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Lección número 5: El delito no es lo mismo que el pecado. Del derecho natural al derecho civil .
Abordar la Teoría Política como parte integral de la formación profesional es una respuesta a la
necesaria aproximación que los científicos sociales tenemos que hacer hoy a nuestra realidad,
cada vez más compleja, cada vez más incierta. No como un conocimiento estancado en el
pasado, o como un marco teórico para encajar aquello que de la política no entendemos
aunque nos toque a diario, sino justamente como un ejercicio de construir, para las mismas
preguntas de siempre, nuevas respuestas que nos permitan comprender y vivir en este mundo
convulso. Pero esto requiere partir de la claridad de los conceptos y de la comprensión de los
contextos en los que se originaron y su desarrollo. Nuestro reto entonces es superar esa
aproximación a la política que se hace desde el sentido común sin reflexión y rigor, evitando
perder la dimensión constructiva, crítica y experiencial de la política cotidiana .
Este sentido siempre abarcador y vivo de la política fue captado por Hannah Arendt en el
transcurso de su obra: “el pensamiento mismo nace de los acontecimientos de la experiencia
viva y debe mantenerse vinculado a ellos como los únicos indicadores para poder orientarse” ,
afirma esta autora judía- 1 alemana que desarrolla una obra capaz de vincular la práctica y la
teoría de la política como un camino para la convivencia en un mundo en el que la política era
un escenario de violencia (La Europa de la segunda posguerra) .
¿Quién debe gobernar? ¿Cómo debe ser su relación con los gobernados?, ¿cómo construir una
democracia plural y justa?, ¿cuál es nuestro rol como ciudadanos en la construcción del orden
social?, ¿como científicos sociales qué podemos aportar a las dinámicas de nuestro tiempo?,
¿cómo enfrentar la creciente violencia? Y la pregunta que se plantea desde los inicios de la
construcción filosófica: ¿qué es la política?, son sólo algunos de los cuestionamientos que han
sido abordados por la Teoría Política desde sus más lejanos antecedentes en la filosofía griega
Este texto pretende aportar elementos que permitan construir un mapa sobre el pensamiento
político en Occidente, a partir del abordaje de unos núcleos problemáticos centrales que
vinculen autores representativos de la Teoría Política en un contexto también histórico. En
términos históricos sirven de guía a este Módulo dos obras principalmente: Historia de la
Teoría Política, de George Sabine publicada por primera vez en 1937 e Historia de la Teoría
Política de Fernando Vallespín, publicado por Alianza Editorial en 1990. La lecciones se
desarrollarán vinculando textos para consulta, citas de algunos de los autores trabajados y
vínculos en la red que permitan profundizar en los temas de interés del estudiante y sobre
todo que los introduzca en debates contemporáneos sobre las temáticas abordadas .
1 Citada por Fina Birulés en la Introducción del libro: Arendt, Hannah ¿Qué es la política? ,
Paidós, Barcelona, 1997, p. 13 .
El trabajo colaborativo y la reflexión sobre la experiencia inmediata son los pretextos
pedagógicos que se usan en este módulo, por ello se plantean a lo largo de las lecciones
interrogantes que más allá de esperar respuestas acabadas o actividades de desarrollo
concreto buscan disparar reflexiones en torno a los temas abordados. En cuanto a las
actividades propuestas en el proceso de aprendizaje se proponen en la Guía de actividades
ejercicios concretos y sencillos que apuntan a consolidar el desarrollo conceptual y abrir
debates y procesos de construcción conceptual y experiencial, tanto a nivel individual como
grupal .
Uno de los propósitos del módulo es ir avanzando en complejidad, por lo que en las últimas
lecciones se encontrarán textos de mayo complejidad en su planteamiento, sobre el supuesto
de que ya en las primeras lecciones, los estudiantes se han logrado ubicar en los ejes centrales
de la Teoría Política clásica y moderna, que les permita entender mejor las propuestas más
complejas de los capítulos finales .
El módulo está organizado en dos unidades, de acuerdo a los créditos del curso y cada unidad
contiene tres capítulos. En la primera unidad nos aproximaremos a los elementos centrales
que se requieren para construir un mapa de la Teoría Política a partir de a la ubicación de sus
orígenes y conceptos nodales: la política y el poder, la ciudadanía y el Estado .
Esperamos que este módulo sea una herramienta útil para configurar un mapa que involucre
conceptos, trayectorias históricas, debates sobre la Teoría Política y especialmente, que se
constituya en un instrumento para la comprensión de las realidades que viven y pretenden
analizar los estudiantes .
JUSTIFICACIÓN El curso de Teoría Política constituye una invitación a abordar los conceptos
básicos de un campo de conocimiento que no es disciplinario sino que se requiere como
competencia transversal en los procesos de aprendizaje de las Ciencias Sociales en general. La
ubicación de conceptos claves como el estado, la ciudadanía y la democracia, entre otros, es
fundante en los procesos críticos de desarrollo tanto académico, como pedagógico y de
gestión política en el mundo contemporáneo .
El curso es de tipo teórico y por ello se desarrolla a partir de una propuesta ensayística que
vincula la apropiación conceptual de nociones básicas de la Teoría Política con debates
también de cuño teórico en este ámbito .
En este tenor, el curso aporta herramientas claves en los procesos pedagógicos a los que los
estudiantes se enfrentan desde las diversas disciplinas que conforman las Ciencias Sociales.
Este carácter general y relacional de la Teoría Política hace que se presenten algunas
problemáticas que esperamos que a partir de la propuesta presentada se conviertan en
oportunidades de aprendizaje. Nos referimos principalmente a la existencia de prenociones
muy ligadas sentido común y por tanto naturalizado entre los estudiantes, y la dificultad para
comprenderlas con rigor pero al mismo tiempo con la flexibilidad que exige la propia realidad a
que atienden. La presentación de ejemplos concretos y el desarrollo constante de
interrogantes que inviten a los estudiantes a la reflexión individual y colectiva son los
mecanismos pedagógicos propuestos para enfrentar esta problemática .
Las conformaciones discursivas que ofrece el curso se articulan en torno a palabras clave sobre
las que puede gravitar su contenido, independientemente de los conceptos que se desarrollan
a su interior y son los siguientes: Teoría Política Desarrollo conceptual de la ciudadanía en el
marco de derechos Democracia Desarrollo de la Teoría Política en las Ciencias Sociales Teoría
Política en América Latina Desarrollo de la noción de Estado Teoría política contemporánea En
este marco las competencias que se busca desarrollar en los estudiantes son las de
comprensión conceptual, lectura crítica y relacional y capacidad de argumentación conceptual.
Estas son las capacidades que se busca activar en el proceso pedagógico y por tanto son los
ejes sobre los que se construyen los criterios de evaluación y por tanto sobre los que se
estructura la guía de actividades .
Facilitar los elementos conceptuales y metodológicos que permitan a los estudiantes construir
un mapa general de las principales nociones que constituyen la teoría política y analizar sus
vinculaciones. El contenido y su forma de presentación, junto con la tutoría individual
permitirán cumplir con este propósito dentro del proceso: reconocimiento – profundización –
transferencia .
Objetivos Objetivo General Este curso se propone ofrecer a los estudiantes de un abordaje
sistemático de algunos tópicos que permiten trazar un recorrido por algunas de las más
importantes discusiones de la teoría política clásica, moderna y contemporánea, en torno a
algunos de sus conceptos centrales y ubicarlas de manera crítica en la realidad cotidiana,
nacional y latinoamericana .
Analizar los grandes temas de reflexión de la filosofía política: a) Búsqueda de la mejor forma
de gobierno y de la república ideal; b) búsqueda del fundamento del Estado y la justificación
del compromiso político; c) búsqueda de la naturaleza de la política y de la esencia del poder,
d) relación entre el individuo y la comunidad, e) desarrollo de la ciudadanía y f) fenómenos
políticos emergentes en trayectos históricos definidos .
Identificar el conocimiento sistemático de los hechos políticos que gravitan por una parte en la
relación teoría y conocimiento empírico de la política .
Competencias El estudiante reconoce y profundiza las nociones básicas de la teoría política, así
como conceptos transversales y complejos que hacen parte del mismo campo de
conocimiento .
El estudiante reconoce el carácter de la Teoría Política como construcción social y por tanto
identifica la emergencia, consolidación y transformación de los conceptos centrales abordados
en el curso con coherencia y pertinencia respecto a sus propios contextos .
El estudiante argumenta de forma razonada al interior de los debates propuestos haciendo uso
de los conceptos aprendidos y describe de manera adecuada y con perspectiva crítica –más no
evaluativa, ni valorativa- situaciones y problemáticas de la praxis política .
Metas En el cumplimiento de las metas del curso de Teoría Política que aquí se presenta, al
final del curso los estudiantes: Comprenderán que el significado de la noción de política se ha
transformado a lo largo de la historia y de acuerdo a contextos específicos .
El poder, el derecho, el orden social y el gobierno constituyen esos elementos que se han
jugado los teóricos políticos en la búsqueda de respuestas a la misma pregunta: ¿Qué es la
política y qué sentido adquiere en los diversos entornos humanos? A esa pregunta y a través
de esos elementos que se consideran centrales apuntaremos en el desarrollo del primer
capítulo del módulo. Los principios sentados por las ideas consolidadas en los cuerpos
filosóficos de los autores clásicos, marcan las pautas de desarrollo de la Teoría Política, y
posteriormente de la Ciencia Política en Occidente. En este capítulo abordaremos estos
principios dentro de su contexto histórico y a partir de sus principales autores con el fin de que
este marco sirva para la comprensión del desarrollo de la Teoría Política en nuestra historia y
los cambios que hoy se reflejan en nuestra propia realidad política. Es importante saber esto
no sólo por el énfasis de un análisis histórico que se evidencia como antecedente de nuestras
actuales configuraciones políticas, sino también porque constituye una lección fundamental
sobre la necesidad de pensar la emergencia y desarrollo de las ideas políticas en su contexto
histórico, como uno de los principios fundantes del análisis político .
La modernidad es mucho más que una época histórica, es una racionalidad, una forma de ver
el mundo, una definición del ser humano y su sociedad y en el ámbito de la Teoría Política
constituye la consolidación de procesos históricos que desde la antigüedad se veían como
rutas para el camino político de los pueblos del mundo. Es mucho lo que se ha hablado de la
modernidad, al punto de que ya se trata de un asunto naturalizado en las ciencias sociales lo
cual implica que termina siendo una etapa profundamente estudiada y contradictoria. En el
segundo capítulo abordaremos algunos de los elementos que consideramos vitales de la
modernidad y nos centraremos de manera especial en el proceso de configuración de la
ciudadanía moderna. Esto porque, aunque son muchas las nociones producidas y gestoras del
mundo moderno es quizás la ciudadanía la que más delimita la acción política de hombres y
mujeres en el mundo occidental .
En este marco, el último capítulo de la Unidad se dedica al tema del Estado a partir de su
conceptualización desde los teóricos de la política clásica, pasado por las formas que ha ido
adquiriendo en los cursos históricos determinantes en su transformación, para culminar con
una lección de corte más empírico en la que se presenta el tema de la modernización del
Estado en el contexto particular de América Latina .
Es nuestra pretensión que esta unidad permita a los estudiantes lo que consideramos los
construir ejes básicos de la Teoría Política, las actividades propuestas entonces, están
encaminadas a este objetivo, y como es una postura de este módulo, también a su fogueo con
debates más contemporáneos y cercanos a la cotidianidad de los estudiantes .
Lección número 1: Filosofía política, Teoría política y Ciencia política Objetivo: Al finalizar esta
lección el estudiante estará en capacidad de reconocer y diferenciar las nociones de filosofía
política, teoría política y ciencia política .
Pasar del lenguaje del sentido común a un lenguaje más científico es lo que se nos exige en los
espacios académicos. Pero… ¿cuáles son las verdaderas diferencias entre filosofía, teoría y
ciencia política? “El esfuerzo sistemático por develar el eterno enigma que hostiga sin cesar la
insaciable curiosidad del hombre constituye la filosofía. Ella no se refiere a cuestiones ajenas a
la vida… Es la vida misma con sus angustias y esperanzas la que aparece comprometida en la
pregunta y arriesgada en la respuesta” 2 .
Así, dentro de las definiciones más conocidas se encuentra la de la filosofía como una manera
sistemática y coherente de dar respuesta a cuestiones 2 Morente, García, Lecciones morales
de filosofía… Editorial Porrúa. México, 1980 fundamentales, es decir que fundamentan la
vida del hombre y no pueden ser respondidas en la pura experiencia práctica .
La filosofía, a diferencia del sentido común, que también se pregunta por las cosas vitales de la
vida, examina detalladamente los conceptos y está regida por criterios lógicos. La Filosofía
Política ha desarrollado estructuras conceptuales para responder a los grandes temas de
reflexión que podríamos organizar en cuatro grandes grupos: a) La búsqueda de la mejor
forma de gobierno b) El fundamento del Estado y la justificación del compromiso político c) La
búsqueda de la naturaleza de la política y de la esencia del poder .
Aunque en muchos libros se comprenden la Filosofía y Teoría política como iguales, en otros
aparece la Teoría política como una rama de la Filosofía política que, a partir, de la
construcción de nociones de gobierno más ligadas a la práctica de los estados y las
instituciones surge en la Edad Media. En los dos casos se trata de las ideas políticas que dan
pauta a la acción política .
Podría establecerse una diferencia, pero que no es tajante, en términos de que la Teoría
Política se ha ocupado de los asuntos nodales del campus político y sus relaciones con el poder
con unos criterios que no gravitan solamente en el ámbito especulativo, sino que se
encuentran determinados sobre redes conceptuales en las que las definiciones constituyen
marcos de explicación coherentes y totalizadores de la realidad política de la humanidad en
constante cambio y en ese sentido, remiten a un conocimiento empírico de la misma. Sin
embargo el límite entre una y otra es difícil de definir, ya que sabemos que tampoco es cierto
que el ámbito de la filosofía será meramente especulativo .
¿Para qué conocer la política? Las respuestas parecen obvias, pero de cada respuesta que
surge se produce una teoría distinta. Por ejemplo, unos teóricos han buscado establecer un
estado político ideal para la humanidad que sirva como modelo para la acción, mientras otros
han creado sus propuestas como salida a una crisis política particular. Algunos han buscado
sustentar racionalmente algún estado de cosas, es decir preservar el statu quo, mientras otros
articulan sus propuestas justamente en torno a la posibilidad de transformación. La teoría
política ha gravitado entre la utopía y el realismo, expresados en las diversas formas en que
han desarrollado sus trayectorias ideológicas .
