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Amaia Villafañez
Nana
Antes de nada, aclarar que todo este material no es necesario para alterar cartas ya que con
cuatro o cinco tubos de acrílico y un pincel podemos perfectamente realizar nuestras
creaciones. Sin embargo, nos ha parecido interesante compartir experiencias con aquellos a
quienes guste probar y experimentar.
El material de bellas artes es caro, así que es cuestión de marcar prioridades. En mi caso,
dispongo de mucho material porque además de alterar cartas asistí a una escuela de arte y
diseño dónde me pedían mucho material y, actualmente, sigo haciendo pintura e ilustración y
cómo me encanta probar, pues utilizo todo lo que pillo. Además mi familia tiene solucionado el
tema regalos para todas las celebraciones, ya que prefiero mil veces una caja de lápices que un
bolso, unos zapatos o un vestido.
Es importante también tener en cuenta que lo que funciona con una forma de trabajo no
funciona con otra. Aquí expongo mi experiencia, pero no tiene porque coincidir con la vuestra.
Así que ser cautos a la hora de adquirir productos y, sobretodo, probad en cartas sin valor
antes de lanzaros.
Óleos
Lápices de colores
Lápices acuarelables de colores
Lápices de grafito
Tintas de modelismo
Tintas de caligrafía
Plumillas
Acuarelas
Pasteles
Pan de oro
Medium metalizado
Rotuladores
Goma líquida para reservas
Gouache
4.1 Óleos
El óleo, por su propia naturaleza, permite unos degradados y fundidos que, ni por asomo,
permiten los acrílicos. Así que esta técnica puede resultar muy adecuada en paisajes, marinas,
retratos, etc., o simplemente si no os gusta pintar capa sobre capa.
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Una de las formas más habituales de usar los óleos es por capas
siguiendo el principio "graso sobre magro". Eso significa que la primera
capa se da diluida con esencia de trementina para que seque antes, y la
segunda y posteriores se mezclan con algún médium oleoso tipo aceite
de lino o similares.
Pero seguimos teniendo el problema de que el óleo es un medio muy denso y que además
tarda muchísimo en secar. En consecuencia necesitamos adelgazarlo y acelerar el proceso de
secado de un modo adecuado.
Partimos de la base de que los óleos son de buena calidad y frescos, para evitarnos residuos de
pigmento, y utilizaremos un secativo alquídico para no correr riesgos con otros secativos más
agresivos. Este secativo cumplirá con nuestro doble propósito: aumentar la fluidez y
transparencia de la pintura y precipitar el secado.
Los secativos alquídicos con los que he trabajado son Liquin Original y Liquin Light Gel de
Winsor&Newton, el primero no altera el aspecto de la pintura y el segundo le añade un efecto
brillante o vidrioso. Son líquidos con textura de gel y lo venden en botes desde 75ml hasta 1
litro, pero con el pequeño tenemos para toda la vida. Cuesta unos 7€ y podemos usarlo
también para hacer ilustraciones en tela, papel con acabado de lino, etc.
La forma de aplicación del secativo es añadirlo directamente al óleo tal y cómo añadimos agua
o cualquier otro médium a los acrílicos. Ponemos un pequeñísimo pegote de óleo en la paleta,
lo chafamos bien con una espátula para eliminar posibles grumos y residuos. Si no tenéis
espátulas de pintura podéis usar cualquier cosa a la que no se adhiera la pintura y tenga un
mínimo de flexibilidad, una cucharilla de esas malas podría servir. Entonces mezclamos el
secativo con el óleo y vamos probando hasta conseguir la fluidez requerida. Personalmente me
gusta que quede más o menos como los acrílicos diluidos. Y ya está, a matizar y dar el aspecto
final.
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Los lápices de colores resultan geniales para matizar, fundir y sombrear. Pero debemos elegir
aquellos que tengan una mina cremosa y suave ya que en caso contrario levantaremos la
pintura al aplicarlos encima. Que se “agarre” el pigmento a la pintura dependerá de la
cremosidad del lápiz, por lo que los lápices escolares sólo la rayarán.
