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Historia

La filosofía de Calvary Chapel, en lo concerniente al rol y función de la iglesia, la


encontramos en la epístola a los Efesios 4:9-13 donde Pablo habla acerca de
Jesucristo, quien ascendió al cielo, y quien primeramente descendió a las partes
más bajas de la tierra. Y cuando ascendió, llevó cautiva la cautividad. Y les dio
dones a los hombres, constituyendo a unos apóstoles, a unos profetas, a algunos
evangelistas y a otros los constituyó pastores y maestros. Enseguida Pablo declara
la razón por la cual el Señor ha constituido a estos hombres de esta manera; para
el perfeccionamiento de los santos, para la obra del ministerio y para la edificación
del cuerpo de Cristo. Creemos que la iglesia existe principalmente para Jesucristo,
para proporcionarle gozo, para la alabanza y gloria de su gracia. El Señor ha creado
la iglesia para sí mismo, por su propia voluntad, así pues, la iglesia existe
principalmente para él, es su iglesia. Cristo dijo: "Sobre esta piedra edificaré mi
iglesia". Usted y yo somos parte de su iglesia. Solo hay una persona que puede
decir: "Mi iglesia", esa persona es Jesucristo. Es su iglesia. Sin embargo, es
importante notar que uno no puede afiliarse a ella, tiene que nacer en ella.
Nosotros nacemos de nuevo por el Espíritu Santo de Dios en la Iglesia de
Jesucristo. Es su iglesia. ¿Cuál es entonces el propósito de su iglesia? Glorificar a
Dios, ser instrumento del ministerio de Dios, para el Señor. Pero además en un
sentido secundario, la iglesia existe para la edificación y fortificación de los santos,
para llevar a los santos a la madurez plena para que puedan participar en la obra
del ministerio. Cuando asistí al seminario, el pastor Oswald J. Smith de la iglesia
"People's Church" en Toronto, Canadá y mundialmente conocida por estar orientada
principalmente hacia la labor misionera, hacía mucho énfasis sobre las misiones en
el extranjero. En sus conferencias le escuché decir una y otra vez que el propósito
principal de la iglesia era la evangelización del mundo. Le escuché decirlo tantas
veces que lo acepté como una verdad contenida en el evangelio. Así pues, cuando
me inicié en el ministerio, me propuse evangelizar al mundo. Mis sermones siempre
eran evangelísticos. Siempre eran seguidos por una invitación que decía: "Inclinen
sus cabezas, cierren sus ojos, y sin que nadie mire a su alrededor, quien quiera
recibir a Jesucristo esta noche, levante su mano y bájela de nuevo". Todo estaba
encaminado hacia la evangelización. Yo buscaba evangelizar porque sentía que el
propósito primario de la iglesia era la evangelización del mundo, así se me había
instruido. Sin embargo pronto descubrí que la cosa más difícil en este mundo es,
tratar de ser algo que Dios no creó. Pablo preguntó: ¿Son todos apóstoles,
profetas, son todos evangelistas? La respuesta obviamente, es no. No todos tienen
el llamado de evangelistas. No todos son llamados a ser pastores y maestros. No
todos reciben el llamado a ser profetas. Y tratar de ser algo que Dios no hizo, es la
cosa más difícil del mundo. Yo estaba tratando de ser algo que Dios no me había
llamado a ser. Pablo, al abrir su carta a los efesios dice: "Pablo, apóstol de
Jesucristo por la voluntad de Dios". Yo puedo aceptar eso. Yo puedo decir, "Chuck,
pastor y maestro por la voluntad de Dios". Es importante que descubramos qué es
lo que somos por la voluntad de Dios. Por años quise ser "Chuck, el evangelista, por
la voluntad de Chuck". Pero eso no era la voluntad de Dios, yo estaba tratando de
conformarme al molde de la denominación en la cual yo estaba sirviendo. Era una
denominación cuyo énfasis era la evangelización. La exhortación se consideraba
mayor en orden de importancia, que la exposición de la palabra, por lo tanto, no
fomentaban el papel de "pastor y maestro". Esperaban que todos los pastores
fueran evangelistas. Sin embargo yo era un fracaso total como evangelista. Mi
esposa trataba de ayudarme. Ella veía mis frustraciones y me decía: "Cariño, no
eres lo suficientemente dinámico". Me decía "Observa a Billy Graham, él no se
queda inmóvil detrás del púlpito, se mueve de aquí para allá". Me decía: "Tienes
que aprender a moverte, a ser más dinámico". Yo trataba pero no me servía de
nada. Estaba frustrado porque buscaba ser algo que Dios no me había hecho. Al
empezar a leer y estudiar la palabra de Dios, no pude encontrar la escritura que
dijera que el propósito principal de la iglesia era la evangelización del mundo; hasta
hoy no he podido encontrarla, sin embargo, sí encontré en Efesios 4 que Dios ha
colocado a hombres que han recibido dones para ser apóstoles, evangelistas,
profetas, pastores y maestros para el perfeccionamiento de los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Esto introdujo un tremendo
cambio filosófico en mi vida, en lo que se refiere a mi concepto del propósito de la
iglesia. En lugar de ver la evangelización del mundo como el propósito principal, vi
que el propósito de la iglesia era el perfeccionamiento de los santos, el fortalecer a
los creyentes, trayéndolos a la madurez, alimentarlos, amarlos, fortalecerlos para
que sean aptos para participar en la obra del ministerio; pues me di cuenta de que
Dios nos ha llamado a todos y nos ha colocado en Su cuerpo y él tiene un plan y un
propósito para cada uno de nosotros. Por esta razón Pablo nos menciona en Efesios
4 que Dios ha constituido a estas personas en la iglesia, para el perfeccionamiento
de los santos, para la obra del ministerio, la edificación del cuerpo de Cristo, hasta
llegar a la unidad de la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, a la plena madurez, a
la medida de la estatura y plenitud de Cristo; para ya no ser como niños llevados de
aquí para allá por todo viento de doctrina. Pero que hablando la verdad, en amor,
puedan crecer en él en todas las cosas, el cual es la cabeza, Cristo. De esta
manera, al cambiar mi filosofía, ya no predicaba "sermones evangelísticos" sino que
empecé a enseñar la palabra de Dios de una manera consistente, diseñada para
producir crecimiento en los creyentes. Cuando comencé en el ministerio, todos mis
sermones contenían un tema particular centrado en evangelismo. Tenía sermones
para cubrir un lapso de dos años, así que cada dos años yo le solicitaba al
supervisor (obispo) un cambio de iglesia, de esa manera me cambiaba a un lugar
nuevo y predicaba mis dos años de sermones nuevamente. Hice esto en cuatro
comunidades hasta que finalmente acabé en Huntington Beach, California. A esas
alturas, mi hija la mayor había empezado a ir a la escuela y a mí personalmente me
encantaba vivir en Huntington Beach. Era una bonita comunidad a la orilla de la
playa con sólo 6000 habitantes, en aquel tiempo, empecé a conocer y a apreciar a
la gente. Sin embargo se me estaban terminando los sermones porque cuando se
predican sermones de temas particulares, es difícil encontrar el texto. Buscar entre
toda la Biblia un texto para predicar cada semana, es difícil, pues la Biblia es un
libro de bastante gran tamaño. De esta manera me encontraba cada semana
buscando, leyendo, hasta que algún texto verdaderamente me impactara. Desde
luego, yo tenía que tener tres sermones preparados por semana, cada vez me era
más difícil encontrar mi texto, ya que debía ser en el área de evangelismo. Cuando
por fin encontraba el texto me era posible desarrollarlo, pero encontrarlo era
siempre un problema. Durante ese período, me encontré con un libro que se titula:
"El apóstol Juan", escrito por Griffith Thomas, y en la parte central del libro había
estudios trazados sobre el primer libro de Juan. Empecé a leer los estudios de
primera de Juan y me encontré con que eran unos excelentes bosquejos
descriptivos de esa epístola. Había cuarenta y tres de ellos, y pensé: "¡Fabuloso!
