Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
SSSN
N 11998899--44771166
REFLEPSIONES
Revista de Psicología
Nº 4 Marzo 2009
Sumario
Página
Editorial
31 de Marzo de 2009 | escrito por Luis Aparicio Sanz 3
Hipnosis analgésica
5 de Marzo de 2009 | escrito por Luis Aparicio Sanz 9
¿Qué es el mindfulness?
7 de Marzo de 2009 | escrito por Luis Aparicio Sanz 10
La depresión en la infancia
12 de Marzo de 2009 | escrito por Amelia Catalán Borja 18
Feria del Libro: Presentación del libro “Cómo superar el descontrol emocional”
Autora: Dª. Amelia Catalán Borja 32
COLABORADORES 33
ISSN 1989-4716
Con este número nace una nueva etapa de esta revista que comenzó siendo una recopilación
mensual de las entradas publicadas en el blog Reflepsiones y que al intentar conseguir el ISSN
(Internacional Standard Serial Number), que es el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones en Serie que asigna el Centro Nacional Español ISSN a las publicaciones en serie
editadas en España (revistas, periódicos, boletines, publicaciones anuales, etc.), por cuestiones
relacionadas con los requisitos exigidos por dicho organismo, hubo que modificar el subtítulo y
denominarlo “Revista de Psicología” en lugar de “Blog de Psicología”, puesto que, según nos
indicaron, no podían asignar el ISSN a los blogs y, aunque no se estaba solicitando para el blog sino
para la recopilación mensual de sus entradas, al indicarse en el subtítulo que se trataba de un blog
no les era posible admitirlo.
Según un dicho popular “no hay mal que por bien no venga”, así que al modificar el título y tratarse
de dos cosas distintas (blog y revista), aunque la revista recopile las entradas mensuales del blog
esta variación nos permite no limitarnos sólo al blog, también podemos incluir otra información y
colaboraciones que nos parezcan interesantes, además de permitirnos conseguir colaboraciones de
profesionales que, aunque no tengan interés en participar en el blog, sí que pueden aceptar realizar
una aportación puntual en la revista en un momento determinado. Todos sabemos los ocupados que
están los profesionales de reconocido prestigio y lo difícil que es conseguir que tengan un hueco
para participar en un proyecto como el blog, donde es interesante publicar con cierta asiduidad,
mientras que resulta más sencillo lograr una colaboración determinada para un número concreto de
la revista.
Como todos los proyectos que se inician, sabemos cómo hemos empezado pero no conocemos a
dónde llegaremos ni por qué caminos andaremos, eso sí, ilusión nos sobra, a pesar de la crisis que,
en estos momentos, está azotando a todo el mundo pero que, en este caso, al ser una publicación
electrónica y gratuita, no requiere de inversión económica, sólo del tiempo, esfuerzo e interés de los
que colaboramos.
Terminamos invitando a todos los que lo deseen a enviarnos por correo electrónico
(luis.aparicio.sanz@gmail.com) sus sugerencias, opiniones, críticas, etc., ya que sabemos que para
mejorar conviene estudiar detalladamente las sugerencias que se reciban de quienes, en última
instancia, son los destinatarios de esta publicación, es decir, los lectores.
En la página web DMedicina.com, nos amplían un poco más el tema manifestando que, aunque se
desconocen las causas exactas de las migrañas, actualmente se cree que es un trastorno
constitucional con base genética y a pesar de que sus causas desencadenantes son difíciles de
identificar, además de diferentes en cada persona, las más frecuentes son:
Por otra parte, el Dr. Pires (2002) recoge en un cuadro, adaptado de Raskin & Appenzeller, los
precipitantes de la jaqueca (o migraña), entendiendo por tales “aquellos factores o circunstancias
que contribuyen, de forma definitiva, para que se desencadene una jaqueca en un determinado
momento y no en otro”, clasificándolos en “más frecuentes” y “menos frecuentes”:
Más frecuentes:
Estrés y preocupación.
