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mejor a todas las gentes de rodas las naciones, pero se me debe per-
mitir a mí preferir mi patria. La visita a otras naciones ha robustecido
e intensificado enormemente esta impresión. No es parcialidad por
mi patria.; tiene una sólida base en sus superiores instituciones»).
Morgan se olvida de los negros. En otro lugar del diaIio se e.."Presa
así: «cada vez estoy mis satisfecho de que un océano nos separe de
la sociedad y formas de vida europeas; cada vez me alegro más de
CJue nuestros antepasados escaparan de Europa y de que establecieran
con éxito, en un rincón de la tierra, unas instituciones e ideas que
hacen justicia al hombre. Unicamente pudo haberse conseguido esto
cru.za.ndo un océano y entrando en el desierto, en completo aisla-
miento y reclusión de viejas foIIruls y usos». Al 6.nal de catorce meses
en Europa, cuando se encuentra en el mAI, a unas pocas millas de
Nueva York, escribe: «es un placer volver a nuestra patria., intensi-
ficado nuestro amor por La nación y sus instituciones al compaLUlas
con las naciones extranjeras».
El choque del Margan ya.n.kee con otros pueblos y culturas no
produce el resultado esperado en un antropólogo. No se esfuerza
en ponerse en la perspectiva del nativo, en juzgar desde la estancia
local para adentrarse y comprender los pros y contras, la razón o
razones de las instituciones y modos de vida diferentes. Tendemos
fácilmente a pensar que lo nuestro es mejor -y puede serlo--, pero
ésta no es la adecuada posición mental para entender al otto y su
culrw:a. Margan lo sabía; había sabido establecer un puente -la
tribu séneca lo llama Tayadaowuh1.-uh- para ver y dialogar con
el indio desde el otro lado. ¿Se olvida en Europa de este elemental
precepto antropológico? Teniendo a la vista su d..iario europeo creo
que el problema hay que plantearlo de umi manera mis compleja.
En esta época no sólo pululaban ya las ideas sobre evolución y pro-
greso de las instituciones en su cerebro, sino que iban tomando
forma concreta. Observa cuidadosamente en varias na.ciones europeas
las fOl:ITlas de propiedad -sobre la que escribe excelentes párrafos
en La Sociedad primitiva- y las formas de gobierno. Este es el pro-
blema teórico que le preocupa. Su atención está preeminentemente
encauzada en esa dirección. Y como toda etapa de progreso requiere
comparación con otros estadios, anteriores y posteriores, ea la evo-
lución general, coteja América con Europa y encuentra a ésta defi-
ciente. Margan, amante del progreso, se queda coa su América.
Todo 10 que en su opinión obstaculiza a aquél -desigualdad de
derechos, jerarquía, aristocracia, estancadas formas religiosas- recibe
dardos de dura critica en las p~cri.n2.s de su diario. Su teoria del pro-
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TI
LA SOOEDADPRThflTIVA
por tempi religiosi, por tempi pllntigliosi y por tempi civiJi. Volt2..Ü:e
describe el desarrollo de la organización cristiana y sistema feudal
en Europa en Essai sur les moeurs et l'esprit des nations (1745). Montes-
quieu en De I'esprit des Iois (1748) titula un capítulo Des peuples sl1P.vages
et des pwples barbares. Los tres títulos siguientes son expresivos:
Turgot escribe T ableau philosophique des progrés successifs de l'esprit
hJlmaine (1750), V. de Castellux Considerations sur le sort des hommes
dans les difjérenles époques de l'histoire (1772) y Condorcet Tableau
historique des progres de l' sprit humaine (1794). En esta.. obra traza a
grandes rasgos diez etapas de evolución del género humano.
