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UCA

Antropología, Cultura y Comunicación


Prof.: Gustavo Ludueña
Alumna: Yamila Giménez
Reseña N1

Textos:
- Por una antropología de la mirada: etnografía, representación y construcción
de datos audiovisuales – Elisenda Ardévol
- La antropología visual: ¿Distancia o cercanía con el sujeto antropológico? –
Carlos Y. Flores

Mediante el análisis de los textos citados, ambos enmarcados en la temática de la


antropología visual, se encontró una serie de conceptos en común que manejan ambos
autores y que refuerzan mediante los mismos.
Como el eje central de la estructura de estos textos, hallamos cuatro conceptos fuertes:
la utilización del lenguaje audiovisual en pos de una antropología “compartida”; la
importancia y el apoyo a la utilización de medios audiovisuales en investigaciones
antropológicas; la subjetividad presente a través del medio (cámara); y el
reconocimiento de su capacidad de generar lenguaje propio (así como la utilidad de
éste para el antropólogo/a).
En cuanto al primer punto mencionado, se deja entrever que ambos autores señalan
que la antropología visual surge como medio de comunicación en el contexto de la
alteridad cultural. Es decir, mediante la comunicación de imágenes sobre la diversidad
cultural, sobre el llamado Otro, es decir, sobre culturas no occidentales (procesos
coloniales, neocoloniales y también de colonialismo interno).
En este punto, Ardévol señala a la antropología visual como un campo de estudio
sobre “la representación y la comunicación audiovisual” que se ramifica en dos líneas
de trabajo, las dos orientadas hacia el estudio de la alteridad: la primera, sobre el
“estudio de la imagen como producto cultural, sus usos sociales y su aportación a la
formación y transformación de imágenes colectivas”; la segunda, sobre “la utilización
de la imagen como dato sobre una cultura y como técnica de investigación”.
A su vez, Flores señala respecto a la cuestión de la alteridad, que el principal
problema se dio en la práctica, ya que la tendencia fue “la de representar a las culturas
no occidentales como algo dado o estático, y no como procesos históricos en
constante cambio”, es decir, reforzar esta alteridad mediante la diferenciación “yo
occidental” frente al “otro no occidental”.
Pero respecto a este primer punto, ambos autores llegan a una conclusión mediante la
cual abogan por la llamada antropología “compartida” mediante la utilización de
medios audiovisuales. Es decir, según palabras de Flores mediante la
“reconceptualización de la voz del llamado Otro”. Como lo llama Ardévol, no una
forma de estudiar a los sujetos sino que “estudiamos junto a los miembros de un
colectivo que, mediante la observación participante, también puede ser el nuestro”.
Sintetizando esta idea, se trata de utilizar el producto audiovisual como parte del
proceso de investigación, a la imagen no como “reflejo de una realidad externa sino
de una interrelación social que se produce a través de ella” (Ardévol). Los dos
estudiosos nombran en sus trabajos a Jean Rouch quien comenzó a realizar este tipo
de experiencias en las que trabajaba “más estrechamente con los sujetos de estudio,
con el fin de crear textos visuales más en colaboración” (Flores). Se trata de una
antropología visual no para reforzar la dicotomía del Otro reflejada en supuestos
como modernidad/tradición o civilizado/salvaje, sino de ir dejando de lado estos
conceptos por uno que refuerce y unifique las identidades culturales propias desde
dentro de cada cultura, siendo parte de ella, compartiendo con los sujetos en cuestión.
Los dos autores abogan por el uso de las nuevas tecnologías audiovisuales como
pretexto para llegar a esta “nueva forma de trabajar con la vida real” compartiendo
con los sujetos. Explícitamente, Ardévol señala “la necesidad de incorporar la imagen
en su disciplina”; Flores a su vez expresa que “mediante el uso de cámaras de parte de
los sujetos antropológicos se puede ver como una oportunidad para desafiar las
dicotomías”, es decir, considera que la diferenciación pierde sentido “en la medida en
que ambas dimensiones están constantemente interactuando en los procesos de
construcción social y de identidad”.
Los estudiosos reconocen la subjetividad existente en los productos audiovisuales,
desechando la teoría del cine observacional exponiéndolo mediante contraste con el
cinema verité de Jean Rouch. El cine observacional o de la mosca en la sopa, se
refiere a un estilo que consiste en situar la cámara frente a lo que se quiere observar,
minimizando al máximo la intervención e interacción entre el antropólogo/a y grupo
de estudio, así como el uso prácticamente nulo de elementos de posproducción como
el montaje en edición o musicalización, señalando que así es que el documento se
ajusta más a la realidad.
Ambos autores, implícita y explícitamente, comparten la posición de Rouch, quien
desechó la llamada “autoridad y objetividad” del autor. Por su parte, Flores señala que
se mediante el montaje se pudieron “articular nuevas narrativas de acuerdo al deseo o
interpretación del cineasta” y nombra a John Grierson quien se refiere al documental
como “un tratamiento creativo de la realidad”, es decir, que mediante éste se crea una
interpretación de la misma, desechando así todo concepto de objetividad.
Ardévol directamente señala como “falso” que la filmación secuencial (sin
movimientos de cámara, sin montaje ni música, pensando que así la representación
fílmica refleja fielmente el suceso) da una visión más exacta de lo sucedido que una
filmación “artística”. La autora reconoce la subjetividad en el lenguaje audiovisual, ya
que desde el inicio se trata de tomar decisiones (cuándo filmar, qué filmar, cuándo
comienza una toma, cuándo termina, encuadre, punto de toma, etc.). Para cerrar esta
idea conviene citar textualmente la idea de Ardévol: “Es necesario hacer ficción para
hacer etnografía, pero la voz del investigador es la garantía de la autenticidad de los
datos que presenta”.
Ambos autores concluyen señalando la necesidad de incorporar la técnica
cinematográfica a la metodología antropológica, para constituir nuevas relaciones de
construcción de identidades propias e interrelaciones a través de la técnica
audiovisual.

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