Por otra parte, la ciencia política, como su nombre lo indica responde a un campus específico
que es el de la ciencia. Al igual que las otras ciencias sociales atiende a unos criterios de validez
y sistematicidad que están dados a partir básicamente de dos elementos: lenguaje y método .
En últimas podríamos simplificar su definición como la disciplina que observa, describe, explica
y predice la conducta política. La Ciencia Política apunta, en general a la comprensión de una
situación política específica sobre la que realiza análisis que pueden remitir a las relaciones de
poder que se dan entre los actores de dicha situación y su contexto .
No es posible pensar en una Ciencia política sin teoría política, ya que es la estructura
conceptual aportada por la Teoría política, la caja de herramientas del analista o científico
político en su quehacer. Los fenómenos son asidos por el científico a través de construcciones
teóricas llamadas conceptos y del uso riguroso y preciso de ellos, su capacidad para explicar e
interpretar la realidad que aborda .
La aclaración de las fronteras, aunque muchas veces porosas, entre estas tres dinámicas es
vital en el desarrollo de esta asignatura que se entregará elementos centrales de la Teoría
Política como punto de partida para la lectura crítica, la comprensión y la investigación de las
realidades políticas que vivimos en este mundo contemporáneo y convulso .
En su texto La política: Lógica y método en las ciencias sociales , Giovanni Sartori dedica varios
capítulos a esta discusión por lo que leeremos un aparte de ello en esta lección .
La pregunta que subyace a la discusión para establecer límites entre las diversas
aproximaciones que los hombres y mujeres han hecho históricamente a la actividad y el
pensamiento político es la pregunta misma por la política .
Una aproximación muy interesante a este asunto la hace Hannah Arendt en su libro titulado
justamente ¿Qué es la política?, el cual contiene una reflexión profunda en torno a lo
enunciado y es un punto de partida magnífico para la lectura crítica y la construcción de
sentido propuesto en esta materia .
En la guía de actividades encontrarán las preguntas centrales sobre las que circula el debate y
que orientan el proceso pedagógico de esta lección .
Actividad: ¡Al diccionario! Para situar la reflexión vamos al desarrollo inicial de la política en su
origen: La Antigua Grecia .
En los estudios sobre las formas de emergencia de la filosofía occidental, que es en esencia
una filosofía política, la idea más aceptada es la de que es en el paso de un pensamiento mítico
a un pensamiento humano -estrechamente ligado al surgimiento de la polis- del que surge la
política. En un texto sobre los orígenes de la filosofía, su autor consigna: “El siglo VI a. C.
Señalaría un profundo cambio en la vida civil y política de la antigua Grecia. Un profundo y
paulatino cambio de la monarquía a la aristocracia, y de ésta hacia la democracia. (…) El
surgimiento de la Polis redundaría en una nueva forma de vida social y un nuevo tipo de
relaciones entre los hombres. Ello en razón de que en la Polis se generan fundamentalmente
cuatro factores que se constituirían en las condiciones necesarias para el surgimiento de la
filosofía: 1. Predominio de la palabra sobre cualquier otro instrumento de poder. 2. En la Polis,
las manifestaciones más importantes de la vida social, adquieren carácter de plena publicidad.
3. En el plano intelectual, la escritura se constituye en el elemento fundamental de la paidéia
(enseñanza), convirtiéndose la escritura en un medio capaz de poner los saberes al alcance de
todos. 4. La relación jerárquica de sumisión y dominación es reemplazada por el vínculo del
hombre con el hombre en una relación de igualdad como norma, cuyo equilibrio es la Ley. Esto
se manifiesta en la idea de Isonimia: igual participación de todos los ciudadanos en el ejercicio
del poder” .
Arendt retoma en gran medida a Aristóteles, son dos lecturas que podemos poner en diálogo.
Al fin y al cabo el concepto de la política se encuentra en continua construcción .
¿Y el poder? No es posible hablar de política sin pensar en las relaciones de poder que los
seres humanos establecen entre sí para vivir en comunidad, en sociedad. Pero ¿qué es el
poder? Casi todos los desarrollos de la filosofía y las ciencias sociales abordan el concepto, una
noción que es polisémica, contextual y difusa .
Un día Primer Hombre, aburrido de pelear, fue a reunirse con Dios y, contándole sus
constantes disputas con Primera Mujer le pidió que dijera quien debía mandar y quien debía
obedecer, que resolviera de una vez por todas: quién debía tener el poder, si el hombre o la
mujer .
-Está bien –le dijo Dios-. Es muy simple, tomá este machete y esta noche, cuando Primera
Mujer esté dormida al lado tuyo, le cortás la cabeza de un solo golpe y zaquete, se acabó. Así
vos tendrás el poder .
Primer Hombre se quedó muy impresionado con el consejo de Dios. De regreso a casa se vino
pensando: -¡Cómo puedo hacer semejante cosa? ¡Yo no soy capaz de matar a Primera Mujer...
–y distraídamente perdió el machete .
-¡ Que bueno! –dijo Primer Hombre-. Así, si Dios me pregunta, le diré que perdí el machete y
que por eso fue que no pude seguir su consejo .
Llegó a casa, se encontró con Primera Mujer que acababa de regresar del campo y traía una
hermosa flor en el pelo, la saludó y .
..-¡Nasiri! -¡Namui! Al caer la tarde, rendidos, agotados, cansados de tanto discutir y tanto
pelear se acostaron a dormir. Al alba, mientras Primer Hombre dormía plácidamente a su lado,
Primera Mujer sacó el machete que Dios le había dado y záquete, le cortó la cabeza. Apareció
Dios y volviendo a poner la cabeza de Primer Hombre en su lugar resolvió: -Si alguien debe
tener el poder es el hombre. Porque no es capaz .
¡Nasiri! ¡Namui! En seguida Dios se reunió con Primera Mujer y ¿saben qué? Todavía no
sabemos qué fue lo que resolvió .
Nasiri, dice el cuentero, en Afrecha del oeste. Cuando empieza a 1 contar, lo que quiere decir
cuento. Namui, responde el auditorio, lo que podría traducirse por escucho .
El poder ha sido uno de los conceptos nodales de las ciencias sociales, sin embargo, en su
trayectoria ha sido comunmente definido desde una mirada dualista que lo limita. Es hasta la
aparición de este concepto en el pensamiento de Foucault que el poder se establece más que
como un concepto cerrado, como una categoría multidimensional que considera su
presencia en todos los ámbitos de la vida social y del individuo. Desde las relaciones de género,
pasando por la educación y el trabajo, el poder constituye el elemento que politiza la vida del
hombre .
El poder en la teoría política ha sido definido desde diferentes perspectivas para profundizar
en las mismas podemos remitirnos a: www.wikilearning.com .
¿Cuál es la diferencia entre concebir el poder como recurso o como relación? En recientes
teorías del poder, más vinculadas a la sociología, se ha elaborado la idea de empoderamiento,
fuertemente desarrollada desde la categoría de género por Teóricas políticas que se colocan
dentro de esta doble perspectiva: género – política. Esta noción, aunque no se considera
propiamente parte de la Teoría política, contribuye a pensar en la categoría de poder .
En la conceptualización del poder como punto de partida, autores como Lukes, Rowlands,
Moser, Kabeer, Young, entre otros se han trabajado diversos enfoques que de manera
excluyente o complementaria persiguen abarcar con mayor profundidad y a la vez concreción
el tema del poder y el género .
Podemos caracterizar brevemente los principales enfoques: Poder de: Define el poder como la
capacidad que tiene un actor de afectar el patrón de los resultados frente a los deseos de otros
actores, y se pregunta “quién prevalece en la toma de decisiones. (Kabeer, 1998). Así el poder
se entiende como una capacidad interpersonal respecto a la toma de decisiones en situaciones
en los que existe un conflicto observable .
Poder sobre: Consiste en la habilidad de una persona o grupo de hacer que otra persona o
grupo haga algo en contra de sus deseos. (Rowlands, 1995). Se trata de la concepción más
conocida y remite a la idea de dominación. Al igual que el anterior la imposición se ejerce en
situaciones en las que existe una confrontación evidente .
Poder con: Involucra un sentido de que el todo puede ser superior a la sumatoria de los
poderes individuales, especialmente cuando un grupo soluciona los problemas conjuntamente.
(Rowlands, 1995) Poder para: Es una forma de poder que es generativo (...) y un aspecto de
éste es el tipo de liderazgo que surge del deseo de ver a un grupo alcanzar aquello de lo que es
capaz, donde no existe necesariamente algún conflicto de intereses y el grupo puede sentar su
propia agenda. (Rowlands, 1995). Al igual que el anterior se trata de un
poder de “suma positiva”, como lo afirma Rowlands y que remiten a una dimensión colectiva
del poder .
Los principios de la Teoría Política y de la democracia en concreto han sido ubicados en las
diversas historias de la política en la civilización griega .
Durante varios siglos la polis se construyó como una forma de convivencia política de los
ciudadanos y son varios los pensadores que aportaron a su conceptualización y éstos son, aún,
fuente de los principios e ideales que orientan muchas de las teorías políticas contemporáneas
.
Los ideales de igualdad política, igualdad social y el gobierno del pueblo parecen ser los ejes
centrales de la pugna por construir una forma de gobierno democrática. No obstante, no se
trataba de una democracia incluyente, incluso muchos historiadores han descrito la
democracia ateniense como una democracia esclavista. Sócrates, en medio del marasmo que
implicaba el florecimiento de ideas nuevas, múltiples y contradictorias y su debate público,
incorporó una marca que determinó el posterior desarrollo de la filosofía: la virtud, una virtud
que estaba asociada directamente al conocimiento. Esta idea es retomada por la filosofía
platónica en la que la justicia aparece como la noción articuladora de la política y en ella se
reúnen las virtudes que un individuo requiere para vivir en la democracia: la prudencia, la
templanza y la fortaleza. En el mismo orden de ideas el Estado era concebido como una
institución educativa basada en la virtud máxima del conocimiento y la justicia como eje de la
construcción de la ética .
Para estas dos teóricos el sustento estaba basado en el conocimiento sin desconocer la
existencia de los dioses “Y así, Glaucón, se salvó este relato y no se perdió, y aun nos puede
salvar a nosotros si le damos crédito, con lo cual pasaremos felizmente el río del Olvido y no
contaminaremos nuestra alma. Antes bien, si os atenéis a lo que os digo y creéis que el alma es
inmortal y capaz de sostener todos los males y todos los bienes, iremos siempre por el camino
de lo alto y practicaremos de todas formas la justicia, juntamente con la inteligencia, para que
así seamos amigos de nosotros mismos y de los dioses tanto durante nuestra permanencia
aquí como cuando hayamos recibido, a la manera de los vencedores que los van recogiendo en
los juegos, los galardones de aquellas virtudes; y acá, y también en el viaje de mil años que
hemos descrito, seamos felices” 5 .
Actividad: A las raíces ¿Pero qué eran los dioses para los griegos? ¿El sustento divino de la
política griega es el mismo sustento divino de las teorías políticas posteriores? La idea de que
sólo en la polis se podría dar la vida buena requería que las ciudad-estado se mantuvieran
aisladas de las demás y esto era imposible en un mundo en el que el comercio y la expansión
obligaban a mirar a los gobernantes hacia el exterior. Además, la noción ética del ciudadano
era excluyente por cuanto sólo vinculaba a aquellos que tenían propiedad y podían ejercer el
debate civil. Varias escuelas surgieron con una mirada crítica de las teorías platónicas y
aristotélicas. Destacan el epicureismo y el cinismo .
La muerte de Aristóteles en el año 322 a.c. marca una división entre la filosofía política de la
ciudad-estado que ya no fue practicada en las siguientes generaciones y el subsiguiente
desarrollo de la teoría política del mundo occidental que, a decir de varios autores, ha
respondido desde entonces a una continuidad histórica llena de cambios pero sobre las
mismas matrices centrales de pensamiento .
6 Ibíd., 114 .
7 Ibíd., 129 .
“Con la ejecución del monarca en el curso de las revoluciones democráticas, como en el caso
de Jacobo II en Inglaterra y Luis XVI e Francia, termina a la vista de todos la personificación en
el lado de acá de un intocable orden del lado de allá .
El lugar del poder queda literalmente vacío .
Si no era en la religión, ¿en qué se sustenta entonces la política del momento? Para Rousseau
la religión, así como la educación, es un medio para asegurar la unión y la solidaridad en la
sociedad y por tanto plantea una religión civil que se fundamenta en la religión individual y se
distingue de las diferentes religiones profesadas por las iglesias incluyendo la católica: ”...se
debería sustituir el cristianismo que sólo te enseña la servidumbre por una religión civil con
dogmas morales simples, junto con una declaración de la santidad del contrato y de las leyes”
De esta manera, los derechos de los ciudadanos son 9 expresados y salvaguardados al interior
del Contrato, y son elevados a derechos sagrados: el derecho sagrado es el derecho de los
pueblos .
9 Citado por David Ogg como parte del Capítulo 24 del Contrato Social: “De la religión Civile”,
en La Europa del Antiguo Régimen . Siglo XXI Editores, España .
Lección número 4: La pregunta por el orden social y los derechos Objetivo: Encuadrar el
surgimiento de un marco de derechos como eje de la construcción de Estados laicos en el
mundo occidental .
A la llegada del siglo XVIII aún el mundo estaba inmerso en la Edad Media, pero en su
turbulento avance, este siglo significó para la humanidad el inicio de la modernidad y la semilla
de muchos de los fundamentos que aún hoy rigen nuestras vidas y hacen parte de nuestros
ideales. Tal vez uno de los rasgos más representativos de esta época fue la expansión europea:
el mundo experimentó un proceso de europeización paulatino marcado por una creciente idea
de progreso .
Durante gran parte del siglo la sociedad no experimentó aparentemente cambios radicales o
repentinos, los hombres y mujeres de la época vivían en un mundo dominado por el pasado:
tremendamente tradicional, con profundas distinciones sociales, orientado por regímenes
despóticos y absolutistas, basado económicamente en la agricultura y la tenencia de la tierra,
con prácticas de servidumbre y esclavitud ampliamente aceptadas y sobre todo,
profundamente marcado por la religión; ésta es la llamada Europa del Antiguo Régimen 10 .
