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l que no escatim a su propio Hijo, sino que lo entreg por todos nosotros, no nos conceder con l toda clase de favores? Quin podr acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. Quin se atrever a condenarlos? Ser acaso Jesucristo, el que muri, ms an, el que resucit, y est a la derecha de Dios e intercede por nosotros? Quin podr entonces separarnos del amor de Cristo? Las tribulaciones, las angustias, la persecucin, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? Romanos 8:31-35
Son las cosas del mundo las que nos alejan de Dios. Son los deseos que la mercadotecnia, la pornografa y la cultura de la muerte despiertan en nuestra mente, los que desvan nuestra atencin. Vivimos insatisfechos con todo lo que tenemos y me refiero slo a lo material que siempre estamos buscando como ganar ms, como poder ms, como manipular ms, como lastimar ms, como perdernos ms. Vivimos tan enajenados que hemos asimilado la cultura del me odio a m
Padre Nuestro que ests en los cielos, Santo, santo, santo sea tu nombre. T me conoces y sabes lo que necesito, Derrama tu misericordia en mi corazn afligido, Perdona mis pecados y mi soberbia, Alimntame con el cuerpo y la sangre De tu amadsimos Hijo, mi Seor Jesucristo. Si llego a caer, no me abandones, Ni permitas que yo te abandone. Aydame a amar a mi prjimo Y protgeme del mal.