Menstruación.
Anticonceptivos orales (píldora).
Ejercicio físico, fatiga.
Dormir poco.
Hambre.
Traumatismo craneano.
Comidas y bebidas que contengan: glutamina, sal, tiramina y otros.
Mal tiempo atmosférico / cambio de la temperatura ambiente.
Menos frecuentes:
Elevada humedad.
Dormir en exceso.
Exposición a elevada altitud.
Exceso de vitamina A.
Drogas: nitroglicerina, histamina, reserpina, estrógeno, retirada de
corticoesteroides.
Comidas calientes.
Leer, mala posición de la luz.
Luz fluorescente.
Reacciones alérgicas.
Aclarando, no obstante, que “las diversas investigaciones realizadas sobre este tema no han
encontrado exactamente los mismos resultados, variando los porcentajes y la importancia relativa
Además, igual que le pasó al Dr. Pires, Planes encontró resultados contradictorios en las
investigaciones revisadas explicando que “podrían ser sólo aparentes y tal vez se comprendieran
mejor si se integraran (figura 1) dentro de un modelo que, basándose en el estrés psicológico,
diferenciara entre estrés agudo y crónico. Por una parte, el estrés crónico sería el responsable de la
vulnerabilidad del organismo frente a tantos estímulos distintos que afectan a diferentes sistemas.
Por otra parte, se comprendería la actuación como precipitantes de la migraña de factores muy
diversos: episodios psicosociales de estrés agudo, determinados antígenos, ciertos compuestos
hormonales, etc. De manera que estos precipitantes no tendrían seguramente poder para iniciar las
migrañas si los sistemas de adaptación del organismo no estuvieran previamente desequilibrados.
Si así fuera, habría que plantear las intervenciones terapéuticas para que proporcionaran a los
sujetos, de forma preferente, estrategias para evitar o disminuir el estrés crónico (desde la relajación
hasta la solución de problemas), en lugar de focalizar la terapia en intervenciones de tipo puntual,
como ocurre con los fármacos o determinadas modalidades de biorretroalimentación”.
Fotografía: Flickr
Contemporary Hypnosis
Volume 26 Issue 1 (March 2009) Special Issue: Hypnotic Analgesia
Issue Edited by Christina Liossi, Enrica L Santarcangelo, Mark P. Jensen
Editorials
Bursting the hypnotic bubble: does hypnotic analgesia work and if yes how? (p 1-3)
Christina Liossi, Enrica L. Santarcangelo, Mark P. Jensen
Review Articles
An update on pain physiology: the relevance of Craig‟s and Jänig‟s hypotheses for hypnotic
analgesia (p 4-14)
Giancarlo Carli
Research Articles
Cognitive-behavioural group treatment with hypnosis: a randomized pilot trail in fibromyalgia (p 48-
59)
Antoni Castel, Marta Salvat, José Sala, Maria Rull
Case Reports
Aunque estas definiciones puede parecer que nos enseñan qué es el mindfulness, sólo nos permiten
hacernos una vaga idea teórica puesto que la práctica es la clave para comprenderlo, para poder ser
consciente del momento presente, de la propia experiencia y sentir un estado de calma no reactiva,
es preciso dedicarle tiempo, energía, determinación, firmeza y disciplina. Al practicarlo se aprende a
centrar nuestra atención donde queramos, evitando que sensaciones, preocupaciones,
pensamientos, etc., nos aparten del presente. Cualquiera que haya practicado algún tipo de
meditación, yoga, tai chi, etc., conoce esas sensaciones y lo que le costó llegar a sentirlas, llegar a
centrarse sólo en el presente.
En esencia, el mindfulness es considerado como un fin en sí mismo, supondría una forma de vivir,
practicando en nuestras actividades habituales el ser conscientes de lo que estamos haciendo,
como dice Hanh (2007), “mientras lavas los platos debes lavarlos simplemente, lo cual significa que
mientras lo haces eres totalmente consciente de ello [...] En esos momentos estoy siendo totalmente
yo mismo, siguiendo mi respiración, siendo consciente de mi presencia, pensamientos y acciones”.
