Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Tiempos Modernos
(1936, Charles Chaplin)
&
Henry Ford
(Documental, A&E, 1994).
Taller Sociología del Trabajo-
Profesoras: Dra Andrea del Bono, Lic. Juliana Frassa, Lic. Mariana Genusso- curso 2005.
Alumna: María Celeste Gigli Box.
Comentario Preliminar.
“Algo malo debe tener el trabajo porque si no, los ricos lo habrían acaparado”.
Mario Moreno (Cantinflas).
fordismo o del trabajo moderno, sino una obra del séptimo arte que refleja
varios planos de la realidad que no sobra verlos.
Last, but not least; es necesario que comente que he decidido abordar
primero la obra de Chaplin y luego el documental de la A&E Mundo, sólo por
una cuestión cronológica –a pesar de que sólo la producción del último
documento sea posterior a la obra de Charles (Ya que el abordaje del
documental de Ford comienza a principios del siglo XX).
las traducciones que reflejan el verdadero espíritu del autor de la obra. Esas
traducciones expresan lo que subyacía al arte chapliniano. Es por eso que la
placa primera del film rezaba [palabras más, palabras menos] “El Hombre en
búsqueda de la Felicidad”.
En fin. Creo que es hora obligada de comenzar. Para ello, propongo que
recordemos la escena inicial en que decenas de cochinos aparecen por
segundos, alternados con una similar [¿idéntica?] multitud de seres humanos.
Arriba de ellos se divisa un cartel que dice: “Subway”. Así comienza la película,
así comienza la jornada laboral, así comienza la vida en esta obra. … y así
comienzan estas líneas.
filas que esto genera. La coyuntura del crack está presente en la salida de
Charles de la cárcel donde fue internado, al encontrar su fábrica cerrada. El
diario que el protagonista lee [en la visita del Ministro y su esposa, justo antes
de que lo liberen por buena conducta], titula acerca de los conflictos que
producen los desempleados es parte de esto mismo. En fin.
Esta idea del robar por pobreza (y no por decisión, por oficio, o por
cinismo. O bien para traficar y hasta para ostentar) es estructural en la
película, y también puede ser visto casi al final del film, cuando Charles se
encuentra en la Tienda en la que comenzó a trabajar, y en la que introdujo
ilegalmente a su amiga. En ella, se encuentra a su viejo compañero de la línea
de producción, el que tanto se había molestado con Charles por sus retrasos
en el ritmo de la línea. Su amigo es claro: “no somos ladrones, tenemos
hambre”.
público y los críticos llamaban “el arte de hacer reír”. Él decía: “no
intento solamente ponerme a mí mismo en una situación embarazosa,
sino también poner en ella a los demás (…) procuro economizar
medios (…) un solo acontecimiento puede provocar dos carcajadas
distintas, vale más que dos hechos separados. En “Carlitos
Aventurero” lo consigo colocándome en un balcón donde saboreo un
helado acompañado por una muchacha. En el piso de abajo, pongo a
una señora obesa, respetable y bien vestida. Entonces, al comer mi
helado, lo dejo deslizarse (…) y viene a caer en la espalda de la
señora. (…) por muy sencillo que esto parezca, aquí se intenta tocar
dos elementos de la naturaleza humana, uno es el placer con que el
público ve ridiculizar la riqueza y el lujo, la otra es la tendencia del
público a sentir las mismas emociones que el actor en la escena o en
la pantalla… si hubiese hecho caer el helado en el cuello de una pobre
sirvienta, en vez de risa, hubiese provocado compasión. (…) a la
señora rica es darle su merecido”1.
Recorto estas ideas de Chaplin para asentarme sobre otra base que
los autores no mencionan, pero que no me atrevo a afirmar sin más.
Por eso pretendo [y acepto si se me achaca astucia] fundamentarla
con el background de los objetivos de Charles en su arte. Me explico:
considero que la solidez y la genialidad –y el poder de su arte-, se
refleja en Tiempos Modernos para mostrarnos cómo los “ladrones” no
son los “malos”, sino que los “pobres” son los “que no pueden”.
Tampoco son ellos “delincuentes”, y es el “sistema” el que no los
recibe en su seno [descargando teoría a esta noción], el que no se
hace poroso para que los protagonistas entren. En pocas palabras:
Chaplin nos pone en la incómoda situación de no poder afirmar sin
más que el pobre ridículo -y algo ingenuo protagonista-, se hace
amigo de una “ladroncita de poca monta” y se narran sus aventuras.
Lo que Chaplin nos muestra no es tan simple: Es más difícil ver en los
1
Arcella, I. y Kleinman E. :”Biografía de Charles Chaplin” en “El mundo de Charles Chaplin”, Colección Los
fundamentos de las Ciencias del Hombre, CEAL, 1991.
Taller Sociología del Trabajo-
Profesoras: Dra Andrea del Bono, Lic. Juliana Frassa, Lic. Mariana Genusso- curso 2005.
Alumna: María Celeste Gigli Box.
final. Puede ser que Chaplin quisiese que la protesta gremial y el reclamo de
puestos de trabajo estén allí presentes. Tal vez aquí también Chaplin esté
“economizando” y bregue por dar una pincelada de lo “gremial” en sí, sin más
(que incluye, claro, el reclamos por puestos también).
2
Por “tecnología” entiendo aquí lo que la Teoría Económica entiende como tal: cualquier tipo
de desarrollo técnico que sirva a la producción, la aumente, la facilite, o la provea.
Taller Sociología del Trabajo-
Profesoras: Dra Andrea del Bono, Lic. Juliana Frassa, Lic. Mariana Genusso- curso 2005.
Alumna: María Celeste Gigli Box.