Turgot mantuvo una. tripartita división de progreso: el cazador
pasa a pastor y éste a. agricultor. Esta división pasa a An Esscry on
the History 01 Civil Society (1767) de A. Ferguson, quien además divide
la historia. de la humarúdad en tres periodos: el de los salvajes que no
conocen la propiedad, el de los bárbaros que la conocen pero care-
ciendo de leyes, y el de los civi..li2ados. Esta clasi.6.cación se repite
en Morgan. El escocés Jobo Millar escribió una obra, realmente
interesante, titu.la.da Observations concerning the Distinction of Ranks in
Sociery (1771). En una poderosa constelación de variables se esfuerza
en delinear el proceso de la familia y el parentesco, la propiedad,
la división del trabajo, el comercio, el origen y evolución de la auto-
ridad, de 12. esclavitud y del feudalismo. Otro escocés, W. Robertson,
insiste, bajo una perspectiva personal, en la terna tipológica evolutiva
que ya conocemos y que desarrollará Margan -salvajismo, barbarie
y civilización- en The History of America (I777).
En Alemania, a los trabajos de Herder (1784) y Meiners (1785)
sobre el origen de la sociedad siguen los de G. Kle.m, quien escribió
en el primer volumen de Allgemeine I0f1tur-Geschicte der Menscheit.
(1843) sobre la. evolución humana distinguiendo tres estadios que
van desde el salvajismo -WildheÍ!- a 12. domesticidad -Zahmheit-
para ClllmimT en la libertad. T. Waitz trató de explicar en Anthro-
pologie der Naturw¡;lker (1858-71) que el progreso evolutivo humano
dependía de las condiciones naturales y sociales de los grupos huma-
nos. El jurista suizo]. J. Bachofen pronunció un discurso en la
XVI Asamblea. de Filólogos alemanes (Stuttgan) con el título Vom
Weiberrecht o el reinado de la mujer. En esta disertación, que tuvo
lugar en 1856, e..~resó en trilogía esquileana el combate entre la
ginecocracia. y el matriarcado. En este finísimo análisis evolutivo
están condensadas las ideas que más tarde sistematizó en Das MJltter-
recht (186r).
En este mismo año vio la luz AfJcient Law, de H. S. Maine, obra
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SOCIETAS CIVITAS
ciones a priori» (p. 486). Asi <da promiscuidad uede ser deducida
teóricament con-
san~> (p. 497). De la misma manera, un sistema de consangui-
nidad presupone e implica una forma concreta de familia. Supon-
gamos que se da esa forma de familia; ésta interpreta y e.""lica el
sistema de consanguinidad, luego existió realmente esa forma de
familia (pp. 4;8-9). La circularidad del argumento se verá, quizá,
más claramente e.'l'uesto de esta manera: A implica a B como ante-
cedente necesario (nivel teórico); supongamos (hipótesis) que existe
(nivel real) B cuyos elementos n, r, t, explican a A; conclusión: la
e.'<istencia anterior de B es real y objetiva. ¿Qué sucede si otra hipó-
tesis con otros elementos explica también a A? ¿Cuál de las dos
seria la real y objetiva en tiempo y espacio? Tendriamos en todo
caso verdades de razón, no de hecho; pude ser así, pero nunca ten-
dríamos la certeza de que realmente fue así.
-i'"Morgan no se detiene aquí; e."plota además la extensión analó-
gica del argumento. Por ejemplo: todas las tribus algonquínas re-
conocen a los delaware como a los más antiguos de su linaje (p. 21j).
Ahora bien, la descendencia entre los delaware sigue la línea feme-
nina, luego en todas las tribus algonquínas se dio en la antigüedad
esta forma de descendencia (p. 220) que hoy ha desaparecido entre
ellos. Los comanche (dice en la p. ZZ4) practicaban y se regian por
el sistema de gentes, luego también fue ésta la organización social
en el pasado de todas las tribus de este tronco. Pero el que tengan
ciertas características en común estos dos grupos en la actualidad
no quíere decir que necesariamente han de tener otras. El que estén
agrupados juntoS bajo una rúbrica lingüística, por ejemplo, no
implica que en otros aspectos, sus sistemas sucesorios en este caso,
sean iguales o que lo fueran en el pasado.
