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DON BOSCO
Antofagasta
No se debe ver la historia de las matemáticas como una marcha triunfal a lo largo de una
avenida sin obstáculos. Al contrario, esta historia presenta numerosas interrupciones, y el
camino seguido raramente se parece a una línea recta, encontrándose incluso a veces en un
callejón sin salida....Hubo avances bruscos debidos a nuevos conceptos, que respondieron
a problemas a veces muy alejados de las cuestiones iniciales que los habían generado.
Los logaritmos son un ejemplo de este desarrollo caótico y fecundo a la vez. Partiendo de
una idea simple, pero cuya puesta en práctica necesitaba un gran trabajo (la construcción
de las tablas), han sido en primer lugar el motor de un desarrollo de las matemáticas
aplicadas, antes de revelarse como la solución de un problema geométrico. Objeto de
estudios teóricos seguidos de profundizaciones, han sido también una herramienta
indispensable para la modelización de múltiples fenómenos físicos.
Hoy la utilización de los logaritmos para el cálculo está en desuso, pero el concepto sigue
siendo fundamental en la cultura matemática básica y están presentes tanto en física como
en química. Su historia es sin duda un capítulo modesto, pero su ejemplaridad, incluso su
riqueza dan testimonio del desarrollo de las Matemáticas.
PROBLEMÁTICA:
En los siglos XIV, XV y XVI (y seguramente antes) los campos implicados no son tanto las
cuestiones económicas como los problemas de agrimensura, y sobre todo, la astronomía,
en particular en sus aplicaciones a la navegación. Estas operaciones exigen ahora cierta
precisión . Si los progresos de la numeración han podido hacer avanzar las cosas, como la
utilización de las cifras llamadas árabes, los algoritmos de multiplicación y de división son
desconocidos; los números racionales, sistemáticamente escritos en forma de parte entera
más una fracción de la unidad, convierten incluso a la suma en una operación muy
complicada.
Se debe al matemático árabe IBN JOUNIS el haber propuesto, en el siglo XI, un método,
llamado prostaféresis , para reemplazar la multiplicación de dos senos por una suma de las
mismas funciones, y este método permanecerá mucho tiempo en vigor. La multiplicación de
senos (y su división) es una operación esencial, ya que todo cálculo en geometría, en
particular la resolución de triángulos, es una operación sobre longitudes no medibles,
obtenidas a partir de la medida de ángulos.
NAPIER Y BRIGGS
John NAPIER (escrito también NEPER) nació en 1550. Procedente de la baja nobleza
escocesa, mostró toda su vida un espíritu curioso y dinámico, a pesar de una vida alejada
de los centros culturales de la época. La introducción de los logaritmos no es su único título
de gloria, puesto que escribió también un texto sobre las ecuaciones e imaginó además un
sistema de cálculo por medio de regletas graduadas (Rabdología)
PRIMERAS UTILIZACIONES
" Un barón escocés del que no recuerdo su nombre, propone un brillante trabajo en el que
reemplaza la necesidad de la multiplicación y de la división, por la simplicidad de la suma y
de la sustracción, sin emplear los senos: en cambio, necesita la regla de las tangentes; y la
cantidad, la amplitud y la pesadez de la adición y de la sustracción sustituyen la dificultad
de la multiplicación y la división"
Ahora bien KEPLER utiliza evidentemente la regla de los senos, tanto en un triángulo plano
como esférico; para él, el trabajo de NEPER no tiene interés. En el transcurso de 1618,
dispone, sin embargo, de la obra de Benjamín URSINUS: "Trigonometría Logarithmica John
Neperi"; reconoce entonces su error y se muestra entusiasta de este nuevo cálculo. En
1619, por fin, el libro "Mirifici Logarithmorum descriptio" llega a Linz, a KEPLER, el cual
emprende rápidamente la tarea de modificar el concepto para adaptarlo a sus necesidades.
