Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN
Patrimonio, Conservación y Ciudadanía
Museo Histórico y Militar de Chile – 24, 25 y 26 de octubre de 2007
PONENCIAS
El desarrollo de la restauración como disciplina nos señala dos etapas importantes por
la que ésta ha transitado. Primero, el paso de lo artesanal a lo tecnológico, marcado
por importantes avances en la técnica y la incorporación de disciplinas científicas que
ayudaron a la sistematización de los conocimientos, ya sea de sus materiales
constitutivos como de sus procesos y causas de deterioro, lo que implicó la adaptación
de tecnologías desarrolladas para otros usos y aplicadas a la conservación-
restauración. Sin embargo, el restaurador continuaba limitado a una labor operativa
siendo el científico quien daba las directrices de la labor a realizar.
La segunda etapa está marcada por la incorporación de un aspecto crítico en la labor
del restaurador y de las implicancias que ciertas intervenciones podrían tener sobre un
bien cultural. Es así como, la restauración incorporó a su labor contenidos y modelos
de análisis de disciplinas de carácter humanístico-social. De la incorporación de estas
áreas del saber surgieron una serie de criterios que regulaban y normalizaban los
aspectos operativos de la conservación-restauración. Este carácter crítico dado a la
labor del conservador-restaurador le dio la posibilidad de superar su rol meramente
operativo y perfilarse como una disciplina profesional en sí misma. Como lo refiere
Guillermo Joiko en sus apuntes sobre el rol de la teoría: “A través del análisis y de la
reflexión crítica es posible alcanzar niveles conceptuales generales y comunes para
orientarnos y clarificarnos sobre las implicancia y el significado de ciertas
intervenciones sobre los objetos…la teoría ubica a la restauración fuera del campo de
mero sentido común y pragmático y fuera del gusto arbitrario y sin referencias
culturales precisas”. Esto permitió que el conservador-restaurador se planteara en una
posición de igualdad ante los otros profesionales involucrados en esta
interdisciplinaridad del proceso de restauración y como quien más propiamente está
calificado para articular y regular las intervenciones de estas otras disciplinas,
contando con un respaldo teórico que sustenta sus decisiones y opiniones.
Sin embargo, en el último tiempo se ha visto un gran desarrollo del aspecto científico
en la formación de los conservadores-restauradores y en la implementación de centros
de restauración, el interés por perfeccionarse está centrado en el aprendizaje y puesta
en práctica de nuevas técnicas de ejecución y análisis, pero, ¿qué es lo que está
pasando con la formación y desarrollo de los aspectos teóricos de la disciplina? ¿Será
que estamos retrocediendo en la evolución de ésta para formar meros ejecutores de
acciones de conservación y restauración? ¿Quiénes se preguntan si nuestro marco
teórico, por el cual nos hemos regido y que ha sustentado nuestro quehacer estos
últimos 30 años, sigue siendo válido?
Esta ponencia quiere presentar un catastro de la formación teórica impartida en los
diferentes programas de formación de conservadores-restauradores a nivel mundial,
latinoamericano y en particular en nuestro país. Hacia donde se están orientando los
lineamientos en la formación de los futuros conservadores-restauradores.
Conocer-valorar-conservar
Yazmín Rozas. Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, Universidad
Internacional SEK. Chile.
En octubre de 2004, la Universidad Nacional San Martín (UNSAM) se hizo cargo del
Taller Tarea, tras ganar la licitación internacional promovida por la Fundación
Antorchas, para quien presentase la mejor propuesta a fin de continuar atendiendo los
objetivos básicos de este importante centro fundado en 1987. El plan presentado por
la Universidad consiste, sucintamente, en promover proyectos de acción e
investigación en conservación y restauración del patrimonio artístico y bibliográfico
nacional y la puesta en marcha de una Maestría en Conservación y Restauración. Se
trata de una experiencia inédita, que implicaba la transferencia en bloque de un gran
complejo edilicio e instrumental creado por una fundación privada, al ámbito de las
instituciones públicas.
En abril de 2007, se inauguraron los estudios de pos-grado en el país, con la Maestría
en Conservación-Restauración del Patrimonio Artístico y Bibliográfico Nacional, con
una matrícula de once estudiantes, que ingresaron luego de aprobar un curso de
introducción de química, historia del arte y una prueba de habilidad manual. Los
aspirantes provienen de diversas disciplinas (Bellas Artes, Química, Historia,
Restauración, Biología y Bibliotecología), conformando un grupo con múltiples
intereses, dada la formación básica de sus miembros.
Dividido en cuatro cuatrimestres, el plan de estudios aspira a desarrollar una sólida
formación, donde las disciplinas históricas, los principios científicos y el entrenamiento
práctico, confluyan armónicamente en una educación de alto nivel académico, de
acuerdo con las normas auspiciadas por la UNESCO y sus organismos asociados. El
plan reúne básicamente las especialidades de pintura de caballete, escultura
policromada en madera y obras sobre papel, además de estudios sobre patología del
libro y conservación preventiva. Los estudiantes se beneficiarán asimismo, con
seminarios a cargo de reconocidos expertos internacionales. El proyecto se ha visto
enriquecido con la posibilidad de utilizar metodologías de análisis e investigación de
alta complejidad, gracias a los acuerdos que la UNSAM mantiene con la Comisión
Nacional de Energía Atómica CNEA (Centro Constituyentes) y el Instituto Nacional de
Tecnología Industrial INTI.
Las metas enunciadas - que han ampliado considerablemente los fines de la primitiva
Fundación Tarea -, sólo podrían llevarse a cabo en el seno de la universidad pública
quien, por definición, debe ofrecer a la comunidad las condiciones adecuadas para el
desarrollo de la investigación y el conocimiento.
En nuestra región, la conservación de bienes culturales precisa legitimarse y derramar
su utilidad en un escenario más amplio que el círculo de los especialistas, penetrando
en la vida académica y nutriendo de hipótesis a los investigadores de las humanidades
y las ciencias. Tal vez aquí se encuentre la clave para desenvolver una competencia
genuina, sin acreditar cómodamente nuestra tarea en conocimientos prestados o de
segunda mano. Se comienza a saldar, de esta forma, una vieja deuda, que consiste en
explicar y justificar nuestro trabajo frente a la sociedad, con quien debemos compartir
la tarea del rescate de la herencia artística e histórica y los beneficios de la cultura.