A veces se muestra más sutil en la manipulación del argumento
analógico. Cuando enmudecen las fuentes sobre nuestros remotos
antepasados arios disponemos de los primitivos actuales para superar
las lagunas de nuestro conocimiento de aquéllos. Se expresa así:
«su conocimiento anterior debe deducirse, sobre todo, de la visible
vinculación entre los elementos de sus instituciones existentes e
invenciones [excelente enfoque estructural] y de los elementos
similares que todavía se conservan en las... tribus salvajes y bárbaras»
(p. 80). Así, por ejemplo, «la forma arcaica de las principales insti-
rociones domésticas de los griegos y romanos debe buscarse aun
hoy en las instituciones correspondientes de los aborigenes ameri-
canos» (p. 89). Y continúa más adelante (p. 1z8): «para la plena com-
44 LEWIS H. MORGAN
necesidades humanas
condiciones similares
uniformidad de la e"periencia humana
medio geográfico
subsistencia
densidad y aumento de población
razones objetivas comunicaciones/aislamiento
inventos y descubrimientos
propiedad
familia
gobierno
instituciones en general
46 LEWIS B. MORCAN
GENS
Series Orgánicas
i
en
dialecto.
!
4.0 La <onf"Jeraci6n de 4_ 0 Nación: o coalición 4-0 Nadón:
1 tribus fu-
tribus. de rribus. sionadas en socie-
dad gentilicia.
Populus Romanus.
I
Familia patriarcal
Forma intermedia
no universal
................
EGO
NltTO
los continentes» (p. 88). Una última cita: <<La serie precedente puede
ser modificada y tal vez puede experimentar cambio! mnciales [cursiva
mía] en algunos de sus postulados; pero ofrece una e.'q>licación tan
racional como satisfactoria de los hechos de la experiencia humana y
del desarrollo del progreso del hombre» (p. j03).
Margan mantiene, en principio, que toda sociedad ha pasado a
través de los mismos perlados evolutivos; dicho de otra manera
parece pensar que los grupos humanos producen paralela e inde-
pendientemente, las mismas o si.mil.a:res instituciones. Pero al mismo
tiempo hace importantes concesiones al difusionismo o difusión
de rasgos, copia de instituciones e inventos y a la aculturación O
contacto cultural. Unas veces duda: «el primer subperiodo de la
barbarie comenzó con la alfareria, ya sea por invención original o
bien por adopción» (p. 83); «parece probable que la concepción del
proceso de fundir el mineral de lúerro, vino una sola vez al hombre»
(p. 110); «el problema del origen de la gem, a saber, si surgió espontá-
neamente en la sociedad, en un momento dado, repitiéndose el hecho
en distintas regiones, o si se originó en un único punto desde el cual
se propagó mediante sucesivas migraciones, por toda la superficie
de la tierra, se presta para ser objeto de razonamientos teóricos.
La segunda lúpótesis, con ligeras variantes, parece ser la más acertada»
(p. 390); «es probable que algunos de estos inventos [cerbatana,
mocasin, etc.] fuesen copiados de tribus que se hallaban en el estadio
medio, porque fue por este proce!o con!tantemente repetido [cursiva mía]
que las tribus más adelantadas elevaban a las más atrasadas, a medida
que éstas eran capaces de apreciar los medios de progreso y apro-
piarse de los mismos» (p. 527).
La admisión de contactos culturales implica la aceptación de la
obliteración de la pureza evolutiva. Margan se percata: <<1a vecindad
de tribus continentales más avanzadas, habia hecho progresar entre
ellos las .artes de la vida mucho más allá del estado de desarrollo de
sus instituciones domésticas» (p. 84); <<tribus y naciones han sido
adulteradas por influjos externos» (p. 88); «dondequiera que e."<.Ístiera
una conexión continental, todas las tribus deben haber participado,
en alguna medida, de los progresos de las otras. Todos los grandes
inventos y descubrimientos se propagan solos; pero las tribus infe-
riores deben haber apreciado su valor antes de poder apropiárselos»
(p. 107); «en Afrlea... las artes e inventos primitivos han desaparecido
en gran parte ante los utensilios y telas introducidos del e...'tt:ra.njero>'>
(p. 385); <<1os elementos de ottos países entremezclados con los de la
cultura nativa, en regiones del hemisferio oriental, crearon un estado
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Diarios y carllU: