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Los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Santa Fe.

Autora: Prof. Dra. María Gabriela Pauli de García

Introducción

En el presente trabajo nos hemos propuesto indagar acerca de los festejos del
Centenario de la Revolución de Mayo en la ciudad de Santa Fe, ya que no existen
trabajos sobre esta temática en el ámbito de la ciudad de Garay.
La perspectiva para abordar el tema será la que proporciona el análisis del
discurso, aplicado en este caso al periódico “Nueva Época” que se editara en la ciudad
de Santa Fe por aquellos tiempos. Pretendemos resignificar los anuncios y comentarios
periodísticos, el espacio que se le asigna a los actos conmemorativos de la gesta de
Mayo y las menciones a los participantes en esos eventos; para poder aproximar la
mirada a la importancia que tuvo para la ciudad de Santa Fe y las localidades aledañas
el festejo del Centenario.
Hemos de analizar la valoración que el periódico hace de los sucesos referidos a
la conmemoración del Centenario como recurso para la indagación del imaginario
santafesino en torno a los sucesos fundantes de nuestra historia independiente.
El trabajo está estructurado en cuatro partes; la primera referida a precisar
conceptos teóricos que hemos de utilizar desde la perspectiva del análisis del discurso;
la segunda que proporciona un breve panorama nacional; la tercera que aborda el
registro y la valoración periodística de los festejos del 25 de Mayo en la ciudad de Santa
Fe y la última destinada al análisis del discurso del periódico “Nueva Época”.

Este análisis proporciona algunos indicios para la comprensión de mentalidades,


de ideas y valores presentes en una sociedad en un momento determinado, y aproximan
a estudios acerca de la vida cotidiana. La posibilidad de aproximar nuestra mirada a los
hombres y mujeres concretos de la Santa Fe del año 1910, y aproximarnos a sus
convicciones se inscribe dentro de esta línea de investigación.
Algunos conceptos teóricos

El análisis del discurso como metodología, aplicado en este caso al discurso


periodístico de principios de siglo XX, habrá de posibilitar una interpretación de
prácticas sociales que tienen además valor político, como son los actos públicos
conmemorativos de las gestas de la Patria.
Ahora bien, la distancia temporal que nos separa de nuestro objeto de estudio,
hace que deban manejarse con suma prudencia los marcos teóricos y conceptuales, ya
que han sido construidos para el análisis de discursos contemporáneos. Esto representa
una dificultad y un desafío, pero aún así consideramos que se trata de una herramienta
valiosa para un análisis como el que nos proponemos.
La selección de las categorías teóricas que permitirán el análisis de la temática,
son la de representaciones sociales, y asociada a ella la de sistemas de creencias.
También hemos de considerar la de modos de legitimación del poder, que posibilitará
abordar no sólo el plano de las percepciones individuales y sociales, sino avanzar en
orden a definir el rol político de las conmemoraciones patrias, y a poder atisbar las
conformaciones de poder en la sociedad santafesina 1 de principios de siglo XX.
En cuanto a la categoría representaciones sociales, Raiter y sus colaboradores, la
definen como: “…imágenes que construyen los medios de difusión sobre los temas que
conforman la agenda pública”2 y agrega unas líneas más abajo:
Representación refiere, en este contexto, a la imagen (mental) que tiene un individuo cualquiera,
es decir, un hablante cualquiera de cualquier comunidad lingüística, acerca de alguna cosa,
evento, acción, proceso que se percibe de alguna manera.3