Desgraciadamente, en nuestro país los lápices de colores de calidad son muy caros, así que
personalmente recurro a Ebay dónde me compro muchísimo material por la gran diferencia de
precios.
Lo mismo que los lápices de colores normales, pero éstos cuentan con la ventaja de que, al ser
solubles en agua, si aplicamos el pincel húmedo podemos matizarlos y fundirlos mucho más
logrando mayor transparencia e integración.
Estos son los lápices de toda la vida. Podemos encontrarlos de grafito recubierto con madera,
de grafito puro, o en finas minas para usar con portaminas.
Cómo nuestra pretensión es que pinten sin dañar la carta utilizaremos densidades altas, de 2B
para arriba. Yo suelo utilizar un 6B o un 9B. En el caso de portaminas con un 0,9 será
suficiente, pero tened cuidado de que no esté muy afilada la mina. Para ello, con cualquier
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lápiz, lo único que hay que hacer es frotarlo en bisel sobre un papel hasta que enromemos la
punta.
Podemos utilizarlos para varias cosas, el uso que yo les doy es el siguiente:
- Para dibujar en la carta como paso previo a la pintura. En este caso, no tengo ni idea de
porque, hay cartas en las que se ve muy bien el lápiz y otras en las que no hay forma. Es
como si unas estuviesen más enceradas que otras.
Pero si imprimáis la zona antes, siempre se verá y puede facilitar mucho el trabajo si,
como yo, no sois grandes dibujantes.
- Para realizar sombras proyectadas. Marcamos la sombra muy suavemente con el lápiz y
con un difumino acabamos de extenderla o matizarla. La sombra que nos quede será
semitransparente y por tanto su efecto será bastante realista.
- Para dar brillos con efecto metálico. El lápiz de grafito aplicado encima de negro y grises
nos ofrece un perfecto aspecto metálico sin esfuerzos.
- Para cercar la pintura. Si una vez que tenemos la carta ya barnizada, nos apercibimos de
un error y para evitar desagradables corrimientos de pintura, podemos cercar con lápiz
la zona a repintar ya que el polvillo impedirá que la pintura se deslice por el barniz.
Las tintas Game Ink de la marca Vallejo son mucho más brillantes que los colores normales y
más transparentes, con lo que nos vendrán muy bien para hacer veladuras, sombras, reflejos y
matizaciones de color.
Hay quien dice que si diluyes pintura con mucha agua es lo mismo. Pero yo no estoy de
acuerdo, el brillo y transparencia que tienen las tintas no es igual a un color muy diluido. Valga
como ejemplo la tinta roja. Ésta tiene un color rojo puro muy intenso y es bastante
transparente, ningún color rojo de Vallejo presenta esa tonalidad y saturación, además de que
no empapan el cartón como una pintura tan aguada.
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4.7 Plumillas
Las plumillas se utilizan con tinta y nos ofrecen un montón de posibilidades pero, ojo, no son
fáciles de dominar. Si no tenemos la suficiente práctica con ellas se nos correrá la tinta,
rayaremos la carta o haremos unos trazos de lo más desgarbado. Así que sólo las recomiendo
para gente experimentada en su uso.
Tamaños, modelos y durezas hay miles, por lo que posibilidades no nos faltarán. El uso más
interesante que yo les veo es el de escribir texto en una carta sin los problemas que nos ofrece
el pincel.
4.8 Acuarelas
Las acuarelas son un medio transparente y como tal hay que tratarlo.
El color variará dependiendo de la cantidad de agua que les
añadamos, pero no olvidemos que no hay que duchar la carta.
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Ideales para veladuras, matizaciones, sombras, brillos, reflejos y otros efectos. Se pueden
utilizar sin problemas sobre la pintura ya barnizada o sin barnizar.
4.9 Pasteles
Los pasteles son ideales si quieres crear atmosferas brumosas, neblinosas, nubladas, sombrías
o cualquier efecto difuminado.