Puedo permanecer aquí en Huntington Beach otro año, tan sólo con enseñar el libro
de Juan". Así que le anuncié a la gente, un domingo por la mañana, que el
siguiente domingo empezaríamos un estudio sobre la epístola de Juan. Lo primero
que Griffith Thomas explicaba en su libro era el propósito por el cual Juan había
escrito esta epístola. En el primer capítulo Juan dijo: "Estas cosas os escribimos
para que vuestro gozo sea cumplido", en el capítulo 2, dijo: "Hijitos míos, estas
cosas os escribo para que no pequéis", y en el capítulo 5 dijo: "Estas cosas os he
escrito a vosotros para que sepáis que tenéis vida eterna". Así pues, les anuncié
que íbamos a iniciar el estudio de primera de Juan, y les dije: "Hay tres razones por
las cuales Juan escribió esta epístola, para el próximo domingo quiero que me digan
cuáles son estas tres razones. Así que cuando les saludé en la entrada al llegar a la
iglesia, les dije: "Si les pregunto las tres razones por las cuales Juan escribió esta
carta, espero que puedan decírmelas". Había gente llamándome entre semana
diciéndome: "Hemos leído la carta siete veces y sólo encontramos dos razones,
¿Está seguro de que son tres?" Yo les respondí: "Estoy seguro de que son tres,
sigan leyendo". Ese domingo, mi sermón fue sobre el propósito del libro. Contenía
tres puntos: Leer este libro hará que su gozo sea cumplido, que tenga la libertad
para no pecar y le proporcionará la seguridad de su salvación. Hay seis lugares en
los cuales Juan señala a Cristo como nuestro ejemplo. Así que ese domingo dije a la
congregación; "La próxima semana quiero que localicen los seis lugares en que
Juan señala a Cristo como nuestro ejemplo, y las palabras claves son: Como él, y
tal y como él. Hay seis lugares donde Juan ha señalado a Jesucristo como nuestro
ejemplo. Encuéntrenlos". De nuevo la gente empezó a leer el libro y tuvieron que
leerlo ocho, nueve y hasta diez veces, para encontrar esos seis lugares, que son: Si
andamos en luz como él esta en luz, tenemos comunión unos con otros; si decimos
que permanecemos en él, debemos andar como él anduvo. Él es nuestro ejemplo
en nuestra vida. Debiéramos andar como él anda, andando en la luz tal y como él
es en la luz; nuestro ejemplo en santidad y pureza, pues nosotros nos purificamos,
así como él es puro; somos justos como él es justo. Él dijo que debemos amarnos
unos a otros, así como él nos ha amado. Y finalmente, como él es, así también
nosotros debemos ser en este mundo. El siguiente sermón fue sobre declaraciones
falsas que la gente profesa. Primero Juan enumera siete declaraciones falsas y las
palabras clave son: "Si decimos, el que dice, o, si alguno dice". Yo dije a la
congregación que encontrasen esas las declaraciones falsas. La congregación, tuvo
que leer la epístola otra vez. El siguiente domingo tratamos con la frase: "Saber
que". ¿Cómo sabemos lo que sabemos? Nuevamente los tenía leyendo la epístola.
De ésta manera inicié un estudio descriptivo a través de la epístola. Empezando con
el primer capítulo, versículo uno, y continuando por toda la primera epístola de
Juan. Fue un estudio que duró un año completo. El hecho interesante fue que en el
transcurso de ese año, la iglesia se había duplicado. Yo no había hecho invitaciones
para aceptar a Cristo, pero tuvimos más conversiones y bautismos en agua ese año
que en los años anteriores. Lo más emocionante era que la gente experimentaba
más gozo en su caminar con el Señor, era mayor que el que habían conocido antes.
Estaban experimentando verdadero poder sobre el pecado, y estaban seguros de su
salvación. ¿Por que? Porque Isaías dijo: "Porque como desciende de los cielos la
lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que
sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié". Si Dios hizo que Juan escribiese su
primera epístola con el propósito de proporcionarnos gozo, para libertarnos del
pecado y darnos la seguridad de nuestra salvación, eso es exactamente lo que va a
acontecerle a la gente al enseñarles lo contenido en esa epístola. La palabra de Dios
no regresará vacía. Nuestras palabras probablemente sí, pero su palabra no. Si
usted es fiel en enseñar la palabra de Dios, ésta logrará el propósito para el cual
Dios la ha enviado. Es por eso que al leer una epístola, siempre es bueno
preguntarse: ¿Cuál es el propósito de esta carta? ¿Por qué razón fue escrita?
Descubra el propósito y así se dará cuenta de lo que Dios quiere hacer en su vida y
lo que usted puede esperar como resultado del estudio profundo de dicha epístola o
evangelio. En el seminario tuve un profesor que nos dijo que el estudio del libro de
Romanos revolucionaría cualquier iglesia. Yo mucho había oído que este libro era
magnífico, sin embargo, debo confesar que aunque lo había leído varias veces, no
me llamaba mucho la atención. Sin embargo, tenia una gran confianza en ese
profesor, y pensé que si eso era verdad, sería muy interesante ser parte de esa
revolución. Y así, al finalizar los estudios sobre la primera epístola de Juan, anuncié
a la congregación que a partir del siguiente domingo, empezaríamos a estudiar la
epístola a los Romanos. Compré todos los comentarios que pude encontrar sobre el
libro de Romanos y empecé a desarrollar estudios similares a los que había llevado
a cabo con primera de Juan. Durante dos años dediqué las mañanas del día
domingo al estudio del libro de Romanos. De nuevo, la iglesia se duplicó, se
convirtió y se bautizó más gente que nunca. Esto era glorioso y emocionante.
Obtuve una copia del libro "Halley's Bible Handbook" (Compendio Manual de la
Biblia por Halley). Procuré obsequiar una copia de este libro a cada persona que se
convertía. Siempre he dicho que el primer libro que un cristiano debe obtener para
su biblioteca, después de la Biblia, es este libro de Halley; está repleto de valiosa
información, de antecedentes culturales, arqueología e historia. No obstante de ser
un libro tan pequeño, contiene y menciona más tesoros y hechos, que cualquier
otro libro que conozco. En fin, publicaron otra edición revisada y con una nueva
portada con una inscripción que decía: "La página más importante de este libro, es
la página 867". Como yo admiraba mucho al Sr. Halley, inmediatamente me
pregunté cuál sería para el Sr. Halley la página más importante de su libro. Debo
decir que yo siempre había considerado este libro, en su totalidad, de mucho valor.
De modo que pasé a la página 867 (pág. 724 en la versión castellana), y leí: "Cada
iglesia debe tener un método sistemático para estimular a la iglesia a que lea la
Biblia en su totalidad". También decía: "Será ideal que el sermón dominical del
pastor sea tomado de lo leído en la semana anterior". Sugería un patrón de lectura,
por medio del cual se podría leer la Biblia en el término de un año. Me pareció un
poco difícil hacerlo en un año, pero pensé que sería posible leerla en dos años.
