de los trabajadores pro bienestar humano -los cuales
profesionales teraputicos de cualquier disciplina, estatales y protectores del orden pblico, clrigos y todas las instituciones religiosas- es la siguiente:
Dado que la fuente de su ingreso y manutencin personal proviene
de mitigar un problema asociado al sufrimiento humano, si alguna vez llegasen a cumplir a cabalidad con su propsito y tal problema desapareciese, la fuente de ingreso de los trabajadores pro bienestar humano tambin desaparecera. Por lo tanto resulta plausible concebir que tales trabajadores harn lo necesario, de manera consciente o inconsciente y por accin o inaccin, para mantener funcionando su propia manutencin de forma ininterrumpida, lo cual requiere necesariamente que contine la condicin que se supone trabajan para eliminar. Es posible que tal sea la razn del predominio econmico de la medicina aloptica, por ejemplo, ya que sta simultneamente cura y enferma a la gente a travs de los tratamientos que prescribe, creando en efecto nuevos clientes y mantenindoles consumidores de sus servicios. Si bien la total desaparicin del sufrimiento humano puede parecer una utopa, cabe preguntarse si esta meta permanece como un ideal inalcanzable no porque carezca de factibilidad, sino porque posponer su realizacin permitira algn tipo de desarrollo en el presente. Sin embargo, resulta claro que la direccin y el sentido de tal desarrollo se orienta precisamente hacia esa meta, y parece absurdo dar vueltas en redondo en lugar de avanzar hacia ella con determinacin. Resulta llamativo observar que las crnicas ms antiguas no registran que Buda Gautama realizase milagros de sanacin, a diferencia de Jess el Cristo. El primero seal el camino directo y excelente fuera del Samsara hacia la meta final, mientras que el segundo se convirti en el Sanador perfecto, el smbolo ureo de la ms alta Medicina.
A la vista de la paradoja de los trabajadores pro bienestar humano,
queda aclarado el sentido de las palabras del Maestro cuando dijo: No se puede servir al mismo tiempo a Dios y al dinero. Y por ello resulta esencial que tales labores sean realizadas por personas cuyo ingreso econmico provenga de una fuente externa al servicio humanitario que procuran.