Tanto como esto imponia al Gobierno Ia ne-
dad de velar por In consolitacién del glorioso hiunfo ad-
quitido, y hubiera sido una neghigéncia injustificable, perder
Ce vista alos wilores de cuantos males ha padecido Venezu
Ja, y por cuya aprchensiin clamaban todos los ciudadinos,
fe tin extrenio a otro del territorio,
No puede asignaise otra causa a fa excilaciin que reina-
ba en el pucblo de Caracas, y manifestindose, no eon actos
agenos dle su eultnira y moreracién sin ejemplo, sfno con su
preseneia cerea de Ios Iusares donde estuban of General Mo-
fas y stis compafieros, » con algunas quejas sobre no cum-
lise fos fines de Ja transformacién, Tos desacatos contra la
persona del Seftor Levraud, que se citan en la exposicién, no
han Hegado al conocimicato del Gobierno con expresiéin de
Jos individuos que los ejecutasen; de otra manera habian sido
estos severamente yeprimidos, y el Seftor Levraud completa-
mente desagraviado, pues nada ha tenido el Gobierno mas
presente que Inculear a los jévenes milieianos que hacian en
tonces el Servicio, el respeto debido a Ias personas de los Se-
es del Cuerpo Diplomatico, y muy especialmente al Sefior
Tevrand cuya casa por imperiosa necesidad se hallaba ro-
deada de griardias,
Para dar algiin mérito a Ja renuncia del G. Monagas se
ha pretencido hacer creer que aun le quedaban medios de
continuar las hostitidades y sofocar el movimiento general
de indignacién producido por su conducta arbitraria y erimi-
nal en el Gobierno del pais, EI infraescrito se toma ia liber
lad de aseverar que esto es una completa ilusién, Sabla per
fectainente el G Monagas al tiempo de In renuncia que en
diendo comun