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tapas y retiraciones:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:29 p.m.

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ISBN 978-987-521-286-2
ISSN 1851-6319

Los INDICADORES SOCIALES


en la FORMULACIŁN de PROYECTOS
de DESARROLLO con ENFOQUE TERRITORIAL

María Sol Di Filippo - Daniela Mathey


tapas y retiraciones:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:29 p.m. Página 4

María Sol Di Filippo - Lic. en Sociología.


Becaria Programa de Becas para Profesionales.
Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión.
INTA (sdifilippo@correo.inta.gov.ar)

Daniela Mathey - Lic. en Sociología.


Becaria Programa de Becas para Profesionales.
Instituto de Economía y Sociología.
INTA (dmathey@correo.inta.gov.ar)

Documento elaborado en el marco del Proyecto Específico “Estudio de la diversidad


de procesos de innovación y desarrollo territorial para la construcción de propuestas
teóricas y metodológicas mejoradoras de la intervención” (PNTER1313).
Coordinadora Lic. María Isabel Tort. El PNTER1313 pertenece al Proyecto Integrado
PNTER1 Innovación Tecnológica y Organizacional del Programa Nacional de Apoyo
al Desarrollo de los Territorios.

Se contó con la tutoría de María Isabel Tort para la realización del documento.
Se agradece a Eugenio J. Cap, Roberto Cittadini y Constanza Rozenblum
por sus comentarios y aportes.

Di Filippo, María Sol


Los indicadores sociales en la formulación de proyectos de desarrollo con enfoque territorial:
documento de trabajo NÀ 2 / María Sol Di Filippo y Daniela Mathey. - 1a ed. - Buenos Aires : Inst.
Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA: Programa Nacional de Apoyo al Desarrollo de los
Territorios, 2008.
44 p. ; 30x28 cm.

ISBN 978-987-521-268-8

1. Desarrollo Regional. I. Mathey, Daniela II. Título


CDD 338.9

Fecha de catalogación: 27/02/2008

Programa Nacional de Apoyo al Desarrollo de los Territorios


Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Chile 460 (C1098AAJ). Cdad. Autónoma de Buenos Aires
Argentina / Tel: 011 4339 0600
http: www.inta.gov.ar/extension/transferencia/htm
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Indice
RESUMEN 2
1. INTRODUCCIŁN 3

2. EL ENFOQUE DE DESARROLLO TERRITORIAL 4


2.1 Las estrategias de intervención del INTA 5
2.2 El enfoque de desarrollo territorial del INTA 7

3. APORTE METODOLŁGICO: EL PROCESO DE OPERACIONALIZACIŁN 9


3.1 Concepto, variable e indicadores. 9
3.2 Las fases de operacionalización. 11

4. LOS INDICADORES SOCIALES 16


4.1 Definiciones y áreas de utilización 16
4.2 Clasificación de indicadores 19
4.2.1 Indicadores cuantitativos y cualitativos 19
4.2.2 Indicadores absolutos y relativos 20
4.2.3 Indicadores simples y compuestos 22
4.2.4 Indicadores intermedios y finales:
de actividades, producto, resultado e impacto 23
4.2.5 Indicadores indirectos o "proxy" 23

5. INDICADORES SOCIALES EN LA FORMULACIŁN DE PROYECTOS 24


5.1 Tipos de indicadores utilizados en la formulación de proyectos 25
5.2 Selección de indicadores en la formulación de proyectos 28
5.3 Algunas recomendaciones para la formulación de indicadores 30

6. CONSIDERACIONES FINALES 32

7. ANEXOS. 33
7.1. Ejemplificación de la operacionalización del concepto calidad de vida 33
7.2. Modelos de Matriz de Marco Lógico 39
7.2.1. Los indicadores en la Matriz del Marco Lógico del BID 39
7.2.2. Marco Lógico utilizado para proyectos del INTA 41

BIBLIOGRAF¸A . 43
¸NDICE DE FIGURAS
NÀ 1:
Las fases del proceso de operacionalización de conceptos o variables 14
NÀ 2:
Construcción del ¸ndice de Desarrollo Humano (IDH) - PNUD 15
NÀ 3:
Ejemplo de indicadores sociales en la formulación de proyectos 27
NÀ 4:
Trabajo Decente 36
NÀ Operacionalización de las dimensiones ingresos
5:
y participación del concepto calidad de vida 37
NÀ 6: Operacionalización de la dimensión
trabajo del concepto calidad de vida 38

¸NDICE DE CUADROS
NÀ 1: Terminologías alternativas de indicadores
en la formulación de proyectos 28
NÀ 2: La estructura del Marco Lógico del BID 40
NÀ 3: Matriz de Marco Lógico para Proyectos del INTA (INTA, 1992) 42

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RESUMEN

La finalidad de este documento es contribuir a la generación


de instrumentos metodológicos que permitan la medición de
conceptos propios de la dimensión social que compone el enfo-
que de desarrollo territorial. De esta manera, se busca responder
en parte a la necesidad de contar con herramientas metodológi-
cas para la construcción y selección de indicadores sociales para
la formulación, seguimiento y evaluación de proyectos pertene-
cientes a los programas de intervención del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA).

Este documento aborda, de manera teórica y práctica, el pro-


ceso de operacionalización de conceptos y la construcción y utili-
zación de indicadores sociales para la formulación, seguimiento y
evaluación de proyectos de desarrollo con enfoque territorial. En
este sentido, se plantean ejemplos de operacionalización de los
conceptos de calidad de vida en el ámbito rural a partir de las di-
mensiones de ingresos, participación y trabajo. Asimismo, se pre-
senta una descripción de la clasificación de indicadores sociales
en la formulación de proyectos, la cual se ejemplifica a partir de
la problemática del éxodo rural juvenil.

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1/INTRODUCCIÓN

A fines de la década del 90 y, especialmente, en los últimos años se


consolida el paradigma de desarrollo rural desde el enfoque territorial. Este
enfoque plantea un desafío a las instituciones que actúan en el medio rural
ya que deben incorporar conocimientos y metodologías no sólo sobre aspec-
tos técnico-productivos y económicos sino también sociales, culturales y
ambientales que se caracterizan por presentar conceptos de elevado nivel de
abstracción.

Entonces, ¿cómo medir el cumplimiento de los objetivos planteados


desde un enfoque territorial que incorpora aspectos sociales, culturales y de
identidad territorial?

La finalidad de este documento es contribuir a la generación de


instrumentos metodológicos que permitan un acercamiento a la dimensión
social que compone el enfoque de desarrollo territorial. De esta manera, se
busca responder en parte a la necesidad de contar con herramientas me-
todológicas para la construcción y selección de indicadores sociales para la
formulación, seguimiento y evaluación de proyectos pertenecientes a los
programas de intervención del Instituto Nacional de Tecnología Agro-
pecuaria (INTA).

Se reconoce que los indicadores sociales proporcionan información


sobre aspectos vinculados con la calidad de vida y el bienestar de la pobla-
ción por lo cual constituyen instrumentos fundamentales para dar respuesta
a problemas sociales y para la toma de decisiones de política pública. En es-
te sentido, es importante señalar la estrecha vinculación y mutuo condi-
cionamiento existente entre la definición de los conceptos, su traducción
empírica en indicadores y la planificación, implementación y seguimiento de
las estrategias de intervención. Se apunta así a aportar herramientas que
contribuyan a asegurar la eficacia y eficiencia de los proyectos resultantes
de la aplicación concreta de este enfoque.

El presente documento se divide en seis apartados y anexos. En primer


lugar, se describe el enfoque de desarrollo territorial marco de las estrategias
de intervención del INTA. En segundo lugar, se presenta una aproximación
general a la operacionalización de conceptos, proceso de transformación de
los conceptos abstractos en variables empíricas o indicadores. En tercer lugar,
se presentan algunas definiciones y clasificaciones de indicadores sociales,
para luego, en el siguiente apartado abordar específicamente la utilización de
indicadores sociales en la formulación de proyectos. Por último, se encuentran
las consideraciones finales y dos anexos que incluyen un ejemplo de opera-
cionalización del concepto de calidad de vida, y el modelo de marco lógico
utilizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el INTA.

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2/ El ENFOQUE de DESARROLLO TERRITORIAL

A nivel mundial, la bibliografía señala que a partir de la década de


los 80 y, principalmente, durante los 90 se registra un cambio en el en-
foque de desarrollo rural: el paso de una visión sectorial, centrada en los
aspectos técnico-productivo y económico a un enfoque sistémico e inte-
gral de lo rural basado en el concepto de territorio.1 Así, de un discurso
técnico-agrarista centrado en las cadenas productivas, la productividad
agropecuaria y los mercados, se da paso a un discurso que revaloriza la
cultura e identidad rural, el medio ambiente, las diversas actividades pro-
ductivas y la infraestructura o servicios para mejorar la calidad de vida de
la población (Sili, 2005). Asimismo, con este propósito aparecen como
aspectos centrales la competitividad del territorio, la innovación tec-
nológica y la generación de conocimientos.

Durante los 90 se consolidó el denominado modelo de Ajuste Estruc-


2
tural que en Argentina implicó apertura y desregulación de la economía,
privatización de empresas estatales, determinación de un tipo de cambio
fijo y convertible y la reducción del aparato estatal y redefinición de sus
funciones. En este contexto, se implementaron estrategias de interven-
ción focalizadas destinadas a compensar los impactos de las políticas de
ajuste. La crisis de este modelo económico a comienzos del segundo mile-
nio, posibilitó la propuesta de paradigmas alternativos de desarrollo con
potencialidad de operar cambios de mayor profundidad.

Desde el nuevo paradigma denominado Desarrollo Territorial Rural


(DTR) se entiende al territorio no como un espacio físico o geográfico si-
no como una “construcción social, es decir, un conjunto de relaciones
sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de
propósitos compartidos por múltiples agentes públicos y privados” (Sche-
jtman y Berdegué, 2004: 5). De esta manera, el supuesto central es que
“la espesura y la densidad de las relaciones sociales (…) favorecerían la

1 Uno de los principales antecedentes y referentes es el programa LEADER (Liaison Entre Actions de
Developement de l’Europe Rural) desarrollado por la Comisión de la Unión Europea en 1991. Este
programa, basado en una metodología ascendente (bottom-up) y grupos de acción local, promue-
ve la diversificación de las actividades de las zonas rurales.
2 Esta denominación surge de la estrategia que puso en marcha el Banco Mundial -desde la crisis
del sector externo en 1982 con la crisis de la deuda- “a fin de cooperar con los países receptores
de créditos destinados a viabilizar el proceso de adaptación a la nueva política económica recomen-
dada por los acreedores internacionales” (Rofman, 2000: 22).

4 I NDICADORES S OCIALES
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aparición de oportunidades innovadoras de desarrollo” (Schneider y Peyré


Tartaruga, 2006: 72).3

En este contexto, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria,


como una de las principales instituciones abocadas al desarrollo rural en
Argentina, ha adoptado este enfoque en sus estrategias de intervención.4
Así, en relación a las actividades de Transferencia y Extensión se esta-
blece que:
“El nuevo planteo de desarrollo rural con enfoque territorial
incluye el concepto ampliado de lo rural y los vínculos urbano-
rurales; la consideración del desarrollo territorial en un espacio
determinado, con un proyecto concertado, para el mediano y lar-
go plazo; la heterogeneidad de los territorios; la convocatoria a
todos los agentes del territorio; la combinación de empleo agríco-
la, no agrícola y servicios; la demanda externa al territorio como
motor de las transformaciones productivas; la competitividad
sistémica; el fortalecimiento de la gestión y desarrollo institu-
cional” (INTA, 2005a: 45-46).

A continuación se presentan brevemente las estrategias de interven-


ción del INTA y los conceptos centrales del enfoque de desarrollo territo-
rial utilizado en la institución.

2.1 Las estrategias de intervención del INTA

A fines de los 90, el INTA inicia un proceso para la transformación y


fortalecimiento de su Sistema de Extensión y Transferencia de Tecnología
a partir de la experiencia y las demandas de los programas de interven-
ción. A partir del mismo, se define “a la promoción de los sistemas locales
de innovación y conocimiento, como su nuevo rol paradigmático” 5

En este contexto, el Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural


Sustentable (PROFEDER) comienza a funcionar en 2003 como programa

3 Si bien este documento no tiene como propósito abordar el debate abierto en torno al concepto de
Desarrollo Territorial Rural consideramos necesario mencionar la existencia de diversas posturas acerca del
mismo. A grandes rasgos, es posible identificar al menos dos visiones: una centrada en la identidad, el con-
senso y la convergencia de intereses y otra que destaca las relaciones de poder y los conflictos entre los
diversos actores de un territorio determinado. Los autores mencionados ejemplifican dichas posturas: así,
Schejtman y Berdegué destacando la identidad y convergencia de intereses se acercan a la primera posi-
ción mientras que Schneider y Peyré Tartaruga destacan la existencia de las relaciones de poder y conflic-
to en la definición y delimitación del territorio mismo (2006: 84-85).
4 El Plan Estratégico Institucional 2005-2015 presenta como objetivo de desarrollo “Fortalecer el desarro-
llo nacional, regional y territorial contribuyendo a la sostenibilidad social, económica y ambiental del
Sistema Agropecuario, Agroalimentario y Agroindustrial” (INTA, 2005a: 32). Establece como objetivos gene-
rales: la competitividad, la salud ambiental y la equidad social. Este último se dirige a “fortalecer la inclu-
sión social y el desarrollo territorial, integrando las economías regionales y locales a los mercados internos
e internacionales, con generación de empleos e ingresos que disminuyan los niveles de pobreza rural-urba-
no” (INTA, 2005a: 33).
5 INTA (2006). “Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable”. Programa Nacional de Apoyo al
Desarrollo de los Territorios [CD-Rom]. Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión. Buenos Aires. p.5.

