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C o m u n i c a c i ó n V i s u a l

El discurso de las vanguardias artísticas


Julio César Schara

Resumen

En el mundo de la videosfera, los actores sociales sujeto-objeto audiovisual que sobreviven a


la civilización de las imágenes han creado nuevas vanguardias artísticas: el body art, la insta-
lación, el performance, los videoastas, el cine de autor, la moda, el diseño gráfico, el arqui-
tectónico, etcétera, que crean junto a la radio, la televisión y la publicidad una explosión de
imágenes casi inabarcables, pero que manipulan nuestra identidad, valores y principios. Esté-
ticas cultas y populares, elitistas y masivas, crean una nueva visión de nuestra realidad: La
sociedad del conocimiento.

La reflexión sobre estos fenómenos contemporáneos requiere de estudios multi y


transdisciplinarios que alejen todo intento de simplificación que desintegre la complejidad
de lo real, a la que si bien se pueden integrar algunas simplificaciones teóricas, tendremos
que rechazar en su método de análisis las reducciones unidimensionales, cegadoras, pues la
simplificación no puede reflejar aquello que vivimos en el espíritu de nuestra época.

Introducción primera hegemonía del mundo, se ha planteado


como un nuevo discurso, como una nueva utopía
Posmodernidad y el hombre audiovisual globalifóbica en las relaciones internacionales ac-
tuales, así como la emergencia de una nueva van-
El mundo verdadero se ha convertido en fábula, guardia política y social.
asegura Nietzche en El crepúsculo de los ídolos. La
reducción de las relaciones humanas como valor de La crisis del terrorismo que acecha a la humanidad
cambio es el escenario del mundo posmoderno, del no está vinculada, únicamente, a la insurgencia de
mundo de la civilización de las imágenes. una hegemonía totalizadora, sino también a un pro-
ceso robotizador mediante el cual, junto con la sub-
Las crisis reiteradas de fines del siglo XX y de princi- jetividad humana, donde se insertan los valores, los
pios del XXI, las guerras, la omnipresencia de un eje principios, los derechos, éstos se pierden en los me-
rector como surgimiento de la primera hegemonía canismos de la objetividad científica y de la omnipre-
del mundo (sueño anhelado del nacional-socialis- sencia tecnológica. La reducción de todas las interac-
mo alemán), convertida en postulados teóricos que ciones individuales a un valor de cambio monetarista,
salvaguardan el orden contra el terror, premisa ne- ha convertido al mundo en una fábula.
gociadora que ha impuesto un discurso autoritario,
revestido de la defensa occidental, contra el terro- La herencia de las vanguardias históricas1 que se con-
rismo. Los fundamentos principales del lasseferismo, virtieron en neovanguardias ha dado origen a una
de la economía neoliberal y la defensa de las liber- nueva civilización en donde la explosión de la esté-
tades fundadas en los principios del hombre y del tica juega un papel que conjuga los confines tradi-
ciudadano, de la Revolución Francesa, han liberado cionales del arte y de la estética: el concierto, el tea-
nuevos debates que plantean la necesidad de un tro, el museo, la galería de pintura, con una demo-
nuevo orden en el mundo en donde la Comunidad cratización de esos mismos bienes estéticos, conver-
Europea trata, en foros distintos, la negociación de tidos en televisión, cine, fotografía, radio. Hechos
un equilibrio cuyo debate ha puesto en sospecha que específicamente se ven vinculados a una nueva
las funciones del Consejo de Seguridad de las Na-
ciones Unidas. Alcanzar una nueva equidad que
pueda controlar las posturas intervencionistas de la 1 Ver aclaración al final del artículo.

