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ARTÍCULO ORIGINAL Monárrez J y col.

Prevalencia de desnutrición en niños


tarahumaras menores de cinco años
en el municipio de Guachochi, Chihuahua
Joel Monárrez, M.C., M. en C.,(1,2) Homero Martínez, M.C., Ph.D.(2,3)

Monárrez J, Martínez H. Monárrez J, Martínez H.


Prevalencia de desnutrición en niños Prevalence of malnutrition
tarahumaras menores de cinco años in Tarahumara children under 5 years
en el municipio de Guachochi, Chihuahua. of age in the municipality of Guachochi, Chihuahua.
Salud Publica Mex 2000;42:8-16. Salud Publica Mex 2000;42:8-16.

Resumen Abstract
Objetivo. Determinar la prevalencia de desnutrición en Objective. To determine the prevalence of malnutrition
niños tarahumaras menores de cinco años en el municipio among Tarahumara children under 5 years of age in the
de Guachochi, Chihuahua, México. Material y métodos. municipality of Guachochi, Chihuahua, Mexico. Material and
Durante el verano de 1996, fueron muestreados 450 niños, methods. During the summer of 1996, we interviewed a
representativos de 62 comunidades, estratificadas por el ta- representative sample of 450 children from 62 communi-
maño de su población. La muestra representa 12.2% del ties, stratified by size of population. The sample represents
total de tarahumaras del municipio. Para cada uno de los 12.2% of the total number of Tarahumaras in the municipa-
índices antropométricos peso/edad, peso/talla y talla/edad lity. For each of three anthropometric indices (weight-for-
se calculó la desviación en puntaje Z de cada observación de age, weight-for-height and height-for-age), we calculated the
la mediana de la población de referencia (NCHS). Se presen- Z-score in reference to NCHS population values. Results
tan medias y desviaciones estándar de las mediciones realiza- are presented as means and standard deviations as well
das, así como la prevalencia de desnutrición, estratificada por as prevalence of malnutrition at different cut-off-points,
edad, sexo y tamaño de la localidad de residencia de los niños. stratified by age, sex, and size of the community. Results.
Resultados. Las prevalencias de desnutrición a <-2Z fueron: Prevalence figures of malnutrition (<-2Z) were: weight-
peso/edad: 36.4% (X±DE:-1.66±1.1); peso/talla: 3.5% (X±DE: for-age: 36.4% (mean SD± -1.66 ±1.1); weight-for-height:
-0.43±0.9) y; talla/edad: 57.1% (X±DE: -2.15±1.3). Los niños 3.5% (mean SD± -0.43 ±0.9); and height-for-age: 57.1% (mean
de 12-23 meses de edad fueron los más afectados (<-2Z) SD± -2.15 ±1.3). Children aged 12-23 months were the most
de acuerdo con los indicadores peso/talla y peso/edad con affected, both in weight-for-height and weight-for-age (10.3%
10.3% y 52.6%, respectivamente. Los grupos de edad mayores and 52.6%, respectively). Children over one year of age pre-
de un año mostraron prevalencias superiores a 60% en el sented prevalences of height-for-age <-2Z over 60%. Signif-
indicador talla-edad (<-2Z). Los niños mostraron mayor afec- icant sex differences (p<0.05) were observed, favoring girls.
tación que las niñas (p<0.05). Conclusiones. El grupo de Conclusions. Malnutrition among Tarahumara children
edad con mayor afectación por la desnutrición correspon- reaches its peak during the second year of life (12-23 months
de a los niños de 12 a 23 meses mostrando mayor incidencia old), affecting boys more than girls.This information may be
en los hombres que en las mujeres. Esta información podrá useful for planning and targeting nutrition intervention pro-
ser útil para la planeación e instrumentación de interven- grams for this underprivileged indigenous group.
ciones nutricionales dirigidas a este grupo indígena.

Palabras clave: desnutrición proteico-energética/prevalen- Key words: protein-energy malnutrition/prevalence; child,


cia; infante; grupos étnicos; México preschool; ethnic groups; Mexico

* Estudio financiado por el Fondo Social del Empresariado Chihuahuense y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Chihuahua, México.
(1) Coordinación de Investigación, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Chihuahua, Chihuahua, México.
(2) Instituto Nacional de Salud Pública, México.
(3) División de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social, México.

Fecha de recibido: 13 de julio de 1999 • Fecha de aprobado: 9 de noviembre de 1999


Solicitud de sobretiros: Dr. Joel Monárrez Espino. Burggrafenstr 92, 45139 Essen, Alemania.
Correo electrónico: monarrezj@aol.com

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Desnutrición en niños tarahumaras ARTÍCULO ORIGINAL

tricidad y drenaje es prácticamente inexistente.7 La


L osrámuri,
tarahumaras, conocidos en su idioma como ra-
denotan al grupo étnico que habita el movilidad estacional es común; durante los meses cá-
suroeste del estado norteño de Chihuahua, México. lidos, las familias permanecen en las tierras altas de la
Constituye, a su vez, el grupo indígena más numeroso sierra, en tanto que en los inviernos extremadamente
del norte del país, con aproximadamente 80 000 ha- fríos, emigran a las partes más bajas. Los tarahumaras
bitantes, que representa cerca de 3% de la población de las regiones montañosas viven en rancherías y uti-
estatal y 1.1% del total nacional de grupos étnicos in- lizan los poblados grandes como centros políticos y re-
dígenas; asimismo, ocupa 88% del total de indígenas ligiosos. Estas poblaciones, habitadas en su mayoría
en el estado.1, 2 por mestizos, generalmente cuentan con una iglesia,
Los rarámuri habitan una extensa llanura elevada una escuela, un centro de salud, algún recinto utiliza-
dividida por barrancos y cañones. El clima es con- do como corte de justicia o sitio de reunión y pequeñas
trastante, de acuerdo con la altitud de cada zona: en la tiendas operadas por mestizos.
montaña (>2 000 msnm) es templado-semifrío, mien- En lo que respecta a la salud, se debe considerar
tras que en el barranco (<1 000 msnm) es sub-tropical; que la recolección de información en una población de
las temperaturas medias anuales son de 8 y 24 ºC, res- difícil acceso, con alta movilidad y barreras de idioma,
pectivamente.3 Asimismo, la variabilidad de las preci- sumado a los pobres intentos de las autoridades por
pitaciones es notable, al igual que la presencia de obtener dicha información, produce estadísticas poco
sequías frecuentes. Cuando no hay sequía en la zona precisas y no actualizadas con un alto grado de sub-
montañosa, las precipitaciones promedian 600-800 mm. registro. Sin embargo, aun con estas limitaciones, los
La gran mayoría de las lluvias suceden entre junio y indicadores existentes para la población tarahumara
agosto lo que constituye la base de una agricultura de muestran diferencias enormes con relación a los es-
temporal.4 tatales.1 Los servicios de salud ofrecidos por diversos
Aunque las condiciones agrícolas de la Sierra Ta- organismos como el Instituto Mexicano del Seguro
rahumara no son muy adecuadas, producto de los Social-Solidaridad, Secretaría de Salud, Instituto Na-
delgados suelos con pobre capacidad para absorber cional Indigenista, Sistema Nacional para el Desarro-
humedad y fertilizantes,5 los rarámuri practican la llo Integral de la Familia (IMSS-Solidaridad, SSA, INI,
agricultura de subsistencia; cultivan maíz, frijol, papa, DIF) y diversas clínicas religiosas tienen un alcance
chícharo, haba y calabaza. El rendimiento de cultivo limitado, se ubican generalmente en los poblados más
de maíz es de 300-450 kg por hectárea en años con pre- grandes, son pocos en número y recursos, y se dedi-
cipitaciones elevadas para la zona, pero apenas su- can principalmente a la medicina curativa. Mientras
ficientes para la subsistencia. Las cosechas se dan en que en 1990 la tasa de mortalidad infantil general en el
pequeñas zonas de suelo cultivable, que pueden estar ámbito nacional fue de 35 por 1 000, y la tasa de mor-
separadas unas de otras por varios kilómetros. Dado talidad indígena también nacional fue de 55 por 1 000,
que el maíz rara vez dura todo el año, las familias se la mortalidad infantil tarahumara ajustada fue de 95.3
ayudan con la recolección de plantas silvestres como por 1 000 nacidos vivos, lo que la ubica como la más
el maquásori (quelite), la cría de pollos y chivos, que alta (junto a huicholes) entre los grupos étnicos indí-
son prácticas comunes de subsistencia en esta región. genas del país.8, 9
Los recursos económicos requeridos para comprar pro- En años recientes, y en particular a partir del otoño
ductos externos a estas comunidades provienen de la de 1994, aparecieron publicados en periódicos estata-
venta de animales o artesanías, o del eventual salario les varios informes hospitalarios que advertían sobre
que algunos indígenas perciben al emplearse como un incremento en el número de muertes de niños tara-
peones en aserraderos. Por siglos los tarahumaras han humaras con desnutrición moderada o grave, produc-
sido explotados, primero en las minas y campos de to del conocido efecto potenciador de la desnutrición
españoles, durante la época colonial, y después por sobre la mortalidad infantil.10-12 Las autoridades de
mestizos y extranjeros.4,6 salud crearon un programa de intervención nutricio-
Los asentamientos tarahumaras son rancherías nal basado en la ayuda alimentaria directa, a través
que se conforman por grupos dispersos de viviendas. de una canasta de alimentos, así como en la oferta de
Cada vivienda consiste en un cuarto edificado de tron- atención médica en forma ambulatoria. Sin embargo,
cos o piedras y una o dos chozas para almacenar el la planeación y ejecución de dicho programa contó
maíz. La vivienda es un cuarto/habitación con piso de con las limitaciones de la falta de información en el
tierra y una rudimentaria chimenea que hace las veces ámbito poblacional que diera una idea precisa de la
de cocina; la disponibilidad de agua entubada, elec- magnitud del problema nutricio entre los niños rará-