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marco para direccionar el curso de acción de los programas ya existentes


Prohuerta, Cambio Rural, Profam6 y Minifundio promoviendo, asimismo,
Proyectos Integrados y de Apoyo al Desarrollo Local7.

Su finalidad es contribuir a la promoción de la innovación tecno-


lógica y organizacional, al desarrollo de las capacidades de todos los ac-
tores del sistema agrario y al fortalecimiento de la competitividad sisté-
mica regional y nacional propiciando la equidad social y la sustentabili-
dad en un marco de apoyo al desarrollo local8.

Los programas que el PROFEDER abarca en su interior se caracteri-


zan por aplicar estrategias y metodologías diferenciadas según población
objetivo, que buscan promover y consolidar acciones que confluyan al
desarrollo local, creando espacios de opinión y participación de los pro-
ductores y sus organizaciones. Con este fin ofrece asistencia técnica y or-
ganizacional, a través de un sistema público-privado, a las pequeñas y
medianas empresas mediante el programa Cambio Rural, a los producto-
res familiares a través del Profam, a los minifundistas con el programa
Minifundio y a los sectores más vulnerables con el Prohuerta. Los Pro-
yectos Integrados y de Apoyo al Desarrollo Local están dirigidos a un
amplio rango de destinatarios de los sectores público y privado ya que sus
finalidades son fortalecer la organización de los productores y las insti-
tuciones y, consensuar y estimular el desarrollo social y económico de un
territorio, respectivamente.

Sobre la base de los lineamientos establecidos en el Plan Estratégico


Institucional, se implementa en el 2006 el Programa Nacional de Apoyo
al Desarrollo de los Territorios (PNADT), cuya finalidad es “Apoyar el de-
sarrollo de las competencias de los actores del Sistema Agroalimentario,
y fortalecer las capacidades del INTA para la gestión de las estrategias de
intervención en los territorios. De esta manera, se pretende realizar apor-
tes para la mejora de la competitividad local y regional, en un ámbito de
equidad social y sustentabilidad ambiental” (INTA, 2006).

El PNADT inició en Agosto de 2006 sus acciones en los territorios a


través de tres instrumentos: PROFEDER, Proyecto Integrado de Innova-
ción Tecnológica y Organizacional y Proyecto Integrado de Innovación en
Finanzas y Mercadeo. En Noviembre de 2007 se aprueba el Proyecto
Integrado de Innovación Productiva y Organizacional para la Equidad So-
cial orientado a fortalecer las capacidades de intervención en el sector
más vulnerable de ámbito urbano, periurbano y rural.

6 Si bien el Profam fue aprobado en 1997 es con el inicio del PROFEDER que comienza su imple-
mentación.
7 Sitio web INTA http://www.inta.gov.ar/extension/profeder/index.htm (consulta Septiembre de 2007)
8 INTA (2003) “Propuesta operativa para la puesta en marcha del Programa Federal de Apoyo al De-
sarrollo Rural Sustentable (PROFEDER)”. Dpto. de Extensión y Programas de Intervención. INTA.
Febrero 2003.

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De esta manera, en sus líneas de acción el PNADT enfatiza “la arti-


culación de la investigación aplicada, la experimentación, la capacitación
y la transferencia de tecnologías productivas y organizacionales, a fin de
promover y contribuir a la innovación para el desarrollo rural con enfo-
que territorial”.9

2.2 El enfoque de desarrollo territorial del INTA10

Se considera que el desarrollo territorial implica un enfoque tanto


multidimensional como multisectorial. A partir del mismo se busca inte-
grar la dimensión económico-productiva, socio-cultural, ambiental y políti-
co-institucional como así también proveer una mirada integral del territo-
rio. Esto implica, en términos económicos, una vinculación entre la agricul-
tura, la industria y los servicios y, en términos sociales, la integración de los
servicios -salud, educación, infraestructura, etc.- con el fin de mejorar la
calidad de vida y el bienestar de la población que habita ese territorio.

Así, se define al desarrollo local/territorial como “un proceso de


construcción social, implementado por los actores del territorio que
apunta a la generación de capacidades locales para aprovechar los recur-
sos propios y movilizarlos hacia la satisfacción de las necesidades y los
problemas de la comunidad”.11

Este enfoque se basa en una concepción ampliada de lo rural que


integra tanto las actividades agropecuarias como las no agropecuarias.

Los objetivos principales del desarrollo local/territorial “son la


creación de empleo y el aumento de la equidad social para mejorar la cali-
dad de vida de los habitantes de una comunidad. Para ello, se trabaja en el
fortalecimiento del capital social y del sistema económico productivo del
territorio”.12

A continuación se presentan algunas de las definiciones más rele-


vantes que caracterizan este enfoque siguiendo el documento utilizado
para la difusión a nivel nacional del PNADT13:

9 INTA (2006). “Programa Nacional: Apoyo al Desarrollo de los Territorios”. Programa Nacional de
Apoyo al Desarrollo de los Territorios [CD-Rom]. Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión.
Buenos Aires. p.5
10 Este apartado ha sido elaborado en base a los documentos INTA (2007) “Enfoque de desarrollo
territorial”. Documento de Trabajo Nº 1. PNADT. Buenos Aires
(http://www.inta.gov.ar/extension/doc/trabajo1.pdf ); INTA (2006) Programa Nacional de Apoyo al
Desarrollo de los Territorios [CD-Rom]. Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión. Buenos
Aires.
11 INTA (2006). “Glosario”. Programa Nacional de Apoyo al Desarrollo de los Territorios [CD-Rom].
Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión. Buenos Aires.
12 Ibíd.
13 Ibíd.

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Potencial de desarrollo del territorio: “comprende los recursos na-


turales, humanos, económicos, culturales e institucionales que posee
un territorio, que constituyen el punto de partida para iniciar proce-
sos de desarrollo local. En otras palabras, “partir de lo que se tiene”
para proyectar acciones a futuro”.

Competitividad económica: “es la capacidad de los actores locales


para producir y mantener el máximo de valor agregado en el terri-
torio, articulando sectores económicos y desarrollando actividades
innovadoras que integren diferentes recursos locales”.

Competitividad sistémica o territorial: “…se busca crear institu-


ciones y redes de cooperación público-privadas, con el fin de impul-
sar el surgimiento de un entorno local/territorial que promueva un
mayor aprovechamiento de los recursos locales y facilite el proceso
de innovación tecnológica y organizativa”.

Innovación: “es el resultado de un proceso colectivo donde diversos


actores interaccionan y producen conocimiento para la acción”.

Identidad territorial: “es el conjunto de percepciones colectivas que


tienen los habitantes de un territorio con relación a su pasado, sus
tradiciones y sus saberes, su estructura productiva, su patrimonio
cultural, sus recursos naturales y económicos y su futuro”.

Capital social: “son los valores y la cultura locales, reflejados en las


normas, instituciones y organizaciones de la comunidad, que pro-
mueven la confianza y la cooperación entre las personas y expresan
la capacidad de una sociedad para trabajar unida por un objetivo
común”.

Como se ha podido observar, varios de los componentes del enfoque


de desarrollo territorial hacen referencia a dimensiones sociales, cultura-
les y político-institucionales, entre ellos: capital social, movilización y
participación social, identidad y cultura.14 La incorporación de estos con-
ceptos presenta un desafío para su medición dado su elevado nivel de
abstracción. En los siguientes apartados se abordan herramientas meto-
dológicas referidas al proceso de operacionalización de conceptos y la
construcción y utilización de indicadores sociales en proyectos de desa-
rrollo.

14 Los componentes del desarrollo local/territorial mencionados en el PNADT son: “Movilización y


participación social; Valorización de la identidad y la cultura; Actitud proactiva del gobierno local;
Cooperación público-privada; Coordinación de programas e instrumentos; Red territorial de actores;
Valorización de los recursos locales; Búsqueda de iniciativas innovadoras; Dotación de infraestructu-
ra y servicios básicos; Diversificación productiva; Creación de emprendimientos; Capacitación de
recursos humanos”. Estos son los criterios adoptados que indican la existencia de un enfoque de desa-
rrollo territorial en los proyectos PROFEDER.

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3/ APORTE METODOLÓGICO:
el PROCESO de OPERACIONALIZACIÓN

Hay ciertos conceptos como calidad de vida, participación, capital


social que son incorporados como objetivos a alcanzar en los proyectos
de desarrollo. Sin embargo, estos conceptos no son directamente obser-
vables ofreciendo un mayor grado de dificultad para su captación y con-
secuente medición. Así, es frecuente encontrar casos donde no existe una
correlación estrecha entre los conceptos e indicadores planteados.

Con la finalidad de explicitar el camino por el cual se pasa de con-


ceptos abstractos a indicadores empíricos, en este apartado se realiza una
revisión de los elementos y fases del proceso de operacionalización de
conceptos utilizados en la investigación social.

3.1 Conceptos, variables e indicadores

Los conceptos pueden definirse como el “contenido semántico o


significado de los signos lingüísticos y de las imágenes mentales” (Corbe-
tta, 2003: 81). Es decir, son abstracciones, construcciones lógicas que ex-
presan un hecho o fenómeno no directamente observable.

Pero ¿cómo lograr la observación de fenómenos y conceptos de ele-


vado nivel de abstracción como por ejemplo desarrollo, calidad de vida,
poder, clase social, individualismo?

El proceso de operacionalización consiste en la transformación de


conceptos y proposiciones teóricas en variables empíricas o indicadores.
En las ciencias sociales el uso del término variable es amplio, suele ser uti-
lizado como sinónimo de “fenómeno”, “dimensión”, “propiedad”, “aspec-
to”, etc. (Ander Egg, 2004: 221). Sin embargo, algunas definiciones coin-
ciden en señalar que las variables son características observables de un
fenómeno u objeto que asumen diferentes valores o categorías:

“… por variable entendemos cualquier característica, cualidad o atri-


buto de una persona, grupo o acontecimiento, que puede cambiar de valor”
(Güell, 1973: 51).

“Se trata de una característica observable o un aspecto discernible en


un objeto de estudio que puede adoptar diferentes valores o expresarse en
varias categorías, al menos dentro de ciertos límites, en una escala conti-
nua” (Ander Egg, 2004: 221).

“Por variable se entiende cualquier cualidad o característica de un


objeto (o evento) que contenga al menos dos atributos (categorías o va-

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lores) en los que pueda clasificarse un objeto o evento determinado (...) De


este modo, la medición de una variable consiste en el proceso de asignar va-
lores o categorías a las distintas características que conforman el objeto de
estudio” (Cea D’Ancona, 1999: 126).

En la investigación social, las relaciones que se establecen entre dos


o más variables pueden ser de causalidad, covariación, dependencia, aso-
ciación, etc. Así, mientras que los estudios descriptivos buscan determinar
las categorías variables que caracterizan a un fenómeno, los explicativos
pretenden estudiar las relaciones y efectos de los fenómenos sociales a
través de la vinculación entre variables15.

Por otra parte, según el nivel de abstracción las variables se clasi-


fican en generales, intermedias y empíricas o indicadores.16

De esta manera, se considera a los indicadores como variables empí-


ricas, indicios que dan cuenta de la ocurrencia de un fenómeno determi-
nado con cierta certeza o probabilidad.

Se denomina indicador a “una observación empírica que sistematiza


aspectos de un fenómeno que resultan importantes para uno o más pro-
pósitos analíticos y prácticos. Si bien el término indicador puede aludir a
cualquier característica observable de un fenómeno, suele aplicarse a aque-
llas que son susceptibles de expresión numérica” (CEPAL, 2004 citado por
Cecchini 2005: 12).