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noción del sentido que teníamos de la estética y que lor, en un valor fundamental al que todos los demás
se realizan también en una forma de sospecha y valores se refieren. El valor que domina la concien-
autoironía de la propia operación artística, que se cia de la época es sobre todo la de una fe en el pro-
ha convertido en una forma de operación multina- greso, que es una fe secularizada y al propio tiem-
cional, multidimensional. po una fe en la secularización. La fe en el progreso,
entendida como proceso histórico, está cada vez más
El juego de la estética tradicional o de una mirada despojada de referentes metafísicos y se ha identi-
retrospectiva como logosfera, como dice Regis ficado pura y simplemente en la fe del valor de todo
Debray (1998), conlleva a una nueva cultura conoci- lo nuevo.
da como videosfera. Refugio apasionado de los
mass-media globalizadores, que si bien no reniega Miguel Ángel Santos Guerra, en su texto Imagen y
de todo elemento de deleite del arte tradicional, educación, dice:
de su gusto por las abstracciones del arte de la élite,
convive en el mundo de los consensos masivos y Somos inicialmente espectadores. Ante el cine y la tele-
visión, nos preocupa captar el mensaje, sintonizar el con-
manipulados.
tenido estético, decodificar lo que un emisor determi-
nado ha codificado previamente para que resulte un
La experiencia estética en sí, ya no es la negación de lenguaje inteligible. Progresivamente nos vamos con-
lo no estético. La canonización de la tradición y acep- virtiendo en meros receptores [...]
tación de los públicos del arte y del placer de lo bello
han dejado de ser elitistas, pero también el arte ha Es evidente la proliferación de la imagen en nuestra cul-
tura de masas, tanto la imagen fija, carteles, revistas,
buscado nuevos refugios que le permiten reaccionar
anuncios, cómics o la imagen móvil, cine, televisión, in-
a este arte que ha masificado las formas de expre- vaden la vida del hombre moderno, la realidad se nos
sión populares. Las nuevas experiencias cruzan las va presentando progresivamente a través de la imagen.
neovanguardias y se convierten en el arte del cuer- Pensemos que el niño conoce mucho más cosas, a través
po, en la instalación, en los nuevos videoastas, en el de la imagen, que su misma realidad. Ve antes un coche
en la televisión, que en la calle, conoce antes al león en
cine de autor, en las nuevas formas que se multipli-
el cine, que en la selva o en el zoológico. Y se asoma a la
can día a día, inclusive los museos, que tradicional- realidad social, a través de la prodigalidad de las imáge-
mente hospedaron al arte de la élite, se abren poco nes: la manifestación de esta mañana, la catástrofe aé-
a poco a este nuevo concierto de posibilidades que rea, el lanzamiento de un nuevo satélite (Santos, 1998,
transgreden los límites y el tiempo tradicionales del pp. 27-39).
arte, pero conllevan nuevas interpretaciones, nuevos
consensos nuevas visiones de la realidad y la acepta- Los sistemas de información audiovisual crean a su
ción generalizada de la crítica especializada y de los vez formas de intercambios, de modas y conductas
públicos masivos. que los teleauditorios, oyentes y espectadores vin-
culan con valores de la modernidad. La homogenei-
Reproducir la integración de la existencia de las nue- dad de la cultura es también una moda pasajera, en
vas formas de arte con las tradicionales en interacción donde el progreso estará determinado por las for-
continua de la nueva civilización de las imágenes, del mas de crecimiento económico, por los valores mo-
hombre audiovisual, cambia el sentido de la estética netarios que se adquieren a partir de la distribución
en la sociedad contemporánea, la cual se ha entre- del ingreso y por parámetros abstractos en los que
gado a estas nuevas formas de ocio y de entreteni- subyacen la división internacional del trabajo, la
miento en forma omnipresente, con un potencial y inequidad de la misma distribución de la riqueza;
una ubicuidad que no dan lugar a la negación, ni a la pero en donde, además, existen dos clases de con-
puesta en acción de la sospecha, ni a la concepción sumo: el de la élite, que persistirá en el mundo del
crítica de los contempladores (de la teleaudiencia o arte tradicional y las marcas originales, distribuidas
de los radioescuchas), ni a la continua invención di- en las tiendas de lujo, así como el de la masa homo-
námica de la promoción comercial de los diseñadores geneizada, que consume la misma moda tecnológi-
y mercadólogos. ca pero en los mercados de copias, del kitsch, de las
mercaderías de contrabando en los mercados infor-
males que no pagan impuestos ni pueden garanti-
La videosfera crítica zar la calidad de los productos, esto es el consumo
sin reclamos.
La modernidad, dice Vattimo (1996), es aquella épo-
ca en la cual el ser moderno se convierte en un va-

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El hombre moderno recibe una constante información