Después me vino a la mente la idea de poder quedarme en esa iglesia enseñando
por el resto de mi vida, si enseñaba la Biblia de principio a fin. Descubrí que era
mucho más fácil preparar mis sermones limitándome a una porción corta de la
Escritura para la obtención de mi texto, además, la calidad de ellos era muy
superior pues podía dedicarme a un estudio mucho más concreto, en lugar de estar
buscando de aquí para allá por toda la Biblia para encontrar mi texto. Es muy difícil
hacer un estudio realmente valioso cuando se tiene que encontrar el texto de entre
toda la Biblia para preparar dicho estudio. Y fue entonces, que tomé la sugerencia
del Sr. Halley, conduciendo a la congregación directamente hacia el estudio de la
Biblia en la totalidad de su contenido, y esa ha sido mi práctica desde entonces. En
este momento, 1991, estamos llevando a cabo un estudio completo de la Biblia por
séptima vez, en Calvary Chapel de Costa Mesa, con toda la congregación. He
disminuido mi velocidad considerablemente, sólo estoy tomando un par de capítulos
por semana, a veces tres pero ya no voy tan de prisa como antes. Esta vez lo estoy
disfrutando más que nunca porque estoy progresivamente aprendiendo más ya que
dedico más tiempo a una porción más pequeña. La última vez que lo hice disminuí
a cinco capítulos por semana, pero ahora lo reduje a dos o a veces a tres capítulos
por semana. Para cuando termine con el presente estudio de la Biblia, tendremos
en nuestro haber un comentario minucioso sobre el contenido total de la Biblia pues
he asumido como práctica personal, cada vez que estudio la Biblia, la lectura de un
nuevo comentario y en ocasiones dos o tres a la vez. Como resultado he podido
leer la gran mayoría de los principales comentarios Bíblicos. He aprendido una
lección valiosa y es la siguiente: La mejor manera de aprender es enseñando.
Cuando se empieza a enseñar, en verdad se comienza a aprender, porque se tiene
que abarcar mucho más material del que se va a impartir. Se tiene que cubrir diez
veces más de lo que se va a aplicar, por lo tanto, esta es una muy buena manera
de aprender. Empiece a enseñar. En el libro de Hebreos, capítulo 6, el autor escribe:
"Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la
perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras
muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos,
de la resurrección de los muertos y del juicio eterno". Habiendo tenido la
oportunidad de ver hacía atrás y meditar sobre mi ministerio, los diecisiete años de
lucha en comparación con estos últimos veintitrés en los que ha habido un avance
sin dificultad, el pensar en los años difíciles en los que estaba esforzándome por ser
un evangelista, predicando sermones sobre temas particulares, pude ver que hubo
una transición marcada. De hecho, en el décimo cuarto año de mi ministerio,
empecé a enseñar y a sentirme cómodo al hacerlo. Yo no sé si el estudio de la
epístola a los Romanos revolucionó a la iglesia, pero si sé que revolucionó mi vida.
Nunca volví a ser el mismo de antes después de haberlo enseñado. Inicié una
nueva relación con el Señor. Revolucionó toda mi experiencia espiritual. Dios me
cambió totalmente. También me dí cuenta de una verdad importante por medio del
libro de Romanos, que cuando la gente se fortaleció y maduró en la palabra de
Dios, empezaron a ser testigos más eficaces para Cristo Jesús. Cristo, pasó a ser el
centro de sus vidas. Ya no teníamos necesidad de programar noches para ir a
visitar gente. Tampoco teníamos que organizar ocasiones en las que iríamos a
testificar. El testificar pasó a ser una función muy natural, algo automático. El
testificar, no es algo que se hace, es algo que se es. Cuando nuestra vida es
madura en Cristo, la madurez espiritual de nuestro caminar testifica a los demás.
Cuando yo estaba esforzándome por ser evangelista, descubrí que la cosa más
frustrante de todo el mundo era que el Señor pusiera un sermón evangelístico y
dinámico en mi corazón y que luego no hubiera pecadores presentes en la iglesia a
quienes predicárselo. Algunos de los sermones que el Señor me daba, me causaban
mucha emoción. Eran excelentes sermones evangelísticos, es decir, tan poderosos
en su lógica, que ningún pecador podría escucharlos sin aceptar a Jesús. Me iba a la
iglesia y mi corazón se derramaba dentro de mí con este mensaje dinámico que el
Señor me había dado. Difícilmente podía esperar a que llegara el momento de
impartirlo. Con ansiedad esperaba el momento en que haría la invitación, para así
ver, arrodillados al frente, a los pecadores que estuviesen presentes en la iglesia.
Estaba seguro de que eso ocurriría, sin embargo, con frecuencia mientras ardía esta
clase de sermón en mi corazón, venía a la iglesia y al sentarme en el lugar que me
correspondía, al estarse cantando los coros, miraba hacia la congregación y
descubría que yo conocía a todas y cada una de las personas presentes por su
nombre. ¡No había ni un solo pecador en el edificio! Imagínese usted lo frustrante
que es tener un gran sermón evangelístico y darse cuenta que no hay en la
audiencia pecadores para escucharlo. Con frecuencia me enojaba y le añadía
algunos puntos a mi sermón: "Ustedes son un fracaso como cristianos. Dios esta
enojado porque no testifican para él. De haberlo hecho, habrían traído a sus amigos
inconversos a que oyeran la palabra de Dios". Reprendía a la iglesia porque estaba
enojado por el hecho de que no hubiera pecadores presentes en ese lugar. ¡Esos
benditos y amados santos! Mis palabras eran como un látigo que golpeaba sus
espaldas, y ellos solamente se hundían en sus asientos al caer sobre ellos la pesada
condena. En lugar de hacer la invitación para que alguien aceptara a Cristo , les
invitaba a pasar al frente para consagrar sus vidas al Señor y ser la clase de
testigos que el Señor quería que fuesen. Yo tenía la creencia de que si no se
lograba que alguien pasase al frente, el sermón era un fracaso. El problema, sin
embargo, no era que ellos no tuviesen el deseo de ser mejores testigos; ellos
deseaban servir al Señor. En realidad, el problema era que no sabían qué hacer. No
habían sido instruidos. Solamente habían recibido "leche espiritual". Lo único que
habían oído era: "Arrepiéntanse del pecado" y "Cristo murió para salvarnos de
nuestros pecados". Nunca fueron instruidos en la palabra para poder madurar y
crecer. Cuando los cristianos en la iglesia fueron instruidos por medio de la palabra
para la obra del ministerio, empezaron ellos mismos a ministrar. Trajeron consigo a
sus amigos. La iglesia crecía, se fortalecía y maduraba, y como resultado natural,
empezaron a evangelizar. Una iglesia que es fuerte en el conocimiento de la
palabra, será una iglesia que evangeliza. La función natural de unas ovejas sanas,
es reproducirse. Esto es muy natural, ni siquiera hay que enseñarles cómo hacerlo.
Si se logra que las ovejas sean sanas, proveyéndolas con una buena dieta
consistente, crecerán y se fortalecerán, y como consecuencia natural, se
reproducirán. También descubrí que al estudiar la Biblia de principio a fin, se evita
el predicar solamente aquellos temas de preferencia. Hay ciertos temas contenidos
en la Biblia que para mi son más fascinantes que otros. Hay algunos temas que me
gusta mucho predicar y hay otros que preferiría no tocarlos. De esta manera me es
posible encontrar formas de no predicar sobre lo que no me gusta, y pasar esos
temas por alto. Sin embargo, cuando se estudia un libro de principio a fin, se tocan
temas que son necesarios, pero que por no ser populares, solamente se mencionan
pocas veces en la iglesia. No obstante, debemos considerar que Dios no los habría
incluido en la Biblia a menos que fueran temas importantes. Al enseñar un libro de
principio a fin, usted está declarando todo el consejo de Dios (Hch. 20:27), y el
énfasis será Bíblico. Yo descubrí que, durante muchos años, el énfasis de mi
enseñanza no era verdaderamente Bíblico. Creo que usted al estudiar la palabra
descubrirá que la Biblia enfatiza lo que Dios ha hecho por el hombre. Que Dios es el
iniciador y el hombre le corresponde, ya que, el amor de Cristo nos compele. Dios
inició la relación entre Él y yo, por causa del gran amor que siente por mi. Yo
solamente le estoy correspondiendo a ese amor. Recordando mis sermones de
temas particulares, me di cuenta de que yo siempre estaba enfatizando lo que el
hombre debería estar haciendo por Dios. Eran sermones que trataban sobre el
caminar del creyente; cómo debiéramos estar orando más, cómo debiéramos dar
más, cómo debiéramos estar testificando más, cómo debiéramos alabar más a Dios.
