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Divisió de Prehistòria

Departament d’Antropologia Social i Prehistòria


Universitat Autònoma de Barcelona

Internet, el conocimiento distribuido


y la resolución del problema arqueológico.

Estudio de caso:
Inicios de la metalurgia en los Balcanes Centrales

Trabajo de investigación
Programa de Doctorado de Prehistoria

Presentado por: Igor D. BOGDANOVIC, M.A.

Dirigido por: Joan Antón Barceló

Bellaterra, septiembre de 2002

1
2
Índice

Introducción 5
El conocimiento y las herramientas para la solución de problemas 9
Conocimiento y problemas científicos 9
Lenguaje – escritura – prensa – multimedia 10
Internet 12
Arqueología y revolución informática 17
Aplicabilidad y Aplicación 17
La construcción informática del conocimiento arqueológico 21
La construcción social del conocimiento arqueológico: DIA-spora 26
El proyecto DIA-spora 27
¿Qué es la Arqueología Distributiva e Interactiva? 29
Las plataformas sincronizadas de las actividades investigadoras 31
La Plataforma Archivista 33
La Plataforma Analítica 35
La plataforma para el debate 36
Acceso a DIA-spora 38
DIA-spora como base del conocimiento arqueológico 39
El problema arqueológico 43
Estudio de caso: El lugar de la metalurgia inicial en la sociedad
prehistórica de los Balcanes Centrales 47
Secuencia cronológica 48
Delimitación, Geografía, clima, recursos
y comunicaciones naturales de los Balcanes Centrales 49
Estado de la cuestión 54
“Las futuras investigaciones aportarán nuevos datos
para nuestro conocimiento sobre ... “ 63

3
Inicio de la metalurgia del cobre en los Balcanes centrales:
condiciones y consecuencias 64
Condiciones previas para la metalurgia inicial
en los Balcanes Centrales 64
A. Condiciones naturales 64
B. Conocimientos tecnológicos 66
Primera minería de cobre 69
A. Tecnología de extracción 69
B. Cronología de la primera minería de
cobre en los Balcanes Centrales 73
Producción metalúrgica 74
Consecuencias del inicio de la metalurgia de cobre
en los Balcanes Centrales 83
Hábitat y habitación 84
Prácticas funerarias 89
Conclusión. Una vez más: DIA-spora 92
Índice de figuras 100
Bibliografía 101
Anexo 107

4
Introducción

Al evocar las imágenes de mi lejana niñez, me traslado a una casa, más


parecida a una biblioteca, con inmensas estanterías que cubren las paredes de
extremo a extremo y emiten el olor de los libros nuevos y antiguos. Me acuerdo
de la fascinación por la tercera dimensión de esas paredes y especialmente porque
constituían un objeto de interés evidente en la casa, puesto que todos a menudo
sacaban y volvían a poner algunas de dichas partes tridimensionales. Poco a poco
empecé a distinguir las partes más visitadas de la pared y de esta manera iba
dirigiendo mi curiosidad hacia lugares determinados. Con el tiempo, por propia
experiencia entendí que los libros que ocupaban un lugar eran diferentes de los
que ocupan otro, y que esto tenía algo que ver con la profesión de los adultos. Las
casas de los amigos, donde solíamos ir de visita, y los lugares donde trabajaban,
también tenían bibliotecas y casi ninguna se parecía a otra, excepto unas dos o tres
que eran muy similares. Los padres, y los amigos también, consultaban libros
cuando querían saber algo, y muchas veces tenían que consultar varios libros, de
varios lugares, para llegar a saber aquello que querían. Lo que sabían, lo volvían
a escribir, para que los otros pudieran saberlo también.

Cada verano acompañaba a mi padre en su trabajo de campo a las


bibliotecas de manuscritos medievales en los monasterios de toda Serbia. Aprendí
entonces que en la época medieval, antes de la invención de la imprenta, los libros
eran escasos, carísimos y concentrados en unos pocos lugares, sobre todo porque
el proceso de su creación, copiado y distribución era largo y difícil. Me explicaron
que por ello eran muy pocas las personas que podían disponer del conocimiento
escrito, disperso en las bibliotecas de lugares distantes. De esta forma entendí cual
era la importancia del conocimiento de la imprenta. Las partes de las bibliotecas

5
que archivaban los libros impresos eran siempre más grandes que las que
guardaban los manuscritos, y los mismos libros impresos se repetían en casi todos
los lugares que visitábamos.

Esos templos de saber despertaron más adelante mi interés por la antigüedad


en general, pero también por la creatividad humana y por la dinámica de la
construcción del conocimiento, cuya “domesticación” empezó con la escritura
alfabética (Goody 1985: 20). Un conocimiento tecnológico – el invento de la
imprenta – tuvo una influencia decisiva en el crecimiento y la difusión del
conocimiento, en general cambió el ritmo de la historia, y causó cambios sociales
a largo plazo (Simone 2000: 10). Este ejemplo es sólo uno entre muchos y
confirma la existencia de una relación entre inventos tecnológicos (o más bien
conocimiento) y proceso histórico. El desarrollo de la sociedad humana es un
sistema interactivo, una amalgama de causas y efectos donde fenómenos distintos
se influyen mutuamente y de esta manera provocan un cambio permanente. La
sociedad a veces disfruta, y a veces sufre los frutos de su conocimiento. Los
inventos, una consecuencia directa del conocimiento logrado, no tienen siempre
una importancia directa y substancial para los procesos históricos, pero siempre
forman parte de este “mecanismo” sofisticado.

¿Cuáles fueron las causas de las transformaciones y de la variabilidad social


en la prehistoria? El esquema de la división entre los períodos principales del
pasado está establecido a partir de los cambios substanciales provocados por el
conocimiento adquirido (o las tecnologías dominadas). Al conocimiento de la
tecnología metalúrgica se adscribe una gran influencia en los cambios socio-
económicos de la prehistoria con consecuencias perdurables. La Edad del Cobre,
el Calcolítico, el Eneolítico, están descritos por la interpretación arqueológica a
partir de esta gran influencia, lo cual ha pasado a formar parte del sentido común.
Pero, ¿cómo, a través del registro arqueológico, podemos identificar una relación
tan directa y decisiva entre el dominio de la tecnología metalúrgica y los cambios
sociales ocurridos en el Eneolítico? Estas preguntas y algunas otras cuestiones que
surgen al abandonar la butaca cómoda y los conocimientos vagos de la historia

6
descriptiva, forman el marco de mis intereses estrictamente arqueológicos, tanto
en este trabajo, como en mis investigaciones en general.

Por otra parte, la misma construcción del conocimiento pero en el ámbito de


la “revolución informática”, es uno de los objetivos a los cuales se dirigen mis
investigaciones sobre los métodos de difusión, interactividad y creación social del
conocimiento arqueológico. El sistema de pensamiento, o más bien el proceso de
transformación de una idea a un conocimiento pasa por las fases sucesivas de
ideación previa, representación, esbozo, refutación, nuevo esbozo, nuevo intento
de refutación... (Popper 1984: 36). La velocidad de este proceso está en la relación
directa con los métodos de almacenamiento, presentación y comunicación de los
datos e hipótesis.

La novela de Umberto Eco El nombre de la Rosa (1980) recrea vividamente


un sistema de concentración, difusión y transferencia del conocimiento. El viaje
de los protagonistas dura algunos meses, interrumpiéndose en varios lugares
durante varios días o semanas, hasta llegar a un monasterio en la montaña, aislado
y lejano de todos. Es un sitio donde no se puede pasar “por casualidad”. En la
torre del impresionante edificio se halla la biblioteca, la más grande del país,
donde están guardadas grandes cantidades de conocimiento. Numerosos monjes
trabajan en el scriptorium, estudiando y copiando manuscritos. Muchos de ellos
están allí haciendo copias para otras bibliotecas. Algunos de ellos han venido
desde lejos, en busca de un libro concreto, de un arte específico, de un saber
determinado. Una vez acabado el trabajo, unos emprenderán su viaje de vuelta,
aportando un nuevo conocimiento a sus bibliotecas. De esta manera, harán que los
otros, que siguen la búsqueda recogiendo fragmentos de conocimiento en las
bibliotecas y academias dispersas por el mundo conocido, realicen viajes cada vez
más cortos y valiosos. Los que viajan, en algunos lugares sembrarán por el
camino parte de su conocimiento e intercambiarán pensamientos con sus colegas,
iniciando así su difusión.

El Nombre de la Rosa ilustra algunos aspectos más de la estructura y la


dinámica de la construcción del conocimiento: la concentración, y

7
consecuentemente la centralización, otorgan el poder del control sobre el
conocimiento, y su manipulación. El fuego final que causa la destrucción de una
biblioteca única, apunta a la vulnerabilidad del saber depositado en un libro, al
peligro de su pérdida definitiva.

Los conocimientos informáticos han proporcionado valiosas herramientas,


con las cuales entramos en una nueva fase de la construcción y la gestión social
del conocimiento en general (Simone 2000). El número de usuarios de
ordenadores conectados a la red es enorme y sigue creciendo, y las tecnologías de
la comunicación, almacenamiento y procesamiento de datos están preparadas para
soportar todas las fases del proceso científico.

Los caminos por los cuales viajaban los curiosos de la época medieval en
busca del conocimiento en las grandes bibliotecas y academias, eran largos y los
viajes eran difíciles y peligrosos. Los caudales de las líneas en la red informática
son seguros y más rápidos que los caminos polvorientos de la Edad media; tan
rápidos que se acercan a la sensación de simultaneidad. Aunque una información
en la red ocupa un lugar físico, parece que está (y realmente puede estar) en el
mismo instante en todos los lugares. Esta “omnipresencia” proporciona que todas
las aportaciones a la construcción del conocimiento, realizadas en cualquier lugar
físico, estén al instante incluidas y procesadas en el sistema cognitivo.

Este trabajo es la síntesis de una fase de esta doble investigación: sobre el


problema arqueológico – centrado en el caso de la introducción de la metalurgia
del cobre en los Balcanes Centrales - y sobre las herramientas para su solución.

8
El conocimiento y las herramientas para la solución
de problemas

Conocimiento y problemas científicos

Los escépticos afirman que el conocimiento no es posible. Entonces,


podríamos acabar con este trabajo antes de empezarlo, asumiendo dignamente
nuestro destino de ignorantes.

Sin embargo, hay otros muchos que, aunque no concuerdan en la definición


del conocimiento, están de acuerdo que la existencia del conocimiento es real.
Para Platón, el conocimiento es la creencia verdadera y demostrada. El
conocimiento científico comienza con los problemas prácticos y teóricos (Popper
1996: 17), con una “dificultad que no puede resolverse automáticamente, sino que
requiere una investigación conceptual o empírica” (Barceló 1996: 16). La
investigación, o el proceso de la demostración de la verdad necesita el
conocimiento previo y presuposiciones para la construcción de los conceptos y de
las teorías explicativas. Muchas teorías consideradas como conocimientos
incuestionables en su momento histórico y en circunstancias particulares, se
demostraron erróneas y fueron sustituidas por unas nuevas. Por lo tanto,
podríamos decir que la confirmación definitiva no existe, o como afirma Popper
“... cualquier teoría es principalmente insegura” (1984: 41). Consecuentemente, el
conocimiento científico es hipotético. Parece muy poca la diferencia entre
imposibilidad y la inseguridad del conocimiento. Sin embargo, mientras en el
caso escéptico el conocimiento es definitivamente imposible, o en otras palabras
no existe, la inseguridad del conocimiento introduce las condiciones necesarias
para su confirmación. Las cuestiones de “verdadero” y “falso” están en las raíces

9
de la misma filosofía y han llegado a ser un fundamento de la tecnología digital -
el código binario.

El conocimiento, sin los medios de su articulación y transmisión, no sería


posible. El conocimiento no existe si no podemos relacionar y valorar las
informaciones que recibimos por nuestros sentidos, si no las podemos extraer del
ruido general de las sensaciones. El lenguaje es la condición básica para la
posibilidad del conocimiento y el mediador único entre las informaciones y el
conocimiento. El desarrollo del lenguaje es un proceso permanente y el lenguaje
adquiere cada vez más precisión y más habilidad para la abstracción. La
programación informática no es otra cosa que la introducción de conceptos y
comportamientos a través de un lenguaje descifrable por el código binario que
ejecuta las acciones del programa. Por su parte, los idiomas son las series de
etiquetas, y las palabras son etiquetas para los conceptos generados por el
lenguaje.

Fue largo el camino desde la torre de Babel hasta aquí, hasta la mini torre de
Mac o PC que tenemos por debajo del escritorio.

Lenguaje – escritura – prensa – multimedia

Podríamos decir que el habla es la habilidad más importante de la especie


humana, sobre la cual esta construido nuestro presente. La capacidad física de
hablar está confirmada en las especies pre-Homo Sapiens, pero no se puede
reconocer a través del registro arqueológico y por tanto son otros los métodos de
ubicación temporal de las primeras “palabras”. Algunos arqueólogos se inclinan
hacia la hipótesis de que el lenguaje está relacionado con otros procesos
cognitivos, como por ejemplo la reproducción de herramientas líticas, lo cual
situaría la aparición del lenguaje junto con la aparición de la tecnología Acheulian,
cca. 500.000 B.P. Sin embargo, según argumentan por ejemplo los psicolingüistas
Noam Chomsky y Jerry Fodor, el lenguaje se deriva de un proceso cognitivo
altamente modulado, que es característica exclusiva del lenguaje. La aparición del
arte representativo con los códigos simbólicos complejos de la pintura abstracta

10
ya implica la existencia del lenguaje plenamente moderno en los contornos de
50.000/35.000 B.P. (Mithen 1996: 684). Durante decenas de miles de años el
lenguaje fue la base y la única herramienta de la construcción de las instituciones
sociales, decisiva para la adquisición del conocimiento y para el comportamiento
normativo (Goody 1985: 19). El conocimiento científico no es posible sin el
lenguaje: sólo con el lenguaje desarrollado podemos proponer las hipótesis fuera
de nosotros (Popper 1984: 25) y de esta manera interactuar con el saber.

La memoria oral consecuentemente fue la principal vía para el


atesoramiento del conocimiento. Sin embargo, a lo largo de la historia, los
humanos trataron de registrar gráficamente lo que mentalmente sabían y
oralmente eran capaces de transmitir. La representación gráfica de las palabras y
del significado culminó en la forma alfabética. La escritura tuvo un efecto
revolucionario para el futuro del conocimiento y el futuro del género humano.
Favoreciendo la vista sobre el oído, la escritura ha desarrollado en los seres
humanos una visión alfabética, la capacidad que permite ver los símbolos de la
escritura, simultáneamente descifrando su valor fonético y el significado del
conjunto lineal (Simone 2000: 32-34). En el siglo V a.C. Platón rechazó la
memoria oral y sus sentidos fugaces. Su confianza fue dedicada a un sentido único
materializado por el documento escrito. El libro se convirtió en el soporte único
para el conocimiento, una extensión de la memoria personal y colectiva.

El proceso lento de la metamorfosis cognitiva se aceleró significativamente


con el invento de la imprenta en el siglo XV. Con el aumento de ejemplares del
mismo texto, distribuidos por una red de bibliotecas que multiplicaban sus fondos
y eran cada vez más numerosas, se amplió el círculo de los lectores. El texto
multiplicado dio paso a la manipulación de los conocimientos y al nacimiento de
las campañas mediáticas y las censuras ideo-políticas. En el proceso social, el
texto multiplicado fue un vehículo decisivo para la difusión de las ideas y un arma
importante en todas las luchas políticas y científicas. El control sobre el flujo del
conocimiento, aunque no logró devenir absoluto, fue muy importante y poderoso.
Las elites no estuvieron dispuestas a compartir el conocimiento con “el pueblo

11
llano”, para que no se disturbara el orden de las cosas (Burke 2002: 27). Sin
embargo, el carácter informativo y masivo del texto impreso y multiplicado fue
aprovechado tan temprano como en el año 1493, cuando la carta de Cristóbal
Colón que informaba sobre sus descubrimientos fue multiplicada y distribuida por
Barcelona antes de su llegada al puerto.1 Así, a parte de la tarea de depositar,
proteger y divulgar (más o menos ampliamente) el conocimiento, el soporte
impreso se convierte en el medio principal de la divulgación de las informaciones
y de la comunicación pública.

El espacio informativo en el siglo XX fue ampliado con las tecnologías


basadas en la energía eléctrica, tecnologías de grabación y transmisión del sonido
y de la imagen fija y en movimiento. El desarrollo explosivo de las tecnologías de
la información ha creado un nuevo espacio de construcción y comunicación del
conocimiento, y ha iniciado una nueva fase de la metamorfosis cognitiva.

Internet

No podemos, a estas alturas, seguir diciendo que las redes informáticas e


Internet son una novedad. Internet ya forma parte de la vida cotidiana y está
preparada tecnológicamente para hacerse cargo de la responsabilidad histórica de
un medio legítimo para la gestión y construcción del conocimiento científico y del
conocimiento en general, y para sustituir gradualmente y en varios ámbitos el
libro que tenia este papel muchos siglos atrás. Hace tiempo que nos estamos
excusando cada vez cuando los demás entienden que, promoviendo nuestras ideas
del conocimiento informatizado, estamos poniendo en peligro la institución de
Libro. Es posible que el Libro cambie pronto su posición y deje de ser el vehículo
principal de la construcción de conocimiento, pero esto es más una hipótesis
fundada a partir de los datos sobre el “boom” o la “revolución” informática. Si
miramos las estadísticas de la producción de libros en España en el periodo 1993-

1
http://www.nyu.edu/classes/stephens/Collier's%20page.htm

12
2001 (Anexo, Tablas 1 y 2)2, veremos que la producción editorial, tanto de los
títulos publicados como de los ejemplares imprimados oscila, pero muestra una
tendencia general de crecimiento. Sin embargo, en algunos campos, como por
ejemplo en el campo de la historia3, el número de títulos experimenta una ligera
caída a partir del año 1998 y una caída todavía más drástica en cuanto a números
de ejemplares desde el mismo año. Aunque las estadísticas citadas pueden tener
varias lecturas sociales, demográficas o económicas, parece que la fecha
hipotética del cambio del soporte del conocimiento está todavía muy lejana. La
institución del Libro es una fase en el proceso de la metamorfosis cognitiva, y ya
ha sustituido por el camino las previas instituciones del conocimiento: a la de
manuscritos y a la de la memoria oral, si bien nunca hemos dejado de escribir a
mano y transmitir / recibir el conocimiento por vía oral (contar cuentos a los
niños, escuchar / dar conferencias, clases, llamar al 010 para obtener información,
etc.). Dejando atrás la fase de la linealidad del conocimiento que se adquiría a
través del libro y la escritura, la metamorfosis cognitiva está llegando a la fase de
la inteligencia simultánea, donde los medios principales de adquisición del
conocimiento son el oído y la visión no-alfabética (Simone 2000: 37). El vehículo
de estos cambios en la construcción del conocimiento es el entorno multimedia y
el entorno de redes informáticas. Los conceptos son los nudos en una red de
interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y los principios teóricos
constituyen los hilos (Hempel 1985: 139).

Ello podría tener consecuencias graves si, antes de proponer prácticas


nuevas, no tuviéramos presente la desigualdad de las condiciones de accesibilidad
a la Red y al equipo informático, que está repitiendo un patrón explícito de las
diferencias entre el mundo rico y el mundo pobre, y entre la gente rica y la gente
pobre. La industria informática (algo esencialmente diferente de la ciencia
informática) tiene todas las características de un generador de mercado agresivo.
La política y la dinámica de producción estimulan el consumo masivo, así que el

2
IneBase, Estadística de la Producción Editorial,
http://www.ine.es/daco/daco42/cultocio/prodedit.htm
3
grupo nº 25 según la clasificación de UNESCO

13
ordenador y sus programas envejecen más rápido que cualquier otro producto
conocido hasta ahora. En su exposición en la conferencia CAA 98 en Barcelona
Vicente Lull ha expresado varias preocupaciones que apuntan a este campo
pantanoso (Lull 1999). Como consecuencia de la competencia comercial, las
escuelas, las bibliotecas universitarias y la administración tienen que actualizar su
equipo informático y las redes cada 2-3 años, desviando así fondos para la
investigación y la educación. El coste de ser informatizado todavía es muy alto,
aunque mucho más barato que hace 10 años. Una buena parte del mundo se
quedaría totalmente sin recursos informáticos si no tuviera programas “piratas” y
ordenadores hechos de las piezas que nadie quiso comprar. Sin embargo, los así
equipados también tienen acceso a toda la información a la cual pueden acceder
aquellos con equipos supersónicos e igual como ellos pueden agregar sus
contenidos a Internet. El conocimiento debería venir de todas las fuentes posibles
y llegar a todos los que lo necesitan. Con el libro, el problema de accesibilidad no
fue nada menos drástico. No son pocas las universidades en el mundo que no
pueden mantener al día sus bibliotecas y hemerotecas, porque no pueden comprar
libros que en promedio valen como 3 salarios docentes. Sin embargo, Internet
ofrece soluciones muy eficaces y accesibles para la amortización de este
problema, por los segmentos específicos y en general, a pesar del precio que suma
el coste de 20 libros y los gastos que suponen las instalaciones de la red interna y
el acceso a la red externa. Las estadísticas también demuestran que ya no se trata
de unos cuantos privilegiados usuarios de Internet y pocos recursos tecnológicos.
Por supuesto, todavía se trata tan sólo del 8,5% de la población global la que
utiliza Internet.