de los problemas del mundo, y crece en él una sensación Las vanguardias
de imposibilidad radical, en la participación y en la solu-
ción. Podemos llegar a ser espectadores pasivos de nues- Durante el siglo XX vivimos a expensas del siglo XIX,
tra propia historia (a caballo entre la ficción y la realidad) así como en el siglo XIX se vivió a expensas del siglo
contada cada día en capítulos a través de la televisión, el
XVIII. Las vanguardias surgidas a mediados del siglo
cine, la radio y la prensa (Santos, 1998, p. 44).
XIX recrearon las bases teórico-metodológicas, por
lo que de alguna manera seguimos pensando como
Cazassus (1974), citado por Santos Guerra, dice:
en el siglo XX. El pensamiento marxista nos mues-
tra que la historia es la conciencia de la lucha del
[...] la teleología o la finalidad de la comunicación de la
imagen presenta, en principio, una primera clasificación hombre por la subsistencia, y que es la realidad so-
general, con cuatro móviles, o fines de fácil identifica- cial la que determina la conciencia humana. La re-
ción: informar, instruir, distraer y persuadir. Naturalmen- producción material de la vida y de la historia pu-
te, aunque estos puedan ser los objetivos confesados sieron en grave sospecha los puntos de vista
como móviles, de cualquier comunicación de la imagen,
idealistas de Hegel. Freud nos enseña que nuestra
en el fondo existe un tejido oculto que envuelve todo
mensaje, con los matices que interesan a la ideología conciencia está determinada por algo que conoce-
latente, en la que se reapoya la clase dominante, de mos muy poco, pero que está en nosotros mismos:
cualquier país (Santos, 1998, p. 66). el inconsciente, estructurado por los “otros” que
somos y que construimos en los tempranos días de
La homogeneización de la cultura, del hombre la infancia.
audiovisual, constructor de esta nueva civilización
de las imágenes, confronta nuevas inquisiciones que Smith y Ricardo cimientan las bases de la vida del
a principios de siglo tendremos que volver a reha- capitalismo, dividiendo al mundo del siglo XX en
cer: por una parte, el fin del desarrollo histórico de los días de la Guerra Fría, en países socialistas y ca-
la evolución y apropiación de las vanguardias cultu- pitalistas. Van Gogh y Gauguin, Rimbaud y Verlaine,
rales como múltiples interacciones con las nuevas son los iniciadores de la vanguardia en el siglo XIX,
realidades, pasadas y futuras, con grados enormes pues matizan actitudes, tendencias y el espíritu de
de complejidad y abstracción que preparan la era buena parte de los movimientos artísticos y litera-
de la videosfera como una nueva praxis de la omni- rios del siglo XX. Vivimos a expensas de las posturas
presencia de la ciencia y la tecnología, cuyo desa- teóricas surgidas a lo largo del siglo XIX y sus visio-
rrollo implica términos de satisfacción, de exigen- nes del mundo en el arte, la literatura, las ciencias y
cias vitales básicas, tanto en los países desarrollados las humanidades. Ahora nos encontramos delante
como en los países emergentes. de un nuevo siglo para el arte, en donde quizá ten-
gamos que vivir en el siglo XXI a expensas del siglo
La crisis del porvenir enfrenta nuevas características anterior.
y nuevos problemas que tienen que ser abordados
desde la misma situación de la historia, de las van- El siglo XIX da a conocer artistas emblemáticos que
guardias artísticas, científicas y culturales. El fin de son piedras fundamentales en la construcción de los
la historia visto como el Apocalipsis no podría ser lenguajes del arte del siglo XX. Dos de esos perso-
posible ante esta nueva utopía omnicomprensiva de najes, en el campo de la literatura, son Rimbaud y
la explosión de los conocimientos científico-tecno- Verlaine, y en el del arte plástico, Van Gogh y
lógicos contemporáneos. Esta nueva vanguardia que Gauguin. Los artistas del impresionismo y simbolismo
se abre como posmodernidad en los albores del prin- literarios se apartan de la sociedad y se refugian le-
cipio de siglo. La reflexión innovadora tiene que jos de la civilización occidental en países exóticos,
surgir del pasado para reflexionar mejor los desa- rehuyendo “al malestar de la cultura” y al aburgue-
fíos de la tecnociencia. ¿Cómo, cuándo y por qué se samiento de la existencia que ocurre en diferentes
construyeron las estructuras de lo que llamamos las ámbitos sociales. Unos eligen la migración interior
vanguardias, rupturas iconoclastas de la creación en la y otros optan por la huída a lugares desconocidos,
esfera de lo artístico y del espíritu de la época en como es el viaje de Rimbaud a Abisinia, en donde se
general? Las artes tradicionales elitistas cambiaron convierte en comerciante, vendedor, traficante de
también las nuevas formas de expresión de las artes armas, de café, etcétera. Pero Verlaine y Rimbaud
del museo –que son la instalación, el performance, unen sus vidas como una expresión consciente de
el body art, etcétera–, así como el diseño, las artes rechazo altanero a la sociedad y al régimen burgués
gráficas, la fotografía, el cine y la televisión. de su tiempo. Por ello, su literatura y productos son

