Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Resumen
noción del sentido que teníamos de la estética y que lor, en un valor fundamental al que todos los demás
se realizan también en una forma de sospecha y valores se refieren. El valor que domina la concien-
autoironía de la propia operación artística, que se cia de la época es sobre todo la de una fe en el pro-
ha convertido en una forma de operación multina- greso, que es una fe secularizada y al propio tiem-
cional, multidimensional. po una fe en la secularización. La fe en el progreso,
entendida como proceso histórico, está cada vez más
El juego de la estética tradicional o de una mirada despojada de referentes metafísicos y se ha identi-
retrospectiva como logosfera, como dice Regis ficado pura y simplemente en la fe del valor de todo
Debray (1998), conlleva a una nueva cultura conoci- lo nuevo.
da como videosfera. Refugio apasionado de los
mass-media globalizadores, que si bien no reniega Miguel Ángel Santos Guerra, en su texto Imagen y
de todo elemento de deleite del arte tradicional, educación, dice:
de su gusto por las abstracciones del arte de la élite,
convive en el mundo de los consensos masivos y Somos inicialmente espectadores. Ante el cine y la tele-
visión, nos preocupa captar el mensaje, sintonizar el con-
manipulados.
tenido estético, decodificar lo que un emisor determi-
nado ha codificado previamente para que resulte un
La experiencia estética en sí, ya no es la negación de lenguaje inteligible. Progresivamente nos vamos con-
lo no estético. La canonización de la tradición y acep- virtiendo en meros receptores [...]
tación de los públicos del arte y del placer de lo bello
han dejado de ser elitistas, pero también el arte ha Es evidente la proliferación de la imagen en nuestra cul-
tura de masas, tanto la imagen fija, carteles, revistas,
buscado nuevos refugios que le permiten reaccionar
anuncios, cómics o la imagen móvil, cine, televisión, in-
a este arte que ha masificado las formas de expre- vaden la vida del hombre moderno, la realidad se nos
sión populares. Las nuevas experiencias cruzan las va presentando progresivamente a través de la imagen.
neovanguardias y se convierten en el arte del cuer- Pensemos que el niño conoce mucho más cosas, a través
po, en la instalación, en los nuevos videoastas, en el de la imagen, que su misma realidad. Ve antes un coche
en la televisión, que en la calle, conoce antes al león en
cine de autor, en las nuevas formas que se multipli-
el cine, que en la selva o en el zoológico. Y se asoma a la
can día a día, inclusive los museos, que tradicional- realidad social, a través de la prodigalidad de las imáge-
mente hospedaron al arte de la élite, se abren poco nes: la manifestación de esta mañana, la catástrofe aé-
a poco a este nuevo concierto de posibilidades que rea, el lanzamiento de un nuevo satélite (Santos, 1998,
transgreden los límites y el tiempo tradicionales del pp. 27-39).
arte, pero conllevan nuevas interpretaciones, nuevos
consensos nuevas visiones de la realidad y la acepta- Los sistemas de información audiovisual crean a su
ción generalizada de la crítica especializada y de los vez formas de intercambios, de modas y conductas
públicos masivos. que los teleauditorios, oyentes y espectadores vin-
culan con valores de la modernidad. La homogenei-
Reproducir la integración de la existencia de las nue- dad de la cultura es también una moda pasajera, en
vas formas de arte con las tradicionales en interacción donde el progreso estará determinado por las for-
continua de la nueva civilización de las imágenes, del mas de crecimiento económico, por los valores mo-
hombre audiovisual, cambia el sentido de la estética netarios que se adquieren a partir de la distribución
en la sociedad contemporánea, la cual se ha entre- del ingreso y por parámetros abstractos en los que
gado a estas nuevas formas de ocio y de entreteni- subyacen la división internacional del trabajo, la
miento en forma omnipresente, con un potencial y inequidad de la misma distribución de la riqueza;
una ubicuidad que no dan lugar a la negación, ni a la pero en donde, además, existen dos clases de con-
puesta en acción de la sospecha, ni a la concepción sumo: el de la élite, que persistirá en el mundo del
crítica de los contempladores (de la teleaudiencia o arte tradicional y las marcas originales, distribuidas
de los radioescuchas), ni a la continua invención di- en las tiendas de lujo, así como el de la masa homo-
námica de la promoción comercial de los diseñadores geneizada, que consume la misma moda tecnológi-
y mercadólogos. ca pero en los mercados de copias, del kitsch, de las
mercaderías de contrabando en los mercados infor-
males que no pagan impuestos ni pueden garanti-
La videosfera crítica zar la calidad de los productos, esto es el consumo
sin reclamos.