Consiguiendo de esa manera un estado de “plena atención” que impide que nuestra mente divague,
de un lado a otro, dejándose llevar por la multitud de pensamientos que la asaltan constantemente.
Físicos:
Aprender a respirar mejor.
Globales:
Desarrollar una actitud de responsabilidad en el cuidado de la propia salud.
Ver el dolor de otra manera.
Disminuir las visitas médicas no programadas.
Disminuir el abuso de medicación.
Ayudar a marcarse metas más realistas.
No sumar más sufrimiento añadiéndole rabia u otras emociones al malestar.
Aceptar la realidad tal y como es.
Centrar la atención en otras cosas que también están sucediendo mientras tanto.
Fortalecerse ante la adversidad.
Ser más sabio.
Desarrollar la espiritualidad.
Actualmente los trastornos psicológicos donde puede aplicarse las terapias que incorporan
el mindfulness son los siguientes:
Trastornos de ansiedad.
Trastornos del estado de ánimo.
Trastorno límite de personalidad.
Trastornos adictivos (drogas y alcohol).
Trastornos de la alimentación.
Trastornos psicóticos.
Si bien hay que tener en cuenta que “la meditación no debe ser considerada como un tratamiento
psicológico o psicoterapia en sí” (Vallejo, 2007), aunque sí puede formar parte de un tratamiento
psicológico contribuyendo a mejorar su efectividad. Por ejemplo, según Vallejo (2007),
el mindfulness es reconocido como un componente relevante de las tres terapias de tercera
generación siguientes: la terapia de aceptación y compromiso, la terapia de conducta dialéctica y la
terapia cognitiva basada en el mindfulness para el tratamiento de la depresión. Una evidencia a
favor de esto es un estudio de Ostafin y cols. (2006), en el que se examinaron los efectos de la
En una entrevista que Berdullas (2007) realizó a la Dra. Mónica Rodríguez Zafra, se pone de
manifiesto que todas las técnicas, escuelas, sistemas filosóficos, etc. que utilizan la meditación
como herramienta “tienen en común el aprendizaje, el entrenamiento y el control de los procesos
atencionales con el objetivo de mejorar la salud, el bienestar mental, emocional y espiritual de la
persona y sus capacidades, en general”.
Según la Dra. Mónica Rodríguez, “aunque hay áreas en las que los resultados de las
investigaciones son contradictorios, tomados en su conjunto puede decirse que hay un patrón
psicobiológico que acompaña al estado de meditación que se caracteriza, desde el punto de vista
fenomenológico, como un estado de alerta relajada y, desde el punto de vista biológico, por una
disminución en la actividad del sistema nervioso periférico (común a las técnicas de autocontrol,
como la relajación), una actividad sostenida del sistema nervioso central (específica de la
meditación), el mantenimiento de la atención y una serie de cambios electroencefalográficos
específicos integrados en la vigilia y el sueño. Estos efectos son centrales (la meditación no es una
actividad que afecte únicamente a la actividad del sistema nervioso autónomo) y no se explican sólo
desde una menor actividad o una inhibición general del sistema nervioso”.
Sobre este tema, Mario Araña, en la lista de distribución electrónica “Salud Mental (SALMENT)”,
alojada en la Red Iris, comentaba un reciente artículo de Luders y cols. (2009), resumiéndolo como
sigue:
Resultados:
Por lo tanto, variaciones en estas regiones podrían explicar las singulares habilidades y hábitos para
cultivar emociones positivas, mantener la estabilidad emocional, y participar en el comportamiento
consciente, que muestran los meditadores. Además, sugieren que estas alteraciones regionales en
las estructuras cerebrales constituyen parte de las correlaciones neurológicas, siendo,
independientes del estilo y practica concreta de cada tipo de meditación. Futuros análisis
longitudinales son necesarios para establecer la presencia y la dirección de una relación de
causalidad entre la práctica de meditación y la anatomía del cerebro.”
Podemos concluir, citando a Prieto (2007), “que suele haber un antes y un después entre aquellos
psicólogos y psicólogas que se sientan a meditar y descubren o rechazan unas órbitas
sorprendentes en la psique humana”, aunque eso mismo puede generalizarse a cualquier persona
que se decida a practicar la meditación, en cualquiera de sus vertientes, siempre que dicha práctica
se realice correctamente y con constancia, no puede pretenderse sufrir ese cambio en una sola
sesión de meditación, sobre todo teniendo en cuenta que los cambios, según hemos podido ver, no
son sólo emocionales y cognitivos, sino también en las estructuras cerebrales.
Referencias bibliográficas:
Berdullas, S. (2007). Una mirada sobre la meditación y la psicología. Infocop, 33. (Ver artículo)
Ostafin, B.D., Chawla, N., Bowen, S., Dillworth, T.M., Witkiewitz, K. y Marlatt, G.A. (2006). Intensive
mindfulness training and the reduction of psychological distress: a preliminary study. Cognitive and
Behavioral Practice, 13, 191-197. (Ver abstract)
Prieto, J.M. (2007). Psicología de la meditación, la psique de vuelta a casa. Infocop, 33. (Ver
artículo)
Simón, V. (2007). Mindfulness y neurobiología. Revista de Psicoterapia, 66/67, 5-30. (Ver artículo)
Vallejo, M.A. (2006). Mindfulness. Papeles del Psicólogo, 27. (Ver artículo)
Fotografía: Flickr
Teorías activas
Consideran que existe un excesivo empeño en culpar a la televisión y a los educadores del
problema de la violencia juvenil y que no está demostrado científicamente que exista una relación
causal entre ver violencia en la televisión y cometer actos violentos. Los defensores de esta teoría
argumentan que la violencia no se aprende en la televisión, puesto que la influencia de la televisión
podría ir en dos sentidos: podría provocar un aumento de la violencia o una saciación de los
impulsos violentos y reducir la violencia.
Estas teorías parten de la premisa de que la violencia es una característica innata de la especie
humana y no un problema actual provocado por el exceso de imágenes violentas que vemos en la
televisión. Sin embargo, reconocen que puede existir una influencia del contexto en la forma de
canalizar la violencia.
Partiendo de la base de que los individuos son violentos, consideran que para paliar el problema de
la violencia juvenil debemos intentar proporcionar recursos para controlar los comportamientos
agresivos y realizar otras actividades más beneficiosas para la sociedad.
Teorías reactivas
Estas teorías ponen énfasis en la influencia del ambiente en la conducta agresiva de los niños.
Consideran que la conducta agresiva no es innata, sino que es aprendida y es reforzada a través de
los medios de comunicación. Desde esta perspectiva, se explica el aumento de la violencia juvenil
por la influencia de los modelos de conductas agresivas que ofrece la televisión a los niños. Existen
datos que indican que la televisión es la primera actividad de ocio para los niños y que puede ejercer
una influencia perjudicial en el desarrollo físico (obesidad), mental (teleadicción) y moral (programas
violentos).
Desde las teorías activas, el individuo debe aprender a controlar sus impulsos, mientras que desde
las teorías reactivas, se debe controlar la influencia del ambiente sobre el individuo y fomentar el
contacto con modelos positivos de comportamiento.
Posiblemente, si encauzamos nuestros esfuerzos en lograr estos objetivos (aprender a controlar los
impulsos y proporcionar modelos positivos de comportamiento) que no son opuestos, sino
complementarios, conseguiremos afrontar con más eficacia el problema de la violencia juvenil.
