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LO ESENCIAL Y LO IMPORTANTE

Fecha Lunes, 18 febrero a las 09:05:21


Tema Opinión

Opinión

Michael A. Galascio Sánchez (*)

• Es hora de abrir una brecha en ese viejo muro que impide a la mayoría de los
ciudadanos ser libres. Hay que considerar nuevos caminos y opciones que hasta el
momento, no hemos tenido el valor de evaluar, aunque esto signifique, que aun
aquellos que llamamos amigos, se alineen en contra nuestra

El dilema de la sociedad actual en todos sus niveles, está entre lo que


es esencial y lo importante. ¿Qué es lo esencial? Considero que es
aquello que constituye o forma parte de la esencia de algo. Es una
cosa necesaria, básica, indispensable, vital que bajo ningún concepto,
debemos pasar por alto. Mientras que lo importante aunque puede
afectar el curso de algunos sucesos o la naturaleza misma de las cosas,
no es tan prioritario como lo esencial.

Nos encontramos bajo la atroz influencia de ciertos individuos, cuyo plan maestro,
busca a toda costa que no centremos en una serie de conceptos, ideas y problemas
inoperantes, reduciendo nuestra visión a la más mínima expresión. Es una forma de
estimular una perspectiva confinada a unos límites conceptuales, geográficos y otros,
según la capacidad y tendencia de cada individuo, encerrándonos en el pensamiento
único del cuál ingenuamente creemos habernos librado.

Cuando leemos la prensa o escuchamos la radio, ¿sabemos distinguir entre lo esencial y


lo importante? ¿Estamos dispuestos a explorar nuevas formas o abrirnos hacia otro
camino conceptual? ¿Por qué nadie se aventura a pensar diferente a las corrientes
dominantes? ¿Por miedo al rechazo? ¿Por la amenaza a ser vetados? ¿Por temor a estar
en una lista negra? ¡Que las hay! Es hora de abrir una brecha en ese viejo muro que
impide a la mayoría de los ciudadanos ser libres. Hay que considerar nuevos caminos y
opciones que hasta el momento, no hemos tenido el valor de evaluar, aunque esto
signifique, que aun aquellos que llamamos amigos, se alineen en contra nuestra.

No podemos dejar nuestra vida en manos de otros. ¡Nos pertenece! ¡A nadie más! Por
éste motivo, hay que saber diferenciar entre lo que es esencial y lo que es importante
para nosotros. Por ejemplo, para unos padres es esencial el bienestar de sus hijos y su
estabilidad económica, sobre todo en una sociedad tan materialista y carente de empatía
como ésta. La droga, la inmigración y otros problemas de enorme gravedad, son muy
importantes, pero no esenciales. Antes de que un ciudadano decida ayudar a los demás,
implicarse en los problemas sociales, primero debe tener una estabilidad propia. De lo
contrario, estaríamos hablando de un Kamikaze, que aunque su significado literal sea
"viento divino o viento de Dios", para las elites de aviación japonesas en la Segunda
Guerra Mundial, significaba "no retorno".

Por esta razón, cuando nos sentemos ante el gran espectáculo teatral que nos proponen
los candidatos que promueven cambios y transformaciones casi increíbles, cuando ellos
reclamen una unidad inexistente, cuando denuncien un problema que es importante pero
no esencial para nuestras vidas, debemos ser conscientes de que poseemos el más
absoluto libre albedrío de decir: "No, no seré parte de los seguidores de fe ciega, de
ninguna de las corrientes dominantes". Debemos resolver nuestros problemas y quien
no lo garantice, no tendrá nuestro apoyo electoral.

No obstante, los poderosos cuentan con la "desatención ciega". Ellos piensan que
sembrando la falsa esperanza y creando una atmósfera de euforia colectiva, la gran masa
de votantes, no sólo se inhibirá en sus iniciativas personales sino que se abrazarán a las
tesis de los líderes asumiendo una actitud pasiva, dejándose llevar como decían algunos,
"por la lógica de los tiempos".

¿Cómo romper con estas ideas? Deben existir voces diversas. Debemos evitar el
enfrentamiento fanático y ante cada planteamiento que recibamos cuestionar: ¿Si es
esencial o importante, para nuestras vidas?

(*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología de la Salud y Clínica

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