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muri, y que permitiera una distribución eficiente y di- identificar dichas viviendas resultaría un esfuerzo cen-
rigida de los recursos, así como la subsecuente eva- sal fuera de los alcances de los investigadores, en las
luación del impacto del programa. localidades con más de 100 viviendas. Ante estas di-
El objetivo del presente estudio fue realizar un ficultades, se trazó la siguiente estrategia para buscar
diagnóstico del estado nutricional de la población in- la representatividad de la población.
fantil tarahumara menor de cinco años con base en la Se asumió que el tamaño de la localidad en la zona
toma de mediciones antropométricas y examen físico. tarahumara, dado por el número de viviendas habita-
das, guarda relación con la marginalidad de la po-
Material y métodos blación. Bajo este supuesto empírico, se definieron tres
estratos de acuerdo con el número de viviendas por
El estudio se llevó a cabo en el municipio de Guachochi, localidad. La cantidad de niños a ser muestreados se
Chihuahua, que cuenta con un tercio (≈3 700) del total determinó de acuerdo con una estimación de la pro-
de tarahumaras menores de cinco años en el estado.1 porción de tarahumaras que viven en los diferentes
La Secretaría de Salud ubica a Guachochi en el primer estratos.
lugar de mortalidad infantil entre todos los munici- Las rancherías con menos de 10 viviendas se en-
pios del país, probablemente como efecto del 61.3% cuentran distribuidas en la periferia de las rancherías
de población rarámuri que lo habita. medianas, variando desde 1-2 hasta ocho o más. La
El trabajo de campo se realizó entre el 20 de junio distancia de las rancherías chicas a las medianas es
y el 30 de agosto de 1997. Este periodo de verano, que de 1 km a 10 o más, que caminando representan de 30
corresponde a la época de precosecha, fue elegido tan- minutos hasta cinco o más horas. El acceso es por me-
to para evitar el problema de migración estacional de dio de veredas o senderos de montaña, a manera de
las familias como para eliminar la variación estacio- rutas, rara vez transitables con vehículo. Cada ruta
nal en el estado antropométrico de los niños dado por cubre varias rancherías chicas, aunque no necesaria-
la época de pre y poscosecha.13-15 La población de es- mente todas las circundantes a la ranchería mediana.
tudio consistió en los niños menores de cinco años de Se eligió aleatoriamente una ruta que partiera de la
ambos sexos, residentes permanentes del municipio, ranchería mediana seleccionada y siguiendo la ruta
cuyo padre o madre hablase rarámuri. elegida, se seleccionaron todas las viviendas con niños
El tamaño de la muestra fue determinado al menores de cinco años hasta cubrir la cuota. De esta
considerar la frecuencia estimada de la desnutrición, forma se muestrearon 38 rancherías chicas.
el nivel de precisión deseado y la factibilidad económi- Para seleccionar las rancherías medianas se siguió
ca. Se aplicó una fórmula para calcular la proporción un muestreo sistemático con base en el siguiente es-
de una variable en una población.16 Se buscó maximi- quema: se realizó un listado con cuatro columnas; en
zar el tamaño de la muestra incorporando un factor la primera, se colocaron en orden alfabético las 114
de 0.5 como indicador de máxima heterogeneidad del rancherías medianas del municipio; en la segunda, se
fenómeno de estudio, con un nivel de confianza de 95% listó el número de viviendas por localidad; en la terce-
y un error relativo del estimador de 15%. Posterior- ra, la frecuencia acumulada de viviendas; y en la cuar-
mente, se sumó 30% (determinado por la factibilidad ta, el rango de viviendas desde la localidad anterior
económica) por el efecto de diseño dado que la muestra hasta la presente. Se determinó el intervalo muestral
no fue obtenida a partir de un muestreo simple aleato- del total de viviendas a ser muestreadas a partir del
rio. El tamaño muestral final fue de 450 niños. tamaño muestral (por ser la vivienda la unidad mues-
Aunque hubiera sido deseable realizar un mues- tral). La selección de las localidades se efectuó toman-
treo probabilístico de la población, no fue posible con- do un número aleatorio al que se sumó el intervalo
tar con un marco muestral debido a que no existe un muestral consecutivamente. Las localidades seleccio-
censo específico para población tarahumara, y la facti- nadas fueron aquellas en las que el intervalo muestral
bilidad de realizarlo se enfrentó con la imposibilidad cayó dentro del rango de viviendas. Al interior de la
de ubicar físicamente a la población. Por un lado, la localidad se eligieron ocho viviendas al azar y se en-
posibilidad de llegar a las localidades aisladas con cuestó a todos los niños menores de cinco años que se
menos de 10 viviendas (cerca de 1 000 en el municipio) encontraron. Siguiendo este procedimiento, se eligie-
era baja, producto de la pobre información cartográ- ron 17 rancherías medianas.
fica y de las dificultades logísticas existentes. Por otra A partir del listado de poblaciones grandes en el
parte, dado que las localidades con más de 50 vivien- municipio, se seleccionó en forma aleatoria a la mitad
das no cuentan con mapas que distingan las viviendas de ellas. Una vez en la localidad, se recurrió a las pro-
indígenas de las mestizas, la dificultad logística para motoras de salud locales para hacer un llamado a to-