De este modo, los autores diferencian dos posibles significados del concepto:
por un lado la acción de los medios de comunicación tendiente a generar imágenes
sobre temas de la agenda pública; y por otra parte, el proceso singular de construcción
de esas imágenes a nivel personal, proceso en el que intervienen los medios de
comunicación social, aunque no exclusivamente.
También distinguen los autores entre representaciones individuales y
representaciones sociales; y advierten que éstas últimas son producto de la transmisión
1
A lo largo del trabajo, y salvo indicación en contrario, con expresiones como Santa Fe o santafesino, nos
hemos de referir a la ciudad capital y no a la provincia, cuya realidad más compleja amerita otros análisis.
2
RAITER, Alejandro y otros. Representaciones sociales. Bs. As, Eudeba, 2002. p.11.
3
Idem, p. 11.
2
de las primeras mediadas por el lenguaje, y de modo inverso, las representaciones
sociales favorecen la construcción de representaciones individuales. De este modo se
establece una relación estrecha entre construcción colectiva y construcción individual,
definida por una mutua interacción que resulta necesaria en tanto el ser humano es un
ser situado y su modo de ser es la cultura.
Por su parte, Irene Vasilachis define a las representaciones sociales en su
carácter de:
…construcciones simbólicas individuales y/ o colectivas a las que los sujetos apelan o las que
crean para interpretar el mundo, para reflexionar sobre su propia situación y la de los demás y
para determinar el alcance y la posibilidad de su acción histórica.4

Hace hincapié de este modo en el valor histórico y social de las representaciones


sociales, en la medida en que expresan concepciones del mundo que a su vez definen
criterios personales y colectivos.
Finalmente en relación a esta cuestión, citaremos a Van Dijk, quien relaciona a
las representaciones sociales con los prejuicios en los siguientes términos:
El prejuicio es un fenómeno social y cognitivo. No es simplemente una característica de las
creencias individuales o las emociones sobre grupos sociales, sino una forma compartida de
representación social por los miembros de un grupo, adquirida durante los procesos de
socialización y transformada y puesta en práctica en la interacción y comunicación social. 5

Entonces, el concepto de representación social, puede articularse con el de


creencias, en la medida en que los prejuicios funcionan como condicionantes de las
acciones y del pensamiento, y además implica en todos los casos una valoración o
ponderación de las circunstancias y de los sujetos tanto sobre sí mismos como hacia los
otros.
La categoría analítica representación social, habrá de permitir la indagación
acerca del significado de Mayo en la sociedad santafesina de 1910, del valor simbólico
de la gesta emancipadora al conmemorarse los cien años, pero también, ha de posibilitar
intuir el clima político y el valor del pasado en la construcción del presente de la
sociedad santafesina de comienzos de la pasada centuria.
La categoría analítica sistemas de creencias, se asocia a la de representaciones

4
VASILACHIS DE GIALDINO, Irene. Discurso político y prensa escrita. Un análisis sociológico, jurídico y
lingüístico. Barcelona, Gedisa, 1997. p. 301.
5
VAN DIJK, T. A. (1984) Comunicating Rasism. Newbury Prk, C.A; citado por ROJO, Luisa y WHITAKER,
Raquel, eds, “Poder – Decir o el poder de los Discursos”. Madrid, Arrecife, 1998. pp. 68-69.
3
sociales. Los sistemas de creencias son producto de estas últimas. En términos de Raiter
y su equipo:
Esta representación – en la medida en que es conservada y no reemplazada por otra – constituye
una creencia (o es elemento de una creencia) y es la base del significado que adquiere cada
nuevo estímulo relacionado con esa cosa, evento, acción o proceso. 6

Y agregan: “Estas imágenes, representaciones del mundo, ya que no son el


mundo, constituyen las creencias del sujeto sobre el mundo”.7 Es decir que los sistemas
de creencias que las personas van conformando, articulan imágenes del mundo, de sí
mismos y de los demás, que a su vez presuponen una carga valorativa sobre esos
“objetos” y constituyen una matriz de análisis de la realidad que hace posible nuevas
representaciones y creencias.
Los sistemas de creencias pueden ser individuales o sociales. Desde la
perspectiva de este trabajo nos interesa abordar las creencias sociales, en la medida en
que el discurso periodístico trabaja sobre la formación de este nivel de creencias.
Por último, en relación a la tercer categoría propuesta, modos de legitimación del
poder, será conveniente precisar en primer lugar el concepto de poder. Hodge y Kress,
lo definen como
…una relación entre personas, no una relación entre textos o significados. Pero es siempre una
relación mediada, y no puede existir sin el sistema significante que la constituye. Por lo tanto es
posible decir que el poder es sólo un efecto del discurso, si „discurso‟ tiene un sentido general
equivalente a „semiosis‟ (el proceso de construcción y circulación de signos)…8

