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Jos Matnez Ruiz, Azorn.

Miembro de la generacin del 98 y al igual que el resto de esa generacin se plantea la necesidad de cambiar las ideas y las costumbres, tanto individuales como colectivas, a fin de conseguir la regeneracin nacional. En Azorn podemos ver los sentimientos de tristeza y a la vez admiracin que despertaba en l la tierra castellana. Destaca por el empleo de la plaba justa y las frases breves, consiguiendo as las dos cualidades principales de de su perosnalsimo estilo : la precisin y la claridad. La Irona Vamos a partir; la diligencia est presta. Adnde vamos? No lo s; este es el mayor encanto de los viajes. Yo no he podido ver una diligencia a punto de partida sin sentir vivos deseos de montar en ella; no he podido ver un barco enfilando la boca del puerto sin experimentar el ansia de hallarme en l, colocado en la proa, frente a la inmensidad desconocida. Vamos a partir. Adnde vamos? No lo s; este es el mayor encanto de los viajes... Yo tengo vivo en mis recuerdos de nio el haber visto un barquito, lo que se llama un modelo, metido en un desvn, revuelto entre trastos viejos; luego visit el mar en Alicante, y vi sobre la mancha azul -grandes, enormes- muchos barcos como este pequeito del desvn. Y entre todos estos barcos yo sent -y siento- una viva simpata por las goletas, por los bergantines, por las polacras, por todos esos barcazos pintados de blanco -viejos, lentos- con una perquea cocina, con las planchas de cobre verdosas. Qu hacen estos barcos? Adnde van? Yo tengo presente la imagen de uno de ellos: era una polacra vieja de las que transportan petrleo en sus bodegas; haca dos meses que permaneca inactiva en el puerto; la pequea cocina estaba apagada y llena de polvo; en la litera del capitn no haba colchones. Nos acompaaba un marinero de la tierra, un hombe moreno, con una barba canosa y corta, con unos ojuelos hundidos y brillantes. Recorrimos todo el barco -solitario, silencioso-; como pasramos por una camarilla en que haba un armario lleno de tarros de ginebra, yo le dije, sealndolos: "Esto es ginebra". Y entonces el viejo marino los mir un momento en silencio con sus ojillos brillantes, y luego contest con una irona maravillosa, soberbia, que yo no he encontrado despus en los grandes maestros: "Ha sido!"

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