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incomprensibles para la mayoría de la gente de la “Me estoy matando”, escribe Baudelaire en una
época (Hauser, 1992). carta en 1845, “porque soy inútil a los demás, soy
un peligro para mí mismo”. No sólo es la conciencia
El viaje a tierras remotas es una fuga de la civiliza- de su propia infelicidad lo que lo llena, sino tam-
ción moderna, una fuga del modo burgués de vida. bién el sentimiento de que la felicidad de los demás
El individualismo y el idealismo romántico se trans- es algo vulgar y trivial. “Usted es un hombre feliz”,
forman en un marco teórico estético. Los viajeros via- escribe en una carta posterior, “lo siento por usted,
jan a territorios desconocidos y otros viajan sin partir señor, por ser tan feliz, por ser feliz tan fácilmente,
al universo de la literatura simbolista o al del arte un hombre tiene que haber caído muy bajo, como
impresionista que se cierra a la comprensión banal y para considerarse feliz”. Encontramos el mismo des-
superflua de la burguesía en el poder: coleccionistas, precio por el sentimiento de la felicidad barata en
galerías, mercados del arte, academias y filosofías. una serie de narraciones y escritos del siglo XIX
Cierran los puentes a la lectura fácil y con ellos crea (Hauser, 1992).
una división entre el arte burgués y la vanguardia,
entre la figuración y el abstraccionismo, para así re- En el caso de Rimbaud, un salvaje, un hombre que
chazar en su conjunto las interacciones superficiales nunca hace bien, un haragán, un hombre totalmente
entre arte y literatura y la sociedad de su tiempo. maligno y peligroso que peregrina de país en país,
que dedica su vida a ser profesor de lenguas, ven-
Rimbaud intensifica el dolor de la partida. La vida dedor, empleado de circo, cargador en un muelle,
está ausente, no es parte del mundo, apenas la vida jornalero de campo, marinero, voluntario del ejér-
intensifica la belleza de las palabras y se realiza por cito holandés, mecánico, explorador y traficante
viajes imaginarios. Verlaine, en el viaje interior de colonial, de pronto lo invade una infección en Áfri-
su pasión por el misticismo. Los artistas se alejan de ca. Le amputan una pierna en el hospital de Marse-
la sociedad burguesa, no porque se vean obligados, lla y muere poco después, a los 37 años, despedaza-
sino porque quieren vivir de manera distinta a sus do, en medio de la más terrible agonía. Un genio
progenitores burgueses. Son auténticos románticos, que escribe poemas inmortales a los 17 años, que
quieren ser originales y extravagantes, porque en- abandona la poesía por completo a los 19, y en cu-
tienden el arte y la como algo natural y abstracto. yas cartas no hay nunca la menor mención a la lite-
Emprenden así su excursión por el mundo, por el ratura, pero tampoco al paisaje, a la arqueología o
mundo de los proscritos, de lo exótico, aunque en a las costumbres de la vida cotidiana de esos pue-
buena parte no saben nada de la miseria y son li- blos que cruza como pasajero en tránsito, mudo y
bres de volver a la sociedad burguesa en cualquier ciego, ocupándose solamente de la necesidad de
momento (Hauser, 1992). hacer fortuna. “El fundador auténtico de la poesía
moderna, el cual cuando le alcanzan en África noti-
El exilio lo hallan en el territorio liberado del arte. cias de su fama, rehusa escucharlas y las despide con
Ahí se refugian los vagabundos y los forajidos, los un merde pour la poesie” (Hauser, 1992, p. 230).
marginales, los locos, los poetas, los diferentes, los des-
heredados, los escépticos, y se entregan a la cons- Así, en esta serie de transgresiones de la vida bur-
trucción de una moral y una estética de la diferencia, guesa, aparecen Verlaine y Rimbaud, como Van
pero también se entregan a la miseria, al alcohol y a Gogh y Gauguin, personajes emblemáticos que in-
la droga. Desesperados, rompen con la sociedad de fluyen en la historia del arte y la literatura del siglo
su tiempo, y con ello con toda la civilización euro- XX. Fundadores de lo que Europa reconoce como el
pea. Rimbaud y Verlaine, Gauguin y Van Gogh, aven- pensamiento de la vanguardia impresionista y
tureros desarraigados y vagabundos, mueren en si- simbolista.
tuaciones de marginalidad. Van Gogh va al asilo para
enfermos mentales, y los otros pasan la vida en los Rimbaud, el joven iconoclasta que seduce a Verlaine
cafés, en los cabarets, burdeles, hospitales o en la para hacerlo su víctima hasta que este último es
calle. Destruyen en sí mismos todo lo que puede ser enjuiciado en Bélgica. Rimbaud, por su parte, reco-
útil para la sociedad, la exasperan con todo lo que rre el mundo en busca de sí mismo. Lo mismo hace
sea permanencia y continuidad de la vida, y se enfu- Gauguin, viaja a las Islas Vírgenes, a Bali y llega has-
recen contra sí mismos, como si estuvieran ansiosos ta América, donde vive algún tiempo en la isla de
de exterminar en su propia naturaleza todo lo que Taboga, en Panamá.
tuvieran en común con los demás (Hauser, 1992).

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La suerte de Van Gogh es muy parecida: en el hospi- bución de la riqueza, de una libertad puesta en en-
tal psiquiátrico, con los baños de agua fría y los de tredicho, un progreso que sólo es para la acumula-
agua caliente para poder temperar su espíritu en ción de la riqueza excesiva y la pobreza extrema. En
un enloquecimiento donde no se encuentra a sí mis- el fondo de todo subyace la culpa por la lucha
mo, una fuerza interior salvaje lo hace renunciar al hegemónica y los demonios ocultos de las dos gran-
mundo, manteniendo como única conexión con éste, des guerras, así como una religión de cuya economía
la compañía de Gauguin (Hauser, 1992). del dolor no pudo deshacerse a pesar del aparente
materialismo de la imagen de la modernidad.
Estos mundos distantes que nos enfrentan a un espí-
ritu liberador, como respuesta a la asfixia de la moral El simbolismo representa, por una parte, el resulta-
burguesa, de lo bien hecho y lo bien reconstruido, do final de un desarrollo que comienza con el ro-
de una sociedad francesa que, si bien atraviesa las manticismo, con el descubrimiento de la metáfora
primeras crisis económicas de la modernidad, se ins- como célula germinal de la poesía, y que conduce a
tala en el ideal inalcanzable de la igualdad y la fra- la riqueza de imágenes impresionistas, que no sólo
ternidad y traslada la estratificación social del vesti- repudian el clasicismo, sino también la visión mate-
do por la moda y la lucha de clases. Es la condición rialista del mundo, por su formalismo y nacionalis-
del “ser y no ser”, del saber hacer y del buen vivir. El mo, y que rechazan asimismo al romanticismo por
bohemio personaje que atraviesa los campos de su emotividad y por lo convencional de su lenguaje
Boloña y el Jardín de las Tullerías, para encontrarse metafórico (Hauser, 1992).
con las aventuras que brindan las damas vestidas de
negro y el rostro cubierto por un velo. Se descubre algo completamente nuevo: la poesía
pura. La poesía que surge del espíritu racional y no
Es el mundo del romanticismo, de Lord Byron, el conceptual, del lenguaje que se opone a toda inter-
mundo de los bulevares, el mundo del París que pretación lógica. Para el simbolismo la poesía no es
Haussman traza en la calle de los Campos Elíseos otra cosa que la expresión de aquellas relaciones y
que dan paso a los carruajes y al dinamismo de la correspondencias, el lenguaje abandonado a sí mis-
vida cotidiana. La nueva y moderna polis griega, otra mo, que crea entre lo concreto y lo abstracto, den-
vez rehecha en el mundo de la vanguardia, la moda, tro de lo material y lo ideal, entre las diferentes es-
la imagen, la velocidad, el movimiento y la fugaci- feras de los sentidos.
dad contemporáneos.
Mallarmé piensa que la poesía es la insinuación de imá-
Estas dos revoluciones, la pictórica y la literaria, la genes que se ciernen y se evaporan siempre; asegura
que el “nombrar” un objeto, es destruir tres cuartas
simbolista y la impresionista, sólo se presentan como
partes del placer, que consiste en la adivinación gradual
una insurgencia espiritual en contra del orden so- de su verdadera naturaleza. El simbolismo va a trasla-
cial que las contiene, y sirven de bases fundadoras dar una etapa diferente a la alegoría, que es una espe-
para el espíritu de la época del siglo XX, que inicia cie de enigma y que su solución es obvia, mientras que
la irrestricta libertad para el arte y los creadores. El el símbolo sólo puede ser interpretado. La alegoría es la
expresión de un proceso mental estático, el símbolo de
mundo imaginario, único espacio social, vital, ma-
uno dinámico, aquélla pone un límite y una frontera a
terial y espiritual donde el hombre puede, desde la asociación de ideas, y éste pone las ideas en movi-
entonces, gozar sin culpas ni dolor. Espacio libre para miento y las mantiene en él (Hauser, 1992, p. 233).
la imaginación y recreación del mundo, que fundan
el exilio, la única huída posible del asfixiante mun- Toda interpretación alucinante de la poesía viene direc-
tamente de Rimbaud, él fue quien hizo la declaración
do burgués. Paradoja de una sociedad rechazada y
que ha tenido una influencia decisiva en la literatura
refundada en sus más prístinos valores por los esti- moderna, en donde el poeta debe convertirse en “vi-
los del arte, que permanecen como paradigma du- dente”, y que su cometido es prepararse para esto por
rante todo el siglo XX y cuya influencia continúa medio de un sistemático extrañamiento de los sentidos
hasta principios del siglo XXI. y de sus funciones normales, la desnaturalización y
deshumanización de estos. La práctica que Rimbaud re-
comendaba estaba no sólo de acuerdo con el ideal de
Fundadores de la libertad del arte, del espacio artís-
artificialidad de los románticos, sino con su ideal supre-
tico, como único espacio gozable, vivible, habitable, mo, que contenía ya el nuevo elemento, o sea la defor-
transpirable en un mundo que se encuentra agaza- mación y la mueca como medio de expresión, que va a
pado entre las contradicciones de la economía, en la ser tan importante para el arte moderno del siglo XX
sobreexplotación de la riqueza y la falta de la distri- (Hauser, 1992, p. 235).

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“Todo rasgo de gran poesía es lo incomprensible y tro trivial, la desolación será irreparable. Las lectu-
lo inconmensurable” (Hauser, 1992, p. 238). Es así ras nunca le escandalizan, por graves o frívolas que
como estos artistas de la vanguardia literaria y ar- éstas puedan ser (Hauser, 1992).
tística del siglo XIX fundan con sus rasgos, extrava-
gancias y exilios lo que todavía en el siglo XX cono- Así, la bohemia artística y el dandismo de los salo-
cimos como la bohemia. La bohemia tuvo junto a sí nes del siglo XIX permanecen íntimamente ligados
otro personaje fundador que fue el dandismo. a sus relaciones, extensiones, expansiones del siglo
Baudelaire dice que el dandy es un ente viviente XX, hasta convertirse en Dadá: “Dadá es un ejem-
contra una democracia igualitaria, es un gentleman plo de todo lo contrario a una situación regresiva,
capaz de afrontar toda situación y que no se sor- se nos presenta como una forma de conciencia de
prende de nada, no es vulgar y conserva la sonrisa altísimo nivel intelectual, al abrir una nueva vía ante
del estoico. El dandismo es la última revelación del la total reversión de los valores esclerosados. En un
heroísmo en una época de decadencia. Es un rayo momento de estancamiento, la antítesis puede con-
brillante del orgullo humano, la elegancia del vesti- vertirse en estructura” (Joray, 1984, p. 86). Dadá
do, el melindre de las maneras, la disciplina externa resurge como parte de esta herencia de la vanguar-
que se impone a sí mismo y que vive en un mundo dia fundada por Rimbaud y Verlaine, por Gauguin y
vulgar, pero al que en realidad le interesa la íntima Van Gogh. La vanguardia se inserta como una pos-
superioridad y la independencia. tura espiritual de ruptura con el clasicismo y el
neoclasicismo.
El bohemio está por encima del artista, porque éste
todavía tiene entusiasmo, sabe luchar. El bohemio Habermas dice que la vanguardia se considera a sí
no tiene otra profesión que la elegancia, juega todo misma como invasora de un terreno desconocido, que
el tiempo, su fisonomía distinguida se le ve por to- se expone a peligros y encuentros repentinos y sor-
das partes; la bohemia es una institución que tiene prendentes pero conquistando un futuro. La vanguar-
sus propias leyes, su mundo riguroso, y está estric- dia encuentra una dirección, en un paisaje donde no
tamente asumido por sujetos que se encuentran en parece que se haya aventurado nadie todavía. Pero
la fuga de la dependencia de su carácter, al igual este avanzar a tientas, esta anticipación a un futuro in-
que el dandy, que construye para sí un carácter es- definido y el culto de lo nuevo significan, de hecho,
pecífico que lo hace alejarse de los convencionalis- la exaltación del presente y una nueva conciencia del
mos sociales; pero el bohemio no vive el amor por tiempo, que entra en la filosofía de los escritos de
un principio especial, y si le hablan del dinero, para Bergson, que expresan la experiencia de la movili-
él es una cosa innecesaria y abandona la grosera dad, el dinamismo de la sociedad, así como la acele-
pasión, porque la pasión del dinero es para los ración en la historia o la discontinuidad en la vida co-
mortales vulgares. La bohemia no es solamente un -tidiana. Un nuevo valor atribuido a lo transitorio, a
inmoderado gusto por el arreglo y la elegancia ma- lo esquivo y a lo efímero, la propia celebración del
teriales, sino que es un símbolo de la elegancia aris- dinamismo que revela los anhelos de un presente
tocrática del espíritu (Hauser, 1992). puro inmaculado y estable.

El bohemio forma una casta, una casta nueva, so-


bre todo con el ardiente deseo de ser original, que
se contiene en los límites exteriores de su conve- Referencias finales
niencia, es un individuo con el culto a sí mismo, que
puede sobrevivir en la búsqueda de la alegría, de En Habermas, el concepto de vanguardia –apunta
buscarse a sí mismo; también en la búsqueda de la Mario de Michellis– es el mito de lo salvaje y lo pri-
compañía de hombres y mujeres, porque sobre todo, mitivo, que forma parte de una afanosa búsqueda
sobrevive a todo lo que se llaman las ilusiones, para por el reencuentro de los individuos consigo mis-
darse satisfacción, y enorgullecerse a sí mismo. mos, de su felicidad y de su naturaleza. Fuera de los
convencionalismos, la hipocresía y la corrupción.
Un bohemio puede ser un hombre que sufre o que Frustradas las esperanzas de cambio revolucionario,
está herido, pero nunca se da en el caso de que esto era necesario hallar en otro lado una condición que
lo haga sucumbir; el bohemio confina el espiritualis- no había sido posible, y crear dentro de las fronte-
mo al estoicismo: un gran bohemio, nunca puede ras de Europa una explicación al grito más angus-
ser un hombre vulgar, y si comete un crimen jamás tiado de Rimbaud.
podrá decirlo; pero si ese crimen nace de un encuen-