Esto es frustrante, especialmente para la congregación. "¡Sí, yo sé que debo hacer
estas cosas, pero no sé cómo!". Ahora bien, si usted toma los versículos que por lo
general no se encuentran al principio de un capítulo, sino más adelante, donde
dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional", y no ha tocado antes esa gracia de Dios sobre la cual nos basamos para
poder saber todo lo que Dios ha llevado a cabo y hecho por nosotros, puede que el
compromiso solo sea una cuestión emocional del momento. Aquí estoy siendo
llamado a presentar mi cuerpo sin ningún fundamento para hacerlo. En las
Sagradas Escrituras, las exhortaciones que instan hacia un compromiso por lo
general incluyen las palabras: "así que", "digo pues", "por lo tanto" o "pues", etc..
Estas palabras nunca son el principio de un pensamiento, más bien son palabras
que exigen una respuesta a las afirmaciones o argumentos que les preceden. Pablo
no empezó el libro a los Romanos con el capítulo doce, empezó con el capítulo uno.
A través de todo el libro de Romanos hay una progresión natural de pensamiento,
hasta que finalmente se llega al capítulo doce, donde vemos que debido a que Dios
les ha llamado, justificado y glorificado; les ruega, por lo tanto, que le presenten
sus cuerpos a Él. Vea Efesios 1:3, Pablo inicia el capítulo diciendo: "Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo". Dios no ha bendecido y Pablo dedica
tres capítulos para hablarnos de todas estas bendiciones espirituales que poseemos
en Cristo. No es sino hasta que llega al capítulo cuatro que nuevamente usa la
palabra "pues" diciendo: "Yo pues, preso en el señor, os ruego que andéis como es
digno de la vocación con que fuisteis llamados". No es sino hasta el capítulo cinco,
que Pablo empieza a exhortar sobre cómo debe uno caminar en relación a la
familia, a la esposa, a los sirvientes y empleados, pero es sólo después de habernos
proporcionado la base de lo que Dios ya ha hecho por nosotros. Si a la gente solo
se le enfatiza lo que debieran estar haciendo por Dios, no se estará haciendo el
verdadero énfasis Bíblico. Como yo lo entiendo, la Biblia nos enseña que Dios es el
iniciador, Juan 3:16 dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su único hijo". Dios inició su amor hacía mí. Dios me tendió la mano, Dios inició mi
relación con él. Él me eligió en Cristo antes de la fundación del mundo. Dios lo inició
todo. Lo que debo hacer entonces, es corresponder a lo que Dios ha hecho. Cuando
usted enseñe a partir de esta sólida perspectiva Bíblica, descubrirá que cuando la
gente realmente empieza a comprender a Dios y lo que Él ha hecho por ellos, ellos
van a querer corresponderle. No habrá necesidad de rogarles para que hagan
trabajo voluntario, ellos van a trabajar voluntariamente por iniciativa propia. No
necesitará usar tretas para que den, ellos van a dar por que desean hacerlo. Ellos
quieren corresponderle a Dios. Cuando ellos realmente sepan quién es dios y lo que
Dios ha hecho por ellos, ellos le corresponderán. Yo he estado presente en servicios
donde se le anima a la gente a "alabar a Dios", para que Dios les bendiga, pues les
dicen: "Dios habita entre las alabanzas de su pueblo". En este caso se está diciendo
que el hombre es el iniciador, que se puede lograr que ocurran ciertas cosas entre
usted y Dios. Que lo único que hay que hacer es alabarle un poco y Él
corresponderá y empezará a bendecirle. La alabanza verdadera no es la que se
ofrece con el motivo de recibir una bendición. Si yo estoy alabando al Señor para
obtener una bendición, esta no es una alabanza auténtica. Esta es una actitud
egocéntrica pues el objeto de la alabanza soy yo, no Dios. La alabanza verdadera
en esa reacción automática de mi corazón al reconocer la gracia de Dios para
conmigo, cuando Dios acaba de hacer algo fantástico por mí, aunque yo haya
fallado miserablemente; y aún así Dios me concede una rica bendición a la cual mi
corazón responde: "¡Oh Dios, eres increíble! Me cuesta creer lo grande que es tu
amor y bondad". Esa es la forma más pura de alabanza, la que proviene
espontáneamente del corazón al reconocer la gracia de Dios en mi vida. Yo no alabo
a Dios para crear una atmósfera mediante la cual Dios descenderá y me bendecirá.
Mis alabanzas son una respuesta a las bendiciones que Dios me ha concedido. Dios
es el iniciador, el hombre es quién corresponde. El libro de primera de Pedro
comienza dando gracias a Dios, el cual "nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, no
contaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros que sois
guardados por el poder de Dios". Todo esto es obra de Dios, nosotros no tenemos
nada que ver con ello. Pedro nos habla de lo que Dios ya ha hecho. Gracias a Dios
que no ha hecho nacer de nuevo. ¿Dónde entramos nosotros? Pedro dice, "somos
guardados mediante la fe". Allí es donde nosotros entramos, con sólo creer que
Dios ha hecho todo esto por nosotros. En Juan 6:29, Jesús dijo "Esta es la obra de
Dios, que creáis en el que Él ha enviado". Sí, la intervención humana es importante,
pero debemos conocer a Dios y saber cómo responder a lo que Dios ya ha hecho.
La persona llegará a conocer estas cosas en forma natural, cuando se le enseña la
Biblia en forma sistemática de principio a fin. En esencia, entonces, la filosofía de
Calvary Chapel es el perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, instruyéndoles en la palabra hasta que lleguen a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una madurez plena, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Al observar tanto a la iglesia de
Jesucristo como a nuestra sociedad, encontrará que hay un espectro muy amplio de
gente con gustos muy variados. Por un lado tenemos a una iglesia de forma
litúrgica muy formal: el libro de oraciones, el hábito, el coro con sus cantos, el
incienso y las velas; cuando estar de pie, cuando arrodillarse, sentarse y responder.
Todo está estructurado para usted de antemano, es una forma muy ritualista,
formal y litúrgica de alabanza. Por otro lado tenemos un patrón donde no existe un
programa, hay gritos, vocerío, se habla en lenguas, la gente está en constante
movimiento y hay gente de pie aquí o allá. No hay un orden, no existe un esquema;
uno nunca sabe lo que va a suceder. Ahora bien, hay gente que sólo puede tener
una relación con Dios a través de una forma muy litúrgica. Les gustan los hábitos,
los cánticos y el aroma del incienso. Al estar allí sienten estar alabando a Dios y
cuando salen, tienen la sensación de haber estado en la presencia de Dios y les
encanta alabar al Señor de esta manera. Yo no dudo que algunas de estas personas
en verdad aman y alaban al Señor y tienen una relación con Él en esa forma
litúrgica. Por otro lado está la gente que es sumamente emocional, que a menos
que tenga una experiencia emocionalmente fuerte y experimenten sensaciones
físicas diversas, sienten que no han alabado al Señor de la manera correcta. De
hecho, con frecuencia salen de una iglesia en la que se enfatiza la enseñanza y
dicen, "Ese fue el servicio más muerto en el que he estado, no sé como pueden
beneficiarse oyendo a ese señor. Estaba tan apagado. ¿Por qué no hablaron en
lenguas?, ¿Por qué no hubo milagros?" Todo eso es una tendencia emocional.