A mediados del año 2001 Internet lo constituían cerca de 120 millones de


servidores y unos 430 millones de usuarios (Piscitelli 2002: 155). En España, en
este momento (Julio 2002), hay 7 millones de usuarios registrados4 de los cuales,
según las estadísticas de Nielsen//NetRatings, son 4 millones de usuarios activos
por una población total de 40 millones de habitantes, mientras estas cifras para

4
datos: Telefónica

14
Inglaterra, por ejemplo, mantienen la proporción de 33 millones de usuarios
registrados y 13 millones de usuarios activos por una población de 59,6 millones
de habitantes. Rumania, con 22.4 millones de habitantes, tiene 630,000 usuarios
conectados a Internet5. Según los datos de http://cyberatlas.internet.com/, la
población mundial de usuarios de Internet sube en estos momentos a 533
millones6 y la estimación para el año 2005 es de 945 millones7.

La tecnología informática ha reunido todas las condiciones para formar una


analogía completa de los medios tradicionales de comunicación, información y
presentación. Internet es el vehículo para el almacenamiento y para el flujo de
datos, por lo cual es difícil medir su tamaño real. El contenido que una mayoría
de los navegantes conoce y utiliza diariamente, se llama Web de superficie y es la
parte más pequeña de Internet. Su contenido son las páginas estáticas cuyo
número en marzo 2000 subía alrededor de 2.500 millones de documentos. A
principios del mismo año este número oscilaba alrededor de 1.000 millones de
documentos, que da una tasa de crecimiento de 7,3 millones de paginas al día. El
tamaño de la información variaba entre 25 y 50 Tb, de los cuales 10 a 20 Tb eran
de información textual (Piscatelli 2002: 167).

La información pública en la Web profunda es de 400 hasta 550 veces más


numerosa que la de la Web de superficie. La Web profunda consiste en las
páginas dinámicas que producen su resultado según la búsqueda directa en las
bases de datos, y en los documentos de intranets o bases de tópicos, y su tamaño -
en marzo del año 2000 - era de 7.500 Tb distribuidos en cca. 550.000 millones de
documentos. Sólo 60 sitios de la Web profunda alcanzan el tamaño total de los
contenidos de la Web de superficie (Bergman 2000). Se trata de una gran masa de
información almacenada en la red informática, sumergida en las profundidades de
Internet, fragmentada y dispersa. La necesidad de organizar estas informaciones,
para transformarlas en conocimientos y significados, ha inducido las

5
datos: European Survey of the Info. Society. Para las estadísticas completas ver
el Anexo 1, Tabla 3 en este volumen.
6
datos: Computer Industry Almanac
7
datos: Computer Industry Almanac

15
investigaciones sobre los protocolos y lenguajes para la dinamización de la
construcción del conocimiento.

Los proyectos sobre el uso de Internet para la construcción, gestión y


transmisión de conocimiento se están desarrollando, sobre todo a partir de las
necesidades del mercado y la ingeniería, pero también en los ámbitos científicos.
Las comunicaciones mediadas por la red informática han superado por sus
prestaciones cualquiera de los medios comunicativos hasta ahora existentes. El
nuevo medio interactivo impone una sola condición para el acceso al campo
abierto y libre: tener el ordenador conectado a la red.

16
Arqueología y revolución informática

Aplicabilidad y Aplicación

El interés que los arqueólogos han mostrado por la tecnología informática es


intenso y muy variado. Sin embargo, algunas de las cuestiones fundamentales
sobre el carácter de este fenómeno, ya sean formuladas como preguntas o como
afirmaciones, siempre nos hacen reflexionar.

• La informática nos ayuda a publicar nuestra información


arqueológica tradicional de manera más fácil y más barata. (¿?)

• La informatización del conocimiento arqueológico es una


disciplina o meta disciplina independiente. (¿?)

• La arqueología informática tiene sus propios objetivos y sus


propios logros. (¿?)

• La informática no es nada más que una herramienta auxiliar que


tiene la misma importancia para todas las ramas de arqueología.
(¿?)

Reilly y Rahtz (1992: 1) consideran que “todas las posturas citadas son en
mayor o menor medida verdaderas, según la tradición arqueológica del propio
arqueólogo”. Pero, los conceptos cuya noción se puede reconocer en las
cuestiones de Reilly y Rahtz son igualmente relevantes para todos los arqueólogos
y arqueólogas, o para la arqueología en general, independientemente de la
tradición teórica particular. En torno de las posibilidades reales de la tecnología
informática se establecen los ámbitos de su inclusión en el proceso arqueológico.
Algunas escuelas primarán un ámbito sobre algún otro, pero todas coincidirán en
la mayoría de las necesidades prácticas que la informática les puede apoyar. La

17
aplicación de la tecnología informática es posible en todos los ámbitos
metodológicos y las fases cognitivas que implican apoyo en el depósito, la
manipulación y la adquisición de datos, apoyo gráfico, apoyo analítico o apoyo en
las comunicaciones.

Método Fase cognitiva

adquisición del conocimiento previo Planteamiento del problema

técnicas de campo adquisición de datos

técnicas de laboratorio cuantificación del material

Documentación Estructuración del registro arqueológico

Análisis formulación de hipótesis

Debate confrontación de los datos y las hipótesis

Publicación y presentación formulación de la unidad del conocimiento

Divulgación transmisión del conocimiento adquirido

Tabla 1 – Ámbitos arqueológicos y fases cognitivas correspondientes, donde es


posible la aplicación de la tecnología informática.

Por lo tanto, la informática es fundamentalmente una herramienta que tiene


la misma importancia para todas las ramas de la arqueología, pero su aplicabilidad
y utilidad objetiva puede variar de un ámbito a otro. Al mismo tiempo, su
aplicación y desarrollo deberían estar siempre sometidos al rigor metodológico, lo
que abre un campo anexo a la investigación teórico-metodológica y
epistemológica en el marco de nuestra disciplina. La informática se ha
transformado en un medio para el proceso cognitivo, en una caja de herramientas
especializadas y procedimientos específicos. Sin embargo, la tecnología
informática en arqueología no puede tener sus propios objetivos y sus logros fuera
del marco disciplinar. Las investigaciones sobre la aplicación de cualquier método
o técnica en arqueología siempre tienen que estar en función del proceso, y de los
objetivos de la investigación arqueológica.

18
Los avances en la producción de hardware y en la programación del
software han influido plenamente a la dinámica de la aplicación de la informática
en distintos ámbitos del método arqueológico desde los años 50 del siglo XX. Se
han sucedido varias “fases”: exploración (60as), implementación (70as),
explotación (80as) y en los noventas, la fase de información (Reilly y Rahtz
1992: 3). Este paso concordado se puede ilustrar, por ejemplo, a través de los
títulos de los artículos publicados en los volúmenes de las conferencias anuales de
CAA (Computer Applications and Quantitative Methods in Archaeology8), que
reflejan con más o menos fidelidad la imagen de la aplicación de la tecnología
informática en la investigación arqueológica en general. Las reuniones anuales de
CAA surgieron de las reuniones regulares de un pequeño grupo de especialistas y
entusiastas de los métodos informáticos británicos en el año 1973. Hasta el 1992,
las reuniones se celebraron en universidades británicas mientras el número de
participantes internacionales crecía regularmente. Desde el año 1992, cuando se
celebró la primera reunión fuera del Reino Unido, en la Universidad de Aarhus,
Dinamarca, las reuniones anuales de CAA están cada año organizadas por una
universidad europea distinta9. El análisis estadístico de las publicaciones anuales
de las reuniones de CAA entre los años 1973 y 1997 muestra un crecimiento
general de las contribuciones (Scollar 1999: 5, Fig. 1). Scollar establece 9
categorías de contribuciones como unidades de análisis de la dinámica de centros
de interés de las conferencias:

1. Estadísticas
2. Bases de datos y documentación de yacimientos
3. Procesamiento de la imagen y gráficos, CAD y realidad virtual,
4. Educación, publicación y Web
5. SIG (Sistema de Información Geográfica)
6. Prospección arqueológica
7. Simulación e inteligencia artificial

8
http://caa.leidenuniv.nl/proceedings/proceedings_contents.htm
9
http://caa.leidenuniv.nl/about_caa.htm

19
8. Reconocimiento de patrones
9. Otros.

Las primeras dos categorías, las estadísticas y las bases de datos, dominaban
en las primeras décadas (46% del total de los artículos en 25 años), y están
siempre presentes en el programa de las reuniones, aunque desde mediados de los
años 80 en considerablemente menor medida (Scollar 1999: 6). Este es un período
en que se empieza a centrar la atención en otras aplicaciones de la tecnología
informática, con el apoyo de una caída de los precios de los equipos y de los
avances en las prestaciones gráficas de los ordenadores. El SIG fue la novedad en
los últimos años de la década de los 80, y sigue con una representación importante
en la década de los 90. La simulación y la Inteligencia artificial tuvieron su pico
en el año 88, pero desde entonces el número de las ponencias y artículos
dedicados a este tema disminuye (Scollar 1999: 7-8, Figs. 7 y 9). Sin embargo, el
hábito y la disposición de los arqueólogos y las arqueólogas a una comunicación
abierta, son todavía muy bajos. Lo ilustra el hecho que de los 350 suscritos a la
lista Archcomp-L10, a quienes fue enviado un cuestionario informal sobre la
aceptabilidad de los métodos informáticos y sus consecuencias en arqueología,
respondieron sólo 8 participantes (Scollar 1999: 9). Los intentos de establecer la
comunicación del pensamiento crítico a través de listas electrónicas de discusión,
naufragaron en el archipiélago de anuncios para publicaciones, reuniones etc.
Parece que el 9% del total de contribuciones que pertenece a los artículos sobre
temas de educación, publicación y Web, representa un buen porcentaje, teniendo
en cuenta las fechas tardías de las tecnologías correspondientes. Sin embargo, las
temas sobre Web se establecieron en los congresos de CAA desde los años 90,
tratando sobre todo sus virtudes en el dominio de publicación de textos e
imágenes, y muy raramente tratando la comunicación entre los arqueólogos y las
posibilidades que nos plantea la tecnología de la información.

10
Lista dedicada a cuestiones de arqueología computacional, a la comunicación
entre expertos.

20
La construcción informática del conocimiento arqueológico

Es cierto que avances importantes en los métodos de investigación


arqueológica han sido logrados gracias a la tecnología informática que ya forma
parte de los instrumentos de trabajo de nuestra disciplina. Sin embargo, el
desarrollo de las aplicaciones informáticas en arqueología depende directamente
de la dinámica del desarrollo en la ciencia y en la industria informática, por lo
cual la tecnología debe avanzar siempre unos pasos más adelante. Por el
envejecimiento rápido de los sistemas informáticos se imponen problemas de
compatibilidad y migración de datos de los formatos antiguos a formatos nuevos,
y más de una vez ha ocurrido que toda una colección de documentos queda
aislada e inmovilizada por su incompatibilidad. Un efecto más de la actualización
permanente es el hecho que la concentración de la investigación se mantiene en
sus puntos fijos, causando el desarrollo “vertical” de las técnicas, en lugar del
desarrollo “horizontal” de la metodología y de la construcción de un “sistema
operativo” subordinado al objetivo de arqueología: el conocimiento.

La acumulación de datos arqueológicos, permanentemente adquiridos, no


produce unos resultados acumulativos (Trigger 1989: 16). Las interpretaciones se
fundan normalmente sobre las conclusiones de otros autores, sin tener ocasión de
confrontar la nueva interpretación con los datos originarios. Esta práctica no
parece alterada con el uso de la tecnología informática. Si utilizamos las nuevas
tecnologías para las tendencias antiguas, es decir para la producción de “datos
invisibles” y de interpretaciones textuales, sea cuál sea la forma de su publicación,
el efecto de la aplicación de la informática en arqueología será mínimo. Los
planos digitales de excavación con los datos sobre los objetos muebles e
inmuebles incorporados a través de la base de datos, por ejemplo, son
infinitamente más útiles y prestan un mayor potencial analítico, que numerosos
documentos de papel con plantas dibujadas, tablas de cotas absolutas y relativas y
documentación relacionada de todo tipo. Pero, la función y el destino de estos
documentos electrónicos son los mismos que los de la documentación tradicional.
Saldrá tarde o temprano el resultado del análisis resumido en forma de texto en un

21
artículo, o será comunicado en una conferencia, pero el documento permanecerá
en el disco duro del ordenador del investigador, igual como se quedaba en el cajón
la documentación tradicional de sus investigaciones pre-informáticas, lejos de la
vista de otros investigadores interesados por el tema. Las tablas y gráficos
obtenidos por ordenador, publicadas en forma de imagen en un libro, son
documentos muertos, diseñados para soportar la interpretación actual del autor.
Este sigue siendo un caso muy frecuente, y tenemos todavía la ocasión de leer
libros que editan el resultado del procesamiento digital de los datos relativos a una
investigación11. La interpretación del autor permanece su única aportación al
conocimiento arqueológico, sin duda una aportación importante, pero sin el
carácter de “verdad” definitiva, porque toda novedad puede falsar la teoría
existente y hasta entonces válida (Popper 1984: 41).

La misma arqueología representa un proceso de construcción del


conocimiento específico. El proceso cognitivo, compuesto por el flujo de datos y
de teorías descentralizadas puede ser constante, acelerado hasta la sincronicidad
gracias a la tecnología de Internet. Reflexividad, contextualidad y multivocalidad
son las condiciones de la creación de un sistema de interpretación y
reinterpretación continua, o de una arqueología reflexiva (Hodder 1999: 178-
179). La asociación de la arqueología con la tecnología informática debería tener
como objetivo la creación de un tal sistema, cuya aplicación ampliaría el
conocimiento y su construcción se convertiría en un proceso colectivo e
interactivo. Esto impone la necesidad de cambios en la actitud de arqueólogos y
arqueólogas hacia su disciplina: no se trata de si aceptamos o no una máquina, o
aplicamos una técnica de trabajo; se trata de la aceptación de un nuevo estándar
sobre los objetivos y el resultado de la investigación. La interactividad y la
reflexividad son el motor de los vehículos cognitivos adoptados para las altas
velocidades.

Por la diferencia de las aplicaciones de informática en el ámbito de varias


técnicas de campo y del laboratorio, que por su parte y en general cumplen con las

11
Ver por ejemplo Binford (2001).

22
expectativas, el uso de las posibilidades tecnológicas y de los paradigmas
epistemológicos de Internet, hasta ahora es en una mayoría de los casos
decepcionante. Eso no quiere decir que todo el contenido que se puede encontrar
en WWW es de poca calidad, sino que los objetivos establecidos por los autores
de las páginas publicadas no están ajustados al nuevo medio. Internet se está
utilizando casi exclusivamente para la presentación de informaciones dirigidas al
usuario pasivo y necesariamente paciente. El contenido está fragmentado y
disperso y es difícil encontrar una información determinada, y es definitivamente
imposible llegar a un conocimiento que represente un estado de la cuestión en
aquel mismo momento. Los intentos de desarrollo de los buscadores y portales de
recursos arqueológicos en Internet12, aunque han acumulado un buen número de
enlaces verificados, no cumplen con el objetivo de reunir la información dispersa.
Estos portales sirven como directorios que clasifican el contenido estático, puerta
de enlace con las presentaciones particulares, textos on-line, con home pages de
autores diversos. Las trayectorias de la búsqueda de información están
caracterizadas por muchas idas con expectativas y vueltas con decepción, por
muchas conexiones a los servidores particulares a una velocidad escandalosa, por
mucha información caducada, enlaces rotos etc. Ocurre frecuentemente que los
enlaces nos llevan a otros directorios de enlaces y así, hasta llegar a un número
reducido de páginas que realmente contienen información arqueológica. Los datos
arqueológicos no estructurados en Internet forman parte de la Web de superficie.

No obstante, existen proyectos que dan un paso importante en el camino


hacia la transformación de Internet arqueológico a Internet del conocimiento
arqueológico. Uno de estos ejemplos es ADS13, fundado en el año 1996 por el
consorcio formado por el Consejo de Arqueología Británica con numerosas
universidades Británicas14 y tiene soporte de Arts and Humanities Research Board
y Joint Information Systems Committee of the Higher Education Funding
Councils for England, Scotland and Wales, y el Departamento de Educación de

12
como, por ejemplo ARGE 3.0 - http://odur.let.rug.nl/~arge/
13
Archaeological Data Service
14
Birmingham, Bradford, Glasgow, Kent at Canterbery, Leicester, Newcastle,
Oxford y York

23
Irlanda del Norte. El objetivo declarado por ADS es recoger, describir, catalogar,
proteger y facilitar el soporte al usuario para los recursos digitales, creados como
producto de la investigación arqueológica. La vulnerabilidad de los datos sobre la
evidencia primaria destruida es la razón por la que hay que facilitar el acceso a los
datos “con el fin de examinar, valorar y entonces reanalizar y reinterpretar los
datos y las hipótesis resultantes”15. Está previsto que el catálogo, como lo
denominan los autores, contenga colecciones de documentos de tipos variados,
teniendo en vista los más frecuentes formatos de la documentación arqueológica.
El ADS presta a los usuarios servicios de gestión, hospedaje y mantenimiento de
sus datos, incentivando la agregación de las colecciones al sistema. Ahora ya se
puede reconocer un cierto relajamiento del ambiente, viendo que el contenido del
catálogo crece y que el interés por el proyecto esta aumentando.16

Sin embargo, la base de metadatos, construida por ADS, no tiene el carácter


de datos estructurados y relacionados, y su potencial analítico está reducido al
conocimiento fragmentado. El sistema “sabe” dónde puede encontrar información,
pero no la puede utilizar sin su contexto de documento original. Las colecciones
aparecen como cuerpos individuales, sin la posibilidad de la comparación o de la
relación automática con otra colección.

Uno de los proyectos en los cuales el ADS tiene el papel del asociado
principal es el proyecto ARENA17, apoyado por la Unión Europea a través del
programa Cultura 2000 y con seis países asociados: Polonia, Rumania,
Dinamarca, Islandia, Noruega y Reino Unido. Este proyecto está dirigido en
primer lugar a los archivistas profesionales que trabajan con datos arqueológicos
digitales, pero espera tener más adelante relevancia para la comunidad académica.
El objetivo final del proyecto es la “difusión de los archivos arqueológicos
importantes y de los datos de patrimonio cultural para la investigación académica

15 http://ads.ahds.ac.uk/project/general.html
16 En el marzo 2001 las páginas de ADS tenían 92929 visitas únicas según los
datos publicados en el informe anual para el año 2001
(http://ads.ahds.ac.uk/project/annrpts/2001.html)
17 Archaeological Records of Europe - Networked Access

24
y el uso público”.18 La iniciativa está inspirada en la fragilidad de los datos
digitales y en la necesidad urgente de conservarlos. El estado del mantenimiento y
protección de los medios de conservación de los datos en arqueología no está en
un nivel alto. 51% de los datos se guarda en los discos duros y los disquetes, y
47% de los datos digitales no tiene ninguna protección (antihumedad,
electroestática, antimagnética etc.). Varias actividades están previstas por el
proyecto ARENA con el fin de la preservación y promoción de los datos digitales
sobre el patrimonio cultural. A parte de las actividades en el desarrollo de los
estándares, me parece importante destacar la noción de la interoperabilidad en el
nivel Europeo, y por supuesto las actividades en la aplicación de los varios
lenguajes y protocolos que facilitan el acceso ínteroperable a los datos
distribuidos.19

Estos dos ejemplos (ADS y ARENA) están apoyando la opinión de que ha


llegado el tiempo de los nuevos conceptos del uso y la gestión de los datos
arqueológicos, del patrimonio cultural, así como las investigaciones de las nuevas
técnicas y procedimientos para la presentación y promoción de estos datos. Los
catálogos de los documentos arqueológicos y los buscadores ínteroperables son
dos primeros pasos en la transformación de los principios de la construcción del
conocimiento arqueológico.

18 http://ads.ahds.ac.uk/arena/arebaactivity2,html
19 http://ads.ahds.ac.uk/arena/arenaactivity4.html

25
La construcción social del conocimiento arqueológico:

DIA-spora20

La construcción del conocimiento arqueológico es el objetivo esencial y


perpetuo de nuestra disciplina. La mayor parte del conocimiento adquirido hasta
ahora está guardado en los museos, los amplios archivos de documentación
arqueológica y en los libros; está centralizado e institucionalizado. La
comunicación del conocimiento, fundamental para su construcción, se desarrolla
en planos segmentados y desnivelados, es lenta, y pasan largos intervalos entre la
producción del dato y su proposición y difusión pública. La selección de los datos
comunicados conlleva una hipótesis cuyos fundamentos no están accesibles del
todo, de modo que, al reutilizar la información para las hipótesis sucesivas,
estamos construyendo el conocimiento indirectamente, sobre las interpretaciones
anteriores y los datos filtrados y estructurados en su función.

Pero, por la misma naturaleza del objeto de estudio, la construcción del


conocimiento arqueológico es una tarea colectiva, y si partimos de esta
presuposición, ineludiblemente nos dirigimos a la tecnología informática para
buscar el soporte tecnológico. Algunos sociólogos atestiguan que con la
comunicación multimedia y la tecnología informática, hemos entrado en la tercera
fase de la metamorfosis cognitiva (Simone 2001). Aunque esta conclusión todavía
no es completamente sostenible, hay varios ámbitos, sobre todo en la vida
cotidiana, donde encuentra apoyo. La arqueología está en la fase transitoria entre
las fases II y III mencionadas anteriormente. De la fase II se distingue por la
aplicación de las nuevas técnicas de investigación y por el cambio del soporte para

20
Distributive Interactive Archaeology – synchronized platforms of research
activities

26
los datos, ahora en su mayoría digitales. De la fase III la arqueología se distingue
por la propia actitud de los arqueólogos hacia el conocimiento arqueológico. Si
buscamos el soporte para la construcción colectiva del conocimiento, es altamente
probable que lo encontraremos en la tecnología informática e Internet.