El poder, desde esta perspectiva, se relaciona directamente con el ámbito


discursivo que constituye el instrumento de las relaciones interpersonales donde se
manifiestan las estructuras de dominación, sometimiento, adhesión, etc.; estructuras que
definen las relaciones de poder.
A su vez Durant, recupera trabajos de Farclough y Wodak sobre esta cuestión, y
propone que:
…el poder no se restringe al ejercicio de la fuerza o al imperio de la ley, sino que se extiende a
las asimetrías entre los participantes en los eventos discursivos, o en sentido inverso, una difusa

6
RAITER, Alejandro y otros, op. cit. p. 11.
7
Idem, p.12.
8
HODGE, Robert y KRESS, Gunther. “El lenguaje como ideología”. Trad. ZULLO, Julia y otros; en
Cuadernos de Sociolingüística y Lingüística Crítica; 2° parte. Bs. As, UBA, 1997. p. 38.
4
y desigual capacidad para controlar la distribución, producción y consumo de los textos. 9

Como puede apreciarse, el poder está asociado al concepto de asimetría entre


participantes de una acción discursiva.
Estas concepciones acerca del poder ligadas al discurso, tanto en su origen y
formación como en relación al impacto que producen, habrán de permitirnos abordar el
modo de legitimación del poder político y social en la sociedad santafesina,
proponiéndonos como unidad de análisis el discurso acerca de las fiestas patrias en un
momento muy especial: la conmemoración del Centenario de la Revolución de Mayo.

La Argentina en 1910

Un breve recorrido por el país, permitirá situar la vida santafesina en el año ‟10,
y contextualizar las expresiones locales de procesos que fueron de alcance nacional.
El Centenario encuentra al país en una instancia de prosperidad creciente; el
novel estado nacional se consolida de manos de una oligarquía liberal y progresista; el
auge de la economía agroexportadora parece no agotarse; el flujo de la inmigración
europea va transformando la fisonomía del Litoral argentino y produce la impresión –
que no es sólo impresión – de crecimiento y movilidad. El progreso se evidencia en la
constante extensión de las vías férreas, en el aumento de la producción y en el
crecimiento de las ciudades; en el desarrollo de una verdadera política educativa que
pretende erradicar el analfabetismo, pero que no descuida la educación secundaria y
universitaria.
Buenos Aires crece y se hace cada vez más cosmopolita; incorpora rasgos que la
asemejan a París; se moderniza de la mano del desarrollo de los servicios y de la
opulencia de algunos sectores de la sociedad.
Autoridad y orden fueron las bases del régimen conservador, y el requisito primordial para el
ejercicio de la libertad y para el progreso económico de una nueva etapa histórica que los
contemporáneos presentaban como un capítulo de clara ruptura con el pasado.10

