Regional / Martes 13 de junio del 2006
Liderazgo
Por Econ. Luis A. Ruiz Castre
S
thephen Covey autor del Best
Seller "Los Siete Hábitos de Gen
te Altamente Efectiva" en su artículo deno-
minado "Los Dilemas y el Sacrificio" dando una
mirada sistémica y como buen Gurú realiza una
síntesis filosófica interesante, a mi criterio toma
en cuenta los pensamientos del gran filósofo
como Heráclito, que decía "Nada es permanente
excepto el Cambio", de filósofos de la época del
Renacimiento como Copérnico, Galileo quien
decía "Hay que medir todo lo que sea medible y
si hay algo que no sea medible, hazlo medible",
Kepler, Newton y del gran físico del siglo XX
Albert Einstein quienes estudiaban las leyes na-
turales y universales desde un punto de vista
reduccionista y mecanicista (el mundo es como
un reloj, todo se puede medir) y a la vez también
de pensadores de la época de la Ilustración, fran-
ceses como Voltaire, Montesquiu, Rosseau, de la
época de la Revolución Industrial en el siglo XIX
como Adam Smith, Marx, Hegel, Nietze quienes
ven el mundo ya no desde un punto de vista
teocentrica y geocéntrica, sino antropocéntrica o
humanista (centrado en el hombre en todas sus
dimensiones).
Y de grandes pensadores del siglo XX como
Tomas Khun (cambios de paradigmas) y Peter
Druker (Guru de la Administración Moderna)
quien afirma que la persona debe estar prepara-
da para un mundo global, en visión, horizonte e
información y para ello
dos culturas, la cultura
intelectual que se centre "El Liderazgo,
en las ideas y la cultura
..., lucha contra
gerencial que se centre
en las personas y el tra- el Ego, la for-
bajo.
Covey todo esto lo mación y edu-
lleva, lo adapta al mun- cación constan-
do actual más comple-
jo, dinámico y competi- te hacia aspira-
tivo; puntualiza que ciones positi-
existen tres constantes:
El Cambio, Los Princi- vas..."
pios (Leyes naturales y
universales) y la Elección de luchar con las otras
dos constantes (único en el hombre sobre todas
las demás especies).
Ante eso ve dos dilemas:
1. El Organizacional. Las empresas son diri-
gidas por leyes económicas y del mercado (triun-
fo del capitalismo) y por la propia Cultura
Organizacional.
2. La Gestión. Los empresarios buscan la pro-
ductividad y competitividad con mínimos cos-
tos, y los empleados mejor renumerados con
menos trabajo (efecto sustitución al ocio).
Con el objetivo de encontrar una respuesta
utilizando el método de la dialéctica, se hace dos
preguntas ¿cuál es la causa de estos dilemas? ¿Son
un problema estructural? Y en ellas encuentra
como respuesta un denominador común que ge-
nera armonía, es decir la clave de ejercer el poder
de elección para adaptar los principios y/o lo-
grar el Cambio: El Liderazgo.
El Liderazgo, entendida como sacrificio ha-
cia una visión colectiva, lucha contra el Ego, la
formación y educación constante hacia aspira-
ciones positivas, predica con el ejemplo, conta-
giando sinergias y creando estereotipos, cons-
truyendo confianza y en eso tenemos grandes
hombres líderes en diferentes actividades, tiem-
pos, espacios y condiciones como el líder de líde-
res Jesucristo, o como Ghandi, Juan Pablo II,
Madre Teresa, Tomás Edinson, Sócrates, Ford,
Gates, Agnelli, Confucio, etc. Si las virtudes del
liderazgo como el amor, fe, esperanza lo lleva-
mos en nuestra mente, cuerpo y alma, estemos
donde estemos obtendremos el éxito.
"Si no podemos ser la vela que ilumine el
liderazgo, al menos seamos el espejo que lo refle-
je" Anónimo
* Analista y Consultor - vpra5@hotmail.com
Definiciones en el tiempo.
¿Qué es la democracia?
Por Lic. David Tacza Ramírez*
S
egún Giovanni Sartori, la democracia ha
sido moldeada por la experiencia y refle
jan cuanto hemos aprendido de la expe
riencia histórica. El significado actual pro-
viene del griego democratía y tiene poca semejan-
za con un pueblo que se autogobierna, la transfor-
mación refleja los fracasos históricamente reitera-
dos de tal autogobierno. Resume situaciones con-
cretas como: ¿Cuál debe ser nuestra conducta como
gente experimentada y cómo se transmite
generacionalmente? De-
mocracia: demos (pue-
blo) y Krateo (yo gobier-
no). Significaría así "el go-
bierno del pueblo", o
"cuando el pueblo gobier-
na".