Su adhesión es tal que dedica sus efemérides de 1620 ( aparecidas al final de 1619) al
"célebre y noble señor JOHN NEPER, barón de MERCHISTON"
La difusión en el continente de esta nueva noción se debe sobre todo a las tablas
publicadas por el flamenco Adrien ULACQ, en 1628, retomando las tablas de BRIGGS. El
objetivo era realizar un tratado de cálculo práctico, en particular para uso de los
agrimensores. Las primeras tablas fueron seguidas por otras, cada vez más precisas, y en
ellas se menciona que su principal aplicación son los cálculos trigonométricos.
La etapa esencial del desarrollo matemático del concepto se encuentra en su relación con la
hipérbola. Esta relación se debe al jesuita GREGOIRE DE SAINT-VINCENT, nacido en Brujas
en 1584. Había acabado la redacción de un "Opus geometricorum...." en 1630, en el cual
pretendía haber resuelto los problemas de la cuadratura del círculo y de la hipérbola. Esta
obra no fue publicada hasta 1647, y aunque fue un fracaso en cuanto a la cuadratura del
círculo, puso en evidencia que las áreas bajo la hipérbola se parecen a los logaritmos.
La relación del cálculo del área bajo la hipérbola con los logaritmos no es pues de
GREGOIRE DE SAINT - VINCENT; su obra, en principio desconocida, ha sido objeto de
críticas, fundadas por otra parte en lo que concierne a la cuadratura del círculo. Será uno de
sus defensores, el jesuita SARASSA quien mencionará que " las áreas hiperbólicas pueden
tener relación con los logaritmos"
El cálculo de GREGOIRE DE SAINT - VINCENT se apoya sobre el hecho de que cuando las
abscisas están en progresión geométrica, las áreas están en progresión aritmética.
Tomemos la hipérbola más simple, de ecuación x.y=1, referida a un sistema de referencia
ortonormal. A, B, C, .....serán puntos del eje de abscisas (eje de las "x") en progresión
geométrica; D, E, G, .....serán entonces los puntos de la hipérbola correspondientes a estas
abscisas. GREGOIRE DE SAINT - VINCENT muestra en primer lugar que las áreas entre la
curva y DE por una parte, y entre EG y la curva, por otra, son iguales; al tener los trapecios
ADEB y BEGC la misma superficie, las áreas bajo la hipérbola son iguales.
Se encontrará algunos años más tarde, en ciertos manuales de geometría, tal como el de
PARDIES (1671), el enunciado del resultado encontrado por DE SAINT - VINCENT, lo que
distaba de ser el caso general, ¡ y PARDIES era también un jesuita!
ESTATUS MATEMÁTICO
Si el aspecto analítico del logaritmo, en otros términos, el estatus de función, había sido ya
considerado por KEPLER, corresponde a TORRICELLI, seguido por HUYGENS, estudiar la
curva logarítmica, y a WALLIS, después de un primer trabajo de MERCATOR, proponer un
desarrollo en serie (1667). Esta técnica es nueva y es sin duda uno de los raros atractivos de
la obra de MERCATOR; en efecto, este autor no parece haber sabido desarrollar la idea
inicial, a saber, la integración de la serie:
En
Log (1+x)
Este nuevo aspecto permite entonces un cálculo más fácil de los logaritmos de los números
y se encontrará en lo sucesivo en los manuales del siglo XVIII.
Los logaritmos en esa época forman parte realmente del corpus matemático; no se trata de
un simple método de cálculo, sino de un dominio completo. Se hallan en numerosas obras
sin que su estatus teórico suponga ningún problema.
LA HERRAMIENTA LOGARÍTMICA
Los logaritmos en cuanto herramienta serán de gran ayuda para el nacimiento de la física
matemática a finales del siglo XXVII. Así ocurre con el "Discurso sobre la causa de la
gravedad" de HUYGENS, y también con los diferentes trabajos sobre la presión atmosférica,
en particular los de MARIOTTE.