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das las madres de niños rarámuri menores de cinco El procesamiento de la información incluyó la re-
años, solicitando que acudieran al centro de salud, dis- visión de encuestas para identificar inconsistencias o
pensario o escuela en una fecha predeterminada. De faltantes en la información contenida. La información
las que acudieron, se eligieron al azar los niños nece- se capturó en una base de datos empleando DBASE
sarios para cubrir la cuota del estrato. Fueron mues- Win®, misma que fue cotejada contra las encuestas
treadas siete poblaciones grandes. originales. Se calcularon los índices antropométricos
La toma de mediciones antropométricas fue lle- peso/edad, peso/talla y talla/edad mediante el pro-
vada a cabo por personal médico según las técnicas grama ANTHRO 1.01, recurriendo a la desviación de
descritas y recomendadas por la Organización Mun- cada observación de la mediana de la población de re-
dial de la Salud (OMS).17 Los encuestadores que re- ferencia (puntuación Z). Para el análisis estadístico de
cogieron la información antropométrica fueron la información se empleó SPSS Win®. Se calcularon
estandarizados por un supervisor externo, siguiendo medias y desviaciones estándar así como la prevalen-
el método propuesto por Habicht.18 Como patrón de cia de desnutrición usando puntos de corte para los
referencia se utilizaron las tablas del Centro Nacional tres indicadores antropométricos. La información fue
de Estadísticas de la Salud de Estados Unidos de estratificada por grupos de edad, sexo y número de
América, recomendadas por la OMS, para realizar viviendas en la localidad.
comparaciones internacionales.19
Para la obtención del peso se emplearon básculas
de resorte tipo Salter con capacidad de 20 kg y pre-
Resultados
cisión de 100 g, calibradas cada tres mediciones. Para Se entrevistaron 450 niños, que representan 12.2% del
la obtención de la talla se usaron infantómetros de ma- total de tarahumaras menores de cinco años del muni-
dera y aluminio con precisión de 1 mm. cipio y 4.1% del total estatal.
Como los índices antropométricos dependientes La OMS ha recomendado el uso de la puntuación
de la edad se ven limitados cuando la edad no se cono- Z como la forma adecuada para analizar la informa-
ce de manera precisa,20 se prestó particular impor- ción de antropometría, en función del manejo esta-
tancia a su cálculo. La edad se obtuvo en 61.3% de los dístico que permite.24 El cuadro I muestra la media de
niños a partir de la cartilla de vacunación o el acta de la puntuación Z de los tres índices antropométricos
nacimiento; en 35.8% fue informada por la madre o el expresados, por sexo. Con excepción del índice talla/
padre, y sólo en 2.9% se estimó mediante la relación edad que presentó un valor de p=0.08, los demás ín-
de eventos relevantes en la comunidad. En las edades dices mostraron que los hombres tuvieron puntua-
referidas por los padres no se identificó preferencia de ciones Z significativamente más bajas que las de las
dígitos, y fueron similares a las de los documentos ofi- mujeres (p<0.05).
ciales. Esto hace suponer que la edad fue calculada con En el cuadro II se muestra la media del puntaje Z
precisión. de los tres índices antropométricos, de acuerdo con el
Para identificar las localidades y viviendas se uti- tamaño de la localidad en la que se encuestó a los niños.
lizaron los mapas más detallados disponibles de la zona Los niños que habitan en las rancherías grandes mos-
y un localizador geográfico satelital para asegurar la traron los puntajes Z más altos en comparación con
ubicación de las localidades seleccionadas, así como los niños de rancherías medianas y pequeñas, aunque
para encontrar caminos y brechas de acceso. Para el esta diferencia no alcanzó significancia estadística en
trabajo de campo se contrataron traductores-guías lo-
cales.
Además de emplear el criterio antropométrico se Cuadro I
realizó un examen físico para identificar aquellos niños MEDIA DEL PUNTAJE Z DE LOS INDICADORES
ANTROPOMÉTRICOS DE TARAHUMARAS MENORES
con desnutrición funcional.21 Se evaluaron los si-
DE CINCO AÑOS , GLOBAL Y POR SEXO.
guientes signos presuntivos de desnutrición calorico-
proteínica:22 atrofia muscular, edema y alteraciones del GUACHOCHI, CHIHUAHUA, MÉXICO, 1997
cabello (despigmentación, alisamiento, fácilmente des- Global Hombres Mujeres
prendible). Se clasificó como marasmáticos a aquellos Indicador (n=450) (n=228) (n=222) p
niños que presentaron el cuadro clínico descrito por
Peso/edad -1.66 -1.79 -1.51 .00
Golden.23 Además, para valorar la deficiencia de iodo
Peso/talla -0.43 -0.52 -0.33 .02
y vitamina A, se evaluó la presencia de bocio aparen-
Talla/edad -2.15 -2.26 -2.04 .08
te y de xerosis conjuntival. Un solo médico realizó el
examen físico de todos los niños.