Vienen para recibir una dosis de emoción y al experimentarla tienen la sensación de
haber alabado a Dios. Esa es la manera en que ellos se relacionan con Dios, una
forma emocional. Dios sabe que hay gente emocional y también sabe que hay
gente que tiende a la forma litúrgica, y Dios los ama a todos. Debido a esto, Dios
sabe que algunas personas sólo pueden tener una relación con Él en forma
litúrgica, por lo que Él tiene iglesias que practican la liturgia para que aquellas
personas que sólo pueden alabar a Dios litúrgicamente, se sientan cómodas
haciéndolo así. A la vez, como sabe que hay gente emocional y que sólo de esa
manera puede tener una relación con Él, tiene iglesias que alaban a Dios de una
manera muy emocional, a la que puedan asistir. Le doy gracias a Dios por estas
iglesias y veo su lugar en el cuerpo de Cristo. El vaivén del péndulo eclesiástico, por
lo tanto, se define por un lado con la iglesia altamente litúrgica y por el otro con la
iglesia no conformista experimental. Siguiendo el espectro a partir del lado litúrgico,
tenemos iglesias que enseñan la palabra de Dios, sus servicios son rituales hasta
cierto punto, es decir, usted puede saber lo que va a acontecer cada domingo. Esto
ha estado aconteciendo durante los últimos cien años y uno puede sentirse
bastante seguro, pues sabe que van a hacer un llamado para la alabanza, se
cantará el primer himno, los anuncios, luego el sermón, la bendición y luego el
momento de irse a casa. El sermón es una exposición de la palabra y hay una gran
cantidad de maestros doctos, pero desafortunadamente muchos de ellos niegan la
unción y el poder del Espíritu Santo, resultando en una ortodoxia muerta. Calvary
Chapel cree en la enseñanza de la palabra de Dios por medio del poder del Espíritu
de Dios, el cual transforma las vidas de la gente de Dios. Si se tiene sólo el énfasis
del Espíritu sin la Palabra y sin ningún fundamento en la Palabra, se estará llevando
a la gente sólo hacia experiencias superficiales. Si sólo se tiene la Palabra de Dios
sin el Espíritu, se estará llevando a la gente hacia la ortodoxia muerta. Se necesita
el poder del Espíritu Santo para que ocurran cambios, pero se necesita la Palabra
de Dios para darle sustancia y fundamento. La Palabra de Dios impartida por medio
del poder del Espíritu Santo, produce un cambio en la gente. Calvary Chapel
reconoce la necesidad del Espíritu Santo, pero también la necesidad de un
fundamento sólido y de la enseñanza de la Palabra. Sin embargo, para impartir la
Palabra de manera efectiva, se necesita la unción y el poder del Espíritu Santo, de
este modo la persona que imparte la Palabra de Dios usualmente está ejercitando
los dones: la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento y la profecía. Estos
dones pues, están operando en la vida del pastor al estar enseñando la Palabra de
Dios. Esta es la ubicación de Calvary Chapel en el espectro eclesiástico. Debido a
que nuestra sociedad ha cambiado drásticamente los últimos veinticinco años, nos
es necesario dividir el espectro eclesiástico en dos partes mediante una línea
perpendicular etiquetada: "Punto de Vista del Alto Mundo", en la parte superior y
"Punto de Vista del Bajo Mundo", en la parte inferior. El "Punto de Vista del Alto
Mundo", consiste en gente sumamente estructurada, muy organizada, que posee
programas altamente desarrollados. Cada cosa está en su lugar, todo encaja a la
perfección en este paquete perfectamente bien diseñado. El "Punto de Vista del
Bajo Mundo", es muy relajado e informal, tiene la actitud de que las cosas se
aceptan como vengan. En ambos lados de estos puntos de vista, existen aquellos
que son dependientes y aquellos que son independientes. Las personas que son
dependientes necesitan algo o alguien en quien apoyarse. Necesitan una iglesia que
enfatice su dependencia en la iglesia y la dependencia de la iglesia en ellos.
Tenemos también a los sumamente organizados y dependientes; y a los
sumamente organizados e independientes. Además tenemos a los informales
dependientes y a los informales independientes. La mayoría de las iglesias de hoy
en día caen en la categoría de las organizadas y muy dependientes. Están
estructuradas, desarrolladas y funcionando al nivel de "todos en el comité". Todos
saben cuál es su obligación. Esta iglesia dice: "Dependemos de ustedes, de sus
ofrendas y de su presencia. A la vez, ustedes dependen de nosotros para su vida
espiritual y salvación". Cuando usted falta a un servicio, la persona designada le
llama al día siguiente para ver si se encuentra bien y saber por qué faltó al servicio.
Que no se le ocurra a usted visitar otra iglesia, pues se le acusará de alejarse del
Señor. No siempre lo dicen, pero creen que su salvación depende de que usted
permanezca fiel a esa iglesia. Calvary Chapel, por otro lado, encaja en el área de
informal, relajada e independiente. Atraemos a gente más informal e
independiente, las personas por lo regular no tienen que apoyarse en nadie, ni
tampoco quieren que nadie se apoye en ellas. Pueden usar una camiseta, no llevar
corbata o si lo prefieren, vestir de traje y chaleco, a nadie le interesa como se vista
usted. Dado que las estructuras sociales que existen en los Estados Unidos hoy en
día, han cambiado tanto en los últimos años, el 90% de la gente de nuestro país
especialmente en el sur de California, al parecer, cabe en el molde de vida bastante
independiente e informal. Mientras que el 10% restante pertenece al molde y forma
organizada y dependiente. Esto se debe al gran cambio que han sufrido las
estructuras sociales de los Estados Unidos en los últimos años, las cuales se
desarrollan cada vez más en un nivel altamente técnico. Como resultado se tiene
un 90% de las iglesias pescando en este laguito del 10% de la gente y peleándose
por compartirlo. Luego esta Calvary Chapel y algunas otras pocas iglesias como
ella, pescando en el lago del 90%. Las iglesias del 90% vienen y nos preguntan qué
tácticas utilizamos para atraer a la gente. Estudian nuestras iglesias para encontrar
el origen de este fenómeno, y concluyen: "¡Ah! Es porque dejan a los jóvenes ir
descalzos a la iglesia. Esa es la clave." No se dan cuenta que la clave es que el
Espíritu Santo obra a través de la Palabra de Dios en las vidas de los creyentes y,
por lo tanto, no se conforman a seguir la forma de la iglesia tradicional. La gente no
se siente amenazada, saben que nadie los va a obligar, dándoles un libro de escuela
dominical diciendo: "¡Gracias a Dios, hermano! Ha venido tres domingos y
necesitamos que dé clases en la escuela dominical!". El servicio a Dios debe ser
espontáneo y sin presiones. Así sucede cuando se le corresponde a Dios de
corazón. La filosofía de Calvary Chapel es dar y ministrar, en lugar de tomar y
recibir ministerio. Hay muchos ministerios que existen para que se les ministre.