En este punto cabe señalar que existe una polémica en torno a la


medición de datos cualitativos y su tratamiento numérico. Algunas posi-
ciones destacan que la medición sólo remite a la asignación de números
a objetos o acontecimientos, considerando inapropiado hablar de medi-
ción cuando no se dispone de unidades de medida o números: “en estos
casos el paso de la propiedad a la variable consiste en una operación dis-
tinta a la medición que, según los casos, consiste en una clasificación (por
ejemplo, clasificamos la nacionalidad según la nación) o en una ordena-
ción (por ejemplo, ordenamos las profesiones según su prestigio social) o
en un cómputo (por ejemplo, contamos el número de hijos de una per-
sona)” (Corbetta, 2003: 83-84). No obstante, desde otra posición, se seña-
la que “la medición de las unidades es un proceso con dos etapas: primero

15- La bibliografía señala como uno de los elementos básicos del método científico la formulación
de hipótesis, esto es, el establecimiento de posibles relaciones entre fenómenos. Las hipótesis “son
suposiciones que anticipan la naturaleza de las relaciones entre dos o más variables (…) son tenta-
tivas de explicación de los hechos y fenómenos que se van a estudiar” (Ander Egg, 2004: 213). Así,
se considera que la verificación de las hipótesis debe cumplir dos requisitos: “que las variables con-
sideradas en la hipótesis puedan ser traducidas en indicadores; que exista una técnica que permita
la confrontación empírica de las hipótesis” (Ander Egg, 2004: 219).
16- Además del nivel de abstracción, existen diversas clasificaciones de variables en función de: su
naturaleza (cualitativas o cuantitativas); su amplitud (individuales y colectivas); su escala (nominal,
ordinal, de intervalo y de razón); su posición (internas -dependiente e independiente- y extrañas -
relevantes e irrelevantes-) (Sierra Bravo, 1989).

10 I NDICADORES S OCIALES
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el valor, luego el número” (Galtung, 1966: 79). De esta manera, las vari-
ables cualitativas son susceptibles de medición en un nivel nominal y ordi-
nal mientras que, las cuantitativas pueden ser también medidas en nivel
intervalar y de razón.17 Así, la medición de una variable consistiría “en el
proceso de asignar valores o categorías a las distintas características que
conforman el objeto de estudio” (Cea D’Ancona, 1999: 126).

Consideramos que esta última concepción resulta más apropiada


para las ciencias sociales, donde los conceptos y dimensiones son cualita-
tivos, los cuales pueden ser también tratados de manera estadística.

3.2 Las fases del proceso de operacionalización

El procedimiento para la operacionalización de conceptos más difundi-


do es el formulado por Lazarsfeld (1973)18 y comprende las siguientes fases:

1.Representación teórica del concepto, de forma de que queden


reflejados sus rasgos definitorios.

2.Especificación del concepto, descomponiéndolo en las distintas


dimensiones o aspectos relevantes que engloba. En general, los
conceptos asociados a fenómenos sociales comprenden una plu-
ralidad de dimensiones.

3.Elección de indicadores (o variables empíricas) que indiquen la


extensión que alcanza la dimensión en los casos analizados. Cada
dimensión debe tener al menos un indicador.

4.Construcción de índices. A cada indicador se le asigna un peso o


valor, de acuerdo con su importancia. A partir de estos valores se
confecciona un índice, una medida común que agrupe a varios
indicadores de una misma dimensión conceptual operacionaliza-
da numéricamente o un índice que agrupe la totalidad de las di-
mensiones que componen el concepto.

En síntesis, luego de haber seleccionado la unidad de análisis o de


observación, para operacionalizar un concepto: 1º se enuncia o define el
mismo (definición teórica); 2º se identifican sus dimensiones o aspectos
principales (definición operativa)19; 3º se seleccionan indicadores de cada
dimensión y, 4º se construye, según el caso, un índice.

17- La clasificación de variables según nivel de medición se encuentra desarrollado en el apartado 4.2
18- El artículo consultado -publicado en inglés en 1965- es un extracto de Evidence and inference in
social research publicado en 1958 (Lazarsfeld, 1973: 35).
19- Si bien Lazarsfeld no habla de definición operativa, identificamos este segundo paso como el
correspondiente a esta operación. La definición operativa consiste en “establecer las reglas para su tra-
ducción en operaciones empíricas” (Corbetta, 2003: 82-83). En este sentido Ander Egg agrega que en
las ciencias sociales las definiciones operacionales u operatorias también se denominan definiciones de
trabajo o funcionales. “Con estas definiciones no se pretende expresar todo el contenido sino identifi-
car y traducir los elementos y las propiedades observables del objeto que tengan la cualidad de especi-
ficar su naturaleza” (Ander Egg, 2004: 210).

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En la primera y segunda fase el concepto o construcción abstracta


es definido en forma teórica y luego analizado en sus principales com-
ponentes de significado, “dimensiones” o “aspectos”. Así, Lazarsfeld sos-
tiene que las componentes o dimensiones “pueden ser deducidas analíti-
camente a partir del concepto general que las engloba, o empíricamente,
a partir de la estructura de sus intercorrelaciones” (Lazarsfeld, 1973: 37).

En la bibliografía sobre metodología de investigación social se reali-


zan numerosas consideraciones sobre estas fases del proceso de operacio-
nalización. Así, se destaca que los conceptos incluyen una gran variedad
de aspectos o dimensiones por lo que nunca puede abarcarse la totalidad
del mismo; sin embargo, se señala que desagregar el concepto en nume-
rosas dimensiones dificulta su análisis. Por esta razón, en general se seña-
la que es tarea del investigador seleccionar aquellas dimensiones conside-
radas más relevantes.

La segunda fase, la descomposición del concepto en sus dimensiones,


aspectos o variables, es señalada como la fase de operacionalización en
sentido estricto (Corbetta, 2003: 83).

La tercera fase consiste en la selección de los indicadores corres-


pondientes a cada dimensión. Éstos “reciben este nombre porque indican
o son indicios de otras variables más generales y por ello de su existencia
se puede inferir la concurrencia de dichas variables más abstractas” (Sie-
rra Bravo, 1989: 112).

En este punto la literatura metodológica destaca la parcialidad de la


relación entre concepto e indicador ante la imposibilidad de los indicado-
res, dada su especificidad, de captar esa complejidad. “Los indicadores re-
presentan “aproximaciones” en términos de “probabilidad” al concepto que
miden. Ello se debe, precisamente, a las características de generalidad y abs-
tracción que definen a todo concepto” (Cea D’Ancona, 1999: 137-138).20

De este modo, el problema se encuentra en lograr la mayor corres-


pondencia posible entre el sistema conceptual y el empírico, para alcan-
zar resultados válidos y confiables acerca del fenómeno que se analiza.21

Finalmente, la cuarta fase señalada por Lazarsfeld “consiste en sin-


tetizar los datos elementales obtenidos en las etapas precedentes” (La-
zarsfeld, 1973: 40).

20- De allí surge la recomendación de recurrir a más de un indicador para registrar operativa-
mente un concepto (Lazarsfeld, 1973: 38; Cea D’Ancona, 1999: 137-138 y Corbetta, 2005: 99).
Además, se señala la importancia de la validación previa de los mismos (Lazarsfeld, 1973: 39).
21-La validez hace referencia a la relación que ha de existir entre el concepto (nivel teórico) y
el indicador (nivel empírico), es decir, si brinda una representación adecuada del significado del
concepto (Cea D’Ancona, 1999:150). El principio de confiabilidad implica que “observaciones
repetidas de las mismas respuestas por el mismo observador deben producir los mismos datos”
(Galtung, 1966: 23). Por otra parte, se señala que todo dato además de ser confiable y válido
debe ser objetivo, es decir que, “observaciones repetidas de las mismas respuestas por observa-
dores diferentes deben producir los mismos datos” (Galtung, 1966: 23).

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El interés puede estar puesto en la construcción de un índice gene-


ral, es decir, que a partir de información numérica provista por los indi-
cadores de cada dimensión del concepto se puede generar un índice o ci-
fra resumen de los diversos indicadores utilizados. A su vez, se puede rea-
lizar el estudio de las relaciones entre las dimensiones y variables exter-
nas. Igualmente, en el último caso es necesario hacer una síntesis de los
indicadores elegidos de la dimensión seleccionada (Lazarsfeld, 1973: 40).

“Para el cálculo del índice se necesita que las distintas medidas se


transformen en una escala de medición común, con la finalidad de facilitar
su agregación. Este proceso de consecución de un índice suele acompañarse
de la ponderación. Ponderar significa asignar “pesos” a los distintos valores
que presentan los indicadores, en un intento de expresar diferencias en la
importancia relativa de cada uno de los indicadores en el índice compuesto”
(Cea D’Ancona, 1999:139).

La construcción de índices es más utilizada en procesos de investiga-


ción y no en la formulación de proyectos, temática principal a la que a-
punta este documento. Sin embargo, los índices pueden servir como ins-
trumento en instancias decisionales, elaboración de diagnósticos y eva-
luación de impacto.

Lo expuesto en este apartado se basa principalmente en la posibili-


dad de la obtención directa de datos. Sin embargo, frecuentemente sólo
se dispone de fuentes secundarias de datos: fuentes estadísticas y tam-
bién trabajos de terceros.22 Es necesario señalar que en estas situaciones
es alto el riesgo de hallar indicadores ligados a conceptos ajenos al que se
quiere registrar (Corbetta, 2003: 102). Por ello, su utilización requiere es-
pecial precaución a fin de evitar resultados y conclusiones erróneas.

Por último, cabe destacar que se ha observado que algunos autores


hablan de “operacionalización de conceptos” (Lazarsfeld, 1973) mientras
que otros autores, en base a la clasificación de variables según nivel de
abstracción -general, intermedia y empírica-, describen este proceso
como “operacionalización de variables” (Ander Egg, 2004) u “operati-
vización de variables” (Sierra Bravo, 1989); asimismo, otros usan indistin-
tamente los términos concepto y variable (Sabino, 2006).

De aquí se desprende que la atribución del carácter de concepto o


variable depende del objetivo y finalidad planteados y del nivel de
abstracción en que nos situemos, ya que en algunos casos el concepto se
ubica en un nivel de abstracción mayor que la variable. Así, por ejemplo,
el término pobreza puede ser utilizado como concepto o variable. Se i-

22- “Los datos primarios son aquellos que el investigador obtiene directamente de la realidad,
recolectándolos con sus propios instrumentos (…) Los datos secundarios, por otra parte, son
registros escritos que proceden también de un contacto con la práctica pero que ya han sido
escogidos y muchas veces procesados por otros investigadores” (Sabino, 2006: 156-157).

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dentifica el concepto de pobreza a las ideas de “privación” y “carencia” de


bienestar. Si bien el concepto de pobreza abarca múltiples dimensiones,
su tratamiento operativo se restringe a los aspectos medibles -general-
mente materiales- del bienestar. De este modo, es usual la utilización del
nivel de pobreza de individuos, hogares o localidades como variable em-
pírica o indicador.

A continuación, se presenta de manera gráfica el proceso de opera-


cionalización según las posiciones enunciadas: aquellas que describen la
operacionalización de conceptos y las que señalan la operacionalización
de variables (Figura Nº 1).

Figura Nº 1:
Las fases del proceso de operacionalización de conceptos o variables

Teoría
Concepto Concepto
Variable general *

Operacionalización

Dimensiones Dimensiones Dimensiones


o Variable Intermedias*

Indicador Indicador Indicador Indicador Indicador


o Variable Empírica*

Indicador

Indice
Indice
de la dimensión
de la dimensión

Indice

Fuente: Elaboración propia en base a Lazarsfeld (1973); *Sierra Bravo (1989); *Ander Egg (2004)

Es posible ejemplificar este proceso a partir de la propuesta de


medición del Desarrollo Humano realizado por el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD). (Figura Nº 2)23.

23-La operacionalización del concepto de calidad de vida se encuentra ejemplificada en el Anexo 7.1

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El concepto de desarrollo humano es definido como el “proceso de


incrementar las posibilidades de elección de las personas” (Mancero,
2001: 7)24. La traducción empírica de este concepto se realiza a partir de
la selección de tres dimensiones o componentes con sus respectivos
indicadores: una vida larga y digna (a través del indicador esperanza de
vida al nacer), conocimientos (mediante la tasa de alfabetización de adul-
tos y la tasa bruta de matriculación combinada primaria, secundaria y ter-
ciaria) y, un nivel de vida decoroso (indicado por PBI per capita).

Figura Nº 2:
Construcción del Índice de Desarrollo Humano (IDH) - PNUD

Una vida Conocimientos Un nivel


Componente larga y saludable
de vida decoroso

Esperanza Tasa de Tasa bruta PBI per cápita


de vida al nacer alfabetización de matriculación (PPA, dólares EEUU)
Indicador
Indice de Indice de
alfabetización la tasa bruta
de adultos de matriculación

Indice del Indice de esperanza


de vida Indice de educación Indice PBI
componente

Indice de desarrollo humano (IDH)


Fuente: http://www.desarrollohumano.org.ar/DHumano.asp (consulta 26/7/2007)

Finalmente, resulta importante destacar que si bien el desarrollo


humano fue operacionalizado a través de estas tres dimensiones, las mis-
mas no dan cuenta de la totalidad del concepto. La definición brindada
por el PNUD -“desarrollo humano como proceso de ampliación de las
opciones de la gente, aumentando las funciones y capacidades humanas”-
implica además otros aspectos como “la participación, la seguridad, la
sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos, todas necesarias
para gozar de respeto por sí mismo, potenciación y una sensación de
pertenecer a una comunidad.” 25

Reconociendo las limitaciones de la utilización de escasos indicado-


res sobre fenómenos multidimensionales -en este caso el desarrollo hu-
mano-, se señala que el IDH presenta la ventaja de condensar información
económica y social en un solo índice lo que permite “evaluar el desarro-
llo o decidir políticas, frente a la alternativa de presentar datos desagre-
gados a través de una serie de indicadores” (Mancero, 2001: 19).

