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EL ESPEJO DE LA LUZ

De los Apuntes de
Rodney Collin

“El Hará brillar tu rectitud y tu justicia como brilla el sol de mediodía.”. SALMO 37. 6.
INTRODUCCIÓN

Vivimos nuestra vida reflejada en un espejo, el espejo de la existencia donde todo se


reflexiona, todo se invierte. Cuando vivimos una escena nuestro cerebro recibe e
interpreta la misma de forma invertida. Los rayos salen, se cruzan y se reciben en
orden inverso. Lo que experimentamos se invierte en el punto donde dos líneas se
cruzan; si podemos entenderlo, nos daremos cuenta que de momento en momento
nos encontramos en una encrucijada donde lo vivido es el reflejo de lo que somos
internamente. La realidad que vivimos da lugar a nuestros pensamientos, y creemos
que es efecto de una causa externa, mas en realidad, son simultáneos, la causa-
efecto. Para nosotros, la física es más real que lo espiritual. Lo que nuestros sentidos
perciben lo llamamos objetivo, mientras que todo lo que es imperceptible a nuestros
sentidos físicos lo llamamos irreal, imaginario o subjetivo. Creemos que sembrar y
cosechar son esencialmente diferentes y no comprendemos que son el mismo
proceso. Consideramos a el nacimiento y la muerte como opuestos y contrarios y
hemos olvidado por completo que en el mismo punto donde se muere se da la
concepción y consecuentemente el nacimiento.
La vida que vivimos, el mundo en que vivimos, es un espejismo. Si entendemos el
espejismo comprenderemos el milagro. Debemos estudiar más sobre el espejo, sobre
la reflexión. Esta es la clave del libro que pronto será escrito.
Rodney Collin, 1955

I
Cada cuerpo vivo emite irradiaciones. Estas son eléctricas. Siempre que se toca algo
se recoge irradiaciones. Nos seria más fácil entender si recordamos la idea del espejo.
Todo lo refleja. Lugares donde las personas han tenido fuertes emociones están llenas
de fuertes irradiaciones, ya sean negativas o positivas. Objetos inanimados reflejan
las irradiaciones de los seres vivos.
Existe una excepción a esto. En materia ultra pesada la energía se ha condensado a
tal punto que finalmente escapa. El Material Ultra-pesado es un asunto peligroso,
porque en lugar de reflejar las irradiaciones, las emite. La tierra necesita un mínimo
de material emisor de radiaciones, pero los hombres están acumulando demasiado de
él. Es por ello que este es un tiempo kairós, un momento de oportunidad excepcional
para aquellos que quieran adquirir la voluntad, el amor y la conciencia. Un gran
cambio se avecina en el que se debe lograr un equilibrio entre las fuerzas positivas y
negativas. Las irradiaciones positivas emitidas por las personas de buena voluntad
recogen las irradiaciones neutrales emitidas por la materia ultra-pesada que se
transforman en una barrera protectora como cierta gelatina que absorbe y neutraliza
las irradiaciones negativas. Estamos en todo momento proyectando, ya sea
positividad o negatividad. Proyectamos todo el tiempo, unas u otras negatividad o
seguridad. A las irradiaciones positivas se añaden las irradiaciones neutrales, y se
añaden en proporción directa a su fuerza; entre mas fuerte la positividad más se le
añade las irradiaciones neutrales.
No importa lo que pensamos acerca de las otras personas, pero si importa lo que
proyectamos. Pensar bien o mal de las demás personas no las afecta, ni ayuda ni
perjudica. Pero no nos damos cuenta de cuánto nuestras proyecciones pueden afectar
a los demás.
Si uno dice por ejemplo: “Ese es un ridículo", esto no le causa ningún daño. Pero si
uno dice: 'Te quiero' con un sentimiento negativo, si que hará daño. No nos damos
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cuenta de la responsabilidad que tenemos para todo lo que proyectamos. Hemos de
proyectar positividad. Si la Negatividad fluye fuera de nosotros afectara a otras
personas. Sera algo que afecte a miles de personas en todo el mundo. Más si tenemos
pensamientos y emociones positivas, al irradiarlas, ayudaran, no sólo nosotros
mismos, sino también a otras personas, en todo el mundo. Debemos ser muy
cuidadosos para proyectar sinceridad y fuerza. Si proyectamos irradiaciones positivas
podremos ayudar a Dios en su trabajo. Aquellos que han visto la verdad irradian
bondad; es increíble ver que tan fuertes son estas irradiaciones y que grande es el
alcance que pueden tener.
Somos como las radios. En el momento en que somos negativos, es posible que
sintonicemos y acumulemos la negatividad de alguien, que puede estar a miles de
millas de distancia, y que ha sido negativo durante años. Hay muchas, muchas
diferentes longitudes de onda, pero siempre hay alguien que tiene la misma longitud
de onda con la que vibramos, así que de esta manera nos dejamos afectar y
afectamos consecutivamente a los demás. Esa es una razón por la que es tan
necesario esforzarnos para no caer en la negatividad, con el fin de no recoger la
negatividad de otras personas y añadirla a la nuestra. Y considerar la responsabilidad
de emitir negatividad a otra persona. Podría ser alguien que se acaba de salir de un
estado negativo y que nosotros la empujemos de nuevo al mismo por nuestra
negatividad. Existen personalidades que se forman de manera que recogen
mecánicamente la negatividad y otros la vibraciones positivas, por lo que no podemos
juzgarlos. Sólo debemos tener cuidado de no enviar vibraciones negativas y en su
lugar estar en un estado activo para irradiar vibraciones positivas.
Cuando estamos en armonía unos con otros se produce una muy alta energía que va
a cientos de millas de distancia a las personas que lo necesitan. Si no logramos un
estado de conciencia armonioso o el equilibrio dentro de nosotros no podemos
proyectar positividad. Las irradiaciones positivas se realizan por la voluntad. Cuando
hayamos encontrado nuestro “yo” verdadero seremos capaces de irradiar positividad.
Podemos encontrar pruebas de la fuerza de nuestras irradiaciones en la forma en
que puede cambiar el clima. A veces en una sequía las personas se reúnen para
llevan la imagen de un santo en una procesión y le rezan a él para que. Cuando viene
la lluvia, parece que el santo ha obrado un milagro. En realidad la fuerza de sus
irradiaciones concentradas ha cambiado la presión atmosférica y la humedad
permitiendo que se precipitara la lluvia. Las personas con fe, sabían de esto hace
mucho tiempo por la experiencia y la ciencia está empezando a encontrar pruebas de
esto.
Una unidad de positividad se proyecta a un centenar de veces la misma, pero una
unidad de negatividad se proyecta a un millar. Cuando se refleja, cada una se ve
magnificada. Así que, cuando transformamos la negatividad en positividad, el
resultado es que se proyecta a dos mil veces dicha fuerza. La negatividad es mucho
más fuerte y al ser transformada aumenta la fuerza positiva. Bendice la negatividad,
agradece y de esta forma se transformara en positividad. Como usar los
pensamientos negativos depende del nivel de persona que se es. Una persona de bajo
nivel utiliza la negatividad, en una forma muy baja, una de un nivel superior puede
convertir la negatividad en una fuerza positiva. Si somos absolutamente positivos
podremos convertir las irradiaciones negativas en una tremenda fuerza. Tenemos
primero que aprender a recogerlas con la atención. Para transformar las irradiaciones
negativas en positivas tenemos que ser totalmente positivos nosotros mismos. Si
dudamos, siquiera por un segundo, no se puede hacer nada porque ya somos
negativos. Si vemos algo desagradable o espantoso debemos encontrar algo gracioso
en eso y reírnos, y si otras personas están siendo afectadas por lo desagradable,
mostrémosles el lado gracioso del asunto. Si vemos a alguien reaccionar

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negativamente tenemos que tratar de ser positivos y sonreír para que los demás no
se lleven una impresión negativa de lo que sea. Por esto es que es posible recoger
energía en una película cuando toda la audiencia se espanta al presenciar una escena
de asesinato. Tenemos que ser lo suficientemente fuertes como para no dejar que la
negatividad nos afecte y terminemos identificándonos aumentando nuestra
negatividad. Así es como llegamos a ser mas fuertes transformando las irradiaciones
negativas. Una vez que empezamos a transformarlas podemos mantener el proceso,
que sigue girando, casi por sí mismo. Si se puede ser positivo durante una hora y
luego otra hora y, a continuación, una hora más se irán purificando nuestros instintos
y reacciones. Cuando se captura un mal pensamiento en nosotros mismos podemos
reflexionarlo, comprenderlo, cambiarlo y convertirlo en un buen pensamiento mucho
más fuerte. Si somos totalmente positivos podemos llegar a contrarrestar cualquier
mal pensamiento de otra persona, no importa lo negativo que sea, podemos llegar y
transformarlo en una fuerza positiva que afectara hasta la misma persona.
Estamos conectados con todo el mundo y nos hemos reunido o hablado en el
anfiteatro, porque les han llegado de nosotros mismos nuestras irradiaciones. No es lo
que se haga o promocione aparentemente, sino son nuestras irradiaciones lo que
importa. Nuestras reacciones son físicas, y tenemos que esforzarnos porque sean
positivas. Si nos consideramos o nos compadecemos de nosotros mismos todo el
asunto sale mal. Si nos olvidamos de nosotros mismos lo podremos hacer
correctamente. No podemos amar a todos, pero si estamos aquí para proyectar la
armonía. Si tenemos armonía crecemos. Para reunir Positividad debemos amar a las
personas, amar de verdad. Tan solo proyecte amor, consideración. Todo el mundo está
necesitando amor, es alimento espiritual. Cuando amamos a las personas les damos
nuestra carne y sangre. Nuestra sangre y carne son nuestras emanaciones, son el
vehiculó de nuestro verdadero yo. Porque el amor no es una emoción, ni una
sensación, ni una idea; es el tipo particular de
Irradiación, que sólo un determinado tipo de acción puede producir en nosotros. Si
una persona siente afecto por alguien, pero es demasiado pasiva o perezosa para
ayudarle, él no le ama. Por otro lado, una persona puede sentirse muy irritada con
alguien, pero si a pesar de su impaciencia, hace un esfuerzo para ayudarle, realmente
le esta amando. Él le proyecta irradiaciones que probablemente son de más ayuda
que su acción, pero que sólo pueden ser puestas en marcha si lo hace con la intención
de ayudar. La única manera de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos es
aprender a ponerse en contacto con Dios. Así tendremos la gracia de amar a nuestros
vecinos y a nosotros mismos.
Todas las funciones son biológicas. Asó que en nuestro cuerpo, las emociones tienen
una base biológica. Existen dos tipos de negatividad. La que viene del interior, es lo
que se llama mezquindad, lo que es malo. Pero la negatividad que viene de fuera es
una reacción, lo que no es malo. A menudo cuando reaccionamos irritablemente es
porque tenemos una acumulación en el cuerpo de agregados negativos y se da por la
necesidad de ser eliminados. Tenemos que tener la eliminación de estos ácidos, al
menos una vez a la semana, en la ira o en las lágrimas o la risa fuerte. El error es
cuando nos identificamos con estas eliminaciones y las mezclamos con las
sensaciones. Es un error para cualquier persona, detener este tipo de eliminación, de
la misma manera que haría daño reprimir el proceso de eliminación orgánico de los
excrementos. Los bebés son muy sabios, que saben acerca de esto. Lloraran hasta
que se les ponga roja la cara. Las madres no deben recogerlos hasta que hayan
terminado, aunque no debe permitir que sigan llorando o se forma el hábito. Debemos
aprender a deshacernos de nuestros residuos emocionales. Una vez por semana se
debe correr, gritar, reír, llorar, sacar estos residuos fuera de nosotros. Tenemos que
deshacernos de nuestras reacciones físicas, pero no contra otras personas. Tenemos

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que reconocer la diferencia entre las reacciones físicas, y las sensaciones o
sentimientos. No debemos dañar a nadie; aparte de esto, no importa la forma en que
nos deshagamos de nuestros residuos emocionales. Cuando los hayamos eliminado
estaremos limpios.
El aseo de la parte exterior facilita la limpia de nuestro interior. Con el aseo de los
poros de la piel quedan dispuestos a deshacerse de muchos residuos y estaremos
más sanos. La Limpieza depende de cómo nos criaron. Tenemos que ser limpios como
una base, para ser viriles y fuertes. Nuestras casas deben estar limpias. Hay un dicho
ruso: “Cuando hay suciedad hay maldad". Dios sólo entra en las cosas limpias.
Cuando entendemos la limpieza, tenemos que cultivar la pulcritud. Debemos ser
siempre conscientes de la limpieza, ya que ayuda mucho con el respeto de sí mismo.
Después de la limpieza viene la vitalidad, la inteligencia, una combinación de calidad,
adaptabilidad y moda que está al alcance de todos con gusto e inteligencia. No
necesariamente significa estar vestidos con la última moda, que a menudo, significa
hacer el ridículo con la intensión de no quedar en ridículo.
En ocasiones en lugar de decir: “Me siento perezoso el día de hoy”, nos dirigimos
hacia nuestro letargo positivamente diciendo: “Voy hacer algo para salir de esta
pereza”, y nos encontramos con que tenemos más energía de la que pensábamos.
Tenemos que tratar de convertir nuestra negatividad en positividad. Debemos hacer
todo positivamente por nuestro deseo, por nuestra fuerza, por nuestros esfuerzos. Si
hay una persona que está deprimida en una reunión, puede suceder que todos caigan
en la depresión. Pero si llegamos y nos decimos a nosotros mismos: “Esta situación no
puede continuar. Yo soy fuerte, puedo cambiarlo siendo positivo", entonces la
atmósfera en la sala va a cambiar. No debemos permitir que gane la negatividad. La
persona más fuerte gana. Si la persona más fuerte proyecta negatividad, la
negatividad gana. Cualquiera que sea más fuerte afecta a los más débiles. Una
muchedumbre puede estar en el borde del pánico y una persona fuerte, proyectando
confianza, puede pararla. En un grupo de personas que están tratando trabajar, una
persona puede elevar el nivel de todos. Nunca podemos tener la excusa de que hay
algunos en el grupo que mantienen el conjunto en un nivel bajo, porque una persona
puede cambiar al resto -una sola persona-. Supongamos que entramos en una
habitación y encontramos a cuatro personas peleando. Vas a uno de ellos y le dices
'hola'. Usted puede decirlo de una manera tal que cambie su humor. Luego vamos a la
siguiente, le saludamos e incluso le sonreímos. Si usted es lo suficientemente fuerte y
positivo, usted le va a cambiar, y así sucesivamente con todos los cuatro. La gente no
puede ser negativa en presencia de alguien que es realmente positivo.
La Negatividad surge cuando sentimos o vemos algo feo o sucio o malo y lo dejamos
entrar en nosotros. Debemos reconocer y medir la negatividad pero no dejar que
entre en nosotros. Si evitamos que la negatividad entre en nuestro interior, se ira
reduciendo hasta desaparecer.
Nunca debemos estar deprimidos acerca de las cosas que nos han sucedido, que nos
parece que eran malas. Nada es malo en sí mismo. La vida es una escalera, hay que
poner los pies en cada peldaño e irlos trascendiendo. Lo malo es un peldaño que esta
abajo, bueno son los peldaños que están por encima. Pero un peldaño no es bueno o
malo en sí mismo. No hay nada bueno o malo; hay positivo y negativo, y hacia
cualquiera nos dirigimos nosotros mismos. No debemos pensar tanto en nosotros
mismos y en nuestro pasado. Sienta como la excitación es el devenir. Esto es
realmente emocionante.
La energía es como pequeñas células en el aire que atraen a otras del mismo tipo.
Existen dos tipos de energía - negativas y positivas. Sabemos lo que es negativo y lo
positivo. Debemos enfrentar lo que pensamos. Si es negativo hay que decirnos a
nosotros mismos: “Este es un pensamiento negativo. Puede ser agradable, pero ya no

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lo quiero” Entonces, si pensamos en otra cosa, o leemos un libro, el pensamiento se
va. Hasta la décima vez que lo intente será difícil, pero la undécima vez ya será más
fácil. Tenemos que crear buenos hábitos. Es tan fácil crear buenos hábitos como los
malos. No podemos saber qué es bueno o malo, pero podemos reconocer las acciones
correctas y equivocadas.
La gente a menudo culpa de su estado de ánimo a las influencias externas. No son
las influencias externas, sólo las internas. Si alguien es negativo hacia nosotros no
puede afectarnos en la medida en que permanece fuera. Sólo puede afectarnos si
permitimos que llegue dentro, si la ponemos dentro de nosotros. ¿De qué otra manera
puede afectarnos la negatividad de alguien más? Sólo puede afectarnos si le
permitimos llegar hasta dentro de nosotros si la hacemos nuestra negatividad.
Entonces lo que es externo se convierte en interno porque nosotros así lo hacemos,
prestándole nuestra atención.
Si nos relajamos nuestra atención siempre estará activa, pero si tratamos de controlar
nuestra atención se cansara muy pronto. Si forzamos nuestra atención vagaremos de
un estado a otro, de una cosa a otra. Si no intentamos forzar nuestra atención no
vagara, estará presente; vamos es a recoger nuestra energía en lugar de perderla.
Relájese y todo vendrá. Nos relajamos cuando nos olvidamos de nosotros mismos.
Podemos relajarnos sonriendo; inmediatamente el cuerpo se relaja y descansa.
Tenemos que aprender a relajar nuestros músculos, sobre todo en la parte posterior
de los hombros. Debemos tratar de sentir nuestra columna vertebral del cráneo hasta
la parte inferior – siéntala y tenga control de la misma. Entonces no vamos a estar
cansados. Sabemos que nuestro cuerpo tiene un límite y se cansa si va más allá de
ese límite. Sabemos que si no nos sentamos derecho terminaremos cansados. Si no
nos sentamos derecho es nuestra culpa si terminamos cansados. O nuestro cuerpo
nos ordena o le ordenamos a nuestro cuerpo. Por fuerza de voluntad podemos
entrenar nuestro cuerpo para hacer más. Tenemos que ir poco a poco.
También lo que nos termina cansando es volver a inhalar el aire que hemos exhalado
inmediatamente. Cuando nos encontramos cansados y deprimidos, es porque
estamos recogiendo de vuelta la misma energía que estamos expulsando. El remedio
para esta clase de cansancio es moverse - muévase mentalmente, es decir, dirija la
atención lejos de los mismos pensamientos y de si mismo, y haga que siguauna línea
definida, y si es posible muévase físicamente con un propósito.
Debemos recoger nuestras sensaciones. Cuando intentamos recogernos, nuestra
aura crece más fuerte. Cuando se hace esto, las sensaciones negativas de la otra
gente no pueden alcanzarnos. Pueden penetrar solamente la franja externa de
nuestra aura. Si nos recogemos con frecuencia y fuertemente no podemos ser
tocados. Se dice que concentrándose Cagliostro podía lanzar a alguien hasta una
yarda por la fuerza de su aura. Hay historias extrañas en los Hechos; que, cuando
alguien hacia algo en contra de los Apóstoles, de repente terminaban muertos. Tal vez
su propia negatividad terminaba volviendo a ellos. Cada energía que proyectamos se
vuelve. Cuando estamos cansados, no podemos proyector claramente.
La más poderosa y terrible fuerza que se proyecta en el mundo es el miedo. Obliga a los
hombres a buscar la felicidad, a desarrollar las civilizaciones y ha iniciar guerras. El
miedo está detrás de toda la irracionalidad y las emociones caóticas que horrorizan a
la humanidad; Los viejos profetas conocían el poder del miedo; todos los libros
sagrados lo reconocían. Debemos comprender lo que significa dejar atrás el miedo.
Para realizar la Gran Obra, no debe haber ningún tipo de miedo. Es la madre del odio.
El que odia en lo poco odia en lo mucho; los odios pequeños se hacen odios grandes.
No podemos permitirlos más. Podemos llamarlos los malentendidos o por cualquier
otro nombre que gustemos. De ellos surgen y vienen las guerras y todas las cosas
horribles. Tenemos que deshacernos de ellos. Entonces vendrá la armonía.