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La auténtica vida está ausente, no estamos en el guardias tiene resurgimientos y sobrevivencias a


mundo, entonces hay que elegir otros caminos y bus- todo lo largo del siglo XX.
car la libertad en el sueño, en el silencio del propio
yo interior o en las soluciones metafísicas. La existen- Un acto de inteligencia, un pensamiento cognitivo
cia de esta nueva revolución es evidente cada vez o la solución de problemas no pueden existir sólo
que un artista de vanguardia se encuentra con sus por la observación empírica. Es teóricamente impo-
propias raíces y es capaz de volver la confianza en la sible imaginarlo sin una implicación. Esto es, sin nin-
evasión con una presencia activa, dentro de una cier- gún sentimiento. Aprendizaje y sentimiento están
ta realidad recreada que es la única solución. vinculados. Charles Darwin, en su libro La expresión
de las emociones, en los animales y el hombre, con-
Dadá es antiartístico, antiautoritario y antipoético. sidera como verdaderas expresiones sensibles preci-
Dadá está en contra de la belleza eterna, contra la samente a los reflejos y a los instintos, que supone
eternidad de los principios, contra las leyes de la no sólo una capacidad innata de reaccionar en una
lógica, contra la inmovilidad del pensamiento, con- determinada forma, sino también el reconocimien-
tra la pureza de los conceptos abstractos, contra lo to innato de esa misma expresión en los demás,
universal en general. Propugna, en cambio, la des- como una reacción, como una práctica social de las
enfrenada libertad del individuo, la espontaneidad, emociones.
lo inmediato, lo actual y lo aleatorio. La crónica con-
tra la intemporalidad, la contradicción, el ¡no! don- Santos Guerra dice:
de otros dicen que ¡sí!, y el ¡sí! donde los demás
dicen ¡no! Defender la anarquía contra el orden, la Es patente el predominio de la afectividad entre los jó-
venes de hoy frente a la racionalidad que caracterizaba
imperfección contra la perfección; por lo tanto, con
las generaciones adultas. Ante cualquier acontecimien-
un rigor negativo, que también está en contra del to, el joven responde con más facilidad al que siente,
modernismo, del expresionismo, del cubismo, del que al que piensa [...] Parece ser que la imagen recorre
futurismo y del abstraccionismo, acusándolos de ser un camino que llega antes a la sensibilidad para hacer
sucedáneos de cuanto había sido destruido o esta- luego mella en la inteligencia. La palabra –hablada o
escrita– recorre el camino inverso: primero impresiona
ba a punto de serlo, de ser nuevos puntos de crista-
la inteligencia y luego la sensibilidad; la preponderan-
lización del espíritu, el cual no debía ser aprisiona- cia de estímulos visuales provocaría en el hombre de hoy,
do en las camisas de fuerza de una regla, aunque una excrecencia sensitiva, una hipertrofia de la sensibi-
sea nueva y distinta, sino que siempre debía estar lidad [...] El resultado es un predominio psíquico de la
libre, disponible y suelto en el continuo movimien- vertiente afectiva, vivencias como el sentido del deber,
imperio de la razón, utilización de la cabeza [...] Cede
to de sí mismo, en la continua invención de su pro-
terreno a una de mayor tonalidad afectiva, sentirse a
pia existencia (De Michellis, 1999). gusto, expresión del sentimiento, valoración de las emo-
ciones [...] El hombre que llamamos audiovisual, vive en
El lema de Rimbaud: “la literatura es una idiotez”, un primitivismo psíquico considerable. Conoce, asimila
es también su lema, puesto que lo que está en jue- y reacciona bajo claves eminentemente emocionales
go es más importante que el arte de pintar cuadros (Santos, 1998, pp. 56-57).
o de escribir versos; lo que está en juego es el desti-
no del hombre, su fortuna o la ruina en la tierra. Aprender sobre las implicaciones de nuestras emo-
Esto es lo que el surrealismo entiende, en dirección ciones y los medios masivos de comunicación, las
a esa verdad y, sobre todo, en donde inicia su ac- formas en que son aprendidas, las formas en que
ción. “El arte auténtico de hoy”, escribe Bretón en interactuamos a través de ellas, las formas en que la
la época de la Guerra de Marruecos, en 1926, “está inteligencia las razona, las formas en que crea visio-
ligado a la actividad social revolucionaria, tiende a nes de la realidad, son aprendizajes ineludibles en
la confusión y a la destrucción de la sociedad capi- esta nueva vanguardia histórica de esta nueva civi-
talista”. Años más tarde dice: “en el estado de la lización de las imágenes, donde la videosfera omni-
crisis actual del mundo burgués, día a día más presente surge como un espectro hegemónico, po-
conciente de su propia ruina, yo creo que el arte de pular y globalizado; pero también como una nueva
hoy debe justificarse como consecuencia lógica del posibilidad de vanguardia artística, de un nuevo hu-
arte de ayer, que al mismo tiempo somete lo más manismo que pueda servir de régimen crítico com-
posible, a una actividad de interpretación, que haga plejo para equilibrar su omnipresencia y manipula-
estallar en la sociedad burguesa su malestar” ción ideológica globalizadora y podamos rescatar
(Hauser, 1968, p. 227). Así, la continuidad de las van- los valores esenciales de nuestra convivencia futu