Constantemente nos hacen saber sus necesidades: "Necesitamos su apoyo para
que este ministerio continúe. Este ministerio depende de usted". Yo pienso que
cualquier ministerio que depende del hombre para su existencia y operación,
debería morir; y lo mejor que podemos hacer es dejar que muera. Calvary Chapel
existe para ministrar y nuestro énfasis está en dar: Dar y ministrar a la gente. Mi
esposa y yo, nos hicimos muy amigos de un hombre muy rico que asistía a Calvary
Chapel con regularidad. Él era vicepresidente de una compañía que fabrica
herramientas en Texas y además tenía negocios en la industria petrolera. Llegamos
a conocerlo muy bien. Cada vez que asistía al servicio le decía a su esposa, "Verás
que no va a pedir dinero". Con incomodidad esperaba el momento en que nosotros
le pidiéramos dinero. El domingo anterior al Día de Gracias, anuncié que teníamos
muchas razones por las cuales estar agradecidos de Dios y compartir el hecho de
que Dios había sido tan bueno con nosotros ese año. Además dije: "Sin embargo
hay algunas personas entre nosotros que están pasando por dificultades y no tienen
muchas razones por las cuales estar agradecidos". Cuando yo empecé a hablar de
los problemas que algunos tenían y de la situación económica difícil por la que
estaban pasando, este hombre le dio un codazo a su esposa y le dijo: "¡Por fin!
Sabía que tenían que tirar el anzuelo en algún momento". Sin embargo, concluí de
una manera que él no se esperaba. Dije: "Entonces, si usted tiene necesidades este
Día de Gracias y ésta pasando por problemas económicos, vea a nuestro pastor
asistente después del servicio y la iglesia con gusto le dará un pavo y todo lo que
necesite para la cena de acción de gracias. Sólo le rogamos a Dios que pasen un
Día de Gracias muy feliz". El hombre no podía dar crédito a lo que oía. Nosotros
sólo habíamos proseguido de acuerdo a la verdad contenida en las Escrituras,
cuando Jesús dijo: "Es mejor dar que recibir". Esa es nuestra filosofía: dar a la
gente la Palabra de Dios gratuitamente y dándonos nosotros mismos con
liberalidad, sirviendo a la gente. Caminar la segunda milla. De esa manera, el
ministro debe ministrar en vez de ser servido. En algún punto de la trayectoria ha
habido un intercambio de terminologías e ideas en el ministerio. La palabra
"ministro" realmente significa "sirviente", Josué era ministro de Moisés, es decir,
ministraba las necesidades de Moisés. Él era su mandadero. Este es el significado
de la palabra "ministro", sin embargo, no deja de sorprenderme cuánto se molestan
algunos ministros cuando alguien les pide que ministren las necesidades de la
congregación. "¿Puedes creerlo? Me llamó para pedirme que lo llevara a tal parte.
¿Qué no sabe que soy el "ministro" aquí?". Si usted es el ministro, el llamarle a
usted para que lo llevara, era lo correcto. Jesús dijo, "El que sea el principal entre
ustedes, sea servidor de todos". El ministro es un sirviente. Recuerde que fue Jesús
quien tomó la toalla y comenzó a lavarle los pies a sus discípulos. Ese era el trabajo
del sirviente, no del maestro. Los pies siempre estaban sucios debido a los caminos
polvorientos y el uso de sandalias. En aquel tiempo, cuando alguien entraba en la
casa, el sirviente más inferior de la casa tenía la obligación de venir, quitarle las
sandalias al visitante en la puerta y lavarle los pies en un plato hondo con agua.
Ese es el papel que Jesús eligió y nos ilustró con su ejemplo en la Última Cena.
Jesús le dijo a sus discípulos: "¿Veis lo que he hecho con vosotros? Si yo, siendo el
Señor he lavado vuestros pies, así mismo vosotros debéis lavaros los pies los unos
a los otros". En otras palabras, la idea es que debemos ser siervos y debemos
pensar que el ministerio es un servicio. El libro "The Jesus Style" (Cómo Vivir al
Estilo de Jesús), escrito por Gayle Erwin, puede informarle respecto al verdadero
servicio cristiano y lo que debiera ser el ministerio. Toda la iglesia, empezando por
el pastor, está aquí para ministrar las necesidades de otros. No estamos aquí para
ser servidos. No buscamos que la gente nos sirva, sino que buscamos maneras en
que podamos servirles a ellos. La filosofía de Calvary Chapel es ver el cuerpo
completo de Cristo. Nuestra iglesia abarca una pequeña área del espectro. El área
que Dios nos han llamado a llenar y estamos llenando una pequeña área del
espectro que Dios nos ha llamado a llenar y queremos ser fieles a ese llamado. Nos
esforzamos por ver a la Iglesia como el Cuerpo completo de Cristo, siendo el
propósito de todo el Cuerpo tener una relación personal con Jesucristo. Por lo tanto,
si hay algún lugar en el que pudiera haber conflicto con otros en el Cuerpo de Cristo
es precisamente en este punto, donde no estén guiando a la gente hacia una
relación personal con Jesucristo. Esto puede parecerles raro a algunas personas,
pero desafortunadamente hay iglesias que han llegado al punto que ya no están
llevando a la gente hacia una relación personal con Cristo. Las iglesias que nos
dedicamos a traer a la gente a los pies de Jesucristo, no debemos pelear entre
nosotros. Ese no es nuestro propósito, más bien debemos pelear contra el diablo y
proclamar a Jesucristo. Jesús les dijo a sus discípulos: "Recibirán poder cuando el
Espíritu descienda sobre ustedes y me serán testigos en Jerusalén, Judea y
Samaria, hasta las partes más remotas de la tierra". El testimonio acerca de Jesús
debía comenzar en Jerusalén, el cual fue muy efectivo. Pocos meses después del
nacimiento de la iglesia los discípulos fueron llevados a la corte y los cargos contra
ellos fueron: "Han llenado la ciudad con la doctrina de este hombre, Jesús". Esa fue
una iglesia exitosa. Ojalá Dios quisiera que fuésemos llevados a la corte y los
cargos en nuestra contra fueran que hemos invadido la ciudad con la doctrina de
Jesucristo. La persecución había dispersado a la iglesia de Jesucristo por toda
Judea, y dondequiera que iban predicaban a Cristo. Leemos que Felipe fue a
Samaria anunciando el Evangelio de Jesucristo a los Samaritanos, se nos dice que
muchos de ellos creyeron y fueron bautizados cuando vieron los milagros que Felipe
hacía. Luego leemos que el Espíritu Santo dijo: "Aparten a Pablo y Bernabé para el
ministerio a que los he llamado". Y ellos ayunaron y oraron poniendo sus manos
sobre ellos y así Pablo y Bernabé salieron hacia la isla de Chipre. Más tarde Pablo
llevó el evangelio a Asia Menor, Roma, Grecia y Macedonia. Tomás llevó el evangelio
a la India. Tan sólo treinta años después del nacimiento de la iglesia, Pablo le
escribió a la iglesia de los Colosenses diciendo: "La palabra del evangelio les ha
llegado a ustedes como a todo el mundo". En sólo treinta años los discípulos habían
propagado el mensaje por todo el mundo. En 1965 iniciamos Calvary Chapel con
sólo veinticinco personas y yo me propuse hacer de esas veinticinco personas, las
gentes mejor preparadas en lo que se refiere a la Palabra de Dios. Empecé
dándoles clases cinco noches por semana: dos noches en la iglesia, tres noches en
los estudios Bíblicos en los hogares. Una noche por semana, los sábados en la
noche, tenía reunión de oración con los hombres. Tomamos como guía Hechos
capítulo 2: "Continuaban unánimes en la doctrina de los apóstoles, en hermandad
partiendo el pan, y en oración". Así pues, decidimos que estos serían los elementos
esenciales de nuestra alabanza y compañerismo. El énfasis se pondría en la
enseñanza de la Palabra, la doctrina de los apóstoles. Impartiríamos la doctrina
sólida contenida en la Escritura. Les instruiríamos acerca de Dios. Les enseñaríamos
sobre Jesucristo, el Espíritu Santo, el hombre y el pecado. Les enseñaríamos lo que
es la salvación y sobre la segunda venida de Cristo. Doctrina sólida. La doctrina de
los apóstoles. Empezamos a desarrollar el compañerismo, la Koinonía, por medio
del cual nos convertimos en una unidad integrada y comenzamos a servirnos los
unos a los otros, tanto en el sentido físico como espiritual. Orando unos por otros,
uniendo nuestras vidas en oración y ayudándonos unos a otros en el sentido físico.
