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TEMA 16

III.- EL RÉGIMEN SEÑORIAL

A) Pequeños propietarios libres.


“La Presura” confería a cualquier hombre libre la posibilidad de convertirse en
propietario de tanta tierra despoblada como pudiera poner en cultivo, siempre que no fuera
de nadie y con la autorización del rey, quien, con posterioridad, le otorgaba un documento
de propiedad. Los requisitos de la Presura debieron variar de un lugar a otro pero, en
principio, los beneficiarios de ésta estaban sujetos a la obediencia del rey y, según algunos
fueros locales, no podían ser vendidas las tierras más que a vecinos de esa misma localidad.
A principios del siglo IX los campesinos cristianos comenzaron a ocupar las tierras
conquistadas a los musulmanes.
La utilización de esta forma institucional sirvió de un gran acicate (aliciente) a la
repoblación.
Se generó en la sociedad rural alto-medieval un colectivo de hombres libres e
independientes que cultivaban tierras de su propiedad. Desde comienzos del siglo XI este
sistema de presura empieza a entrar en crisis.

B) La formación de los Señoríos.


El régimen señorial es la organización económica, social y jurídica, derivada de las
relaciones de dependencia que, ya por razón de la persona, ya de la tierra, vinculaban a
los habitantes de un gran dominio con el propietario de éste. Es, por tanto, un conjunto
complejo de instituciones de estirpe feudal que abarca una serie de relaciones de
dependencia de un individuo a otro, que afecta a lo personal, a lo social y a lo
jurisdiccional, proyectando al mismo tiempo sobre un territorio una serie de
atribuciones jurisdiccionales que el señor ejercía por delegación real.
La formación de los señoríos tuvo como causa general la reconquista, y como
causa concreta las siguientes circunstancias:
- La repoblación señorial.
- Las donaciones de tierras del patrimonio regio otorgadas por los reyes a un
magnate, iglesia o monasterio, con carácter temporal o vitalicio.
- Las donaciones de fincas que hacían los propietarios particulares a una Iglesia para
la salvación de sus almas, y que podían ser efectivas después de la muerte del
donante.
- La usurpación violenta, mediante la coacción, de tierras de los pequeños propietario
por parte de los grandes.
- Las entregas en pago o como resultado de los préstamos usurarios.
- Las penas pecuniarias impuestas a los delincuentes.

Por efecto de la concesión de “inmunidad” otorgada por los reyes, el propietario era
convertido en “señor”, el territorio en “señorío” y sus habitantes en “vasallos”. Estos
señoríos podían ser:
a) Solariegos: se basaban en la mera posesión de la tierra y únicamente
proporcionaban a los señores el dominio sobre la misma y el derecho a percibir una
serie de rentas que los vasallos pagaban.
b) Jurisdiccionales: implicaban que el señor ejerciera una serie de funciones que
corresponderían al rey o a sus oficiales por su índole jurídico-pública, como son el
cobro del impuesto, administración de justicia y llamada a filas.
Dentro de éste se dieron distintos tipos de señoríos:
o Señoríos Reales: el vasallo solía disfrutar de privilegios que otros no
gozaban.
o Señoríos Nobiliarios laicos: Tuvieron su origen en los encargados de
colonización recibidos por parte del rey
o Señoríos Eclesiásticos: aquellos en los que el señor era eclesiástico. Dentro
de este cuerpo podemos incluir las “Encomiendas” o señoríos de las
Órdenes Militares.
Otros tipos especiales de señoríos son:
- Behetrías: se dieron en Castilla en las zonas en las que habían sido objeto de
repoblación privada. En ellas fue frecuente que los pequeños propietarios libres se
dieran, junto con sus tierras, en régimen de encomendación territorial a un señor
para su servicio, a cambio de protección. Hubo varios tipos como los de “mar a
mar” o las “de linaje”
- Honores: se dan en la Corona de Aragón. El rey otorga una serie de facultades
administrativas y jurisdiccionales, integradas entorno a un conjunto de tierras y de
hombres, a los nobles para que lo administraran en su nombre.
- Remensas: se da en Cataluña. En él los vasallos estaban adscritos a la tierra
pudiendo salir únicamente de tal situación pagando al señor una cantidad por su
redección

El señorío solía contar dentro de su territorio con iglesia propia, en la que el señor tenía
la potestad de designar a los sacerdotes que las atendían. La inmunidad constituyó un
elemento que hacía perder súbditos al poder real. Las inmunidades redujeron
significativamente el ámbito de la acción de los monarcas hasta el s. XIII, en que, fuera
ya del esquema feudal, comenzaban los reyes a tomar plenitud de sus atribuciones.

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