Un mundo que todavía tenía grandes influencias del Medioevo, a pesar de la aparición de
pensadores como Newton o Locke, quienes marcaron significativamente este siglo, en el que la
idea de que todos los ciudadanos debían ser iguales ante los ojos de las leyes, gozar de los
mismos derechos y tener las mismas obligaciones seguía siendo una idea extraña y mal
recibida .
Es hacia finales del Siglo XVIII que se dan los cambios significativos por los que se distingue
este siglo como la época de las grandes transformaciones. El Iluminismo, la Ilustración, la
Revolución Francesa, la Revolución Americana y los gérmenes de la Revolución Industrial
lideran, entre otros, los cambios de un mundo que entra en la modernidad poniendo al centro
del debate a la razón en el camino hacia el progreso. Así, el hombre se convierte en un hombre
más integral, vinculado a la vida intelectual y política, consciente de su papel activo en el
mundo que desea construir .
Actividad: A debate El Derecho Natural cristiano se imponía en Roma durante los siglos del
impero y en este tenor se destacan pensadores como Séneca, Marco Aurelio y Cicerón. “Ius”
significa derecho, por lo que el derecho natural es también conocido como iusnaturalismo y su
legitimidad proviene del poder divino, de la naturaleza, de lo humano o de la iglesia católica,
según la corriente teórica en que se desarrolle .
Las leyes tienen espíritu Ubicado en el denominado Siglo de las Luces, Montesquieu a pesar de
ser muy conservador y defensor de la tradición, aportó elementos fundamentales en el
desarrollo de la Ilustración y la explosión de la Revolución Francesa. Este pensador, que es
conocido por su teoría de la separación de poderes y la teoría de los gobiernos, era escéptico
ante las instituciones religiosas de la época, aunque creía que la religión era algo así como un
mal necesario, un freno, una manera efectiva de reprimir especialmente los abusos que los
gobernantes pudieran tener en la aplicación de las leyes. De hecho, la única forma de gobierno
que Montesquieu condena explícitamente es el despotismo .
La ley es para él la encarnación de la razón, en la razón está su espíritu y por ello, la libertad
política no consiste en hacer lo que se quiere sino lo que debe hacerse, que es lo mismo que lo
que debe quererse, en esta medida la libertad está ligada a la razón. Pero además, la ley
adquiere en Montesquieu una dimensión muy amplia: “El espíritu de las leyes consiste en las
diversas relaciones que las leyes pueden tener con diversas cosas” entre las que se 11
encuentra la religión. Esta concepción implica una diferenciación entre la ley que imparte el
Estado y la religión que difunde la Iglesia. De hecho, Montesquieu promovía la transferencia a
las autoridades civiles de cosas como el matrimonio o el divorcio y el control de catecismos y
libros religiosos .
Con la publicación de “El Contrato Social” en 1762, Rousseau expone su ideal de sociedad
como el verdadero espacio en el que los hombres podrían ser realmente libres, iguales y
felices, lo cual se logra a través de un pacto en el que cada uno pone en común su vida bajo la
dirección de la voluntad general, que se expresa en la ley. Esto se puede entender como la
constitución de un Estado Laico en el que el individuo y el gobierno se reconcilian en torno a la
voluntad general en la que se funden las voluntades individuales, sin que cada uno pierda la
propia libertad. Este pacto garantiza los derechos y la moralidad de cada asociado basándose
en principios universales y no en leyes divinas .
Para este pensador la igualdad jurídica es la condición primaria para que el individuo se integre
a la sociedad y en esa equidad se fundamenta la voluntad general que a su vez legitima la
soberanía del pueblo .
El triunfo aparentemente transitorio de la Revolución Francesa tal vez tiene una de sus
principales causas en la incapacidad de sus líderes por defender el pensamiento laico que
justamente inspiró sus ideas transformadoras. Los 1 1 Citado por Touchard en Historia de las
Ideas Políticas . Editorial Tecnos, Madrid – 1975, p.308 derechos
propugnados se convirtieron en las leyes de un nuevo dogma que sembró el terror entre
quienes no comulgaban con las ideas revolucionarias y obviamente se lanzó en contra de las
instituciones eclesiales, hasta el intento de una separación radical e irreversible entre el Estado
y la Iglesia. El regreso al Antiguo Régimen se convirtió en una contrarrevolución, sin embargo,
Europa no volvió a ser la misma que era antes de la Revolución y el pensamiento laico se
convirtió en parte de la cultura occidental .
Actividad: Construir conceptos Lección número 5: El delito no es lo mismo que el pecado. Del
derecho natural al derecho civil .
Césare Beccaria publica en Italia en 1764 el “Tratado de los Delitos y las Penas” y su obra es
aplaudida por sus contemporáneos, porque constituye una buena síntesis de los principales
presupuestos de la Ilustración, referidos al caso concreto del sistema criminal. Beccaria, al
igual que muchos en su época, no niega la virtud religiosa, sino más bien busca que la sociedad
que emerge en el Siglo XVIII comprenda las distinciones entre las fuentes de las que emanan
los principios políticos y morales en pos del logro de la felicidad como objetivo del “Contrato
Social” y en contra de la ignorancia y las pasiones que llevan al fanatismo .
De los Delitos y las Penas, Comisión Nacional de Derechos Humanos, México-1991, 12 p.36
la razón crítica y la libre discusión tolerante frente a recurrentes arrogancias dogmáticas; pero
se plantearon también en términos dramáticos el problema de un Estado totalitario como el
nacional-socialismo, que creó su “religión política”, y el problema de un Estado como el
soviético, que pretendía intervenir en la dimensión religiosa del individuo para anularle los
nexos con la tradición, haciendo paradójicamente del ateísmo una religión de Estado” 13 En la
actualidad el tema del laicismo está más vigente que nunca. La tolerancia, la defensa de las
ideas propias y el respeto de las ajenas a partir de la discusión cimentada en la razón, la crítica
constructiva y el ejercicio de la ciudadanía en términos de derechos y deberes se constituyen
en base de una cultura laica que posibilite la democracia .
Pero además, el pensamiento laico entendido como “una concepción más amplia y global de la
cultura y la vida civil, basada sobre la tolerancia comprensiva de las creencias de los demás, el
análisis crítico de las opiniones predominantes, el rechazo al dogmatismo en todo sector de la
vida asociada, incluso más allá de la influencia directa de la institución religiosa dominante” ,
14 tiene una increíble vigencia sobre los conflictos actuales que crecen sobre el fanatismo y la
exclusión, y cobran víctimas a diario en todas partes del mundo .
14 Ibíd..., p.530 .
Es el Renacimiento, que muchos historiadores ubican a mediados del siglo XV, el que pauta la
transición de la Edad Media a la Edad Moderna. El entusiasmo por las manifestaciones de la
antigüedad clásica, la secularización, la decadencia del estoicismo y la conciencia del sujeto de
su propio valor como consecuencia de sus éxitos políticos y económicos, condujeron a la
generalización de formas de gobierno absolutistas .
Lección número 2: Orden social y político en la modernidad El mundo moderno surge a partir
de la disolución con un orden tradicional que ha sido calificado por éste mismo como
premoderno. La racionalización, la reflexividad aparecen como elemento definitivo. En la
medida en que el hombre participa de la sociedad se supera a sí mismo. La constante del
mundo moderno ha sido la pregunta por cómo es posible establecer lazos entre los sujetos
dentro de una sociedad que como la moderna se funda en el individuo .
Hobbes y Rousseau comparten la idea de que el orden social surge de una decisión de los
individuos que se someten a la voluntad general expresada en un contrato social. Así, el orden
social depende de una libre decisión humana y se constituye a través de elementos tan
concretos como fuentes reconocidas de autoridad, instituciones encargadas de hacer cumplir
el contrato y por una conciencia de pertenecer a una agrupación en particular .
El ser humano es ahora un actor social y su rol en la colectividad está definido por su rol en el
ordenamiento social. La bondad y la maldad tanto del individuo como de la sociedad ya no
dependen del modelo divino sino del establecimiento racional de lo que es útil o no para el
conjunto social .
Sabemos dónde inicia la modernidad pero no dónde acaba. Para muchos teóricos
contemporáneos de la sociedad y la política, este paradigma ya no existe y nos encontramos
en la postmodernidad, en la modernidad tardía, o en la segunda o tercera modernidad. Lo
cierto es que lo límites son difusos y, pese a los cambios, las bases centrales del mundo
moderno están en la raíz de nuestro ordenamiento y forma de pensar lo social y lo político en
la actualidad .
(Adjuntar recurso en Word - Fragmento del Capítulo IV ¿Podremos vivir juntos? ) Como
afirma Berman: “El proceso de modernización, aunque nos explote y atormente, da vida a
nuevas energías y a nuestra imaginación y nos mueve a comprender y enfrentarnos al mundo
que la modernización ha construido, y a esforzarnos por hacerlo nuestro. Creo que nosotros y
los que vengan después de nosotros, seguiremos luchando para hacer de este mundo nuestro
hogar, incluso si los hogares que hemos hecho, la calle moderna, el espíritu moderno,
continúan desvaneciéndose en el aire” 16 Lo importante del debate, más allá de las
definiciones, es la emergencia de formas nuevas y cambiantes en todos los aspectos de la vida
del ser humano que van desde su inserción en el mundo laboral, hasta las formas en que se
comunica o los sentidos que atribuye a la política. Y en la raíz de estas reflexiones se encuentra
la definición del sujeto social y político que organiza nuestro pensamiento. En el ámbito de la
teoría política, derivando sobre la incertidumbre, se ha encontrado siempre la noción de
ciudadanía .
16 Berman, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire ”, Siglo XXI editores, España, 1989
Lección número 3: Emergencia del ciudadano Objetivo: Comprender el proceso de surgimiento
y consolidación de la ciudadanía .
Como vimos en la lección anterior, en la época del Renacimiento, es cuando se comienza a
gestar el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Y con la instauración de esta última se
derrocará al absolutismo monárquico, que trajo consigo crisis económica, política y social, que
acarrearon su derrocamiento .
Pensadores como Hobbes, Locke y Rousseau, si bien tenían serias diferencias, coincidían en
señalar que era necesario el contrato entre los individuos para dejar el estado de naturaleza,
estableciendo un nuevo orden social .
Con la llegada del pensamiento moderno y el establecimiento del nuevo contrato social, se da
un resurgimiento del término ciudadanía , pues el individuo era el centro de este nuevo
convenio. Ya que, este contrato social dependerá de la libre decisión humana,
materializándose en elementos tan concretos como instituciones o autoridades que forman
parte del nuevo Estado, en donde los individuos o los ciudadanos depositarán su voluntad para
que éste se encarguen de hacer cumplir el convenio .
Pero, el concepto de ciudadanía ya había sido desarrollado por los pensadores griegos. Para los
griegos la idea de ciudadanía hacía referencia la participación de los individuos en la polis, ya
que sólo se podía acceder mediante la relación entre el individuo y su ciudad. Sin embargo,
hay que señalar que no todos los habitantes de la ciudad griega tenían el derecho a participar,
sólo eran considerados ciudadanos los varones, que generalmente contaban con alguna
propiedad, por ello, las mujeres, los esclavos y los bárbaros de Asia tenían privado todo tipo de
participación en la vida política, careciendo de la categoría de ciudadanos .
Como lo señala Hannah Arendt, en el pensamiento griego el ciudadano, que era el que
participaba en la polis, debía cumplir con una característica principal: ser libre, lo que
significaba la liberación de la labor y de la preocupación por la vida, pues la política para los
griegos estaba relacionada con la libertad. Para ello, debían ser propietarios, que significaba
tener cubiertas las necesidades de la vida y, por lo tanto, ser potencialmente una persona libre
para trascender la propia vida y entrar en el mundo que todos tenemos en común. Como se
ve, la propiedad era privada, pero también era la puerta de acceso a la esfera pública. El señor
de la casa era ciudadano de la polis , miembro con plenos derechos de la comunidad política .
“esta libertad la tenía solamente el señor de la casa y no consistía en que el dominará sobre los
restantes miembros de esta, sino en que gracias a este dominio podía
dejar su hogar, su familia en el sentido antiguo” 17 Es así como el hombre libre representaba al
ciudadano griego que, reunido en el ágora , decidía en torno a importantes cuestiones de la
vida pública, en donde, sólo los varones de determinadas condiciones eran considerados
ciudadanos, retirando este derechos a las mujeres, los esclavos y los bárbaros .
Ágora Por su parte, los romanos, reconocían como ciudadano a la persona que había nacido en
la ciudad lo cual hizo posible la extensión de los derechos de ciudadanía a otros grupos “A
diferencia de Grecia, la ciudadanía en Roma no constituía una comunidad cerrada sino que se
convirtió en un fenómeno universal, dado que en el año 212, Caracalla la otorgó a todos los
hombres libres del Imperio. Claude Nicolet calcula que recibieron ese beneficio un total de seis
millones de personas, lo que constituía entre una quinta o una décima parte de la población
del Imperio. Dicho autor nos describe los atributos de la ciudadanía , diciendo que era una
garantía cívica y jurídica” .
18 Actividad: ¡Al diccionario! Entre los derechos principales se encontraban: derecho de voto,
derecho de ser elegible, derecho a tener religión o ser elegible para funciones sacerdotales, y
derecho de apelación al pueblo en procesos criminales, derecho de propiedad, derecho a
contraer matrimonio legal, y derecho a ejercer acciones judiciales. Pero también tenían los
ciudadanos obligaciones con el 1 7 Arendt, Hannah, Qué es la política, Ed. Paidos, Barcelona,
España, p. 73 .
En los estados feudales no hay grandes cambios al respecto, al contrario, pareciera que esta
época la categoría de ciudadanos quedó soslayada y solo retomada respecto a las
conveniencias de los soberanos .
Como podemos ver, el concepto de ciudadanía no estaba extendido a todos los seres humanos
(hombres y mujeres), y no se centraba en los derechos de éstos. Por ello, lo realmente nuevo
desde los albores de la modernidad fue la exigencia de que todos los individuos participaran
activamente en el Estado y en la vida pública (siendo éste un derecho en sí mismo), y
adquirieran conciencia de sus derechos y deberes ciudadanos. Es decir, se concebía ya la
ciudadanía como un proceso de construcción social .