Acabamos de pasar
por dos eventos "demo-
cráticos", se dará una se-
gunda oportunidad al
APRA para que éstos
como gobierno asimilen,
traduzcan, comprendan
las aspiraciones del pue-
blo en una intención de
enrumbarnos al desarro-
llo. El término democra-
cia es un portador de ex-
"la democracia presupone la
periencia histórica cuyo
significado se ha estabili-
igualdad de los hombres y
zado a través de un pro-
ceso de prueba y error. su derecho igualitario tanto
Confiemos en nuestro
buen tino, en el sentido de a ejercer la soberanía popu-
racionalidad que dice di-
ferenciarnos entre los se- lar como a alcanzar los fines
res vivos, que esa expe-
riencia de gobernados y de una mejor calidad de
gobernantes finalmente
armonicen y favorezcan a vida..."
la ciudadanía esperanza-
da.
Cabe precisar, que democracia y autocracia, son
diferentes. El primero, establece un pactum
societatis, una coexistencia entre los ciudadanos
(igualdad); la segunda, se resuelve en un pactum
subiectionis, en la creación de súbditos (sujeción).
Esta consideración es importante, porque en los
dos casos el factor de riesgo implícito es muy dis-
tinto. Resulta que no es cierto la premisa "el pue-
blo siempre tiene razón", en la praxis es falsa y
ante la razón es indefinible; sin embargo, "el pue-
blo" significa un largo proceso de reajustes y fre-
nos, se resuelve en un proceso de adopción de deci-
siones multi-interpretado.
Sigamos, el gobernante democrático dice: "yo
soy su líder y, por tanto, tengo que conducirlos". El
autócrata afirma, "me he convertido en su líder y,
por tanto, me obedeces". Ciertamente, la democra-
cia propugna paz y la otra es amenazadora. Esta-
mos ante una empresa que augura un futuro de
vida, de seguridad y libertad. En síntesis son "cosas
buenas". Por consiguiente, será determinante lo que
decíamos líneas arriba, capacidad para interpretar
la realidad, sensibilidad para identificar las necesi-
dades más apremiantes (lo fundamental y no lo
instrumental), tolerancia para respetar las diferen-
cias y acierto en la toma de decisiones.
Atrás quedaron, los enfoques de la entrega de
un gobierno enmarcados en un "poder divino", aque-
llos que decían encarnar y ejercer los monarcas de
tiempos pasados, o a la "predestinación" que invo-
can ciertas doctrinas a favor de "minorías selectas",
la democracia propugna el concepto de la "sobera-
nía popular". "Estamos ante un nuevo mapa políti-
co en el Perú"; dijo Ollanta Humala al conocer los
resultados de la segunda vuelta; ciertamente, urge
la implementación de políticas que atiendan a las
OPINIÓN 9
regiones donde la simpatía por el APRA es mode-
rada, de lo contrario, el descontento puede genera-
lizarse.
Ya no hablamos de partidarios ni de simpati-
zantes, la democracia presupone la igualdad de los
hombres y su derecho igualitario tanto a ejercer la
soberanía popular como a alcanzar los fines de una
mejor calidad de vida. Esos derechos están clara-
mente enunciados en el lema de "Libertad, Igual-
dad y Fraternidad" de la Revolución Francesa, como
en la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos de América: "... Todos los hombres nacen
iguales y a todos les confiere su Creador ciertos
derechos inalienables, entre los cuales están la vida,
la libertad y la consecución de la felicidad...". Estas
son reflexiones acertadas de Montenegro.
El término democratía surge hace unos dos mil
400 años. Asimismo, fue
Maquiavelo, el primer
autor que consideró el
"Estado" como una enti-
dad impersonal y que
utilizó el término en el
sentido político moder-
no. "Estado" viene del
participio latino Status,
quiere decir una condi-
ción, una situación o es-
tado (Ejm. status social).
La diferencia entre demo-
cracias antiguas y moder-
nas no se reduce a las di-
mensiones geográficas
que requieren soluciones
completamente distintas,
sino que se apoya en los
fines y valores. Es el tiem-
po, son las generaciones
en vigencia las que plan-
tean la agenda democrá-
tica y sus ejes de desarro-
llo.
Históricamente, hay
opositores a los sistemas
democráticos. Tenemos
adversarios moderados
como Aristóteles, a quien
le molestaba el poder
que, según él, necesaria-
mente le iba a dar a los
pobres la expansión de la democracia; otros como
Platón eran más radicales, él condenó la democra-
cia juzgándola el gobierno de los incapaces y abo-
gó por implantar en su lugar un sistema de gobier-
no de los ciudadanos mejor calificados. No sé si
sorprenda, pero este último paradigma es el que
ha cobrado importancia en nuestros tiempos. La
ciudadanía, entre los candidatos, supuestamente
elige a los más calificados (a los mejores).
Bueno, ya los ilustramos un poco en el tema,
confiados en su avidez de investigadores, espera-
mos que contrasten esto que es teoría con la reali-
dad nacional e internacional. Que dicho análisis
nos permita apreciar, si como dicen los políticos,
estamos viviendo un proceso democrático, que pre-
gona una redistribución de las riquezas e inclusión
social. Que favorezca a las familias antes que las
elites.
* Docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y Comunicación
Social - Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión
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