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Incluso si una persona es negativa ahora, probablemente un día lo entenderá e
intentara superarse. No importa lo que vemos en otras personas, las cosas horribles
que vemos en ellos. Sólo hay una manera de ayudar a las personas que odian:
proyectar un verdadero amor y humildad. Sin embargo, por acciones, no por palabras.
Probablemente con esto surgirá una fuerte reacción, pero al final la intensión
trabajara. Hay un corazón en todo el mundo, que si se toca, ellos lograran entender.
Cuando ven alguien sincero oyen lo que él dice. Si proyectamos sinceridad, verdad y
honradez, la sentirán. No podrán reconocerlo por el momento, pero un día lo harán. Si
somos honestos, veraces y sinceros con nosotros mismos vamos a ser de la misma
manera con otras personas y algo de esto será lo que sentirán. Algún día lo
reconocerán. Tenemos que llegar a la gente más por nuestros sentimientos que por
palabras. Hay un lado bueno en todo el mundo, no existe alguien que sea
completamente malo, como no hay nadie que sea completamente bueno. Nadie es
perfecto o de lo contrario no estaría aquí.
La gente no entiende la tremenda fuerza de la negatividad porque no quiere hacerse
responsable de ella. No debemos alimentar ninguna emociona negativa. Si nos
tomamos en serio nuestras dificultades las alimentamos. Si le decimos a algo que no
queremos, como la vanidad: "¡Excúseme!" terminaran por dejarnos. Debemos tratar
de flotar por encima de las dificultades, y no revolcarnos en ellas. Es muy importante
mantenerse por encima de todas las molestias. Si nos sentimos ligeros y felices
seremos nosotros mismos.
¿Qué es ser uno mismo? Significa reconocer lo positiva de sí mismo. La gente dice:
'Yo nací con un mal humor; así es como yo soy.” Que no es exactamente ser uno
mismo. Ser significa ser positivo. Ser negativo significa no ser. Negatividad, cero, una
cantidad negativa, por definición, no ser. Una fuerza positiva por su propia naturaleza,
se da, realiza, emerge. Para ser nosotros mismos debemos dar, prestar atención, dar
interés, entregar lo mejor de sí en cada momento. Entonces estamos presentes,
nosotros tenemos ser.
Primero viene el respeto, luego el amor, y entonces se da la armonía. En primer
lugar tenemos que respetarnos a nosotros mismos. La caridad empieza en casa, es
decir, en nosotros mismos. Alguien que dice: “Yo soy estúpido, soy vulgar, soy malo”
esta blasfemando contra Dios, porque Dios está en todos. Es cierto que todos somos
templos del Espíritu Santo. Cuando nos damos cuenta de que hemos hecho algo
estúpido o vulgar o malo tenemos que decir: “Esto esta en mí; Dios sacadlo de mí,
porque no pertenece a mí; por respeto a mi propio ser, porque mi verdadero ser no es
como esto, no voy a actuar más de esta manera”. Cuando actuamos mal estamos
actuando de una manera que no está en conformidad con lo que somos. No podemos
actuar rectamente; nosotros podemos únicamente ser, y entonces nuestro
comportamiento estará de acuerdo con lo que somos. No debemos intentar hacer las
cosas - tan sólo ser. Ser nosotros mismos, es amar a Dios, ser amigos con nuestro
vecino. La amistad significa estar alerta a las necesidades del vecino y listo para
ayudarle. Decir: «¿Qué puedo hacer por mi prójimo?" es pensar en uno mismo. Es ser,
estar alerta, abierto, servicial, en todo lo que sea necesario. Luego actuará en
concordancia sin tratar de hacer lo correcto. Ser uno mismo es obedecer a la propia
conciencia. La conciencia es nuestro despertador.
Toda persona tiene tres tipos de tiempo - el suyo, el que de la naturaleza y la de el
sol. Tenemos que sincronizar y verificar nuestros relojes por el tiempo del Sol.
Conciencia significa relacionar nuestro tiempo con los otros dos tiempos – el de la
naturaleza, es decir, del mundo en el cual vivimos, nuestros vecinos; y el del Sol, es
decir, Dios. El Tiempo sólo existe en este nivel físico. Cuando hemos llegado a ser no
hay ni pasado ni futuro, sólo hay Ser. Cuando estamos presentes, lo estamos cada

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segundo. Entonces hemos encontrado la libertad, la felicidad, la belleza. Y la belleza
es el amor.
Cuando hay amor, Dios está dentro de nosotros. Siempre que vemos algo hermoso.
Dios está ahí. Dios hizo todo lo que es hermoso, es el hombre quien hace la fealdad. El
verdadero amor no se detiene a una persona o un objeto, si es real se dirige a todo,
asciende a Dios. Nada de lo real desaparece. Si desaparece, no es real. Lo que no es
verdadero siempre desaparece porque nunca ha existido.
Debemos olvidarnos de nuestro Ego. Cuando encontramos algo hermoso debemos
perdernos a nosotros mismos en eso; esto es vivenciar el éxtasis.
El éxtasis es la contemplación de la realidad. Es una emoción verdadera. El éxtasis
es lo contrario de la imaginación. Si nosotros vemos algo hermoso es porque estamos
viviendo algo verdadero. Estamos viendo un hecho real. Si nos identificamos con las
cosas en nosotros mismos nos hacen perder en los pequeños detalles. Si nos
perdemos a nosotros mismos en las cosas más grandes que nosotros mismos,
perdemos nuestros pequeños yoes y encontramos nuestro verdadero yo.
Para ser nosotros mismos debemos tener el valor de usar nuestra voluntad. Estamos
tan hipnotizados y absorbidos por nuestros pensamientos, deseos, y actos, viviendo
tan llevados por nuestras ilusiones, desempeñando nuestros falsos papeles que no
nos damos cuenta de nosotros mismos y hasta olvidamos que hasta las demás
personas pueden llegar a ver que estamos actuando, cosa que nosotros no vemos.
Los únicos que nos engañamos a nosotros, somos nosotros mismos. Si no actuáramos
podríamos ser nosotros mismos. Que es más cómodo, porque no tenemos que
recordar el papel que hemos jugado antes.
Debemos volver a nosotros mismos cada día, ser nosotros mismos sin la imitación.
Todo el mundo debe encontrar en sí mismo lo que puede hacer, incluso si se hace mal
al principio. Todos deben trabajar y hacer lo mejor de su trabajo. Todo el mundo debe
descubrirse a través de su trabajo. Primer punto: el objetivo de conocerse a sí mismo,
segundo punto: reconocer que uno no se conoce a sí mismo; tercer punto: para
conocerse a sí mismo, hay que ser uno mismo. Para encontrar algo que no cambia,
hay que hallar a nuestro ser. ¿Cómo encontrarlo? Por lo que vemos en otras personas.
Lo que nos choca en otras personas es lo que tenemos en nosotros mismos; lo que
respetamos en las otras personas es lo que nosotros también tenemos. Si
reconocemos una cualidad en alguna otra persona, eso significa que lo tenemos
nosotros mismos.
Si tenemos algún problema, sabemos que también alguien más tiene el mismo
problema. Si creemos que alguien es negativo significa que estamos alimentando
nuestra propia negatividad. Cuando etiquetamos a los demás somos nosotros mismos
a quienes estamos etiquetando. Si hablamos negativamente de una persona,
realmente estamos hablando de nosotros mismos. Nos retratamos a nosotros mismos
con los colores que retratamos a otras personas. Cuando la gente dice algo
desagradable sobre nosotros, realmente nunca es acerca de nosotros, sino de ellos
mismos que están hablando, porque sólo ven en otros el reflejo de sí mismos. Por lo
tanto, si la gente dice cosas desagradables acerca de nosotros sólo podemos sentir
consideración, sentir que son tan pequeñas, incluso si nuestra conciencia nos muestra
que la causa de su hablar es por algo que hicimos. Nos identificamos con lo que dicen,
porque nuestra conciencia nos dice que lo causamos. Esa es la razón de por que el
miedo de las personas es imaginación.
Una razón por la qué es tan importante encontrar nuestro verdadero yo, es porque al
hacerlo nadie nos puede dañar. Nadie sabe quiénes somos. Otros pueden ver el
exterior pero no el interior, el verdadero yo. Debemos ser individuales, para hacer que
nuestras almas fuertes. Su alma puede hacer más fuerte a la mía, la mía puede hacer
que la tuya sea más fuerte. Veinte personas fuertes podrían cambiar el mundo

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-individuos puros, buenos, fuertes. Podría haber paz, siempre paz y armonía si hubiera
solamente veinte hombres que entendieran y practicaran la armonía.
Todo es tan simple, dentro de nuestro alcance. Nosotros somos los que lo
complicamos. ¿Por qué es que no entendemos que todo lo que basta es ser nosotros
mismos, siendo reales? Pero incluso estas palabras no las entendemos. El trabajo es
para ser nosotros mismos. El Trabajo comienza cuando aprendemos a separar de
nosotros mismos lo que no somos, cuando conseguimos el gusto de nuestro
verdadero yo. ¿Por qué haríamos eso? No por satisfacernos, sino por obtener algo real
y limpio para ofrecer a Dios. Cristo dijo: "Deja todo lo que tienes y sígueme." Eso no
significa que debamos abandonar todas las circunstancias de nuestras vidas.
Significaba dejar la falsedad en nosotros mismos y ser nuestro verdadero yo. Sólo el
verdadero yo puede seguirlo.

II
El matrimonio es una cruz, y una muy pesada. No es en absoluto todo dulzura y hay
mucho trabajo por hacer. Ambas partes deben romper sus hábitos, su trabajo es el
adaptarse los unos a los otros. El verdadero matrimonio es un estado perfecto de
equilibrio en la polaridad de las personas involucradas; para la mujer, si trabaja en
ella, más se convierte en una mujer, y el hombre, si él trabaja duro sobre sí mismo, se
convierte más en un hombre. Cualquier persona que ha estado casada sabe lo difícil
que es hacer un matrimonio armonioso y producir la verdadera unión espiritual que
dura eternamente. La unión física pierde su atracción en tres o cuatro meses cuando
se ha convertido en un hábito, pero en el nivel del espíritu siempre nuevos lazos de
unión se crean, que se convierten en una fuente de constante renovación de la
felicidad.
Cuando ella se casa, una esposa tiene el deber y la obligación de hacer
completamente feliz a su marido, y el marido tiene el deber y la obligación de hacer a
su mujer completamente feliz. Ambos son responsables de la felicidad del otro.
El hogar debe ser puro y santo. ¿Cómo se logra esto? El trabajo de hacer un hogar
armonioso y feliz no es hecho por el marido o la esposa; es la obra de Dios. Debido a
esto, los que se casan adquieren grandes responsabilidades, pero reciben la bendición
y la gracia -es decir, si lo hacen por la obra de Dios, una obra que es verdaderamente
santa. Las parejas casadas tienen la obligación de enseñar a sus hijos la forma de
proyectar la armonía, no con palabras sino con obras.
Cuando una mujer se casa deja de ser Miss fulana y se convierte en la Sra. X. Ella
tiene que olvidarse de sí misma para poder vivir con su marido. Aquí el verdadero
trabajo comienza a volverse desinteresado. La esposa deberá estar siempre al lado de
su marido. Supongo que ella deberá cumplir con sus proyectos y sus anhelos, e
incluso esto debe ser arduo y hacerlo significa más trabajo y mayores esfuerzos para
ella. Y cuanto más un marido se esfuerce por ser un hombre de verdad, el aprecio por
su esposa, el respeto y protección hacia ella, crecerán más.
¿Cuánta gente joven enamorada desea casarse, pero ella tiene problemas familiares
y él problemas económicos? Ellos toman en serio estas cuestiones y con razón, pero
¿Que es más importante, trabajar por un sueldo o trabajar en lo que no trae dinero
pero que es la obra de Dios? Cuando hay amor verdadero no hay problemas; estos
son sólo creados por la vanidad y el egoísmo.
Cuando se casan dos personas, hacen una promesa a Dios. El divorcio no sólo es
romper esa promesa hecha a Dios y los unos a los otros sino que también es romper
algo que ha crecido entre ellos. Una mujer que se entrega a un hombre le da algo más

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que su cuerpo, ella le da una parte de ella para siempre. Lo que le da a su esposo y él
a ella se une a ellos en un solo lazo.
Nuestras irradiaciones son "coloreadas" por la química del cuerpo. Cada persona
tiene diferente química. Esto explica la atracción, repulsión o indiferencia entre las
personas. Hay que recordar que, a las personas cuya química no nos gusta, la nuestra
para ellas es igualmente repulsiva. Debemos ir más allá de ellos, entonces la
dificultad no volverá. Las personas se sienten atraídos el uno al otro si su química es
diferente y complementaria. Las partículas de su química se intercambian hasta que
han llegado a ser equilibradas. Entonces la atracción cesa y las dos personas son
indiferentes el uno al otro. Esta es la razón de por que los matrimonios sobre la base
de la atracción física siempre sufren un deterioro.
Si una unión es el resultado solamente de la atracción física las sensaciones
sexuales que la unión despierta son atadas por la asociación a las reacciones
químicas. Cuando el marido y la esposa no intercambian más partículas químicas con
la irradiación, se atrae a otra gente y sus sensaciones sexuales siguen otro camino.
Sin embargo, si las personas se casan porque tienen atractivoel uno para el otro y en
un nivel superior, se sienten unidos por un verdadero amor, sus anhelos sexuales se
adjuntan al amor verdadero y no a las reacciones químicas. Estas aumentan y son
más naturales, y las dos personas se ayudan mutuamente a crecer. Cuando se
despiertan sentimientos sexuales antes o fuera del matrimonio deben ser controlados.
Y los deseos sexuales nunca deben ser controlados porque es peligroso hacerlo. Todo
género de trastornos emocionales y físicos resultan de esto. Los sentimientos
sexuales no dependen de la química. El hecho de que el hombre es un hombre y la
mujer es una mujer es suficiente para despertarlos. Naturalmente esto no significa
que la gente debe casarse, aunque sus tipos de química se rechacen. En esto deben
obedecer a sus instintos, y recordar que la imaginación puede hacer creer fácilmente
que la atracción física es afinidad mental y espiritual, cuando realmente no tiene
ninguna relación con ellos
Es muy importante que los jóvenes se les enseñe sobre irradiaciones. Si se
comprendiera la realidad de los hechos con relación al matrimonio, más tarde no han
de perderse en confusiones y luchar por controlar sus sentimientos sexuales en
relación con otras personas que no son sus esposos. Esposos y esposas que tienen
relaciones sexuales con personas distintas de sus propios esposos se hacen gran
daño. Dividen el flujo de sus irradiaciones más finas y reciben irradiaciones mezcladas
a cambio, con el resultado de que su alma es debilitada. En la muerte su Espíritu
tendrá un vehículo inadecuado con el cual ajustarse a sus nuevas condiciones.
Además de diñarse mutuamente, los maridos y las esposas desleales se dañan a sí
mismos, porque roban de la reserva de la energía sutil acumulada por la unión.
La fuerza negativa del instinto es la promiscuidad. Es la conexión con lo que es bajo.
El Sexo verdadero produce una tremenda conexión con lo que es alto. Cuando el
hombre y la esposa son uno es la conexión más grande, el acto más grande de la
creación que podría tener lugar, porque es una conexión pura para un propósito real.
Tenemos que ser puros para crear algo puro.
La castidad es el cuidado y vigilancia constante sobre nuestros sentidos físicos y
espirituales, a fin de mantenerse puro e inmaculado ante Dios. El matrimonio debe
tener cuidado de no embriagarse con el vino de su propio barril.
Cuando nosotros hacemos conexiones reales con la gente y nuestra influencia les
ayuda, si se trata de un hombre se hace más varonil y si es una mujer, ella se vuelve
más femenina. Un hombre que ayuda a su esposa y a los niños a desarrollarse puede
decir: “Esta es mi esposa, estos son mis hijos”. Una mujer que ayuda a su marido y
los niños a desarrollarse puede decir: “Este es mi esposo, estos son mis hijos”. Ella,
aunque no diga que los formó, cada uno lo sabe. Si hacemos una conexión real con