El Renacimiento, como hemos visto, impuso la racionalidad como eje de construcción política y
social y en este proceso se reconoce a los hombres su capacidad para administrar sus
derechos, proceso que se consolida posteriormente en la Ilustración. Así, en la voluntad del
hombre es donde residirá el nuevo contrato social, en donde la ciudadanía se extenderá a
todos los hombres, como se lee en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano,
base de la Revolución de 1789, y como se puede leer en los escritos del autor que más
influencia tuvo en ella, Jean Jacob Rousseau “(hablando del Renacimiento) este proceso de
renovación de las ciencias y del espíritu libre habría de encontrar su máxima expresión durante
la revolución intelectual que representa la ilustración durante el siglo XVIII, bajo cuya
inspiración se despliega, justamente, la dimensión horizontal de la ciudadanía. Con la
Revolución francesa irrumpe una forma de membresía política representada por la comunidad
política del pueblo. A esta noción de ciudadanía se agrega una serie de derechos que
inauguran la época moderna (…)” 19 1 9 Cisneros, Isidro, Globalización ciudadanía y tolerancia
multicultural en América Latina, en Revista Foro Internacional, Vol. XXXVIII, No. 2-3, abril-
septiembre de 1998, Ed. COLMEX, D.F .
Como se ha podido leer a lo largo del capítulo anterior, la conformación del pensamiento
moderno dio pie a la constitución de un nuevo contrato social, basado en la voluntad de los
hombres, considerado, ya, como un derecho humano. Evidenciando que, tanto la constitución
del Estado como los derechos humanos son una construcción social, pues los hombres y
mujeres tienen derecho y capacidad para determinar el tipo de Estado que quieren para ser
gobernados .
“Kant ligaba directamente el aspecto que consideraba positivo de la Revolución con el derecho
de un pueblo a decir por si mismo su destino .
(…) este derecho según Kant, se habría revelado primeramente en la Revolución Francesa (…)
Llamándola “una esplendida aurora”, por la cual, “todos los seres pensantes han celebrado
unánimes esta época, expresaba con esta metáfora la propia convicción de que con la
revolución se había iniciado una nueva época de la historia, con una referencia explícita a la
Declaración, cuyo fin era, a su juicio, el plenamente político de mantener firmes los derechos
naturales, el principal de los cuales es la libertad, seguido por la igualdad frente a la ley como
ulterior determinación suya” 20 Es así como, el concepto de ciudadanía estará vinculado al de
derechos individuales, pero sobretodo estará ligado al de Estado, ya que la conformación del
nuevo Estado moderno recaerá en la voluntad de los hombres, basando su legitimidad de
existencia en ellos y atribuyéndole una dimensión moral. Pero sobretodo, la creación del
Estado será para la salvaguarda de los derechos de los ciudadanos .
Hay que señalar, que en esta época, también tuvo lugar la independencia de los Estados
Unidos de América, y de acuerdo con algunos autores (Meyer, Bobbio), ambas revoluciones, la
americana y la francesa, se hacen en nombre de los ciudadanos y en dicho proceso es
indispensable la creación del Estado, pues éste se encargará de proteger sus derechos. Sin
embargo, el Estado no garantiza por él mismo el ejercicio real de la ciudadanía, por lo que
consideraron indispensable establecer leyes que contuvieran los abusos de éste y crear
instituciones que se hicieran contrapeso y cuyo sustento estuviera en la voluntad ciudadana .
“El hombre nace libre, pero en todas partes se encuentra encadenado (citando a Rousseau). La
tarea histórica según el pensador ginebro, era ni más ni menos que construir un orden
colectivo en que la libertad y la igualdad fueran patrimonio de todos los ciudadanos” 22 Sin
embargo, el tiempo demostrará que estos principios liberales, al menos los establecidos por
pensadores como Rousseau, serán modificados y adaptados dependiendo de los intereses de
los grupos de poder en cada región o país. En la mayoría de los casos la propiedad primará
sobre otros derechos, lo que se afianza en la filosofía madre del liberalismo económico
expresada en la famosa consigna: “laissez faire, laissez passer ” (“dejar hacer dejar pasar”) .
Pues esto, por sí mismo, no podía significar la esencia de la libertad para los muchos que se
encontraban hasta abajo de la pirámide social, política y económica, ya que no les
proporcionaba los instrumentos para ejercer su libertad en un mundo tan desigual que
paradójicamente buscaba la igualdad de todos los seres humanos .
¿Qué diferencias pueden existir con la experiencia contemporánea? Esto acarreará crisis de
legitimidad, pues la voluntad de los hombres, será soslayada por la voluntad de las minorías,
obligando al Estado a transformarse .
Así, surgen otras corrientes que cuestionan los fines y existencia del Estado en su concepción
liberal como el socialismo y el fascismo. De esta crítica surge, posteriormente, el llamado
liberalismo social, cuyo fin era que el Estado interfiriera en el mercado y promoviera niveles
mínimos de bienestar, para promover que las mayorías se convirtieran en “ciudadanías
reales”, transformación que da pie a la transformación del Estado liberal en Estado
democrático liberal .
Cabe aclarar que el Estado democrático no perdió el apellido de liberal , pues como señalan los
investigadores, el liberalismo que nació en el Renacimiento y la ilustración tendrá como base la
voluntad general, lo que le proporciona la legitimidad moral y el sustento del Estado
democrático, que basa también su creación y existencia en la voluntad de las mayorías .
2 1 Meyer, Lorenzo, Liberalismo autoritario. Las contradicciones del sistema político mexicano,
Ed. Océano, D.F., México, 1995, p. 17-18 2 2 Meyer, Lorenzo, Op. Cit., p. 16
Y será esta democracia liberal será la que prime, en la historia más reciente, tras la caída del
muro de Berlín y de la Unión Soviética símbolos de la caída del mundo socialista .
Al igual como sucedió con el concepto de liberalismo, el concepto de democracia irá teniendo
sus variantes a lo largo del tiempo, lo que acarreará a su vez transformaciones del concepto de
ciudadanía .
“Lo verdaderamente específico en esta visión del mundo es, pues, su hincapié en el individuo y
su libertad sobre el grupo, la clase o la nación; antepone la libertad individual frente al poder –
sea éste político, económico y religioso- a casi cualquier otra consideración, lo que en la
práctica no deja de tener grandes inconveniencias para los intereses colectivos (…)” 23 Sin
embargo, no debemos olvidar que, la concepción de ciudadanía, tanto del liberalismo como
del socialismo, con el tiempo va a ir cambiando e irá creando sus variantes, dependiendo de
las concepciones de Estado. Pero, también, debido a que estos conceptos fueron sobrepasados
por las realidades de las sociedades, pues con el paso del tiempo el mundo se fue
complejizando, acarreando cambios e ideando nuevas maneras de estar juntos .
Esto no ha sido sencillo, por ello la ciudadanía, y la concepción y praxis del Estado se han
convertido en un escenario lleno de tensiones, de encuentros y desencuentros entre
ciudadanos y autoridades .
24 Dando pie a la complejidad de los derechos que dan sustento a la ciudadanía hoy, pues se
ha visto la necesidad de irlos adecuando, ya que la categoría de derechos civiles heredados por
la tradición democrática, tanto liberal como socialista, del siglo XVIII, hasta ahora, es
insuficiente para dar respuesta a las demandas de nuestra época. Lo que ha llevado a la
evolución del concepto de ciudadanía .
Quizá como señala Meyer, desde el principio esta concepción moderna traería consigo una
dimensión muy individualista de la ciudadanía y el Estado, lo que, 2 3 Meyer, Lorenzo, Op. Cit.,
p. 18 2 4 Ver, Borja, Jordi, http://www.lafactoriaweb.com/articulos/borja17.htm <<en la
práctica no deja de tener grandes inconveniencias para los intereses colectivos>>. Y como
desde el principio el concepto de ciudadanía estuvo ligada al de derechos, esto relación no se
destruirá con el paso del tiempo, será cuestionada en su concepción individualista, por lo que
se procurará la ampliación de esta concepción, dando pie a que se hable ahora de tres tipos de
derechos Derechos de primera generación , que son los derechos civiles promulgados por los
revolucionarios del siglo XVIII, como: la igualdad, la libertad de pensamiento, de expresión, de
reunión, de asociación Derechos de segunda generación , los derechos económicos, sociales y
culturales, incorporados en la Declaración de 1948 de la Organización de la Naciones Unidas,
en donde, el Estado se transforma en un Estado Social de Derecho: derecho al trabajo en
condiciones equitativas, derecho al a seguridad social, a formar sindicatos, etc .
Derechos de tercera generación , fueron promovidos a partir de la década de los setenta con el
fin de promover el progreso social y mejorar las condiciones de vida de todos los pueblos:
derecho al medio ambiente, al patrimonio común de la humanidad, al uso de las nuevas
tecnologías, etc .
Es así, como ahora se habla de otras concepciones de ciudadanía, propuestas por algunos
autores contemporáneos, como Chantall Mouffe, quien propone establecer una democracia
radical y plural, reconociendo que el ciudadano se desenvuelve en un contexto de conflicto y
diversidad, por lo que el Estado debe proveer de espacios de expresión en donde se pueda dar
el disenso que es parte de nuestras sociedades, ya que no se puede prescindir de él .
De hecho Mouffe, opta por una Democracia radical y plural, en donde se requiere la creación
de instituciones que permitan transformar el antagonismo en agonísmo , en donde se vea al
otro como adversario, no como enemigo al que hay que aniquilar 25 . Por ello la tarea de los
Estados con una democracia radical deliberativa sería la de movilizar (no eliminar) esas
pasiones -que forman parte esencial de los ciudadanos- hacia los objetivos democráticos .
Mouffe enfatiza que es preciso concebir la ciudadanía : “como ejercicio de la democracia en las
relaciones sociales, que son siempre individuales y especificas, lo que requiere una real
participación en las prácticas sociales que tejen la trama tanto del Estado como de la sociedad
civil .
(…) Hoy en día el ciudadano democrático sólo es concebible en el contexto de un nuevo tipo de
articulación entre lo universal y lo particular, de acuerdo con la modalidad de un universalismo
que integre las diversidades, lo que Merleau-Ponty llama <<universalismo lateral>> para 25
Mouffe, Chantal, El retorno de la política, Paidos, 1999, p.13 indicar que lo universal se
inscribe en el corazón mismo de lo particular y en el respeto a las diferencias.” 26 Otro trabajo
importante de Chantal Mouffe, ha sido su aporte desde la perspectiva de género a la noción
misma de ciudadanía, en donde ha señalado que “un proyecto democrático feminista debe
consistir en la crítica al esencialismo y a todas sus diferentes formas: humanismo,
racionalismo, universalismo. Considerando una pluralidad de feminismos, que se inscribe en la
democracia radical, en donde su tarea será crear “una amplia cadena de equivalencias que
articule las demandas democráticas de diferentes movimientos: las mujeres, los trabajadores,
los negros, los homosexuales, los ecologistas” .
Kymlincka, señala que es necesario partir del reconocimiento de la importancia que tiene la
cultura en el desarrollo de cada individuo, abogando por la existencia y la defensa de la
identidad cultural de los grupos sociales. Pues sostiene que dentro de los derechos del
individuo se encuentra el derecho a mantener o elegir la cultura en la que quiere desarrollar su
vida “una teoría liberal de los derechos los derechos de la minorías debe explicar como los
derechos de las minorías coexisten con los derechos humanos, y también como los derechos
de las minorías están limitados por los principios de la libertad individual, democracia y justicia
social” 28 Por ello, señala, es necesario defender la necesidad de una ciudadanía diferenciada,
según la cual el Estado tiene la obligación de adoptar <<medidas específicas>> en función de la
pertenencia grupal orientadas a acomodar las diferencias nacionales y étnicas. Para Kymlicka
existen tres formas de derechos diferenciados 1. Derecho de autogobierno: como la
delegación de poderes a las minorías nacionales 2. Derechos poliétnicos: como el apoyo
financiero y protección legal para determinadas prácticas asociadas con determinados grupos
étnicos o religiosos 3. Derechos especiales de relación: escaños garantizados por grupos
étnicos o nacionales en instituciones estatales 29 Este autor considera que es necesario el
respeto a los derechos de los diferentes grupos culturales y la libertad que tienen de mantener
o elegir la cultura que quieran ejecutar, en donde es más apropiado hablar de derechos 26
Ibidem, p. 21-22 27 Ver,
http://www.unsam.edu.ar/escuelas/posgrado/newsletter/Seminario%20Mouffe.pdf 28
Kymlicka, Will, Ciudadanía multicultural. Ed. Paidós, Barcelona, España, 1996, p. 19 2 9 Ibidem,
p. 20 especiales o diferenciados en función del grupo. Pues, para
Kymlicka, este concepto rompe la supuesta incompatibilidad o conflicto entre derechos
individuales y derechos de determinados grupos culturales o colectivos, y en otras ocasiones
con la supuesta necesidad de jerarquización .
¿Crees que este tipo de ciudadanía es formulada y ejercida en Colombia? ¿Dónde? ¿Por parte
de qué actores? Son muchas las aproximaciones contemporáneas a la noción y el ejercicio de
la ciudadanía que apuntan, en su gran mayoría a ampliar marcos de derechos que permitan
incluir diferencias cada vez más evidentes en la complejidad social contemporánea. Dentro de
las reformulaciones el trabajo de las teóricas políticas que se ubican en el enfoque de género
han sido fundamentales, y se trata de una corriente que incorpora una gran diversidad. En este
grupo, Naila Kabeer, por ejemplo, cuestiona las definiciones estrechas y lineales que explican
la ciudadanía simplemente como la relación entre Estado y ciudadano .
Por lo que, propone un concepto de ciudadanía que tome en cuenta el hecho de que la
experiencia de ciudadanía de una persona está mediada por otros marcadores de pertenencia
(raza, etnia, lazos familiares o estatus económico) 30 . En donde las mujeres han sido
constantemente excluidas. Por ello, propone un concepto de ciudadanía incluyente , en donde
se rescate el ámbito público de acción de las mujeres .
La autora, señala que es necesario promover una ciudadanía incluyente que abarque no solo
niveles de bienestar físico (salud, vivienda, vestido, higiene), sino también aspectos más
intangibles como el empoderamiento y la independencia de género. La propuesta de Caber
busca desafiar los procesos excluyentes y transformar las condiciones de exclusión mediante la
reivindicación de luchas colectivas que promueven transformación social .
Como hemos podido ver a lo largo de las lecciones existe un actor que cobró relevancia en la
instauración del nuevo contrato social: el Estado, pues sería el promotor y garante de la
libertad de los ciudadanos, para la convivencia sana y respetuosa .
.
¿Cuántas veces hemos escuchado que el Estado sirve para esto o aquello, cuántas veces nos
hemos quejado de su actuación? Pero, a todo esto: ¿qué es el Estado? ¿Por qué nos
referencian tanto a él? ¿Cómo está conformado? ¿Cuáles son las concepciones al respecto?
¿Cómo ha evolucionado esta concepción ¿De dónde surge? .
...Decía Maquiavelo que un estado afortunado tiene que ser fundado por un solo hombre y las
leyes y el gobierno por él creados determinan el carácter nacional de su pueblo. La virtud
moral y cívica surge de la ley y cuando una sociedad se ha corrompido no puede transformase
por sí misma sino que debe guiarla un legislador .
Tiempo después, en el siglo XVII, el análisis de Hobbes, heredero de la noción del estado
absolutista de Maquiavelo, se enfoca en el poder y sus fundamentos. El origen social y la
necesidad política, que es la necesidad de Estado, se encuentra en un escenario de “todos
contra todos” en el que cada uno dispone de un derecho limitado de apropiación (poder) .
El miedo que resulta del temor a morir por la hostilidad humana general induce a establecer
una instancia que pueda asegurar la paz, mediante la renuncia de cada individuo a gran parte
de sus derechos de apropiación en pos de un poder absoluto, (un paso de un estado de
naturaleza a un estado civil del individuo) en cabeza de un soberano, que puede imponer la
paz. Para este autor en toda forma de gobierno es inevitable la sujeción y cosas como el
contrato, la representación y la responsabilidad no tienen sentido si no se encuentran
respaldadas en un poder soberano .
En adelante autores como Locke, posible detractor de Hobbes; los teóricos de las revoluciones
como Rousseau, Montesquieu, Voltaire; y filósofos de la talla de Kant, Hume o Hegel pensaron
en la existencia del Estado, las diversas formas que puede adquirir el gobierno, el papel de la
leyes y su nexo con la sociedad. Sin embargo, no ahondaremos en cada una de sus
contribuciones ya que esto implicaría una síntesis en la que se perdería la discusión y la
filigrana con que han sido tejidas las teorías del Estado hasta nuestros días .
Queremos más bien dejar unos puntos de partida que se mantienen hoy como cimientos de
la conformación de Estados diversos como: la necesidad de un contrato social, la construcción
lógica del derecho como respaldo moral y ético de la convivencia, la división de poderes, el
necesario establecimiento de formas de relación entre los gobernantes y los gobernados, así
como la definición del sujeto que subyace a la concepción de Estado que se asuma .
31 Pensar en una aproximación a la definición del Estado implica volver a lo sencillo de las
definiciones. Por ello, volvamos a los componentes que se miran como los que
tradicionalmente conforman el Estado: el territorio, el gobierno y la población o el poder. La
soberanía es el fundamento de su legitimidad y su relación en condiciones de igualdad con
otros Estados .
Pensar en Estado implica pensar en Nación. Se puede entender en términos simples la nación
como un ente social o cultural, conformado por un grupo de personas que comparten una
experiencia histórica, territorial y sobretodo la idea de un porvenir compartido o la esperanza
de un bien común .
Entonces, por analogía podemos pensar el Estado-Nación como aquel territorio donde su
población con características de sexo, religión, raza y de cultura, se vuelvan cómplices en la
empresa de un destino colectivo y que a su vez esta nación, reconozca un poder central como
el único que podrá brindarles seguridad y la consecución de ese bienestar anhelado .
Actividad: A debate ¿Por qué es importante pensar en las funciones del Estado? ¿Serán las
funciones del Estado las mismas en todos los países, las mismas en todas las épocas? Lección
número 3: Tipos de Estado y formas de gobierno Objetivo: Identificar algunas de las tipologías
construidas sobre el Estado en la Teoría Política y su ejercicio .
Seguramente hemos escuchado hablar que pasamos de un Estado monárquico a uno
republicano, a uno liberal, a uno democrático, a uno socialista, a uno fascista, etc., etc., etc...
Es decir, si buscamos los tipos de Estados que han sido conceptualizados por diversos
escritores, a lo largo de la historia nos vamos a encontrar con que existe una gran producción
al respecto. Sin embargo, creemos que para salir un poco de esta maraña, debemos dar unas
pautas básicas que nos ayuden a resolver este conflicto, pues esta historia es tan antigua como
el hombre mismo .
Será Aristóteles, el filósofo griego, quien inicialmente haga una tipología de los regímenes
políticos, a partir del número de los gobernantes, señalando, que existen: Formas puras de
Estado, dentro de las que se encuentran: La monarquía: el gobierno de uno solo, La
aristocracia: gobierno de pocos, La democracia: gobierno de todos .
Sin embargo, éstas pueden desvirtuarse y convertirse en: Formas corruptas: La tiranía, La
oligarquía, La demagogia .
En las formas puras el gobierno es administrado el interés general, en las corruptas en interés
de quien detenta el poder .
Otro pensador, que hace una clasificación sobre los tipos de Estado es Montesquieu, quien se
aleja de la clasificación tradicional, y señala que existen tres tipos de Estado: La república La
monarquía El despotismo Esta distinción irá más allá del criterio numérico, extendiéndose a la
combinación de dos criterios que él define como "naturaleza" y "principio" del gobierno .
La naturaleza del gobierno depende del número de detentadores del poder: en la república
todo el pueblo o una parte de él detenta el poder; en la monarquía y en el despotismo el poder
está en manos de uno solo. Y también depende del modo de ejercicio del poder: en la
monarquía el soberano gobierna sobre la base de leyes fijas y estables, en el despotismo
gobierna sin leyes y sin reglas, y en la república gobierna con leyes establecidas por el
convenio entre los hombres .
Es importante enfatizar, como señalara Lorenzo Meyer, que será la división de poderes en el
Estado republicano, lo que se convertirá en el gran aporte de este escritor francés, pues la
división de poderes buscaba fomentar el equilibrio de fuerzas entre los actores y contrarrestar
el poder del soberano, así como garantizar el ejercicio de la libertad por parte de los
ciudadanos .
32 Algunos autores, como Bobbio y Meyer, coinciden en señalar que el Estado liberal, se
comienza a gestar en la época del renacimiento y la Ilustración consolidándose con las
revoluciones francesas e inglesas del siglo XVIII, ya que, ambas supondrán la victoria de una
determinada concepción del mundo sobre otra, el absolutismo monárquico .
En esta concepción liberal, el individuo se sitúa antes del Estado, por lo que, era necesario que
existiera un equilibrio de poderes que impidiera algún retroceso. Es así como, el Estado liberal
se caracterizará por : El contrato social como medio de fundación de la sociedad civil:
Fundamentará su legitimidad en la voluntad del pueblo La separación de poderes, dividiendo
en: ejecutivo, el legislativo y el judicial. Con el objetivo de evitar todo absolutismo crear los
mecanismos necesarios para hacer contrapesos que eviten una concentración de poder que
pueda lesionar las esferas inviolables de los individuos .
Por la supremacía de las libertades del individuo ante el Estado o los poderes económicos,
políticos o religiosos 3 2 Meyer, Lorenzo, Liberalismo autoritario. Las contradicciones del
sistema político mexicano, Ed. Océano, D.F., México, 1995 Con el tiempo y a pesar de las
buenas intenciones de algunos pensadores, el Estado liberal no será la solución a los abusos de
poder, ni a los problemas humanos. Ello dio pie, de hecho prácticamente casi desde el inicio, a
la conceptualización de otras formas de Estado, como el Estado Marxista. El concepto del
Estado marxista, surge con Karl Marx y los socialistas utópicos, sin embargo, su materialización
política se dará con Lenin El Estado Marxista señala que en la sociedad prima la división de
clases, en donde la burguesía ha explotado al proletariado por siglos, sin embargo, estas
nuevas dinámicas burguesas harán que los proletarios (trabajadores) tomen conciencia de su
situación, organización una transformación social, una revolución proletaria. Cuando esto
suceda se dará la constitución de un nuevo Estado, cuyo destino será orientado por los
trabajadores, en donde se caminaría hacia la auténtica sociedad justa y libre, en donde
primará verdaderamente la igualdad y la justicia .
Para los marxistas, este Estado se convertiría en una forma social en la que la estructura
económica sería producto de la asociación de los productores libres (el proletariado), y esa
riqueza se distribuiría entre el proletariado que había padecido pobreza por mucho tiempo. El
Estado Marxista, evitaría la concentración de poder, sin embargo, si pensaba en la creación de
un Estado fuerte, que garantizará el bienestar de los ciudadanos. Cabe aclarar que existen
muchos vertientes de los planteamientos de Karl Marx, algunas más afortunadas que otras, sin
embargo en términos prácticos estos son los postulados en los que se basa el Estado marxista .
Pero, el Estado marxista no traería consigo la caída del Estado liberal, a pesar de que muchos
de sus seguidores lo propugnarán éste siguió existiendo (como ya dijimos con todas sus
vertientes). Sin embargo, cada vez más, fue tomando la cara de Estado netamente capitalista,
en detrimento de la protección de los derechos ciudadanos. De hecho desde sus inicios se
concibió como derecho la propiedad privada, derecho que con el tiempo se colocará por
encima de los otros .
Constituyéndose las leyes del mercado en el principio rector de los procesos políticos y sociales
.
Pero como señalaría Meyer, este dejar hacer dejar pasar, en su máxima expresión no puede
significar el bienestar de los individuos, para la mayoría de los países pobres que no tienen la
capacidad para competir con los países ricos. Las postulaciones del Estado Neoliberal irán en
detrimento de los que menos tienen, la gran mayoría de los habitantes de los habitantes de
América Latina. Más bien, consolidó el status quo, acrecentando la brecha entre los países
pobre y los ricos .
Como podemos ver, esta búsqueda humana por encontrar formas de gobierno que ayuden a
dar respuestas concretas a sus complejidades y conflictos, continuará hasta nuestros días
dando paso a la pugna entre sociedad civil y gobiernos, por la conformación de un Estado
democrático .
Luego del derrumbe del modelo de sustitución de importaciones de los años 50 y 60, América
Latina enfrenta el reto de la modernización que en una primera instancia se tradujo en la
implementación de un modelo de ajuste estructural, enfocado fundamentalmente en una
racionalidad técnico-instrumental en la que predominó el factor económico. La estrategia
neoliberal del ajuste estructural centra el mercado como dispositivo del cambio, en tanto pasa
de ser un simple mecanismo de asignación de los recursos a constituirse en el principio rector
de los procesos políticos y sociales latinoamericanos .
En este proceso el aparato público de los gobiernos de la región cambia como consecuencia de
las políticas de ajuste centradas en la privatización, la desregulación económica y la apertura
comercial. El reflejo principal de esta transformación se observa en una disminución del
tamaño del aparato público y un cambio en la función reguladora del Estado. Esta etapa -que
para muchos autores es la primera del proceso de modernización- dejó duras lecciones y
consecuencias que repercutieron en el descrédito del proceso de modernización. Lejos de
apartar la crisis, este proceso la cambió de signo y la intensificó y sus consecuencias más
criticadas fueron la generación de mayores niveles de pobreza y exclusión en los países en los
que se implementaron las reformas estructurales en pos de la modernización .
Implica redefiniciones de las relaciones entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil .
Actividad: Para profundizar Sobretodo, en esta América Latina, en donde este modelo
modernizador no ha dado respuesta, ni ha encontrado los mecanismo para disminuir la
pobreza acrecentada por el modelo neoliberal y globalizador, que incrementaron la pobreza y
marginación que padecen millones de persona, más bien, parece que viene reforzando estas
tendencias .
Esta claro que esta modernización está aún muy lejos de concretar las promesas hechas a la
sociedad. Pues quizá como acertadamente, señala Boaventura de Sousa “la modernidad es
intrínsecamente problemática y rebosa de unas antinomias –entre la coerción y el
consentimiento, la igualdad y la libertad, el soberano y el ciudadano o el derecho natural o el
civil- que sólo puede resolver con sus propios medios” 35 3 5 Boaventura de Sousa, Santos,
Reinventar la democracia, reinventar el Estado, Ed. Abya- Yala-ILDIS- Friedrich Ebert Stiftung,
Quito, Ecuador, 2004, p. 2 UNIDAD 2 - LA TEORÍA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA Las ciudades y
la memoria. 4 Más allá de seis ríos y tres cadenas de montañas surge Zora, ciudad que quien la
ha visto una vez no puede olvidarla más. Pero no porque deje, como otras ciudades
memorables, una imagen fuera de lo común en el recuerdo. Zora tiene la propiedad de
permanecer en la memoria punto por punto, en la sucesión de sus calles, y de las casas a lo
largo de las calles, y de las puertas y ventana de sus casas, aunque no haya en ellas la
hermosura o rareza particulares. Su secreto es la forma en que la vista se desliza por figuras
que se suceden como en una partitura musical donde no se puede cambiar o desplazar ni una
nota. El hombre que sabe de memoria cómo es Zora, en la noche, cuando no puede dormir,
imagina que camina por sus calles y recuerda el orden en que se suceden el reloj de cobre, el
toldo a rayas del peluquero, la fuente de los nueve surtidores, la torre de vidrio del astrónomo,
el puesto del vendedor de sandías, la estatua de ermitaño y el león, el baño turco, el café de la
esquina, el atajo que lleva al puerto. Esta ciudad que no se borra de la mente es como un
armazón o una retícula en cuyas casillas cada uno puede disponer las cosas que quiere
recordar: nombres de varones ilustres, virtudes, números, clasificaciones vegetales y
minerales, fechas de batalla, constelaciones, partes del discurso. Entre cada noción y cada
punto del itinerario podrá establecer un nexo de afinidad o de contraste que sirva de llamada
instantánea a la memoria .
De modo que los hombres más sabios del mundo son aquellos que conocen esta ciudad de
memoria .
Pero inútilmente emprendí viaje para visitar la ciudad: obligada a permanecer inmóvil e igual a
sí misma para ser recordada mejor, Zora languideció, se deshizo, desapareció. La tierra la ha
olvidado .
Esta ciudad de Calvino sufre como la Teoría Política de nuestros tiempos el dilema entre la
permanencia y la constante transformación. Muy seguramente, los hilos que vinculan las
nociones primigenias, originarias de la Teoría Política occidental con las que usamos en la
actualidad son más fuertes de lo que creemos, pero no puede ser la Teoría Política sujeto de la
inmovilidad, porque da cuenta justamente de los cambios, de las crisis, de las
reconfiguraciones de los sujetos y su lucha por construir el orden social y, si es posible, la
convivencia .
En este segundo capítulo seleccionamos tres enfoques que nos permitieran pensar en las
transformaciones más significativas de la Teoría Política contemporánea: la democracia, el
debate liberalismo/comunitarismo que puede servir como eje articulador de la aparición y
establecimiento de movimientos sociales como actores centrales de la escena política de
hoy, y finalmente, una mirada concluyente y en perspectiva de algunos elementos que pueden
apuntar a los debates que constituyen hoy el basamento del ejercicio de lo político y su
conceptualización .
En este orden de ideas, el primer capítulo aborda la noción de democracia, desde sus
antecedentes en la Teoría política hasta las problemáticas más contemporáneas que implican
su estudio y postula preguntas que esperamos que conduzcan a los estudiantes a reflexiones
sobre su rol en la construcción de su propio mundo político .
En el segundo capítulo de esta unidad, presentamos un debate que retoma las raíces mismas
de la Teoría Política y también de la sociología en la dicotomía individuo/sociedad planteada
en el momento germinal de la modernidad. Lo importante de retomar este debate es poner en
evidencia el revival de la noción de comunidad y la impronta comunitaria que constituye lo
más complejo de la Teoría Política contemporánea desde nuestra concepción. En este proceso,
la emergencia de movimientos sociales, alguna vez llamados nuevos, constituye una dinámica
que para muchos teóricos de la política puede acrisolar la generación de cambios necesarios
par avanzar hacia el ideal democrático imperante .
En el tercer y último capítulo, apostamos a una mirada que pueda vincular elementos de los
debates actuales, principalmente sobre las transformaciones de los conceptos de estado y
ciudadanía, buscando incorporar la noción de globalización , como elemento teórico que
permita comprender el contexto político actual marcado por tendencias como la
incertidumbre, la increíble movilidad social y la búsqueda de reconocimiento y exclusión en un
mundo, que como el nuestro parece correr sin descanso hacia una estabilización de la crisis, el
individualismo, el conflicto y la desigualdad como marcas principales de la política y el orden
social. Esto sucede, paradójicamente en un escenario que al tiempo retoma elementos de
solidaridad y búsqueda de cohesión cifradas en la esperanza de la democracia como modelo
posible de la política .
Sembrar interrogantes, proponer debates, abrir perspectivas, proponer elementos de análisis
es entonces el objetivo central de esta unidad que esperamos se verdaderamente productiva
para los estudiantes .
En esta misma línea, Giovanni Sartori 36 señala que dependiendo del juicio que se tenga sobre
la realidad, también se juzgará y definirá lo que es la democracia para cada sociedad. Así
también señala que el concepto de democracia no puede ser desligado de la propia
experiencia democrática, de la persona, de la sociedad o del país. En síntesis, se dirá lo que la
democracia es o no es, a partir de la vivencia y de las propias expectativas. Sartori agrega, en
ese sentido, que lo que la democracia es no puede ser separado de lo que la democracia
debería ser .
Sin embargo, es importante partir de algunas líneas básicas para iniciar la reflexión sobre la
democracia que se vive hoy, punto al cual queremos llegar todos los científicos sociales, no
sólo para realizar críticas, sino también para apuntar propuestas .
El origen etimológico de la palabra (demos: pueblo; kratos: gobierno), que lleva a definir a la
democracia como el gobierno del pueblo o de la mayoría, es importante para acercarse al
sentido del concepto, aunque absolutamente insuficiente, ya que las definiciones de pueblo y
mayoría han cambiado y encierran en sí mismos muchos elementos .
37 Pero a partir de este principio (gobierno del pueblo), la palabra democracia toma distancia
de otros procesos políticos como aquellos que descansan en la voluntad de una sola persona, o
de un solo grupo social o político (dictaduras, totalitarismos). Se espera de ella que también
logre diferenciarse de otras formas gubernamentales como la demagogia o el populismo .
Por otra parte, frecuentemente escuchamos la referencia a la democracia formal o electoral
como aquella en la se definen reglas y acuerdos para definir los procedimientos
gubernamentales, así como las condiciones para elegir y ser electo. Norberto Bobbio, por
ejemplo, define democracia como “un conjunto 3 6 Sartori, Giovanni. ¿Qué es la democracia?
Altamir Ediciones, Bogotá, 1994, p.p. 3 y 4 .
38 Muchos autores coinciden en que para que un Estado pueda considerarse democrático y así
dotar a la democracia de mínimos presupuestos para que se desarrolle, debe reunir las
siguientes condiciones: autoridades públicas electas elecciones libres y limpias sufragio
universal derecho a competir por los cargos públicos libertad de expresión acceso a
información alternativa libertad de asociación respeto por parte de los gobernantes de las
normas jurídicas del Estado respeto por la extensión de los mandatos, según plazos
establecidos constitucionalmente la expectativa generalizada de que el proceso electoral y las
libertades contextuales se mantendrán en un futuro indefinido 39 3 8 Bobbio, Norberto, citado
en Meyer, Lorenzo. Liberalismo autoritario. Editorial Océano de México, México, 1995, p.p. 19
y 20 .
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara,
Buenos Aires, 2004, p.p. 55 .
Pero también hemos leído menciones acerca de la democracia real o la democracia sustantiva ,
como aquella que incluye no solo medios formales de participación (como el voto para elegir
representantes), sino también la realización de la vida concreta de las distintas sociedades, lo
que hace hincapié en los aspectos sociales y económicos y no sólo los políticos .
Hoy la idea de democracia está vinculada a la vigencia de un Estado de Derecho (lo que supone
la independencia de los poderes públicos y un sistema legal de protección de libertades y
garantías políticas), a la igualdad jurídica de todas las personas, al reconocimiento de los
derechos humanos: tanto individuales, (como por ejemplo el derecho a la vida) o como
colectivos (el derecho al territorio comunitario de grupos sociales). La democracia así
entendida “implica una forma de concebir al ser humano” y una manera de 40 ejercer
ciudadanía, basada en la dignidad .
Esta 42 definición no desvaloriza la democracia formal ni los mecanismos procesales que ella
establece. Muy por el contrario, la amplía y busca su consolidación .
4 0 Idem, p.p. 53 .
4 1 Idem, p.p. 54 .
4 2 Una ciudadanía activa es aquella que trabaja para la exigibilidad de sus derechos, que
busca que ellos sean respetados, y ejercerlos en la vida cotidiana y que los concibe en forma
integral (como integral es la persona humana). En este concepto no se separa lo económico,
de lo social o, lo político de lo cultural. La ciudadanía activa es lo contrario a la ciudadanía
formal, que espera un reconocimiento desde el Estado .
Lección número 4: ¿Hay varias formas de democracia? Objetivo: Reconocer las diferentes
formulaciones realizadas sobre democracia y sus caracterizaciones .
La tensión entre la idea de la libertad y la igualdad social; y entre los ideales y lo que se sucede
en la realidad, es lo que en el mundo contemporáneo ha resultado en los diferentes modelos
de Estados democráticos. Esa tensión no fue sólo producto de debates políticos, sino también
del conflicto de intereses de distintos sectores. Lorenzo Meyer – autor que ya hemos citado en
esta lección – señala que en “sus orígenes la democracia moderna encontró una gran
resistencia de las clases propietarias, que veían en el principio de la igualdad política una
amenaza” .
43 Los modelos democráticos que han surgido son en realidad respuestas a esos conflictos y
tensiones; las formas en las que se han intentado “solucionarlos”, por decirlo de alguna
manera más simplificada. Precisamente esas democracias han estado orientadas unas más
hacia configurar y afirmar la idea de libertad y otras la de igualdad social. Es y ha sido un
conflicto ideológico, en el sentido de una forma de concebir la problemática del ser humano,
su bienestar y su relación con el poder. Ese continúa siendo hasta hoy el debate central sobre
democracia. ¿Debería constituirse en su pregunta central?, nos interrogamos. Para Giovanni
Sartori, no. Pero antes de adentrarnos en sus comentarios que nos pueden echar luz en esta
problemática, repasemos cuales son algunos de esos modelos a los que nos hemos referido .
- Democracia liberal: Esta nace a partir del liberalismo clásico, centrándose en la libertad como
valor esencial del ser humano. El marco inicial de las democracias liberales modernas fue
creado durante la época de la Ilustración, época en la que la demanda política giraba en torno
a la libertad, como el derecho del individuo a estar protegido del ejercicio arbitrario de la
autoridad. La democracia liberal es el producto de la conformación del Estado moderno a
partir de los siglos XVIII y XIV y centra sus postulados en la vigencia de una constitución, la
vigencia de un Estado de derecho, la división de poderes, el derecho al sufragio, el derecho de
propiedad, la existencia de partidos políticos, la libertad de expresión, la libertad de prensa y la
libertad de asociación. Los críticos a este modelo, señalan como sus deficiencias que los
mismos se centren en el individuo y no en la sociedad como estructura en el que el primero se
desarrolla .
disenso y el pluralismo ideológico constituye el núcleo de las críticas que recibe este modelo.
Por ejemplo, la ausencia de varios partidos políticos y/o de la libertad de prensa, son algunos
de los cuestionamientos que reciben. Según sus partidarios, estos regímenes serían
democráticos porque en ellos existen mecanismos orgánicos de participación política,
mediados por el partido, y el Estado se define por un programa de políticas públicas:
educación y cultura, sanidad, deportes, etc., también orientadas a esa participación universal .
- Democracia social o socialdemocracia: Este modelo se distancia de las ideas más radicales de
los anteriores descriptos y manifiestan hoy buscar un equilibrio entre el principio de la libertad
como el de la igualdad. La socialdemocracia es una ideología política que surgió a finales del
siglo XIX y principios del XX del seno del marxismo, creían que la transición a una sociedad
socialista podía lograrse mejor mediante una evolución dentro de la democracia
representativa que mitigara los efectos del capitalismo antes que por algún otro método. Los
socialdemócratas pretenden reformar el capitalismo democráticamente mediante la
regulación estatal y la creación de programas y organizaciones patrocinados por el Estado .
Una mirada crítica a los modelos esquemáticos El debate actual sobre la democracia, es en
síntesis un debate sobre su retórica y sobre su práctica. En ese sentido, una mirada crítica a la
esquematización de esos modelos la propone el politólogo Giovanni Sartori, al cual ya hicimos
referencia en otros lugares de este mismo capítulo .
Para Sartori la experiencia democrática siempre se “desarrolla sobre el desnivel entre el deber
ser y el ser, a lo largo de la trayectoria signada por las aspiraciones ideales, que siempre van
más allá de las condiciones reales” . En 44 esa línea se refiere a democracia entre sentido
prescriptito (hacia donde apunta, lo que debería ser, el ideal) y democracia en sentido
descriptivo (lo que es en realidad, lo que se aplica en la práctica, lo que es verificable en la
realidad). Agrega que sin la verificación , una democracia es irreal , pero sin el ideal una
democracia no es tal .
45 “¿Cuál es la relación correcta entre realismo y nuestras opciones de valor por el liberalismo,
la democracia, el socialismo u otro? Ninguna ciudad política puede ser entendida en términos
prescriptivos o idealistas ni únicamente en términos de verificación o realistas. Por lo tanto, si
el realismo considera los presupuestos de hecho de cualquier ordenamiento ético político, de
ello se deriva que el realismo se detiene exactamente en donde el liberalismo, la democracia y
el socialismo comienzan; y esto porque esos regímenes resultan del injerto del ideal sobre lo
real, del deber ser sobre el ser” .
46 Las democracias se declaran como tales al comparar entre ellas la teoría y la práctica y en
razón de cuánto los hechos se apegan a las prescripciones .
4 6 Idem, p.p. 30 .
Como hemos podido observar, el camino de la democracia no ha sido sencillo, de hecho aun,
hoy en día, las democracias en América Latina son muy endebles. ¿Por qué? Muchos
investigadores han tratado de responder esta pregunta y dentro de las causas se encuentra:
que son democracias muy jóvenes; que son herederas del Estado liberal; que las
peculiaridades de los estados latinoamericanos son demasiado específicas para que un modelo
de democracia occidental se adapte a nosotros de manera adecuada; que estas características
de la democracia liberal, en realidad no eran la materialización de los derechos y libertades del
hombre, sino que realmente lo que buscaba era la solidificación de un nuevo estado
económico, que nació a la par: el capitalismo; que son diversos tipos de estado modernos los
que se instauraron en el continente; que esto ha sido más respuesta de las necesidades de los
Estados por legitimarse y subsistir o por el contrario, que esto ha sido más producto de la lucha
entre los hombres y mujeres con las instituciones de gobierno y las élites, por obtener la
reivindicación de sus derechos, lo que ha provocado una constante tensión entre ambos,
dando pasos hacia adelante o en retroceso .
En fin, causas hay muchas, y quizá la más fuerte es que la categoría de democracia ha tenido
que convivir, necesariamente, con los sistemas políticos y económicos que buscan mantener el
status quo . Es decir, al mismo tiempo se dan tanto la búsqueda de los derechos de hombres y
mujeres y las pretensiones de igualdad en un sistema en donde prima la desigualdad e
injusticia. Además, el establecimiento del Estado moderno, tuvo, a lo largo del tiempo y el
espacio, sus respectivas variantes, dando paso a regímenes autoritarios, dictatoriales,
totalitarios, entre otros .
La transición de los Estados modernos, con todas sus variantes, a los Estados democráticos,
será tanto una respuesta a la búsqueda de la sociedad por encontrar nuevos caminos que
consoliden la protección de sus derechos, y mecanismos que controlen las arbitrariedades del
poder, así como una necesidad del Estado al surgimiento de los regimenes comunistas, “por
conveniencia más que por naturaleza, se convirtió en democrático” 47 .
Este proceso de transición tendrá lugar a partir de la década de los ochenta, en donde se
evidenció, que no importando el tipo de estado o de régimen, la modernidad no había sido la
panacea a los problemas del hombre, sino al contrario, los diversos modelos establecidos –
tanto capitalistas, socialistas y/o 4 7 Meyer, Lorenzo, Liberalismo autoritario. Las
contradicciones del sistema político mexicano, Ed. Océano, D.F., México, 1995, p. 18
militaristas- originaron severas crisis en los países latinoamericanos, provocando los procesos
que nos convocan en esta lección .
