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Nacido en Detroit (Michigan), ciudad industrial que emergía como la capital automotriz
de los Estados Unidos. Se graduó en Psicología en la Universidad de Wayne y se
doctoró en Psicología Experimental en Harvard. Fue director de recursos humanos de la
compañía química Dewy & Almy, consultor de empresas y sindicatos en negociaciones
colectivas, mediación de conflictos gremiales programas de captación y gestión de
compensaciones. Su obra principal fue: “The human side of enterprise” en la que
expone su teoría.
Las dos concepciones del ser humano, a las que denominó teoría X y teoría Y en un
intento de buscar una terminología neutral alejada de las valoraciones bueno-malo, se
pueden resumir de la siguiente manera.
La teoría X
Esta teoría expone cual es el punto de vista tradicional sobre la dirección y el control, la
cual está implícita en la mayor parte de las obras clásicas sobre las organizaciones. La
concepción tradicional o tayloriana descansa en las siguientes suposiciones:
-El hombre en general no está predispuesto al trabajo y huye de él cuando puede.
Quiere ser conducido, evita la responsabilidad y tiene poca ambición. Quiere
seguridad sobre todo. Es intrínsecamente egocéntrico, indiferente a las
actividades organizativas, reacio al cambio.
-Por lo tanto, la mayor parte de las personas deben ser obligadas a trabajar por la
fuerza, controladas y amenzadas con castigos para que desarrollen el esfuerzo
adecuado para cumplir los objetivos de las empresas. El dinero es el único
incentivo efectivo.
La teoría Y
La concepción optimista descansa sobre las siguientes premisas:
-El trabajo corporal o intelectual es tan natural como el juego o el descanso. El
hombre medio no rechaza el trabajo, sino que puede conseguir una satisfacción
total en él. No sólo se encuentra dispuesto a admitir responsabilidades en unas
condiciones adecuadas, sino que busca incluso mayor responsabilidad, y tiene
iniciativa.
-Se puede conseguir que el ser humano dirija sus esfuerzos a la realización de
objetivos de la empresa sin controles ni amenazas. Si está interesado en la
realización de los objetivos, autodirige sus esfuerzos y realiza un autocontrol. Su
compromiso depende de la utilidad o beneficio que significa para él la
realización del objetivo; este beneficio consiste sobre todo en la satisfacción de
motivos más altos que puede experimentar totalmente con la realización de los
objetivos de la empresa.
Según esta teoría, si los empleados son vagos, indiferentes, intolerantes, reacios a
aceptar responsabilidad es culpa de los métodos utilizados en cuanto a organización y
control.
Esta concepción contempla el desarrollo y crecimiento del ser humano buscando
descubrir el potencial representado por sus recursos humanos, los cuales aumentan con
el paso del tiempo. La Organización debe potenciar este cambio constante, de lo
contrario estancará al personal provocando síntomas negativos.
Según McGregor, la gente no es X ni Y, sino que hay gente X y gente Y. Pero lo más
importante de todo es que parece fácil entresacar de todo esto la necesidad de enfatizar
en la consideración de la integración entre los individuos y la organización, como
estrategia fundamental para incrementar la eficacia y la eficiencia en el logro de los
objetivos organizacionales.
Buena parte de sus ideas no fueron aceptadas en principio por los norteamericanos, y
fue señalado como “comunista”, con las connotaciones que esto tenía en ese lugar y en
esa época, ya que algunos interpretaron lo que propuganaba como “la igualación del
poder”. Es por esto que sus teorías emigraron a Japón, país en estado de recesión
económico, donde no se debatió tanto sobre las ideas sino que se pasó a la aplicación de
las mismas.
“La creatividad intelectual no puede ser “programada” y dirigida por el camino que
programamos y dirigimos en una línea de asamblaje o en un departamento de
contabilidad. Esta clase de contribución intelectual a la organización no puede ser
obtenida por dar órdenes, por prácticas de supervisión tradicionales o por sistemas de
control cerrados. Incluso las nociones convencionales sobre productividad están faltas
de significado en referencia al esfuerzo intelectual creativo. El “management” no ha
considerado aun en profundidad qué está implicado en la dirección de una
organización pesadamente poblada con gente cuya mayor contribución consiste en el
esfuerzo intelectual creativo” Douglas McGregor, “New Concepts of management”
(traducción nuestra)