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el caso del peso para la talla. El indicador que mostró La figura 1 muestra porcentajes de niños a <-2Z
la mayor afectación fue la talla para la edad, seguido para los tres indicadores antropométricos por gru-
del peso para la edad. pos de edad. Los niños de 12-23 meses de edad fue-
El cuadro III presenta porcentajes de la puntuación ron los más afectados de acuerdo con los indicadores
Z de los tres indicadores antropométricos usando peso/talla y peso/edad con 10.3% y 52.6%, seguidos
puntos de corte. Se observó que 0.4% de los niños en- de los niños de 6-11 meses con 6.1% y 40.8%, respecti-
cuestados mostró un peso para la talla por debajo de vamente. El indicador talla/edad mostró una tenden-
-3Z, en tanto que 3.1% se encontró entre -2 y -3Z. En cia creciente hasta el segundo año de edad, para
relación a la talla para edad, 25.1% estuvo por debajo después estabilizarse. Después de un año todos los
de -3Z, y 32% entre -2 y -3Z. En cuanto al peso para la grupos de edad presentaron prevalencias cercanas a
edad, 10.2% se encontró por debajo de -3Z, y 26.2% 65% de déficit de talla a <-2Z.
entre -2 y -3Z.
El cuadro IV muestra la frecuencia de los signos
clínicos de desnutrición en los niños. De 2.2% de los Cuadro IV
niños diagnosticados como marasmáticos, 90% pre- PREVALENCIA DE SIGNOS POSITIVOS

sentó un peso para la edad <-2Z y de 8.8% que pre- DE DESNUTRICIÓN POR EVALUACIÓN CLÍNICA

sentó pérdida muscular, 75% mostró un peso para la DE TARAHUMARAS MENORES DE CINCO AÑOS .