10
alguien, no importa quién sea, cada influencia que ponemos en él son las nuestras,
aunque no podemos decir: “¡Lo hice!” No podemos proclamar el hecho para que los
demás lo oigan, pero tenemos la satisfacción interna de saberlo. Es una satisfacción
espiritual. Todos desprecian las influencias inferiores; no podemos saber cuánta gente
podemos influenciar ni hasta dónde nuestra influencia puede alcanzar.
Para recibir inspiración real es necesario purificar los pensamientos de todo lo
pesado. Es un trabajo duro, pero luego nuestra mente se eleva a un punto en el que
puede ser tocada por el pensamiento de un nivel superior. Pero si nuestro
pensamiento no está purificado, lo que puede parecer inspiración sólo será
imaginación.
En una persona normal y sana el sexo suministra la energía para todo trabajo
creativo. Debe fluir directamente en un cierto trabajo creativo sin ser reconocible
como energía del sexo. La energía reconocible del sexo es el resultado de la
holgazanería. Y significa que no nos hemos dado bastante trabajo para utilizar nuestra
fuerza creativa. El trabajo creativo no significa necesariamente componer música o
pintura. Una ama de casa que limpia la habitación realiza un trabajo creativo, ella esta
creando orden y armonía en su casa. Es tan importante como una obra de un artista
que, aunque este último puede afectar a una amplia variedad de personas de
inmediato, nada es más intenso que la influencia de un hogar. La influencia de una
mujer afecta no sólo a su esposo e hijos, sino también a todos con los que entra en
contacto durante su vida. Esta es la razón por la cual es tan importante que la mujer
refleje solamente influencias puras y armoniosas. Ella es quien selecciona las
influencias que vierten sobre el hogar, sus alrededores; ella selecciona y refleja las
que correspondan a su propia calidad de ser.
Dios creó todo limpio, es el hombre que hace las cosas sucias. Adán y Eva eran
puros, ya que fueron hechos por Cristo. El fruto del árbol era la suciedad. El
conocimiento del bien y del mal significa que han aprendido lo que estaba limpio y
sucio. Nada y nadie puede destruir lo que es puro en nosotros. La luz lo traerá a la
manifestación y lo mantendrá caliente. Nunca debemos trabajar en la oscuridad. Las
cosas sucias se hacen en la oscuridad, las cosas limpias al descubierto.
No debemos basar nuestras vidas en las cosas materiales ya que el resultado sigue
después de haber salido del mundo físico. Espiritualismo es criminal por esta razón.
Cuando alguien que está muy apegado a su cuerpo físico muere, su alma es atraída
por sus irradiaciones químicas y permanece atado a este nivel sin desintegrarse, lo
que impide el espíritu ser liberado. Las personas que practican el espiritualismo
llaman a estas almas y las atan más firmemente a este nivel, dándoles la oportunidad
de manifestarse. Esto encadena sus espíritus. Los espíritus que sólo pueden ser
llamados a manifestarse en el plano físico son los que se identifican con el mundo
físico. Pueden estar identificados por un deseo de ayudar, al no haber descubierto en
esta vida que nadie puede ayudar a nadie a través de la identificación. Esto explica el
elevado tono moral de muchos mensajes de los espiritualistas. Muchos de los
llamados mensajes espirituales proceden de los sub-consciente de los médiums, y si
se trata de una persona altruista los 'mensajes' serán elevados de tono. Nueve
décimas partes de “manifestaciones de los espíritus” se deben a engaños, juegos de
mano, sugestión o hipnotismo de una forma u otra. Sin embargo, en casos de
manifestaciones, la única forma en que puede probar si son genuinos, no es, como
muchos piensan, por el hecho de si sus mensajes son elevados o no, o si han sido
provocados por trances o mediumnidad; pero si han llegado como una respuesta a la
oración directa a Dios, nos muestra su legitimidad para asuntos objetivos.
Los Espíritus deberían subir, elevarse, no ser mantenidos en lo bajo. Si un espíritu se
mantiene en lo bajo, cuando se va más alto puede perderse. Podemos ayudar a los

11
espíritus por la oración a Dios para ellos. Nuestras oraciones son alimento para los
espíritus. Tenemos que ayudarlos y orar por ellos, pero nunca llevarlos hacia abajo.
No hay que molestarlos desde el lugar donde deben estar.
Sólo los espíritus libres, los santos, los hombres mayores, pueden hablar a las
personas que todavía están vivos. Sus mensajes vienen como revelaciones.
Revelaciones reales de los espíritus libres nunca se hacen en la oscuridad o implican
la pérdida de la conciencia en la persona que los recibe. Es por eso que en cada
representación religiosa del espíritu manifestándose en una "visión", vemos un halo
de luz brillante en la persona que la recibe y aparece representado en un estado de
mayor conciencia.
Existen bastantes bajos espíritus tratando de ponerse en contacto con personas en
esta tierra. Sólo pueden hacerlo a través de personas de bajo nivel y sólo si son
llamados. No tienen permiso para hacerlo a menos que se les llame, porque Dios nos
dio libre albedrío, y si queremos llamarlos, ellos vendrán. Si llamamos a un alto
espíritu o pensamos en uno, el pensamiento va primero a Dios, entonces vendra, si es
la voluntad Él. Él envía al espíritu. Podemos entender esto si pensamos en Dios como
el "cerebro" del universo; en el cuerpo humano cualquier estimulo es transmitido al
cerebro, que envía un mensaje a la zona que fue estimulada y, a veces, también a un
área correspondiente. Todos los pensamientos, buenos o malos, van directamente a la
mente de Dios, y se quedan allí para siempre, para se utilizados en nuestro juicio.
Todo lo que recibe el cerebro humano se almacena en los rollos de la memoria, que
forman la base de nuestras reacciones o juicios subsecuentes. El hombre fue formado
a imagen de Dios en muchas más maneras de las que nos damos cuenta.
Los Espíritus libres pueden ir hacia arriba y hacia abajo entre el cielo y la tierra como
los ángeles en el sueño de Jacob. ¿Con qué frecuencia nos damos cuenta de que
existen dentro de su conciencia? La cuarta dimensión interpenetra las tres
dimensiones1 en las que tenemos nuestra existencia física, el mundo de la limitación y
la ilusión. La cuarta dimensión es conciencia, luz, realidad2.

III

Hay un trabajo que ha tenido muchos nombres. En el primer siglo se llamó el trabajo
de la Fe, en el siglo XII se llamaba el trabajo de Trabajos, en el siglo XVI el trabajo de
las Leyes, en el decimoctavo, el trabajo de la Razón. En nuestro tiempo, debería ser
llamado, el trabajo de la armonía. Es mucho más que cualquier otro trabajo del
hombre, es el trabajo más alto de todos los demás en su conjunto. Cada uno
contribuyo en algo.
Nuestro trabajo es la armonía en todas las cosas; para ser honesto, veraz y sincero.
La Veracidad debe venir de nosotros. La Sinceridad debe proceder de los demás. La
Honestidad viene de arriba. La verdad está en todas partes, excepto en nosotros, por
lo que tenemos que trabajar para ganarla. La Sinceridad debe proceder de los demás,
porque debemos permitirles ser sinceros con nosotros. La honestidad viene desde
arriba, es la fuerza que Dios nos da. La honestidad es consideración y voluntad.
Consideración por los demás debe ser nuestra primera disposición. La consideración
es como un plato en la que todo lo que comemos debe ser servido. Pensar que otros
1Materia, espacio y tiempo.

2Véase la introducción de un Nuevo Modelo del Universo de P.D Ouspensky.

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tienen las mismas posibilidades y las mismas deficiencias que tenemos, es ser
honestos. Ser veraz, sincero y honesto es ser humildes, porque nos damos cuenta de
que no somos nada y, al mismo tiempo que tenemos todo.
La sinceridad es el reconocimiento de nuestros verdaderos sentimientos. Esto no
significa que tengamos que revelarlos a otras personas, a menudo, por que esto no es
ser honestos. La honestidad es tratar a la gente de tal manera que no los lastimemos.
Pero lastimar a las personas y lastimar sus sentimientos es muy diferente; a veces
tenemos que herir sus sentimientos, a fin de no lastimar su verdadero ser. Veracidad
es la comprensión de las leyes y vivir de acuerdo con ellas.
Es necesario ser sincero con el fin de encontrar el verdadero significado de las cosas.
Sólo por la veracidad podemos encontrar nuestro ser o importancia. Mediante el
descubrimiento de nuestro propio ser, podemos descubrir el sentido interno de todo lo
demás. La Veracidad es el instrumento por el cual se descubre la verdad más alta, por
lo tanto el camino a la verdad de la vida es la veracidad. ¿Y entonces? Para saber lo
que es mentira en un nivel de veracidad, es necesario haber llegado a ella. Todos
tenemos poderes que podemos utilizar cuando amamos la verdad.
Nuestro trabajo es tan puro que tenemos que liberarnos de este presente de las
cosas materiales. Siempre debemos tratar de sentir lo superior, en el espacio. Cuando
tenemos la sensación, nunca se pierde. Es un magnífico trabajo, que nos llena de
alegría. Si el trabajo no es alegre no es correcto. Es hermoso, porque lo relaciona todo
llevándolo más arriba.
El trabajo es la verdad, no nos damos cuenta de cuán alto es. Estamos aquí para
darlo simplemente. Todavía lo complicamos. Cada pregunta se responde en nuestro
trabajo; se simplifica para nosotros comprendamos. Si estamos abiertos y somos
objetivos veremos cómo es de simple. El trabajo está llegando a ser sensible a los
requisitos de la vida ordinaria y está satisfaciendo las necesidades de cada día.
Sólo hay una escuela: la escuela de la verdad. Las Sectas utilizan etiquetas porque
conocen sólo la mitad de la verdad. La verdad real no tiene nombre. La verdad esta en
todo. Nuestro trabajo es todas las religiones, es comprensión real, total. ¿Cuál es la
diferencia entre el cristianismo primitivo y su forma en la actualidad? Se trata del
mismo. El trabajo no puede ser nuevo, pero la verdad siempre debe expresarse en el
idioma nuevo. Las palabras de Cristo, han esperado dos mil años para ser entendidas.
Pueden ser entendidas inmediatamente con ideas claras y la mente limpia. Los
evangelios no fueron escritos sólo para las personas de hace dos mil años. Son
Siempre una nueva fuerza, y es nuestro deber relacionar la situación de cada
individuo con cada pasaje de los Evangelios, interpretándola no sólo con la mente sino
con las emociones de nuestros corazones. El trabajo siempre está ahí, no puede
cambiar. Somos nosotros mismos quienes debemos cambiar, para encontrar la
manera correcta de enseñarlo.
Todo el mundo tiene la verdad de Dios en sí mismo, pero el problema es que todo el
mundo cree que la verdad que ve es la única. En la medida en que nos demos cuenta
de que nuestra visión es limitada, comenzaremos a ver más claramente. ¿Por qué la
gente quiere imponer sus ideas a los demás? Incluso quieren imponer sus propias
ideas sobre el gusto de los demás. Cuando tratamos de imponer nuestros
pensamientos a una persona no estamos enseñando, pero si tratamos de escuchar lo
que él no entiende, estamos aprendiendo; entonces se puede comprender y sentir a
la persona y podemos enseñarle. Sólo hay una verdad y la gente debe venir a ella en
su propio camino. Si se impone el intelecto a las personas se van; si a la gente sencilla
se le impone terminan por seguir a ciegas, y esto no resulta útil para uno mismo ni
para los demás. Si queremos ayudar debemos hacerlo, podemos enseñar, ayudar,
pero no imponer.

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Con el fin de enseñar a otros, lo primero que debemos hacer es tratar de saber lo
que debemos hacer nosotros mismos. El que no sabe nadar, no puede sumergirse en
el agua para salvar a otros. Para enseñar hay que comprender, comprender es
aceptar, aceptar es realizar, realizar es haber encontrado la verdad. La mente debe
ser utilizada para encontrar la verdad en nosotros, no las representaciones de la
verdad. El camino a la verdad es la sinceridad y la honestidad. La verdad es
reconocida por su claridad. Todo lo que confunde es una mentira. Pero tenemos que
encontrar la verdad en lo que sea confuso. Todo lo cierto es simple. Las cosas simples
son las reales. Complicamos todo para adaptarlo a nuestra personalidad, porque
pensamos que las cosas son demasiado simples para nuestros “grandes mentes”.
Realmente es suficiente querer ser honesto, veraz y sincero. Si creemos que ya
somos honestos, veraces y sinceros, viviremos juzgando; si decimos que los somos,
estamos juzgando. Pero si queremos llegar a serlo, estaremos pidiendo ayuda y
sabemos que vendrán a ayudarnos. La humanidad siempre ha estado anhelando
ayuda desde el comienzo, para alcanzar su objetivo. Hay un lugar donde resuena este
anhelo que se repite, pero no podemos buscarlo fuera de nosotros mismos. Es adentro
donde debemos mirar. Tenemos que encontrar el lugar. Entonces tenemos que dar,
dar y dar. ¿Qué podemos ofrecer? Fe y constancia.
Nuestro trabajo es encontrar y ayudar a aquellos que todavía no conocen lo que
significa la armonía. Si damos verdad y sinceridad los que la quieren oirán. Millones de
personas en todo el mundo están esperando, preguntando por la verdad. La sienten,
la huelen. Y vendrán. No tenemos que desanimarnos por los que no vengan, porque
no tenemos derecho a imponer nada a nadie. Debemos ser tolerantes y amables con
todos, es nuestra obligación. Nuestro verdadero trabajo es con paciencia, tolerancia y
constancia.
La gente viene a nosotros con la esperanza de que vamos a decirles lo que en sus
corazones ya conocen. Si dejamos que ellos se expresen dirán que así es, y verán más
profundamente por ellos mismos. Si les hablamos de nuestras propias ideas
estaremos expresándoles lo que necesitamos nosotros, no lo que ellos necesitan, y se
decepcionaran. La manera correcta de ayudarlos es hablar de lo que necesitan, darles
confianza para que puedan encontrar por sí mismos lo que deben hacer. Nunca
sabremos lo que la gente necesita si no estamos atentos a lo que dicen. Si pensamos:
“Tengo que hacerme escuchar” nunca sabremos. Si pensamos: “¿Qué están tratando
de decirme?” entonces sabremos.
Podemos decir mucho en una palabra. Una palabra tiene muchos significados.
Podemos hacer sentir feliz a la gente con una palabra y por una palabra también le
podemos causar daño. Nunca debemos decirle a una persona lo que realmente es -
sólo lo que está fingiendo ser, o lo que no es. No podemos trasgredir lo que una
persona es en sí misma; lo que una persona es en sí misma es sagrado.
Debemos hablar de una manera que todos puedan entender. Cuando hablamos con
la gente tenemos que trabajar muy rápido. Debemos acostumbrarnos a la sensación
de si están o no preparados para lo que queremos decir, si se puede aceptar en ese
momento o si va a hacer daño al decirlo. Cuando queremos decir algo, tenemos que
preguntarnos: “¿esto es honesto? ¿Conozco realmente su estado de ánimo en este
momento?” Puede ser sincero hablarle bruscamente a alguien, pero si sentimos que él
lo tomara a mal, ya no seremos honestos si le hablamos de esa manera. Cuando
queremos ayudar a los demás y conocer al mismo tiempo que podría perturbar,
debemos olvidarnos de nosotros mismos y hablar con ellos sólo por su bien.
Es cierto que tenemos que devolver bien por mal, pero debemos tener cuidado de
no dar demasiado a los que nos han hecho daño, porque haríamos daño al hacerles
creer que es nuestra obligación hacer el bien. Y hacer el bien no es una obligación.