9
DURANT, Alan. “Aspectos problemáticos del significado: Análisis crítico del discurso y compromiso
social”; en ROJO, Luisa y WHITAKER, Raquel, op.cit. p. 123.
10
LOBATO, Mirta. “Estado, gobierno y política en el régimen conservador”. En SURIANO, Juan (coord.)
Nueva Historia Argentina, T. V, 2° ed., Bs. As, Sudamericana, 2010. p. 183.
5
Sobre estas bases, la consolidación del estado nacional era un hecho en el año
‟10; pero también lo era la crisis del orden oligárquico, en parte debido al proceso social
de surgimiento de la clase media, así como también resultado de las políticas educativas
tendientes a “educar al ciudadano” en términos de una conocida expresión de Juan
Bautista Alberdi.
Botana advierte sobre estos matices al decir que:
Es cierto que el régimen comprendido entre 1880 y 1916 parece proclive a ser entendido a través
de una lente elitista, aunque más no fuera por el pequeño número de actores que participó en los
procesos de control y de distribución del poder. También es verdad, a primera vista, que durante
esos años los gobernantes obraron sobre un suelo de convicciones arraigadas, quizá convincentes
en lo que hace a los fines últimos. Pero de allí a canonizar la pax intraoligárquica, como una
hipótesis indiscutible, hay un largo trecho; el tramo, en efecto, de una historia donde los cambios
políticos bruscos y los intentos revolucionarios pusieron en tela de juicio aquello que la teoría
elitista juzga deseable: los valores políticos comunes y la ausencia de conflictos violentos entre
los miembros de la clase gobernante.11

En la década de 1890 irán surgiendo nuevos partidos políticos: la Unión Cívica


Radical, que se desprende de un movimiento más vasto y heterogéneo que protagonizó
la Revolución del Parque; y el Partido Socialista, inspirado en las ideologías
provenientes de Europa. Estos partidos, que habrán de dar nueva fisonomía a la
Argentina, reflejan cambios sociales que se producen especialmente en el Litoral y
Buenos Aires. La inmigración de la segunda mitad del siglo XIX dio lugar a la
conformación de la clase media, sector que encontrará representación en estas nuevas
fuerzas políticas y no en el Partido Autonomista Nacional.
La primera década del siglo XX encuentra al país habiendo consolidado las
instituciones del Estado Nacional y la democracia liberal restringida, y a la vez, es
testigo de la gestación del proceso que llevará a la ampliación democrática y con ella a
una verdadera transformación de las estructuras que habían caracterizado al régimen
oligárquico. Es un indicador, en este sentido, el hecho de que en el año ‟10 asume como
presidente Roque Sáenz Peña, quien dos años después sancionará la ley electoral que
posibilita nuevas instancias de participación a los sectores medios.
La cuestión se presentó de modo tal, que hacia la fecha del Centenario los problemas referentes a
la legitimidad del sistema, que suponían un cierto consenso de los gobernados, no se limitaban
solamente como décadas atrás, a la reducida población nativa original, sino también (veinte o
treinta años después del comienzo de la inmigración masiva) a la nueva población nativa sin

11
BOTANA; Natalio. El orden conservador. Bs. As, Sudamericana, 1997. p.p. 162 – 163.
6
antepasados inmediatos en el país.12

Con estos términos, Cortés Conde explicita la problemática planteada por los
cambios sociales que están ocurriendo en el país, como también por el agotamiento del
modelo oligárquico que se evidencia en las desavenencias en el interior de la clase
dirigente y las imputaciones por falta de transparencia y corrupción que provienen de
los nuevos grupos políticos.
En este contexto, habrá de celebrarse el Centenario de la Revolución de Mayo.
Botana dirá que:
La interpretación habitual sostiene que el centenario constituyó un momento único para
manifestar ante el mundo el éxito alcanzado por una nación confiada y satisfecha. Hay, en esto,
mucho de cierto. Una sensación de plenitud alimentó la retórica de aquellos días y Buenos Aires
festejó el siglo entre exposiciones, monumentos, desfiles y nobles visitantes. Sin embargo, más
allá del aluvión de palabras que cantaban alabanzas a una Argentina feliz, segura de su progreso
ilimitado, la clase gobernante hacía balance de lo acontecido y procuraba entender el pasado
inmediato.13