Si alguno del grupo tenía alguna necesidad, todos juntos acudíamos a ayudarle,
creando un compañerismo fuerte. También al reunirnos en los estudios bíblicos
partíamos el pan. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se nos dice que
haciendo estas cosas se añadían diariamente a la iglesia los que habrían de ser
salvos. Al empezar a enseñar a la gente, la congregación empezó a unirse. Existía
unidad, compartiendo en oración, en amor y apoyo. Al empezar a partir el pan
juntos, al alabar al Señor juntos, recordando a Jesús quien murió por nosotros y al
empezar a orar juntos, el grupo empezó a crecer. Mi esposa dirigía una reunión de
oración para mujeres en la comunidad durante la semana y yo una para los
hombres los Sábados por la noche. También teníamos un grupo de hombres
designados como ancianos, para visitar a los enfermos y orar por ellos. Al llevar a
cabo fielmente estas cosas, nos encontramos con que el Señor, empezó a añadir
diariamente a la iglesia a aquellos que habían de ser salvos. En seis meses
aumentamos a cincuenta personas, al año teníamos cien. A los dieciocho meses ya
estábamos buscando otro edificio, porque nuestra pequeña iglesia estaba saturada.
Se nos había prometido un local, una iglesia Luterana cuya congregación estaba
construyendo un nuevo edificio, pero se retrasaron sus planes. Por lo tanto
empezamos a reunirnos en ese lugar los domingos por la tarde, esperando
pacientemente a que llegara el momento en que esa iglesia pudiera ser nuestra.
Esperamos durante dos años y el crecimiento de la congregación continuaba, al
grado de llenar también la iglesia Luterana. Así que para cuando pudimos
cambiarnos a la iglesia Luterana ya éramos demasiados como para caber en ella.
En lugar de comprar aquella iglesia construimos nuestro propio edificio y
permanecimos en él durante dos años, hasta que por estar tan amontonados
tuvimos que mudarnos a una carpa. Mientras construíamos nuestro santuario
nuevo, tuvimos que modificar los planos arquitectónicos tres veces para agrandarlo.
Crecimos tan rápidamente que el arquitecto no alcanzaba a completar un juego de
planos cuando la cantidad de personas en la iglesia ya excedía la capacidad del
santuario. Cuando por fin abrimos las puertas, tuvimos que empezar con dos
servicios dominicales matutinos. Esto sólo duró por dos semanas, pues tuvimos que
agregar un servicio más. Entonces al crecer y cubrir Jerusalén, nos empezamos a
extender a Judea. Mi hijo Chuck Jr., junto con Greg Laurie, Jeff Johnson, Mike
MacIntosh, Raúl Ries y John Courson iniciaron estudios bíblicos y congregaciones en
toda California. De Judea nos extendimos a Samaria, al establecer otras iglesias de
Calvary Chapel en Washington, Oregon, Florida, Kansas, Nueva York, Pennsylvania,
Illinois, Nuevo México y Washington D.C.. Ahora ya estamos en las partes más
remotas de la tierra: Inglaterra, Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Alemania,
Suiza, Japón, Singapur, Hong Kong, Taiwan, Filipinas, Tailandia, India, Egipto,
Uganda, México, Colombia, Perú, Chile, San Salvador, Guatemala y otros lugares. Si
acaso el Señor retrasa su venida, ¿continuaremos viendo este tipo de crecimiento
explosivo? Esto puede suceder si permanecemos tranquilos y dejamos que el
Espíritu Santo nos dirija. Permita que el Espíritu se mueva, no trate de organizar
demasiado las cosas, deje que Dios se encargue de eso. Solamente enseñe la
palabra de Dios, motive a la gente a tener una relación amorosa con Jesucristo y
unos con otros, celebrando la comunión (santa cena) con ellos. Cuando Dios
estableció la nación de Israel, la forma de gobierno que impuso fue una Teocracia;
es decir, debían ser regidos por Dios. No debían ser como otras naciones que tenían
un rey que las gobernaba. Debía ser una nación distinta por el hecho de ser regida
por Dios. El día triste en su historia fue cuando el pueblo vino a Samuel y le dijo:
"Queremos tener un rey sobre nosotros como las otras naciones". Dios estableció a
la nación de Israel como Teocracia, pero llamó a Moisés para que fuera su líder
terrenal. Dios guió al pueblo por medio de Moisés. Dios eligió a Moisés como el
instrumento para guiar a la gente, y la gente así lo reconoció. Cuando la situación
se torno difícil para Moisés y las responsabilidades se hicieron demasiado grandes,
él reunió a setenta de los ancianos de Israel, representantes de las doce tribus y el
Espíritu de Dios, que estaba sobre Moisés, vino sobre ellos también y empezaron a
gobernar con Moisés. Sin embargo, cuando alguien del pueblo traía un asunto ante
uno de los ancianos y se encontraba, que por ser un caso complicado, no lo podían
resolver; entonces se llevaba el asunto ante Moisés, él se lo presentaba a Dios y
Dios le daba la solución. Invirtiendo el proceso, Moisés les hacía saber la respuesta
a los ancianos, quienes a su vez la transmitían al pueblo. Aarón y el sacerdocio de
Leví también estaban bajo la autoridad de Moisés, los cuales supervisaban los
aspectos espirituales del pueblo. De esa forma, mientras los ancianos estaban
administrando las disputas y diferencias legales y comerciales de la gente, los
sacerdotes administraban los aspectos espirituales del pueblo. El diagrama
siguiente representa el tipo de gobierno que Dios estableció con su nación, Israel.
Un diagrama que Calvary Chapel entiende como el equivalente al gobierno de Dios
con la iglesia en el Nuevo Testamento. Sentimos que esta es la forma de gobierno
que Dios desea para su iglesia. Jesucristo es la cabeza del cuerpo, la iglesia. El
estableció el "episkopas" u obispo, a quien llamamos pastor, el cual es responsable
ante Jesús y tiene la responsabilidad de guiar y dirigir el ministerio de la iglesia
local, siendo guiado directamente por Jesucristo. En algunos casos bajo la autoridad
del pastor hay pastores asistentes, los cuales equivalen a los sacerdotes bajo la
administración de Moisés. También se tiene una junta de ancianos, quienes discuten
y deciden los asuntos de negocios de la iglesia; el gasto de los fondos de la iglesia,
la solicitud de ayuda que proviene de varios grupos misioneros y ministerios. Las
reuniones de la junta siempre deben iniciarse con oración. Cuando se presenta una
situación en la que debe haber una votación, deben orar aparte antes de votar.
Deben pedirle al Señor que les muestre lo que él quiere que se haga. La dirección
del Señor es necesaria en todas las cosas. Los pastores asistentes supervisan varios
aspectos de la iglesia en el sentido espiritual, tales como: Grupos de estudiantes de
secundaria, adultos solteros, matrimonios y grupos de interés especial. Cuando
ellos enfrentan situaciones que no pueden resolver, deben consultar con el pastor
quien al igual que ellos debe estar solicitando el consejo de Dios. Si algún miembro
de la iglesia recurre a un miembro de la junta para tratar sobre algo que le parece
que la iglesia debiera estar haciendo, el asunto se le presenta a la junta de
ancianos. Luego de orar, lo discutimos juntos y con frecuencia la junta me
pregunta: "¿Chuck, qué crees tú que se debe hacer?" La junta reconoce que Dios
me ha llamado a ser el pastor de la iglesia. El que atiende al rebaño. En Calvary
Chapel el pastor no es asalariado. Hay muchas iglesias que tienen pastor a cambio
de un sueldo. La junta lo emplea y puede despedirlo. Es asalariado y totalmente
responsable de llevar a cabo los deseos de la junta pues ellos gobiernan la iglesia.