14
Podemos satisfacer todos, pero eso no significa que tenemos que invitar a todos a
vivir en nuestra casa. Debemos ayudar a las personas con sentimientos puros, pero
esto no significa que tenemos que ser simpáticos. Nadie crece al aparentar bondad,
hacerlo vuelve a la gente débil. La bondad verdadera es empujar a la gente hacia
arriba. Ellos pueden llamarlo aspereza. ¿Con qué frecuencia regañamos a nuestros
hijos, y luego salimos y reímos? ¿Pero creen que es bueno lo que ellos hacen, cuando
han hecho algo mal, y nos sentimos contentos con ellos? Eso no sería bondad real.
Para ellos, nuestro regaño no fue bondad; desde nuestro punto de vista si lo es, desde
el suyo no fue así. Pero realmente fue lo mejor para ellos.
Tenemos que estar alerta todo el tiempo. Si una persona no puede digerir más el
conocimiento no sirve de nada darle más. Pero si la siguiente persona tiene hambre
hay que darle lo que necesita. Cuando queremos dar a alguien una idea debemos
saber si está preparado. Si vamos a plantar una semilla debemos saber si el terreno
es fértil o no. Si no es así, tenemos que abonar primero.
Vemos a alguien pasar; nuestro deber es darle comprensión. Es bastante fácil darle
dinero o un viejo abrigo. El deseo de ayudar a otros crece al reconocer su necesidad.
Cuando realmente reconocemos su necesidad, entonces no podemos dejar pasar la
oportunidad de ayudar. Debemos trabajar para estar en armonía con los demás. A las
demás personas nuestras palabras pueden ayudarles. Cuando hablamos con la gente
hay que tratar de darles la impresión de que todo lo que decimos proviene de ellos.
Nunca debemos imponer u ordenar por la fuerza. Si reconocemos que necesitan algo
y tratamos de dárselo, ya es diferente. El amor es el único poder que puede hacer real
el ayudar.
La gente no se entiende entre ellos. No ven que todos son iguales, todos pasan por
las mismas dificultades, problemas, enfermedades. Nadie es mejor, nadie es peor.
Todos tenemos que pasar por todo. Todos estamos en las mismas condiciones. Todo de
lo que damos, recibimos. En la forma en que damos, de esa manera vamos a recibir.
Si respetamos a los demás así se nos respetara, si comprendemos a los demás
seremos comprendidos. Todo lo que damos eso recogemos - del mismo tamaño, del
mismo color, de la misma calidad. Tenemos que aprender a dar y recibir. Es más difícil
tener que dar, pero tenemos que aprender.
Cada contacto debe ser un convenio. Si le sonreímos a alguien y luego el nos sonríe
de nuevo es un negocio. Es igual cuando somos sinceros. Tenemos que ser honestos
en estos negocios; debemos tener cuidado de pesarlos, pero no lo hacemos, porque
perdemos mucho tiempo pensando en nosotros mismos. Podemos ayudar cuando
somos sinceros, cuando decimos lo que realmente sabemos. Si sabemos más que
otros les ayudaremos, si sabemos poco también les ayudaremos. Ayudar es un ciclo;
sólo podemos ayudar a la gente si nos ayudan. Todos debemos trabajar, trabajar con
amor, trabajar con armonía. Pero tiene que ser armonía real, y no sólo palabras, no
con la predicación, sino por la acción. Amar al prójimo es fácil, pero para que nuestro
vecino nos amara, actuar de modo que él pueda amarnos, no es en absoluto fácil.
No podemos dar hasta que tenemos. Armonía es paz. Debemos sentir la paz para
darla. No sólo hemos de trabajar espiritualmente, sino además en todos los sentidos
que se necesita. Nosotros debemos amar, y amar recta y simplemente. No es
suficiente que un solo hombre demuestre amor; muchos deben demostrarlo. ¿Y cómo
podemos mostrar lo que no tenemos? Por ello, tenemos que olvidarnos de nosotros
mismos y dar. No debemos pensar en nosotros mismos, acerca de si estamos
diciendo lo correcto. Podemos ser más abiertos a las personas si pensamos en los
demás. Debemos sentirlos, sentir lo que ellos necesitan. Hay una clave maestra que
se abrirá todas las puertas del mundo: la bondad, sólo bondad.
No es culpa nuestra si no entendemos el punto de vista de otras personas, pero
tenemos que respetarlos. Debemos ser buenos y tolerantes con cada uno. Es nuestro

15
deber, nuestro verdadero trabajo. Siempre hay algo de bueno, bueno y limpio en
todos. Debemos encontrarlo, pero no forzarlo. Debemos intentar traerlo a la luz. La
única manera de poner en evidencia lo bueno de las personas es no pensar en
nosotros mismos. Debemos recordar que nuestro trabajo es poner en evidencia lo
mejor en todo. Si somos
positivos, todo lo que nos rodea puede ser utilizado para esto.
Donde hay discusiones, hay idiotas. El hombre sabio da su sabiduría poco a poco y si
no es aceptada, se queda en silencio.
Tenemos que aceptar los errores de nuestro vecino, a fin de ser capaz de aceptar los
nuestros. Por ejemplo, una mujer que ve los errores y las fallas de su esposo tiene que
aceptar que es porque están en ella, en su imaginación. Quizás no son errores o
defectos en absoluto, sino algo más grande que no comprende. Dios los unió para que
puedan ir a través de todo juntos. Si hay errores, la culpa no es, ni de él ni de ella. Ella
debe ayudarle a salir a la vida aceptando lo que él es, con todos sus defectos, a fin de
aceptar la misma como es. Tenemos que aceptar a todo el mundo, aceptar con
nuestros corazones. Villón dijo: “Esta es mi monarquía: he tragado toda mi
vergüenza”. Se Había aceptado a sí mismo. Esa es la píldora del hombre astuto. La
mayor felicidad es la aceptación. Es ser tan humilde que nada de lo que se dice,
ningunas críticas o alabanzas, pueden afectarnos. Ser capaz de aceptar todo con
humildad, es la mayor felicidad.
Debemos hacer todo lo que nos corresponde. Si un esposo está molesto con su
esposa y ella hace su molestia de ella, la acepta, se vuelven más cercanos. Si le
demuestra su afecto y también lo hace de ella aceptándolo, lo mismo sucede. No
podemos juzgar, porque no sabemos lo que es bueno o malo. Si hacemos todo lo de
los demás nuestro, estaremos felices; nadie puede tomarlo de nosotros, porque será
nuestro, lo hemos hecho nuestro. Seremos capaces de hacerlo todo, porque nosotros
estaremos cerca de Dios.
Nunca debemos ir a dormir hasta que hayamos perdonado a todos, incluso nuestras
propias tentaciones, incluso a nosotros mismos. Siempre debemos ir a la cama limpios
por el perdón. Cuando morimos no vamos a estar con los santos y ángeles; vamos a
estar con las personas que hemos perdonado y que nos han perdonado. Donde hay
amor hay perdón. El perdón es la humildad. Donde hay humildad hay amor. Cuando
hay amor no hay que condenar, porque creemos que no hay nada que perdonar.
Remordimiento y amor son lo mismo. Remordimiento es amor verdadero, o más bien
el amor es el placer, el dolor, remordimiento. Si estamos realmente despiertos,
sentimos remordimiento en proporción al daño que hemos hecho otros; esto es pagar.
Cuando hay separación no hay conocimiento. La Civilización crece cuando la gente se reúne
con el fin de ver lo que falta y proporcionar cada uno según las necesidades de otros. Ahora
no hay civilización, porque la gente se reúne para hacerse daño unos a otros.
Si actuamos de acuerdo con un papel no le haremos daño a nadie. Por ejemplo, cuando un
pintor viene a enseñarnos y dice que es útil sostener el pincel de una determinada manera y
que las líneas principales deben ir en tal o cual dirección, él está actuando en un papel hacia
nosotros y no seremos lastimados por cualquier cosa que él diga. Entonces, luego pintamos
nuestro cuadro nosotros mismos. Cuando hablamos e intercambiamos ideas, es para que
todos podamos crecer. Si estoy equivocado es para que me lo digan; si usted esta equivocado
es para aclararlo también. Entre nuestras ideas incorrectas y nuestras ideas correctas
llegaremos más cerca de la verdad. Debemos aprender a no tomar personalmente las
discusiones. Cuando estamos hablando juntos tenemos que ser como los jugadores de
ajedrez, para ver la posibilidad de aprender, viendo que se nos enseñará a mover mejor.
Debemos evitar ser lastimados personalmente si la gente no está de acuerdo con nosotros,
porque así nos estaremos atando a lo más bajo, haciéndonos terrenales, egoístas. Si somos
realmente positivos en el aprendizaje nos sentimos mucho mejor que al rechazar nuestras
oportunidades.

16
Podemos sentir que no estamos ayudando a alguien, pero ¿cómo sabemos si lo estamos o
no? Incluso si no tenemos nada que decir, ¿cómo sabemos que nuestra sonrisa, la proyección
de nuestro deseo de ayudar, sólo escuchando con atención, no es ayudar? Esto es ayudar.
Probablemente, cuando no podemos pensar en que decir, cuando nos sentimos más
indefensos, más estamos ayudando.
Luego oramos a nuestro Señor para ayudar a través de nosotros. Cuando hablamos
con una persona y no sé qué decir, lo que importa no es lo que hablamos en el
sentido de cualquier materia, no lo es aún la experiencia de lo que se piensa y cómo
se vive, son los verdaderos sentimientos que tenemos lo que cuenta; este es el
asunto. Los resultados vendrán cuando nos hayamos abierto y entregado nuestro
verdadero yo. Cuando no hemos sentido un enorme deseo de ayudar a otras
personas, no importa cómo, y luego nos hemos olvidado de nosotros mismos, y luego
nos dicen que les hemos ayudado, aunque es posible que no recordemos lo que
hemos dicho y consideremos que no hemos hecho nada. Incluso si alguien no
entiende, pero piensa: "Esta persona necesita algo, ¿qué puedo darle?" ya hemos
dado amor. Y no hay nada que el verdadero amor no pueda curar. No podemos decir
lo que la gente necesita. No podemos saber cómo podemos ayudar a las personas.
Pero si proyectamos positividad, esto ayudará de una manera que nunca se sabe.
Podemos recibir las cosas materiales, pero no podemos recibir el amor. Si lo
recibimos tenemos que darlo de nuevo. Muchas personas dicen que están cansados
de dar. Todos queremos recibir. Todos decimos que hemos dado y no hemos recibido,
en lugar de decir que hemos recibido y debemos dar. En la armonía no hay
descontento. La armonía es perfecta libertad. La libertad verdadera es amor
verdadero. El amor es libertad. Cuando exigimos no amamos. Nadie en el trabajo real
exige nada para sí mismo. Siempre ten cuidado de aquellos que exigen para sí
mismos, no importa la razón que den.
En este mundo nadie puede ser perfectamente desinteresado, pero cuando somos
realmente fuertes, cuando somos realmente nosotros mismos, y ayudamos a otros,
entonces estaremos cerca del altruismo desinteresado.
No se hace nada por nosotros mismos; otros nos ayudan en todo lo que hacemos.
Cuando entendemos que tenemos que ayudar a otras personas, dar a otras personas,
entonces estamos seguros, porque ya están sellados con lo que tenemos que ser. Lo
divino en nosotros quiere ser lo que se supone que deberíamos ser. Lo divino en
nosotros se da cuenta de sí mismo en su deseo de ayudar a otros, y esto es el amor.

IV

Nada nos pertenece, excepto el amor de Dios. Si tenemos eso, lo hemos ganado
para nosotros mismos amando a nuestro vecino. Todo se nos es dado para ayudar a
los demás. Incluso el alimento que comemos va a hacer nuestra sangre, que junto con
el oxígeno crea las irradiaciones que van a la otra gente. Por esta razón tenemos que
cuidar nuestras cosas de modo que cuando alguien las necesita puedan estar

17
disponibles. Tendremos que dar cuenta de todo lo que no hemos tenido cuidado.
Tenemos la obligación de exigir a los demás que respeten nuestras cosas de la misma
manera que nosotros las respetamos.
Si arreglamos nuestra casa para nosotros, y decimos: “Esta es mi casa” no lo
estaremos haciendo correctamente. Pero si recordamos nuestra responsabilidad, de
que hemos de proyectar algo, dar algo a través de la impresión de nuestra casa a las
personas que están en ella, nuestra casa será arreglada con buen gusto. Tenemos que
conectar todo. Si queremos que nuestra casa sea armoniosa tenemos que conectar
las cosas con su finalidad y con su entorno.
La clave para todo lo que hacemos es la atención a la intención. Entonces el más
mínimo detalle estará tanto en relación con nuestro entorno físico y nuestras
acciones. Entonces no haremos nunca nada para impresionar. “Que tu mano izquierda
no se entere de lo que haga tu mano derecha” se comprende cuando hacemos algo
bueno por el bien mismo y no para que los hombres puedan decir que nosotros somos
buenos. Debe hacerse todo lo posible desde el corazón, sinceramente. Porque Dios
conoce lo que está oculto y de él solo tendremos nuestra recompensa. Si hacemos
algo bueno y hablamos sobre eso, lo hemos perdido; cualquier persona pudo haberlo
hecho e igual no obtendríamos ningún beneficio. Si tratamos de conservar algo para
nosotros mismos lo perdemos. Esto se aplica a todo, incluso al dinero. Sólo tenemos
dinero si lo pasamos, porque el dinero en sí mismo no vale nada. Pero se debe gastar
sabiamente. No tenemos derecho a perderlo, porque nuestro dinero no nos pertenece
más que ninguna otra cosa.
Si pertenecemos realmente a este trabajo no hacemos nada para nosotros mismos y
nada nos pertenece. Todo lo que tenemos pertenece a Dios, a la obra de Dios. Cuando
comprendemos eso, somos libres. Libertad significa que pertenecemos a Dios.
Si lavamos nuestros cuerpos, no es para nosotros, es porque nuestros instrumentos
tienen que ser mantenidos limpios para la obra de Dios. Tenemos que mantener
nuestro cuerpo biológicamente limpio, y va a ser para nosotros mismos, sino para la
obra de Dios, ya que nuestros cuerpos pertenecen a Dios. Debemos cuidar nuestro
cuerpo, recordando que son sagrados, que pueden servir a Dios. Si uno tiene una
enfermedad, es una obligación tratar de curarnos y si no tiene remedio, aceptarlo.
El Ascetismo puede ser de diferentes tipos, puede ser un sacrificio para Dios, con
una intensión pura, o puede ser por el odio a uno mismo, que seria un vicio. Hay tanto
sufrimiento en este mundo tal como es, que debe ser absorbido, y eso de querer crear
sufrimiento para sí mismo no es equilibrado. Existe el sufrimiento negativo y positivo.
El sufrimiento es positivo para absorber el sufrimiento mecánico de los demás,
asimilarlo tan efectivamente que desaparece. El Sufrimiento negativo implica más
sufrimiento por los demás de una forma u otra y siempre el resultado es el sueño
psicológico. El sufrimiento Positivo implica un nivel de conciencia y conocimiento en el
cual el sufrimiento negativo no puede existir. El dolor se sitúa entre el sufrimiento
negativo y positivo y puede ser absorbido por cualquiera.
“Dejar a tu cuerpo y ven”, no significa que tenemos que olvidar el cuerpo. Debemos
hacer un buen uso de él, pero recuerde que tenemos que salir de él. El cuerpo nos
lleva a Dios o nos impide ir a él, dependiendo del uso que hacemos de él. Las
personas que sufren dolor voluntariamente lo hacen a fin de poner el cuerpo físico en
su lugar y elevarse por encima de él. Con el fin de soportar el dolor, tienen que estar
en un nivel superior de conciencia. Libertad significa hacer que el cuerpo obedezca al
espíritu. Dios no se disgusta cuando tratamos de obtener beneficios para el cuerpo,
siempre y cuando esos beneficios se coloquen al servicio del espíritu.
Sacrificio no significa renunciar a lo que uno le gusta, a fin de agradar a Dios;
significa deshacerse de lo falso. La razón por la cual muchas personas están
fascinadas con la idea del sacrificio es porque lo confunden con el sufrimiento

18
mecánico, que no están dispuestos a sacrificar. Ellos tendrían que admitir que no es
nada digno de reconocimiento, por el contrario el resultado simplemente es el sueño.
Pensamos muy poco en la muerte o lo que nos va a pasar después de la muerte.
Sabemos muy bien que no vamos a tener este cuerpo con nosotros, por lo que
debemos pensar en la parte de nosotros que sigue después de la muerte. Nuestro
cuerpo no una parte tan importante de nosotros como lo es nuestra alma, pero
nosotros nos encargamos de alimentar nuestro cuerpo. Si alimentamos a nuestro
cuerpo, que cuando morimos sólo va a alimentar a los gusanos, ¿cuánto más
deberíamos alimentar a nuestra alma, para que pueda ser fuerte cuando deje el
cuerpo?
Todo lo real comienza de algo real, pero la imaginación corrompe la realidad. La
imaginación juega una parte muy fuerte en el cuerpo físico. Si nos imaginamos que
estamos cansados, estamos cansados. Debemos recordar la parte que juega la mente
en las acciones del cuerpo físico, especialmente en el sexo. No debemos confundir las
emociones reales con emociones imaginarias.
La gente estudia, después a menudo agrega imaginación a lo que ella ha aprendido.
Si una persona ha creído realmente durante mucho tiempo que verá una muñeca
caminar, con el tiempo vendrá a verlo. Si nosotros tenemos prejuicios, hemos
imaginado ya lo que veremos, entonces no podemos estar abiertos.
Debemos ser abiertos, de otra manera nuestra imaginación, nuestros prejuicios y
preconceptos nos rodearan. Se pegaran a nosotros y veremos únicamente nuestras
imaginaciones y nunca seremos capaces de ver las cosas reales.
Existen tres tipos de imaginación -negativo, mecánica y positiva. Imaginación
Negativa es estar soñando despierto acerca de algo que no tiene ninguna posibilidad
de ser realizado. Imaginación Mecánica es cuando tenemos una imagen automática
de algo que vamos a hacer, como conducir un automóvil. A menos quelo
imagináramos primero no podríamos hacerlo; no podemos hacer ningún movimiento
intencional a menos que nos lo imaginemos primero. La Imaginación Positiva es
creativa, como cuando un pintor imagina el cuadro que va a pintar y lo pinta. Si no lo
pinta fue un sueño despierto y su imaginación fue negativa.
Podemos controlar nuestros sentimientos por la conexión. Podemos modificar
nuestras circunstancias, y los sentimientos vienen por la conexión con las
circunstancias. Muchos de nuestros sentimientos son evocados por nosotros mismos,
por lo que elegimos pensar. Siempre hay muchos tipos de sentimientos en nosotros,
los que reconocemos, los que alentamos, están para que elijamos. No debemos
perder por la risa lo que hemos ganado por las lágrimas.
Es difícil generalizar sobre los sentimientos, ya que dependen de la sensibilidad. Hay
gente que puede estropear sus dedos y no sentir nada, otros sólo tienen que oír
hablar de fuego y se sienten quemados. Muchos sentimientos son causados por la
imaginación. Los Sentimientos son de las funciones. Si el órgano está limpio la función
es limpia. El órgano es el contenedor de algo dado desde arriba.
“Yo” es una palabra sagrada. Normalmente nos referimos a “nosotros” -toda una fila
de “yoes”-. Tenemos que aprender a ponerlos en su lugar. Un "yo" siente algo; si nos
decimos a nosotros mismos: “Este yo, se siente tal y tal”, es como ponerlo en su
lugar. Otro "yo" siente otra cosa e inmediatamente lo ponemos en su lugar. Cuando la
gente sigue hablando acerca de sus yoes, no crecen. Con esto de andar diciendo “ya
lo he dicho yo”, " y me puso de manifiesto que yo…", " yo hice el otro…" no vamos a
crecer nunca. Si una gota de agua cae en el mar, ¿es la gota la que le da su nombre al
mar o el mar a la gota de agua?
La vanidad es negativa. Si reconocemos algo positivo que hemos hecho y sobre eso
nos vanagloriamos, la positividad se pierde. Pero si, cuando reconocemos que hemos
hecho algo positivo, y de inmediato pensamos en utilizarlo por el bien de otros, lo

