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A Felicia le gustaba el tiempo en que maduraban los frutos de la higuera, a fines de verano.

Tiempo de cosecha de la almendra, tiempo de recogida de la aceituna de mesa, tiempo de sazn de las bellotas, las nueces y avellanas a Felicia le gustaba madrugar y ver las primeras nieblas de la temporada anunciando el otoo, pisar la hierba humedecida de roco y coger los higos antes de que los calentara el sol. Haba que buscar los ms amarillos y, una vez comprobada su madurez, sujetarlos suavemente para darles media vuelta porque los higos de esa clase cuando maduros se despeluchan dejando los dedos pringados con la fina capa que recubre la carne blanca donde estn pegadas sus mltiples semillas. Estos higos son los mejores, pensaba Felicia, relamindose y sorbiendo con la lengua los restos que se haban infiltrado entre sus dientes algo separados. En la huerta de Emilio estaba Ramn, el hijo, cogiendo tomates. Me estoy comiendo los higos de tu higuera. Nadie los quiere. Hay qu ver, ya no hacis caso de nada por cierto, vendis tomates? No. Luego le dijo que a cuatro casas del bar de la plaza todava tenan. Sigui ella su camino. La niebla se iba difuminando y lo que fue una franja de algodn espeso entre dos hileras montaosas descenda hacia el valle y a travs de su transparencia aparecan las huertas junto al arroyo, las mejores; la carretilla en el camino indicaba que al menos en una de ellas estara algn paisano arreglando su terreno o cosechando lo que quedaba despus del trrido verano. Un hombre suba por el sendero. Era Rafael. Felicia apresur el paso para no encontrarse con l: era de los que daban ms conversacin, bueno, de los que ms hablaba, porque darte la palabra ni mijita, pues siempre tena mucho que relatar. ltimamente no haca ms que despotricar contra todo bicho viviente, en especial de los ciervos y jabales que entraban en su finca y hacan destrozos. A los jabatos se la tena jurada y cada noche haca aguardos con la escopeta. Felicia espera a que pasen las tres semanas tras la ltima lluvia para ir a por setas: para comerlas o simplemente admirarlas en su medio, coloreadas cabecitas locas de innumerables lminas y poros Y pens que era bueno PARARSE, ABRIRSE AL OTOO, estacin generosa que trae con la lluvia aires ms limpios.

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