24- Según el autor, “esta definición, basada en el enfoque de capacidades y titularidades de Amartya
Sen, se refiere no solo a las posibilidades de elección que permite un mayor ingreso, sino a la oportuni-
dad razonable de las personas para desarrollar su potencial y “llevar una vida productiva y creativa, de
acuerdo con sus necesidades e intereses” (Informe, 1990)” (Mancero, 2001: 7).
25- Sitio web PNUD. Glosario. http://www.desarrollohumano.org.ar/glosario.asp (consulta 26/7/2007)

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4/ INDICADORES SOCIALES

En el marco del enfoque de desarrollo territorial cobra importancia


la utilización de los indicadores sociales ya que aportan evidencia empíri-
ca para la realización de diagnósticos, implementación de políticas públi-
cas, formulación de programas y proyectos. A pesar de su relevancia, los
indicadores sociales han sido menos explorados que los económicos y téc-
nico-productivos, en parte por remitir a fenómenos más abstractos y, por
ende, de difícil medición.

De esta manera, para contribuir a su construcción y selección en


este apartado se presentan, en primer lugar, algunas definiciones de indi-
cador social, sus áreas o campos de aplicación y en segundo lugar, una
clasificación de los distintos tipos de indicadores sociales.

4.1 Definiciones y áreas de utilización

A pesar de que el término “indicador social” es ampliamente utiliza-


do, existen escasas definiciones del mismo. Generalmente, los indicadores
sociales son utilizados como medidas de cambio en dimensiones sociales
(FLACSO, 1979).

Así, los indicadores sociales, han sido definidos como “Indicadores


referidos a variables sociológicas; esto es, que buscan describir de manera
agregada las características y procesos, observables o no, de poblaciones
o grupos sociales”.26

También, se define a los indicadores sociales como “instrumentos


analíticos que permiten mejorar el conocimiento de distintos aspectos de
la vida social en los cuales estamos interesados, o acerca de los cambios
que están teniendo lugar” (Cecchini, 2005: 11).

Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadísticas de España (INE)


los define como “compendio de datos básicos que dan una medida con-
cisa de la situación y cambios relativos a aspectos de condiciones de
vida de la población que son objeto de preocupación social a partir de
información estadística disponible” (Hernández Blázquez, 2001: 94).27

26- “Sistema de Indicadores Sociales de Venezuela”. Glosario. http://www.sisov.mpd.gov.ve/glosario/


index.html (consulta Diciembre 2005). El resaltado en negrita es propio.
27- El resaltado en negrita es propio.

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Algunas de las aplicaciones de los indicadores sociales mencionadas


son: descripción de una situación social; medición de cambios de una si-
tuación dada, proyecciones y tendencias; seguimiento y evaluación de
una acción social; como instrumentos para la toma de decisiones.28

Los indicadores sociales de mayor difusión se refieren a las siguientes


áreas o campos29: Población, Vivienda y servicios básicos, Salud, Educa-
ción, Trabajo e Ingresos, Pobreza, Género.

A continuación se mencionan algunos de los indicadores más uti-


lizados para estas áreas que pueden ser desagregadas a nivel local, provin-
cial y nacional así como también según sexo, edad, área geográfica (ur-
bano/rural), entre otras. Asimismo, la unidad de análisis puede ser la per-
sona, el hogar, la vivienda.

 Población: tamaño de la población, cantidad de población según


edad o sexo, tasa de crecimiento de la población, densidad de la
población, porcentaje de población rural, tasa de migración, tasa de
fertilidad.

 Vivienda y servicios básicos: material predominante en techos, pa-


redes y pisos de la vivienda, régimen de tenencia de la vivienda (pro-
piedad, alquiler, préstamo, cesión), número de personas por cuarto.
Acceso a servicios básicos: cantidad de viviendas con acceso a servi-
cio de agua potable, electricidad, gas en red o envasado; alumbrado
público, calles pavimentadas, servicio de recolección de residuos,
transporte público a menos de 300 metros a la redonda.

 Salud: porcentaje de personas con cobertura médica privada u obra


social, tasa de morbilidad, tasa de mortalidad infantil, esperanza de vi-
da al nacer, cantidad de camas de hospital por habitante, promedio de
habitantes por médico, gasto público en salud.

 Educación: población según nivel de instrucción alcanzado, tasa de


matriculación según nivel de enseñanza, tasa de alfabetización, tasa
de analfabetismo, tasa de repitencia escolar, número de estable-
cimientos por nivel educativo, gasto público en educación, prome-
dio de estudiantes por docente según nivel de enseñanza.

28- Aplicaciones atribuidas a Mario Bunge en Ander Egg (2004).


29 - Este listado de áreas ha sido realizado a partir de las diversas fuentes bibliográficas y estadísticas
consultadas. Los nombres de las categorías e incluso su agrupación pueden variar, sin embargo, hacen
referencia al mismo tipo de temáticas. En el caso argentino, el INDEC ha desarrollado un Sistema de
Estadísticas Sociodemográficas (SESD) que tiene como objetivo “reflejar la situación y evolución social
del país y de sus jurisdicciones, a través de un conjunto de indicadores construidos a partir de diver-
sas fuentes. Las áreas que lo componen son: Dinámica y estructura de la población, Familia y hogares,
Vivienda y saneamiento ambiental, Salud, Educación, Trabajo e ingresos, Seguridad social, Seguridad
pública, Condiciones de vida, Situación de la mujer, Grupos poblacionales (Niños y adolescentes;
Jóvenes y Adultos mayores)”. Fuente: http://www.indec.gov.ar/ (consulta 12/7/2007).

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 Trabajo e ingresos: tasa de empleo, tasa de desocupación, tasa de


subocupación, tasa de sobreocupación horaria, porcentaje de
asalariados con aportes jubilatorios, cantidad de beneficiarios de los
programas de empleo, cantidad de beneficiarios del seguro de
desempleo, porcentaje del ingreso agropecuario en el ingreso total
del hogar, porcentaje de ingresos extraprediales en el total de los in-
gresos del hogar agropecuario.

 Pobreza y condiciones de vida: población con Necesidades Básicas


Insatisfechas (NBI), población por debajo de la Línea de la Pobreza
(LP) e Indigencia (LI), porcentaje del gasto público social en progra-
mas de asistencia social, distribución del ingreso de las personas por
quintiles.

 Género: relación entre niñas y niños en la educación primaria, se-


cundaria y superior, razón de alfabetización entre mujeres y hom-
bres de 15 a 24 años de edad (5 o más años de estudio aprobados),
proporción de mujeres en empleos remunerados del sector no agrí-
cola, proporción de puestos ocupados por mujeres en el Parlamento
Nacional.30

De esta manera, se puede observar que los indicadores pueden refe-


rirse, según la amplitud de la unidad de análisis, a individuos o colectivos
(conjunto de individuos, organizaciones o instituciones, localidades, paí-
ses, etc.). 31

Los indicadores individuales pueden ser absolutos o relativos. Entre


los primeros, destacamos los de base que caracterizan al individuo en sí
mismo, por ejemplo sexo, edad, ingreso, profesión, religión, etc. Por otra
parte, dentro de los relativos se encuentran los relacionales que carac-
terizan al individuo pero en relación al conjunto del que forman parte, por
ejemplo proporción de productores que incrementaron su ingreso o que
incorporaron tecnología con respecto a un grupo de pertenencia dado
(grupo perteneciente al Programa Cambio Rural, productores avícolas,
productores agropecuarios de una localidad, etc.)

30- Estos indicadores han sido elaborados en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y
corresponden al objetivo 3 “Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer”. La te-
mática de género es transversal a todas las áreas temáticas del SESD -INDEC ya que todos lo indica-
dores pueden ser desagregados por sexo (Maguid, 2000).
31- La distinción que aquí se realiza es una selección de la clasificación de variables elaborada por
Lazarsfeld y Menzel en 1961, ampliamente utilizada (Galtung, 1966; Sierra Bravo, 1989). La clasifica-
ción completa menciona variables individuales y colectivas: entre las individuales se distinguen
variables absolutas -que se clasifican en de base; de personalidad; de opiniones y conductas- y varia-
bles relativas -comparativas; relacionales; contextuales-. Entre las colectivas se encuentran varia-
bles individuales o analíticas; estructurales y globales.

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Por otra parte, dentro de los indicadores colectivos se destacan los


estructurales, que caracterizan al conjunto como agregación de las carac-
terísticas de las unidades que lo componen. Por ejemplo, superficie media
de EAPs de un grupo dado, densidad de una red de instituciones medida por
ejemplo a partir de la cantidad de interconexiones entre los nodos.

Es necesario aclarar que, según el nivel de análisis, la unidad de ob-


servación u objeto de estudio puede ser considerada individuo o colecti-
vo. Así por ejemplo, un grupo de Cambio Rural puede ser analizado como
colectivo (conformado por un número dado de productores) o como in-
dividuo (relacionado con un colectivo del cual forma parte).

4.2 Clasificación de indicadores

A los fines del presente documento se han seleccionado las siguien-


tes distinciones realizadas por Cecchini (2005): Indicadores cualitativos y
cuantitativos; absolutos y relativos; simples y compuestos; intermedios y
finales. Asimismo, se introduce la definición de indicador indirecto o pro-
xy de uso frecuente en la formulación de proyectos.

4.2.1 Indicadores cuantitativos y cualitativos

Mientras que los indicadores cuantitativos se refieren a aspectos


tangibles de la realidad, los indicadores cualitativos describen caracterís-
ticas intangibles. Los indicadores cuantitativos parten de observaciones
objetivas y verificables como por ejemplo número de productores, ingre-
sos, población NBI, etc. En cambio, los indicadores cualitativos se refieren
a percepciones, valores, opiniones y vivencias intersubjetivas como por
ejemplo grado de satisfacción con el trabajo grupal, grado de partici-
pación en el proyecto, grado de satisfacción con los resultados alcanza-
dos por el proyecto, grado de satisfacción con el desempeño del técnico.

De todas maneras, como sostiene Cecchini, “las respuestas descripti-


vas pueden ser agrupadas en categorías y presentadas en forma numéri-
ca” (Cecchini, 2005:14), y trabajadas como variables nominales observ-
ables. Es decir, los indicadores cualitativos pueden ser luego cuantifica-
dos. Por ejemplo, los resultados del indicador “grado de satisfacción con
el trabajo grupal” pueden ser expresados de manera métrica: el 80% de
los participantes en el proyecto están satisfechos con el trabajo grupal.

Por otra parte, en la bibliografía consultada se clasifica a las varia-


bles como cuali o cuantitativas según el nivel de medición utilizado para
su observación. De este modo, se define a las variables cualitativas como
las variables medidas en escala nominal y ordinal ya que la característica
que miden de la unidad de análisis es una cualidad. Las variables cuanti-
tativas son las variables medidas en escala intervalar y de razón, puesto
que lo que miden es una cantidad.

De esta manera, una variable nominal sólo permite clasificar a las

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unidades de análisis en categorías; por ejemplo, sexo: varón y mujer. Las


variables de escala ordinal, además de clasificar a los elementos en dis-
tintas categorías, permiten establecer una relación de orden de las mis-
mas aunque no la distancia entre ellas; por ejemplo, grado de satisfacción
con el trabajo grupal: alto, medio, bajo.

Las variables cuantitativas se clasifican según el nivel de medición en


intervalares cuando permiten clasificar, ordenar y medir la distancia
entre las diferentes categorías, por ejemplo: el peso, la temperatura.
Finalmente, las variables de razón se diferencian de las intervalares en
que se puede establecer un cero absoluto lo que permite realizar cual-
quier operación aritmética, por ejemplo: ingresos, número de habitantes,
número de participantes en el proyecto32.

La elección de indicadores cuali o cuantitativos depende de los obje-


tivos del proyecto como así también de la disponibilidad de datos y recur-
sos. Una de las principales diferencias entre ambos indicadores radica en
el formato de los datos que se utilizan para la construcción de los mis-
mos: mientras que los indicadores cuantitativos derivan de métodos que
recogen información principalmente en formato numérico o en cate-
gorías pre-codificadas, la información utilizada para construir indicadores
cualitativos proviene mayoritariamente de textos descriptivos sin, o con
poca categorización y sin pre-codificación (Cecchini, 2005: 14).

La utilización combinada de indicadores cuantitativos y cualitativos


brindaría información más completa de las experiencias, situaciones y
procesos que se buscan conocer y comprender.

4.2.2 Indicadores absolutos y relativos

Los indicadores “pueden ser expresados en los términos absolutos en


que se realiza la medición (por ejemplo, población total) o relativos, es
decir, derivados mediante un proceso de cálculo que relacione dicha me-
dición con otras magnitudes (por ejemplo, tasa de crecimiento de la po-
blación)” (Cecchini, 2005: 14).