19
seguimos transformando en positividad. Cuando tratamos de hacer algo –por ejemplo
escribir alguna cosa- para nosotros mismos, para nuestro propio placer o vanidad,
inevitablemente algo va mal, algo está mal con esto. Pero cuando tratamos de hacer
algo por el bien de los demás, escribir algo que pueda estar disponible para los
demás, entonces estamos abiertos y recibimos ayuda.
Cuando hacemos algo bueno debemos preguntarnos por qué. Cuando hacemos algo
malo lo sabemos. Es cuando hacemos algo bueno que tenemos que estar alerta,
porque a menudo aparentamos ser buenos con autosuficiencia a vanidad. Podemos
hacer todo con vanidad o sin vanidad. Puede haber vanidad en nuestro
reconocimiento de nuestras obligaciones para con los demás. Incluso si trabajamos
para que el dinero no sea para nosotros sino para otros, puede ser por vanidad.
Muchas personas con dinero no son reales, sino que quieren hacer de ellos mismos lo
que no lo son. Su mente no armoniza con sus circunstancias. Que viajan, pero no
saben cómo encontrar, porque no saben cómo estar solos. No Nos damos cuenta de
nada de lo que sucede a nuestro alrededor si estamos descansando en las plumas de
nuestra vanidad. Todos a veces nos sentimos muy solos - sólo por vanidad-. Pero no
estamos solos en nada. Si amaramos a otros seres y sintiéramos que somos
comprendidos, sabríamos que nunca estamos solos.
Nosotros nos sentimos muy importantes. Pensamos: “Yo quiero”. Si sintiéramos
nuestra verdadera posición las cosas vendrían a nosotros. Debemos dejar que sean y
no tratar de retenerlas o forzarlas. Si nos olvidamos de nosotros mismos las cosas
vendrán a nosotros. La presunción nos está atando siempre, obstaculizándonos en
cada cosa. Tenemos que romper la cadena de nuestra importancia. El que piensa que
es importante no tiene ninguna importancia; el que se reconoce a si mismo como
totalmente insignificante comienza tener importancia. Nunca debemos recordar nunca
que nosotros somos “James” o “John”, sólo que somos "nosotros". Entonces nunca
seremos avergonzados, por que la vergüenza es falsa personalidad. Debemos ser muy
cuidadosos de no estar avergonzados, porque se trata de vanidad. Es la imaginación y
un viejo hábito.
La mayoría de nuestros miedos provienen de la vanidad. Tememos que otros nos
encuentren estúpidos, por que entienden más que nosotros. Podemos entender
cualquier cosa, si estamos dispuestos a estudiar.
Todo el mundo tiene una imagen mental de sí mismo. Cuando nos vemos en una
fotografía o un espejo decimos: "¡Soy realmente mejor que ese!" Nos tomamos muy
en serio a nosotros mismos. Si nos olvidáramos un poco tendríamos cierto
conocimiento.
La Preocupación es el peor de los prejuicios que tenemos, porque se trata de
vanidad. El Mal humor es un compuesto de la vanidad y la imaginación. Nos
enfadamos ante una situación cuando no podemos hacerle frente. Nos enfadamos
ante una situación cuando no queremos hacer un esfuerzo para hacerle frente.
La vanidad es nuestro peor enemigo. La vanidad no hace nada por la cosa en sí, sino
por el efecto que tendrá sobre los demás. Cuando dejamos de pensar en nosotros
mismos, de la impresión que damos, entonces seremos libres. Cuando estamos
pensando en otras personas, no en nosotros mismos, el resto se hará cargo de sí
mismo. Cuando aprendemos a escuchar a los demás y nos olvidamos de nosotros
mismos, entonces ya es algo. Creemos que olvidarnos de nosotros mismos significa
dejar algo agradable. No nos damos cuenta de que ello significa entrar en un nuevo
estado de felicidad.
Todo el mundo es básicamente igual. Todos tenemos los mismos problemas, ya que
todos provienen de la vanidad. Sabemos la causa, pero muchos no lo saben.
Consideran que la ilusión es realmente cierta y sabemos que no es cierto.

20
La tolerancia mata a la vanidad. La tolerancia no significa tolerar las cosas que nos
parecen mal. Esto significa que no reaccionamos mecánicamente a las mismas. Si nos
enfrentamos a nosotros mismos en todo y no creamos excusas, entonces llegamos a
ser tolerantes. Si sacamos excusas estamos reaccionando a las cosas desagradables
que vemos en nosotros mismos.
Hablar de misticismo con el fin de impresionar, hablar por el bien de hablar, es tan
malo como la prostitución. Deberíamos preguntarnos todos los días por qué estamos
aquí, ¿por qué se nos ha dado esta responsabilidad? ¿Cuál es la razón por la que se
reúnen? ¿Por qué estamos tan fuertemente conectados? ¿Qué es lo que nos
relaciona? Es una bendición que estemos juntos, que estemos en el trabajo, la obra de
la Gran Obra.
El trabajo está en cada uno de nosotros, en sí mismo. Muchas personas piensan que
están en el trabajo, pero no lo entienden. Otros suponen que no están en el trabajo
pero han estado siempre en él. Nosotros no estamos en la obra aún, no hemos
empezado. Hay muchas personas en el trabajo, pero son invisibles. Si alguien
realmente está en el trabajo es invisible.
Podemos entender lo contrario de la vanidad, si pensamos en el proceso de mezcla
de tabaco. Una mezcla tiene un sabor mejor que cualquiera de sus componentes.
Cada persona pierde su propio sabor y obtiene el mejor sabor dentro del todo. Si
entendemos esto realmente podemos llegar a sentir una punzada al darnos cuenta de
que nuestro "yo" tiene que morir para que el Ser, que esta dentro de “nosotros”,
pueda nacer. Sólo nuestra inteligencia nos puede decir que esto es totalmente
deseable, que nada de lo real se pierde, que por el contrario, las ilusiones y la
imaginación nos impiden experimentar una felicidad mucho mayor que cualquiera
posible para nuestros muchos yoes, de nuestro pequeño ego. La mayor felicidad que
puede experimentarse en esta tierra viene de una humildad tan completa, que todo lo
que nos han dicho o nos puedan decir, nos puede hacer reaccionar, ya sea con placer
o con dolor. Cuando aceptamos lo que viene a nosotros como una oportunidad para
aprender, como una oportunidad de ser positivos, entonces seremos realmente
felices. Cuando se llega a ese punto de humildad ya no hay “Yo quiero”, hay sólo
“estamos”. Esto es recordarse a uno mismo.
Bienaventurados los puros de corazón, bienaventurados los humildes, bendito sean
los que hablan de la palabra de Dios, bendito sea los que están unidos en el nombre
del Señor, bendito sean los que dejan vanidades y temores.

V
La religión es una virtud que nos acerca a Nuestro Señor, una ciencia para fortalecer
la voluntad. Es una ciencia de muchas cosas. Es amor, es el recuerdo del Ser. Es para
poder ver desde afuera hacia adentro. Es una palabra que no podemos entender con
nuestra imaginación, debemos practicarla amando a las personas. Debemos echar
abajo nuestra imaginación y practicar la religión para ser veraces, honestos y
sinceros.
La religión es la conexión con Dios atreves de la ética. Nuestra conciencia nos
recuerda no herir a otras personas. Eso es religión. Podríamos no hablar de Dios, pero
si vivimos por la ética somos religiosos. El sabor de la belleza y la armonía se siente
en la ética.
21
El buen gusto se puede desarrollar con la atención y el conocimiento. Muchas
circunstancias, pueden desarrollar gustos. Una persona con buen gusto, nunca peca.
Cuando tenemos gusto por lo bueno queremos aprender e ir por la más alta
perfección. Le damos el valor exacto a todo - pues vemos las cosas como son.
Aprendemos a medir. Medimos nuestras palabras y tienen buen gusto, ya que no
condenamos. Cuando tenemos buen gusto que estamos viviendo alertas, alertas a lo
que hay fuera de nosotros mismos; vemos, escuchamos, tocamos todo. Estamos muy
vivos, estamos viviendo realmente. Ya no estamos en la imaginación porque no hay
más exageración. Somos equilibrados.
Cuanto mejor gusto tenemos, mejor es la conciencia que tenemos. La conciencia es
una facultad que posee todo el mundo, pero debemos darnos cuenta de que hay
conciencias poco desarrolladas. Si sentimos que algo es honesto, deberíamos hacerlo.
Lo que nos parecía honesto hace un mes, puede que hoy llegue a no parecérnoslo,
porque nuestra conciencia está desarrollándose. La conciencia es la mejor facultad
que tenemos. Todo el mundo tiene la misma conciencia, pero en algunas personas
esta más desarrollada que en otras. Por ejemplo, una persona puede pensar que es
deshonesto engañar por un chelín pero no por un penique; para otros es deshonesto
engañar por un comino, porque su conciencia está más desarrollada. La única manera
que podemos desarrollar nuestra conciencia es por la sabiduría. El entendimiento es
como la luz, es una palabra muy grande -que significa conocimiento, tolerancia,
conciencia, sabiduría.
La sabiduría es la comprensión de cómo transformar las circunstancias de modo que
sean útiles. Al hacerles frente crecemos –enfrentándolas con todo lo que tenemos,
observando con ambos ojos. Normalmente nos fijamos en las cosas con un sólo ojo;
nuestros prejuicios nos hace cerrar el otra.
Estamos más cerca de la Maestría cuando tenemos tentaciones. Cuando notamos
que nuestras manos están las lavamos; entonces están más limpias que antes. Nadie
está nunca libre de tentaciones. Un hombre alcanza el nivel de la divinidad por la
fuerza del mundo humano. Benditas sean las tentaciones, porque nos hacen fuertes.
Debemos asumir nuestras responsabilidades, hacer frente a nuestras
responsabilidades. La responsabilidad es como una cuerda de la que podemos ver
sólo la mitad; ambos extremos están fuera de nuestra vista. El hombre que es fiable
en las pequeñas cosas es fiable en las grandes cosas. Si alguien dice que enviará una
carta para usted y no lo hace, no importa por qué razones, ha demostrado no tener
aptitud de ningún tipo para la responsabilidad. Si no se nos pueden confiar las
pequeñas cosas de este mundo, ¿cómo podemos ser de confianza con los tesoros
celestiales?
Una de las cosas más importantes para nosotros es la coherencia. Si siempre fuimos
buenos podemos ser utilizados como instrumentos; si fueron malos también podrían
ser utilizados, pero de una manera diferente. Pero no serian de fiar. Podemos ser
útiles a los demás, si sabemos cómo decir claramente lo que pensamos. Una persona
que puede expresarse claramente piensa claramente. Una persona que piensa con
claridad es coherente, es consistente con lo que dice, con lo que piensa. Si las
personas dicen que sienten, pero no puede expresar lo que sienten, ellas no se
sienten, tan solo están identificados con “eso”.
Tenemos que actuar rectamente en todas las condiciones. Tenemos que hacer todo
lo posible, hacer nuestro mejor esfuerzo. Si estamos haciendo lo bueno nunca
debemos sentirnos heridos. Si no estamos haciendo el trabajo de Nuestro Señor,
entonces deberíamos sentirnos heridos.
No debemos imaginar que estemos siendo lastimados, cuando no lo somos. Deje las
pequeñas cosas ser pequeñas y las cosas grandes ser grandes.

22
No debemos hacer algo bueno que parezca malo, ni algo malo que parezca bueno.
Tenemos que intentar de todo, pensar, aceptar, pensar por nosotros mismos, medir
por nosotros mismos, eliminar en lo que no tenemos razón.
El conocimiento y la conciencia son los mismos. La conciencia es el conocimiento de
nuestro entorno y de nosotros mismos simultáneamente. El conocimiento es la
conciencia de los efectos de nuestras acciones en nuestro entorno. Es un estado de
alerta a lo bueno y lo malo. La vigilia, la conciencia, significan estar despierto,
recordarse a sí mismo. La conciencia es la vigilancia de la mente, de las tres partes de
la mente que están en nosotros y hacen conciencia. La conciencia es incorruptible, lo
mejor que tenemos. Es la continuidad de esta vida a la eternidad. Significa pensar,
proyectar. Nosotros no estamos aquí para hacer nada físicamente, tenemos que
desarrollar nuestra mente. Esto nos hace crecer espiritualmente. Debemos desarrollar
nuestra mente, porque al desarrollar nuestra mente, más desarrollamos la conciencia.
Si usamos nuestra mente no hay nada en este mundo que no podamos entender -si
tenemos la voluntad de descubrirlo-.
Tenemos una conciencia y una voluntad. La Conciencia puede decirnos que hacer o
no hacer, pero sin voluntad no se le puede obedecer. La voluntad introduce conciencia
en el pensamiento. Como somos, lo que hacemos está predeterminado, pero si
adquirimos voluntad, lo que hagamos no estará predeterminado. Nuestros
movimientos físicos están predeterminados; si andamos esta predeterminado que
pasemos primero un pie y luego el otro. Si decidimos sentarnos, está predeterminado
que doblaremos las rodillas. Si estamos sucios esta predeterminado que seguiremos
sucios hasta que hagamos un esfuerzo por estar limpios y determinar que nos
limpiaremos. Controlamos nuestra respiración por una mente limpia. Si nuestra
conciencia está sucia, nosotros estaremos perturbados y nuestra respiración devendrá
perturbada.
La conciencia es la voz del espíritu. Es nuestra alma la que reconoce la voz de la
conciencia. El cuerpo no puede reconocer la conciencia porque es físico. El puente
entre la conciencia y el cuerpo es el reconocimiento, el alma. El alma acepta,
contempla. Si vemos algo hermoso y lo comprendemos, eso es la operación del alma.
Sera recordarse a sí mismo. Es necesario hacer siempre la conexión entre espíritu y
cuerpo, de lo contrario sólo existimos sin Ser.
El primer paso es conocer que somos, que tenemos una mente. El segundo es tener
una conciencia, reconocer conscientemente. La tercera es conocer nuestro objetivo.
La cuarta es conocernos a nosotros mismos y ser humildes. Esto realmente es
recordarse a sí mismo. Al principio podemos ser guiados, pero después del primer o
segundo paso, hemos de decidir si vamos a ir hacia arriba o hacia abajo. Porque Dios
nos ha dado libre albedrío, e incluso él mismo no puede obligar a ir en cualquier
dirección. Nosotros mismos tenemos que decidir. Hemos de tomar decisiones
constantemente porque carecemos de voluntad y un centro de gravedad permanente.
Nuestras posibilidades son los bienes más grandes que tenemos. Con el fin de
realizarlas no debemos fortalecer nuestras debilidades.
Cada acción sin voluntad es negativa. Sólo hay una voluntad; es como una luz que
siempre debemos seguir; tiene que vibrar en todo momento. Lo hacemos por que lo
queremos. La voluntad es esencial para todos. Sin ella, no podemos ir a ninguna
parte. Con voluntad podemos ser nosotros mismos. Nadie nos la puede dar, solo
nosotros mismos. Puesto que dios nos dio el libre albedrío incluso él no puede tocarlo.
El libre albedrio significa la capacidad de elegir independientemente si deseo o no
ejercer lo poco que tenemos. El espíritu y el cuerpo no nos pertenece, pero el alma si,
porque es voluntad. Lo único que realmente nos pertenece es la voluntad.
Todo el mundo tiene voluntad, a pesar de que podemos pensar que no tenemos
ninguna. Una acción es llevada a cabo por una de dos causas: o bien el impulso que la