Entendemos por transición , “el intervalo que se extiende entre un régimen político y otro. Las
transiciones están delimitadas, de un lado, por el inicio del proceso de disolución del régimen
autoritario –dictatorial o totalitario (para abarcar las tres grandes clasificaciones)- 48 y del
otro, por el establecimiento de alguna forma de democracia, el retorno a algún tipo de
régimen autoritario o el surgimiento de una alternativa revolucionaria. Lo característico de la
transición es que en su transcurso las reglas del juego político no están definidas. No sólo se
hallan en flujo permanente sino que, por lo general son objeto de una ardua contienda (…)” 49
En el caso de los países latinoamericanos esto tendrá sus peculiaridades, debido a las
variaciones que de este mismo estado moderno hicieron las diferentes elites políticas y
económicas, en donde, además, a decir de muchos autores, conviven tanto la premodernidad,
como la modernidad y la posmodernidad Transición de Estados dictatoriales a democráticos En
el Cono Sur, por ejemplo, los Estados dictatoriales serán los reinantes, a partir de los años 70 y
algunas desde mucho antes. Las dictaduras que sufren países como Argentina, Chile, Uruguay y
Brasil, ocasionaran entre otras cosas, severas emigraciones, persecución política, muerte,
miseria y represión. La sociedad, de esta parte de la región latinoamericana luchará, por largos
años, para derrocar a estos regímenes y abrir el camino a estados democráticos .
El caso del Paraguay, probablemente sea uno de los más olvidados pero más complejos en las
historias de las transiciones latinoamericanas. Con un retazo de gobiernos autoritarios y
guerras civiles, en 1954 asume el gobierno el General Alfredo Stoessnner y lo va a mantener
por los 35 años siguientes .
Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas, Ed. Paidós, Barcelona, España, 1994,
p. 19 .
Recién en abril de 2008 el partido que había apoyado a Stroessner perdió el poder, asumiendo
una alianza de partidos y movimientos sociales de una amplia gama ideológica. Una de las
principales críticas que se hace a la transición paraguaya es su deuda con el mejoramiento de
la calidad de vida de la población y que esa estructura clientelar creada por la dictadura, no
haya podido ser desarmada. Habrá que ver si con un nuevo gobierno y con personas que
nunca antes habían ocupado cargos públicos, el Estado podrá reestructurarse y concebir desde
ahí un nuevo modelo democrático Transición de Estados Autoritarios a democráticos Un
ejemplo representativo es el que se presentó en México, y que, a decir de muchos, aun se vive,
pues se corre el riesgo de que ya no sólo haya un gran partido en el poder, que, desde el
sistema presidencial y de partido de Estado, orientaba los rumbos de la nación, sino que éste,
con tal de sobrevivir, se alíe a otro, solidificando un autoritarismo blando, pero autoritarismo
al fin .
Sin embargo, a 8 años del suceso, México se encuentra cuestionando qué es la democracia y
buscando su consolidación. Hay muchas lecturas sobre el proceso, aun en 1995, cuando
Lorenzo Meyer se preguntaba ¿y si hubiera democracia? aún se pensaba que esta se
encontraba más cerca que lejos, pero el tiempo ha ido demostrando lo contrario.
Demostrando que el proceso de transición del autoritarismo a la democracia no ha concluido,
claro está, pensando en una democracia, no sólo electorera, sino en una democracia basada
en el respeto a los derechos ciudadanos, en que más que representativa, sea participativa,
basada en el resto a la diversidad cultura, a la tolerancia, en donde los ciudadanos sean
participes de la toma de decisiones .
Actividad: Para profundizar y relacionar Sin embargo, nos parece importante señalar las
críticas que se hacen a la teoría de la transición, en el sentido de que da mayor énfasis y valor a
las reformas legales antes que a los cambios que puedan generar mayores beneficios sociales y
económicos a la población. “Las teorías de la transición son calificadas de institucionalistas
porque descuidan el «país real», atribuyendo una importancia exagerada al «país legal»” 51 .
Esta crítica ha de conducir al planteamiento de nuevas comprensiones desde la teoría política
de los procesos de democratización fundamentales en la comprensión de nuestros países .
Caricatura de Quino 1987 En el siglo XVIII el ambiente revolucionario impulsó una gran
hostilidad en contra de la idea de comunidad tradicional que encarnaba la prevalencia de
grupos y asociaciones nacidos en la Edad Media, los cuales eran tan contrarios al desarrollo
económico como a la reforma administrativa, en últimas, un obstáculo al proyecto de la
modernidad. Posteriormente, en el siglo XIX se retoma el concepto de comunidad por parte de
los conservadores, en atención a una necesidad de empoderar de nuevo categorías de la lógica
social vinculadas al poder económico y en contra de las relaciones de competencia .
Así, una comunidad estaría caracterizada por un alto grado de intimidad personal, afectividad,
compromiso moral, cohesión social, continuidad en el tiempo y cercanía en el espacio .
En una dirección, prácticamente opuesta, se ha ubicado la comunidad como un sentimiento
que alude a un sujeto macrosocial que precede la organización de sociedades modernas y
como elemento sustantivo de la cohesión, bajo ideas como la de nación, lo cual remite a un
tamaño mucho mayor y a una noción de solidaridad que no se basa en el contacto directo. Se
trata de una “comunalización macrosocial, la de la comunidad imaginada (como la llama
Benedict Anderson) que, si bien no aspira a la universalidad, pretende asegurar la vigencia del
valor de la solidaridad en una población numerosa y de facto heterogénea” 53 Esta noción se
erige como el centro de la respuesta nacionalista al vacío dejado por el proceso de
secularización, el cual requiere ser ocupado por una racionalidad sustantiva, que permita
establecer valores universales sin apelar a presupuestos extramundanos, o sobrehumanos .
Actividad: ¡Al diccionario! Este asunto nos remite a un debate que contrapone a la forma
liberal, una forma comunitarista de sociedad. La comunidad entendida en términos micro y
caracterizada por la homogeneidad, el aislamiento, la autosuficiencia y la solidaridad interior
se contraponen a los principios fundamentales de la constitución de la ciudadanía en el
contexto liberal. En este sentido, el sujeto miembro de una comunidad está atrapado en la
tradición y pierde su especificidad como individuo miembro de una sociedad que le permite
ejercer, exigir y defender sus derechos sobre las garantías de la ley. Así, la relación con sus
cercanos se traduce en una actitud refractaria al cambio, apegada a los símbolos compartidos
y sustentados en la subjetividad no reflexiva, sino heredada a través de la memoria colectiva,
que lo conducen a actitudes de hostilidad hacia el exterior .
5 2 De la Peña, p.52 .
5 3 Ibíd., p.54 .
Lección número 2: El debate liberal / comunitario Objetivo: Centrar el debate entre la visión
liberal y comunitaria de la política y ubicarlo en el marco del mundo actual Como lo vimos en la
lección anterior la comunidad ha sufrido un proceso de constante reinvención en el marco de
la teoría política así como en el de la sociología. En la década de los setenta del siglo XX la idea
de comunidad vuelve a surgir en respuesta a la filosofía utilitarista que imperaba sin
contradictores en la lógica política occidental. Al interior del pensamiento filosófico y político
anglosajón y frente al contexto de incertidumbre que caracterizó las dos décadas anteriores,
se gestó un debate centrado en la fundamentación de la moral y la justicia por parte de
liberales y comunitaristas .
El asunto que está en juego es de nuevo la pregunta por el orden social, por la convivencia en
un mundo cada vez más plural. Esta pluralidad se convierte en un problema para la
convivencia porque está determinada por las diferencias entre las ideas de lo que es un buen
vivir, que exigen ser satisfechas y remiten a la idea de justicia, puesto que presuponen
principios de igualdad y libertad .
En otras palabras, los individuos que hacen parte de un ente social desean llevar a cabo su
propio ideal de bien-estar o de buen-vivir, asegurar sus derechos y estar en la libertad de
exigirlos (incluso en detrimento de los derechos individuales de otros) y el Estado, entonces
tiene la obligación de generar las condiciones para que los derechos sean respetados y
garantizar el bienestar de todos y cada uno de sus ciudadanos .
A pesar de que el debate liberal – comunitarista ha sido interpretado por muchos sobre una
dicotomía, en realidad existen diferentes propuestas que combinan posiciones sobre dos ejes
que Taylor llama cuestiones ontológicas y cuestiones de defensa (Taylor: 1997, 239) La
cuestión ontológica refiere a la concepción atomista u holista de la sociedad. La cuestión
defensiva o de promoción corresponde a una concepción de bien común que debe prevalecer
en la estructura social y puede ser o individualista o colectivista. En el primer sentido el bien de
los individuos debe ser garantizado en atención a su autonomía. En el segundo sentido, los
bienes comunes han de ser privilegiados sobre los bienes individuales .
Como lo mencionamos anteriormente, no se trata de posiciones totalmente opuestas. De
hecho, este debate ya se considera resuelto en el campo de la teoría política y originó opciones
híbridas que recogen elementos esenciales de los dos enfoques. Ronald Dworkin, (con una
tendencia más liberal) y Charles Taylor (que mantiene una tendencia comunitarista) aparecen
como dos autores que han consolidado desarrollos que buscan conciliar el debate y ofrecer
alternativas moderadas .
Para nuestro estudio en particular, asumiremos entonces los rasgos básicos del concepto de
comunidad que subyace a la propuesta de estos dos autores .
¿Es posible hablar de la lucha por el reconocimiento y la inclusión cuando el espacio del poder
está ocupado por clases políticas eternas y corruptas que además en la gran mayoría de los
casos ostentan el monopolio de las decisiones económicas y son incapaces de redistribuir los
recursos? Retomemos las posiciones de Taylor y Dworkin que dejamos abiertas .
Efectivamente, la comunidad es fuente necesaria para la configuración de identidades
individuales y el patriotismo es lo que permite -entre otros valores que provienen del concepto
esencial de comunidad- mantener la integración social, la dignidad de una República y la
adhesión a sus instituciones. Incluso, en nuestros países tal como lo evidencia Lechner, la
comunidad es un rasgo sobresaliente de la política. Siguiendo la reflexión de este autor: “el
deseo de comunidad (...) no puede ser descartado como mero residuo tradicional. Por
supuesto que se nutre de la tradición holística del pensamiento latinoamericano; sin embargo,
ante todo expresa una experiencia actual: la de identidades colectivas amenazadas por la
acelerada fragmentación social” El autor enmarca esta reflexión sobre el contexto de las
reformas estructurales en la región, que ponen de manifiesto el “déficit de modernidad” en
términos de la incapacidad para adecuar la racionalidad normativa a una racional técnico-
instrumental, lo que dejó en segundo plano la constitución de actores políticos y profundizó la
desigualdad. Así mismo, Lechner advierte que de no asumir la demanda de comunidad
“presenciaremos en los próximos años un auge del populismo y/o fundamentalismo para
asegurar –en formas no democráticas- un sentimiento de comunidad .
A pesar de que los movimientos sociales no son nuevos -pues recordemos las rebeliones
étnicas tras la conquista, las insurrecciones y rebeliones en el imperio romano o en la edad
media- su estudio desde las ciencias sociales sí .
Los enfoques teóricos desde donde se ha estudiado esta problemática inicia con las teorías
clásicas: el materialismo histórico y el funcionalismo. El primero se preocupó más por
relacionar a los movimientos sociales con su <<potencial emancipador>> y, la segunda, el
funcionalismo, fijó su atención en <<reconocer tensiones y motivaciones que afectan el
equilibrio del sistema social para controlarlas>> .
Ambas posturas “(…) tienen en común estar construidas sobre el paradigma objetivista,
determinista e historicista dominante en las ciencias sociales de la primera mitad del siglo
XX” Dejando de lado, la complejidad de los 55 movimientos sociales hacia adentro, ni muchos
menos ven la potencialidad de los mismos como promotores de cambio para la
democratización de las Estados, ni su incidencia en la política cultural y la cultura política Otro
enfoque, fue el propuesto por la escuela europea y estadounidense. En esta última, uno de los
más importantes estudiosos es Smelser, quien, hace énfasis en el papel que juegan las
creencias generalizadas que activan y orientan la acción colectiva, visibilizando, así, el
componente subjetivo, que no habían tomado en cuenta las anteriores teorías .
Lección número 4: Más sobre los movimientos sociales Otros importantes exponentes de la
escuela estadounidense, serán Tilly y Tarrow, quienes insistirán en estudiar a las movimientos
sociales desde un enfoque sociohistórico. Tilly señala que los movimientos sociales son
<<formas complejas de acción>>, puntualizando que no son organizaciones, que si bien
dependen de éstas, no significa que sean el movimiento social. Para Tilly, tienen que existir
condiciones históricas, cambios estructurales a gran escala que afectarán las formas y los
modos de acción colectiva. Además diferencia los diversos actores que forman parte de los
Movimientos sociales <<los que detentan el poder, los activistas y la población
desfavorecida>> Sin embargo, enfocan su atención en la dimensión estratégica de los
movimientos sociales, en donde prima el interés y el cálculo de oportunidades .
Pero, si esto fuera lo que primara entre los actores de los movimientos sociales, cómo
podríamos explicar entonces las acciones de autosacrificio - las huelgas de hambre-, la
solidaridad, la continuidad con el movimiento a pesar ser reprimidos y perseguidos, atentando
no sólo contra la integridad de los participantes, sino, muchas veces, hasta con las de sus
familiares, como ocurrió en las dictaduras del Cono Sur de América Latina. Es decir, esta
perspectiva estratégica instrumental, soslaya la dimensión cultural e ideológica de los actores,
y el compromiso y solidaridad de los mismos .
Por su parte, la escuela Europea tendrá su principal exponente en Alain Touraine, quien
establecerá el llamado “paradigma de la identidad”. En la década de los setenta, manifestará
que los movimientos sociales son “el accionar colectivo y organizado de un sector social que
lucha contra un oponente por la dirección colectiva del presente histórico”. En donde, un
movimiento social debe tener una identidad propia, un adversario reconocido y un proyecto
alternativo de sociedad .
Junto a esta corriente surgirán otros enfoques, que se preocuparán por estudiar el fenómeno
de los movimientos sociales: la teoría de las redes, la teoría congnitiva, y la de los nuevos
valores postmaterialistas .