Charles soporta las reglas del trabajo. Pero también, está subordinado
por el trabajo como dimensión del hacer humano. No puede hacer que esta
parte de su humanidad se erija en su persona, y pueda ser ejercida. El trabajo/
los trabajos se le escurren de las manos…. Pero nunca opta por desistir de la
búsqueda, por rebelarse a ese sistema y por ser vagabundo, por ejemplo: sigue
intentando a pesar de los fracasos. Esta condicionado por sus “esquemas”, que
son la aspiración a pertenecer a ese “sistema” en algún momento: si bien sólo
puede acceder a una casa muy pobre, a un trabajo descalificado, no cesa de
desear lo que la gente “inserta” hace: comer en una casa confortable –aunque
la de él sea paupérrima-, trabajar –aunque él sólo sea obrero/mozo/peón.
Taller Sociología del Trabajo-
Profesoras: Dra Andrea del Bono, Lic. Juliana Frassa, Lic. Mariana Genusso- curso 2005.
Alumna: María Celeste Gigli Box.
Misceláneas.
“No os entreguéis a esos hombres desnaturalizados, a esos hombre máquina de corazón de
máquinas. ¡Porque no sois máquinas! ¡No sois ganado! ¡Sois hombres! ¡Lleváis en vuestros
corazones el amor a la humanidad! ¡No tengáis odio! Sólo odian los que no son amados (…)
¡Combatid por la libertad!”
Charles Chaplin (En el ”Llamado a las Hombres”, The Great Dictator, 1940).
Si bien líneas arriba mencioné que esta segunda lectura del film me
resultó más prolífica que la de antaño, en aquéllas líneas encontré una idea
que sólo podía ser colocada en el espacio de las misceláneas, aunque ya ha
sido esbozada en el apartado anterior. A ver:
Muchos análisis, -y el mío, por qué no-, dejan traslucir un Chaplin que
está afuera del sistema, que actúa sin acuerdo con las normas de éste, que su
ingenuidad/ su comicidad o su tragedia lo colocan en un lugar para-normal. Es
cierto. Pero si uno sigue esta idea hasta su fin, y contando con que Chaplin
sólo pretende poder jugar esas benditas reglas del juego que no puede todavía
jugar, podemos inferir que Chaplin, en realidad… ¡ES EL MENOS
CONFLICTIVO DE LOS PERSONAJES EN ESTE FILM! Es una pobre víctima
de su trabajo en la línea, es un obediente encarcelado, ni la cocaína lo hace
rebelarse completamente, procura empleo de lo que le ofrezcan, sueña con
una casa modelo… y anima a tener esperanzas a su partenaire cuando ella la
pierde… nunca cuestiona lo que le enloquece, nunca cuestiona lo que se el
impone, nunca cuestiona su conducta. Nunca busca organizarse con los de su
jaez, y nunca, nunca, nunca, pretende su felicidad por otros medios que los
pocos que posee. En fin. Dejo planteada la cuestión, me resta repensarlas
algunas veces más.
Taller Sociología del Trabajo-
Profesoras: Dra Andrea del Bono, Lic. Juliana Frassa, Lic. Mariana Genusso- curso 2005.
Alumna: María Celeste Gigli Box.
Seré sintética: este acápite sólo oficia para poder llevar a cabo algo que
de hecho, ya hice: poder rescatar la genialidad, la originalidad, la importancia
del tipo de abordaje que hace Chaplin acerca de la realidad. Nuestra realidad.
Nuestra historia. Nuestra experiencia hu-ma-na. Podría cantar loas a su arte.
Pero siento cierta contradicción en “decir” el Arte. Y comentar, y recomentar,
mensajes, impresiones estéticas, gestos, manejos corporales de Chaplin es un
poco… malinterpretarlo. El Arte no se dice. Se piensa y se siente. Pero
fundamentalmente se disfruta. Este film, como El Gran Dictador, como El Pibe,
entre otros… muestran una multiplicidad de recursos actorales, de contenidos,
y de elaboración. Sin ponerme colorada por la admiración no disimulada, sólo
me atrevería a sintetizar mis sensaciones ante este Arte sólo con una palabras.
Charles Chaplin puede sintetizarse para mí en unas pocas letras: Chapeau.
Del otro lado del ring: el trabajador que tiembla. Lo que las
investigaciones de Ford se proponían era el aumento de la productividad en
términos absolutos (producir más y más auto partes), y en términos relativos
(minimizar los costos de la producción, relativamente). Pues bien. El problema
era uno de los factores que teníamos en esta relación [tal vez aquí sea
procedente armar otro “ring” y colocar al trabajador vs. La máquina, no?] es un
ser humano. Un ser con ritmos diferentes a los mecánicos. Dos naturas
distintas que se enfrentaban en un mismo proceso, una que se cansa, la otra
que sólo hay que aceitar. Una que debe realizarse, la otra que sólo debe
funcionar. La máquina era un factor para el aumento de la productividad, y
Henry “hinchaba” por ella en esta pelea… cómo podemos pretender que dos
contra uno [la máquina y la productividad deseada por Ford vs. El obrero], no
venzan? Por cierto… ¿Me estaré olvidando de algo?... ¡Ah! ¡Pero qué
esperanza! ¿Recuerdan a Chaplin ajustando tuercas compulsivamente?... sí
era eso lo que rondaba en mi cabeza.
que hacerlo significa. El problema es que eso hace a la rutina del trabajo. Si a
esta monotonía enceguecedora, sumamos el tiempo que apremie, el trabajo (=
acción hu-ma-na) se enajena completamente.
Y bueno, como detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer, su
esposa lo obligó a tramitar la afiliación gremial obligatoria. Un Ford que luego
del recurso de la coerción hacía cedido porque la realidad lo superaba, pero no
por convicción propia.