La modernidad, dice Vattimo (1996), es aquella épo-
ca en la cual el ser moderno se convierte en un va-
incomprensibles para la mayoría de la gente de la “Me estoy matando”, escribe Baudelaire en una
época (Hauser, 1992). carta en 1845, “porque soy inútil a los demás, soy
un peligro para mí mismo”. No sólo es la conciencia
El viaje a tierras remotas es una fuga de la civiliza- de su propia infelicidad lo que lo llena, sino tam-
ción moderna, una fuga del modo burgués de vida. bién el sentimiento de que la felicidad de los demás
El individualismo y el idealismo romántico se trans- es algo vulgar y trivial. “Usted es un hombre feliz”,
forman en un marco teórico estético. Los viajeros via- escribe en una carta posterior, “lo siento por usted,
jan a territorios desconocidos y otros viajan sin partir señor, por ser tan feliz, por ser feliz tan fácilmente,
al universo de la literatura simbolista o al del arte un hombre tiene que haber caído muy bajo, como
impresionista que se cierra a la comprensión banal y para considerarse feliz”. Encontramos el mismo des-
superflua de la burguesía en el poder: coleccionistas, precio por el sentimiento de la felicidad barata en
galerías, mercados del arte, academias y filosofías. una serie de narraciones y escritos del siglo XIX
Cierran los puentes a la lectura fácil y con ellos crea (Hauser, 1992).
una división entre el arte burgués y la vanguardia,
entre la figuración y el abstraccionismo, para así re- En el caso de Rimbaud, un salvaje, un hombre que
chazar en su conjunto las interacciones superficiales nunca hace bien, un haragán, un hombre totalmente
entre arte y literatura y la sociedad de su tiempo. maligno y peligroso que peregrina de país en país,
que dedica su vida a ser profesor de lenguas, ven-
Rimbaud intensifica el dolor de la partida. La vida dedor, empleado de circo, cargador en un muelle,
está ausente, no es parte del mundo, apenas la vida jornalero de campo, marinero, voluntario del ejér-
intensifica la belleza de las palabras y se realiza por cito holandés, mecánico, explorador y traficante
viajes imaginarios. Verlaine, en el viaje interior de colonial, de pronto lo invade una infección en Áfri-
su pasión por el misticismo. Los artistas se alejan de ca. Le amputan una pierna en el hospital de Marse-
la sociedad burguesa, no porque se vean obligados, lla y muere poco después, a los 37 años, despedaza-
sino porque quieren vivir de manera distinta a sus do, en medio de la más terrible agonía. Un genio
progenitores burgueses. Son auténticos románticos, que escribe poemas inmortales a los 17 años, que
quieren ser originales y extravagantes, porque en- abandona la poesía por completo a los 19, y en cu-
tienden el arte y la como algo natural y abstracto. yas cartas no hay nunca la menor mención a la lite-
Emprenden así su excursión por el mundo, por el ratura, pero tampoco al paisaje, a la arqueología o
mundo de los proscritos, de lo exótico, aunque en a las costumbres de la vida cotidiana de esos pue-
buena parte no saben nada de la miseria y son li- blos que cruza como pasajero en tránsito, mudo y
bres de volver a la sociedad burguesa en cualquier ciego, ocupándose solamente de la necesidad de
momento (Hauser, 1992). hacer fortuna. “El fundador auténtico de la poesía
moderna, el cual cuando le alcanzan en África noti-
El exilio lo hallan en el territorio liberado del arte. cias de su fama, rehusa escucharlas y las despide con
Ahí se refugian los vagabundos y los forajidos, los un merde pour la poesie” (Hauser, 1992, p. 230).