edad de <-2Z. Mostraron xerosis conjuntival 2.4% y GUACHOCHI, CHIHUAHUA, MÉXICO, 1997
ninguno mostró bocio aparente. Signo clínico Frecuencia Peso/edad
(porcentaje) %<-2Z

Cuadro II Marasmo 10 (2.2) 90%


M EDIA DEL PUNTAJE Z DE LOS INDICADORES Pérdida muscular en extremidades 40 (8.8) 75%
ANTROPOMÉTRICOS * DE TARAHUMARAS MENORES Alteraciones en cabello 68 (15.1) 67%
DE CINCO AÑOS , POR TAMAÑO DE LA LOCALIDAD .‡ Edema en extremidades inferiores 1 (0.2) –
GUACHOCHI , CHIHUAHUA, MÉXICO, 1997 Bocio aparente 0 –
Xerosis en conjuntiva (X1A) 11 (2.4) 82%
Rancherías Rancherías Rancherías
pequeñas medianas grandes
Indicador (n=135) (n=174) (n=141)

Peso/edad -1.73a -1.76a -1.46b


Peso/talla -0.35a -0.54a -0.34a
Talla/edad -2.31a -2.21a -1.90b
70
* Los puntajes con supraíndices diferentes (a y b) muestran diferencia
estadísticamente significativa, p<0.05, entre sí, comparando por indica- 60
dor entre rancherías (evaluada mediante la prueba de Bonferroni)

El estrato de ranchería está dado por el número de viviendas habitadas: 50
rancherías pequeñas <10 viviendas; rancherías medianas 10-50 vivien-
Porcentaje

das; rancherías grandes >50 viviendas 40

30

20

10
Cuadro III
P ORCENTAJES DE TARAHUMARAS MENORES 0
DE CINCO AÑOS REFERIDOS A PUNTUACIÓN Z 0-5 6-11 12-23 24-35 36-47 48-59 0-59
Grupos de edad (meses)
PARA LOS INDICADORES ANTROPOMÉTRICOS.
Talla
Talla para
para edad
edad Peso
Pesopara
por edad paratalla
Peso por talla
GUACHOCHI , CHIHUAHUA, MÉXICO, 1997
Indicador <-3Z -2 a –3Z -2 a 2Z > 2Z
F IGURA 1. PORCENTAJES DE TARAHUMARAS MENORES DE
Peso/edad 10.2 26.2 63.3 0.3 CINCO AÑOS A <-2Z PARA LOS INDICADORES ANTRO -
Talla/edad 25.1 32.0 42.2 0.7 POMÉTRICOS, POR GRUPOS DE EDAD. G UACHOCHI, CHIHUA-
Peso/talla 0.4 3.1 95.8 0.7 HUA , M ÉXICO, 1997

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Desnutrición en niños tarahumaras ARTÍCULO ORIGINAL

