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Un espía alemán en un paraíso tropical

El 10 de noviembre de 1942, la sentencia de muerte por fusilamiento a Heinz August


Kunning fue llevada a cabo en el Castillo del Príncipe, histórica cárcel habanera desde
1839. Construido en 1767 por el ingeniero alemán Agustín Crame, como parte de la
defensa de La Habana, nombrado así en honor del hijo del Rey de España Carlos III.
Bajo la cubierta de establecer una empresa de su propiedad, en septiembre de 1941,
llegó a La Habana, proveniente de España con pasaporte hondureño a nombre de Enrique
Augusto Lunin.
La Estampa situada en la calle Industria 314, fue el nombre de la casa de modas bajo
la cual se estableció el señor Lunin (Kunning).
La información suministrada por Kunning desde Cuba causó la destrucción en alta
mar de casi todos los barcos de la flota mercante cubana y la muerte de la mayoría de sus
tripulantes. Entre 1942 y 1944 siete barcos cubanos fueron hundidos por submarinos
alemanes (U-2), resultado de estos hundimientos fue la muerte de mas de ochenta
marineros cubanos y tres norteamericanos.
Gracias a los informes de Kunning los submarinos alemanes hundieron un barco
mercante cubano en las cercanías de Santiago de Cuba y otro en la bahía de Manzanillo
ambos lugares situados en la costa sur de la isla.
El Sr. Kunning fue al parecer el centro de una red de espías nazis establecida en
Cuba, país estratégico para la navegación entre USA y el mundo. La mayoría de la
información la conseguía personalmente en el puerto de La Habana, lugar al que acudía
con regularidad, siendo un cliente asiduo de bares y prostíbulos, lugares frecuentados por
tripulaciones de barcos mercantes y obreros portuario.
La comunicación con la central de espionaje alemana la establecía con la ayuda de
un potente transmisor receptor de radio y a través del correo, escribiendo con tinta
invisible en la correspondencia relacionada con su negocio.
Para la fecha que Kunning se estableció en La Habana el espionaje alemán estaba
establecido y activo en América Latina así como en USA.
Los servicios de inteligencia norteamericano e inglés establecieron en las islas
Bermudas una agencia que controlaba la correspondencia enviada a Europa y a otros
lugares desde el continente americano.
Un día descubrieron una carta que les llamó la atención dirigida desde La Habana a un
connotado falangista español. Después de analizar el contenido encontraron un mensaje
en clave escrito con tinta invisible.
Días después llegaron a la sede del Servicio de Investigaciones de Actividades
Enemigas (SIAE) situada en la barriada habanera del Cerro, dirigido en ese entonces por
el Capitán M.Faget, oficiales del servicio de contraespionaje norteamericano y la
investigación en la búsqueda de espías alemanes en La Habana comenzó, con la ayuda de
un avión equipado con equipos de detección de señales radiales, logrando descubrir que
existía una emisora que transmitía en la zona cercana a los muelles del puerto habanero.
La contrainteligencia cubana empezó su investigación identificando a personas que
recibían o hubieran recibido dinero del exterior. Analizando las distintas sucursales de
bancos extranjeros en Cuba, un agente de la contrainteligencia cubana descubrió un
traspaso bancario en el Banco de Boston. Este documento estaba firmado pero no tenía
información sobre el recipiente.
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Conociendo que la emisora transmitía desde la zona de La Habana Vieja, el agente se


dirigió a la oficina de correos de esa vecindad y entrevistó a todos los carteros
enseñándoles el recibo, hasta que uno de ellos reconoció la firma.
Señalando como su autor a un individuo vecino de un hostal ubicado en la calle
Teniente Rey de esa barriada, el cual recibía giros monetarios de manera habitual.
El agente solicitó a dicho cartero que llevara una misiva registrada que permitiera
comparar las firmas de ambos documentos .Ambas firmas coincidieron y así fue
arrestado en La Habana Heinz August Kunning el cual reconoció su culpa ante la
evidencia de los efectos ocupados y los hechos manifiestos, siendo condenado a la pena
capital en Septiembre de 1942.
Sepultado en el cementerio de Colón de la capital cubana bajo nombre supuesto,
siendo repatriados sus restos en 1953.
Aunque no fue el único espía alemán que operaba en Cuba durante la Segunda
Guerra mundial, si fue el único capturado y ejecutado.
Como recordatorio de estos hechos existen dos monumentos en Cuba uno situado en
la Avenida del Puerto y la calle O’Reilly en La Habana Vieja y el otro en la ciudad de
Cienfuegos en el parque El Mambí.
Un caza submarinos (CS-13) de la armada cubana hundió cerca de la bahía de
Nuevitas situada en la costa norte de Cuba un U-2 alemán en 1943.

Felipe Miranda Pardo, London, Ontario 2009

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