32- El tratamiento estadístico depende del nivel de medición de las variables. Las pruebas
estadísticas no paramétricas son aplicadas a variables con un nivel de medición nominal (por
ejemplo, modo, frecuencia, en ciertos casos chi cuadrado) y ordinal (por ejemplo, modo, frecuen-
cia, mediana, percentil, chi cuadrado) dado que no hacen suposiciones acerca de la distribución
de la población. Por otra parte, las pruebas estadísticas paramétricas, que suponen distribucio-
nes de población o muestreo con distribuciones normales, son aplicadas a variables de nivel de
medición intevalar (por ejemplo, modo, media, desvío estándar, varianza, correlación de Pearson,
correlación múltiple) y de razón (modo, media, desvío estándar, coeficiente de variación, correla-
ción de Pearson, correlación múltiple). Como puede observarse a medida que se asciende en el
nivel de medición es posible realizar una mayor cantidad de pruebas estadísticas; asimismo, todas
las estadísticas apropiadas para las escalas de orden inferior (desde la nominal) están incluidas en
las escalas superiores (de razón) (Zikmund, 1998: 333, 608, 723). Por otra parte, según el objeti-
vo, el nivel de medición de la variable puede ser elegido. Por ejemplo, la variable edad puede ser
tratada a nivel ordinal (niño, adolescente, joven, adulto, anciano) como así también a nivel de
razón (0-13, 14-18, 19-30, 31-50, 51-65, más de 65 años) (Cea D’Ancona, 1999:131).

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Las medidas más frecuentemente utilizadas para expresar indicado-


res en términos relativos son: medias, relaciones o ratio, proporciones o
porcentajes y tasas.

La media “es el promedio de dos o más valores. La media simple de


un conjunto de valores es la suma de todos los valores divididos entre el
número de esos valores” (INDES, 2006). Por ejemplo, el promedio de edad
de los integrantes de un grupo de Cambio Rural.

Un ratio “es una comparación entre dos cantidades que se miden en


una misma unidad. Se expresa como un valor dividido entre otro. El resul-
tado no tiene unidades; las unidades del denominador y el numerador se
cancelan mutuamente” (INDES, 2006). Retomando el ejemplo anterior:

Relación de mujeres con respecto Total de mujeres del grupo N de Cambio Rural
=
a hombres en un grupo de Cambio Rural. Total de hombres del grupo N de Cambio Rural

Si el cociente es igual a 1 quiere decir que existe igual número de


mujeres y hombres en el grupo seleccionado. Si el cociente es menor a 1
indica que es mayor el número de hombres mientras que si es mayor a 1
es mayor el número de mujeres.

Una proporción “es la relación de una parte o subconjunto con el


todo. Es un tipo de relación en la que el denominador es una cantidad que
representa el conjunto total de un grupo de estudio y el numerador es un
subconjunto de éste” (INDES, 2006). Por ejemplo, para examinar la pro-
porción de grupos apícolas dentro del Programa Cambio Rural, se tomaría
como numerador el número de grupos apícolas y, como denominador, el
número total de grupos del Programa. Un porcentaje es una proporción
multiplicada por 100.

Otro ejemplo de la utilización de una proporción ha sido planteado


como uno de los elementos para tipificar las unidades productivas en ex-
plotaciones familiares y no familiares (González y Bilello, 2005:21). El cri-
terio de utilización de mano de obra se refiere a la proporción del trabajo
familiar (F) respecto al total de trabajadores empleados en la explotación
(familiares y asalariados permanentes), denominado “cociente de trabajo
agrícola”.

Cociente de trabajo agrícola = F x 100


F + NF

Se consideran explotaciones familiares cuando el cociente resulta ma-


yor al 50%, es decir cuando la cantidad de trabajadores familiares supera a
la de asalariados permanentes. Si el cociente es igual o menor al 50%, se
consideran explotaciones no familiares (González y Bilello, 2005: 21).

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Se denomina tasa al cociente de un numerador y un denominador


que se expresan en diferentes unidades. “Por lo general, expresamos las
tasas como unidades del numerador por unidades del denominador. Por
ejemplo, los ‘kilómetros recorridos por litro de combustible’ se calculan
dividiendo el número de kilómetros recorridos entre el número de litros
de combustible consumidos en esa distancia” (INDES, 2006).

Un ejemplo difundido es el de tasa de migración. Se la obtiene de la


siguiente manera: se suman todos los ingresos de personas a una región
(usualmente un país) durante un año y se le resta el total de salidas. Si el
resultado es positivo (son más los ingresos que los egresos) estamos
hablando de inmigración neta; si es al revés, emigración neta. A este re-
sultado se lo divide por la cantidad de habitantes de la región considera-
da y se lo multiplica por mil (esto último a efectos de realizar compara-
ciones internacionales). El resultado es la tasa neta de migración cada mil
habitantes.

Tasa neta de migración = Nº de inmigrantes - Nº de emigrantes x 1.000


Población Total

4.2.3 Indicadores simples y compuestos

Los indicadores simples son síntesis o series de datos básicos que se


usan para analizar algún aspecto observable de un fenómeno determina-
do, referidos a una sola variable. Cecchini cita como ejemplos de indi-
cadores simples “la proporción de individuos de una población que posee
una característica dada (ej. porcentaje de personas pobres), las tasas de
frecuencia o de cambio (ej. tasa de crecimiento de la población), las
medias, medianas y otros índices de tendencia central (ej. promedio de
habitantes por médico), y las distribuciones porcentuales sobre las fre-
cuencias acumuladas (ej. deciles de ingreso)” (Cecchini, 2005: 14)

Por otra parte, los indicadores compuestos (o “índices”) son una ci-
fra “resumen” que resulta de la combinación ponderada de diversos indi-
cadores de un concepto (Cea D’Ancona, 1999:139). Por lo tanto, los ín-
dices hacen referencia a más de una variable. El ejemplo más difundido
de un indicador compuesto es el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “En el caso
del IDH, el desarrollo humano se entiende como la interacción de vari-
ables demográficas, de salud, educación e ingreso y se mide ponderando
la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetismo, la tasa de matricu-
lación primaria, secundaria y terciaria y el ingreso real per cápita” (Cecchini,
2005: 14).

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cuaderno 2f:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:26 p.m. Página 23

4.2.4 Indicadores intermedios y finales: de actividades,


producto, resultado e impacto

Los indicadores intermedios se refieren a los indicadores de activi-


dades y productos que contribuyen a alcanzar los objetivos fijados. Los
indicadores finales remiten a los indicadores de resultado e impacto del
proyecto.

Desde esta lógica, la realización de las actividades genera productos


(bienes o servicios) que contribuyen al logro de los objetivos (resultados)
y finalidad (impacto) del proyecto.

Esta clasificación de indicadores, utilizadas en la formulación de


proyectos, se profundiza en el apartado Nº 5.1.

4.2.5 Indicadores indirectos o “proxy”

Es frecuente no disponer de indicadores directos para medir el


alcance del objetivo planteado debido al elevado nivel de abstracción del
mismo, la dificultad en la obtención de la información, su alto costo, o
directamente por inexistencia de datos. En estos casos se recurre al indi-
cador indirecto o proxy que, si bien es menos preciso, debe guardar una
alta correlación con el objetivo. Así, “para tener validez, los indicadores
“proxy” tienen que estar basados en una relación conocida entre la vari-
able de desempeño que se quiere medir y la medida escogida” (Ortegón,
Pacheco y Prieto, 2005: 37). Por ejemplo, para el caso del capital social
podemos utilizar el Nº de asociaciones existentes en una localidad.

Otro ejemplo es el referido al involucramiento de las instituciones


que participan en los proyectos de desarrollo. Para medir el compromiso y
la responsabilidad asumidos en el transcurso del proyecto podrían utili-
zarse indicadores proxy con respecto a los recursos y capacitaciones brin-
dadas. Recursos: porcentaje de recursos financieros provistos por las insti-
tuciones participantes, porcentaje anual de insumos provistos por las ins-
tituciones participantes, porcentaje anual de bienes de capital provistos
por las instituciones participantes, porcentaje de participantes financiados
por instituciones participantes. Capacitaciones: cantidad de cursos orga-
nizados por las instituciones participantes, cantidad de cursos dictados
por las instituciones participantes.

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cuaderno 2f:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:26 p.m. Página 24

5/ LOS INDICADORES SOCIALES


Y LA FORMULACIÓN DE PROYECTOS
CON ENFOQUE DE DESARROLLO TERRITORIAL

En el marco de la formulación, seguimiento o monitoreo y evalua-


ción ex-post de proyectos, los indicadores se utilizan para el diagnóstico
de la situación inicial (sin proyecto), la cuantificación del cumplimiento
de metas establecidas y la medición de impacto.

De esta manera, miden el desempeño de un proyecto al estimar si se


está cumpliendo o se ha cumplido con los objetivos propuestos. Cabe des-
tacar que el uso de indicadores en la formulación e implementación de
proyectos es imprescindible para el seguimiento y evaluación externos así
como para los propios integrantes del mismo. La utilización de indicado-
res por parte de los miembros permite visualizar cómo contribuye el pro-
yecto al cambio de la situación inicial como así también, en el transcurso
del mismo, evidencia la necesidad de realizar ajustes para la obtención de
resultados más acordes a los objetivos propuestos.

Un proyecto es definido como un conjunto de actividades interrela-


cionadas y coordinadas entre sí orientadas a producir determinados bie-
nes y servicios que tienen como fin satisfacer ciertas necesidades o resol-
ver problemas específicos en un espacio y tiempo determinado.

Así, la bibliografía señala que un proyecto constituye tanto una respues-


ta a un problema (a través de productos o servicios) como un proceso, una
metodología de trabajo y una forma de gestión o asignación de recursos.

Los proyectos cuentan con una población objetivo, una localización


espacial, un tiempo de inicio y de finalización y recursos asignados para
el desarrollo de las actividades y objetivos planteados.

En este marco los indicadores se utilizan para medir, evaluar o mos-


trar el progreso de una actividad respecto a los resultados esperados en
cuanto a la entrega de insumos, la obtención de productos y el logro de
los objetivos. De esta manera, son significativos para tomar decisiones,
ejecutar, monitorear, controlar y retroalimentar el proceso de implemen-
tación de los proyectos. Así, se recomienda establecer para cada objetivo
al menos un indicador.33

33- En este punto es preciso mencionar las diferencias y relaciones entre objetivos, metas e indicadores:
“Los objetivos son los fines que se desean alcanzar y se expresan en términos cualitativos (…) las metas
son los niveles cuantitativos que se desean alcanzar en un período determinado (…) los indicadores son
las variables utilizadas en las metas para medir el progreso hacia los objetivos” (Cecchini, 2005: 18). El
resaltado en negrita es propio.

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A continuación se presenta la clasificación de indicadores utilizados


en la formulación de proyectos y luego algunas recomendaciones para su
selección y construcción.

5.1 Tipos de indicadores utilizados en la formulación


de proyectos

La bibliografía sobre formulación de proyectos propone indicadores


de actividades, de producto, de resultado y de impacto34.

Existen diversas denominaciones de este tipo de indicadores. En el


documento “Sistema Integrado de Seguimiento y Evaluación”35 se los de-
fine del siguiente modo:

 ”Indicadores de Procesos/actividades. Se refieren a las actividades


vinculadas con la ejecución o forma en que el trabajo es realizado
para elaborar los productos (bienes y/o servicios), incluyen activi-
dades o prácticas de trabajo tales como procedimientos de com-
pra, procesos tecnológicos y de administración financiera” (INTA,
2005b: 10). Estos indicadores miden los recursos financieros, físi-
cos y humanos para la consecución de productos (INDES, 2006).

 ”Indicadores de Producto: miden la cantidad de bienes o servicios


creados o provistos por el programa u organismo mediante el uso
de los insumos” (INTA, 2005b: 9).

 ”Indicadores de Resultado: permiten medir el aporte que los bienes


y servicios realizaron al cumplimiento de los objetivos del progra-
ma. En otras palabras, se refieren a los cambios, variaciones o me-
joras en el estado de la población, sector de la economía, del me-
dio ambiente, etc. atribuibles exclusivamente a los bienes o servi-
cios entregados por un programa o acción pública tendientes a
cumplir con los objetivos del programa / plan programado” (INTA,
2005b: 9). Miden el acceso a los servicios y la satisfacción con ellos
(INDES, 2006).

 ”Indicadores de Impacto: miden el efecto que los resultados ob-


tenidos provocan en otras variables sobre las que el programa no
actúa en forma directa” (INTA, 2005b: 9). En los proyecto de desa-
rrollo miden la finalidad planteada, el nivel de bienestar de la
población.

34- En el Anexo 7.2 se presentan los modelos de Marco Lógico del BID y del INTA.
35- INTA (2005b). “Sistema Integrado de Seguimiento y Evaluación. Indicadores: conceptos y algu-
nas anotaciones”. Dirección Nacional Asistente de Planificación, Seguimiento y Evaluación.
Documento Taller realizado 21 y 22 de septiembre de 2005.

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En la bibliografía consultada se agrupa a los indicadores de activida-


des y producto bajo el título indicadores intermedios, en tanto que, a los
indicadores de resultado e impacto se los denomina indicadores finales.
Mientras que los primeros “miden los factores que propician la con-
secución del objetivo”, los indicadores finales “miden el efecto de una
intervención en el bienestar de los individuos” (Cecchini, 2005: 15).