23
inició, es lo suficientemente fuerte como para realizarla, o tenemos la suficiente
fuerza de voluntad para concluirla. Estamos constantemente completando las
acciones de nuestra propia voluntad, porque es tan pequeña e insignificante en
comparación con la voluntad en las acciones realizadas por la fuerza del impulso
inicial, que no nos damos cuenta de estas. Además, somos más aptos para
percatarnos de los casos en que nuestra voluntad no era lo suficientemente fuerte
para realizar la acción, que para percatarnos de aquellos en los que la voluntad era lo
suficientemente fuerte como para realizarlas.
La voluntad es la mejor fortaleza de alguien -la buena voluntad-. No podemos ser
perfectos, eso es imposible. Pero tenemos que ser fuertes. Tenemos la clave: la
honestidad, la veracidad y sinceridad.
El camino para estar vivo es ayudar a los demás a estar vivos. Si nos olvidamos de
nosotros mismos, a fin de ayudar a otros obtenemos atención. La atención requiere
voluntad. Nosotros y el objeto de nuestra atención son dos factores; voluntad es el
tercero. Cuando los tres factores se juntan, el resultado es que estamos más vivos,
somos nosotros mismos, llegamos a ser.
Podemos perder nuestro ser por los hábitos mecánicos. Si la voluntad se ata al
cuerpo, nuestro ser se convierte en menos. Se tiene que obedecer a nuestro ser y no
al cuerpo. Si actuamos de acuerdo a nuestro ser, actuamos correctamente, pero si
nuestros “Yoes” dominan en el camino no lo podremos hacer. Podemos hacer crecer
nuestra esencia y desarrollar nuestro ser. Si tenemos ser tenemos alma, porque con el
ser tenemos voluntad; si queremos tener alma, hemos de ser voluntad. El trabajo de
la voluntad es hacer que la esencia llegue a ser. El trabajo de la voluntad, llegar a ser
esencial. Por la voluntad podemos desarrollar un ser mayor que ese con que hemos
nacido. Alimentamos la semilla de la esencia con pequeños deseos, hasta que ellos
devienen en deseo. Lo que queramos lo conseguiremos. Si realmente queremos estar
limpios, así será, en ese mismo instante.
Tenemos todas las posibilidades. Todo está ahí, si queremos con el verdadero centro
de nosotros mismos, -no el izquierdo, no el derecho, sino el verdadero centro de
nosotros mismos-. Podemos hacer todo lo que es posible por la voluntad. Si tenemos
voluntad, tenemos la gracia. Podemos hacer cualquier cosa por nosotros mismos, por
el esfuerzo. No, por supuesto, en un nivel físico; por ejemplo, si no comemos no
tenemos ninguna fuerza en nuestras mentes.
La palabra "difícil" no debería existir en nuestro vocabulario. Inmediatamente se
introduce la imaginación y nos limita. Nada es difícil. No hay nada difícil para el ser
humano. Toda posibilidad está en nosotros; sólo decimos: “¡Oh, nada es imposible!”.
Para transformarnos,debemos dejar de pensar en los “peros”. Muchas cosas en
nuestras vidas son, “pero, pero, pero”. Si dejamos de decir “pero” vamos a ser
nosotros mismos.
Tenemos que ejercitar nuestra voluntad para recobrar más voluntad. No debemos
preocuparnos por esto. Al preocuparnos nos limitamos. Nosotros somos los que nos
limitamos. Estamos todos en la misma posición. La preocupación no ayuda en nada;
significa que somos inseguros. Nada correcto puede venir de la misma, porque cierra
nuestros sentidos de percepción. La preocupación en exceso, trae inestabilidad.
Tenemos grandes posibilidades, sin limitaciones, salvo las que nos imponemos a
nosotros mismos. Debemos romper estas limitaciones. Somos la imagen de Dios.
Somos inconscientes de esto; este es el porque, de que nos limitemos. Dios nos hizo a
su imagen para ser libres, ser maestros, para ser felices. Porque Dios nos hizo a su
imagen, podemos hacer todo. Hacemos las cosas mal, limitándonos a nosotros
mismos.
La única manera de ser realmente feliz es ser realmente libre, y la única manera de
ser realmente libre es no tener miedo imaginario. Los temores son sólo imaginarios,

24
no tienen realidad. Ellos están fuera de nosotros, no dentro. Somos nosotros los que
construimos y alimentamos las cosas imaginarias para tener miedo. La imaginación es
muy rápida. Es la imaginación la que trae el miedo. Inmediatamente hay que decir:
“Yo tengo fuerza de voluntad y voy a proyectar algo real”.
No hay nada a lo cual tenerle miedo; se trata de un derroche de energía. La Fuerza
de voluntad es completamente eficaz contra la imaginación; sólo la voluntad.
Cada mañana debemos fijarnos un objetivo para el día, un objetivo particular, y
tratar con todas nuestras fuerzas realizarlo.
Nosotros podemos olvidarlo después de una hora, podemos olvidarlo después de
diez minutos. Pero si durante diez minutos cada día, realmente tratamos de llevar a
cabo el objetivo que nos fijamos, entonces sería hacer algo por nosotros mismos que
nadie puede quitarnos. De este modo, iríamos avanzando.
Al examinar nuestra conciencia, no tenemos que tratar de contar todas las veces
que no hemos logrado llevar a cabo nuestro objetivo. Eso solamente aumentaría más
nuestra auto-importancia. Examinar nuestra conciencia significa examinar
cuidadosamente el día y ver cómo muchas personas nos han enseñado algo, con
cuantas personas debemos estar agradecidos. Decir: “¿Qué he hecho mal?” es pensar
en uno mismo. Pensar en “ellos”, no “Yo”. “Yo” no vale nada. Pero el agregado de “Yo”
y “ellos” es porque algo significa.
Hay tres etapas en este trabajo: sorpresa, miedo y comprensión. Sorpresa es el
placer que sentimos a encontrar algo nuevo. Tenemos miedo cuando vemos que
tenemos que renunciar a todos los sentimientos humanos, las fricciones, las
preocupaciones, los prejuicios; el miedo de realmente reconocer la verdad, de tener
que matar a los yoes negativos, el -“yo me gusta; yo necesito-”. Comprensión es
cuando sabemos lo que es nuestro verdadero "yo".
Para comprender la armonía, debemos olvidarnos de la personalidad y pensar sólo
en causa-efecto. Él que se cumple a sí mismo en el mayor grado posible su palabra y
encaja con sus pensamientos, armoniza su pensamiento y su conducta, ajustando su
conducta con la realidad íntima del hombre.

VI

Si encontramos la paz en nosotros mismos estaremos en paz con el cielo y la tierra.


Real es la felicidad de ser libres -en un nivel superior al que solemos llamar felicidad-.
Llamamos a muchas cosas sufrimiento porque duran más que la felicidad, que pasa
rápidamente. La mayor parte de las veces creemos que estamos felices porque
nuestro cuerpo se siente bien; por ejemplo, si hemos tenido un dolor de muelas y se
detiene, creemos que estamos felices. El dolor sólo existe en lo no existente. La
tristeza y la felicidad son la misma -un círculo-. La libertad y la felicidad de nuevo un
círculo, sólo que más alta. No podemos ser nosotros mismos si estamos en un nivel
bajo; para ser nosotros mismos tenemos que estar en un nivel alto. No debemos
atarnos a las cosas dentro de tiempo, sino a cosas que están fuera del tiempo.
Tenemos que trabajar por salir del tiempo.
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Nuestro trabajo es en el tiempo, podemos elegir si tomarlo lentamente o
apresurarse. Esto no es un trabajo para unos pocos meses. Es para siempre. Una vez
que realmente entramos en el trabajo no podemos volver atrás. Aquellos que paran
en el camino se pierden de inmediato y son infelices. No tienen nada que celebrar
más. Ellos no pueden volver a donde estaban antes. Mientras estamos ocupados, y
buscando avanzar en este trabajo, somos felices. Tan pronto como nos caemos hay un
gran sufrimiento. Y entre más lejos hemos ido, más doloroso y terrible es caer. Por esa
razón nunca es correcto para instar demasiado a la gente al principio. Las personas
con energía y determinación siempre quieren condiciones especiales, ejercicios
especiales. El problema es que pueden manejarlos una vez, obtener resultados
interesantes, pero no pueden hacerlo de nuevo. Después llegan a decepcionarse y a
perder la fe. Si una persona deja el trabajo no sólo significa que él sale del mismo.
Esto significa que el cambia el trabajo para adaptarlo a sus propias ideas.
Todos tenemos un papel que desempeñar. No hay nada alarmante en esto, -pero si
en dejar ir nuestras posibilidades, nuestro tiempo real. El tiempo es oportunidad. Se
nos da tanto tiempo, tantos años. En ese tiempo que podemos hacer algo, hay que
hacer algo. Si no usamos este momento no hay otro. La oportunidad es una
coincidencia –el camino hacia los mundos superiores-. Esto significa nuestra propia
posibilidad interna que concuerda con la posibilidad proporcionada por un nivel
superior. El tiempo real es cuando todo es claro y posible para nosotros. Entonces
debemos utilizarlo. No debemos volver atrás. Tenemos que ganar tiempo, no matarlo.
Debemos utilizarlo actuando hacia la otra gente según las posibilidades de la época.
Todo el mundo tiene un tiempo kairos, cuando las grandes cosas son posibles para él,
sólo que no sabe cuando es. Si sólo la gente entendiera acerca del tiempo kairos, esto
los haría permanecer siempre alerta, porque nunca se sabe cuando se está llegando.
Kairos es el tiempo de la prueba límite.
Tenemos que ser conscientes de todos los procesos, ver todo lo que se mueve en
nosotros, ser conscientes de cada movimiento. “Cuando los ojos se cierran las
ventanas se cierran, cuando la boca se cierra la puerta se cierra, cuando el corazón se
cierra la puerta está cerrada”. Cuando la boca se cierra es cuando no sabemos cómo
expresar lo que sabemos.
¿Cómo sabemos que estamos vivos? No por conciencia, ya que no muere. Pero
podemos decir por la mente que estamos vivos. Tenemos que aprender lo que es
sentir, dar y recoger al mismo tiempo. Debemos sentirnos vivos, sintiendo todo lo que
vive a nuestro alrededor, sentirlo realmente; sienta que estamos alertas, sentirnos un
fragmento de nuestro entorno. Este es otro significado de recordarse a si mismo,
recordar a ese uno mismo más grande del que nuestro propio yo no es sino una
pequeña parte, de hecho como de cero a infinito. Es por eso que recordarse a si
mismo es a través de olvidarse de sí mismo, para cambiar nuestro punto de vista de
uno de los factores de una dimensión a la dimensión como un todo, donde no hay
separación entre los componentes. Generalmente cuando decimos “mi ser”, nos
referimos casi siempre a “mi ser-pero-no-tu”.
Hay que percibir lo que podemos ver y tocar, pero reconociendo que sólo son
fragmentos, porque no podemos percibirlo todo. ¿Por qué no siempre podemos ver los
colores en todo, realmente ver las cosas? La cuestión es estar vivo. Cuando estamos
alertas es cuando realmente, vemos y oímos. Nosotros estamos vivos, cuando
conectamos nuestros ojos con nuestro verdadero "yo". Luego relacionamos nuestros
“yoes” con nuestro verdadero "yo"; dejamos que sean vistos por nuestro real ser
interno. Generalmente no lo hacemos porque tenemos el hábito de la pereza. Para
ello se requiere voluntad; se requiere el desarrollo de la voluntad, poco a poco, día a
día. Desarrollamos nuestra voluntad al llevar a la atención, la intención de lo que
estamos haciendo en este momento. Pero no lo hacemos porque somos perezosos y

26
excusamos nuestra pereza diciendo que no tenemos voluntad. La conciencia es un
acto con atención.
Nadie puede comer nuestro alimento por nosotros. Cualquiera puede decirnos cosas
hermosas, pero hasta que matemos nuestra ignorancia y las encontremos para
nosotros mismos no las veremos. Nos desarrollamos sólo por la disminución de
nuestra ignorancia. La ignorancia oscurece todo, lo convierte en negativo. Es nuestra
mayor enemiga.
Tenemos que digerir todo. Tenemos que combinar las emociones, la lógica y la
psicología. Debemos ir paso a paso hacia el interior, y es la emoción quien conecta y
une a todas las partes. Tenemos que entender todo lo que esta en este nivel. Si no
entendemos las cosas en este nivel, no podemos esperar comprender las de un nivel
superior. Si no se rompen los prejuicios no entenderemos las cosas que están en este
nivel. Primero tenemos que llegar a una mente lógica y luego a una mente
psicológica. Tenemos que ir a través de la lógica y la analogía, ir a través de ellas y
estar libre de ellas para que podamos pasar a la siguiente fase; la lógica es poner los
pensamientos en palabras. Hemos llegado a considerar a la lógica como la razón, pero
no lo es; la lógica es la ciencia de hablar razonablemente.
Psicología es el conocimiento del alma. La mente lógica reconoce la psicológica, la
mente psicológica reconoce lo esotérico. Cuando la mente incluye al corazón,
entonces es mente psicológica, porque el corazón y la mente se han armonizado Si
esto no parece lógico, hay que recordar que no fue por la lógica que América fue
descubierta, por lógica nadie podría llegar a suponer que existía un continente donde
la gente caminaba con los pies hacia arriba. No es por lógica que los planetas fueron
descubiertos, por la lógica de los hombres no podríamos haber sabido que había
piedras en los cielos. Es por algo en sus corazones. Todos los descubrimientos se han
hecho por algo en el corazón de los hombres.
Pensamos que sabemos, pero no sabemos nada. El día en que aceptemos el hecho
de que no sabemos nada, tendremos la sabiduría. Estamos todos en el mismo nivel de
ignorancia. Ninguno de nosotros sabe donde están equivocados los demás. Tenemos
que aceptarlos como son, a fin de aceptar como somos nosotros mismos. Entonces
vamos a tener la comprensión, la sabiduría y el amor -o más bien la caridad, que es el
enfoque del amor.
Lo que transformamos con amor, lo podemos proyectar a los demás y así les
ayudaremos sin críticas. Si solo decimos el nombre de alguien con el sentimiento de lo
que comprendemos les ayudaremos. La lógica y el sentimiento en conjunto son algo
real. Hemos llegado al nivel psicológico, cuando sabemos que todo lo que hacemos
por nosotros mismos no es suficiente. Cuando tratamos de describir un milagro con la
lógica ya no es un milagro. Es lo mismo con los misterios; no pueden ser descritos
lógicamente, sólo psicológicamente. Y un secreto es un secreto sólo mientras se
mantiene, tan pronto como sea divulgada no es un secreto.
Si nos dicen que debemos hacer algo, debemos reflexionar. Esto es autodisciplina
verdadera; para verificar, para encontrar siete o más razones por las que una cosa es
correcta o no lo es. Si no podemos encontrarlas es porque no hemos aprendido pensar
rápidamente. Si hemos leído un libro y lo hemos aprendido solamente de memoria no
lo hemos asimilado. Si nos quedamos en las palabras nunca progresaremos.
Para recibir inspiración real es necesario purificar los pensamientos de todo lo
pesado. Es un trabajo duro, pero luego nuestra mente se eleva a un punto en el que
puede ser tocada por el pensamiento de un nivel superior. Pero si nuestro
pensamiento no está purificado, lo que puede parecer inspiración sólo será inspiración
imaginación.
Los pensamientos son una gracia; se nos dan. La mente es como una taza de agua
en la que se vierte desde arriba. Si la taza está limpia el agua está limpia. Podemos

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mejorar nuestro contenedor. Si nuestra copa es de cobre, podemos hacer que sea de
plata, si es de plata, es posible hacer que sea de oro.
Podemos hacer energía al tener pensamientos puros. Pero no debemos luchar contra
los malos pensamientos. Todo lo que hacemos tiene sus repercusiones y los malos
pensamientos son repercusiones de las cosas que hicimos en el pasado, cosa que al
haberlas hecho nos han ayudado a crecer. Todo tiene sus repercusiones, pero no son
reales. No debemos luchar contra cosas que son irreales, es un desperdicio de
energía. Hay una forma muy sencilla de deshacerse de pensamientos negativos -sólo
pensando en colores armoniosos.
Si concentramos nuestros pensamientos lo suficientemente fuerte en otra persona le
afectara. Por ejemplo, si por algún motivo concentramos en una persona la idea de
que va a soltar algo que él tiene, el lo soltara. Él puede pensar que tenemos poderes
sobrenaturales. Es solamente que tenemos el poder absolutamente natural de la
concentración. El problema es que no desarrollamos este poder natural.
Con el fin de concentrarse, con el fin de ser capaz de proyectar nuestros
pensamientos a otras personas, tenemos que estar armonizados nosotros mismos.
Eso significa que tenemos que saber correctamente lo que estamos haciendo, si
tenemos el motivo correcto para hacerlo. Si tenemos alguna duda en absoluto, incluso
si una pequeña parte de nuestra conciencia está en duda de lo que estamos haciendo
para ayudar a la otra persona, no estamos armonizados, no estamos actuando como
un todo. Y si hay alguna división en nosotros no podemos estar totalmente
concentrados y no tenemos el poder de proyectar; nuestros pensamientos no se
proyectan, tan solo de difunden.
Hacemos lo que pensamos. La mente es muy fuerte; es la parte más fuerte de
nosotros. Los pensamientos que alimentamos cobran vida. Si queremos ir más alto,
tenemos que pasar por donde estamos ahora. Así que nada más debemos alimentar
pensamientos puros, de manera que nuestras mentes sean limpias, y con los
pensamientos que nos dicta nuestra conciencia estaremos limpios. Así viviremos en la
realidad y en la verdad. No debemos permitir que un pensamiento oscuro permanezca
en nuestra mente, porque los pensamientos oscuros están muertos y si no pensamos
en ellos no tendremos que pasar por momentos muertos. No debemos criticar ni decir
nada de los demás, algo que no hemos pensado por nosotros mismos, hecho por
nuestros propios pensamientos claros en una mente controlada.
La concentración es una sensación que se prepara para la reflexión. La razón es el
contenedor de lo pensamientos. Debemos escuchar con la lógica, la sensación y el
intelecto armonizados por la atención. La verdad en nosotros mismos es un
sentimiento real complementado por la lógica. Aprender es entrar en lo nuevo. A
menudo lo que se necesita para crear pensamientos es sólo una colección de
impresiones mentales. Los pensamientos verdaderos son creativos.
Las cosas nuevas sólo pueden venir de nosotros mismos. Un cambio de nivel sólo
puede venir de nosotros mismos. Nosotros no podemos decir algo nuevo porque no
podríamos oírlo. Nosotros tenemos que tenerlo ya en nosotros mismos a fin de oírlo.
Hay siete círculos en el aprendizaje. El primero es el de un niño muy pequeño que ve
el mundo sin darse cuenta de que tiene que aprender algo. El segundo es cuando el
niño está aprendiendo el abecedario. El tercero es cuando hemos aprendido a leer. El
cuarto es cuando nos damos cuenta de que hay otras personas que pueden
enseñarnos, además de nuestra madre. El quinto es cuando vemos la diferencia entre
los profesores. El sexto es cuando elegimos lo que queremos aprender y a nuestro
maestro. El séptimo es cuando nos interesa la filosofía. Después, debemos encontrar
todo en nosotros mismos; aquí comprendemos que no podemos aprender esto de
cualquier maestro. El único maestro aquí es Dios. Cuando sabemos esto, somos
pastores. Hasta entonces éramos ovejas. Muchas personas no llegan siquiera al quinto