El espécimen informático de las teorías científicas son las estructuras


complejas de datos en los sistemas computacionales, que consisten de los
paquetes de reglas, conceptos y soluciones de problemas. Los mismos paquetes
son los mediadores en el proceso computacional de la explicación y de la solución
del problema (Thagard 1988: 1). Si por sistemas computacionales asumimos los
ordenadores particulares o pequeñas redes internas, permaneceremos en la fase II
b de la metamorfosis cognitiva y concluiremos, con toda la razón, que el alcance
de la automatización del proceso cognitivo es muy bajo. Pero, si por el sistema
computacional entendemos la Red informática, la WWW, las expectativas
cambian. Si los datos arqueológicos de todo tipo están guardados en los nodos de
la red, se pueden eliminar los límites entre las unidades de conocimiento y de tal
manera obtener un flujo y una disponibilidad de datos permanente y simultánea.
La Red ha pasado desde una fase presentacional a una fase de Web Activa. Los
documentos y la comunicación en la Red comienzan a cobrar sentido.

El proyecto DIA-spora

El proyecto DIA-spora es un experimento informático, una investigación


teórica y la aplicación práctica del uso de Internet de una manera dinámica y
constructiva (Bogdanovic, Tasic 1998; Bogdanovic, Barceló, Vicente 1999). Aquí
no se trata de un portal Web, ni de un directorio, ni tampoco de una base de
datos. Se trata a la vez de un sistema para la construcción colectiva del
conocimiento arqueológico en el entorno Internet, y de un método interactivo para
la dinamización y la estructuración de los datos para investigaciones
arqueológicas. Si los marcos de referencia de Binford (2001: 3) son los
mecanismos especiales para la estructuración de datos, entonces podríamos decir
que en nuestro caso del método interactivo los marcos de referencia se convierten

27
en marcos de referencia dinámicos (dynamc frames of reference). El flujo
dinámico e interactivo de las referencias o, en otras palabras, de las unidades del
conocimiento previo, está en la definición de la arqueología reflexiva (Hodder
1999: 178).

PROBLEMA ARQUEOLOGICO

Flujo de datos Flujo de idéas

Descripción Esbozo
de teorías
Valorización

Distribución de datos

BASE DE DATOS REFERENCIALES

SOLUCIÓN DE PROBLEMA
Fig. 1. – Estructura del sistema del proceso del
razonamiento y del procesamiento de datos

Intentaremos integrar el proceso del razonamiento arqueológico y el


procesamiento de datos en un sistema único. Siguiendo la teoría de la solución de
problemas (Barceló 1996: 18), experimentaremos con la construcción de un
entorno en la red informática que reproduzca el marco general de la investigación
arqueológica. El acento puesto en la estructuración y el almacenamiento
distributivo de los datos en los nodos de la Red enfatiza las cuestiones sobre la
protección y la divulgación del patrimonio cultural.

Siguiendo estas pautas, hemos resumido los objetivos en el título del


proyecto: Arqueología Distributiva e Interactiva – las plataformas sincronizadas

28
de las actividades investigadoras, o DIA-spora, como epígrafe del titulo en inglés
(Distributive Interactive Archaeology – synchronized platforms of research
activities).

¿Qué es la Arqueología Distributiva e Interactiva?

La arqueología distributiva e interactiva resulta de la presuposición que la


construcción del conocimiento arqueológico es una tarea colectiva, una serie
dinámica de tareas y procesos.

El conocimiento distribuido Los protocolos interoperables

Cd
Cd Cd
Cd
Cd
Cd
Cd
Cd
Cd
Cd
Cd
Cd

Conocimiento materia prima

Fig. 2 – La construcción del conocimiento


en el sistema distributivo

El proceso explicativo necesita el conocimiento como materia prima, y este


conocimiento no existe en la mente individual de un científico, sino que está
distribuido en la comunidad investigadora a escala global. Para interpretar sus
datos, cada investigador debe tener el conocimiento inicial, conocimiento al que
hará las referencias específicas (Zang y Norman 1994). La distributividad del
conocimiento arqueológico y la interactividad de un investigador particular con el
conocimiento en general, en el proyecto DIA-spora se traduce como la interacción

29
de los documentos en todos los formatos digitales - distribuidos en los servidores
en los nodos de la Red - con los usuarios finales, a través de los protocolos
interoperables. El usuario final puede utilizar el conocimiento y transformarlo
agregando sus documentos y sus datos relacionados.

La explicación, por tanto, no es meramente una operación mecánica y


lógica, sino un proceso social. Esta es la razón por la que el conocimiento
arqueológico debe ser distributivo – viniendo de muchos recursos distintos – e
interactivo, para que todos los científicos puedan transformar el conocimiento
colectivo.

Organizado de esta manera, el conocimiento producido y transformado por


un científico individual, es accesible a la comunidad investigadora en tiempo real.
De este modo, el uso del conocimiento está sincronizado para que lo que yo estoy
utilizando y transformando hoy y aquí, sea utilizado por otro investigador, en
cualquier otra parte, hoy y más adelante.

El proyecto DIA-spora implanta la distributividad interactiva aplicando la


tecnología colaborativa (Majchrzak, A. et al. 1999). Si traducimos estos términos
en acciones, diríamos que DIA-spora debe facilitar a los usuarios individuales, o a
los usuarios en el marco de un grupo de investigación, el acceso sincronizado y
asíncrono al conocimiento distribuido, y por lo tanto al conocimiento local
integrado al sistema distributivo. El usuario puede visualizar la información en su
formato y contexto original, pero si activa determinadas aplicaciones, puede
compartir el conocimiento mediante una serie de acciones: puede agregar un
nuevo documento del autor, aplicar comentarios a documentos, hacer un vínculo
de la referencia explícita con otros documentos, ordenar documentos, encontrar
documentos, ver la red de vínculos de referencia para encontrar los documentos
más frecuentemente relacionados a los temas específicos, agregar los gráficos y
otros tipos de imágenes a los documentos,... y configurar la notificación
automática sobre los nuevos documentos referentes al tema.
No hay que reempezar todo de cero con cada idea nueva, ni tampoco al unir
hay que unificar. Hay mucho trabajo ya realizado en la presentación de los datos

30
arqueológicos en Internet, y en la digitalización de los datos y de los procesos
analíticos. DIA-spora propone soluciones para la superación de las
incompatibilidades.

Todas la acciones en DIA-spora se ejecutan a través del Marco de la


Descripción del Recurso (RDF – Resource Description Framework), que
proporciona la interoperabilidad entre las aplicaciones que en la Red intercambian
la información.21 La tarea general del sistema RDF es la descripción de recursos
sin hacer referencia alguna al dominio de la aplicación, ni tampoco definir la
semántica de cualquier dominio de aplicación. La definición del mecanismo debe
ser neutral, puesto que tiene que describir la información sobre cualquier dominio.
La distributividad de la información arqueológica es la idea opuesta a la
centralización de los datos, y beneficia el derecho común sobre el patrimonio
cultural. Al mismo tiempo, el sistema distributivo favorece los derechos
individuales, los derechos de propiedad intelectual, la autonomía del autor, y
tolera toda la variabilidad metodológica y teórica.

El carácter interactivo de DIA-spora permite la intervención directa en el


conocimiento colectivo a través de las actividades investigadoras habituales, sean
desarrolladas en el entorno de las plataformas de DIA-spora, o en los sistemas
computacionales autónomos22. El sistema interactivo que proponemos facilita el
flujo constante de la materia arqueológica, manteniendo el proceso científico
activo y reflexivo.

Las plataformas sincronizadas de las actividades investigadoras

Las plataformas de las actividades investigadoras en DIA-spora son


paradigmas de las fases del razonamiento científico unidas en un sistema
relacionado. Las plataformas consisten de unas series de suposiciones y requisitos
formales para el intercambio y agregación de datos, hipótesis e información, y son
unos conjuntos de aplicaciones para el mandato correspondiente de cada una de

21 Resource Description Framework (RDF) Model and Syntax Specification, 1999.


http://www.w3.org/TR/REC-rdf-syntax/
22 siempre y cuando estén vinculados con DIA-spora mediante RDF.

31
las plataformas. Su fondo común es un sistema de bases de datos relacionadas, un
sistema de reglas explicativas y protocolos de comunicación.

El uso de las plataformas puede ser directo o indirecto, según el propio


carácter de cada una de las plataformas, y según la metodología aplicada a la
investigación. Las actividades de la investigación arqueológica se desarrollan en
varios planos afines, que en las plataformas de DIA-spora pueden tener apoyo
tecnológico.

Plataforma red distributiva de bases de Adquisición de datos;


Archivista datos y de los documentos estructuración de la
relacionados, un conjunto de información en la
metadatos. documentación arqueológica.
Formación y estructuración del
conocimiento previo.

Plataforma Una serie de métodos, Aplicación de los métodos


analítica protocolos y bases de reglas analíticos dentro de un
para el tratamiento de datos determinado marco teórico y
con el fin de la resolución de sus variables y criterios.
problemas arqueológicos. El Experimentación y pruebas de
protocolo convierte la consistencia.
dinámica de las analíticas en
datos estructurados.

Plataforma tecnologías y protocolos para Presentación de los resultados


de debate la comunicación sincronizada de la investigación. Proposición
y asíncrona, aplicada sobre el de la hipótesis y su relación con
marco de descripción del el conocimiento actual.
recurso. Los protocolos Solución del problema.
estructuran y almacenan los Argumentación del método y
datos obtenidos a través de la del marco teórico.
comunicación. Contraargumentación,
refutación. Planteamiento del
problema.

Tabla 2. – Plataformas para las actividades investigadoras

Sin embargo, DIA-spora no es una herramienta del proceso explicativo


automatizado, sino un método para la protección de los datos arqueológicos, un
método para su evaluación crítica, un protocolo de procesamiento de información
y su incorporación en un cuerpo del conocimiento colectivamente construido. A la

32
vez, DIA-spora es un conjunto informático distributivo, que apoya y gestiona el
proceso de la solución del problema arqueológico.

La Plataforma Archivista

La investigación arqueológica opera con una gran cantidad de datos,


provenientes de varios campos del conocimiento. Una de las fuentes principales
de información son las prospecciones y excavaciones arqueológicas, cuando se
adquieren nuevos datos y nuevos contextos. Para la gestión y almacenamiento de
la documentación arqueológica se utilizan últimamente varios sistemas
informáticos.

CREACIÓN DEL DOCUMENTO

A B C

directo, guardado en directo, guardado en indirecto, guardado en


DIASPORA servidor distribuido servidor distribuido

Fig.3. – Relación entre la creación del archivo


y su ubicación final

En la plataforma archivista, el usuario puede encontrar las aplicaciones para


la creación, configuración, almacenamiento y gestión on-line de varios tipos de
bases de datos y otros documentos arqueológicos. La base de datos creada de esta
manera, representará los criterios y conceptos seleccionados por el autor de entre
los conjuntos de criterios y conceptos previstos por DIA-spora. El usuario decide

33
donde quiere guardar sus datos – en las bases de datos de DIA-spora (Fig. 3, A)23,
o en el servidor propio (Fig. 3, B). Así el usuario accede a la creación
directamente a través de la plataforma archivista, con la posibilidad de utilizarla
como el medio (interfase) para la introducción de datos y documentos.

Otra opción que la plataforma archivista facilita, es la inclusión de bases de


datos o de documentos - ya existentes en diferentes formas y diferentes lugares en
la red – en la base de datos distributiva. Este es un procedimiento a través del cual
se explica la estructura de los documentos a una aplicación RDF, activada desde
la plataforma archivista. El uso de la plataforma en este caso es indirecto. Los
documentos agregados de esta manera pueden estar situados en un servidor en
Internet (Fig. 3, C), o en el disco duro del ordenador particular, en una carpeta
compartida. En el último caso, la conexión al documento es posible sólo cuando el
ordenador particular está conectado en la red y encendido.

Pero, en todos los casos, las bases de datos y los documentos quedan
independientes y autónomos, aunque unidos en un sistema constructivo. Un de los
aspectos importantes en su estructuración es el seguimiento automático del origen
de los datos. Los datos siempre contienen firma electrónica, que informa sobre el
autor y © de la entrada y se copia automáticamente en el apartado recursos de la
firma electrónica del nuevo documento donde han sido utilizados. De esta manera,
se crea un mecanismo de protección de los derechos de autor, pero igualmente de
la protección del público (tanto científico como general), que corrobora la
responsabilidad de los autores por la información que han suscrito bajo su firma.

Otra actividad posible a partir del uso directo de la plataforma, es la


evaluación de los datos distribuidos. Esta evaluación de desarrolla a través de la
selección de los datos relevantes para la solución de un problema determinado y
mediante la creación de conjuntos estructurados, en el proceso de la delimitación
del espacio del problema arqueológico. Las evaluaciones realizadas a través del
propio uso de datos en función de la estructuración del conocimiento previo, crean

23
El Almacenamiento de bases de datos en el servidor de DIA-spora es un servicio
opcional, consecuencia de los convenios establecidos.

34
de forma automática la base de metadatos que garantiza a los usuarios la
relevancia de los resultados de la búsqueda. La evaluación está segmentada, y
puede ser aceptada o negada por el usuario, parcialmente o en conjunto, como
relevante para la búsqueda.

La evaluación de los datos a nivel automático, está basada en un conjunto de


criterios generales predeterminados y en el seguimiento del origen de los datos.
Una información se puede evaluar de manera automática en relación sobre todo
con la cantidad de variables contenidas, o en otras palabras, con la cantidad y el
tipo de datos que definen dicha información.

Las bases de metadatos y de los criterios de estructuración forman parte


integral de la plataforma archivista de DIA-spora.

La Plataforma Analítica

La plataforma analítica contiene una serie de métodos, protocolos, bases de


reglas y aplicaciones para el análisis y la estructuración del conocimiento previo,
seleccionados según los criterios propios al marco teórico de la investigación. Esta
plataforma es de uso directo, y los resultados de las analíticas pueden ser
guardados como nuevas entradas en la base de datos, pero también exportados a
las bases de datos externas o como documentos independientes.

Necesitamos los mecanismos para la solución de un problema. Los datos


por si no son de gran utilidad, si no definimos cuales son las respuestas posibles, o
cual es el dominio del problema (Barceló 1996: 16). Los “mensajes” enviados al
programa sintácticamente definen el dominio del conocimiento previo necesario
para la solución. Los operadores son los procedimientos y argumentos utilizados
para la elección de una respuesta como válida y se comunican al sistema a través
de los “mensajes”.

DIA-spora es también una red de bases de conocimiento distribuidas, donde


el conocimiento ha de ser definido como Datos para el Marco de solución del
Problema. En otras palabras, los conocimientos que pueden ser aplicados como

35
operadores en el proceso de solución del problema específico (Barceló 1996:
132). Sin embargo, para construir una base de conocimiento, se necesita algo más
que los datos. En cierto sentido, podríamos considerar que la plataforma analítica
es una base de datos que contiene conceptos.

La plataforma para el debate

La plataforma para el debate (DP) es el potencial creativo de DIA-spora. En


un sistema de comunicación estructurada sincronizada, o asíncrona, germina la
creación y distribución de las hipótesis, la discusión y el flujo de datos. DP es el
espacio de la proposición del problema, donde se definen, a través de los debates
y otros tipos de comunicación, las cuestiones arqueológicas (Fig. 4). Los
protocolos comunicativos generan automáticamente bases de datos del
conocimiento comunicado. La plataforma de debate es de uso directo, puesto que
los foros de discusión y otras aplicaciones comunicativas están situadas dentro del
sistema DIA-spora.

DEBATE

Problema específico

Comunicaciones en simposios
Flujo de datos
Hipótesis

Solución de problema

Base del conocimiento

Fig. 4. – La Plataforma de debate.

36
El sistema de comunicación y la publicación en la plataforma de debate da
fondo a la Academia, que recrea las categorías de comunicación del mundo
académico tradicional. En la Academia se celebran los Simposios, mesas
redondas, talleres, foros de discusión, conferencias temáticas, o reuniones
operativas, ya sea en los círculos abiertos o cerrados. El debate corriente genera el
flujo de hipótesis, igual como de sugerencias de métodos, de documentos y de
datos, relevantes para las posibles conclusiones. El investigador, con sus datos,
hipótesis y argumentos, que son automáticamente estructurados por los RDF y
agregados en la base de datos, contribuye a la creación del conocimiento y al
incremento de los potenciales cognitivos de DIA-spora. A la vez, el investigador
está capacitado para disponer del cuerpo entero de la información distribuida, lo
que le permite reflexionar sobre sus hipótesis.

El proceso descrito tiene varias ventajas sobre su matriz en el mundo físico.


En primer lugar, destacaría la importancia de la reducción del intervalo entre la
comunicación del dato, su publicación, su valorización crítica y su conversión en
conocimiento. La velocidad se adapta a la dinámica propia a cada tipo de
comunicación y al efecto que la comunicación24 ha tenido en el público
académico. Las limitaciones diversas, que normalmente enmarcan los métodos de
comunicación tradicionales, se superan en su recreación informática. Una de estas
limitaciones molestas siempre es el espacio disponible para publicar y el tiempo
para exponer las comunicaciones. Las informaciones comunicadas pueden ser
completas, con los datos detallados y estructurados, sin tener la obligación de
comprimirlas en 15 minutos de exposición, o en 10 paginas con un máximo de 3
ilustraciones.

Con la plataforma de debate, DIA-spora pretende contribuir a la


formalización de las cuestiones arqueológicas, establecer un medio estructurado
para el flujo de las hipótesis y de los datos, y construir las bases de conocimiento
para la solución de problemas específicos surgidos de los debates. Sobre todo, el

24
Comunicación en este caso comprende varios tipos de contenido comunicado:
hipótesis, estudios, datos sobre excavaciones, datos sobre análisis, experiencias
en las aplicaciones de las tecnologías, argumentación de criterios, etc., etc.

37
sistema de comunicaciones propuesto en la plataforma de debate tiene como
objetivo dinamizar el discurso arqueológico y dinamizar la construcción colectiva
del conocimiento.

Este método de investigación reflexiva requiere de los arqueólogos una


adaptación de sus hábitos. La comunicación dinámica y las contribuciones en
formas distintas y más estructuradas de las habituales, son elementos que
necesitan del acuerdo de los investigadores. Es necesario ofrecer una presentación
de todos los datos disponibles, sistemática y completa, sin argumentos
escondidos, conocidos sólo del mismo autor; aprovechar la posibilidad de
confrontar las hipótesis con los datos y argumentos y afinar las conclusiones
según los resultados de esta confrontación. Es necesario habituarse al intercambio
del conocimiento en círculos amplios y asumir que el conocimiento no puede
existir sólo en la cabeza de un investigador individual.

A parte de los modos de comunicación anteriormente mencionados, los


sistemas de comunicación y de presentación en la plataforma de debate se pueden
utilizar con otros fines distintos de los descritos.

Una de las posibilidades que abren dichos sistemas respecto a la plataforma


de debate, son los usos de protocolos para la generación de documentos
explicativos, su presentación y la comunicación sincronizada o asíncrona con
fines de educación distributiva, o de divulgación del conocimiento arqueológico al
gran publico. Esta utilidad, aunque citada en último lugar, es de gran importancia
para la arqueología y uno de los objetivos generales de la investigación
arqueológica.

Acceso a DIA-spora

El carácter de los datos y contenidos, así como el carácter de las acciones


que el usuario pueda ejercer en DIA-spora, requieren de la estructuración de los
niveles de usuarios y de los correspondientes permisos generales para la más alta
protección de datos. La filosofía de DIA-spora apoya y sugiere este tipo

38
estructurado de apertura pública de los datos, con el objetivo de maximizar el
potencial cognitivo del sistema. Sin embargo, a través de los filtros de los usuarios
se pueden configurar grupos de datos o áreas con el acceso restringido a los
usuarios con permisos particulares. Esta es una solución que puede ser uno de los
requisitos principales para la contribución de ciertos proyectos de investigación en
desarrollo. El uso de los recursos facilitados por DIA-spora, con la contribución
limitada del usuario en el sistema, debe ser el resultado del convenio entre DIA-
spora y el proyecto en particular.

La ciencia necesita el conocimiento. Nosotros necesitamos el conocimiento


arqueológico. Cada información incluida a la base de datos, con los permisos
correspondientes abiertos para una amplia gama de usuarios, significa un
incremento del conocimiento.

DIA-spora como base del conocimiento arqueológico

Como hemos visto en el resumen de las funciones y los objetivos operativos


de las plataformas de DIA-spora, aquí se trata de una estructura de datos, hipótesis
y leyes científicas. Todo este conocimiento debe ser construido a través de una
participación distributiva y sincronizada de muchos arqueólogos. El sistema
podría ser algo más que una gran base de datos llena de informaciones e ideas
científicas. La capacidad para manipular todos sus contenidos, y solucionar
diferentes problemas transformando las unidades del conocimiento existente, es
aquello que distingue el proyecto DIA-spora de las bases de datos habituales, de
los directorios y de los catálogos digitales.

DIA-spora tiene dos componentes generales necesarios para la construcción


colectiva del conocimiento:

• El cuerpo del conocimiento explícito, o en términos computacionales,


la estructura de datos, y

• el conjunto de acciones para la gestión del cuerpo del conocimiento, o


en términos computacionales, las instrucciones de procedimiento.

39
Estos son los componentes clásicos de las bases de datos referenciales, pero,
DIA-spora es más que un simple conjunto de datos. Las bases referenciales
normalmente no se utilizan para “solucionar” problemas, sino para extraer unos
datos específicos: el usuario consulta la información. Diferentemente, usando
DIA-spora, estamos tratando de solucionar problemas científicos, es decir, no
extraemos unidades de datos, sino que introducimos las soluciones posibles del
problema, para extraer las unidades de sentido.

