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Lo Que Realmente Acelerará tu Éxito

Nadie habla de eso. Pero es clave.

Porque definitivamente hay una diferencia: la gente altamente exitosa —en lo personal,
emocional, espiritual, profesional y financiero— hace cosas que los no exitosos no hacen.

¿Y sabes qué es?

Es simple. Aunque te advierto, lo que estoy a punto de decirte no es nada glamoroso. Pero es
determinante.

La diferencia entre los no exitosos y los que cada día avanzan a pasos agigantados hacia su
plena realización personal y profesional es simple: éstos últimos hacen lo que no quieren hacer.

Sí, así es. La gente altamente exitosa ha desarrollado el hábito de hacer lo que no les gusta
hacer —y no es que sean masoquistas, es que son tremendamente pragmáticos.

El resto de las personas se frena ante la barrera que delimita sólo aquello que les gusta. Y date
cuenta cuán simple es lo que te estoy diciendo. Te lo muestro de manera lógica.

Comencemos por una premisa: tus resultados son productos de tus acciones. Si esto es así, lo
que obtienes depende de lo que haces. Si quieres algo mejor, por lógica, tienes que estar
dispuesto a hacer algo diferente.

Si sólo haces lo que te gusta, tus resultados estarán limitados a eso que te gusta. Si tus
resultados actuales no te gustan, tienes que estar dispuesto a hacer algo diferente; ergo,
realizar esas actividades que no te gustan pero que sabes que te llevarán a tu próximo nivel de
logro y plenitud.

En síntesis:

Gran parte de tu éxito está en tener la disposición a hacer lo que no te gusta.

Los 4 tipos de actividad y cómo entenderlos es fundamental para tu éxito.

Podemos clasificar las actividades —esas cosas que haces y que tienes por hacer—
empleando dos categorías: cuál es el grado de placer asociado a ellas y cuán beneficiosas son
esas actividades para ti.

Hay actividades que te gustan y hay otras que no te gustan. Igualmente, hay cosas que te
potencian —son beneficiosas para ti— y otras que te empobrecen —disminuyen tu capacidad
para lograr lo que quieres.

Al combinar estas dos variables obtenemos cuatro tipos de cosa que puedes hacer en un
momento dado:

Actividades tipo I son aquellas que te gusta hacer y que además te potencian. Depende de los
gustos de cada quien, pero aquí podemos encontrar cosas como leer un buen libro y disfrutar
de una enriquecedora y agradable conversación.
Actividades tipo II son las que no te gustan —te desagradan, rechazas, resistes, te fastidian—
pero que te potencian. Por ejemplo, para muchas personas, hacer ejercicio entra en esta
categoría.

Actividades tipo III son las que te dan placer pero te empobrecen —te restan, te limitan, te
frenan. Por ejemplo: fumar, ver televisión en exceso, comer por comer, distraerse en el trabajo.

Actividades tipo IV son las que no te gustan ni te potencian. Por ejemplo, tener que atender —
por rutina— a aburridas e improductivas reuniones familiares o empresariales.

La mayoría de la gente decide qué hacer usando como principal criterio de selección el placer:
hacer lo que les gusta, lo que les da placer, aun cuando puedan ser cosas que los empobrecen
(actividades tipo III). A la vez, evitan a hacer aquellas cosas que no les gusta aun cuando
pueda potenciarlos (actividades tipo II).

Las personas altamente exitosas usan otro criterio principal para decidir qué hacer en un
momento dado. Se hacen la pregunta "Esta actividad ¿me potencia o me empobrece?"

Y actúan en congruencia con su respuesta. Reducen o eliminan de su vida las actividades tipo
III —porque por más placenteras que puedan ser, empobrecen y les quitan tiempo— y
aumentan las actividades tipo II.

¿Quieres aumentar la velocidad de tu éxito?

Aquí tienes tres pasos para aplicar este conocimiento. Si pones en práctica lo que estoy a
punto de compartir contigo, te aseguro que tu productividad y tu progreso se acelerarán
significativamente.

¿Qué es eso que no quieres hacer pero que si lo haces te permitirá avanzar?

El primer paso es hacerte la pregunta por aquello que resistes, le sacas el cuerpo, temes o
simplemente no te gusta, pero que sabes que al hacerlo estás impulsando tu vida personal o tu
desempeño profesional hacia delante.

En otras palabras:

Paso 1: Identifica alguna actividad tipo II.

En este momento en tu vida ¿qué es algo a lo que le estás sacando el cuerpo y que sabes que
de hacerlo te potenciaría?

¿Una conversación, una llamada, escribir un informe, leer, estudiar, sacar cuentas, pagar
cuentas, hacer ejercicios, completar un proyecto?

La pregunta principal a hacerte es:

¿Qué es eso que no quiero hacer pero que si lo hago me permitirá avanzar en mi trabajo o mi
vida?
Una vez que identificas eso que hoy, en este momento, no quieres hacer pero que sabes que si
lo hace te va permitir avanzar, continúas:

Paso 2: Enfócate en el resultado y conéctate con los beneficios.

La gente que posterga pierde su energía pensando en todas las cosas que hay que hacer, en la
energía que requiere, en el tiempo que va a tomar. En síntesis, se enfocan en el proceso de lo
que hay por hacer.

Los que vencen su resistencia, se ponen en acción y logran avanzar, tienen un truco mental: se
enfocan más bien en el resultado. En lo que hay “del otro lado” de la actividad.

No sólo piensan en lo que van a lograr —en vez de en el proceso por el que hay que pasar
para llegar allá— sino que además se conectan emocionalmente con lo que van a ganar una
vez lo logren.

Una vez que hagas lo que tienes por hacer ¿qué vas a lograr? ¿Cómo es que eso te va a
permitir avanzar? ¿Cómo es que luego de haberlo hecho vas a estar más cerca de una meta?

¿Cómo es que hacer eso que no quieres te va a permitir sentir mayor libertad, progreso y
éxito?

Y quizá una de las preguntas que más van a impulsar tu determinación a ponerte en acción:

¿Cómo te estarías sintiendo en este instante si ya lo hubieras logrado? ¿Si ya hubieras salido
de eso?

Primero, te hiciste la pregunta por eso que resistes pero que sabes que te potencia —una
actividad tipo II.

Segundo, pensaste en lo que vas a lograr y ganar al hacerlo —te enfocaste en el resultado y te
conectaste con los beneficios.

Lo que sigue es simple:

Paso 3: Hazlo ¡Ya!

Muévete.

Ponte en acción.

Hazlo de una vez.

Sal de eso. Mientras más rápido lo hagas más cerca estarás de disfrutar del resultado.

Desarrolla el hábito de hacer las actividades tipo II —eso que no quieres hacer pero que sabes
que te potencia.

Y verás como tu sensación de progreso, orgullo y éxito se incrementan. Y mejor aun,


comenzarás a ver de manera tangible cómo tu vida y avance profesional se aceleran.

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