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C o m u n i c a c i ó n V i s u a l

ra: la sociedad del conocimiento. Los saberes de to- Bibliografía


dos y para todos.
Darwin, Ch. (1988). La expresión de las emociones en los
animales y en el hombre. México: Alianza Editorial/ SEP.
Nota aclaratoria: En este ensayo tratamos de vincu-
lar las diferentes teorías de la vanguardia artística Debray, R. (1998). Vida y muerte de la imagen, historia de la
mirada en Occidente. España: Paidós.
en sus dos vertientes: la literaria y la de las artes
visuales, tanto de Europa como de América Latina, De Michellis, M. (1999). Las vanguardias artísticas del siglo XX.
y proponemos una nueva lectura sobre sus oríge- España: Alianza Editorial.
nes, provenientes del impresionismo pictórico y el
Hauser, A. (1992). Historia social de la literatura y el arte. España:
simbolismo literario surgidos en Francia.
Ediciones Guadarrama.

Vanguardia –avant-garde– significa un paso adelan- Joray, M. (1984). Soto. Neuchatel-Suisse. Suiza: Editions du
te que precede a su época por sus aportes, y el tér- Griffon.
mino se vincula con el vanguardismo ruso, que fue
Santos Guerra, M. A. (1998). Imagen y educación. Argentina:
una tendencia artística renovadora nacida a princi-
Editorial Magisterio.
pios del siglo XX que reaccionó en contra del arte
tradicional. Schwartz; Jorge. (2002). Las vanguardias latinoamericanas.
Textos programáticos y críticos. México: Tierra Firme/ Fondo
de Cultura Económica.
Al vanguardismo ruso pertenecen las distintas co-
rrientes del constructivismo, tales como la pintura Vattimo, G. (1996). El fin de la modernidad; nihilismo y herme-
del suprematismo de Malevich, el rayonismo de néutica. México: Gedisa.
Larionov y Natalia Goncharova, el arte mecanicista
de Tatlin y Rodchenko, así como las tendencias
futuristas de los hermanos Burljuk, el expresionismo
abstracto de Kandinsky y la cinética luminosa de los
hermanos Pevsner y Naum Gabo. Para los abstraccio-
nistas Malevich, Kandinsky y los hermanos Pevsner
el arte es una actividad esencialmente espiritual que
con la claridad estructural de las formas abstractas
anticipa una imagen de ordenadas relaciones uni-
versales, mientras que los constructivistas Tatlin y
Rodchenko quieren combinar arte y técnica en bien
del progreso social.

En sus orígenes, las vanguardias artísticas se adjudica-


ron la responsabilidad de dirigir y encauzar la reivin-
dicación política y cultural de la sociedad, asumiendo
con ello una actitud decididamente revolucionaria.

En el terreno de las letras latinoamericanas, los vanguar-


distas no se apartaron de la idea de cambio radical como
punto de partida hacia sus utopías [...] De esta forma,
en los años veinte se pensó en crear un nuevo lenguaje
latinoamericano que aglutinara las peculiaridades
lingüísticas del español y del portugués, “una utopía lin-
güística semejante al esperanto” que liberara las pala-
bras de su pasado ibérico y las vinculara sustancialmente
al despliegue del “hombre nuevo” americano [...] des-
de el criollismo ultraísta del joven Borges, pasando por
el indigenismo de Mariátegui, hasta la glorificación del
dinamismo de la ciudad y de la máquina en los mani-
fiestos del brasileño Oswald de Andrade [...] que abarca
la urbe de la pampa, cruzando por la orografía del
futurismo, al constructivismo, el estridentismo, el surrea-
lismo, la negritud y la raza cósmica vasconceliana”
(Schwartz, 2002, p. 33).

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