Con el fin de ejemplificar la aplicación práctica de esta clasificación


de indicadores tomamos la problemática de las escasas oportunidades
laborales de los jóvenes rurales, la cual es indicada en numerosos proyec-
tos como una de las causas del éxodo rural juvenil36. Este es un fenómeno
multicausal que puede involucrar otras dimensiones referidas a la escasa
oferta educativa, la baja calidad de vida en el medio rural, expectativas
personales y familiares, etc. A continuación desarrollamos a grandes ras-
gos los elementos centrales de lo que constituiría un proyecto vinculado
con esta temática:

 Problema: escasas oportunidades laborales de los jóvenes de fami-


lias agrícolas de la localidad X.

 Finalidad: Disminuir el éxodo rural juvenil en la localidad X.

 Objetivo: Promover la generación de emprendimientos producti-


vos autogestionados por los jóvenes.

 Objetivo específicos:
1- Promover la diversificación productiva e incorpo-
ración de tecnologías apropiadas en las explotaciones
familiares de la localidad X.
2 - Promover el asociativismo en los jóvenes de la loca-
lidad X.

 Actividades:
Capacitación y asesoramiento técnico en emprendi-
mientos productivos (gestión empresaria), diversifica-
ción y asociativismo.

36- El INDEC define como jóvenes a la población entre 15 y 29 años.

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Figura Nº 3:
Ejemplo de indicadores sociales en la formulación de proyectos

 Cantidad de capacitaciones en emprendimientos


productivos / gestión empresaria.
Indicadores  Cantidad de capacitaciones en diversificación pro-
de actividades ductiva.
 Cantidad de capacitaciones en asociativismo
Indicadores
intermedios  Cantidad de explotaciones familiares de la locali-
dad X que incorporan nuevas actividades produc-
Indicadores
tivas.
de producto
 Cantidad de asociaciones / sociedades / contratos
generados por los jóvenes de la localidad X.

 Cantidad de emprendimientos productivos auto-


Indicadores gestionados por los jóvenes de la localidad X.
de resultado  Cantidad de jóvenes de la localidad X miembros de
los emprendimientos productivos generados a par-
Indicadores tir del proyecto
finales
 Tasa de emigración juvenil en la localidad X
Indicadores sin proyecto.
de impacto  Tasa de emigración juvenil en la localidad X
con proyecto.

Fuente: elaboración propia en base a Cecchini (2005).

Por otra parte, según Cecchini, los términos utilizados para describir
los eslabones arriba representados presentan diversas alternativas. Así, los
autores “Cohen y Franco (1992) sugieren que los indicadores de la cade-
na se denominan de proceso (factor causal), productos, efectos (resulta-
dos) e impactos (objetivos)”. Asimismo, la literatura de marco lógico “pro-
pone indicadores de actividades (factor causal), de componentes (produc-
tos), propósitos (resultados) y fin (objetivos)” (Cecchini, 2005: 15)37. En
función de estas distintas denominaciones que aluden a las mismas cate-
gorías hemos elaborado el siguiente cuadro comparativo:

37- En la bibliografía utilizada (Cecchini, 2005: 43-44) se citan los trabajos de “Cohen, E. y Franco,
R. (1992), Evaluación de proyectos sociales. Segunda edición corregida y aumentada. Siglo XXI edito-
res: México, D.F.” y, para marco lógico: “Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (1997). Evaluación:
Una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos (Marco Lógico). Marzo de 1997,
Washington DC”.

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Cuadro Nº 1: Terminologías alternativas de indicadores


en la formulación de proyectos

Cecchini (2005) Marco Lógico Cohen y Franco INDES INTA


BID (1997); Ortegón, (1992) (2006) (2005)
Pacheco y Prieto (2005)

Factor causal Actividades De proceso Actividades Procesos/


(Indicadores Actividades
Intermedios)

Productos Componentes Productos Productos Producto


Indicadores (Indicadores
Intermedios)

Resultados Propósitos Efectos Efectos Resultado


(Ind. Finales)

Objetivos
(Ind. Finales) Fin Resultados Impactos Impacto

Fuente: elaboración propia en base a Cecchini (2005); INDES (2006); Ortegón, Pacheco y Prieto (2005); INTA (2005b).

5.2 Selección de indicadores en la formulación


de proyectos

La elección de los indicadores depende de los objetivos del proyecto,


deben medir lo que es importante y atribuible a la acción del mismo. Es
decir, deben medir el cambio atribuible al proyecto. En esta dirección, se
afirma que “en la medida en que los objetivos estén bien definidos, la
construcción de los indicadores resultará más sencilla” (INDES, 2006).

Asimismo, se recomienda que la definición de indicadores sea acor-


dada con los beneficiarios e involucrados con el fin de obtener mayor
consenso sobre los avances y resultados obtenidos a lo largo del proceso
(Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005: 29).

En la bibliografía consultada se describen los atributos que deberían


cumplir los indicadores. Si bien se denominan de diferentes maneras, existe
38
consenso sobre el cumplimiento de los siguientes atributos de un indicador :

38- El listado de atributos ha sido elaborado en base a INDES (2006); Cecchini (2005: 18); Ortegón,
Pacheco y Prieto (2005: 34); INTA (2005b: 4). Asimismo, acerca de indicadores para evaluaciones parti-
cipativas remitirse a los indicadores “spiced” descriptos en Cecchini (2005:19).

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 Específico o preciso: corresponde a los objetivos del proyecto.

 Mensurable o medible: indicadores que basan su cálculo en datos


básicos disponibles, cuya obtención se puede repetir sin dificultad
en el futuro.

 Realizable: probabilidad de alcanzar el indicador.

 Relevante o pertinente: apropiado para medir el objetivo.

 Enmarcado en el tiempo: expresar plazos de inicio y finalización para


alcanzar las metas.

La bibliografía señala que aquellos indicadores que cumplen con es-


tos criterios son denominados inteligentes o, según su denominación en
inglés, SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant y Time-bound).

Por otra parte, a los criterios anteriores se suele agregar que los indi-
cadores deberían ser:

 Fiables:“deben generar confianza no sólo entre los productores de in-


formación (…) sino también entre los usuarios de la misma” (INDES,
2006); “arrojan las mismas conclusiones si la medición se realiza en
forma repetida o a partir de diversas fuentes” (Cecchini, 2005: 19).

 Fáciles de interpretar: no deben dar lugar a interpretaciones ambiguas,


deben ser simples e inteligibles (Cecchini, 2005: 19; INDES, 2006).

 Independientes: no puede haber relación causa - efecto entre el in-


dicador y el objetivo (INTA, 2005b: 4; Ortegón, Pacheco y Prieto,
2005: 34).

 ”Focalizados: deben ser medibles y debe especificar el grupo objetivo, la


cantidad, la calidad, el tiempo y el lugar (localización)” (INTA,
2005b:5)

 Económicos y accesibles: economía de costos en su recopilación y


disponibilidad de acceso a las fuentes (Cecchini, 2005: 19; INDES,
2006).

 ”Comparables: indicadores que permiten las comparaciones entre dis-


tintos países, áreas geográficas, grupos socioeconómicos y años.”
(Cecchini, 2005: 19).

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5.3 Algunas recomendaciones para la formulación


de indicadores

Retomando lo desarrollado en el apartado Nº 3, recordamos que los


conceptos contenidos en los objetivos del proyecto deben ser opera-
cionalizados siguiendo los pasos ya planteados -definición teórica, defini-
ción operativa identificando aspectos o dimensiones relevantes, indicado-
res, índices-. Seguir este proceso facilita la elección y/o construcción de los
indicadores.

Así, a partir de los objetivos que se desean alcanzar en el proyecto,


en la selección de indicadores se pueden identificar, de modo general, dos
posibilidades: la utilización de indicadores construidos y probados con
anterioridad o la necesidad de construirlos dadas las características espe-
cíficas del proyecto.

Las pautas recomendadas para la elección y/o construcción de indi-


cadores comprenden los siguientes aspectos:

 Correspondencia con el objetivo o los objetivos planteados.

 Elaboración de un listado extenso de indicadores: A partir del mismo,


luego se seleccionan aquellos indicadores más adecuados o signi-
ficativos para dar cuenta de una dimensión concreta. Se recomienda
el trabajo con el menor número de indicadores posible. Una forma
pragmática de seleccionarlos es utilizar los indicadores ya validados
en otros proyectos o investigaciones, siempre y cuando correspon-
dan a una misma definición del concepto contenido en el objetivo.39
Asimismo, se recomienda la evaluación de los indicadores perti-
nentes en función de los atributos de los mismos, por ejemplo los ya
mencionados "SMART".

 Medios de verificación: Al momento de la elección y/o construcción de


los indicadores se debe considerar la existencia y acceso a fuentes de
información. En algunos casos, resulta imprescindible la construcción
de un instrumento propio de recolección de información (encuestas,
entrevistas, registros propios) por lo cual, esto debe programarse
como actividad adicional del proyecto. En general, en la fase de diag-
nóstico es habitual utilizar fuentes secundarias de información (cen-
sos y encuestas), mientras que los indicadores construidos para el
seguimiento y la evaluación del proyecto suelen requerir la re-
colección de datos e información primaria.

Una vez seleccionados los indicadores correspondientes a cada dimen-


sión del concepto (contenido en el objetivo), se establece la línea de base
que muestra la situación o punto de partida. Contar con esta información
39 “Acudir a indicadores ya validados (…) favorece la comparación de los resultados alcanzados en estu-
dios diferentes, además de suponer una garantía mayor de su aplicación” (Cea D’Ancona, 1999: 138).

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Desde el esquema de la matriz del Marco Lógico, es usual encontrar


los siguientes elementos para la formulación de un indicador:

Nombre: expresión verbal que personifica el indicador.


Atributo: cualidad o calidad del indicador.
Ej. Por grupo etáreo, género, nivel de escolaridad, región.
Unidad de medida: unidad en la que se formula el indicador.
Fórmula de cálculo: expresión matemática para medir la modificación de la variable.

Ejemplo:
Nombre del indicador: tasa de emigración juvenil
Atributo: localidad / municipio X
Unidad de medida: número de personas entre 15 y 29 años

Fórmula de cálculo: Cantidad de personas entre 15 y 29 años del municipio X


que emigraron en el último año
x 1.000
Cantidad total de personas entre 15 y 29 años del municipio X

permitirá luego medir el cambio atribuible a las acciones del proyecto.


Finalmente, se presentan algunas consideraciones realizadas por el
INDES (2006) sobre errores frecuentes en el uso de los indicadores:

 ”Uso del indicador equivocado (por ejemplo, utilizar el ingreso en los


hospitales como medida de la demanda de servicios de salud) “

 ”Comparación de escalas diferentes (por ejemplo, comparar el Índice de


Precios al Consumidor de países que tienen canastas de consumo
diferentes)”

 ”Análisis o presentación deficiente (por ejemplo, olvidar multiplicar la


Tasa de Mortalidad Materna por 100.000 para obtener el número real
de muertes maternas)”

 ”Utilización de valores de mala calidad, desactualizados o erróneos”

 ”Extrapolación muy distante de la fecha del último valor disponible”

 ”Falta de atención a la variabilidad o errores estadísticos presentes en los


indicadores”

 ”Uso de indicadores proxy incorrectos. ”

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6/ CONSIDERACIONES FINALES

En el marco del paradigma de desarrollo rural con enfoque territorial la


finalidad de este documento ha sido contribuir a la generación de instru-
mentos metodológicos que permitan la medición de las dimensiones sociales,
brindando información sobre el proceso de operacionalización de conceptos
y la construcción y utilización de indicadores sociales para la formulación,
seguimiento y evaluación de proyectos.

La medición de conceptos propios de dimensiones sociales es un proce-


so complejo pero factible de realizar siguiendo una metodología adecuada.
A partir de una noción o concepto general se especifica una definición ope-
rativa del mismo, la cual indica las operaciones necesarias para medirlo. De
esta manera, se pasa de la definición teórica de un concepto a la identifi-
cación de sus dimensiones o aspectos principales y a la selección de los indi-
cadores más adecuados a dichas dimensiones.

No obstante estas pautas generales, al tratarse de conceptos complejos, los


indicadores sociales no hacen referencia a la totalidad del fenómeno que
miden, sino que son aproximaciones en términos de probabilidad. Existen diver-
sas maneras de operacionalizar dichos conceptos dadas sus múltiples dimensio-
nes y el componente subjetivo que los caracteriza, por lo cual es central la toma
de decisiones por parte de los investigadores y formuladores de proyectos.

Por otra parte, es ampliamente reconocido que una de las principales


virtudes de los indicadores es que condensan una gran cantidad de informa-
ción en un valor único, permitiendo una sencilla transmisión de la misma.
Los indicadores permiten observar tendencias y registrar cambios a partir de
la realización de las actividades contempladas en un proyecto. De esta ma-
nera, son útiles en todas las etapas del mismo, ya sea en el diagnóstico, for-
mulación, seguimiento y evaluación ex-post.

Así, adquieren significancia las recomendaciones metodológicas acerca del


uso y construcción de indicadores. Las mismas hacen referencia no sólo a los
atributos que los indicadores deberían cumplir, sino también a la calidad de los
datos, la metodología con que se calcularon y el uso que se les dé.