marginales, los locos, los poetas, los diferentes, los des-
heredados, los escépticos, y se entregan a la cons- Así, en esta serie de transgresiones de la vida bur-
trucción de una moral y una estética de la diferencia, guesa, aparecen Verlaine y Rimbaud, como Van
pero también se entregan a la miseria, al alcohol y a Gogh y Gauguin, personajes emblemáticos que in-
la droga. Desesperados, rompen con la sociedad de fluyen en la historia del arte y la literatura del siglo
su tiempo, y con ello con toda la civilización euro- XX. Fundadores de lo que Europa reconoce como el
pea. Rimbaud y Verlaine, Gauguin y Van Gogh, aven- pensamiento de la vanguardia impresionista y
tureros desarraigados y vagabundos, mueren en si- simbolista.
tuaciones de marginalidad. Van Gogh va al asilo para
enfermos mentales, y los otros pasan la vida en los Rimbaud, el joven iconoclasta que seduce a Verlaine
cafés, en los cabarets, burdeles, hospitales o en la para hacerlo su víctima hasta que este último es
calle. Destruyen en sí mismos todo lo que puede ser enjuiciado en Bélgica. Rimbaud, por su parte, reco-
útil para la sociedad, la exasperan con todo lo que rre el mundo en busca de sí mismo. Lo mismo hace
sea permanencia y continuidad de la vida, y se enfu- Gauguin, viaja a las Islas Vírgenes, a Bali y llega has-
recen contra sí mismos, como si estuvieran ansiosos ta América, donde vive algún tiempo en la isla de
de exterminar en su propia naturaleza todo lo que Taboga, en Panamá.
tuvieran en común con los demás (Hauser, 1992).
La suerte de Van Gogh es muy parecida: en el hospi- bución de la riqueza, de una libertad puesta en en-
tal psiquiátrico, con los baños de agua fría y los de tredicho, un progreso que sólo es para la acumula-
agua caliente para poder temperar su espíritu en ción de la riqueza excesiva y la pobreza extrema. En
un enloquecimiento donde no se encuentra a sí mis- el fondo de todo subyace la culpa por la lucha
mo, una fuerza interior salvaje lo hace renunciar al hegemónica y los demonios ocultos de las dos gran-
mundo, manteniendo como única conexión con éste, des guerras, así como una religión de cuya economía
la compañía de Gauguin (Hauser, 1992). del dolor no pudo deshacerse a pesar del aparente
materialismo de la imagen de la modernidad.
Estos mundos distantes que nos enfrentan a un espí-
ritu liberador, como respuesta a la asfixia de la moral El simbolismo representa, por una parte, el resulta-
burguesa, de lo bien hecho y lo bien reconstruido, do final de un desarrollo que comienza con el ro-
de una sociedad francesa que, si bien atraviesa las manticismo, con el descubrimiento de la metáfora
primeras crisis económicas de la modernidad, se ins- como célula germinal de la poesía, y que conduce a
tala en el ideal inalcanzable de la igualdad y la fra- la riqueza de imágenes impresionistas, que no sólo
ternidad y traslada la estratificación social del vesti- repudian el clasicismo, sino también la visión mate-
do por la moda y la lucha de clases. Es la condición rialista del mundo, por su formalismo y nacionalis-
del “ser y no ser”, del saber hacer y del buen vivir. El mo, y que rechazan asimismo al romanticismo por
bohemio personaje que atraviesa los campos de su emotividad y por lo convencional de su lenguaje
Boloña y el Jardín de las Tullerías, para encontrarse metafórico (Hauser, 1992).
con las aventuras que brindan las damas vestidas de
negro y el rostro cubierto por un velo. Se descubre algo completamente nuevo: la poesía
pura. La poesía que surge del espíritu racional y no
Es el mundo del romanticismo, de Lord Byron, el conceptual, del lenguaje que se opone a toda inter-
mundo de los bulevares, el mundo del París que pretación lógica. Para el simbolismo la poesía no es
Haussman traza en la calle de los Campos Elíseos otra cosa que la expresión de aquellas relaciones y
que dan paso a los carruajes y al dinamismo de la correspondencias, el lenguaje abandonado a sí mis-
vida cotidiana. La nueva y moderna polis griega, otra mo, que crea entre lo concreto y lo abstracto, den-
vez rehecha en el mundo de la vanguardia, la moda, tro de lo material y lo ideal, entre las diferentes es-
la imagen, la velocidad, el movimiento y la fugaci- feras de los sentidos.
dad contemporáneos.