Fotografía: Flickr
Spitz y Bowlby, de orientación teórica dinámica, fueron los pioneros en los estudios sobre depresión
infantil. Spitz realizó un estudio con niños de un hospicio, donde él trabajaba, y comprobó que
algunos niños al separarse de sus madres, presentaban una conducta muy característica, con una
primera fase de protesta, llanto y gritos, una segunda fase de apatía, disminución del apetito,
desinterés por las cosas y disminución de la comunicación, y finalmente una fase donde el niño
dejaba de tener contacto con su entorno. Obtuvo estos datos mediante una observación directa de
la conducta infantil.
Más tarde es Bowlby quien corrobora estos datos, haciendo mayor hincapié en el vínculo afectivo o
apego.
Otros muchos autores (Ackerson, Siegelman & Boyle, Achenbach y Edelbrock, Seligman…) de otras
corrientes teóricas, investigaron más y encontraron los mismos datos, hasta llegar en 1980 a la
inclusión de este trastorno en el DSM-III. Fue en este manual donde se admitió la existencia de la
depresión infantil y la posibilidad de diagnosticarla con los mismos criterios que la depresión adulta.
Es importante comentar que no existe un acuerdo unánime sobre la definición del concepto por
parte de los diferentes autores e igualmente es conveniente saber a qué nos referimos cuando se
habla de depresión infantil.
Al hablar de depresión algunos autores no terminan de distinguir entre los síntomas y el síndrome
depresivo. No siempre se debe considerar como patológicas las variaciones de humor que
acontecen en el niño. Hay estados de tristeza y sentimientos acompañados de abatimiento y culpa
que pueden ser reacciones vivenciales normales a un factor externo adverso.
Por otra parte, Beck, cognitivista, define la depresión como “un estado anormal del organismo que
se manifiesta a través de señales y síntomas, como un estado de ánimo subjetivo bajo, actitudes
pesimistas y nihilistas, una pérdida de la espontaneidad y señales vegetativas específicas”. Para
Beck lo más característico del trastorno depresivo es lo que denomina la triada cognitiva: visión
negativa sobre uno mismo, visión negativa de su entorno y visión negativa acerca del futuro.
Además en el DSM también se recogen las características específicas del desarrollo en la depresión
que afecta a los niños, como las dificultades escolares, el rechazo al colegio, el negativismo, la
agresividad y el comportamiento antisocial.
Una buena definición de depresión infantil, incluiría todos los síntomas que es posible que
aparezcan, pero sería demasiado extensa, con lo que se podría resumir en: La Depresión Infantil es
un trastorno emocional que se caracteriza, en primer lugar, por ciertas vivencias subjetivas como los
sentimientos de tristeza y anhedonia y, en segundo lugar, ciertas conductas observables como
apatía, trastornos somáticos y cansancio que impide al niño que la padece disfrutar de las cosas e,
incluso, puede llevar a retrasar el desarrollo evolutivo o al suicidio, en los casos más graves.
Si se tuviese que responder a la pregunta de ¿cuáles son las causas o qué es lo que influye en la
aparición de la depresión infantil?, surgiría un problema, y es que es imposible responder con una
simple respuesta a esta pregunta.
Las causas de la depresión son múltiples y se pueden combinar de forma distinta para cada caso
clínico. El origen de cualquier enfermedad son una serie de factores de riesgo que no suelen actuar
Existe una larga lista de factores desencadenantes que se pueden agrupar en función de distintos
criterios, por ejemplo los que se refieren principalmente al sujeto y los que se refieren al entorno.
Aunque ambos interactúan en todo momento.
Fotografía: Flickr
Resumen:
“Partiendo del análisis de los Motivos de Consulta Sanitaria de la Población española, analizamos
los procesos de Incapacidad Laboral Temporal y su duración, atendiendo a variables demográficas
como sexo, ocupación, y lugar territorial.
