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permiso para morir por: isa fonnegra de jaramillo 1/

la sola idea de que tenemos que morir produce miedo a la


mayoría de las personas. pero el escenario de un moribundo en
malas condiciones: médicamente desatendido, abandonado,
engañado o víctima de encarnizados e inútiles procedimientos,
produce terror. es quizás esa horrible pesadilla la que muchos
quieren evitar cuando optan por negar la muerte, por
desconocerla. lo grave es que todo aquel que no asume su
propia muerte, corre el riesgo de que sus días finales se
parezcan a la pesadilla.

así como hoy día existe una creciente y afortunada


preocupación en torno a la calidad de vida, debe haberla
también alrededor de la calidad de muerte. la calidad de vida es
un concepto subjetivo. lo que para una persona resulta muy
tolerable, para otra puede ser insoportable. es cada paciente
quien debe definir lo que para él representa una vida con
significado, con sentido, digna, y lo que no. su voluntad debe
ser explorada por médicos y familiares y respetada siempre.

la infrenable tecnología médica disponible, de innegables


bondades para pacientes agudos y críticos, ciertamente
representa una amenaza para un ser humano en trance de
morir, cuando se emplea sin sensatez, sin criterio, sin justicia.

frases como "haremos hasta lo imposible", no pararemos de


luchar contra la enfermedad, "mientras haya un rayito de
esperanza"... , pecan al colocar como único objetivo médico el
mantener con vida, o perdón, con signos vitales por 24 horas
más a un ser humano, sin tener en cuenta la calidad de su
supervivencia, sus deseos ya inexpresables, su derecho a que,
en un acto de respeto, se le permita morir y morir bien.

el argumento del "hilo de esperanza", no puede convertirse en


patente de corso para fútiles experimentaciones, para abusar
de la condición de dependencia del enfermo y de su familia,
para torturar en nombre de la vida y del juramento hipocrático.
un médico que se preocupa por no abandonar nunca a su
paciente, por conocer su historia y sus necesidades, un médico
que sabe hasta dónde luchar y cuándo cambiar el rumbo de su
que hacer a aliviar y cuidar, es un gran médico y un respetuoso
y respetable amigo.

¿hasta dónde "cuidar" a un paciente en estado terminal? hasta


siempre.
¿hasta dónde buscar su curación? hasta que exista una es-
peranza razonable de conseguirla.
¿cuánto se debe dilatar, demorar la muerte luego de
comprobarse la inefectividad de los tratamientos disponibles y
lo artificial de la vida que sostiene al paciente? nada.

la lección es indudablemente, no ver la muerte como un


enemigo o un fracaso, sino como un fin inevitable de todo ser
vivo que puede ser vivido dignamente, con criterio, con el
concurso de un médico prudente y comprometido, de una
familia respetuosa, realista y cercana .y de un paciente que
decide, con autonomía y adecuada información, ser el dueño
de su propio proceso de morir.
1/ psicÓloga y autora del libro "de cara a la muerte"
✍ tr. 14 no. 127 a-40 ✆ 2 16 57 75, e-✉ pardonet@col1.telecom.com.co, ✑fax (0091-603) 807-8113

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