28
círculo. Cuando hemos pasado por el séptimo círculo no existe el bien ni el mal para
nosotros. Nosotros hacemos las cosas porque es nuestro deber hacerlo, no por gustos.
En este nivel lo único que cuenta es servir a nuestros vecinos -nada más-. Cuando
consideramos la gente, vemos sus características, pero que ya no decimos o
sentimos: “Este es bueno, el es malo”. Acabamos de ver a las personas como son, sin
juzgar en cuanto a si deberían o no deberían ser así. Cuando hemos llegado a ese
nivel, sabemos que para nosotros no puede haber un maestro humano. Recibimos
todo directamente.
La gente va de un profesor a otro, de una escuela a otra, porque no reúnen por si
mismos para comprenderlo por sí mismos, las diferentes partes que la primera
escuela les dio. Por supuesto que van de uno a otro lado, porque todo no les es dado.
Sólo por ellos mismos, buscando, pero no mirando hacia abajo, se puede crecer.
Tenemos que mirar hacia abajo para ayudar, pero no para ser ayudado. Todo lo que es
nuestro tiene que ser ganado con esfuerzo. Por eso significa que nos pertenece y
nadie puede quitárnoslo.
Todo el trabajo debe ser para nosotros mismos; debe pasar a través de nosotros para
que lo podamos dar de nuevo en irradiaciones. Es nuestro empresa el digerir, por
nosotros mismos trabajar con entusiasmo, con amor, con dedicación. Si no
comprendemos, no podemos digerir. Nuestro trabajo es levantarnos, elevarnos, para
conectar con las influencias superiores, de modo que podamos ser utilizados.
El amor es humildad verdadera. La obediencia es la mayor gracia de la humanidad;
es todo amor. La humildad, el amor y la obediencia son las tres fuerzas que, reunidas,
hacen la gracia posible. No hay nada que no podamos hacer por la obediencia. Si
fuéramos realmente obedientes alguien podría decirnos: “¡Escriba un poema!” y
podríamos escribir un poema. Nos podrían decir: “¡Dance!” y bailaríamos a pesar de
que nunca hubiésemos bailado. Obediencia significa haber prestado atención, haber
estado presente, haber escuchado.
No hay nada misterioso en cualquier lugar. Lo que parece ser mágico, cuando la
gente hace cosas o tiene poderes que parecen ser sobrenaturales, es sólo que pueden
ver más de lo que nosotros podemos, simplemente notan más cosas de las que
nosotros notamos. Entonces pueden hacer cosas que nosotros no podemos hacer. Si
usted realmente observa a alguien, nota su rostro, su expresión, sus movimientos, las
líneas de sus ojos, la forma en que se sienta, la manera en la que mueve sus manos,
usted verá lo que es. Usted puede decirle a él: “Usted está pensando en esto y lo otro,
tiene tal dificultad”, y él puede pensar que usted es clarividente. Pero es simplemente
lo que usted nota. Todo lo que hacemos y pensamos tiene que salir, mostrarse de una
forma u otra. Las gotas de agua se pueden filtrar en una pared, y en un determinado
momento tienen que salir. Una persona se dará cuenta de que el muro tiene
humedad, otra no.
Tenemos una gran sabiduría que podría ser desarrollada si hiciéramos el esfuerzo de
perder nuestra mecanicidad. Pero la perdemos por la memoria abstracta. Esta
memoria esta desconectada a la real. Podemos usar nuestras memorias si
comprendemos las cosas, sintiéndolas y apreciándolas conscientemente.
¿Para que es la vida? Para ver las consecuencias de nuestras acciones. Poseemos
realmente lo que aceptamos conscientemente. Pera aceptar conscientemente
debemos comprender.
Nuestro trabajo es comprender de verdad, preparándose para la paz. El regalo de la
comprensión nos ilumina. Lanza una luz viva, penetrante y reveladora que saca a la
luz verdades extraordinarias. Que trae para nosotros un medio seguro de conocer el
verdadero significado de la palabra divina.

29
VII

Hay tantas cosas grandes para pensar que no hay tiempo de estar confundidos, no
hay tiempo para pensar en nosotros mismos. Tenemos que pensar: “¡Estoy haciendo
esto para los que están por venir!”. Luego, nuestro pensamiento es ilimitado. Pero si
pensamos en nosotros mismos y decimos: “¡¿Qué he hecho?¡ ¡¿Qué errores he
cometido?!” nos limitamos. No hay que limitarnos. Debemos darnos cuenta de que
somos instrumentos y que no hay límite a lo que se puede hacer a través de nosotros
si creemos en lo que estamos haciendo.
Ninguno de nuestros errores nos ha matado. Si tenemos que aprender de él es
bueno. Ignorancia significa que la luz nos ha llegado. El sueño significa que no hemos
buscado la luz. Nunca pagamos por los errores que hacemos por la ignorancia. Pero sí
pagamos por los errores en los que incurrimos por el sueño. Si cometemos el mismo
error dos veces es porque hemos ido a dormir. El hombre perezoso pierde tanto este
mundo, como el próximo.
La ignorancia mata a la inocencia. El mal mata a la inocencia. La vanidad mata a la
inocencia. La hipocresía es estar mintiéndose a sí mismo. Siempre hay esperanza de
salvación, cuando reconocemos la verdad acerca de nosotros mismos. Pero lo difícil es
perdonarse. Cuando admitimos un error abiertamente no lo hacemos otra vez.
Debemos hacerle frente a todo lo que esta en nosotros mismos. Sabemos que
tenemos negatividad. Dios ha permitido las tentaciones, a fin de ver lo fuerte que
somos. Si no nos justificamos, y enfrentamos a las tentaciones, sin permitirles entrar
dentro de nosotros, vienen cada vez menos a menudo.
Encontramos nuestra escalera para progresar en la experiencia. Caemos una y otra
vez, pero nuestros errores nos empujan a levantarnos. Incurriríamos en más errores si
no tuviésemos ninguna experiencia. A menos de que estemos muy despiertos, no
podríamos sacar provecho de la experiencia de alguien más.
Los problemas nunca han asesinado a alguien. Si no fuéramos capaces de
enfrentarnos a lo que nos viene, Dios no lo permitiría. No son los problemas, sino la
autocompasión y la preocupación las que matan a la gente. La preocupación mata a
gente porque ella la permite. Les gusta preocuparse. No hay problemas que no sean
imaginarios, que no estén en la mente. Hay etapas en nuestras vidas, que a veces no
nos preparan para ellas. Si estamos despiertos no hay problemas. Hay muchos
factores en las situaciones que creemos que son problemas, por ejemplo, nuestra
pereza.
Es la falta de comprensión la que hace las dificultades. Si están bajo control no nos
toman por sorpresa. Tenemos que llamar a los problemas por un nombre para excusar
nuestra ignorancia. Los seres humanos aman crear problemas para sí mismos porque
piensan que es muy valiente el tenerlos; se dan importancia atreves de ellos. Ellos no
entienden que es una forma estúpida de perder el tiempo.
No sabemos llevar bien las tribulaciones porque no sabemos la forma correcta de
buscar consuelo espiritual. Por esta razón, el que trabaja fielmente sobre sí mismo, en
sí mismo y para sí mismo más fácilmente soporta la adversidad. La prosperidad nos
hace caer más a menudo y más bajo que las tribulaciones. Quien, cuyo regalo no le
cuesta nada, no recibirá nada de valor a cambio.
Todas las tribulaciones por las que tenemos que pasar son muy importantes, porque
nos hacen crecer. Tenemos que tomar todo lo que viene a nosotros como un medio
para crecer. Pensamos que no deberíamos dudar. Por el contrario, debemos dudar.
Nunca debemos aceptar nada hasta que realmente hayamos reflexionado y
comprendido para creerlo, porque tenemos que descubrir por nosotros mismos qué es
verdadero. Pero tenemos que entender lo que significa dudar. Llamamos a muchas
cosas dudar cuando solo son nuestros prejuicios. Nosotros decimos: “Dudo de esa
30
declaración” cuando no dudamos en absoluto, cuando sólo significa que ya hemos
dado por hecho en nuestra mente que no es cierto. Por otro lado, no debemos aceptar
algo que nos dicen porque queremos aceptarlo, tan solo porque nos conviene
personalmente si fuera cierto. Si tenemos dudas, debemos averiguar, demostrarnos a
nosotros mismos, si tenemos razón o no. P.D. Ouspensky siempre decía: “No crean lo
que digo; descubran por ustedes”. A menudo lo que creemos que es una duda, es sólo
vanidad. Nosotros decimos: “¿Me pregunto si eso es cierto?” En lugar de ello, se debe
decir: “Esto es algo que no lo sé. ¿Por qué no creo que sea así? Porque yo no
comprendo”. Entonces podríamos estudiar y aprender. Debemos enfrentar nuestra
falta de comprensión y definirla.
Tenemos que entender la diferencia entre el prejuicio y el conocimiento. Encontrar
cuatro razones básicas para una opinión, deja claro si es o no un prejuicio. Negarse a
aceptar algo porque va contra nuestra propia naturaleza, el saber o el conocimiento
no es el prejuicio.
El prejuzgar es falta de sinceridad. Si realmente analizamos un prejuicio
encontraremos que no es veraz. Debemos analizar cada prejuicio por nosotros
mismos. Tenemos que reconocer por qué algo es un prejuicio para nosotros. “Si creo
en esto, todo el mundo debe creer que es un prejuicio”.
Prejuzgar es limitar, es ser parcial. No debemos ser prejuiciosos, porque prejuzgar
significa cerrarnos a nosotros mismos. Es más delito actuar por los prejuicios que
matar sin saber. Podemos trabajar tan duro como queramos, pero si tenemos
prejuicios nunca tendremos la gracia. Para recibir la gracia debemos estar abiertos.
“Si no creen que YO SOY, ustedes morirán en sus pecados”- es nuestra forma de
pensar, lo que origina nuestra falta de ser. La gente cree que es humano reaccionar
con los prejuicios, y no es humano, es animal. Ser humano significa estar abierto,
significa combinar el sentimiento con el pensamiento, para sentir las reacciones y
necesidades de otras personas. Significa estar abierto a las influencias superiores y al
mismo tiempo, capturar las vibraciones más bajas, más pesadas y de ponerlas juntas
para que pueda surgir la luz. Como la electricidad, tiene que haber un polo positivo y
negativo de modo que una chispa forme arco de entre los dos. Eso es lo que significa
ser humano - ser real, abierto, consciente a lo que otras personas están sintiendo; ser
sensible a ellos y al mismo tiempo saber cual es la verdad, para saber decir lo que
ellos necesitan.
Nunca vamos a ser nosotros mismos, mientras tengamos prejuicios, mientras
intentamos juzgar. Todos somos espejos los unos para los otros. Vemos a otros en
sentido inverso en la forma como nos vemos a nosotros mismos. Es por ello que no
podemos juzgar. Siempre debemos medir, nunca juzgar. ¿Cuál es la diferencia entre
medir y juzgar? medir es observar, juzgar, es decir por qué las cosas son y cómo
deberían ser. Si veo a un hombre gordo y digo: “al parecer pesa 200 libras”, estoy
tratando de medir. Si decimos: “Ese hombre no debería ser tan gordo; evidentemente
come demasiado por ser codicioso”, estamos es tratando de juzgar. ¿Cómo puedo
saber por qué él es gordo? Tan solo puede ser que sufre de una alteración glandular.
Debemos medir por nuestros estándares más elevados. No podemos medir nada de
lo que está dentro de nosotros mismos. No podemos medir a menos que algo venga
del exterior. ¿Cómo se mide? según observa, compare. Es verídico notar que alguien
está pasando por una fase determinada y por qué. Tratar de averiguar por qué, es
medir. Pero decir que tal persona es un idiota es juzgar. No podemos juzgar. Con el fin
de juzgar tendríamos que saber todas las cosas sobre una persona, su herencia
completa y su medio ambiente y las influencias que le han afectado desde la
concepción. Tendríamos que tener todos estos conocimientos presentes en nuestra
mente al mismo tiempo con el fin de poder comparar su acción con sus posibilidades.
Incluso Dios no juzga a las personas mientras se encuentran todavía en este mundo.

31
Algo se puede decir que nos parece negativo, pero no sabemos de la intención con
la que se dijo, ni el efecto sobre la persona a la que se dijo. Si se nos dice algo, para
nosotros puede parecer negativo, o la persona a quien se le dijo podría considerarlo
negativo. Pero no podemos juzgar si fue negativo entre otras personas. Vemos que
alguien está preocupado y no podemos entender cómo puede estar preocupado por
algo que a nosotros no nos preocupa. No podemos juzgar. Todo lo que podemos hacer
es ayudarle a su vez, a encontrar la fuerza para cambiar la situación o su punto de
vista de lo que le preocupa por lo que él ve la salida. No podemos juzgar y no
podemos ser juzgados. Solamente podemos respetar a todas las personas,
limpiándonos y dejando venir los verdaderos sentimientos.
Si fuéramos sabios no juzgaríamos. No podemos juzgar nada, porque no somos
perfectos. Sólo un juez puede ser perfecto. Pero podemos medir. Al medir podemos
hacer comparaciones, podemos reconocer, hacer contrastes, reconocer polaridades.
¿Atreves de qué estándares podemos medir? No por nada sólido. Tenemos que medir
espiritualmente. Tenemos que medir por verdaderos sentimientos, por lo que está en
nosotros mismos. Tenemos que vernos sólo como instrumentos de Dios para ayudar a
otros. Así, al hablar con los demás vamos a ver cómo, tanto nosotros como ellos,
sabemos muy poco. Debemos aprender siempre, adquirir conocimiento.
Estar despierto lo suficiente como para prestar atención a la persona a quien se está
hablando, esto es el trabajo. Así a menudo notamos sólo nuestras propias reacciones;
esto es el sueño. Estar despierto significa ser conscientes de nosotros mismos en los
demás. Solamente notamos en los demás lo que tenemos en nosotros mismos. Por
ejemplo, si veo que alguien es perezoso es porque yo mismo soy perezoso. Si no fuera
perezoso yo no reconocería la pereza en la otra persona. Podría ver que es lento y
darme cuenta de que esta cansado, o encontrar alguna otra razón por la que no
puede hacer las cosas correctamente, pero en ningún momento vería que es por que
es perezoso.
Debemos sentir que no hay maldad en los demás, sólo en nosotros mismos; y que
juzgamos por ignorancia o ceguera. Nunca podemos acusar a nadie de ser malo,
porque nosotros nunca podemos conocer la verdadera razón de lo que hacen, lo que a
nosotros parece malo. Porque cada persona puede reconocer por sí mismo, cuando
hace algo malo y que podría haber hecho para evitarlo. Nunca podemos juzgar a los
demás, pero nuestra propia conciencia puede juzgar, no a nosotros mismos, pero si a
nuestra acción en un caso particular. Si medimos y no juzgamos, otros no pueden
juzgarnos.
El amor lo es todo; es la comprensión. No amamos a los demás por sus virtudes,
¿cómo podemos saber si una persona hace algo bien por vanidad? No podemos
juzgar, por que no lo podemos saber. Amamos a la gente por sus fallas. Podemos dar
amor a una persona porque lo necesita. Amamos a alguien por que esta vacio,
necesitado y caído, porque es débil y necesita confianza. Amamos a la gente por sus
necesidades. Tenemos que encontrar las cualidades de los demás y cubrir sus
defectos, con nuestros pecados. De esta manera podemos aprender a no juzgar.