Finalmente, si bien la utilización de buenos indicadores es fundamental


para los proyectos de desarrollo, esto no debe hacer perder de vista su finali-
dad: contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y bienestar de la pobla-
ción. Es decir, que la construcción de indicadores sociales no constituye un fin
en sí mismo, sino que son instrumentos para solucionar problemas sociales.

Por último, consideramos importante continuar con esta línea de trabajo


profundizando la construcción y validación de indicadores sociales específicos
para el ámbito rural, en función de disponer de una mayor cantidad de indi-
cadores validados que faciliten la tarea de formulación e implementación de
proyectos de desarrollo con enfoque territorial.

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7/ ANEXOS
7.1 Ejemplificación de la operacionalización
del concepto calidad de vida
La noción de calidad de vida es usualmente utilizada como finalidad
de proyectos de desarrollo con enfoque territorial. Con frecuencia se la
utiliza indistintamente con las nociones de nivel de vida y condiciones
de vida para describir y conocer la forma en que vive la población y
observar el cambio a partir de la implementación del proyecto. Si bien
estos términos aluden al concepto de bienestar, implican diversos recor-
tes del mismo. Mientras que el concepto de nivel o estándar de vida está
asociado a indicadores de ingreso o consumo, el de condiciones de vida
se encuentra ligado a la descripción de la situación social de la población
a partir de diversos indicadores relativos a vivienda, educación, capacidad
económica, entre otros.

A diferencia de los conceptos mencionados, la noción de calidad de


vida no sólo contiene aspectos materiales del bienestar sino también as-
pectos intangibles. El término hace alusión a aspectos objetivos y subje-
tivos del bienestar de las personas y comprende múltiples dimensiones:
salud, educación, vivienda, trabajo, renta o ingresos, ocio y tiempo libre,
participación política y social, seguridad, medio ambiente, así como la
percepción de las personas acerca de la satisfacción de sus necesidades.

De tal modo, el concepto calidad de vida resulta de la conjugación


de las características de la situación objetiva y las motivaciones, expecta-
tivas, capacidades y necesidades del individuo tal como las percibe él mis-
mo y el grupo social en un espacio temporal determinado. En consecuen-
cia, para la medición del concepto deberían utilizarse conjuntamente en-
foques cuantitativos y cualitativos.

A los fines prácticos de este documento hemos seleccionado algunas


dimensiones del concepto de calidad de vida para mostrar su posible o-
peracionalización (Figuras Nº 5 y 6). Se han considerado indicadores de
distinto nivel de agregación, que pueden ser aplicados a distintas unida-
des de análisis (regiones, localidades, comunidades, grupos, hogares e
individuos). Lejos de pretender ofrecer una receta única para la operacio-
nalización del concepto de calidad de vida en el medio rural, la finalidad
es mostrar la multidimensionalidad y complejidad de esta noción. Al con-
templar no sólo aspectos “objetivos” sino también “subjetivos”, el proce-
so de operacionalización debería tener en cuenta cuáles son las necesi-
dades y expectativas de las personas involucradas en los proyectos para
realizar la identificación de aquellas dimensiones y subdimensiones más
significativas y la construcción de sus respectivos indicadores.

I NDICADORES S OCIALES 33
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1- Ingreso: en términos generales, el ingreso es un flujo de dinero o bie-


nes acumulados por individuos o grupos en un período determinado.40

1.1 Nivel macro


1.1.1 PBI per cápita
1.1.2 Distribución de ingresos por deciles
1.1.3 Coeficiente de Gini41
1.1.4 Porcentaje de la población por debajo de la línea de
pobreza
1.1.5 Porcentaje de la población que posee bienes durables (telé-
fono, heladera, televisor, automóvil, lavarropas, cocina a
gas, etc.)
1.1.6 Porcentaje de la población cuyos ingresos han aumentado
en el último año.

1.2 Nivel de hogar


1.2.1 Porcentaje de ingresos prediales en el ingreso total del
hogar
1.2.2 Porcentaje de ingresos extra-prediales en el ingreso total
del hogar
1.2.3 Nivel de ahorro y acceso al crédito
1.2.4 Tasa de dependencia no activos / activos

1.3 Percepciones
1.3.1 Grado de satisfacción con el salario
1.3.2 Grado de satisfacción con el ahorro.
1.3.3 Valoración de la evolución del nivel de vida en el último
año.

2- Participación: “es el compromiso que asume un individuo o un grupo


en una actividad determinada” (Muani y Bonetto, 1994: 4).

2.1 Participación política


2.1.1 Porcentaje de la población afiliada a partidos políticos
2.1.2 Porcentaje de la población afiliada a sindicatos /gremios
2.1.3 Grado de confianza en las instituciones
2.1.4 Grado de confianza en el gobierno local

2.2 Participación social

2.2.1 Número de asociaciones existentes en la localidad

40-Bannock, G.; Baxter, R. E. y Rees, R. (1972) The Penguin Dictionary of Economics. Gran Bretaña. Pen-
guin Reference Books. p. 203. (la traducción es propia).
41 - El Coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad utilizada generalmente para medir la desi-
gualdad en los ingresos. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde
con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigual-
dad (una persona concentra la totalidad de los ingresos).

34 I NDICADORES S OCIALES
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2.2.2 Porcentaje de la población que pertenece a asociaciones


(cooperativas, asociaciones entre productores, grupos de
Cambio Rural, CREA, PSA, Instituciones religiosas, clubes,
ONG`s)
2.2.3 Frecuencia de contacto entre los miembros de las asocia-
ciones.
2.2.4 Grado de satisfacción con los beneficios obtenidos por la
participación en asociaciones.
2.2.5 Percepción sobre la variación en su nivel de vida a partir de
participar en asociaciones

3- Trabajo: La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo define


como “conjunto de actividades humanas, remuneradas o no, que produ-
cen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades
de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los
individuos”42

3.1 Mercado de trabajo


3.1.1 Tasa de empleo
3.1.2 Tasa de desocupación
3.1.3 Cantidad de beneficiarios de los programas de empleo
3.1.4 Población Económicamente Activa (PEA) ocupada por cate-
goría ocupacional según sexo y rama de actividad económi-
ca agrupada.
3.1.5 Número de trabajadores rurales registrados en el RENATRE

3.2 Condiciones de trabajo


3.2.1 Duración de la jornada laboral
3.2.2 Porcentaje de asalariados con aportes a la seguridad social
3.2.3 Nivel de cumplimiento de normas de higiene y seguridad
del trabajo

3.3 Percepciones
3.3.1 Grado de satisfacción con el tiempo de y en el trabajo
3.3.2 Grado de satisfacción con la realización personal en el tra-
bajo
3.3.3 Grado de satisfacción con el trabajo en general
3.3.4 Grado de satisfacción con el ambiente laboral (compañeros
y jefes)

42-Sitio web Organización Internacional del Trabajo (OIT) http://www.ilo.org/public/libdoc/ILO-


Thesaurus/spanish/tr2454.htm (consulta 27/9/2007). Ver Figura Nº 4 donde se presenta como ejem-
plo la operacionalización del concepto Trabajo Decente.

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Figura Nº 4: Trabajo Decente

La OIT introduce la noción de trabajo decente como uno de sus objetivos prioritarios.
Este concepto es definido como: "trabajo productivo, en el cual se protegen los dere-
chos, lo cual engendra ingresos adecuados con una protección social apropiada.
Significa también un trabajo suficiente, en el sentido de que todos deberían tener
pleno acceso a las oportunidades de obtención de ingresos".

Dicho concepto es complejo dado que abarca múltiples dimensiones, existiendo


diversas propuestas para su operacionalización. A continuación se presenta a modo de
ejemplo una propuesta formulada por la OIT en el 2003 donde se establece un índice
de trabajo decente a través de cuatro componentes considerados estratégicos para la
organización: normas internacionales del trabajo, empleo e ingresos, protección social
y diálogo social. A su vez, se propone una ponderación de cada uno de los componen-
tes o dimensiones y de los indicadores contenidos en cada uno de ellos.

Indicadores del componente 1: El indicador de normas tiene una ponderación de 20% en el índice global.
normas internacionales
del trabajo Indicadores del componente 1 (y ponderaciones dentro del componente):
 proporción de convenios de la OIT ratificados: 20%.
 proporción de convenios fundamentales de la OIT ratificados: 80%.

Indicadores del componente 2: El componente 2 tiene una ponderación de 30% en el índice global.
empleo e ingresos
Indicadores del componente 2 (y ponderaciones dentro del componente):
 tasa de participación: 10%.
 tasa de ocupación total y por sexo: 20%.
 tasa de empleo en el sector informal total y por sexo: 20%.
 tasa de desempleo, total y por sexo: 16%.
 tasa de desempleo juvenil: 4%.
 brecha de género: ingresos, participación, ocupación, informalidad, desempleo: 10%.
 salario mínimo real: 10%.
 salario medio industrial: 10%.

Indicadores del componente 3: El componente 3 tiene una ponderación de 30% en el índice global.
protección social
Indicadores del componente 3 (y ponderaciones dentro del componente):
 gasto en seguridad social: 33,3%.
 cobertura en seguridad social asalariados: 11,1%.
 cobertura en seguridad social asalariados formales e informales: 22,2%.
 total horas trabajadas semanales: 11,1%.
 total horas trabajadas formales e informales: 22,2%.

Indicadores del componente 4: El componente 4 tiene una ponderación de 20% en el índice global.
diálogo social
Indicadores del componente 4 (y ponderaciones dentro del componente):
 densidad sindical: 50%.
 trabajadores en conflictos: 50%,

Fuente definición del concepto trabajo decente: sitio web OIT http://www.ilo.org/public/libdoc/ILOThesaurus/ spa-
nish/tr2453.htm (consulta 27-9-2007).
Fuente cuadro: Lanari, M. E (2005) “Trabajo decente: significados y alcances del concepto. Indicadores propuestos
para su medición” En Trabajo, ocupación y empleo. Relaciones laborales, territorios y grupos particulares de acti-
vidad. Serie de Estudios 3, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.http://www.trabajo.gov.ar/left/biblio-
teca/files/estadisticas/ 07trabajo%20decente.pdf (consulta 27-9-2007).

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Figura Nº 5: Operacionalización de las dimensiones ingresos


y participación del concepto calidad de vida

Calidad de vida

Ingresos Ocio y Medio


Salud Educación Vivienda o rentas Trabajo Participación Seguridad
tiempo libre ambiente

1.1 Nivel macro 1.2 Nivel de hogar 1.3 Percepciones 2.1 Participación 2.2 Participación
política social

Indicadores: Indicadores: Indicadores: Indicadores: Indicadores:


1.1.1. PBI per cápita 1.2.1. % de ingresos 1.3.1. Grado de satis- 2.1.1. % de la pobla- 2.2.1. NÀ de asociacio-
1.1.2. Distribución de prediales en el facción con el ción afiliada a nes existentes en la
ingresos por ingreso total del salario partidos políticos localidad
deciles hogar 1.3.2. Grado de satis- 2.1.2. % población afi- 2.2.2. % población que
1.1.3. Coef. de Gini 1.2.2. % ingresos facción con el liada a sindica- pertenece a asocia-
1.1.4. % población extra-prediales ahorro. tos /gremios ciones civiles
por debajo de en el ingreso 1.3.3. Valoración de la 2.1.3. Grado de con- 2.2.3. Frecuencia de
la LP total del hogar evolución del fianza en las contacto entre los
1.1.5. % población 1.2.3. Nivel de ahorro nivel de vida en instituciones miembros de las
que posee y acceso al el último año. 2.1.4. Grado de con- asociaciones.
bienes durables crédito fianza en el go- 2.2.4. Grado de satis-
1.1.6. % población 1.2.4. Tasa de depen- bierno local facción con los be-
cuyos ingresos dencia no neficios obtenidos
han aumenta- activos / activos por la participación
do en el último en asociaciones.
año. 2.2.5. Percepción sobre
la variación en su
nivel de vida a partir
de participar en aso-
ciaciones

Índice de la dimensión Índice de la dimensión


Ingresos o rentas Participación
Fuente: elaboración propia.

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Figura Nº 6: Operacionalización de la dimensión trabajo


del concepto calidad de vida

Calidad de vida

Ingresos Ocio y Medio


Salud Educación Vivienda o rentas Trabajo Participación Seguridad
tiempo libre ambiente

3.1. Mercado de trabajo 3.2 Condiciones de trabajo 3.3 Percepciones

Indicadores: Indicadores: Indicadores:


3.1.1. Tasa de empleo 3.2.1. Duración de la jornada laboral 3.3.1. Grado de satisfacción con el
3.1.2. Tasa de desocupación 3.2.2. % de asalariados con aportes tiempo de y en el trabajo
3.1.3. Cantidad de beneficiarios de a la seguridad social 3.3.2. Grado de satisfacción con la
los programas de empleo 3.2.3. Nivel de cumplimiento de nor- realización personal en el trabajo
3.1.4. PEA ocupada por categoría mas de higiene y seguridad del 3.3.3. Grado de satisfacción con el
ocupacional según sexo y rama trabajo trabajo en general
de actividad económica agrupa- 3.3.4. Grado de satisfacción con el
da. ambiente laboral (compañeros y
3.1.5. Número de trabajadores jefes)
rurales registrados en el RENATRE

Índice de la dimensión
Trabajo

Fuente: elaboración propia.