Discusión diciones de producción durante 1995-1996 mejoraron


en comparación con los años previos de sequía
La imposibilidad de llevar a cabo un muestreo proba- (1992-1994), en los que la productividad de maíz por
bilístico dada la falta de un marco muestral así como hectárea fue calculada en 100-200 kg* en las tierras de
los problemas logísticos para lograr un muestreo re- los tarahumaras lo que la hace insuficiente para la sub-
presentativo son algunas razones por las que, no obs- sistencia. Fue precisamente durante 1994 cuando se
tante el conocimiento de problemas nutricios en la desencadenaron los informes sobre el incremento en
zona, no se había realizado ningún estudio con base la mortalidad infantil tarahumara asociada con des-
poblacional para conocer la prevalencia de desnu- nutrición en la región.
trición infantil tarahumara. Sin embargo, esta in- La elevada prevalencia de déficit de talla (talla/
formación es esencial para diseñar e instrumentar edad <-2Z) encontrada (57.1%) es un predictor de ries-
adecuadamente programas de intervención, y para go que refleja el nivel general de desarrollo de la po-
evaluar el impacto de las acciones emprendidas. Es blación. La baja talla adquirida hasta los cinco años
por esto que, a pesar de las limitaciones en la selección limita la talla alcanzada en la edad adulta, lo que con-
de la muestra, esta encuesta presenta una contribu- lleva a una reducción en la capacidad laboral33,34 y a
ción importante para planear acciones de ayuda nu- mayores riesgos obstétricos.35,36 En el análisis estratifi-
tricional dirigidas a los niños tarahumaras. cado de la Encuesta Nacional de Nutrición (ENN), de
Es conveniente hacer una consideración sobre el 1988, se encontraron prevalencias similares de déficit
patrón de referencia sugerido por la OMS. Varios auto- de talla (cercanas a 60%) sólo entre los niños indígenas
res han cuestionado el uso de esta referencia en pobla- hijos de madres con muy pobre educación formal, y
ciones de países en vías de desarrollo, ya que se basa cuyas viviendas se encontraban en el tercil más bajo
en el patrón de crecimiento de los niños estaduniden- de la clasificación socioeconómica.37
ses.25-27 Sin embargo, esta referencia no sólo es la única En cuanto a la diferencia encontrada por sexo,
existente para hacer comparaciones internacionales, llamó la atención que los niños presentaran mayor
sino que, además, se ha mostrado que las principales afectación que las niñas. Las razones pudieran ser cul-
variaciones en los patrones de crecimiento se deben a turales. Aparentemente se espera que los niños sean
factores ambientales y socioeconómicos, más que a di- más resistentes físicamente que las niñas. Esto se refle-
ferencias étnicas o raciales.28,29 Se ha notificado una va- ja en tradiciones tales como el juego tradicional de pelo-
riabilidad mundial de 1 cm en la talla de los niños de ta entre los hombres, que exige una resistencia física
cinco años en los que no ha habido influencias am- enorme, en contraste con el juego del aro en las mu-
bientales adversas en el crecimiento.30 jeres que demanda notablemente menor esfuerzo. Es
La moderada prevalencia de emaciación (peso/ posible que las madres presten menor atención a la
talla <-2Z) encontrada (3.5%), responde probablemente alimentación de los niños por suponerlos más resis-
a varias causas. Por un lado, se ha mostrado que los tentes y que den preferencia a la alimentación de las
niños latinoamericanos tienden a presentar un mejor niñas por considerarlas más vulnerables.
estado en este indicador comparado con los niños Las menores deficiencias nutricias, reflejadas en
asiáticos o africanos.31 Se ha dicho que interpretar puntajes Z más altos, particularmente, en peso para la
las bajas prevalencias de emaciación como indicativas edad y talla para la edad, en relación con el tamaño de
de baja intensidad de desnutrición en estas poblacio- la localidad de residencia se encontraron en las
nes puede conducir a conclusiones equivocadas, por rancherías grandes. Son estas rancherías las que
lo que incluso se ha sugerido revaluar los puntos de tienen mayor disponibilidad de alimentos, de servi-
corte de acuerdo con la población.25,26 Si se compara cios de salud y educación, y de transporte, lo que po-
esta prevalencia de 3.5% dentro del contexto latino- dría explicar el menor déficit nutricio observado en
americano, ciertamente aparecerá como alta (debe no- estos lugares. Sin embargo, el hecho de que la magni-
tarse que esta cifra incluye a los niños de 0-5 años).31 tud de las diferencias no fuera muy grande, pudiera
Por otra parte, las altas prevalencias de emaciación se sugerir que el niño tarahumara es víctima de una
asocian con el deterioro agudo del estado nutricional marginación socioeconómica más que geográfica.
como resultado de hambrunas, enfermedades infeccio-
sas u otros factores ambientales, producto de la caída
de la distribución del indicador peso/talla no sólo en * Monárrez-Espino J. Estudio preliminar de desnutrición infantil
aquellos niños cercanos a los puntos de corte sino de tarahumara. Reporte SSA. Chihuahua: SSA, 1994. Documento
todos los niños afectados.32 Aparentemente las con- mimeografiado.