Aunque los sistemas expertos y la inteligencia artificial tienen todavía


mucho trabajo por delante en cuanto al desarrollo de sus tecnologías, en el futuro
próximo la WWW podría llegar a ser la red de los sistemas expertos relacionados,
que distribuye el flujo de los datos arqueológicos y las hipótesis científicas.
Sugerimos la idea de las Bases de Datos Referenciales25, y también la aplicación
de sistemas y tecnologías más complejos, que de momento han mostrado su
mayor éxito en el campo de los negocios26. La base de referencias de DIA-spora
es el conjunto de datos estructurados, que puede utilizarse directamente para la
solución de problemas:

• Los conceptos que describen algún conocimiento científico relevante,


relacionado con un problema científico y su significado.

• La adecuada representación “activa” de estos conceptos y significados


para facilitar la reacción de los conceptos con los mensajes enviados por
el usuario, o por los otros componentes del sistema.

• El conjunto de reglas que gestionan las descripciones conceptuales para


su representación.

• Un conjunto de operadores para el lenguaje representacional

• Tres tipos de metaconocimiento:

o Conocimiento sobre el problema a resolver

25 De modo parecido a su aplicación en otros ámbitos; véase por ejemplo


http://www.nist.gov/srd/online.htm
26 http://www.autonomy.com

40
o Conocimiento de la estructura del sistema

o Conocimiento sobre la estrategia para la solución del problema.

Las diferencias entre DIA-spora y las bases de datos estándar, son


consecuencia de la representación computacional utilizada para su construcción.
Las bases de datos contienen mucha información de expresión simple, con unos
procedimientos de búsqueda relativamente simples. DIA-spora puede contener
menos datos, pero tienen que ser expresados a través de medios de estructura más
compleja, a través de los conceptos científicos. Los lenguajes de query están
sustituidos por lenguajes de “mensaje”, por métodos de solución de problemas,
basados en la búsqueda heurística, y utilizando algunas informaciones
contextuales (el componente de metaconocimiento) para reducir la cantidad de
memoria requerida.

La base del conocimiento formada por los datos estructurados y los


protocolos conceptuales está abierta igualmente para la ciencia normal, para la
acumulación e introducción de unidades de conocimiento, del mismo modo que
para las revoluciones científicas, que a diferencia de la ciencia normal,
proporcionan las claves únicas de un aspecto central del conocimiento científico
(Kuhn 1996: 56-60). El sistema informático de manipulación de los datos y de
conceptos es flexible al procesamiento de datos que no encajan en los conceptos
conocidos y predeterminados. El sistema está abierto para el cambio del
argumento fundamental.

El debate sobre la unificación de la documentación arqueológica esta


dirigido a la búsqueda de soluciones para la gestión de la información dispersa en
libros y revistas, y de carácter heterogéneo. Aunque los sistemas de construcción
cooperativa del conocimiento en bases de conocimiento centralizadas tienen unas
ventajas innegables en cuanto a consistencia (Martín 1996), no se pueden aplicar
en una comunidad científica tan diversa como la de arqueólogos. Las
unificaciones y centralizaciones de todo tipo, y especialmente cuando se trata del
conocimiento, pueden llevar al desvío peligroso y desagradable, al aburrimiento y
en última instancia a la ignorancia. Para UNIR el conocimiento (o los

41
pensamientos, o la gente, o el arte, o los esfuerzos) no hay que UNIFICAR-lo.
Bastaría con la búsqueda de la solución idónea para que los sistemas unidos de
“habla” diferente puedan comunicar utilizando el mismo lenguaje. Este objetivo
merece el esfuerzo.

42
El problema arqueológico

El conocimiento, sea el que sea, no puede provenir de otra fuente que de la


solución de un problema. Llegar a conocer, consecuentemente, es un proceso de
solución de problemas. Los métodos son lo que distinguen el conocimiento
científico.
“Arqueología” es el término aplicado a un conjunto de operadores para la
solución de una serie de problemas específicos, surgidos del objeto material. El
problema inicial de la arqueología fue definido por las preguntas: ¿Qué es este
objeto? ¿Cuál es la antigüedad de este objeto?; preguntas que pudieron surgir sólo
desde un conocimiento más general y desde un concepto específico socialmente
construido, que despierta el interés por el objeto. En este sentido, la historia de la
arqueología y del pensamiento arqueológico representa el desarrollo de la
definición del espacio del problema. Varios niveles y aspectos del objeto material,
directos e indirectos, que derivan de las circunstancias de su existencia,
especifican los campos de la definición externa del objeto material. Los
prehistoriadores ya no se mueven sólo en el mundo físico de las sociedades que
según la arqueología tradicional fueron destinadas a permanecer ignotas (Shanks y
Tilley 1987: 29-30). Lo que se creía imposible y era difícil de explicar en
términos históricos (Sherrat 1972: 479-480) ha llegado a ser la cuestión central de
las teorías posteriores y el punto de partida de la arqueología social. Los métodos
han seguido desarrollándose en varios espacios del problema (Trigger 1989), así
que el objeto material ha dejado de ser el objeto exclusivo de la arqueología. Los
cambios a lo largo de la historia de la arqueología, desde el anticuarismo hasta la
arqueología postmoderna, son fruto de nuevas aperturas, dotadas de una
acumulación de conocimiento y en plena interacción con las tendencias sociales

43
de cada época. Sin embargo, el objeto físico sigue siendo la principal fuente de
datos para la investigación arqueológica.
El problema arqueológico del presente trabajo es la siguiente afirmación
teórica:

cambio de artefacto = cambio social

Esta afirmación resulta decisiva en la consideración tradicional de la historia


cultural (Shanks y Tilley 1987: 31), pero también ha influido en las
interpretaciones posteriores de la sociedad prehistórica, en las teorías
funcionalistas e incluso en la teoría del Sistema Cultural (Renfrew 1972). La idea
básica de esta teoría consiste en que los subsistemas de un Sistema Cultural están
relacionados de tal manera que los cambios en uno de ellos influyen
automáticamente en otro, a través de una reacción negativa o positiva (Sherrat
1972: 481). Un ejemplo paradigmático es el de la metalurgia. A la metalurgia se la
considera un subsistema independiente, - si bien en permanente interacción con

Fig. 5. – El Sistema Cultural de Renfrew (1972).


(Reproducido de Shanks y Tilley 1987: 32, Fig. 2.1)

44
otros subsistemas-, pero sin explicarse en qué se sostiene su relevancia para el
Sistema Cultural (Fig. 5). Así, la importancia de la metalurgia no es nada más que
una afirmación arbitraria (Shanks y Teilley 1987: 34), apoyada entre otras
presuposiciones en la teoría que un cambio de artefacto significa un cambio
social.
Mientras para un enfoque de la prehistoria europea, la aparición de la
tecnología metalúrgica tiene “un enorme interés por sus implicaciones en el
desarrollo social”, y representa un estímulo del cambio social en extensas áreas
(Champion, Gamble, Shennan y Whitle 1996: 204), para otro los efectos del metal
están considerados como más simbólicos que reales; para los autores seguidores
de este enfoque, el cobre fue más un medio de manifestación que de
transformación del mundo material (Sherrat 1998: 172). Sin embargo, este efecto
leve se sitúa en el ámbito de las aplicaciones prácticas y directas: por ejemplo, se
niega la influencia de la metalurgia en la deforestación. En este caso, si miramos
desde el punto de vista del uso directo de la herramienta de cobre para cortar el
árbol, Sherrat tiene razón. Si consideramos que el proceso de extracción y el
tratamiento del metal, emplean fuego de alto nivel térmico como medio principal,
veremos que la producción metalúrgica (intensiva) tenía que influir en el consumo
elevado de combustible, y consecuentemente, en la deforestación.
Los enfoques del período de la transición entre el Neolítico y el Eneolítico
en los Balcanes Centrales, igual como en varias otras partes de Europa,
conceptualizan sus teorías alrededor de, o en la línea de dicha afirmación
(Garasanin 1958, Tasic 1967, Jovanovic 1979 y 1990), considerando a la
tecnología metalúrgica como el actor decisivo para el cambio social y/o histórico.
Sin embargo, aunque sus interpretaciones están fundadas en un amplio registro
arqueológico, no se ha conseguido corroborar la hipotética relación directa entre
la tecnología metalúrgica y las consecuencias propuestas; la correlación se asume
sin fisuras.
Además, los caminos de la propagación de la tecnología metalúrgica
construidos en el marco de la teoría difusionista presuponen determinadas
direcciones de las influencias culturales (Renfrew 1973: 183-187, Fig. 37), lo que

45
se refleja en las analogías en el estilo del mobiliario cultural, y sirve de operador
básico para los estudios de identidad y el seguimiento de las migraciones humanas
(Childe 1929, 1950; Milojcic 1949; Garasanin 1973, 1979; Tasic 1967, 1983,
1995).
Las consecuencias sociales adjudicadas sistemáticamente a la metalurgia, o
su rotunda negación, merecen una evaluación más detenida y una explicación más
justificada de la relación artefacto-sociedad. Sin embargo, en el presente trabajo
no se trata de un intento de refutación de la afirmación cambio de artefacto =
cambio social, sino de un intento de construcción del marco para su evaluación
crítica. El caso de la vigente relación causal “introducción de la metalurgia =
transición entre Neolítico y Eneolítico”, será establecido en la escena de los
Balcanes Centrales, donde la explotación del cobre, según los datos (Jovanovic
1971) presenta fechas muy tempranas (Renfrew 1973: 190).
¿Cómo se refleja el efecto de la tecnología metalúrgica en la variabilidad
social, y cómo en el registro arqueológico? ¿Cuáles son las pautas para la solución
de dichos problemas?
Situaremos en primer lugar el problema en un marco cronológico y en un
contexto geográfico. A continuación, presentaremos un estado de la cuestión a
través de una retrospectiva histórica; este nos aportará varias premisas para la
evaluación crítica. Siguiendo la teoría de la solución de problemas anteriormente
mencionada, trataremos de proponer los operadores para la solución del problema
arqueológico que surge de la afirmación:
cambio de artefacto = cambio social.

46
Estudio de caso:

El lugar de la metalurgia inicial


en la sociedad prehistórica
de los Balcanes Centrales

El Egeo fue el destino y la referencia arqueológica favorita desde los inicios


de la arqueología en Europa. Las analogías de su material con el del Próximo
Oriente han facilitado fechas fiables para formar una imagen que se hiciera
extensible a los acontecimientos que tuvieron lugar en otras partes de la Península
Balcánica. Las grandes riquezas de la civilización prehistórica egea, que por su
parte, según las interpretaciones, provenían de las influencias de las civilizaciones
del Próximo Oriente, fascinaban a los investigadores. Ex Oriente Lux fue la
afirmación que ponía el marco interpretativo a todos los fenómenos descubiertos
en otras partes de Europa, especialmente cuando se trataba de la parte norte de la
Península Balcánica (Childe 1925; Vasic 1948, Milojcic 1949). La civilización
Egea tenía necesidades elevadas de cobre para la producción de sus armas y de
sus objetos de lujo, y sus prospectores se fueron a las montañas del norte de la
península en búsqueda de recursos preciosos.

Así, hasta que la revolución de radiocarbono no ha refutado esta hipótesis


(Renfrew 1973), se creyó que la difusión de la tecnología metalúrgica a través de
los prospectores egeos, fue responsable de las actividades metalúrgicas y de los
cambios culturales en la “espalda del Egeo”. La datación de algunos fenómenos
que se creían consecuencia directa de la influencia egea varios siglos antes de que
ésta haya conocido el metal, ha invertido los factores. La tecnología metalúrgica
en los Balcanes Centrales empezó y siguió un desarrollo autóctono, basado en sus

47
propios recursos y sus propias experiencias y, según algunos autores, causó
cambios profundos en la sociedad prehistórica de la región (Jovanovic 1990).

Secuencia cronológica

El fenómeno de la introducción de los metales en la creación de los objetos


que gradualmente ocuparon su lugar en la escala de los valores materiales y
simbólicos de la población prehistórica en los Balcanes Centrales, tiene una larga
historia. La primera mitad del V milenio a.C. es la fecha obtenida para la
explotación masiva de cobre en la mina de Rudna Glava (Jovanovic 1982: 103), y
por lo tanto la época en la cual ya contamos con un consumo elevado de esta
materia prima. Sin embargo, el uso de cobre nativo en el período de las primeras
experiencias, a pequeña escala, no necesariamente debería destacar visiblemente
en el repertorio del registro arqueológico. Esta es la razón por la que el
conocimiento del cobre puede estar atribuido a fechas aun más antiguas, y por la
que se puede considerar que hasta la primera explotación del cobre,
arqueológicamente observada, ya ha tenido lugar una larga fase de aprendizaje. La
tradición de la producción lítica y la explotación de canteras fue una premisa
substancial para el encuentro con un material nuevo. Un lento proceso de
acumulación de experiencias y conocimientos tecnológicos en el tratamiento de
metales duró varios siglos antes de tomar una forma de producción que se podría
denominar metalúrgica.
Este periodo de búsqueda y aprendizaje, de creación de las condiciones, y
de los primeros efectos económicos y sociales del tratamiento del cobre,
representa el marco cronológico de nuestra investigación. Como límite
cronológico superior, consideraremos las noticias de la producción en serie de
herramientas, armas y objetos decorativos de cobre. La apropiación de la
tecnología de fundición y la de moldeado en moldes bivalvos son las condiciones
básicas para el desarrollo del oficio metalúrgico. Para soportar el aumento de la

48
producción, otras condiciones tecnológicas y la organización correspondiente,
fueron también necesarias. La inversión de trabajo en la producción en serie
indica que la necesidad de objetos metálicos fue socialmente aceptada y que su
producción y consumo ya formaban parte de la economía general. Esta situación
es consecuencia de los ajustes graduales entre un invento y la realidad socio-
económica, resultado de un proceso, a partir del cual comienza otra fase de
desarrollo de la metalurgia y otros procesos sociales.

Delimitación, Geografía, clima, recursos y comunicaciones naturales


de los Balcanes Centrales

Los acontecimientos sociales no ocurren en un vacío, sino en la superficie


de un mundo físico, hecho de agua, roca y tierra, con sus leyes naturales. Este
mundo en el cual se ha encontrado el ser humano es una fuente inacabable de
problemas, pero al mismo tiempo también esconde todas las soluciones. Esta es la
razón por la que uno de los marcos de referencia fundamentales para toda la
investigación arqueológica debe ser un marco geográfico, geológico y paleo-
climático. Esta parte del conocimiento que necesitamos se está produciendo en
otras disciplinas científicas, lo que apunta a la importancia de los estudios
interdiciplinares.

Considerando como absurda la delimitación de la investigación


arqueológica dentro de las fronteras políticas de los estados modernos, en este
trabajo trataremos de evitar la inclusión o exclusión de algunos fenómenos a partir
de aquellas líneas dibujadas como consecuencia de las decisiones hechas en las
conferencias de paz en Crimea, Berlín, Paris, Londres o Deyton. Sin embargo, las
zonas de influencia repartidas en éstas, u otras reuniones históricas, se reflejan en
la distinta densidad de los yacimientos investigados que observamos en los mapas
arqueológicos.

Siguiendo el interés anteriormente trazado, aquí nos centraremos en la


amplia zona continental de la península Balcánica, o mejor dicho, en su parte
central en el sentido de su circunscripción natural, saliendo de ella siempre y

49
cuando las relaciones de los fenómenos arqueológicos nos sugieran tal excursión.
Las razones de la elección de esta región, y no otra, como unidad de análisis,
descansan sobre todo en los indicios arqueológicos, así como en la predisposición
geológica y natural de esta área para un desarrollo autóctono de la explotación del
cobre y de las actividades metalúrgicas que pueden haber permitido cambios
estructurales en el periodo del Neolítico Final y el principio del Eneolítico.

El eje vertical (N-S) de los Balcanes Centrales lo forma la cuenca de los


ríos Morava y Vardar (Axios), que se juntan en la zona de Presevsko Razvodje, en
el sur de lo que hoy en día es Serbia. Las fronteras occidentales de la región están
demarcadas por el río Drina y el macizo montañoso de Sarsko-Pindski, mientras
las fronteras en el Este alcanzan las montañas Stara, Suva y Ostrogovo. En el
Norte, este territorio está limitado por los amplios caudales de los ríos Sava y
Danubio, pero también queda abierto para todo tipo de comunicaciones hacia la
región panónico-danubiense y el centro de Europa. (Mapa 1)

La zona de los Balcanes Centrales está caracterizada por macizos


montañosos y grandes y pequeños valles fluviales – un relieve variado que delinea

Mapa 1. - Península Balcánica – delimitación de los


Balcanes Centrales

50
unas diferencias considerables en cuanto clima, vegetación, recursos naturales, así
como en el comportamiento y las costumbres de sus habitantes. En su libro
Península Balcánica. Fundamentos de Antropogeografía Jovan Cvijic (1966)
define dos grupos de características geográficas de los Balcanes Centrales: Las
características geográficas de conexión e integración y las características de
aislamiento y separación (Mapa 2).

Mapa 2. - Las características geográficas de conexión y


integración y las características de aislamiento y separación.

Las características geográficas de conexión e integración (Cvijic 1966: 13-


19) son las que facilitan la expansión de todo tipo de movimientos atmosféricos o
biológicos. Por las cuencas fluviales sube al interior de la península la influencia
del clima mediterráneo, mientras por el Plano Panónico bajan los fuertes ecos del
aire frío y seco del centro de la Europa continental. Estas características
geográficas se asocian en tres grupos:

a) Penetración desde la periferia – La península de los Balcanes


está ampliamente abierta hacia el Norte por el Plano Panónico y el

51
Plano Póntico. Los caudales de los grandes ríos de su frontera del
Norte (Danubio, Sava, Tisa y Drava) alcanzan el centro de Europa,
y, por el otro lado, el mar Adriático y el mar Jónico son estrechos y
fáciles para la navegación.

b) Valles y comunicaciones longitudinales – El interior de la


península está cortado en dirección norte-sur y sureste por las
cuencas amplias de los ríos Morava, Vardar y Mariza, conectando
así el centro de la península con las costas del mar Egeo y del Mar
Negro.

c) Pasos montañosos y comunicaciones transversales – Las


torrenteras, los pasos montañosos y los valles entre cadenas de
montañas, facilitan la comunicación entre la costa del mar
Adriático y el interior de la península y entre el Danubio y la
cuenca del Mariza con sus afluentes, es decir, las comunicaciones
este-oeste.

Las características de aislamiento y separación (Cvijic 1966: 20-26)


obstaculizan todas las influencias climáticas y biológicas. Aunque la voluntad
humana no reconoce las dificultades de los caminos a emprender si para ello
existe motivación, estos elementos en gran medida limitan la intensidad del
tránsito de las personas. Se trata de unas zonas con particularidades climáticas y
ecológicas, que influyen en la formación de enclaves humanos (y faunísticos
igualmente) en mayor o menor medida particulares y aislados de su entorno.

Dos grupos de estas características representan macizos montañosos y


disgregación de relieve en zupa.

Tres macizos montañosos de la zona central de la Península Balcánica- el


macizo de Rodope y las cadenas Dinarski y Pindski -, y el arco de los Cárpatos
cuya parte sur penetra en esta zona, han surgido en diferentes épocas geológicas.
El más antiguo es el de Rodope, formado en la época preperm, sufriendo en el
terciario varios importantes movimientos tectónicos. Los sistemas Dinarski y

52
Pindski han surgido por fruncimiento en la época del Terciario y movimientos
posteriores. La estructura (contenido) geológica de estas cuatro formaciones es
distinta, lo que queda reflejado en las diferencias de relieve.

La disgregación del relieve en zupa – valles tectónicos limitados por


cadenas altas - en los macizos montañosos, manifiesta en distinto grado el rasgo
de aislamiento y separación, según las características de formación del sistema. En
la zona central de la Península Balcánica predominan los valles tectónicos
amplios y de relieve suave, vinculados entre sí por grandes y pequeños ríos que
los traviesan.

La diversidad del relieve en el centro de la Península Balcánica, fue


siempre favorable para la subsistencia y el desarrollo de las comunidades
humanas. En el período del Neolítico, la abundancia del agua, los suelos fértiles
en los valles, los pastos ricos en las zonas altas y la accesibilidad a todo tipo de
recursos naturales, favorecieron por un lado la sedentarización y el
establecimiento de los grandes asentamientos agrícolas, y, mas adelante, las
actividades de ganadería trashumante por el otro.

Como consecuencia de la colisión en el proceso de fruncimiento de varios


sistemas montañosos en el centro de la Península Balcánica, grandes masas de
rocas eruptivas emergieron entre ellos: entre la cadena Dinárica y el Kopaonik, en
el valle de Ibar y hacia Novo Brdo, entre los Cárpatos y el Balcán en la cuenca de
Crna Reka con sus afluentes, en las cuencas de Kriva y Bregalnica en el sur
(Cvijic 1966: 46). Estas fisuras y venas eruptivas abundan en minerales metálicos
y sus afloramientos superficiales destacaron del entorno. Esta situación geológica
proporcionó a los habitantes de los Balcanes Centrales, en un cierto punto de su
desarrollo tecnológico y social, la base material para una nueva actividad
económica.

Los cambios ocurridos en una sociedad cuyas actividades substanciales


fueron la agricultura y la ganadería, y su coincidencia con la aparición de un
material nuevo y una tecnología innovadora, cerraron una unidad cronológica en
las tablas de periodización de la prehistoria. El patrimonio cultural de la zona

53
natural de los Balcanes Centrales está distribuido actualmente entre cinco
entidades geopolíticas (desde el oeste de la zona): Bosnia y Herzegovina, Serbia,
Macedonia (hasta hace poco Yugoslavia), Bulgaria y Rumania. El eje de
gravitación de la zona y su límite marcado por cadenas altas y macizos
montañosos, es el territorio en el que centra sus investigaciones la arqueología de
Serbia, que antes de los recientes cambios históricos estaba integrada en las
investigaciones de una unión política más amplia.