Tras esta revisión, se diseña el Cuestionario DP-SMAP (Araña Suárez, 2008), Diagnósticos y
Prescripciones en Salud Mental en Atención Primaria e Incapacidad Laboral Temporal, con 43 ítems
de respuesta dicotómica, siendo aplicado en siete comunidades autónomas del Estado español
(Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Murcia, Valencia), a una muestra de
917 médicos de atención primaria.
Los resultados finales encontrados reflejan déficits pronunciados en los Médicos de Atención
Primaria, en todas las Comunidades del Estado, en los ítems analizados, correspondientes a las
http://www.seg-social.es/stpri00/groups/public/documents/binario/116335.pdf
http://webpages.ull.es/users/marasuar/DP-SMAP.pdf
http://www.cop.es/colegiados/T-01443/DP-SMAP.pdf
Evidentemente, en este breve comentario no es posible tratar detalladamente todas las cuestiones
que estudia dicho trabajo, que son muchas y con múltiples matices, pero espero, en próximas
entradas, ir abordando algunos de los temas que, conforme vaya profundizando en el estudio del
trabajo, me parezcan más relevantes.
Por último, me gustaría resaltar que hasta la fecha, salvo error, no existe en España ningún estudio
de esta envergadura que se haya realizado a nivel nacional, puesto que abarca siete comunidades
autónomas, ya que lo habitual es realizar estudios circunscritos a una población mucho más limitada
(una ciudad, una provincia o incluso una comunidad autónoma). Espero que el esfuerzo que ha
supuesto realizarlo se vea recompensado teniendo la difusión y repercusiones que se merece.
Aunque no sólo es ese final feliz, los argumentos de esas películas también reflejan en la pantalla
una relación amorosa idealizada, con situaciones difícilmente reproducibles en la vida real. Por eso
no es extraña una noticia publicada hace unos meses donde se comentaba que, según un estudio
de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo, “las comedias románticas „made in Hollywood‟ pueden
estropear una relación amorosa porque colocan el listón muy alto en materia de expectativas”.
En dicha noticia, entre otras cosas se podía leer que “según los psicólogos, este tipo de películas,
con argumentos muy poco plausibles y finales felices altamente improbables, transmiten una falsa
sensación de „relaciones perfectas‟ y expectativas nada realistas”, además los psicólogos que
realizaron el estudio “llegaron a la conclusión de que los aficionados a las comedias románticas
muchas veces no logran una comunicación eficaz con sus parejas”.
Por otra parte, se indicaba que “los cineastas simplifican también excesivamente el proceso de
enamoramiento y dan la impresión de que es algo que se logra sin ningún esfuerzo por parte de la
pareja”.
Evidentemente, aunque todos los espectadores saben que dichas películas son ficticias, que sus
argumentos no se ajustan a la realidad, y una gran mayoría, guiados por sus experiencias y sentido
común, sabe que es absurdo esperar que una relación sea perfecta, ¿perfecta para quién?, ¿para
ella?, ¿para él?… porque según las expectativas de cada uno, la perfección consistirá en una cosa u
otra y una pareja se compone de dos personas más las posibles influencias de terceros (padres,
hijos, suegros, hermanos, cuñados, amigos, etc.)… a pesar de ello, en el fondo, todavía hay ciertas
personas que añoran encontrar esa “media naranja” idealizada que le haga vivir una historia real
parecida a la de esas comedias románticas.
Me gustaría aclarar que no estoy en contra del enamoramiento, todos nos hemos enamorado en
alguna ocasión (hayamos sido correspondidos o no), sino que me limito a expresar mi opinión
sobre ciertos enamoramientos que, en ocasiones, rozan lo patético e idealizan en exceso al otro,
distorsionando por completo la realidad, esperando que ocurra como en las comedias románticas
“made in Hollywood”, a pesar de que, si lo observan en otros, sean capaces de saber que ese “amor
perfecto de comedia romántica” no existe en la realidad, pero claro está, para ellos, su caso es
distinto, especial, único. En ocasiones, lo más lamentable es que alguno de los implicados “tira por
la borda” toda su vida para “disfrutar” de una relación idílica que, en su “ceguera transitoria”, cree
que durará eternamente, hasta que la muerte los separe o, por lo menos, muchos años, algo que
constantemente estamos verificando que no se ajusta a la realidad. Lo curioso es que no importa el
nivel cultural de los implicados, no importa que sea alguien sin estudios o que sea un científico
acostumbrado a exigir pruebas empíricas sobre cualquier tema de su incumbencia pero incapaz de
verificar empíricamente si su “enamorado/a” es como él/ella lo ve.