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La proporción de niños con signos de desnutri- nutrición sino también en los que presenten signos
ción y puntuaciones a <-2Z para el indicador peso/ clínicos de ésta.
edad sugiere una correlación aceptable entre el diag- De ofrecerse una canasta alimentaria directa como
nóstico clínico y el antropométrico. La ausencia de la que ha implementado el gobierno, debe contener
bocio aparente sugiere que la deficiencia de iodo no es alimentos para los niños pequeños, de preferencia
un problema importante en este grupo de edad. Por con alimentos localmente disponibles y con aceptabi-
otra parte, aun cuando la xerosis conjuntival no es con- lidad cultural, como ha sido sugerido por los autores.41
siderada como un criterio aceptable para determi- Además, es prioritario dirigir los programas de ayuda
nar si la deficiencia de vitamina A representa un a las rancherías pequeñas, frecuentemente aisladas, con
problema de salud pública,38 la prevalencia de 2.4% muy pobre acceso a servicios educativos y de salud.
encontrada debe tomarse en cuenta en estudios sub- Un hallazgo relevante desde el punto de vista an-
secuentes. tropológico, aunque de poca relevancia práctica, fue
La prevalencia de desnutrición en relación con la el de encontrar mayor deficiencia nutricia entre los
edad señala claramente los grupos de mayor riesgo. niños que entre las niñas. Estudios en otros países en
La desnutrición, reflejada en los tres indicadores an- vías de desarrollo, particularmente en Asia, han infor-
tropométricos, comienza a ser evidente desde edad mado un sesgo de género en cuanto a la preferencia
temprana. En el comportamiento del peso para talla, por ofrecer una mejor alimentación a los hombres y
que refleja un déficit presente, se encontró un claro una “discriminación” hacia las mujeres. En este estu-
incremento a partir de los seis meses, alcanzando su dio, la situación resultó a la inversa.42,43 Es deseable
máximo en los niños de 12-23 meses que presentaron contar con información de tipo etnográfico que permi-
una prevalencia de emaciación de 10.2% (superando ta ahondar en las razones que están detrás de este
8% que establecen las agencias internacionales como hallazgo.
“emergencia nutricional”), para luego declinar, mos- Cabe destacar que las dificultades logísticas en-
trando secuelas de desnutrición pasada (bajo peso para frentadas en este estudio hacen poco factible la posi-
edad, no así de peso para talla) en el tercero, cuarto y bilidad de repetir una encuesta como la presente con
quinto año de vida. El comportamiento de la talla para cierta periodicidad que permita un monitoreo de la
la edad muestra el déficit acumulado de desnutrición condición nutricia entre los indígenas tarahumaras. Sin
crónica: el porcentaje de niños con deficiencia (<-2Z) embargo, es imprescindible contar con medidas que
se elevó de 11.4% en el primer semestre de la vida a permitan evaluar el impacto de los programas ejer-
38.8% en el segundo semestre, para alcanzar 63.9% en cidos. Una alternativa viable es recurrir a la meto-
el segundo año de vida y mantenerse prácticamente dología de sitios centinela, que ha sido empleada con
igual hasta el quinto año. éxito para evaluar el impacto de intervenciones espe-
Si se utiliza la clasificación de Gómez, que con- cíficas de salud y nutrición en poblaciones de difícil
sidera tres grados de severidad en función del por- acceso.44
centaje de déficit en comparación con el valor de la Debe reconocerse que las influencias climáticas,
mediana de la población de referencia,39 para compa- las limitaciones de las superficies de labor y la accesi-
rar los resultados de esta encuesta con los encontrados bilidad a fertilizantes y plaguicidas son factores funda-
por la ENN, de 1988, en el ámbito nacional,40 se ob- mentales que alteran el ciclo agrícola rarámuri y que
serva notablemente mayor afectación en los niños determinan en buena medida las condiciones de nu-
rarámuri. Para la encuesta tarahumara y la ENN, res- trición y salud de la población. El equilibrio entre
pectivamente: desnutrición leve 53.1% y 26.7%; desnu- estos factores en la zona tarahumara es apenas soste-
trición moderada, 23.8% y 8.1%; desnutrición grave, nible y pequeños cambios en sus componentes pueden
1.3% y 0.7%. alterar la productividad de las cosechas y como conse-
Aunque el diseño muestral empleado no garan- cuencia el estado nutricional de la población. Sin em-
tiza la validez externa de los hallazgos, por lo que la bargo, también debe reconocerse que los tarahumaras
generalización a otros municipios predominantemente nunca han sido objeto de alguna intervención que
tarahumaras en el estado es cuestionable, los resultados haya incluido inversiones que favorezcan la creación
de este estudio pueden orientar las acciones para diri- de empleos y aumenten el nivel de ingresos de la po-
gir la ayuda hacia la población infantil tarahumara. blación. Tampoco se ha tratado de desarrollar el sector
Destaca la necesidad de concentrar la ayuda en los alimentario y la escasa transferencia de alimentos y
niños menores de dos años, no solamente en aquellos subsidios ha sido por demás insuficiente e inefectiva.
que cumplan con los criterios antropométricos de des- Por esto, cualquier intervención puntual para comba-

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Desnutrición en niños tarahumaras ARTÍCULO ORIGINAL

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