Estado de la cuestión

Las ultimas décadas del siglo XIX en las regiones central y occidental de
la Península Balcánica, fueron marcadas por el despertar del interés vivido para
las investigaciones arqueológicas de los países yugoslavos27: unos, todavía
súbditos de la corona Austro-Húngara; y los otros, agitados por el proceso de
descomposición del dominio del Imperio Otomano. Las universidades austriacas
tuvieron un papel fundamental en esta fase de investigaciones tempranas. Su
influencia instructiva se vio reflejada en primer lugar en las actividades de sus
investigadores en dichas regiones, que dieron lugar a las primeras publicaciones
sobre la antigüedad balcánica, en alemán. La formación de los expertos locales -
pioneros y fundadores de la arqueología moderna en Eslovenia, Croacia, Bosnia y
Herzegovina y Serbia – en las universidades austriacas fue aún más decisiva para
el futuro de la arqueología regional.

El problema arqueológico ¿Qué son estos objetos?, ¿Qué antigüedad


tienen?, fue respondido a través de del establecimiento de una red de culturas,
distribuidas geográficamente y situadas en una escala cronológica de Tres Edades.
Las analogías de los objetos hallados con los materiales del Egipto y del Egeo,
dieron las fechas históricas para los periodos. La respuesta, contando con estos
operadores, fue posible: esto es un objeto que pertenece a la cultura X del periodo
Y. Sin embargo, a lo largo del tiempo, la red de culturas se sofisticaba, se

27
Nos referimos a los países eslavos del sur (“yugo-eslavos” en las lenguas eslavas
de la región), que se corresponden con los que conformarían mas tarde el
estado de Yugoslavia.

54
precisaron subdivisiones de las 3 Edades. Los operadores permanecieron iguales,
permitiendo contestar nada más que a las cuestiones “qué” y “cuando”. Este
marco condicionaba los métodos de adquisición de datos y su presentación.

En la etapa siguiente, los investigadores trataron a añadir más


conocimiento sobre el problema, observando en sus materiales las variaciones y
las situaciones que no concordaban con el conocimiento previo. El concepto de un
periodo transicional, distintivo, entre el Neolítico y la Edad del Bronce, fue
establecido en la tradición arqueológica de los países yugoslavos a partir de las
primeras excavaciones sistemáticas28, y otras excavaciones de menor escala29 en
las últimas décadas del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Las
excavaciones, como toda la explicación arqueológica, fueron orientadas al
artefacto, a la variación de su forma, su calidad,30 y cantidad.

La ausencia – presencia de tipos en el conjunto excavado y la


estratificación de los conjuntos, estructuraba la presentación de datos a través de
una descripción del catálogo y su comparación con las descripciones de las
matrices cronológica y cultural. El carácter aparentemente ambiguo del mobiliario
que no encajaba en las matrices vigentes para el Neolítico (Edad II) y para la Edad
del Bronce (Edad III), retuvo la atención de los investigadores y el término “Edad
del Cobre” fue introducido gradualmente en la discusión terminológica. La
discusión sobre la distinción de una fase individual dentro del sistema de 3 Edades
se planteó dentro del mismo discurso arqueológico y con el mismo enfoque de la
prehistoria, utilizando los mismos operadores a conjuntos de datos diferentes. La
solución para los defensores de la teoría de las 3 Edades, fue el término “periodo
de transición”, que al mismo tiempo permite particularidades, pero no la
autonomía que otorga un periodo independiente. Los objetos de cobre, elaborados
con mineral puro, no aliado, y los hallazgos de elementos de procesamiento
primitivo del metal, asociados con diferentes patrones tipológicos y estilísticos
28
Años 1875-76 en Brundorf-Ig (Deschmann 1875), año 1893 en Debelo Brdo
(Fiala 1896), 1896 en Sarvas y 1898 en Vucedol (Brunsmid 1902), 1904 en
Gomolava (por M. Vohalski), 1906 en Kostolac y 1908 en Vinca (Vasic 1906 y
1910)
29
Dirigidas por F. Milleker, K. Gubitza, M. Valtrovic y M. Vasic.
30
Un juicio subjetivo en aquella época.

55
sobre todo en la producción cerámica, indicaron que se trataba de un periodo con
una evolución interna, pero todavía no había sido admitida su larga duración.

La base material para los estudios aumentaba, sirviendo de munición en la


batalla 3Edades.org vs. 4Edades.org. Los resultados de las investigaciones,
interrumpidas por guerras consecutivas - 1ª y 2ª Guerra Balcánica (1911-1912) y
1ª Guerra Mundial (1914-1918) -, fueron sistematizados por primera vez en los
años treinta del siglo XX. En la serie de publicaciones Corpus Vasorum
Antiquorum, sobre la investigación del yacimiento Vucedol (Hoffiller 1933),
sobre la colección de materiales del Museo del Príncipe Pavle en Belgrado (Vulic
y Grbic 1937), y sobre las excavaciones de los yacimientos Sarvas, Dalj y Velika
Gorica (Hoffiller 1938), los autores presentaron el corpus de los hallazgos
prehistóricos del noroeste yugoslavo y su valorización cronológico-cultural. Estos
volúmenes hicieron público el conocimiento arqueológico sobre un largo período
de la prehistoria, conocimiento condicionado por los criterios de unidad y edad,
construido con paciencia a partir de fragmentos publicados o inéditos.

Con el final de la 2ª Guerra Mundial empieza otra etapa en la arqueología


prehistórica yugoslava. Aquí apuntaremos algunas obras principales, cuyo
carácter sintético incorporaba los recientes y cada vez más abundantes datos
surgidos de las excavaciones de nuevos yacimientos atribuidos al Eneolítico
balcánico central y noroccidental. Los investigadores yugoslavos publicaron sus
nuevas propuestas para la solución de problemas antiguos en los campos de la
nomenclatura cultural, la periodización y la cronología relativa y absoluta de los
materiales arqueológicos. Sus aportaciones seguían la línea de la construcción
fragmentada e indirecta del conocimiento. Borrando y escribiendo las mismas
frases, cambiando los valores de las variables (Fig. 6) describían las mismas
situaciones, pero a su vez con más precisión de ubicación en el contexto histórico.

56
>objeto< X (pertenece) >al conjunto< Y
>objeto< X (es igual / parecido) >al objeto< Z
>objeto< Z (pertenece) >al conjunto< M
>conjunto< M (es igual) >a la fecha< 10
>conjunto< M (pertenece) >a la cultura< G

entonces:
El objeto X pertenece a la cultura G y su fecha es 10, lo que vale también para
el conjunto Y.

Fig. nº 6 – El sistema de argumentación e interpretación del


conocimiento histórico cultural.

Una de las figuras clave para los estudios posteriores fue Vladimir
Milojcic, formado en Belgrado, y después de la 2ª Guerra Mundial, profesor de
arqueología prehistórica en la Universidad de Heidelberg, Alemania. En su libro
Chronologie der jüngeren Steinzeit Mittel- und Südosteuropas (Cronología del
Neolítico reciente en Europa Central y del Sur) (1949), Milojcic aportó nuevos
fundamentos metodológicos y sistematizó el conocimiento sobre un largo periodo
- desde el Neolítico antiguo hasta la Edad del Bronce – de la zona del norte de
Croacia y de Serbia. Esta síntesis fue punto de partida para todos los estudios de la
arqueología prehistórica posterior en los países yugoslavos, base de la formación
de generaciones de prehistoriadores. Milojcic representó un enlace clave entre las
arqueologías de Yugoslavia y Alemania.

Diez años más tarde, Milutin Garasanin (1959a) publica un resumen de


los resultados de las últimas investigaciones, esta vez más centrado en la
problemática de la prehistoria de los Balcanes Centrales (Serbia y Macedonia).
En una síntesis, a partir de las lecturas tipológicas y estratigráficas de datos
inéditos, Garasanin establece las relaciones espaciales y cronológicas entre las
culturas arqueológicas, sus fases respectivas y sus variantes regionales. Aunque,
partiendo de la teoría de las 3 Edades, trata los periodos del Neolítico y de la
Edad del Bronce como dos periodos consecutivos, él reconoce la necesidad de
resaltar la singularidad del periodo que denomina “Transición del Neolítico a la

57
Edad del Bronce”, y a las culturas atribuidas a este periodo dedica un capitulo
particular (Garasanin 1959: 20-53).

“Esto es justificado sobre todo por el desarrollo gradual de la


elaboración del metal, simultáneo a la transformación sustancial en la
sociedad y en las relaciones económicas (desarrollo del patriarcado,
fuerte prosperidad de la artesanía y el comercio, bases para la inducción
de la estratificación de la sociedad), lo cual ha dejado su rastro en el
desarrollo cultural.” (Garasanin 1959: 20)31

El desarrollo de la elaboración de los metales en este caso representa el


valor de la variable que no encaja con otras variables del conjunto que han variado
muy ligeramente sus valores. Sin embargo, en la descripción del contexto
histórico, él tiene en cuenta las categorías del desarrollo del comercio y de la
estratificación de la sociedad. Garasanin considera como adelantada la asignación
del termino “Edad del Cobre”, y opina que esta supuesta distinción del Neolítico
difícilmente puede encontrar apoyo en el material arqueológico (Garasanin 1959:
20).

Esta opinión suya no fue aceptada por otros autores de la época. Los
mismos argumentos arbitrarios que han servido a Garasanin para dedicar un
capítulo entero al “periodo transicional”, para Benac (1962) significaron una
condición suficiente para hablar de un periodo disgregado del Neolítico y de la
Edad del Bronce y abogar por la ampliación de la teoría de las 3 Edades con una
fase más:

“Es importante destacar que este [periodo] no es, bajo ningún concepto,
solo una fase transicional, sea vinculada con el periodo más antiguo –
Neolitico – o con el más reciente – Edad del Bronce. Parece, al

31
El subrayado es mío.

58
contrario, que este es el periodo en el cual han ocurrido acontecimientos
decisivos, condicionados en gran medida por la utilización de cobre, y
que realmente hay que tratarlo como un periodo prehistórico
separado...” (Benac 1962: 131)32

Su vacilación se refiere a la decisión sobre cual sería un término más


apropiado – “Edad del Cobre” o “Eneolítico” – considerándolos como
correspondientes, ya que el primer término sería apoyado por los numerosos
depósitos de herramientas de cobre (en el caso de Noroeste Balcánico), y el otro
por las potentes supervivencias del Neolítico (Benac 1962: 131). Ambos
fenómenos se ven como consecuencia de la difusión procedente de las estepas
pónticas, con la cual llegaron a los Balcanes centrales y occidentales poblaciones
nuevas, culturalmente diferentes y socialmente superiores a la antigua población
neolítica. Benac caracteriza la “Edad del Cobre” como un periodo “turbulento” en
el cual el conocimiento y el uso del cobre fueron cruciales para la dominación de
los nuevos inmigrantes sobre la población antigua (Benac 1962: 160-161). Esta
nueva población se identifica como “pueblos indoeuropeos”, y la principal
consideración de la arqueología histórico-cultural es la descripción de sus
movimientos y zonas de dominación, observados a través de los cambios en el rito
funeral y en el repertorio material (Gimbutas 1956, Bosch-Gimpera 1960,
Garasanin 1961, etc.).

En su síntesis sobre los complejos de las culturas Baden y Vucedol, Nikola


Tasic (1967) dedica dos capítulos a la periodización del Eneolítico y su cronología
absoluta. Concluyendo un resumido debate terminológico, él se decide al
abandono completo de la teoría de las 3 Edades, y decide emplear dos términos
para el período en cuestión: “Eneolítico” - para “los grupos culturales que tienen
el carácter transitorio” - y “Edad del Cobre” para “los grupos culturales que
aparecen como resultado de las migraciones, sin relación genética con la base
autóctona del Neolítico danubiense” (Tasic 1967: 72). Además de los criterios

32
El subrayado es mío

59
citados, Tasic considera como elemento clave de la distinción, el desarrollo de la
tecnología del cobre. En la dinámica de este proceso encuentra apoyo para su
división terminológica: en el “Eneolítico” la tecnología del cobre no tiene la
importancia de una producción substancial porque los objetos de cobre no tienen
el carácter de medios de producción; en la “Edad del Cobre” esta situación
cambia, pero no por adaptación social sino por causa de la llegada de nuevos
pobladores, para los cuales la metalurgia tenia importancia en la producción de
herramientas y armas. Partiendo del subtítulo “Periodización del Eneolítico”,
confunde un poco encontrar mas adelante, que el término Eneolítico está
empleado sólo para la primera fase del “Eneolítico”. La “Edad del Cobre
Antiguo” y la “Edad del Cobre Desarrollada” son la segunda y la tercera fase, y la
“Transición a la Edad del Bronce” es la cuarta fase de la periodización del
Eneolítico según Tasic (1967:72). A las cuatro fases él aplica las fechas absolutas
en base de “algunas fechas clave, obtenidas a base del método estratigráfico, de
los análisis C14 y de la tipología comparativa”: la fase I comienza cca. 3500 a.C.;
las fases II y III duran entre cca. 3100 y 2600 a.C; la fase IV acaba cca del año
2200 a.C. (Tasic 1967: 86).

La noción de los estudios “interdisciplinares” ha entrado en el método


arqueológico a través de la revolución de radiocarbono. La cuantificación de los
datos por los métodos de las ciencias naturales fue aplicada en la medida que lo
permitía el presupuesto estatal previsto para las investigaciones arqueológicas en
Yugoslavia, es decir, muy escasamente.

En los años sesenta y setenta, los estudios del Neolítico final y el


Eneolítico de los Balcanes Centrales aportan nuevos datos sobre la antigüedad de
la minería prehistórica y ésta era la primera vez en que “la gran importancia de la
metalurgia” tuvo alguna justificación material, que fuese algo más que una
cantidad de artefactos metálicos. Las excavaciones sistemáticas de la mina de
cobre Rudna Glava, fueron iniciadas en el año 1968 por Borislav Jovanovic y sus
resultados (Jovanovic 1971 y 1972), junto con los resultados de las dataciones C14
revolucionaron la interpretación del origen de la metalurgia en la región. Los

60
objetos cerámicos hallados en los
depósitos en las venas del pozo, (Fig. 7),
situaron la primera explotación del cobre
en el periodo Vinča Tordos II - Vinča
Pločnik I, del Neolítico Final de la región
(Jovanovic 1982: 89). Estos datos abrieron
la cuestión del carácter eneolítico del
neolítico final, o la de la “eneolitización”
de las últimas culturas neolíticas (Tasic
1995: 10). Los resultados de las
investigaciones de Rudna Glava ampliaron
nuestros conocimientos sobre las técnicas
mineras, las herramientas y los útiles para
la extracción de la mina y sobre las
tecnologías de procesamiento de la mina.
Se hicieron todos los análisis
correspondientes y accesibles, y el
Fig. 7. – Rudna Glava, material del
fenómeno de gran importancia para los
pozo, datado en el Neolítico final.
acontecimientos se pudo considerar como
auténtico y muy antiguo. Sin embargo, el
desarrollo auténtico de la tecnología matalúrgica en la fase que por la
nomenclatura vigente pertenece al Neolítico final, todavía no ha sido razón
suficiente para que se abandonase la teoría de las 3 Edades, sobretodo porque su
importancia fue subjetivamente valorada y argumentada, tanto por unos como
autores como por otros.

Las diferencias entre los arqueólogos citados en su interpretación de la


historia cultural de la prehistoria balcánica no fueron superadas ni en las grandes
síntesis de los años setenta. Garasanin (1973: 161-163), a pesar de la evidencia de
la explotación masiva del cobre en el período del Neolítico final, sostiene que el
término eneolítico significaría un cambio radical que no tuvo lugar hasta la Edad
del Bronce, y denomina la fase de la adaptación de la tecnología “fase

61
transicional”. Este proceso de adaptación es denominado por Brukner proceso de
“metalización” de las culturas eneolíticas, distinguidas tanto del Neolítico como
de la Edad de Bronce (Brukner, Jovanovic, Tasic 1974: 113-114). El volumen III
de la obra de referencia Prehistoria de los países yugoslavos” (Tasic, Dimitrijevic
y Jovanovic, 1979), está dedicado al periodo Eneolítico. Los inicios de la
explotación de las minas y de la tecnología metalúrgica están representados en
este volumen, mientras que el contexto al que pertenecen estos fenómenos, siendo
todavía neolítico, está tratado en el volumen II, correspondiente al periodo
Neolítico.

La tiniebla cronológica, o más bien terminológica en este caso, ya no es


tan opaca como lo era en las décadas anteriores, pero aún no se ha levantado del
todo. Desde el marco teórico histórico-cultural, dominante todavía en la
arqueología Yugoslava (con pocas excepciones de reciente aparición), la
interpretación de esta parte de la prehistoria ha alcanzado su límite explicativo y
analítico. La transformación de las culturas Neolíticas hacia formas reconocidas
como Eneolíticas o de la Edad del Bronce en los Balcanes Centrales está
observada a partir de criterios tipológicos, estilísticos y tecnológicos y con el fin
de responder a las preguntas ¿Qué es este objeto? y ¿Cuál es su antigüedad?

Aunque todos los investigadores del período, sin excepciones, sostienen


que la adaptación de la tecnología metalúrgica tuvo mucha influencia en los
acontecimientos sociales provocando cambios, el foco de la observación sólo
ilumina sus aspectos tecnológicos y estilísticos, en función de la matriz
cronológica. Sin embargo, la seriación de unidades tipológicas, sobre todo de la
cerámica y sus características estilísticas y formales, en el fondo no deja de
dibujar las líneas principales e intangibles de la imagen de la prehistoria de los
Balcanes Centrales. Los marcadores del paso del tiempo y las unidades esenciales
de la interpretación del artefacto siguen siendo las culturas arqueológicas,
identificadas a su vez a partir de las características físicas de los mismos
artefactos.

62
La naturaleza del proceso y el resultado cognitivo de estas investigaciones
implica un modelo específico de publicación y selección de los datos “propios”,
que se creen más justificativos para la interpretación propuesta.

“Las futuras investigaciones aportarán nuevos datos


para nuestro conocimiento sobre ... “

Todo nuestro conocimiento arqueológico actual se lo debemos a la


arqueología tradicional. Sus aportaciones dentro del enfoque histórico-cultural
han sido fundamentales. No obstante, son pocas las publicaciones de excavaciones
arqueológicas que por su estructura de datos pueden aplicarse a los métodos de
una arqueología que tiene otras cuestiones a proponer. Y son igualmente pocas las
que no contienen la frase clave parafraseada en el título. “Las futuras
investigaciones”, entendidas exclusivamente como excavaciones arqueológicas,
están aportando nuevos datos a los investigadores individuales, quienes a su vez
aportan nuevas combinaciones tipo-cronológicas a un conocimiento arqueológico
en forma de DNI (Documento Nacional de Identidad), y así desde hace siglo y
medio. El conocimiento arqueológico construido de esta manera es bidimensional,
fragmentado y se podría comparar con una caja de diapositivas que se ha
estrellado en un escritorio lleno de papeles. Más cajas de diapositivas no nos
harán más sabios.
Lo que sabemos sobre este período de la prehistoria de los Balcanes
Centrales podría resumirse en unas cuantas tablas de cronología cultural y tantas
más tablas tipológicas de los artefactos característicos de cada período / cultura.
Dentro de este marco del conocimiento tenemos que buscar las diapositivas
alrededor de las cuales podemos construir los marcos de referencia dinámicos,
que serían los operadores principales para la solución de los problemas
arqueológicos. Más adelante intentaremos dibujar el plano de la planta baja sobre
la cual se podría construir la tercera dimensión.

63
Inicio de la metalurgia del cobre en los Balcanes
centrales: condiciones y consecuencias

Condiciones previas para la metalurgia inicial en los Balcanes Centrales

A. Condiciones naturales

¿Cómo ha ocurrido que el hombre prehistórico, moviéndose entre toda la


riqueza del paisaje natural de los Balcanes Centrales, entre casi 70 elementos
metálicos naturales, ha distinguido precisamente el cobre? ¿Casualidad? Todo
indica que no. La recolección deliberada de las rocas semipreciosas tiene una
historia muy larga, igual que su adaptación a las formas deseadas. Un ejemplo
claro es el del ocre33, que fue conocido en el continente Europeo desde el final de
la época Musteriense (Leroi-Gourhan 1988: 766).
El atractivo color natural del cobre nativo, igual que el de los óxidos,
destaca en el entorno natural. Las masas del mineral difieren de las rocas que lo
rodean también por la diferente densidad de la materia. Estas manifestaciones en
la superficie, a partir de las cuales el hombre curioso, emprendedor e inteligente,
ha empezado su descenso a los pozos mineros, son el resultado de un proceso que
se inició en las profundidades donde él mismo nunca llegará.
Las vetas primarias de la mina son depósitos epigenéticos, formados en las
fisuras de la roca madre, a partir del proceso hidrotermal causado por las
actividades tectónicas y eruptivas. La solución hidrotermal de sales minerales está
bajo una alta presión y temperatura (100 – 500ºC). Cuando la presión y la
temperatura bajan, de la solución se separan silicatos o carbonatos como la
cuarcita o la calcita, seguidos por sales metálicas. Las deposiciones secundarias
de la mina son consecuencia de la erosión (Craddock 1995: 23). En la superficie,

33
Término general para varios minerales de hierro (Mohen 1992: 42).

64
donde el cuerpo principal de la mina llega al contacto con elementos atmosféricos,
comienza el proceso de oxidación de los minerales sulfurosos y la formación de
óxidos, hidróxidos e hidroxicarbonatos, como por ejemplo malaquita y azurita.
Por la reducción de las sales del cobre en estos estratos superficiales, se forma el
cobre nativo (Craddock 1995: 28).