Con frecuencia estos hombres son hombres de negocios, no los más espirituales de
la iglesia. En este caso la iglesia pasa a ser gobernada por hombres en lugar de ser
gobernada por Cristo. Sin embargo, existen peligros en la forma de gobierno
teocrático. Principalmente porque hay pastores que desobedecen al Señor, cuando
nos dice que el principal de todos, debe ser servidor de todos. Hay pastores que
han abusado de su posición. No dan cuentas claras de las cuestiones financieras de
la iglesia a la junta de ancianos. No buscan el consejo ni guía de la junta antes de
tomar decisiones importantes que son de trascendencia para la función de la
iglesia. Quieren tener control absoluto. Cuando se presentan asuntos en nuestra
junta, antes de tomar una decisión, invariablemente me preguntan que es lo que
pienso respecto al asunto en particular. Respetan el hecho de que Dios me ha
llamado, ha edificado este ministerio y me está usando como su instrumento.
Muchas veces no opino, y solamente digo: "Amigos, no tengo opinión al respecto,
oremos y busquemos la voluntad del Señor". Yo les dejo que sigan adelante y
tomen las decisiones sin ninguna intervención mía alguna. Otras veces tengo
sentimientos muy claros al respecto y los expreso: "Siento que esto es lo que el
Señor querría que hiciéramos. He estado orando y realmente creo que esto es lo
que Dios quiere que hagamos". El voto de estos hombres siempre se encamina
hacia lo que yo decido pues ellos reconocen la unción de Dios en mi vida. Soy
honesto y muy claro con estos hombres. No los manipulo, ni tampoco trato de
acaparar el escenario yo solo. Somos muy claros y abiertos en nuestras discusiones
y en los asuntos que se presentan. Ellos respetan la integridad y dirección que Dios
ha puesto en mi vida, pero sin lugar a dudas el Señor es, definitivamente, la
Cabeza del Cuerpo de la Iglesia. Yo sólo soy un siervo para ejecutar sus órdenes. Es
importante que exista una junta de ancianos, pero no se debe organizar
precipitadamente. Al iniciar una nueva obra, la Biblia dice que no se deben de
imponer las manos precipitadamente. Uno debe conocer bien a los hombres que se
escojan para ser miembros de la junta o mesa directiva. Cuando estoy buscando
miembros para la junta, los busco en la reunión de oración los sábados, son
hombres que han orado conmigo durante años; hombres que buscan el consejo y la
dirección de Dios al mismo tiempo que yo busco el consejo y la dirección de Dios.
Hombres que son fieles en la reunión de oración los sábados conmigo. Mencioné
que es importante no nombrar la junta precipitadamente. Hay un caso que
mencionar para ilustrar este punto: El hombre que está a cargo de la congregación
Coreana en nuestra iglesia, es médico. No recibía salario a cambio de su servicio a
la congregación Coreana. El se gana la vida como Pediatra y especialista en
alergias. Esta congregación estaba creciendo mucho, así que dijeron: "Necesitamos
nombrar una junta de ancianos para la congregación Coreana". Así pues, este
hombre designó a algunos miembros, me pidió que asistiera al servicio para
imponerles las manos y así lo hice. Esa misma semana en la que se les habían
impuesto las manos y orado por ellos al ser nombrados como miembros de la junta,
llevaron a cabo una reunión en la que le pidieron al pastor que renunciara. Le
dijeron lo siguiente: "Renuncie a su práctica como médico o renuncie como pastor.
Sentimos que nos hace falta un pastor de tiempo completo y su práctica le está
alejando del ministerio". El estaba desecho, no sabía que hacer. Me preguntó mi
opinión y yo le dije: "despide a la junta de anciano, Dios te ha llamado para ser el
pastor de esa congregación, no la mesa directiva. Despídelos". Así, los instituimos
una semana y los destituimos a la siguiente. Ese es sólo uno de tantos problemas
que pueden presentarse si no se ha orado en verdadera unidad y no se conoce a los
hombres que se tienen sirviendo en la junta con usted. Por otro lado, es necesario
que haya una junta de ancianos constituida por hombres en los cuales se pueda
depender, para protección del pastor, porque hay decisiones que se van a tomar,
que no van a ser aceptadas por todos. Decisiones que crearán divisiones dentro del
cuerpo de la iglesia si usted las toma por sí solo. Hace algunos años yo era pastor
en Tucson, Arizona; donde cada año organizábamos un día de campo en el monte
llamado Lemon, el día 4 de Julio. Había un área preciosa designada para
campamento público en este monte. Tenía cancha de Béisbol, Fútbol, baños, etc..
Siempre que íbamos jugábamos pelota y luego compartíamos la comida, era una
convivencia muy especial. Cierto hombre que asistía a la iglesia, el tipo de persona
hiperquinética, super espiritual. Él y un grupo de personas vinieron a verme. Este
hombre era dueño de un terreno de aproximadamente una hectárea de superficie
en la parte alta de ese monte y decía que sería bueno hacer el día de campo de la
iglesia en su propiedad. Sin embargo, él no tenía instalaciones de agua ni baños. Él
sugería que pasáramos todo el día en oración allá. "¿No sería mejor pasar el día en
oración y esperando en Dios, que llevando a cabo actividades frívolas como el juego
de pelota?". Así, convenció a un grupo de que pasarán un 4 de Julio espiritual.
Todos iríamos a su propiedad a orar. Otros dijeron: "Si van a su propiedad, nosotros
no vamos. No vamos a permitir que nuestros hijos vayan a un lugar donde no haya
baños". El grupo super espiritual contestó: "Si van al campamento público, nosotros
no vamos pues no vamos a exponer a nuestros niños al relajo de este fin de
semana en un lugar así". Todos vinieron a verme y me dijeron: "¿A dónde vamos a
ir?". Era una situación difícil. Cualquier opción me iba a dar como resultado un
grupo de enemigos. Y les respondí: "Vamos a orar y en la junta de ancianos
decidiremos a dónde iremos". Llevamos a cabo la junta y decidieron que no tenía
caso ir a un lugar en donde no hubiera instalaciones adecuadas con ciento
cincuenta personas. "Iremos al campo público". A mí me pareció una sabia
decisión, pero que fue tomada técnicamente por la junta. Cuando anuncié lo que la
junta había decidido, estas personas super espirituales me llamaron muy molestas.
Yo les dije: "Sería emocionante llevar a cabo un día de oración. Debemos planearlo
para otra ocasión, pero por el momento, la junta tomó esta decisión". Como ven,
aun así pude servirles. No hubo polarización en contra mía, sino en contra de la
junta. Entonces la junta está allí para la protección del pastor, como un
amortiguador, colocado entre usted y la gente cuando se toman decisiones difíciles
que no siempre son aceptadas por todos. La junta puede evitar que usted sea
alejado de su congregación y le permite seguir ministrándoles. Ella lleva acabo una
función muy importante dentro de la iglesia. Me parece que en cuanto haya
hombres que califiquen para ese cargo, se debe nombrar una para que supervise
las operaciones y los gastos además de tomar las decisiones necesarias. En
conclusión, creo que Calvary Chapel posee una base bíblica sólida y una
comprensión balanceada de la iglesia, una función en el mundo y su dependencia
total en la dirección y liderazgo del Espíritu Santo de Dios para su éxito, al
fielmente proclamar las Buenas Nuevas de la cruz de Jesucristo y la esperanza de
salvación por medio de él solamente. "Porque como desciende de los cielos la lluvia
y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y
da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi
boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en
aquello para que la envié". Isaías 55:10-11

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