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7. 2. MODELOS DE MATRIZ DE MARCO LÓGICO

Existen diversos modelos de Marco Lógico. A continuación se pre-


sentan el desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
ampliamente utilizado, y el modelo de Marco Lógico del INTA.

7.2.1. Los indicadores en la Matriz del Marco Lógico


del BID

“El marco lógico es una herramienta para facilitar el proceso de con-


ceptualización, diseño, ejecución y evaluación de proyectos. Su propósito es
brindar estructura al proceso de planificación y comunicar información
esencial relativa al proyecto” (BID, 1997).

Se presenta como una matriz de cuatro por cuatro (Cuadro Nº 2). En


las columnas se encuentra la siguiente información (BID, 1997):
 Resumen narrativo de los objetivos y las actividades.
 Indicadores (resultados específicos a alcanzar).
 Medios de verificación.
 Supuestos (factores externos que implican riesgos).

Las filas de la matriz presentan información acerca de los objetivos,


indicadores, medios de verificación y supuestos en cuatro momentos dife-
rentes en la vida del proyecto (BID, 1997):

 Fin al cual el proyecto contribuye de manera significativa luego de


que el proyecto ha estado en funcionamiento.
 Propósito logrado cuando el proyecto ha sido ejecutado.
 Componentes / resultados completados en el transcurso de la eje-
cución del proyecto.
 Actividades requeridas para producir los componentes / resultados.

El nivel de Fin hace referencia a la pregunta ¿por qué el proyecto es


importante para los beneficiarios y la sociedad?, mientras que el nivel de
Propósito responde a la pregunta ¿por qué el proyecto es necesario para
los beneficiarios? En cuanto a los Componentes o Resultados, éstos indi-
can qué entregará el proyecto a los beneficiarios, mientras que las Acti-
vidades precisan qué es lo que se hará en la implementación del proyecto.
(Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005).

Así, “en la Matriz del Marco Lógico los indicadores definen operacio-
nalmente lo escrito en la columna del Resumen Narrativo, aparecen en cada
nivel jerárquico, y se refieren al resultado esperado al completarse un Com-
ponente, lograrse el Propósito o lograr una contribución significativa al Fin
del proyecto” (Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005: 29).

Dentro de esta metodología los indicadores brindan información sobre

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el nivel de logro de los objetivos del proyecto. Sin embargo, el rol del indica-
dor no es sólo definir operacionalmente los objetivos del proyecto, sino que
también son útiles para su monitoreo y evaluación, lo que permite establecer
el grado de avance del proyecto (Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005: 31).

Cuadro Nº 2: La Estructura del Marco Lógico del BID

Resumen Narrativo Indicadores Verificables Medios de Verificación Supuestos


de Objetivos Objetivamente

Los indicadores a nivel de Fin Los medios de verificación Los supuestos indican los
FIN
miden el impacto general son las fuentes de informa- acontecimientos, las condi-
El Fin es una definición de có-
que tendrá el proyecto. Son ción que se pueden utilizar ciones o las decisiones impor-
mo el proyecto o programa
específicos en términos de para verificar que los obje- tantes necesarias para la "sus-
contribuirá a la solución del
cantidad, calidad y tiempo tivos se lograron. Pueden tentabilidad" (continuidad en
problema (o problemas) del
(grupo social y lugar, si es incluir material publicado, el tiempo) de los beneficios
sector.
relevante). inspección visual, encuestas generados por el proyecto.
por muestreo, etc.

Los indicadores a nivel de Los medios de verificación Los supuestos indican los
PROPÓSITO
Propósito describen el impac- son las fuentes que el ejecu- acontecimientos, las condi-
El Propósito es el impacto di-
to logrado al final del pro- tor y el evaluador pueden ciones o las decisiones que
recto a ser logrado como re-
yecto. Deben incluir metas consultar para ver si los obje- tienen que ocurrir para que
sultado de la utilización de los
que reflejen la situación al tivos se están logrando. Pue- el proyecto contribuya signi-
Componentes producidos por
finalizar el proyecto. Cada den indicar que existe un ficativamente al logro del
el proyecto. Es una hipótesis
indicador especifica canti- problema y sugieren la ne- Fin.
sobre el impacto o beneficio
que se desea lograr. dad, calidad y tiempo de los cesidad de cambios en los
resultados por alcanzar. componentes del proyecto.
Pueden incluir material publi-
cado, inspección visual, en-
cuestas por muestreo, etc.

Los indicadores de los Este casillero indica dónde el Los supuestos son los acon-
COMPONENTES tecimientos, las condiciones o
Componentes son descrip- evaluador puede encontrar
Los Componentes son las las decisiones que tienen que
ciones breves, pero claras de las fuentes de información
obras, servicios, y capacitación ocurrir para que los compo-
cada uno de los Componen- para verificar que los resulta-
que se requiere que complete nentes del proyecto alcancen
tes que tiene que terminarse dos que han sido contrata-
el ejecutor del proyecto de el Propósito para el cual se
durante la ejecución. Cada dos han sido producidos. Las
acuerdo con el contrato. Estos llevaron a cabo.
uno debe especificar canti- fuentes pueden incluir
deben expresarse en trabajo
dad, calidad y oportunidad inspección del sitio, informes
terminado (sistemas instala-
de las obras, servicios, etc., del auditor, etc.
dos, gente capacitada, etc.)
que deberán entregarse.

Este casillero contiene el pre- Este casillero indica donde Los supuestos son los acon-
ACTIVIDADES tecimientos, condiciones o
supuesto para cada Compo- un evaluador puede obtener
Las Actividades son las tareas decisiones (fuera del control
nente a ser producido por el información para verificar si
que el ejecutor debe cumplir del gerente de proyecto) que
proyecto. el presupuesto se gastó
para completar cada uno de tienen que suceder para
como estaba planeado.
los Componentes del proyec- completar los Componentes
Normalmente constituye el
to y que implican costos. Se del proyecto.
registro contable de la
hace una lista de actividades
unidad ejecutora.
en orden cronológico para
cada Componente.

Fuente: BID (1997) "Evaluación: Una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos (Marco Lógico)".
http://www.iadb.org/cont/evo/SPBook/lamatriz.htm

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7.2.2. Marco Lógico utilizado para proyectos del INTA

Según el INTA, un proyecto “es un conjunto de acciones encamina-


das a resolver con tecnologías disponibles un problema relevante del sec-
tor agropecuario y a obtener así, en un plazo generalmente no superior
a 5 años, resultados de magnitud apreciable, identificable y medible en
el área, subsector o grupo-objetivo afectado” (INTA, 1992: 3).

Los pasos para la elaboración y diseño de un proyecto son (INTA,


1992: 5-6):
1. Caracterización de la Situación Inicial.
2. Definición de la Estrategia de Intervención o Metodología de
Acción.
3. Explicitar Resultados Esperados (propósito, situación final,
finalidad).
4. Programa de Acción.

Asimismo, un resumen del proyecto se presenta en la “Matriz del


Marco Lógico”, a partir de la cual se organizan los principales elementos
del proyecto en cuatro columnas y cuatro filas.

Las filas representan niveles de complejidad de los objetivos en un


orden ascendente, cada nivel de objetivo es condición necesaria -aunque
no suficiente- para la consecución del objetivo superior. Así, se encuen-
tran en las filas: insumos u actividades; resultados o productos; propósi-
tos u objetivos; y finalidad.

Mientras tanto, las columnas contemplan el resumen descriptivo de


los objetivos; indicadores verificables; medios de verificación y supuestos
relevantes/limitantes.

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Cuadro Nº 3: Matriz de Marco Lógico para Proyectos del INTA (INTA, 1992)

1- Resumen Descriptivo 2- Indicadores 3 - Medios 4 -Supuestos


de los Objetivos Verificables de Verificación relevantes/limitantes

Son los datos o señales que Soporte físico (informes, Condiciones o restricciones
permiten verificar objetiva- archivos, registros, censos, externas al proyecto que
mente el cumplimiento de mapas, etc.) de cada indi- pueden afectar su ejecución,
un cierto nivel de objetivo cador verificable de cada no controlables por el pro-
nivel de objetivo yecto. Pueden ser factores
agronómicos, sociales, lega-
les, culturales, políticos.

A.1 FINALIDAD A.2 A.3 A.4


Es la meta superior a la que
contribuye el proyecto. El
proyecto es condición nece-
saria pero no suficiente para
alcanzar la finalidad.

B.1 PROPŁSITO/ OBJETIVOS B.2 B.3 B.4


Es el reverso del/los proble- SITUACIŁN FINAL
ma/s identificado/s. Es una descripción anticipada
Su cumplimiento marca la de la situación una vez alcan-
solución del/los problema/s y zado el propósito. Es el indi-
la finalización del proyecto. cador verificable del propósi-
to y como tal debe incorpo-
rar de forma explícita datos
cuali y cuantitativos que sir-
van para la evolución del
proyecto.

C.1 RESULTADOS/ C.2 C.3 C.4


PRODUCTOS
Resultados de las acciones y
actividades del proyecto. Los
Productos son entregados al
medio o puestos a disposición
de los beneficiarios o desti-
natarios directos del proyecto

D.1 INSUMOS/ ACTIVIDADES D.2 D.3 D.4


Recursos humanos, económi- SITUACIŁN INICIAL
cos, materiales, tecnologías y Es la situación que se desea
primeras acciones y activi- modificar, es el diagnóstico
dades contempladas en el del problema. Descripción
proyecto acotada y clara del problema
a partir de datos cualitativos
y cuantitativos y según crite-
rios de naturaleza geográfi-
ca, económica, social, am-
biental o técnico-científica.

42 I NDICADORES S OCIALES
cuaderno 2f:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:26 p.m. Página 43


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44 I NDICADORES S OCIALES
tapas y retiraciones:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:29 p.m. Página 5

Proyecto Específico:
„Estudio de la diversidad de procesos de innovación y desarrollo territorial
para la construcción de propuestas teóricas
y metodológicas mejoradoras de la intervención‰
Coordinadora: Lic. María Isabel Tort (itort@correo.inta.gov.ar)

El presente proyecto se propone como objetivo


general, contribuir al mejoramiento del modo de
intervención y al fortalecimiento de las capaci-
dades institucionales de participación en proce-
sos de innovación y desarrollo territorial.

Como objetivos específicos: Se espera lograr como resultado


de este Proyecto:
Implementar actividades para el intercambio de
experiencias, capacidades, enfoques e infor- Equipos de investigación locales constituidos,
mación concernientes a la investigación en capacitados en las metodologías de estudio
extensión. en todos los Centros Regionales, articulados
en una red que permita el fluido intercam-
Relevar, sistematizar y analizar comparativamen- bio y discusión.
te las prácticas de intervención implementa-
das y los procesos de innovación y desarrollo Inventarios de situaciones a nivel nacional, mapas
territorial considerados. de experiencias de innovación y desarrollo,
estudios de casos y análisis comparativos.
Generar aportes epistemológicos, conceptuales y
metodológicos para las estrategias, en Categorías, tipologías y lineamientos conceptua-
respuesta a las demandas para el desarrollo les construidos a partir de la sistematización
territorial. y mediante análisis inductivo.

Fortalecer las capacidades institucionales para el Aportes estratégicos para el mejoramiento de las
abordaje de los procesos de gestión de la in- prácticas de extensión.
novación.
tapas y retiraciones:cuaderno 2b.qxd 13/03/2008 01:29 p.m. Página 2

Programa Nacional de Apoyo


al Desarrollo de los Territorios

En la actualidad, el INTA implementa una estrategia de desarrollo


rural con enfoque territorial a través del Programa Nacional de
Apoyo al Desarrollo de los Territorios. Se promueve no solo el
aumento de la cantidad y la calidad de la producción, sino tam-
bién la consolidación de procesos de organización social. Se apor-
tan tecnologías de procesos y productos, pero también se favo-
recen nuevas formas de organización, información, comunica-
ción, financiación y comercialización. El fin es contribuir a mejo-
rar la calidad de vida de la población.

El Programa Nacional de Apoyo al Desarrollo de los Territorios inte-


gra las estrategias del ProFeder –Cambio Rural, Minifundio, Pro-
Huerta, Profam, Proyectos Integrados y de Desarrollo Local- con
otras que buscan optimizar las capacidades de los técnicos de la
institución para acompañar procesos de desarrollo, readecuar las
estrategias e implementar nuevas líneas de acción para la inno-
vación tecnológica y organizacional.

Esta propuesta se articula con los proyectos implementados en los


Centros Regionales del INTA, que atienden demandas y proble-
mas de los sistemas de producción y las cadenas de valor. A lo
largo y ancho del país, se efectúan acciones orientadas a capaci-
tar, experimentar y transferir tecnologías para las empresas agro-
pecuarias. Se trabaja con profesionales, organizaciones de pro-
ductores, PyMES y universidades, entre otros, con el fin de poten-
ciar las capacidades institucionales y conformar sistemas locales y
regionales de innovación.

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