En América Latina, también los investigadores se han preocupado por el estudio de los
movimientos sociales. Sin embargo, han insistido en señalar que las teorías que estudian este
fenómeno social no pueden dar cuenta de las especificidades de los movimientos sociales que
se dan en Latinoamérica. “Los analistas europeos, en general y como ha sido su costumbre,
desconocen la naturaleza diferente de los fenómenos del Tercer Mundo y tienden a globalizar
o universalizar con base en su propia y limitada experiencia” Otro autor como Zibechi, señala
que los movimientos sociales en América Latina tienen rasgos comunes: el arraigo territorial;
buscan la autonomía; trabajan por la revalorización cultural y la afirmación de la identidad de
sus pueblos y sectores populares; tiene capacidad para formar sus propios intelectuales;
establecieron nuevas relaciones entre los géneros; existe una preocupación por la organización
del trabajo; y, las formas de acción son autoafirmativas, los actores se hacen visibles y
reafirman sus rasgos y señas de identidad Como podemos ver, son muchas las corrientes
teóricas desde donde se han estudiado los movimientos sociales y, por ende, existe un mar de
definiciones al respecto. Sin embargo, podemos señalar algunos rasgos centrales que
identifican a un movimiento social son: Son acciones colectivas Promueven la construcción de
identidad, 56 Torres Carillo, Alfonso, Identidad y política de la acción colectiva. Organizaciones
populares y luchas urbanas en Bogotá. 1980-2000. Ed. UPN, Bogotá, Colombia, 2007, p.68
Generan redes y lazos colectivos y de solidaridad Son necesariamente movilizadores Cuentan
con un sector organizado y otro no organizado Tiene continuidad y permanencia en el tiempo .
Hoy en día, constantemente escuchamos hablar de que el Estado ya no cumple con los fines y
funciones para los que fue creado, cuestionando su existencia en nuestras sociedades. Ya que
las dinámicas propias de este mundo globalizado restringen su ámbito de acción .
Cuántas veces hemos escuchado que hay temas que están fuera del alcance de los Estados,
sobretodo de sus gobiernos. Pero, ¿cuál es el papel que juega el Estado en este mundo
globalizado? ¿A qué se refieren con globalización, término tan recurrente en nuestros días? De
entrada consideramos que es conveniente y necesario dar una definición básica de lo que
entendemos por globalización, ya que definiciones al respecto hay muchas. Sin embargo,
señalando qué entendemos por globalización: “un proceso fundamentalmente económico que
consiste en la creciente integración de las distintas economías nacionales en un único mercado
capitalista mundial” 57 Pero recapitulemos un poco, como ya vimos desde la Unidad I , el
concepto de Estado moderno se gestó en la época del Renacimiento y de la Ilustración,
consolidándose con las revoluciones Francesa e Inglesa, del siglo XVIII. Esto trajo consigo la
conceptualización de un Estado bajo la corriente liberal .
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, al ver que éste no traía consigo el bienestar
prometido, fueron surgiendo otros tipos de Estados, como el socialista y el fascista. Lo que
obligó a la renovación del Estado Liberal, que incremento su intervención en los ámbitos
político, económico, social y cultural, pretendiendo atender de manera directa el bienestar de
sus ciudadanos. En donde se concibió como un Estado protector .
Sucesos tecnológicos, económicos, políticos y culturales dieron pie a una nueva etapa, la
llamada: globalización . Sin em bargo, muchos autores señalan que la globalización tienen sus
orígenes desde el inicio de la revolución industrial, pues es cuando surgen tecnologías que
promueven la conexión entre las naciones (tren, las máquinas de textiles a base de vapor, etc.)
facilitando los intercambios económicos, políticos y culturales .
5 7 Toni Comín, Aldea Global, Justicia Parcial. Ed. Cristianismo y Justicia, 2003
Pero, la globalización logra consolidarse a finales del siglo XX, con la aparición de las nuevas
tecnologías, el surgimiento de la nueva corriente económica -que propugnaba por el libre
mercado y la no intervención del Estado (neoliberalismo)-, la caída del muro de Berlín y la
Unión Soviética –pues significó la caída del más grande paradigma que materializaba la
concepción del Estado socialista, la alternativa al Estado liberal- .
Además, también influyó, la evidente corrupción de los Estados proteccionistas de los países
menos desarrollados, la crisis del petróleo que se dio en la década de los setentas -lo que
provocó una reorganización de la economía a nivel mundial y local-, y el interés de los países
desarrollados y de las enormes trasnacionales por extender sus ámbitos de acción. Ya que,
comenzaron a pugnar por la eliminación del llamado Estado de Bienestar, acusándolo de
sofocador de las libertades individuales, de corrupto, de ineficiente, etc., promulgándose por
extensión de las libertades, en especial la del mercado .
Es así como en la década de los ochenta se inicia la retirada del Estado proteccionista o de
bienestar. Los organismos internacionales imponen reformas a los países menos desarrollados,
como condición para otorgar su apoyo económico y político 58 . Estas reformas estructurales,
impuestas por los organismos internacionales, en particular el Fondo Monetario Internacional
y el Banco Mundial, exigían que cesara la intervención directa del Estado y que dejara a las
leyes de la oferta y la demanda, a las leyes del dejar hacer dejar pasar , el reacomodo de la
economía, pues el Estado corrupto e interventor es lo que había obstaculizado la activación
económica, evitando con ello el crecimiento económico que como por arte de magia se
extendería a todos los países .
“Todos los países --cada uno a su ritmo-- tuvieron que privatizar primero las empresas públicas
del sector productivo y, luego, gran cantidad de servicios. Algunos, como la Argentina, fueron
más lejos y más de prisa que otros, como Brasil. Pero, en conjunto, la ola de privatizaciones ha
sido mucho más potente en América Latina que en Europa” 59 Actividad: Para profundizar La
globalización, entonces, comprende un proceso de creciente internacionalización del capital
financiero, industrial y comercial, acarreando consigo, nuevas relaciones políticas
internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos, distributivos y de consumo
deslocalizados geográficamente, fomentados por una expansión y uso intensivo de la
tecnología. Lo que también ha acarreado cambios culturales, nuevas significaciones y sentidos,
produciendo nuevas prácticas entre hombres y mujeres, evidenciando que la globalización, no
sólo es un fenómeno económico, sino también político, social y cultural .
Pues tal parece que el destino de los países pobres ya no es conducido por sus Estados, sino
por las dinámicas establecidas por las corporaciones globales, que, generalmente, deciden a
expensas del bienestar de los países pobres, pues lo que prima es el interés económico y
político de los bloques mundiales .
Entonces los intereses de los bloques se anteponen a los de los países pobres .
Las nuevas instituciones internacionales, se han convertido en las "reguladoras" del mercado
global, dirigidas por los países ricos, que imponen su legislación y sus sistemas a los países más
débiles. Erosionando, con ello, la soberanía del Estado y su capacidad para tomar decisiones
autónomas, que beneficien a sus ciudadanos. Generando la pérdida paulatina del control del
Estado sobre el destino y la procuración del bienestar en sus propias naciones, pues tal parece
que el Estado hoy no actúa y no puede actuar como hace años Sin embargo, después de las
constantes crisis que han vivido tanto los llamados países ricos como los pobres -en donde se
encuentra la mayoría de las naciones latinoamericanas-, debido a esa dependencia de las
economías, los mismos organismos internacionales que lideraban la no intervención estatal y
la libertad económica, ahora, algunos, pugnan por un Estado que tenga mecanismos mínimos
de control para reducir los riesgos que estas crisis produjeron sobre los equilibrios económicos
mundiales .
Es decir, aun sigue cuestionándose el papel que el Estado debe jugar en estas sociedades cada
vez más complejas, sobretodo en países tan peculiares como los latinoamericanos .
Durante las lecciones anteriores, hemos visto como ha ido evolucionando el concepto de
ciudadanía, así como los debates que actualmente se están desarrollando, acompañados de
autores como Chantal Mouffe quien propone concebir al ciudadano desde una propuesta de
democracia pluralista y radical, Nayla Kabeer que habla sobre la necesidad de crear una
ciudadanía incluyente y Will Kymlicka quien promueve el reconocimiento de la dimensión
cultural en el concepto de ciudadanía, lo que daría pie al reconocimiento de la diversidad
cultural que prima en las sociedades actuales .
Tras la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética, la promoción de una corriente
neoliberal que vendría de la mano de otra, la globalización, y la crisis de legitimidad de los
Estados, hombres y mujeres promoverían la transformación del Estado, buscando la
conformación de regímenes democráticos, lo que necesariamente incluían otra noción de
ciudadanía .
Creciendo la brecha entre países ricos y pobres, promoviendo la dependencia de los últimos y
soslayando sus necesidades. Lo que, vino en detrimento de sus condiciones de vida .
Esto aunado a la poca participación del Estado -en todos los ámbitos para los que se suponía
era creado- que exigían los defensores de estos modelos, traería consigo una
conceptualización de un ciudadano homogéneo, que limitaba su actuación política a la
representatividad, a la posibilidad de elegir .
“Una ya enorme literatura nos habla de cómo la globalización puso en crisis lo que Norber
Lechner llama la centralidad de la política y del Estado, y por lo tanto, doblemente, también el
concepto mismo de ciudadanía. Desde el lado de los derechos, la colección de titularidades
imputadas en cabeza del ciudadano cada vez más se resume en una única y friedmaniana
"libertad de elegir"; como lo ha tematizado García Canclini, en principio el proceso parece ir
prefigurando el paulatino reemplazo del ciudadano por el consumidor, o por lo menos la
institucionalización del segundo como horizonte intelectual y moral del primero (…) Desde el
lado de los deberes, en lugar de la educación en las virtudes cívicas del
compromiso y la participación públicos, nos encontramos en un mundo que casi
unánimemente se describe como altamente individualizado y trivializado, en el que el
concepto mismo de virtud parece no tener cabida” 60 Lección número 4: Las ciudadanías Esta
situación provocó la visibilidad de lo que se quería invisibilizar, la heterogeneidad humana, la
diversidad y el conflicto. Pues debido a que, ya eran insostenibles las condiciones de pobreza y
marginación se da la emergencia de grupos minoritarios que lucharán por un espacio para
subsistir en este nuevo mundo globalizado, pues vieron mermadas sus condiciones y
expectativas de vida, evidenciando con ello que, la globalización y el neoliberalismo no eran la
panacea y que no se puede desconocer la diversidad que siempre ha existido en el mundo .
A su vez, esta situación junto con las fuertes migraciones -que se incrementaron con la
instauración de estas corrientes (globalización y neoliberal)-, y con las dinámicas mismas –de
vinculación- propuestas por dichos modelos provocaron que, hombres y mujeres tuvieran más
conocimiento unos de otros, evidenciando las diferencias y los encuentros, lo que dio
posibilidades a la formación de redes y solidaridades entre grupos que buscan otra alternativa
a este mundo globalizado, pero, también, evidenció los viejos y nuevos conflictos .
61 Si bien, cada una de estas concepciones tiene sus especificidades, radican en el interés de
reconocer la importancia de la diversidad cultural, del conflicto, y las desigualdades que aun
priman en nuestras sociedades, buscando respuestas concretas a este escenario y
promoviendo el reconocimiento de los 6 0 Citado por Gutiérrez Sanin, Francisco, en:
http://usuarios.lycos.es/politicasnet/articulos/apuntes.htm 61 Ver:
http://www.aulaintercultural.org/IMG/pdf /genero.pdf derechos no sólo
del individuo sino también de los grupos, en especial de los minoritarios. Bajo estas
concepciones se trata de expandir los derechos de los individuos a los grupos, para lo que es
imprescindible el reconocimiento de los derechos culturales de las minorías, lo que traería
consigo el reconocimiento de la diversidad y la garantía de la protección de los derechos de un
grupo humano sobre otro, pues como señala Kymlicka se debe garantizar “la libertad dentro
del grupo minoritario, e igualdad entre los grupos minoritarios y mayoritarios” 62 .
Actividad: A debate 6 2 Kymlicka, Will, Ciudadanía multicultural. Ed. Paidós, Barcelona, España,
1996, p. 19 6 2 Ibidem, p. 212 .
“Pero si, a lo largo del tiempo, más y más sociedades con culturas e historias diversas exhiben
patrones similares de desarrollo a largo plazo, si hay una continua convergencia de los tipos de
instituciones que gobiernan las sociedades más avanzadas, y si la homogenización de la
humanidad prosigue como resultado del desarrollo económico, entonces la idea del
relativismo parecerá mucho más extraña que hoy, pues las aparentes diferencias de los
“lenguajes del bien y el mal” entre los pueblos aparecerán como artefactos de su etapa
concreta de desarrollo histórico” .
63 Para Fukuyama la lucha por el reconocimiento y la lógica científica son los fuertes motores
de la historia y el mercado, según nuestra interpretación, se constituye en el lugar privilegiado
de la construcción común de todo tipo .
Evidentemente hacer una crítica de la propuesta de Fukuyama implica mucho más que una
lección y no es el propósito de esta, pero vale la pena pensar que lejos de los argumentos
sólidos del debate que generó esta obra, muchas de las formulaciones desesperanzadoras del
autor son dolorosamente vigentes en estos primeros años del siglo XXI. Sin embargo, la
historia parece negarse a tomar un solo rumbo y aunque, efectivamente, la democracia se
erige como el sistema político preponderante e ideal, son crecientes los movimientos
históricos que dan cuenta de constantes continuidades y retrocesos, y mucho más
espectaculares los cambios tecnológicos, laborales y sociales que se fugan de todos los
conceptos tradicionales y conjuran todas las predicciones .
6 3 Fukuyama, Francis, “El fin de la historia y el último hombre”, Planeta, Bogotá, 1992, p.447 .
Aunque el Fascismo también pareció, por un tiempo, estar relegado han surgido nuevos
gobiernos de extrema derecha que incluso bajo la denominación democrática establecen
nociones de Estado y ciudadanía particulares. A la par con el crecimiento de izquierdas de tono
democrático que retoman las riendas de regiones diversas del planeta. Pero también, pululan
procesos populistas, fundamentalistas, separatistas e independentistas y los ciudadanos
contemporáneos renuevan a diario sus formas de participación individual y colectiva .
El desplazamiento, que hace parte de los fenómenos diversos de extrema movilidad social, las
exigencias por el reconocimiento de las minorías, la ampliación de derechos y marcos
regulatorios que los incluyan, la generación de alternativas económicas para superar la
desigualdad y los esfuerzos de todo tipo por la inclusión, son tan sólo algunos de los síntomas
de este mundo contemporáneo, que requiere de nuevas construcciones y adecuaciones
teóricas que nos permitan dar cuenta de su curso en medio de la incertidumbre y la
contingencia .
La Teoría Política requiere de nuevas miradas, no todo está dicho y los lectores de este módulo
muy seguramente tendrán mucho que aportar a este campo inagotable y siempre requerido,
como fórmula de comprensión y transformación del futuro .
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