Los logaritmos utilizados en los tres primeros casos serán los de BRIGGS, es decir los
logaritmos decimales; por el contrario, la integración introduce los logaritmos "naturales",
llamados "neperianos" en honor al padre fundador.
EXPLORACIÓN MATEMÁTICA
Es EULER quien de nuevo, en las "Institutions de calcul integral" publicadas de 1668 a 1770
tratará de manera magistral la integración de los logaritmos. La utilización de la integración
por partes es sistemática y conduce a una última operación, sea directamente integrable o
bien desarrollable en serie entera.
Además al principio del siglo XVIII , LEIBNIZ y JEAN BERNOULLI sostienen una controversia
sobre la existencia de los logaritmos de los números negativos, e incluso de los
imaginarios. EULER, en 1749 cerrará el debate abandonando el carácter unívoco del
logaritmo; un número tiene una infinidad de logaritmos (complejos) de los cuales sólo uno
es real.
Finalmente, es necesario evocar la exponencial, que según se admite fue introducida por
LEIBNIZ y JEAN BERNOULLI, en el marco de sus trabajos en análisis. Esta nueva noción
será desarrollada por EULER, y le permitirá resolver el problema de la catenaria en su
"Iniciación al análisis infinitesimal" de 1748.
LA REGLA DE CÁLCULO
En 1620, no mucho después de la invención de los logaritmos, Edmond Gunter demostró
cómo podían realizarse mecánicamente cálculos logarítmicos. Esto se hizo sobre longitudes
de una regla que representan los logaritmos de los números, combinando dichas longitudes
en diversas formas. La idea se desarrolló y con las contribuciones de Mannheim en 1851 la
regla de cálculo se convirtió en lo que conocemos hoy.
La regla de cálculo es un aparato mecánico con el cual puede realizarse cualquier cálculo
aritmético con excepción de la adición y sustracción. Las operaciones más comunes con la
regla de cálculo son multiplicación, división, determinación del cuadrado o cubo de un
número, extracción de la raíz cuadrada y cúbica de un número. Además, frecuentemente
pueden realizarse operaciones trigonométricas.
La ventaja de la regla de cálculo es que se puede usarla con relativa facilidad para resolver
problemas complicados. Una limitación de ella consiste en que sus resultados sólo tienen
un máximo de tres dígitos significativos. Esto es suficiente en la mayoría de los cálculos,
puesto que la mayor parte de las constantes físicas sólo son correctas a dos o tres dígitos
significativos. Cuando se necesita mayor exactitud se usan otros métodos.
Existe un índice en los extremos izquierdo y derecho en las escalas C y D. Hay otras
escalas, cada una con un uso particular. Algunas de ellas se mencionarán luego.
Hemos dicho que la regla de cálculo se basa en logaritmos. Recordamos que para
multiplicar dos números sumamos simplemente sus logaritmos. Previamente determinamos
estos logaritmos en las tablas, pero si los logaritmos están en escalas tales como la C y D
de la regla de cálculo podemos sumar las longitudes que representan estos logaritmos. Para
confeccionar una escala así marcamos las mantisas que van de 0 a 1 en una regla como la
de figura 8-2. Luego determinamos en las tablas los logaritmos para los números 1 a 10 y
escribimos opuesto a cada número su correspondiente logaritmo en la escala.
Visto que no nos interesan los logaritmos en sí sino los números que ellos representan, es
posible eliminar la notación logarítmica en la escala de la figura 8-2 y dejar sólo la escala
numérica espaciada logarítmicamente. Las escalas C y D de la regla de cálculo común están
hechas en esa forma. La figura 8-3 muestra la multiplicación de 2 x 3. Si bien se han
eliminado las escalas logarítmicas, los números 2 y 3 significan realmente los logaritmos de
2 y 3, vale decir, 0,301 y 0,477; el producto 6 en la escala significa realmente el logaritmo de
6, o sea, 0,778. Entonces, si bien los logaritmos constituyen el principio básico, trabajamos
directamente con los números.