VIII

Dos hombres iban a casa cuando se reunieron con el Maestro sin reconocerle. Él, los
acompañó en el camino y les enseñó. Cuando llegaron a Emaús el entro en su casa y
se revela a sí mismo como el Divino Maestro. Aquellos de nosotros que vamos por el
Cuarto Camino encontramos el Maestro sin reconocerle, y Él nos enseña. Si lo
invitamos a entrar en nuestra casa, se manifestara a sí mismo ante nosotros. Para que
esto suceda necesitamos estar en casa, es decir, estar presentes en nosotros mismos.
32
La verdad es ser uno mismo; cuando estamos llenos de imaginación y de prejuicios
todavía no estamos, no somos nosotros mismos. Todo el mundo tiene un lado
superficial y un lado profundo. La gente puede vivir desde la superficie o puede vivir
desde el interior, desde su verdadero ser interno. Por este motivo cada uno de
nosotros debe encontrar su objetivo. Cada persona debe encontrar su propio objetivo.
No será el mismo para todos. Puede cambiar mañana, pero siempre ha de ser su
propio objetivo. Para encontrar la verdad, primero debemos conocer nuestro objetivo.
Para conocer nuestro objetivo primero debemos saber lo que queremos –sincera y
simplemente, saber lo que queremos-. Sin eso, nada es posible. No basta con saberlo
un día y olvidar el próximo. Debemos ser capaces de expresar en palabras, nuestro
objetivo, para fijarlo, para estar seguro de él. Si nuestro objetivo es vago, no es
seguro. Si es seguro, siempre podemos expresarlo. Las verdaderas palabras no
cambian; ¿acaso las palabras en la Oración del Señor cambiaron? ¿La palabra con la
que llamamos a nuestros hijos, la palabra “cariño”, ha cambiado? Debemos ser
sólidos, tenemos que conocer nuestro objetivo y poder formularlo.
Siempre debemos tener preguntas acerca de todo. Tan pronto como no tenemos
preguntas nos estancamos. Siempre debemos tener preguntas; cuando tenemos una
pregunta, tenemos una respuesta.
Las nuevas circunstancias y conocimientos se están desarrollando a tal velocidad
que tenemos que estar muy alerta para capturarlos. Podemos tener ideas, pero no se
pueden desarrollar sin la escuela para ayudarnos a digerir lo que ya sabemos, para
poder entender lo que es el Cuarto Camino. No podemos encontrarla hasta que
realmente nos recordemos a sí mismos. Esto es la armonía. Sin la escuela, la armonía
es imposible. Alguien tiene que explicarlo. La prueba de que la escuela de la armonía
existe es que se puede encontrar en todas partes. Podemos encontrarla en los libros,
en las conversaciones, en las películas, en todas partes. Si tuviéramos claro nuestro
objetivo sería comprender la armonía. Nos recordaríamos.
El recuerdo de sí, no se inicia dentro de nosotros mismos, sino fuera de nosotros
mismos.
Todo lo que empieza dentro de nosotros mismos comienza con egoísmo. Si yo me
recuerdo a mí mismo antes de recordarle, es egocentrismo. En el recuerdo de sí
traemos lo que esta afuera hacia dentro, con el fin de recoger. No podemos recoger lo
que ya está en nosotros.
Si fuéramos sabios reflexionaríamos lo que viene fuera de nosotros. Sin embargo, al
no ser sabios, no podemos trabajar en la reflexión, porque no sabemos lo que hay que
reflejar. Si trabajamos siempre para nuestro vecino seremos sabios y, a continuación,
vamos a saber lo que es necesario reflejar. El Cuarta Camino es la comprensión, de
cada momento y cada situación. Un corazón comprensivo se esta recordando a sí
mismo. El recuerdo de sí verdadero no es el ejercicio: “Yo estoy aquí en esta ropa,
enfrente de aquel hombre en su abrigo”. Recordarse a sí mismo realmente es
hacernos conscientes de las necesidades de los demás. Si, hablamos con alguien,
aunque nuestro cuerpo se mantiene donde está, nuestra conciencia esta con la otra
persona, que es recordarse así mismo. Si nos concentramos en nosotros mismos no
podemos ser conscientes de otras personas. Pero si somos conscientes de los demás,
significa que somos conscientes de nosotros mismos. Es fácil de entender. Si tratamos
de mirar nuestro cuerpo podemos ver sólo una parte de él, y nunca la cara. Pero si
utilizamos un espejo podemos ver más de nuestros cuerpos y nuestras caras también.
Si usamos una combinación de espejos podremos ver nuestras propias espaldas. De la
misma manera, si tratamos de observarnos directamente a nosotros mismos, no
podremos ver casi nada, pero si observamos a alguien que puede ver más de nosotros
mismos reflejados en él, y si observamos a muchas personas, notándoles realmente,
probablemente conseguiremos en realidad, una muy buena imagen de nosotros

33
mismos. Podemos tener muchas ilusiones acerca de nosotros mismos y nuestros
motivos, pero si vemos las reacciones de otras personas hacia nosotros, nuestras
ilusiones desaparecerán poco a poco y vamos a vernos como realmente somos. Y
cuando esto sucede vamos a ver que otras personas son como nosotros y que
estamos igual que otras personas -de hecho, todos somos iguales-. Entonces ya no
tendrá la sensación de “Yo”, de separación, ya sea el orgulloso sentimiento o la
sensación de miserables, que son sólo vanidad.
Para entender por qué el recuerdo de sí no se llama “recordando otros” o “recordar a
Dios” debemos entender la idea del espejo. La gente piensa que las palabras “Amarás
al Señor con todo tu corazón. . . y al prójimo como a ti mismo” debe decir “y a tu
prójimo y ti mismo “, entendiendo la última parte como refiriéndose al amor propio.
Eso también; pero si recordamos la idea del espejo comprenderán la lectura.
Tenemos que aprender a armonizar el cuerpo con el espíritu. Debemos recordar
nuestro cuerpo físico, nuestra alma y nuestro espíritu; recuérdese. No podemos
recordarnos hasta que nos olvidemos de nosotros mismos. Si somos conscientes de
nuestros alrededores y de nuestros ojos que lo ven no estamos pensando en nosotros
mismos. Nuestros ojos con los cuales vemos no son nosotros mismos. Hay una
enorme diferencia entre pensar en nosotros mismos y recordarnos a nosotros mismos.
No hemos olvidado nuestro nombre y nuestra dirección aunque no pensamos en ellos
todo el tiempo. El espíritu siempre sabe y recuerda que está en la presencia de Dios.
No sólo el espíritu, el cuerpo también. Aunque lo da por sentado, no lo olvida.
Espíritu es puro -lo más puro que tenemos-. Tenemos que purificar nuestros
instintos. Poco a poco tenemos que sacar lo que es impuro en nosotros con el fin de
dar cabida a la pura destilación del espíritu. Lo hacemos al recordarnos –es decir,
estando alertas y abiertos, utilizando la totalidad de nosotros; instinto, corazón y el
intelecto-.
Hay hipocresía en todos nosotros. Todos tenemos un enemigo en nosotros mismos.
Pero también tenemos un ángel en el otro lado. Hay una persona que nunca nos
fallara, nuestro Ángel de la Guarda, si hacemos el hábito de pedirle ayuda. Tenemos
que elegir de qué lado queremos ir, por qué camino queremos inclinarnos. Si optamos
por el correcto elegimos el recuerdo de sí. Es un trabajo muy sabio, pero debemos
entenderlo correctamente.
Cada persona tiene que crear su propia forma de recordarse así mismo para sí
mismo -en su camino, incluso en su propia religión-. No importa qué religión tenemos,
Alá y Dios es la misma persona. El único amo es Dios, el único maestro somos
nosotros mismos. Nadie puede obligar a otros a creer en él. Todo el mundo tiene que
encontrar su propio camino, su propio conocimiento, su propia conciencia alerta.
Tenemos que aceptar por nosotros mismos, para nosotros mismos, lo qué significa el
recuerdo de sí para nosotros. El auto-recuerdo es el pozo de las virtudes, el alimento
del alma. Recordarse lo es todo. Auto-recordar es divinidad.
Es muy importante saber lo que es el recuerdo de sí, lo que es el alma, lo que es la
conciencia. Cada persona debe saber qué significa para él, desarrollando su mente
para aceptarlo, reconocerlo. Sólo por el recuerdo de sí podemos controlar todas las
circunstancias de la vida necesarias para la perfección. Podemos hacerlo si queremos
que así sea, si aspiramos hacia ella. No debemos llegar a conclusiones, sino estudiarlo
a fondo.
La Comprensión quita el miedo. El primer paso en el recuerdo de sí es la seguridad
en sí mismo. Si tenemos seguridad en nosotros mismos, no nos importa la opinión de
los demás.
Debemos conectar el cielo y la tierra, vivir entre el cielo y la tierra. Cuando oramos,
cuando ayudamos a otros, venimos a conectar el cielo y la tierra. Hay tanta belleza en
el mundo, ¿cuando nos fijamos en toda la belleza y perfección, cómo nos ayudamos a

34
recordarnos a nosotros mismos? Cuando nos recordamos, recordamos a Dios. Para
Reconocer la belleza hay que recordarse, para comunicarse con lo alto, debemos
recordarnos, para sentir la belleza, para sentir la verdad, hay que recordarse.
Recordarse a sí mismo no es imaginación. La gente piensa que se están recordando
cuando controlan sus sentimientos. Eso no es recordarse. El recuerdo de sí es la
conciencia de la presencia de Dios.
No entendemos la gran obra de Dios. No podemos explicar que tan blanca o pura es;
tenemos es que demostrarlo. Cuando alguien realmente ha aprendido a hacer las
cosas de Dios y no para sí mismo, el realmente actúa por amor a Dios, y el diablo no
puede tocarlo. El diablo no está interesado en las personas que están seguras en él
ser, que son seguras de sí, en las personas con las que no puede contar para hacer
mal. Es la gente que está realmente tratando de amar a Dios las que están
interesadas en el diablo. Existe un diablo personal, pero él está en nosotros.
Dios no está en todo. Esta sólo en las cosas en limpias. ¿Cómo podemos pensar que
esta en los hombres cuando son crueles? Él lo ve, sí, él ve todo, pero no esta en todo.
El temor a Dios es el reconocimiento de nuestro propio nivel. En primer lugar debe
venir el temor a Dios. Cuando hay temor hay pureza. Cuando hay pureza, no estamos
atados a este mundo, estamos allí donde esta la caridad. El temor a Dios no lo origina
él, sino que lo sentimos en nosotros, cuando sabemos que no estamos limpios.
Cuando el arrepentimiento sigue al temor de Dios, entonces nos limpiamos y le
amamos sin miedo. Incluso, todo nuestro ser cambia, si pensamos en el
arrepentimiento y tratamos de entender lo que significa. Solamente las personas que
están limpias sienten el amor de Dios; entonces no tienen miedo. “El amor perfecto
erradica el miedo”
Dios es justicia y misericordia. Cuando se nos haga justicia se hará palabra por
palabra, acto por acto y pensamiento por pensamiento, y se pagará con amor. De lo
contrario nunca podríamos ser perdonados y recibidos en el cielo.
Cristo arrojó a los cambistas de dinero del templo porque negociaban con Dios. Sólo
Dios sabe si estamos tratando de negociar con él. A menudo, la gente va a la iglesia a
negociar con Dios, y tarde o temprano son arrojados afuera, en una u otra forma.
Todos los santos tenían temperamento fuerte. Por su lucha contra los
temperamentos y transformándolos en positivos se convirtieron en santos. A menos
que exista un genio para ser positivos, utilizado positivamente, no hay una fuerza de
carácter. Se necesita una gran fortaleza de carácter para convertirse en un santo.
La superstición es un insulto a Dios, porque niega nuestra comprensión de lo que
tenemos a cargo. Si queremos avanzar debemos mirar hacia adelante con fe; nada
malo nos puede suceder. Si estamos sirviendo realmente a dios nuestras necesidades
cotidianas serán proporcionadas. Si queremos lujos, ya es diferente, pero nuestras
necesidades serán atendidas. Si nos entregamos a este trabajo nuestras verdaderas
necesidades serán atendidas -si no tenemos ninguna vanidad.
La generosidad es la hermana de la caridad. La caridad es la transposición del amor
al nivel del espíritu. Sólo un hombre que llega a esto, será transportado al Reino de los
Cielos. La caridad es la calidad, no cantidad, es la intención, no la extensión.
La fe es el amor a Dios, la esperanza es el amor a nosotros mismos, la caridad es el
amor a nuestro prójimo. A más fe, más caridad, a más caridad, más amor. La fe es la
aceptación de una realidad que sentimos, pero no comprendemos. La esperanza es la
confianza en el amor de Dios. Quien tiene esperanza, tiene confianza, el que tiene
confianza tiene amor, quien tiene amor da su atención a los demás.
El amor no es voluntario; es una gracia. El que ha recibido la gracia de rezar, no ha
recibido una pequeña misericordia de Dios. Debemos orar por la gracia de amar a
Dios. No hay amor que no sea una gracia –amor a las flores, amor a los animales,
amor a las personas- el amor es una gracia. Cuanto mayor es el alma más amor de

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Dios puede ser transformado. El Alma es voluntad, es poder; toma a voluntad y
transforma el amor de Dios en caridad.
Cuando estamos en amor no hay sacrificio que no haríamos por otra persona. ¿Por
qué no hacemos lo mismo por Dios? Estamos constantemente agradeciendo a las
personas por las cosas que nos dan, pero ¿con qué frecuencia le damos las gracias a
Nuestro Señor?
Los momentos oscuros sólo vienen cuando no tenemos fe. Los momentos oscuros
sólo vienen cuando le cerramos la puerta a Dios. Debemos abrir la puerta y decir: “El
Señor está ahí;bendito sea el Señor”. Pero al cerrar la puerta y decimos: “Señor, quita
la oscuridad” es ofender a Dios. El sol brilla y Él lo hizo; y todo el mundo es testigo de
la presencia de Dios. Él nos dice: “Tú tienes voluntad, abre los ojos y mírame." No
tenemos que decir: “Voy a buscar a Dios”, cuando en todo momento Dios nos está
buscando.
Si considero que algún día voy a ver a Dios, si pienso así, ¿cómo puedo ayudar a
sonreír con felicidad? Si me muestran de día y de noche todas las cosas maravillosas
que hay en el mundo, seguramente debo sonreír. Si veo a los niños venir, y ellos son
lo verdadero, la vida que viene, el futuro, tengo un motivo para sonreír.
Reír no es verdadero, llorar no es verdadero, pero sonreír es verdadero. Tenemos que
ir a través del trabajo sonriendo. Estamos llenos del amor de Dios cuando nos
sentimos felices. La felicidad es la realización de la unión de todo lo limpio con Dios.
La oración nos hace verdaderos, realmente limpios. Cuando oramos estamos
revelando nuestro verdadero yo, sin ocultar nada.
¿Cómo debemos orar? Con sentimientos verdaderos. Debemos sentir sinceramente
lo que queremos.
Tenemos que aprender a armonizar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos
y conectar nuestros sentimientos con lo superior. Una de las maneras de aprender la
verdad, es acentuando nuestra relación con un nivel superior.
El pensamiento es efectivo cuando dirige las irradiaciones originadas por nuestros
sentimientos. La oración es un pensamiento positivo intensificado por enviarlo a Dios.
Un buen pensamiento que envíanos directamente a alguien, le ayuda en proporción a
la fuerza de las irradiaciones de nuestro amor por él; el mismo pensamiento enviado a
Dios es mucho más intensificado, como los rayos del sol se ven intensificados por un
lente de vidrio. Nuestras oraciones son las más altas irradiaciones magnificadas por
Dios. Es por ello que la oración es tan poderosa.
¿Cómo debemos orar? Cuando entregamos nuestros corazones a Dios, entonces no
importa qué palabras usamos; así la oración es verdadera. Cuando le ofrecemos a
Dios nuestros corazones con verdadera atención a la intención, de modo que no haya
deseos y no haya no-deseos por nosotros mismos, cuando todo lo que hacemos es
que Dios está obrando a través de nosotros, entonces estamos realmente vivos.
Después vemos a Dios, Él deja de ser una idea que pensamos, y es una realidad que
podemos ver. Después lo vemos y lo sentimos, porque lo tenemos en nuestro propio
corazón. Nuestro corazón es un espejo en el cual vemos la reflexión del mundo; si dios
está en nuestro corazón, lo vemos por todas partes.
Incluso si no sabemos cómo orar y decimos: “¡Ayúdame, Dios mío!” ya contamos con
su ayuda. La oración no tiene que ser solo en palabras; existe la oración del cuerpo y
del corazón, así como de la mente pues debemos llegar a orar con el cuerpo, el
corazón y la mente. Hubo un hombre cuyo corazón y mente se secaron; él entró en su
jardín y golpeo dos piedras como diciendo: “No puedo encontrar otra manera de
orar”. ¿No cree usted que Dios lo escuchó?
Cristo es tan grande, tan alto; a veces nos preguntamos cómo pueden llegar
nuestras oraciones a él. Cuando alguien dice la oración del Señor, incluso los

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arcángeles se retiran para que el hijo pueda hablar directamente con su padre sin que
nadie más intervenga.
A veces, cuando oramos sentimos algo. Luego al día siguiente, por la imaginación
queremos sentir lo mismo y así detenemos la cosa nueva que llegamos a sentir. Orar
es dirigir el corazón a Dios. Cuando Oramos realmente no entramos en palabras,
entramos en Dios. No estamos en oración cuando pensamos en nosotros mismos;
Oramos cuando no pensamos en nosotros mismos, cuando nos entregamos
enteramente en manos de Dios. El camino a Dios ha estado abierto desde el comienzo
del mundo.
El Espíritu Santo apareció como una lengua de fuego en la cabeza de cada apóstol.
Se cierne como una llama en cada uno de nosotros. Cuando somos negativos nos
desconectamos de él; cuando llegamos a ser positivos y nos elevamos y nos
conectamos con la llama y su luz brilla a través de nosotros.
La fe es conexión con Dios, inspiración, gracia. La gracia viene de arriba. Cristo vino
por la gracia. Fue una gracia que Él viniera. Él vino de una virgen por la gracia. Él vino
en un cuerpo por la gracia. Amamos por la gracia. Por la gracia podemos hacer todo.
Tenemos que mantenernos en la gracia y mantener nuestra relación con Cristo.
Guardando nuestra gracia dejamos todo el peso de este mundo y mantenemos la
claridad de arriba. Y ¿cómo hacemos esto? Por la oración.
Invocar el nombre de Dios es orar. Invocar el nombre de Dios, directamente desde el
corazón es ponernos en contacto directo con Dios. Podemos vivir inmediatamente en
el nombre de Dios siempre en nuestros corazones.

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