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LA PERLA, CORDOBA, 24 DE MARZO. “Cuando entré, lo ■ Familiares de víctimas y sobrevivientes narran sucesos sobre la dictadura argentina
primero que pensé fue que el piso rojo era
lo último que había visto mi hija. Ese
color le debió haber quedado en la retina,
y se lo llevó”, dice, en voz baja, Marceli-
na Yolanda Bonaldi, sentada en un rincón
El ex centro de detención La Perla se
del ex centro clandestino de detención La
Perla, edificio que el gobierno argentino
entregó a organismos promotores de los
convierte en el Museo de la Memoria
derechos humanos.
“Me sentí en contacto con ella. Ahora Por acá pasábamos todos. Era terrible, arrancarles palabras, imágenes, olores, y y vueltas. Vi todo. Caminaba y caminaba.
siento como si me cobijara”, agrega la cruel. Aquí la gente no podía sobrevivir la presencia de sus seres queridos que Me sentaba. No me quería ir. Me aparecí-
mujer, de 60 años de edad y madre de Gra- más de un mes. Tengo marcas”, explica nunca volvieron. an imágenes muy fuertes de ellos, del
ciela Torres, joven desaparecida el 29 de Meschiatti. Hacia el final del recorrido algunos horror, pero en un momento sentí paz. No
junio de 1976 y asesinada en este lugar. Otros recorrieron el lugar entre llantos familiares expresaron que el ingreso fue sé por qué, pero me tranquilizó poder
Es que en ocasión del 31 aniversario y silencios. Caminaron, acariciaron el difícil, pero reparador. estar allí”, relata Sebastián Soulier, de 31
del golpe de Estado de 1976 y previo al piso y tocaron los muros, como queriendo “Cuando estuve en la cuadra di vueltas años, hijo de Adriana Díaz Ríos y Juan
acto oficial de entrega, una delegación Carlos Soulier, desaparecidos en 1976.
compuesta por unas 40 personas, madres, Luego, bajo una lluvia persistente, se
padres, hermanos, esposos e hijos de inició el acto oficial, que duró algo más de
desaparecidos, así como por los pocos una hora y contó con una breve actuación
sobrevivientes y el presidente argentino del cantante León Gieco. Por los organis-
Néstor Kirchner, ingresó –varios por vez mos de derechos humanos hablaron Sonia
primera– al ex centro clandestino. Torres, de Abuelas de Plaza de Mayo;
La Perla fue el mayor campo de deten- Emilia D’Ambra, de Familares de Deteni-
ción del interior del país durante la dicta- dos y Desaparecidos por Razones Políti-
dura militar (1976-1983). Entre marzo de cas, y Silvia Di Toffino, de Hijos por la
1976 y finales de 1979, unas 2 mil 500 Identidad y la Justicia contra el Olvido y
personas fueron secuestradas, torturadas y el Silencio.
desaparecidas. Aunque los activistas insistieron en el
“En mí se mezclan la alegría y la triste- carácter histórico del acto y la necesidad
za, porque dimos un gran paso al entrar, de redoblar esfuerzos para acelerar los
pero sé que únicamente puedo llegar hasta procesos contra los responsables de la
acá, el último lugar donde estuvo mi papá pasada dictadura, fue el presidente Kirch-
y lo último que sé de él. Además, duele ner quien insistió en halagar a los organis-
saber que no fue el único asesinado acá, mos de derechos humanos y pidió a la jus-
sino que también sufrieron muchos padres ticia argentina “juicio y castigo ya”.
de mis compañeros”, afirma Marcelo Yor- Al terminar el acto, las puertas del ex
net, de 32 años, hijo de Roberto Yornet, centro de detención y tortura se abrieron
quien pasó sus últimos días en este campo. por vez primera para todos.
Aunque el edificio estaba totalmente Centenares de personas comenzaron a
vacío y sus paredes blancas, los familiares caminar los otrora silenciosos pasillos,
de los desaparecidos reconstruyeron la con respeto y lágrimas en los ojos. Poco a
historia de horror escrita allí. Algunos lo poco fue creciendo el sonido de pasos,
hicieron con desgarradores relatos, como saludos, abrazos y llantos. Algunos lleva-
Teresa Meschiatti, sobreviviente y testigo ban flores, otros dejaron fotografías y
en los juicios contra integrantes del tercer hasta hubo quienes se animaron a escribir
cuerpo del ejército. mensajes que rompieron de una vez y
“Esta es la famosa margarita o sala de para siempre el silencio de esos blancos
terapia intensiva. Era el lugar de la tortura. Buenos Aires, Argentina, tras el golpe militar de 1976. Imagen de archivo ■ Ap muros. PAULA MÓNACO FELIPE