En fin, dedico esta entrada a los/as sufridos/as familiares, compañeros/as, amigos/as, conocidos/as,
esposos/as, de algún/a “enamorado/a ciego/a”… terminando recomendándoles que tengan
paciencia, el enamoramiento no dura eternamente, tiene fecha de caducidad y, cuando se acaba,
cae la venda de los ojos del “enamorado/a” y acaba por ver con claridad, sin distorsiones, la realidad
que antes no quería ver, o no podía ver por su “ceguera transitoria”… pero ¿de cuánto tiempo
estamos hablando?… no tengo ni idea, cada caso es diferente, una frase que he encontrado en
internet (ignoro quién es el autor) dice que “el amor de tu vida no puede escogerse a cara o cruz,
la paciencia te llevará hacia él”, a lo que yo añadiría que también la paciencia logrará alejarte
de él cuando no sea real.
Fotografía: Flickr
Hechos: Los estudios realizados muestran que las personas suicidas proporcionan muchos indicios
y advertencias sobre sus intenciones suicidas. El suicidio puede ser prevenido, pues casi nunca es
impulsivo. Aunque hay un porcentaje de intentos impulsivos, suelen ser no letales. La mayoría de los
suicidios son planificados. En ocasiones hay indicadores indirectos (p.ej. modificar sin un motivo
claro el testamento).
3. Mito: Las personas suicidas con Trastorno Bipolar (TB) están decididas a morir.
Hechos: La mayoría están indecisas entre vivir o morir. Las personas con TB se suelen sentir
desesperadas, como si ningún aspecto de su vida pudiera llegar a mejorar. Algunas personas
desean morir. Pero, la mayoría de las personas con TB desean liberarse de las circunstancias
intolerables de su vida y del dolor emocional, mental y físico que acompaña a la depresión. La
verdad es que las personas que consideran el suicidio, a menudo, tienen una visión en túnel: en
medio de su dolor se encuentran cegados para ver alternativas posibles.
4. Mito: Una vez que una persona está en estado suicida, lo estará siempre.
Hechos: Las personas que desean quitarse la vida están en estado suicida sólo por un tiempo. Los
impulsos suicidas están relacionados con la sintomatología del TB, cuando se controla el episodio,
los pensamientos suicidas disminuyen y el estado de ánimo mejora.
Hechos: Son muchos los suicidios cometidos al cabo de 3 meses de comenzada la mejoría, cuando
la persona tiene la suficiente energía como para poner sus ideas en práctica. Uno de los factores de
riesgo que existen es que el paciente haya estado hospitalizado recientemente. Las personas que
ya lo han intentado están a menudo en un riesgo mayor de terminar lograrlo. Un intento de suicidio
es un grito pidiendo ayuda y un aviso de que algo anda mal. Hasta un mes después de un intento de
suicidio el riesgo de repetición es elevado, en torno al 40%.
Hechos: La verdad es que es muy difícil entender por qué una persona decide suicidarse. Los
sentimientos, los pensamientos y las conductas que constituyen la desesperación que conducen al
suicidio aún no se comprenden bien. Las razones que llevan a un individuo al suicidio pueden ser
diversas: intento de escapar de una situación dolorosa, duelo, autorechazo de sí mismo, sensación
de falta de opciones, etc.