Fig. 8. - Minerales y óxidos de Cobre

Las tres zonas metalo-genéticas principales en los Balcanes Centrales (Mapa


3), son:

la zona Cárpato-Balcánica situada en la zona tectónica del Timok del


macizo de Rodope (1);
la zona de “la provincia Serbo-Macedonia” en el macizo Sarso-Pindski
y en la montaña Rudnik en el centro de los Balcanes Centrales (2);
La zona del macizo Dinárico en el oeste de los Balcanes Centrales (3).
(Krajnovic y Jankovic 1995: 21-27).

Todavía, aunque en gran medida agotadas después de milenios de


explotación, se pueden encontrar en dichas regiones manifestaciones de cobre
nativo, al igual que la pieza hallada en la localidad de Planinica (43º50’ N –22º07’
E) que pesaba 150 kg (Krajnovic y Jankovic 1995: 21).

65
Si a esta abundante disposición de cobre en los Balcanes Centrales, y a sus
características físicas, añadimos la pobre vegetación que cubre las zonas de los
mismos florecimientos de la mina, podemos concluir que el encuentro de los
humanos con el cobre en la prehistoria no podía ser casual. Fue un resultado
lógico de su relación con el entorno natural, de la explotación de la cuarcita que
en algunas ocasiones acompañaba a los óxidos del cobre, y de la prospección de
canteras nuevas. Los análisis de la malaquita, de la azurita y del cobre nativo de la
zona, comparados con la composición de los artefactos de la metalurgia inicial,
revelan una fuerte correlación (Krajnovic y Jankovic 1995: 26) y confirman que la
gente que habitaba los Balcanes Centrales a principios del quinto milenio ya
conocía y utilizaba estos recursos locales.

Mapa 3. - Las tres zonas metalo-genéticas principales en los


Balcanes Centrales.

B. Conocimientos tecnológicos

Las técnicas de explotación de las materias primas, particularmente de las


piedras, se han desarrollado permanentemente durante los 10 últimos milenios.

66
Son múltiples las pruebas que confirman que el hombre prehistórico, no sólo sabía
cuales eran y para qué le podían servir los materiales de su entorno inmediato,
sino que también era consciente de que estos no estaban distribuidos igualmente
por todo el mundo. El hombre sabía apreciar el valor de los materiales raros que
llegaban desde otras partes del mundo, algunas veces muy lejanas. Igual como
sabía por donde se movían los animales que cazaba, donde comían y donde iban a
beber el agua, sabía donde podía encontrar un tipo particular de piedra. La
necesidad de unos materiales sobrepasaba las cantidades que era posible recoger
simplemente de la superficie en un rincón del paisaje, así que la técnica de
extracción de las piedras se dominó muy temprano.
En el espacio de los Balcanes Centrales, hasta hace poco tiempo, no había
pruebas de una extracción organizada de piedra, aunque el material arqueológico
indicaba que para la mayor parte de su producción fue utilizada la materia prima
local. La mina del ópalo en Krivo Polje cerca de Kragujevac (44º06’N 20º32’E),
ha confirmado la hipótesis de la técnica minera local, desarrollada en el periodo
del Neolítico Antiguo (Jovanovic 1995: 29). En la mina de Krivo Polje, a parte del
ópalo, fueron explotados la calcita, el ágata y el jaspe. Se excavaron fosas
ovaladas poco profundas en el lugar donde las vetas de la mina surgían en la
superficie. Sin embargo, no se formaron canales continuos, y los pozos fueron
abandonados cuando la vena de la mina se sumerge en la profundidad. Las
cantidades de fragmentos de calcita y de ópalo halladas en la misma localidad,
representan el desecho del tratamiento previo de los soportes para la elaboración
posterior de las formas deseadas. Por tanto, está confirmado que el conocimiento
de las técnicas mineras que eran necesarias para la explotación del cobre, tuvo un
desarrollo local “desde la primera aparición de la agricultura y de los
asentamientos sedentarios” (Jovanovic 1995: 31).
Otro conocimiento que condicionaba el desarrollo de la extracción y el
tratamiento del cobre era el conocimiento pirotécnico. En los Balcanes Centrales
se maneja este arte desde fechas muy tempranas, como en el caso de Lepenski Vir
(VII milenio a.C.). El suelo de las casas trapezoides de este asentamiento en la
orilla derecha del Danubio en la zona de Puerta de Hierro, fue cubierto con una

67
capa de mortero de cal (Srejovic 1960). Para preparar este material, fue necesario
exponer la caliza al fuego y “apagarla” con agua. La cal viva se mezcla con la
arena y se vierte en la superficie deseada. Al enfriarse, este material se vuelve
extraordinariamente duro. Este ejemplo es interesante sobre todo porque presenta
la característica de la transformación del material, el cambio de su estado y de su
forma mediante el fuego, a diferencia del proceso pirotécnico de la producción
cerámica, donde el fuego sólo endurece el material ya formado.

Recuadro nº 1

1. Las condiciones naturales y tecnológicas para la introducción de la


tecnología metalúrgica están descritas en este capítulo a partir de fuentes
dispersas e incomunicadas, a su vez igualmente descriptivas y
generalizadoras. Estas fuentes carecen de los datos que permitirían valorar
la información, de modo que aquí se trata de una mera reinterpretación de
las interpretaciones.

2. En cuanto a los datos de las condiciones naturales, tenemos información


sobre la existencia de las minas, el tipo de minerales (nomenclatura) y su
ubicación geográfica general. Esta información no puede servir de marco
de referencia, puesto que faltan todos los datos sobre el contexto
geográfico, composición y calidad de las minas en cada lugar, distancias,
alturas, accesibilidad etc. Estos datos no están accesibles y en la forma en
que existen no son operativos para la construcción del conocimiento.

3. Los datos sobre las condiciones tecnológicas están presentados de una


forma indirecta y fragmentada, subjetivamente seleccionada y dirigida a
la corroboración de una hipótesis en particular, o son sumamente
generalizados en función de una interpretación histórica. Para obtener
una información objetiva y completa, sujeta a los datos cuantificados y
contextuales, hay que emprender la búsqueda de los informes parciales.

68
4. La información publicada (por ejemplo) en el año 1995 (Jovanovic 1995)
es nueva para toda la sociedad científica (o para aquellos quienes tuvieron
la ocasión de tener en las manos uno de los mil ejemplares de las Actas),
pero en realidad era conocida por un público reducido de la pequeña
revista del museo local en el idioma local en el año 1990, como mínimo 5
años después del hallazgo. Todos los que investigaban sobre este tema
mientras tanto, no tuvieron constancia de esta información, así que sus
interpretaciones publicadas, que por su parte pueden llevar una fecha
posterior del año 1995, estarán basadas en un conocimiento incompleto.

Primera minería de cobre

A. Tecnología de extracción

En los inicios de la explotación del cobre, la minería ya no era por sí misma


una novedad. Este conocimiento tecnológico formaba parte de la experiencia
milenaria de aquellos que se encargaban de suministrar materias primas para la
producción de herramientas, armas o adornos. En el caso de la explotación del
cobre, se trataba más bien de una adaptación de técnicas conocidas, de la
búsqueda de soluciones prácticas que el minero prehistórico encontraba ante las
características especificas de la estructura de los depósitos minerales.
Los datos sobre la tecnología de extracción de minerales del cobre en la fase
inicial en los Balcanes Centrales, provienen principalmente del yacimiento Rudna
Glava, situado en la zona eruptiva de Timok (Mapa 3 – 1). Su descubrimiento se
debe a los trabajos modernos de la minería del hierro, que han ocasionado la
destrucción de una buena parte de los pozos prehistóricos. A pesar de estas
circunstancias, las excavaciones arqueológicas, que duraron más de 10 años
(1968-1981), revelaron datos relevantes sobre la tecnología minera prehistórica y
su antigüedad. Estos constituyeron la información fundamental para el esbozo de
la hipótesis sobre el desarrollo autóctono e independiente de la metalurgia del
cobre en los Balcanes Centrales (Jovanovic 1982).

69
En la época de la explotación de la mina de Rudna Glava ya se habían
desarrollado los conocimientos mineralógicos. Los mineros sabían exactamente
qué era lo que buscaban, y sabían distinguir la localidad idónea para su uso.
Además, parece que tenían unos criterios de rentabilidad y de productividad
establecidos ya en esta fase temprana. Esta hipótesis descansa en el encuentro de
las vetas intactas que contenía la mina con bajo porcentaje de cobre, en la
proximidad inmediata de otras vetas agotadas hasta el fondo (Jovanovic 1982:
62).
Para preparar la veta de mineral
para su uso, los mineros abrían una
plataforma de acceso en el terreno
fuertemente inclinado, limpiando la
capa superficial de la tierra y las
piedras (Fig. 9). Las plataformas
variaban de tamaño y forma, puesto
Fig. 9. – Rudna Glava,
que se adaptaban a la morfología de la plataforma de acceso
roca que rodea a la veta del mineral. Al
levantar la capa de la mina derramada a la superficie, que no se caracterizaba por
su alta consistencia, la excavación continuaba en pozos profundos, estrechos, con
el material duro y denso. El ancho de las vetas no permitía la actividad de dos
personas a la vez. La extracción se realizaba a través del efecto térmico,
salpicando el fuego vivo con agua fresca que se suministraba en jarras cerámicas
(Fig. 10). El cambio brusco de temperatura hacía que las rocas se quebraran. Los
picos de asta de ciervo u otras herramientas de madera servían para liberar las
rocas quebradas de su entorno duro. El minero trabajaba pisando la superficie que
excavaba, rompiendo el material utilizando el mazo sostenido a un lazo,
balanceándolo como un péndulo cuando tenia que romper las paredes del pozo, o
moviéndolo verticalmente cuando rompía la mina en el fondo.
En el fondo del pozo la mina fue desmenuzada y así transportada a la
superficie. Los desechos del pozo activo eran vertidos en el pozo anteriormente
agotado y abandonado. El transporte desde la mina del material recogido hacia la

70
superficie es la parte del proceso menos
documentada. Se supone que para ello los
excavadores empleaban sacos de cuero o
cestos, y que se precisaba la contribución de
más que una persona para este trabajo
(Jovanovic 1982:64).
Una parte de las herramientas y del
equipamiento utilizado en el proceso de
extracción del mineral fueron fabricados en el
mismo yacimiento minero. En el lecho del río
Saska, cerca de Rudna Glava se recogieron
guijarros de garbos, un tipo de roca eruptiva
utilizada para la fabricación de percutores y
cuñas (Fig. 12), y preparados para su uso en
las plataformas de acceso. Este tipo de mazos
de piedra fue la herramienta básica y de
utilización masiva en la minería prehistórica
en toda Europa y todo el mundo (Jovanovic
1982: 77; Craddock 1995: 37-46). La poca
cantidad de picos de asta de ciervo
encontrados en la mina sugiere que para la
excavación fueron empleadas con más
frecuencia herramientas elaboradas en madera,
que se podía recoger en los alrededores
inmediatos. En Rudna Glava también se Fig. 10. – Rudna Glava, los
recipientes cerámicos de los
fabricaron sacos de cuero, según el hallazgo pozos mineros.
de una aguja curvada hecha de hueso
(Jovanovic 1999: 188).
El hallazgo de un depósito de 30 kg en la mina de malaquita y azurita en el
fondo de un pozo en Rudna Glava, ha servido para el experimento de fundición
del mineral. Este experimento realizado por R.Tylecote de la Universidad de

71
Fig. 11. – Reconstrucción de los mazos mineros (Según Creddock 1995: 42, fig. 2.12)

Newcastle se ha producido en un horno reconstruido según el procedimiento


conocido en la mina de cobre calcolítica Timnia en Sinaí. Como resultado de este
experimento, a partir de la reducción de 30 kg de la mina se lograron 100 gr de
cobre, que representa una cantidad bastante baja. Según esta clave para los
cálculos, de los 40 pozos explorados se obtuvieron cerca de 132 kg de cobre. Si
tenemos en cuenta que por lo menos 40 pozos fueron destruidos por las
actividades mineras modernas, esta estimación subiría a 260 kg de metal puro.
Esta cantidad (según una estimación mínima) de cobre obtenido en Rudna Glava
fue suficiente para la fabricación de más de 500 herramientas de gran tamaño
(Jovanovic 1999: 186).
Los mencionados 40 pozos explorados y tantos otros destruidos en el
yacimiento Rudna Glava no fueron los únicos en esta zona minera. Según
prospecciones, en el territorio más amplio de Majdanpek se hallan muchos más
rastros de las obras de la minería prehistórica. En otras regiones de los Balcanes
Centrales, como en la zona de la “provincia Serbo-Macedonia” y en la zona del
macizo Dinárico, también fueron registrados yacimientos de la minería de cobre
(Mali Sturac y Jarmovac respectivamente, Mapa 4) que, según las informaciones
preliminares, podrían determinarse como contemporáneos o inmediatamente
posteriores a las minas de Rudna Glava. Sin embargo, todavía no disponemos de
informaciones detalladas sobre las minas en Mali Sturac y Jarmovac, ni tampoco

72
sobre las prospecciones de estas y otras zonas de ricos afloramientos de mineral
de cobre.

Fig. 12. – Rudna Glava, mazos y cuñas

B. Cronología de la primera minería de cobre en los Balcanes Centrales

La cronología de la primera minería de cobre en los Balcanes Centrales,


como hemos mencionado anteriormente en este trabajo, está establecida a partir
de los hallazgos de Rudna Glava. Para los investigadores de este fenómeno,
destacan dos aspectos en la determinación cronológica:
La vinculación de la primera metalurgia con los cambios tipológicos
registrados en la cultura de Vinča, la manifestación más potente del
Neolítico Reciente de los Balcanes Centrales.
La fecha absoluta, que refutaba la hipótesis hasta entonces vigente,
según la cual las manifestaciones del Eneolítico y de la Edad de

73
Bronce fueron una consecuencia de la difusión, o más bien de la
importación de la “cultura” del Próximo Oriente y del Egeo.
La primera indicación para la atribución de las obras mineras en Rudna
Glava al período del Neolítico reciente, fueron las piezas cerámicas halladas en las
plataformas de acceso y en el relleno de los pozos mineros. Tipológicamente,
estos objetos se pueden asignar a la cultura de Vinča, o más concretamente en la
fase Gradac de esta cultura, que M. Garasanin (1984: 61) ubica entre las fases
Vinča Tordos II y Vinča Pločnik I (Jovanovic 1990: 60). La fase Gradac marca
claramente el viraje tipológico que separa a la cultura de Vinča antigua de su
variedad reciente. Por la ubicación del centro de la manifestación más explícita de
la fase Gradac en la cuenca de Morava del sur, y su escasa influencia hacia el
norte, en el área “clásica” de la cultura de Vinča, Jovanovic introduce en su
esquema nuevos criterios de división del territorio cultural. El nuevo esquema
establece la provincia metalúrgica en el sur, representada por la fase Gradac, y la
provincia agrícola en el norte, representada por la fase Vinča Pločnik (Jovanovic
1990: 58). Las fechas de la primera minería de cobre en los Balcanes Centrales,
por lo tanto, fueron establecidas indirectamente “según los términos
correspondientes para la fase Gradac” (Jovanovic 1990: 58). Una fecha C14
obtenida del yacimiento Rudna Glava es 4.270±105, que después de la
calibración, ubica el principio de la minería de cobre en los Balcanes Centrales en
el principio del quinto milenio a.C. (Jovanovic 1990: 58).

Recuadro nº 2

1. El conocimiento sobre la primera minería de cobre en los Balcanes


Centrales, como hemos subrayado en el principio de este capítulo, está
estrechamente vinculado a un yacimiento arqueológico: Rudana Glava. La
abundante bibliografía se centra en las descripciones, en función de la
confirmación de dos características principales de la primera minería:
autóctona y mayor antigüedad.

74
2. La descripción del proceso tecnológico es bastante consecuente, aunque
en algunos detalles varía con respecto de las pruebas materiales (por
ejemplo, la existencia de la aguja para la fabricación de los sacos de cuero
in situ, está por primera vez mencionada más de 25 años después de que
se acabaron las excavaciones en Rudna Glava), y en los detalles que cada
autor creía importante destacar.

3. Las variaciones en la descripción cronológica se corresponden con la


confusión general que causa la estructura de la interpretación histórico-
cultural y la dinámica de publicación. Estas variaciones se pueden
observar entre autores diferentes y entre artículos de un mismo autor,
causando una confusión mayor, y poniéndonos en la situación de que
debamos esbozar nuestras hipótesis sobre unos conocimientos caducados.

4. La fecha C14 que se menciona (Jovanovic 1990: 58), a parte de que no


está calibrada, no tiene ninguna otra referencia (material, contexto,
laboratorio) de las que normalmente acompañan estos datos, ni tampoco
referencia de algún otro artículo donde la fecha C14 obtenida de Rudna
Glava tuviera mejor trato (aunque no es definitivamente seguro que no
exista, he consultado la mayoría de textos sobre el tema).

Producción metalúrgica

La noción de actividades metalúrgicas en los periodos tempranos de la


prehistoria de los Balcanes Centrales ya existía antes del afortunado
descubrimiento de la mina de cobre en Rudna Glava. Sin embargo, la presencia de
algunos objetos metálicos o de las fosas-depósitos de varias piezas de
herramientas de cobre que indicaban tal actividad en los asentamientos de la
prehistoria antigua, era interpretada a la luz de la vigente divisa de Ex Oriente
Lux. Esta teoría, acompañada por la inadecuada metodología de excavación, es la
causa por la cual no se ha dedicado la correspondiente atención a las posibles
instalaciones metalúrgicas y porqué no se han registrado restos de escoria o ganga

75
que pudieran indicar las actividades de la primera metalurgia. Podemos suponer,
según el estilo de publicación de varios yacimientos del Neolítico Reciente
excavados hasta los años 60-70 del siglo XX, que los datos que podrían completar
la imagen de la metalurgia prehistórica están perdidos para siempre, o en el mejor
caso están enterrados en las profundidades de la documentación y en cajas de
material arqueológico en el almacén de algún museo.

Mapa 4. - Distribución de los yacimientos de los milenios


V y IV a.C.:
1 - Rudna Glava 2 – Vinca 3 – Banjica 4 - Suplja Stena 5 – Jacobo 6 – Gomolava 7 - Gornja
Tuzla 8 - Sabac – Jela 9 – Beletinci 10 – Cucuge 11 – Stubline 12 – Jablanica 13 - Mali Drum 14 –
Lipovac 15 – Visesava 16 – Stapari 17 – Radojinja 18 – Lug 19 – Grivac 20 – Divostin 21 – Selevac
22 – Belovode 23 – Medvednjak 24 – Supska 25 – Vitosevac 26 - Crnokalacka Bara 27 - Beran –
Krs 28 – Valac 29 – Fafos 30 – Plocnik 31 – Restan 32 – Predionica 33 – Pavlovac 34 - Mala
Grabovnica 35 – Gradac 36 – Malca 37 – Katun 38 – Slatina 39 – Blagotin 40 – Jarmovac 41 - Mali
Sturac 42 - Zemun – Prigrevica 43 – Baranda 44 - Lepenski Vir 45 - Cetace – Vrganj 46 - Krivelj
(Bor) 47 - Cueva Zlotska 48 - Humska Cuka 49 – Bubanj 50 – Lipljan 51 – Hisar 52 – Bodnjik 53
– Beligovo 54 - Banjska stena.

A los “hallazgos aislados” de los objetos metálicos, probablemente


fabricados de cobre nativo, cronológicamente precedentes al período de la
explotación de Rudna Glava, no se ha dado ninguna importancia en la literatura
arqueológica (Jovanovic 1979: 33). Así, no conocemos sus contextos, y resulta
muy difícil encontrar alguna información, detallada o sumaria, sobre estos objetos

76
y consecuentemente faltan los datos sobre la producción pre-metalúrgica en los
Balcanes Centrales. La mención de las piezas de malaquita en los contextos del
Neolítico Antiguo en Lepenski Vir IIIa, Zmajevac y Divostin I (Glumac y
Tringham 1990: 558 [citado en: Sljivar y Jacanovic 1997: 190]) no son más que
una constatación del fenómeno. Las investigaciones arqueológicas que siguieron
en las últimas décadas del siglo XX, eran orientadas a la detección de las intensas
actividades metalúrgicas que anunciaban los hallazgos de minería datada en el
principio del quinto milenio, esto es, en la época del Neolítico Reciente. Sin
embargo, el número de objetos de cobre atribuibles a estas fechas tempranas no ha
aumentado considerablemente. Groso modo, se trata de pequeñas cantidades de
piezas de joyería menuda, sobre todo de colgantes y cuentas (Vinča, Divostin,
Grivac, Velika Gradina Uzice, Stapari, Selevac, Gomolava, Gornja Tuzla,
Belovode) y de alguna pulsera (Gomolava, Pločnik, Stapari, Divostin). Pequeños
instrumentos, como agujas, leznas y anzuelos, fueron descubiertos en el
asentamiento Gornja Tuzla, y el único hallazgo de herramientas pesadas proviene
de 4 depósitos en el yacimiento Pločnik (Jovanovic 1979 y 1982; Glumac 1983 y
1988; Bogdanovic 1990; Jacanovic y Sljivar 1997).
El asentamiento Belovode, ubicado en la proximidad de Rudna Glava, entre
los ríos Mlava y Morava, presenta una ocupación que duró desde las primeras
fases de la cultura de Vinča, hasta el final de la fase Gradac de la misma cultura.
Gran cantidad de malaquita fue descubierta en todos los estratos de este
asentamiento, pero sin pruebas de una actividad metalúrgica. Los investigadores
adscriben los minerales de las fases antiguas del asentamiento a una actividad pre-
metalúrgica, mientras el nivel de fase Gradac, que corresponde a la época de los
trabajos mineros en Rudna Glava, está definida como fase metalúrgica (Jacanovic
y Sljivar 1997: 192). Sin embargo, esta definición se deriva a partir de los
hallazgos superficiales, en la periferia del yacimiento, de unas hachas de cobre
que no provienen de la excavación, es decir, a partir de pruebas indirectas e
inseguras.
Si por proceso metalúrgico entendemos exclusivamente la metalurgia
extractiva (Mohen 1992: 73), podríamos excluir de la consideración una gran

77
parte de la serie de colgantes y cuentas, porque éstas fueron elaboradas a partir de
piezas de malaquita por tratamiento físico (Glumac 1988: 458; Jacanovic y Sljivar
1997). En varios asentamientos se ha descubierto gran cantidad de malaquita
(Stapari, Grivac, Divostin, Selevac, Medvednjak, Belovode). Estos minerales no
eran utilizados exclusivamente para la producción de pigmentos, cuentas y
colgantes, sino que existen pruebas contundentes, según los análisis de
laboratorio, de su tratamiento térmico para la extracción de cobre puro (Glumac
1988: 457). Como resultado seguro de un proceso metalúrgico tenemos las piezas
de herramientas macizas y una pulsera en 4 fosas de depósito en el asentamiento
Pločnik. De las 35 piezas del depósito, 24 eran cinceles y 10 hachas (Fig. 13), y
según los estudios estratigráficos del yacimiento, se atribuyen a la fase Gradac de
la cultura de Vinča (Sljivar 1996). Las excavaciones del asentamiento prehistórico
en Pločnik siguen dando nuevos datos y descubriendo nuevas situaciones, pero
todavía no hay indicación alguna sobre las instalaciones metalúrgicas (Sljivar y
Kuzmanovic-Cvetkovic 1997 y 1998).