Mallarmé piensa que la poesía es la insinuación de imá-
Estas dos revoluciones, la pictórica y la literaria, la genes que se ciernen y se evaporan siempre; asegura
que el “nombrar” un objeto, es destruir tres cuartas
simbolista y la impresionista, sólo se presentan como
partes del placer, que consiste en la adivinación gradual
una insurgencia espiritual en contra del orden so- de su verdadera naturaleza. El simbolismo va a trasla-
cial que las contiene, y sirven de bases fundadoras dar una etapa diferente a la alegoría, que es una espe-
para el espíritu de la época del siglo XX, que inicia cie de enigma y que su solución es obvia, mientras que
la irrestricta libertad para el arte y los creadores. El el símbolo sólo puede ser interpretado. La alegoría es la
expresión de un proceso mental estático, el símbolo de
mundo imaginario, único espacio social, vital, ma-
uno dinámico, aquélla pone un límite y una frontera a
terial y espiritual donde el hombre puede, desde la asociación de ideas, y éste pone las ideas en movi-
entonces, gozar sin culpas ni dolor. Espacio libre para miento y las mantiene en él (Hauser, 1992, p. 233).
la imaginación y recreación del mundo, que fundan
el exilio, la única huída posible del asfixiante mun- Toda interpretación alucinante de la poesía viene direc-
tamente de Rimbaud, él fue quien hizo la declaración
do burgués. Paradoja de una sociedad rechazada y
que ha tenido una influencia decisiva en la literatura
refundada en sus más prístinos valores por los esti- moderna, en donde el poeta debe convertirse en “vi-
los del arte, que permanecen como paradigma du- dente”, y que su cometido es prepararse para esto por
rante todo el siglo XX y cuya influencia continúa medio de un sistemático extrañamiento de los sentidos
hasta principios del siglo XXI. y de sus funciones normales, la desnaturalización y
deshumanización de estos. La práctica que Rimbaud re-
comendaba estaba no sólo de acuerdo con el ideal de
Fundadores de la libertad del arte, del espacio artís-
artificialidad de los románticos, sino con su ideal supre-
tico, como único espacio gozable, vivible, habitable, mo, que contenía ya el nuevo elemento, o sea la defor-
transpirable en un mundo que se encuentra agaza- mación y la mueca como medio de expresión, que va a
pado entre las contradicciones de la economía, en la ser tan importante para el arte moderno del siglo XX
sobreexplotación de la riqueza y la falta de la distri- (Hauser, 1992, p. 235).
“Todo rasgo de gran poesía es lo incomprensible y tro trivial, la desolación será irreparable. Las lectu-
lo inconmensurable” (Hauser, 1992, p. 238). Es así ras nunca le escandalizan, por graves o frívolas que
como estos artistas de la vanguardia literaria y ar- éstas puedan ser (Hauser, 1992).
tística del siglo XIX fundan con sus rasgos, extrava-
gancias y exilios lo que todavía en el siglo XX cono- Así, la bohemia artística y el dandismo de los salo-
cimos como la bohemia. La bohemia tuvo junto a sí nes del siglo XIX permanecen íntimamente ligados
otro personaje fundador que fue el dandismo. a sus relaciones, extensiones, expansiones del siglo
Baudelaire dice que el dandy es un ente viviente XX, hasta convertirse en Dadá: “Dadá es un ejem-
contra una democracia igualitaria, es un gentleman plo de todo lo contrario a una situación regresiva,
capaz de afrontar toda situación y que no se sor- se nos presenta como una forma de conciencia de
prende de nada, no es vulgar y conserva la sonrisa altísimo nivel intelectual, al abrir una nueva vía ante
del estoico. El dandismo es la última revelación del la total reversión de los valores esclerosados. En un
heroísmo en una época de decadencia. Es un rayo momento de estancamiento, la antítesis puede con-
brillante del orgullo humano, la elegancia del vesti- vertirse en estructura” (Joray, 1984, p. 86). Dadá
do, el melindre de las maneras, la disciplina externa resurge como parte de esta herencia de la vanguar-
que se impone a sí mismo y que vive en un mundo dia fundada por Rimbaud y Verlaine, por Gauguin y
vulgar, pero al que en realidad le interesa la íntima Van Gogh. La vanguardia se inserta como una pos-
superioridad y la independencia. tura espiritual de ruptura con el clasicismo y el
neoclasicismo.