Hechos: La mortalidad entre los pacientes de Trastorno Bipolar, es alrededor de 3 veces mayor que
la de la población general. En contra de lo que se piensa, el enfermo de Trastorno Bipolar no sólo
corre el riesgo de suicidarse durante la fase depresiva, puesto que alrededor de la cuarta parte de
los suicidios tienen lugar durante un episodio mixto o maníaco. Los suicidios en los Trastornos
Bipolares ocurren con mayor frecuencia al comienzo de la enfermedad, y son mucho menos
probables, cuando el sujeto lleva ya unos años de evolución. Es importante recordar que algunas
personas con TB se matan por accidente o por un impulso durante un episodio maníaco.
8. Mito: El suicidio es influido por las estaciones del año, la latitud y las condiciones
climatológicas en general o los días de la semana.
Hecho: Estimaciones hechas sobre estudios realizados con muestras no clínicas, sugieren que la
idea del suicidio está presente desde un 40% hasta un 80% de la población. Esto significa que han
pensado al menos una vez en la vida en la idea del suicidio.
Los pensamientos y sentimientos suicidas son una parte del TB, una parte conectada con sus
mecanismos biológicos y genéticos. Sabemos que los niveles de serotonina son más bajos en el
10. Mito: Preguntarle a una persona sobre sus ideas de suicidio, puede llevar a que la
persona realice un intento, que no se hubiese dado si no se le hubiese preguntado.
Hecho: El hacer la pregunta es conceder un permiso a la persona para que hable sobre algo que
puede considerar como un secreto inconfesable. De hecho, muchas personas se sienten más
aliviadas al poder exponer sus ideas sobre el suicidio. Hablar del suicidio no induce a cometerlo.
Siempre que se sospeche que pueda haber ideación autolítica, hay que inducir a la persona a que lo
exprese. La persona suele sentir alivio al sentirse entendida y aceptada.
Quienes escuchan al deprimido hablar sobre las ideas de muerte tratan, en ocasiones, de eludir el
tema en la creencia de que tratar las ideas de suicidio pueden provocarlo. En realidad, hablar
abiertamente del tema puede representar un alivio para el paciente y una oportunidad, para quienes
tratan de ayudar, de conocer el grado de fuerza que tienen tales ideas y la ocasión de clarificar
objetivamente la situación.
Fotografía: Flickr
Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
Experta en Técnicas Gerontológicas.
Postgrado en Intervención Psicopedagógica en Contextos Escolares.
Postgrado en Intervención Social con Menores.
Ponente del personal sanitario del Servei Valencià de Salut en la Comunidad Valenciana.
Directora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa de Valencia (CPCiF).
Tutora externa del módulo “Practicum en Personalidad, Evaluación y Tratamiento
Psicológico” de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia.
Colaboradora activa del Centro de Psicología Especializada (C.P.E.).
Miembro investigador en la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia.
Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
Máster en Psicología Clínica.
Psicóloga del Centre de Psicologia Clínica i Formativa (CPCiF).
Profesora del Máster de Psicología Clínica del área infanto-juvenil (CPCiF).
Profesora del Máster de Psicología Clínica del área de trastornos de ansiedad (CPCiF).
Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica.
Colaboradora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa (CPCiF).
ISSN 1989-4716
http://www.safecreative.org/work/0903202794046
http://www.safecreative.org/work/0904022905667
Parte de una propuesta realizada por el Centre de Psicologia Clínica i Formativa (Valencia-
España) a los profesionales que, de una u otra forma, colaboran con dicho centro, para que
aporten información y reflexiones sobre los temas psicológicos que consideren oportunos,
siendo todos sus autores profesionales del ámbito sanitario o de la psicología.
Los artículos y opiniones escritas en esta revista, y sus derechos, pertenecen a los autores
que las han publicado.
Para cualquier tema relacionado con esta publicación puede dirigirse al responsable
escribiendo al siguiente correo electrónico:
AVISO
ISSN 1989-4716