Fig. 13. – Plocnik: hachas y cinceles

78
La reconstrucción experimental del proceso metalúrgico que se podía llevar
a cabo utilizando los carbonatos de cobre procedentes de Rudna Glava (Tylecot
1982), todavía no ha tenido una confirmación en el material arqueológico. Sin
embargo, según los escasos datos sobre la producción metalúrgica de los
asentamientos de los Balcanes Centrales, Jovanovic propuso una división
cronológica más. Esta vez se trata de la división interna de la fase Gradac de la
cultura de Vinča en tres fases consecutivas que corresponden a las fases de
desarrollo de la metalurgia de cobre (1994: 11):
La fase Gradac I corresponde a la fase inicial de la minería y la
metalurgia elemental (Rudna Glava, Selevac V-VIII, Supska nivel 5,
Crnokalacka Bara, Predionica);
La fase Gradac II corresponde al periodo del crecimiento del
procesamiento de la malaquita dirigiendo gradualmente la metalurgia
de cobre hacia la producción de herramientas macizas y armas
(Divostin Iib, Supska niveles 3-4, Predionica, Valač);
La fase Gradac III sería representada por la producción masiva de
artefactos macizos de cobre (Pločnik, Predionica).
Como podemos ver a partir de los nombres de los yacimientos vinculados a
ciertas fases de Gradac34, en su fase III los fenómenos descritos por B.Jovanovic
se están limitando a las regiones del sur de la zona de los Balcanes Centrales y
reduciendo en su número, dejando espacio a una nueva manifestación cultural,
que en la literatura arqueológica consta como la del Eneolítico Temprano de la
zona. Se trata de la cultura Bubanj-Hum, que en el sentido “más extenso”,
pertenece al complejo cultural Bubanj-Salcuta-Krivodol (Tasic 1979b; 1995). Sin
embargo, la producción de los artefactos de cobre sigue su desarrollo en el sentido
delineado por las fases de Gradac. Los hallazgos apuntan a la conclusión que el
área alrededor de la cuna balcánica de la minería de cobre en este periodo también
tiene primacía en la producción metalúrgica en los Balcanes Centrales. A

34
Ciertamente, considerada así, con su propia dinámica territorial, y dividida en
sus propios fases, la “fase Gradac” como la denominaba Garasanin, deja de ser
sólo una fase y se convierte en un “grupo” o en una “cultura”, aunque hasta la
fecha nadie ha planteado este tema.

79
diferencia del período anterior, ahora los asentamientos abandonan los valles y
suben a las montañas, a posiciones bien protegidas (Tasic 1979: 98).

Fig. 14. - Pequeñas herramientas de los yacimientos adscritos a


la fase Bubanj-Hum

En el asentamiento de la cueva de Zlot, en las montañas de Homolje, cerca


de Rudna Glava, se sitúa uno de los centros de producción metalúrgica. Allí se
hallaron 50 artefactos de cobre, junto con piezas de cobre amorfos y de escoria de
la reducción de la mina. La mayor parte del conjunto son leznas y agujas, a parte
de un pequeño cincel, una lamina de puñal y una hacha. En el asentamiento
Grabar Svacar también se registran restos de escoria, agujas de sección cuadrada y
una hacha-piolet. A estos centros de producción se adscriben los artefactos de
cobre, sobre todo hachas, halladas casualmente en la superficie alrededor de
Negotin, Bor, Zajecar etc. (Tasic 1979: 107). Un hacha-cincel maciza, también un
hallazgo superficial en la zona del asentamiento estratificado Blagotin - cuyo
estrato Eneolítico yace en un máximo de 50 cm de profundidad de la superficie
actual (Nikolic y Kapuran 2001: 164; Stankovic y Redzic 1996) -, es
particularmente interesante porque el tratamiento de su superficie indica
claramente que fue moldeada en un molde univalvo (Bogdanovic 2001: 179, cat.
nº 8). De la zona occidental de los Balcanes centrales (Donji Milanovac,

80
Nemenikuce) y de un número de yacimientos desconocidos, proviene una serie de
hallazgos casuales de herramientas macizas de cobre, sobre todo de hachas-piolets
y cinceles, guardada en el Museo Nacional de Belgrado (Vukmanovic y Radojcic
1995: 73-80, cat. nº 121-139). Todos estos objetos metálicos, aunque se trata de
una gran cantidad de artefactos no estratificados, sugieren una actividad notable
de los talleres metalúrgicos de la zona este y central de los Balcanes Centrales.
Sin embargo, tampoco tenemos pruebas firmes sobre cómo era organizado el
oficio metalúrgico, ni tampoco cómo era el proceso de la producción, porque en el
registro arqueológico faltan las instalaciones metalúrgicas.
En el sur de la zona adscrita a la cultura Bubanj-Hum, se nota la ausencia de
escorias y otros restos de la reducción de minerales metálicos, y una disminución
de la cantidad de artefactos de cobre. En el mismo yacimiento epónimo Bubanj,
fueron encontrados una lesna y varios fragmentos de agujas, mientras del
asentamiento Hisar provienen una lesna con mango de hueso y varias piezas de
cobre amorfo (ACIC 1979: 107. Estos datos pueden ser consecuencia de la
desigualdad en la cobertura territorial de las investigaciones, pero también podrían
corroborar la hipótesis sobre la existencia de un centro metalúrgico en la zona
central y occidental de los Balcanes Centrales, que suministrara los objetos
metálicos a las “periferias” o, mejor dicho, a los asentamientos cuya función en el
sistema social era otra.35
Una consecuencia más de la desigual cobertura territorial de las
investigaciones arqueológicas, es la poca información que existe sobre los
fenómenos contemporáneos a los anteriormente descritos, en el oeste de los
Balcanes Centrales. Todavía no se conocen los productos de cobre de la zona
occidental de los Balcanes Centrales, aunque existen indicaciones firmes que en
sus asentamientos de las colinas también se desarrolló la actividad metalúrgica.
Un ejemplo que podría servir de apoyo para esta hipótesis es el asentamiento
eneolítico en la colina Bodnjik, donde han sido hallados trozos de cobre amorfo y
un molde lítico no acabado diseñado para una hacha pequeña (Fig. 15), dentro de

35
Según Tasic (1979: 109-110) el nordeste sería zona metalúrgica, mientras que
el sur de los Balcanes Centrales sería una zona dedicada a la agricultura.

81
un edificio estipulado como taller (Palavestra, Bogdanovic y Starovic 1993, 1995,
1996).

Fig. 15. – Bodnjik: a) molde lítico; b) reconstrucción ideal del


artefacto moldeado; c) un trozo de cobre amorfo.

Recuadro nº 3

1. La documentación y la publicación de los datos arqueológicos sobre la


producción metalúrgica en los Balcanes Centrales, sufre de todos los
inconvenientes posibles de la metodología habitual en la arqueología
yugoslava: el problema arqueológico consiste en cómo dividir y
subdividir las divisiones de culturas y subculturas y sus variantes
regionales. El resultado es un conocimiento sumamente vago, apoyado
más en la autoridad de los autores que en una argumentación a través de
contextos sólidamente presentados.

2. Los informes habituales de las excavaciones no se pueden considerar


como conocimiento, puesto que son parciales, sin documentación
elaborada, con la presentación exclusiva de los datos que el autor cree
interesantes y con mucha repetición de afirmaciones simplemente
recogidas de otros autores, o de los artículos propios anteriores. Las

82
hipótesis están esbozadas frecuentemente en forma de afirmaciones
abstractas, sin ninguna justificación material, tipo: “Son numerosos los
hallazgos de herramientas de cobre diversas...” (Sljivar y Jacanovic 1997:
193), añadiendo en nota a pie una referencia a otro artículo que tendrá a
su vez una afirmación parecida.

3. Otro problema lo presenta la dinámica de publicación de los datos de las


excavaciones, que a veces tarda unas décadas, según la duración de la
investigación en el campo y en el laboratorio, donde nos encontramos una
y otra vez con el problema de la producción del conocimiento caducado
(ver: recuadro 2, punto 3).

4. Hay otros ejemplos negativos respecto a la distribución de las


publicaciones: fue larga e impaciente la espera de la publicación sobre las
grandes excavaciones en Selevac, y todos los interesados en el tema
tenían muchas expectativas. Finalmente, el año 1990 (después de 10 años,
aproximadamente) fue publicado un volumen grande, podríamos decir
impresionante, en Los Angeles, USA. 4 (¡CUATRO!) ejemplares de este
“monumento” llegaron a Yugoslavia, como regalos a B.Jovanovic y 3
personas más. La biblioteca del Departamento de Arqueología en
Belgrado, por ejemplo, no dispone de este libro. De este modo, muchos
arqueólogos sólo podrán utilizar el conocimiento allí encuadernado de
forma indirecta y fragmentada, igual como hice yo aquí.

Consecuencias del inicio de la metalurgia de cobre en los Balcanes Centrales

El análisis de las condiciones previas para la introducción de la metalurgia


del cobre demuestra que el propio paso a la extracción y transformación
pirotécnica de los minerales metálicos estaba bien preparado, y que en cierto
sentido, la metalurgia era menos una innovación tecnológica que sociocultural
(Mohen 1992: 74). La constatación que “solo la introducción de la agricultura y la

83
fundación de los asentamientos permanentes a lo largo del Neolítico Antiguo de
las zonas balcánico-danubienses, era un acontecimiento igual al principio del uso
de los metales por su importancia económica y social” (Jovanovic 1979: 27), es
aceptable si tenemos en cuenta la importancia tecnológica de los metales a largo
plazo. Efectivamente, sin cobre y otros metales no podríamos contar hoy en día
con las tecnologías informáticas, o no deberíamos temer las armas de destrucción
masiva y el calentamiento del Planeta.
Sin embargo, las consecuencias sociales y económicas inmediatas, las
consecuencias que debían surgir directamente de la naturaleza del uso de la nueva
tecnología y del nuevo material en el V y IV milenio a.C., aunque no se pueden
negar categóricamente, no encuentran una explicación adecuada en la
interpretación actual. Aunque se han logrado avances significativos en la
investigación de los fenómenos vinculados a la metalurgia, el conocimiento sobre
su influencia e importancia real en la vida social de las poblaciones prehistóricas
de los Balcanes Centrales todavía no está científicamente valorada. ¿Cuáles
fueron los cambios ocurridos en los milenios V y IV a.C? El hecho de que con la
introducción de metal en la base reproductiva de la economía de este periodo se
obtuvo un valor perpetuo y acumulativo (Jovanovic 1979: 39), todavía no supone
la certeza de que éste influyera en el cambio de las relaciones de producción en la
sociedad.

Hábitat y habitación

En los Balcanes Centrales la continuidad de la población de los mismos


lugares, y la elección de espacios de las mismas características para los
asentamientos nuevos, se puede seguir desde el Neolítico Antiguo. Terrazas
fluviales o vertientes suaves cerca de arroyos o fuentes, fueron posiciones
favoritas, y consideradas como las más adecuadas para una vida larga. Los
poblados de la cultura de Vinča muestran siempre una duración continua,
abarcando a veces todo el periodo de dicha cultura (por ejemplo Vinča, Supska,
Fafos, Selevac ...), o a veces varias de sus fases consecutivas (Garasanin 1979:
153). Sin embargo, a partir de la primera mitad del V milenio a.C., que

84
corresponde a la fase Gradac del desarrollo de la cultura de Vinča, y durante la
fase Vinča-Pločnik, aparece un nuevo tipo de asentamiento, posicionado en las
colinas que dominan sobre su alrededor y que muestra otras ventajas estratégicas;
son los casos de Gradac y Valač. Otra novedad que aporta este periodo son los
asentamientos de un solo nivel de población (Garasanin 1979: 154). Los poblados
conocidos de los periodos anteriores permanecen en uso paralelamente con estas
nuevas formas. Todavía son pocas las pruebas de la fortificación de los pueblos.
Sin embargo, las trincheras defensivas que fueron vinculadas a los estratos de la
cultura de Vinča Reciente en los yacimientos en Vinča, en Jakovo Kormadin y en
Gradac, así como las palizadas en el yacimiento Valač, nos permiten confirmar
esta práctica (Garasanin 1979: 154).
Las casas de los poblados de la cultura de Vinča fueron ordenadas en filas
paralelas, y a veces, como fue el caso en el poblado en Divostin, colocadas casi
tocando unas con otras (Bogdanovic 1990: 99). La planta rectangular de las casas
fue mantenida desde el principio de la cultura, aunque las cabañas semi cavadas
de planta circular fueron construidas en la fase más temprana.
Hacia las fases más recientes se nota una tendencia hacia el aumento de
tamaño de los edificios y la estructuración de los interiores de las casas. En
Divostin la superficie de los edificios alcanza 114 m2 (Bogdanovic 1990: 99). Los
edificios del periodo del V milenio a.C. fueron construidos sólidamente, con
suelos bien preparados sobre una estructura de vigas de madera, y las paredes de
palos recubiertos con arcilla. La división interna separaba espacios para varias
actividades económicas y productivas. Las fosas-almacenes y los grandes
recipientes cerámicos para almacenamiento de los alimentos se situaban dentro de
la casa, cavados en el suelo u ordenados a lo largo de las paredes. Los hornos y
hogares también ocupaban una o varias habitaciones de la casa. En algunas casas
fueron descubiertas unas filas de pesas cerámicas que pertenecían a telares
verticales. También fueron descubiertas zonas en el interior donde posiblemente
fueron desarrolladas las actividades metalúrgicas, como indican los hallazgos de
Selevac (Bailey 2000: 162).

85
Fig. 16. – Planta de la casa 14 de Divostin, fase II (16,2x6,4 m)
(en: Bailey 2000: 164, Figure 5.6)

Estos elementos constructivos y organizacionales sugieren un desarrollo de


las unidades familiares y su demarcación dentro del poblado. Las casas fueron
construidas para durar, posiblemente durante varias generaciones, hecho que se
puede suponer por las varias reparaciones en el suelo, paredes y otros objetos
construidos en el interior (Bailey 2000: 162, 174). Las instalaciones de
almacenamiento y producción en el interior de las casas indican el hogar como
unidad económica, que a su vez podría esbozar la cuestión de la propiedad, o
sobre el reparto de los recursos.
El cambio radical en los hábitos de asentamiento se nota en la fase
siguiente, que se adscribe al Eneolítico Temprano y en los Balcanes Centrales se
manifiesta por la cultura Bubanj-Hum (Tasic 1995: 29). La heterogeneidad de tipo
de lugar escogido para el asentamiento se debe principalmente a las actividades
económicas de sus pobladores (Tasic 1979: 98). A las poblaciones dedicadas a la
minería y la metalurgia se adscriben los asentamientos en cuevas, situados en las
zonas montañosas cercanas de los recursos de cobre. Un ejemplo de este tipo de
poblado es Zlotska Pecina. En la entrada de esta cueva fue construida una cabaña
de planta rectangular, mientras en el interior de la galería principal de la cueva
fueron descubiertos restos de viviendas, hornos y hogueras (Tasic 1995: 172-173).
La tendencia a la retirada a los asentamientos de las colinas dominantes,
observada en la fase del Neolítico Reciente, representa ahora la posición principal
de los poblados de las poblaciones dedicadas a la ganadería (Tasic 1979: 99). Los

86
asentamientos en Kovilovo, Krivelj, Bubanj, Humska Cuka, Gradac, Gadimlje, e
Hisar pertenecen a este tipo y frecuentemente fueron protegidos por palizadas o
trincheras. Las casas fueron más pequeñas y de menos duración que las del
periodo anterior (Tasic 1979: 100). La existencia de asentamientos pequeños en
las montañas, con rastros escasos de actividades humanas, está confirmada en
varias zonas de los Balcanes Centrales (Nikolic 1998: 107). El yacimiento de
Beligovo nos proporciona datos sobre este tipo de asentamientos. Se trata de una
casa solitaria de unos 25 m2, edificada en madera sobre un fundamento de piedra,
en el altiplano de una colina rodeada de prados, y de montañas medianas y altas.
Por el escaso inventario descubierto dentro y alrededor del edificio, los
investigadores de este yacimiento han concluido que el asentamiento fue utilizado
en la temporada de verano, cuando los pastores subían con su ganado a las
montañas (Nikolic 1998).
En la zona noroccidental de los Balcanes Centrales, donde se acaba la Gran
Llanura Panónica y empiezan a subir las montañas hacia el sur, en la región
denominada Podgorina, tenemos constancia de una situación diferente. Sabemos
que en la época del Neolítico reciente esta región fue intensivamente aprovechada
por los poblados de la cultura de Vinča, siguiendo el patrón típico para este
período (Trbuhovic y Vasiljevic 1983). Lamentablemente, todavía no se han
llevado a cabo unas excavaciones sistemáticas en Podgorina, así que la mayor
parte de la información sobre este período proviene de la recolección superficial
de material en las prospecciones arqueológicas. Las excavaciones en el altiplano
de la colina Bodnjik han revelado nuevas informaciones sobre los hábitos de
asentamiento en el Eneolítico temprano de la zona (Palavestra, Bogdanovic,
Starovic 1993 y 1995). La colina sube abruptamente de la orilla derecha del río
Ub, está bien protegida por tres lados y domina sobre el terreno: una posición
típica para los asentamientos del Eneolítico temprano. Sin embargo, en lugar de
casas de pequeñas dimensiones y poca duración, se ha descubierto un edificio de
grandes dimensiones (14 x 8 m), que por la calidad de la construcción y la
distribución interna mostraba las características típicas del Neolítico final de los
Balcanes Centrales, con ciertas diferencias. La parte central del edificio era

87
ampliamente abierta hacia el sur, con
el techo apoyado en postes de madera.
El suelo de este patio fue revestido con
placas de piedra. Un horno pequeño
fue construido en el centro de este
patio cubierto, mientras otro horno,
más grande, fue incorporado a un
banco elevado junto a la pared norte de
la cabaña. El fuego de este último
horno era alimentado y manipulado
desde el exterior de la cabaña, donde el
terreno era algo más bajo que el nivel
del piso. Aquí se encontraba una gran
concentración de carbones y ceniza.
Ambos hornos fueron fundados con
piedra y repetidas veces reparados. Al
lado del horno grande se encontraron Fig. 17. – Planta de la cabaña en
restos de cobre y el molde lítico Bodnjik

anteriormente mencionado.
Desde el patio se entraba en las habitaciones laterales. El suelo de estos
cuartos era de una construcción sólida, de arcilla compactada, reforzada con fuego
sobre una estructura de vigas de madera. El suelo de la cabaña fue reparado en
varias ocasiones. En el lado opuesto al horno, todavía en el recinto del patio, se
excavaron dos fosas de almacenamiento, alrededor de las cuales se hallaba una
concentración más intensa de restos de producción lítica. Este espacio fue
protegido del viento del norte por una ligera pantalla hecha de ramas, paja y lodo.
De los restos faunísticos, a parte de huesos de ovejas, puercos, ciervo rojo y
algunos pájaros diminutos, son interesantes los restos de un bóvido adulto, en los
cuales se puede observar artrosis causada por el uso de este animal para trabajos
duros.

88
La prospección geomagnética del terreno ha mostrado que el edificio
descubierto era único en el altiplano, pero que en una parte más baja, hacia el sur,
yace otro objeto aun más grande.36 Otras prospecciones llevadas a cabo en los
alrededores inmediatos de Bodnjik ubicaron las posiciones de los recursos del
material lítico y de arcilla utilizadas para la producción de los artefactos y
recipientes cerámicos encontrados en la cabaña.
Las excavaciones descubrieron sólo una pequeña parte del conjunto, pero
según los datos disponibles, aquí se podría tratar de una aldea de larga duración,
con actividades sustanciales y económicas variadas. Este tipo de aldea del
Eneolítico Temprano se podría considerar como una continuación del proceso de
segmentación de poblado que tuvo lugar en las últimas fases del Neolítico Final.