El bohemio está por encima del artista, porque éste
todavía tiene entusiasmo, sabe luchar. El bohemio Habermas dice que la vanguardia se considera a sí
no tiene otra profesión que la elegancia, juega todo misma como invasora de un terreno desconocido, que
el tiempo, su fisonomía distinguida se le ve por to- se expone a peligros y encuentros repentinos y sor-
das partes; la bohemia es una institución que tiene prendentes pero conquistando un futuro. La vanguar-
sus propias leyes, su mundo riguroso, y está estric- dia encuentra una dirección, en un paisaje donde no
tamente asumido por sujetos que se encuentran en parece que se haya aventurado nadie todavía. Pero
la fuga de la dependencia de su carácter, al igual este avanzar a tientas, esta anticipación a un futuro in-
que el dandy, que construye para sí un carácter es- definido y el culto de lo nuevo significan, de hecho,
pecífico que lo hace alejarse de los convencionalis- la exaltación del presente y una nueva conciencia del
mos sociales; pero el bohemio no vive el amor por tiempo, que entra en la filosofía de los escritos de
un principio especial, y si le hablan del dinero, para Bergson, que expresan la experiencia de la movili-
él es una cosa innecesaria y abandona la grosera dad, el dinamismo de la sociedad, así como la acele-
pasión, porque la pasión del dinero es para los ración en la historia o la discontinuidad en la vida co-
mortales vulgares. La bohemia no es solamente un -tidiana. Un nuevo valor atribuido a lo transitorio, a
inmoderado gusto por el arreglo y la elegancia ma- lo esquivo y a lo efímero, la propia celebración del
teriales, sino que es un símbolo de la elegancia aris- dinamismo que revela los anhelos de un presente
tocrática del espíritu (Hauser, 1992). puro inmaculado y estable.
Vanguardia –avant-garde– significa un paso adelan- Joray, M. (1984). Soto. Neuchatel-Suisse. Suiza: Editions du
te que precede a su época por sus aportes, y el tér- Griffon.
mino se vincula con el vanguardismo ruso, que fue
Santos Guerra, M. A. (1998). Imagen y educación. Argentina:
una tendencia artística renovadora nacida a princi-
Editorial Magisterio.
pios del siglo XX que reaccionó en contra del arte
tradicional. Schwartz; Jorge. (2002). Las vanguardias latinoamericanas.
Textos programáticos y críticos. México: Tierra Firme/ Fondo
de Cultura Económica.
Al vanguardismo ruso pertenecen las distintas co-
rrientes del constructivismo, tales como la pintura Vattimo, G. (1996). El fin de la modernidad; nihilismo y herme-
del suprematismo de Malevich, el rayonismo de néutica. México: Gedisa.
Larionov y Natalia Goncharova, el arte mecanicista
de Tatlin y Rodchenko, así como las tendencias
futuristas de los hermanos Burljuk, el expresionismo
abstracto de Kandinsky y la cinética luminosa de los
hermanos Pevsner y Naum Gabo. Para los abstraccio-
nistas Malevich, Kandinsky y los hermanos Pevsner
el arte es una actividad esencialmente espiritual que
con la claridad estructural de las formas abstractas
anticipa una imagen de ordenadas relaciones uni-
versales, mientras que los constructivistas Tatlin y
Rodchenko quieren combinar arte y técnica en bien
del progreso social.