Se observará que la escala está formada sólo por la mantisa. La característica debe
determinarse separadamente, como en el caso en que se usan las tablas. Puesto que las
mantisas identifican únicamente la secuencia del dígito, el dígito 3 en la regla de cálculo
representa no sólo 3 sino 30, 300, 0,003, 0,3, etcétera. Entonces, las divisiones representan
el número multiplicado o dividido por cualquier potencia de 10. Esto es válido, también, para
números interiores a las divisiones. La secuencia de dígitos 1001 podría representar 100,1,
1,001, 0,01001, etcétera. El siguiente ejemplo muestra el uso del mismo grupo de mantisas
que aparece en el ejemplo anterior, pero con una característica diferente y por tanto con una
respuesta distinta.
Ejemplo : Use logaritmos (posiciones en la regla de cálculo) para multiplicar 20 por 30.
SOLUCIÓN:
log 20 = 1,301 (2 en la regla de cálculo)
Leer en una regla de cálculo no es más complicado que hacerlo en una regla común, si se
comprenden las diferencias entre sus divisiones.
Entre los dos índices de las escalas: C o D (el dígito 1 en el extremo izquierdo y derecho de
las escalas) hay divisiones numeradas 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9. Cada longitud entre dos
divisiones consecutivas ha sido dividida en diez secciones y cada sección se divide en
espacios (ver figura 8-4).
Note que la división entre 1 y 2 ocupa alrededor de un tercio de la longitud de la regla. Este
es un espacio suficiente para poder escribir un número para cada una de las marcas de las
secciones. Las secciones en las divisiones remanentes no están numeradas, debido a que
el espacio es más limitado. Advierta además que en la división entre 1 y 2 las secciones
están divididas cada una en 10 espacios. Las secciones entre las divisiones 2 y 4 están
subdivididas solamente en 5 espacios, y las que van de 4 hacia el índice de la derecha han
sido subdivididas solamente en 2 espacios. Estas divisiones se hallan dispuestas así debido
a los límites de espacio.
1. Cada vez que la guía cae en la primera división, el primer dígito significativo es 1.
2. Cuando la guía cae entre el índice y la primera marca de sección sabemos que el numero
está entre 1,0 y 1,1, ó 10 y 11 ó 100 y 110, etcétera. El segundo dígito significativo es 0.
3. A continuación determinamos cuánto esta alejado el índice de la guía. Esto nos lleva a la
marca para el tercer espacio.
4. Las tres cifras significativas son 103.
Vemos entonces que todo número que caiga en la primera división de la regla siempre
tendrá 1 como primer dígito significativo.
Como segundo dígito significativo puede tener cualquier número de 0 a 9; también cualquier
número de 0 a 9 como tercer dígito. A veces puede aproximarse groseramente un cuarto
digito en esta primera división, pero el numero es de veras exacto con tres dígitos
significativos.
En la segunda y tercera divisiones cada sección está dividida solamente en 5 espacios (ver
figura 8-6). Entonces, cada espacio es igual a 0,2 de la sección. Supongamos, por ejemplo,
que la gula cae sobre la marca del tercer espacio después del 2 que indica la segunda
división. El primer dígito significativo es 2. Puesto que la guía cae entre 2 y la marca de la
primera sección, el segundo dígito es 0. La guía cae sobre la marca del tercer espacio ó 0,6
de la mitad entre la marca de la división y la primera marca de la sección, de modo que el
tercer dígito es 6. Así, los dígitos significativos son 206. Note que si la guía cae sobre la
marca del espacio el tercer dígito puede escribirse con precisión; de otra manera sólo será
aproximado.
Desde la cuarta división a la derecha del índice, cada sección está dividida sólo en dos
espacios. Entonces, si la guía está en la cuarta división y en la marca del espacio entre la
sexta y séptima secciones, leeremos 465. Si la guía no cae sobre la marca del espacio, el
tercer dígito sólo puede ser aproximado.