Prácticas funerarias

Los datos sobre las prácticas funerarias para el periodo del V y IV milenio
a.C. en los Balcanes Centrales son escasos, o mejor dicho, prácticamente no
existen. Los hallazgos de los restos de los esqueletos humanos en varias
profundidades del yacimiento Vinča, perturbados por la dinámica de la
construcción, seguramente pertenecen a sepulturas dentro del asentamiento, que
seguían la tradición funeraria de los periodos más antiguos de la prehistoria. Es
cierto que este ritual fue practicado en los poblados sucesivos en este lugar y en
las fases tardías de la cultura de Vinča, es decir en la fase Vinča Pločnik
(Garasanin 1979: 159). Debido a la situación de estos hallazgos, no se conoce
ningún dato que pudiera servir para el análisis arqueológico. Es sorprendente que
ningún otro asentamiento de la cultura de Vinča investigado en los Balcanes
Centrales contiene sepulturas.
Esta situación se explica relativamente por la confirmación de la existencia
de necrópolis separadas, aunque en el territorio entero de los Balcanes Centrales y
en la parte panónica del territorio de la cultura de Vinča, hasta la fecha fueron

36
Datos inéditos de una investigación llevada a cabo por el equipo formado por
expertos del Instituto de minería y Geología en Belgrado, además del Dr.
Aleksandar Palavestra y yo mismo.

89
descubiertas sólo 2 necrópolis: Batos, cerca de Zrenjanin, con 18 tumbas; y
Gomolava, en la orilla izquierda del río Sava, con 23 tumbas. Para la necrópolis
de Batos, sabemos que se trata de individuos inhumados en posición fetal, y que
una de las tumbas contenía dos individuos. Son mencionados unos conjuntos de
cerámica, sin una explicación más concreta de su relación con las tumbas
particulares (Garasanin 1979: 160).
Los difuntos de la necrópolis de Gomolava también fueron enterrados en
posición fetal, sin orientación regular alguna. Los ajuares cerámicos indican que la
necrópolis pertenece al periodo del Neolítico Final, es decir a la fase Vinča
Pločnik II, a la cual también pertenecía el pequeño asentamiento en el mismo
yacimiento (Garasanin 1979: 160; Tasic 1995: 123).
Nuestro conocimiento sobre las prácticas funerarias en el periodo del
Eneolítico Temprano es una tabula rasa. No se ha encontrado en todo el espacio
de los Balcanes Centrales ni una sola tumba de este período, así que no
disponemos de una referencia relevante para la análisis de las relaciones sociales
en las comunidades de la época (Tasic, Dimitrijevic, Jovanovic 1979: 444).

Recuadro nº 4

1. En la mayoría de las interpretaciones de los acontecimientos de la


prehistoria de los Balcanes Centrales, los comentarios sobre el tipo de
hábitat y habitación representan sólo un argumento más para derivar las
divisiones o paralelismos entre fases y grupos culturales.

2. La identificación ciega de las sociedades con sus productos cerámicos da


lugar a sociedades artificialmente separadas o unidas, geográficamente o
cronológicamente. Solo así es posible el fenómeno de “especialización
cronológica” y el de “las sociedades de vivos” y “las sociedades de
muertos”.

3. Las descripciones de los poblados y sus edificios tienen un potencial


interpretativo limitado, si no están acompañadas con un cuerpo de datos

90
cuantificados y relacionados. Una mayoría de las publicaciones e
informes no contienen este tipo de documentación.

4. En muchos casos, el valor de una conclusión no es proporcionalmente


adecuada al tiempo necesario para la búsqueda de la información y el
análisis de todos los textos que contienen, o podrían contener, la
información perseguida.

5. Es frecuente el fenómeno de “la información fugaz”, aquella que todos los


autores mencionan pero nadie documenta, y la ilusión de la búsqueda
extensiva de su fuente se puede romper al final en una nota a pie:
información personal del colega tal.

6. A través de las publicaciones arqueológicas se puede seguir la evolución


de las técnicas de “cortar y pegar” del conocimiento propio y ajeno.

La crítica expuesta en los recuadros del presente estudio de caso, y en


general en este trabajo, no está dirigida a mis profesores y a l@s otr@s colegas
yugoslavos, que dedicaron sus vidas profesionales a la arqueología y a la
transmisión del conocimiento que adquirieron a lo largo de décadas, y quienes
merecen todo mi respecto y admiración. Estas críticas están más bien dirigidas a
un ente abstracto, a los hábitos de la práctica arqueológica propios del
conocimiento lineal que todavía comparte la mayor parte del mundo arqueológico.

91
Conclusión. Una vez más: DIA-spora

El planteamiento del estudio de caso no tenía la pretensión de resolver el


problema arqueológico que hemos planteado como marco de nuestro interés. Para
responder a la pregunta propuesta, es necesaria una investigación arqueológica a
fondo, y el acceso a datos que no se pueden encontrar en la literatura arqueológica
sobre el periodo comprendido entre el V y IV milenio a.C. de los Balcanes
Centrales. Más bien, la intención era definir el problema metodológico
exponiendo como ejemplo este marco de interés. El problema al que nos
referimos presenta varios niveles diferentes, cuya cumbre la constituye el
conocimiento arqueológico, que a todos nos preocupa. En su estado actual, por lo
menos en el caso general del ejemplo propuesto, este conocimiento está limitado y
encorsetado por las interpretaciones histórico-culturales. El conocimiento se
encuentra en descripciones de complicadas estructuras de las unidades formales
de la prehistoria, descripciones situadas en libros de cobertura limitada, al igual
que el conocimiento creado en otros marcos interpretativos.

La dinámica de la investigación arqueológica necesita una mejor cobertura


de la información, diferente de la que ahora tenemos ocasión de disfrutar
(Recuadro 3: 4). La circulación de la bibliografía arqueológica y la dinámica de la
publicación de los resultados parciales o definitivos de la investigación, son
demasiado lentos y limitantes. La selectividad de los datos publicados y la poca
operabilidad de las referencias presentadas en unas largas tablas y en gráficos de
los marcos referenciales limitan el efecto cognitivo del conocimiento impreso37.
La complejidad de las cuestiones arqueológicas y la necesidad de unos datos
específicos para la resolución de problemas, exigen que la información

37
Ver, en este sentido, la última obra de Binford (2001).

92
arqueológica sea accesible en el sentido más amplio y sin retrasos, en tiempo real.
La extensión de los derechos de autor sobre el material arqueológico a largo
plazo, crea el ambiente de la creación del conocimiento sobre la base de recursos
privilegiados, favorables en primer lugar para el conocimiento individual. Los
datos arqueológicos son permanentemente adquiridos en las instancias personales
y/o institucionales, pero el resultado de esta adquisición no es acumulativo para el
conocimiento arqueológico en su totalidad (Trigger 1989: 16). En el proceso de
formación del conocimiento contribuyen sólo las interpretaciones de los datos
seleccionados, así que las investigaciones procedentes de estas fuentes
interpretativas frecuentemente cuentan con un conocimiento incompleto
(Recuadro 1: 4).

Otro problema inherente a la forma tradicional de comunicación del


conocimiento y de su creación es que frecuentemente nos vemos obligados a
esbozar nuestras hipótesis sobre un conocimiento caducado (recuadro 2: 3),
reestableciéndole la actualidad perdida a través de nuevas fechas de publicación.
De hecho, un conocimiento no caduca porque se haga viejo y polvoriento, sino
porque con el tiempo surgen informaciones contrarias, o simplemente diferentes,
cuya argumentación transforma el conocimiento. Es mucho más fácil pero a la vez
menos útil aprovechar las conclusiones de un autor, que perseguir la información
fugaz en la que se basa dicha conclusión (recuadro 4: 5). Esto no quiere decir que
las conclusiones de otros autores no posean ningún valor para nuestras
investigaciones. Al contrario, la experiencia en la investigación y las conclusiones
sobre un problema siempre son valiosas para la construcción colectiva del
conocimiento. Sin embargo, se precisa la máxima “transparencia” en la matriz
argumentativa, porque sólo la conclusión comprobable debería ser aceptada como
válida. A partir de información fugaz no se puede esbozar una teoría científica.

A través de la puesta en escena de la cuestión arqueológica sobre el lugar de


la metalurgia en los procesos sociales en los Balcanes Centrales en el V y el IV
milenios, quisiéramos enfocar los segmentos conceptuales desde los cuales
creemos que hay que empezar la construcción del conocimiento para la resolución

93
de los problemas arqueológicos. Es más: queremos proponer un campo para la
cooperación e intercambio donde las arqueólogas y los arqueólogos puedan
libremente reutilizar el trabajo previo en alguna manera útil para el avance del
estado de la cuestión, como proponía Stallman para la liberación informática
(Woolley 1992: 31), o más bien para la liberalización de la investigación
informática. Igual como en su caso, un problema fundamental es la cuestión del
copyright que muchos arqueólogos extienden a sus datos. En este caso, los
esfuerzos se dirigen a la obstaculización de todos los otros, en lugar de en la
aceleración de uno mismo (Wooley 1992: 32). El copyright en las investigaciones
informáticas trae buenas cantidades de dinero a través de la comercialización de
tecnologías. El beneficio único de las investigaciones arqueológicas es el
conocimiento y este beneficio debería ser colectivo.

Aunque la aplicación de las técnicas informáticas en el método de la


investigación arqueológica no se ha enfrentado a mayor resistencia, sobre todo por
la obviedad inmediata de su utilidad, el concepto de espacio virtual todavía no es
suficientemente claro para una mayoría de los investigadores. Aún es considerable
la sospecha sobre este fenómeno creado con medios magnéticos y
computacionales. Para una mayoría de investigadores es demasiado abstracta
todavía la posibilidad de matematización de los fenómenos físicos y
comportamientos causales, la posibilidad de simular el proceso cognitivo
exclusivamente a través de su estructuración y reducción en el puro código
binario. Los ordenadores no son capaces de otra cosa que de la computación
matemática. Pero hasta ahora, se ha demostrado que esta función es suficiente
para que se pueda llegar a simular la realidad. Todo lo que ha sido analizado
científicamente con éxito, tiene en el fondo una estructura matemática (Wooley
1992: 70). La noción de virtualidad está aun menos aceptada en el campo de la
inteligencia artificial, donde provoca una firme resistencia y sospecha. Por lo
tanto, si decimos que nuestra meta final es la construcción de un sistema de
inteligencia virtual, corremos el riesgo de entrar en la discusión sobre la capacidad
de los ordenadores para el razonamiento crítico, o sobre nuestras propias
capacidades para emprender un proyecto tan ambicioso. También serían

94
inevitables los ensayos sobre la deshumanización del razonamiento. Sin embargo,
creemos que no pasará mucho tiempo antes de poder hablar de los sistemas
inteligentes sin tanto riesgo. Aunque nuestra propuesta parte del nivel 0, es decir
de la estructuración básica de marcos de referencia dinámicos, es seguro que este
primer paso no debería ser también el último.

El espacio virtual que crea la red informática, tiene el carácter de un espacio


que engloba todas sus partes distribuidas en un sistema concebible desde un
terminal en tiempo real. En este espacio se realizan las conexiones entre las
partículas de significado para crear sentido. El conocimiento arqueológico se
puede mudar en este espacio virtual recogiendo sus dos características más
valiosas: su omnipresencia y su sincronía. Estas características son a la vez los
fundamentos del proyecto DIA-spora, fundamentos de una simulación de la
construcción colectiva del conocimiento. El conocimiento arqueológico
construido y gestionado en un espacio virtual, omnipresente y sincrónico, no
puede sufrir de los fallos tradicionales del conocimiento inmovilizado en libros.
No puede haber informaciones fugaces, ni tampoco conocimientos caducados.

De entrada, DIA-spora debería transformar todos los elementos y


mecanismos cognitivos de la arqueología tradicional en conceptos y datos. La
primera tarea sería traducir el conocimiento existente al lenguaje formal, sin tener
en cuenta su complejidad o nivel de fiabilidad en el sentido de la cantidad y del
tipo de los datos que lo componen. No hay que suponer, arrogantemente, que
todos los investigadores deberían abandonar sus métodos y adaptarse a algo nuevo
y que todo el conocimiento que han creado no tiene valor. Al contrario, el material
arqueológico reunido por la arqueología tradicional es el conocimiento con que
disponemos en este momento, y que no podemos y no debemos descuidar. Para
que se pueda desarrollar el modelo de la construcción colectiva del conocimiento
y el modelo de las técnicas analíticas, hay que disponer de un conocimiento previo
en el que se funde el dominio del problema arqueológico. El sistema debería
disponer de estructuras y de reglas que puedan facilitar la migración de la

95
información arqueológica tradicional desde los libros a diáspora (o DIA-spora) a
través de filtros para la descripción de recursos.

En esta fase se construirían los tesauros multilingües, que facilitarían una


completa interoperabilidad de los sistemas, sin tener en cuenta cual fue el idioma
utilizado para la introducción de la información. Las bases de datos fundamentales
creadas de esta manera, tendrían gran utilidad para un desarrollo paralelo de las
estructuras analíticas fundadas en criterios elaborados por los diferentes marcos
teóricos arqueológicos.

Las cuestiones arqueológicas son diferentes entre sí en el sentido de los


fines que persiguen en cuanto a observación y análisis, pero todas necesitan de
datos sobre el material arqueológico. Eso sí, con diferencias en la cantidad y el
tipo de metadatos. El sistema para la introducción de los datos tiene que ser
abierta y elástica; debe admitir tanto a información rudimentaria como a
estructuras sofisticadas de información. Así se puede concebir una base del
conocimiento que se puede traducir en cualquier idioma, y en cualquier lenguaje
arqueológico. Todos los idiomas cuentan con un vocabulario y con unas reglas
conceptuales y gramáticas, pero en el fondo están fundados en la
conceptualización de los mismos fenómenos a través del mismo lenguaje.

Si la arqueología tradicional está describiendo un cierto objeto o confirma


su existencia, y si lo está describiendo en el contexto de otras informaciones, esto
representa un corpus que necesitamos para cualquier otra investigación. Lo que se
necesita en este caso es la formalización del concepto y la estructuración del
conocimiento tradicional, para que pueda contribuir en la red de los sistemas
interoperables.

La interoperabilidad entre las estructuras de datos se debería conseguir


también a partir de debates, que con el tiempo logran un consenso sobre las
cuestiones conceptuales. Estas cuestiones se refieren a las limitaciones para la
comunicación entre los grupos de datos, y el ancho del campo de su utilidad. La
estructura de datos debería poder revelar los campos donde faltan informaciones y
cuáles son las direcciones de la posible investigación de un problema

96
arqueológico. La posibilidad de indicar contradicciones entre las informaciones e
inconsistencia entre los conceptos, debería ser también de gran utilidad.

El sistema de coordenadas básico debería consistir en una escala espacial y


una escala temporal. La extensión de una base para el GIS de una región significa
el establecimiento de un marco de referencia importante para el conocimiento
sobre la dinámica social. Todos los acontecimientos tienen lugar en un mundo
físico y están estrechamente relacionados con él. El éxito de la simulación de esta
relación depende de la cantidad de información relevante que está disponible
sobre el espacio vital. Los factores naturales crean unas condiciones previas
importantes para el establecimiento de las relaciones en una comunidad y para los
efectos que sus acciones pueden tener. La base de las fechas exactas tiene que
facilitar los análisis comparativos sincrónicos y diacrónicos en cualquier campo.
Es evidente que sin unas series de fechas C14 y otras fechas obtenidas por
métodos exactos no se pueden establecer plataformas cronológicas. Estas
plataformas son espacios de sincronización de acontecimientos y de seguimiento
de la dinámica social. La cronología de los objetos no es el objetivo último de la
investigación arqueológica, pero es una referencia imprescindible para el contexto
real del acontecimiento investigado. Esta escala temporal, junto con la escala
espacial, fundamenta la base sobre la cual se puede construir la tercera dimensión.
Al espacio virtual se adjunta el tiempo virtual, una escala que es imprescindible
para la concepción del dinamismo de los fenómenos. Cuantas más referencias
contienen estos dos vectores básicos, tanto más sofisticada puede ser la tercera
dimensión.

En el caso de la investigación sobre el problema arqueológico delineado al


principio, el problema sobre la afirmación: cambio de artefacto = cambio social,
observado a través de los Balcanes Centrales del V y IV milenio a.C., la
neutralización de la estructura confusa de las identidades cronológico culturales es
una de las tareas básicas de DIA-spora. Sólo estableciendo marcos dinámicos de
referencia en los dominios de la sincronía y la diacronía de los acontecimientos se
pueden definir los cambios, y los cambios sociales no se pueden concebir sin una

97
definición clara de la sociedad misma en su estado inicial, y en su estado final. La
interpretación arqueológica de este período no proporciona suficientes fuentes
para los análisis sociales. Es necesario cuantificar los datos y establecer las
relaciones conceptuales. No tenemos ninguna idea sobre la población de aquella
época, debido a una falta casi absoluta de necrópolis y otro tipo de restos
funerarios. Por lo tanto, debemos tener en cuenta este defecto y encontrar la
posibilidad de la lectura social a partir de otras manifestaciones. La cuantificación
de los datos facilita su operabilidad y comparabilidad objetiva. Las
investigaciones deberían dirigirse a esclarecer el perfil social de las poblaciones
de los Balcanes Centrales del V y IV milenio a.C., y acelerarse a través de la
construcción dinámica y colectiva del conocimiento.

Cada texto interpretativo esta fundado sobre un cierto fondo de datos.


Publicando los materiales a través de DIA-spora, ya sea en forma directa o
indirecta, los datos llegarán a formar parte de una base de conocimiento
distribuido, igual que el texto interpretativo.

Así, el siguiente paso guiado por las líneas que nos sugiere este trabajo, será
el estudio comparativo de los inicios de la metalurgia en los Balcanes Centrales y
la Península Ibérica. Esta comparación, que constituirá el tema de mi tesis
doctoral, puede ayudarnos a entender los fenómenos sociales atribuidos al uso de
una tecnología, y evaluar la afirmación: cambio de artefacto = cambio social. En
este sentido, ya se ha realizado un trabajo relevante en la investigación de este
problema arqueológico en la Península Ibérica y los marcos de referencia que se
pueden establecer a partir de este conocimiento, pueden representar un buen punto
de partida para la investigación del inicio de la metalurgia en los Balcanes
Centrales.

Por otro lado, aprovecharé esta investigación a venir para la puesta en


práctica del proyecto DIA-spora, con el fin de empezar la creación de la base del
conocimiento sobre los inicios de la metalurgia. El objetivo de este proyecto es
despertar el interés de los investigadores y las investigadoras que tratan este tema,
para que participen en la construcción colectiva del conocimiento, y animar la

98
publicación digital de la documentación de varios proyectos de investigación de la
zona de los Balcanes Centrales.

Pero el objeto último de DIA-spora no es sólo convertirse en un


experimento informático sobre la construcción colectiva del conocimiento
arqueológico; es también una propuesta de una metodología de investigación. La
creación del conocimiento distribuido y de los sistemas interoperables sería un
paso muy importante para la capacidad cognitiva en arqueología. Encontrando el
mecanismo para la comprensión de informaciones heterogéneas, aprenderemos
cómo se puede unir sin unificar.

99
Índice de figuras

Tabla 1. - Ámbitos arqueológicos y fases cognitivas correspondientes, donde es posible la


aplicación de la tecnología informática (pg. 14)
Fig. 1. - Estructura del sistema del proceso del razonamiento y del procesamiento de datos (pg. 24)
Fig. 2. - La construcción del conocimiento en el sistema distributivo (pg. 25)
Tabla 2. - Plataformas para las actividades investigadoras (pg. 28)
Fig. 3. - Relación entre la creación del archivo y su ubicación final (pg. 29)
Fig. 4. – La Plataforma de debate. (pg. 32)
Fig. 5. – El Sistema Cultural de Renfrew (1972). (Reproducido de Shanks y Tilley 1987: 32, Fig.
2.1) (pg. 40)
Mapa 1 – Península Balcánica – delimitación de los Balcanes Centrales (pg. 46)
Mapa 2 - Las características geográficas de conexión y integración y las características de
aislamiento y separación (pg. 47)
Fig. 6. - El sistema de argumentación e interpretación del conocimiento histórico cultural. (pg. 53)
Fig. 7. - Rudna Glava, material del pozo, datado en el Neolítico final (pg. 57)
Mapa 3. - Las tres zonas metalo-genéticas principales en los Balcanes Centrales (pg. 62)
Fig. 8. – Minerales y óxidos de Cobre (pg. 61)
Fig. 9. – Rudna Glava, plataforma de acceso (pg. 66)
Fig. 10. – Rudna Glava, los recipientes cerámicos de los pozos mineros. (pg. 67)
Fig. 11. - Reconstrucción de los mazos mineros (Según Creddock 1995: 42, fig. 2.12) (pg. 68)
Fig. 12. – Rudna Glava, mazos y cuñas (pg. 69)
Mapa 4. – Distribución de los yacimientos de los milenios V y IV a.C. (pg. 72)
Fig. 13. – Plocnik: hachas y cinceles (pg. 74)
Fig. 14. – Pequeñas herramientas de los yacimientos adscritos a la fase Bubanj-Hum (pg. 76)
Fig. 15. – Bodnjik: a) molde lítico; b) reconstrucción ideal del artefacto moldeado; c) un trozo de
cobre amorfo. (pg. 78)
Fig. 16. - Planta de la casa 14 de Divostin, fase II (16,2x6,4 m) (en: Bailey 2000: 164, Figure 5.6)
(pg. 82)
Fig. 17. – Planta de la cabaña en Bodnjik. (pg. 84)

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