Aquí os muestro como además del amplio trabajo que nos deparó el cocodrilo,

también teníamos huecos para otros tipos de propuestas.

Soy un entusiasmado del arte moderno. Y no porque tenga un amplio conocimiento (al
contrario), sino porque es en él donde veo la esencia del ser humano, sus inicios. Muchas
veces vemos esculturas o pinturas que nos hacen pensar que son una tomadura de pelo,
desmereciendo desde la perspectiva adulta cualquier valor estético, expresivo, HUMANO. Sin
embargo, ¿hay algo más valioso que volver a experimentar en manos del artista las
capacidades de la infancia? ¿Hay algo más valioso que descubrir a los meses de haber nacido
que tenemos la capacidad de modificar el mundo? ¿de dejar una huella imborrable para
siempre?

EL arte como tal no es sólo una estampa, sino que se valora sobre todo su proceso, la
vivencia, esa relación entre la persona y la materia, entre la cabeza y el cuerpo.

Acercamos a los niños animales, plantas, el cocodrilo, pintura, etc., pero muchas veces
el arte, la expresión plástica queda relegado a un segundo plano.
A ellos les presentamos también el arte, hablamos de lo que vemos, de lo que es, etc.
Miramos lo que se nos presenta, desde diferentes perspectivas, contenemos el deseo de la
manipulación, de la imaginación y de la creatividad de todos los artistas que llevamos dentro.

Creo que una educación infantil no puede

ser para “desarrollar y estimular” la
creatividad. No hay mayor expresión
artística que la que muestran los niños y
niñas.
Observamos lo que vemos de nuevo y cada uno planea autónomamente qué hacer con lo que
se nos presenta

DURANTE los próximos 40 minutos…

Y ahora, acordamos, hablamos, manipulamos y realizamos diversidad de juegos impensables

por los adultos, en parejas en grupos, de forma individual…
Propuestas abiertas que permiten a los niños en espacios de seguridad y libertad,
experimentar desde el placer y la compañía de los demás niños y niñas, sintiéndose valorado y
respetado, querido en propuestas en las que él es el verdadero protagonista.

Permitimos y desarrollamos: lenguaje, socialización, cooperación, respeto, diversidad de

agrupamientos, organización, creatividad, representación hacia el desarrollo de la
simbolización y del lenguaje escrito, planteamientos de exploración y manipulación antes y
durante el juego para posteriormente ponerlos en práctica, respeto a las demás personas y a
los límites establecidos, conocimientos lógico-matemáticos como agrupamientos, espacio y
tiempo…

Lo más interesante es que nosotros NUNCA intervenimos, sólo observamos, sin

interferir en SU juego, es decir, en sus proyectos de aprendizaje. Solamente cuando veamos
que la norma del NO DAÑO (ni a uno mismo, ni a lo demás ni a las cosas) no se respeta, y eso,
nunca lo he visto aún en propuestas que partan desde el placer y el deseo de los niños y niñas.

No hay aprendizaje mas afianzado que el que parte de aquello que se desea.
ANTES

DESPUÉS. Vemos, hablamos y compartimos nuestro efecto (sin tocar nada una vez terminado
el periodo de acción) sobre el medio en el que vivimos, nuestra huella en el transcurrir
temporal. De esta manera el arte no sólo se percibe o se siente, también se vivencia, se
transforma, se forma parte de él.

Hasta la próxima.
El Arte Povera

El "Arte Povera" (del Italiano: Arte Pobre), designa a un grupo de artistas Italianos de los años
1960.

El término "Arte Povera" fue utilizado la primera vez en Septiembre 1967 por Germano Celant,
era el titulo de la exposición que tuvo lugar en la galería "La Bretesca" en Génova.

Los artistas no quieren encerrarse en una definición, no aceptan que se les considere un
movimiento artístico, quieren que su arte sea considerado como una aptitud.

Los materiales empleados para las obras son pobres: arena, trapos, tierra, madera, alquitrán,
cuerda, vestidos usados... otras veces emplean el "neón", se utilizan como elementos de una
composición.

Es un arte nómada, indefinido el cual condena la identidad del objeto.

La palabra "pobre" puede tener una connotación cristiana, como ciertas órdenes monásticas
que renuncian a todo para centrarse en lo espiritual, también es una forma de elevar al nivel
de arte los objetos banales.

También puede tener un sentido político, puesto que sus artistas han adoptado unas
posiciones radicales y marginales.
El Arte Povera reivindica a su manera una tendencia del arte Italiano, para hacer frente al
mercado del arte Americano, pero los grandes museos y coleccionistas comienzan a
interesarse.

Las obras han escapado por un cierto tiempo al mercado del arte, los artistas rechazaban que
fueran consideradas como un producto, ciertos artistas no dudaban en crear obras efímeras,
otra fueron creadas con materiales frágiles, difíciles de conservar, otras son creadas como una
instalación solo pueden estar expuestas en lugares adaptados.

Los artistas que forman parte son: Giovanni Anselmo, Pier Paolo Calzolari, Erico Catellani,
Jannis Kounellis, Lucio Fontana, Mario Merz, Pino Pascali, Gilberto Zorio...