Los pasteles que utilizo son los Nutpastel de Prismacolor, primero porque son los que tengo y
segundo porque los pasteles blandos de toda la vida me dan un poco de respeto por lo
polvorientos que son.
Matizada la atmosfera de la parte del fondo con acuarelas y pasteles después de un primer barnizado
Podemos utilizar pan de oro falso, pan de oro auténtico, pan de plata, de
cobre, irisado…
Desde luego es un material para utilizar discretamente, pero siempre puede
resultar efectista en el borde de la caja de la ilustración o del texto o en
pequeños detalles.
Para aplicarlo tenemos que extender una capa muy fina de mixtión con el
pincel, lo dejamos secar hasta que esta mordiente y entonces ponemos
encima la lámina o trocitos de lámina de pan de oro, pasamos el pincel muy
suavemente por encima para que se fije y entonces, a contrapelo con un pincel algo más duro,
quitamos lo sobrante.
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Médium mezclado con pintura en la copa y la luz Pincel seco sobre abanico y nudo espalda
4.12 Rotuladores
Evidentemente, para pintar sobre la carta, los rotuladores han de ser permanentes. El
problema es encontrarlos con una punta cuyo grosor se adecue al tamaño de las miniaturas.
Eso sin contar que no se pueden rectificar cómo en el caso de los acrílicos u otros medios. Lo
que rotules, ahí se queda de por vida, a no ser que pases alcohol o acetona y destroces la
ilustración de fondo o lo tapes con pintura.
Los que yo conozco que dispongan de una extensa gama de colores y una punta relativamente
fina son los Sharpie de Sanford de punta ultrafina (empresa madre también de Prismacolor,
entre otras tropecientas) con una escala de 39 colores, pero a mí, me sigue resultando gorda
esa punta, prefiero el pincel. Así a bote pronto, calculo que el grosor de la punta estará entre
0,5 y 0,7, desde luego mucho más finos que la mayoría de rotuladores.
El problema es que no es fácil encontrarlos en la península, aunque algunos sitios
especializados si los tienen.
Aunque eso va a gustos, porque Ron Spencer utiliza frecuentemente los rotuladores
permanentes de Prismacolor que son más gordos que los citados anteriormente.
Los rotuladores podemos utilizarlos no sólo para pintar sino también para
rebordear o para hacer nuestro boceto previo en la carta.
Para remarcar en negro hay rotuladores permanentes más finos que los
sharpie, los que yo conozco con la punta más fina son los Itoya de 0,1,
pero, como siempre, no los encuentro aquí.
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Para realizar el boceto previo en las cartas, si el lápiz me falla, nunca utilizo rotuladores
permanentes por si me equivoco, en su lugar uso rotuladores totalmente borrables, incluso
con el dedo.
El que mejor me hace el servicio es el Pigment Liner de Staedtler con punta de 0,05. Esta punta
es realmente muy fina y me permite trabajar con comodidad y, por suerte, los encuentro en la
papelería de enfrente de mi casa.
Este material se utiliza normalmente para hacer reservas de color cuando pintamos con
acuarelas, pero podemos utilizarlo también en nuestras cartas.
Es una pasta parecida al pegamento que lo que hace es preservar una zona para que no entre
la pintura. Se aplica a pincel sobre la zona que no queramos que se pinte y esperamos a que
se seque. Una vez seco se quita fácilmente frotándolo con el dedo. Pero no lo utilicéis para
zonas que tengan que estar delimitadas perfectamente porque no obedece milimétricamente.
Es sólo una opción más a tener en cuenta sobre todo si alguien trabaja con aerógrafo.
Nunca he probado este medio que funciona como la acuarela pero en opaco. Sin embargo lo
referencio por el gran interés que dicho material produce en Amy Weber, ilustradora oficial de
Magic: The Gathering.
Los pigmentos están aglutinados con cola o con pigmento blanco y no tiene el mismo brillo
que la acuarela pero en contrapartida tapan completamente.
Nana