De este modo refleja el autor, el espíritu de una época marcada por el ideal de
progreso indefinido de la centuria anterior, cuyo optimismo por el futuro y confianza sin
medida en el desarrollo científico y económico del país, venía acompañado de los éxitos
de la economía agroexportadora.
Pero, algunas líneas más abajo, agrega Botana: “De algún modo, el centenario
representó el ascenso de una creencia política que venía erosionando las viejas
convicciones y que, a la postre, terminaría encarnada en una nueva fórmula de carácter
reformista.”14 Ahora bien, esta situación no empañaría los festejos del Centenario, que
fueron numerosos y reflejaron el espíritu de una sociedad satisfecha de sí misma y
confiada en su futuro.
Exposiciones, visitantes ilustres, actos públicos, jalonaron la conmemoración en
Buenos Aires.
Desde el comienzo del siglo XX llegaron al país destacados visitantes europeos, multiplicándose
su presencia en torno a 1910 con motivo de los festejos del Centenario. Casi todos ellos
recorrieron varias provincias, dieron conferencias y en más de una oportunidad llevaron al libro
sus impresiones y recuerdos.15

12
GALLO, Ezequiel y CORTÉS CONDE, Roberto. “La República conservadora”. En HALPERÍN DONGHI
(dir) Historia Argentina. T. 5, 2° ed. Bs. As, Paidós, 2005. p. 225.
13
BOTANA, Natalio. op. cit. p.232.
14
Idem, p. 233.
15
MAYOCHI, Enrique. “Espacios culturales”. En ANH, Nueva Historia de la Nación Argentina. T. 6. Bs.
As, Planeta, 2003. p. 529.
7
Entre los visitantes ilustres se cuentan los españoles Ramón del Valle Inclán y
Vicente Blasco Ibáñez; los franceses Georges Clemenceau, Jean Jaurès y Anatole
France, así como Teodore Roosevelt, enumera Mayochi. A ellos hay que sumar la
presencia de la Infanta Isabel de Borbón, en representación de la Corona española.
En relación a la llegada de esta última visitante, el periódico santafesino “Nueva
Época”, se extendía en los siguientes términos:
Hoy pisará tierra americana la infanta de España princesa Isabel de Borbón, representante de su
sobrino el rey Alfonso XIII en las fiestas del centenario y delegada del pueblo español ante el
pueblo de la república.
Princesa por su estirpe, lo es también por sus virtudes, por su inteligencia y bondad, dama
egregia en quien la caridad tiene una de sus almas más generosas […]
Bienvenida sea la gentil princesa á nuestras playas. En nuestra hospitalaria cas encontrará sitio
de honor. España y su regia representante tienen en este hogar saturado de afectos íntimos el
homenaje preferente16

El fragmento transcripto nos permite ver el espíritu santafesino en relación a la


conmemoración patria, así como la filiación hispanocriolla de una sociedad que se
asume heredera de España. El periódico no escatima elogios referidos a la distinguida
visitante, como tampoco en la calificación de los festejos organizados por el gobierno
nacional, que se consideran de una magnitud acorde al espíritu de rememoración de la
gesta patriótica que nos proporcionara la libertad.
Además, la exposición internacional organizada para celebrar el Centenario,
provocó una verdadera explosión arquitectónica, el “arte nuevo” 17 fue el estilo que
predominó en la construcción de los pabellones habilitados para las muestras de los
estados participantes como también de las provincias. “Nueva Época” registra sobre el
particular, el texto de la Ley provincial de fecha 13 de mayo de 1910, que dispone en su
art. 1°:
Autorízase al poder ejecutivo para invertir la cantidad de 20.000 pesos moneda nacional en la
construcción de un pabellón especial de la provincia de Santa Fe en la exposición industrial que
tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires en ocasión del centenario nacional, en el cual se
exhibirán los productos generales de la misma.18

Como síntesis de lo ya dicho, retomamos la siguiente expresión de Diego

16
Periódico “NUEVA ÉPOCA”, miércoles 18 de mayo de 1910. Hemeroteca del AGPSF. Rollo 38.
17
La referencia la tomamos de LIERNUR, Jorge. “La construcción del país urbano”. En Nueva Historia
Argentina. T. 5. Bs. As, Sudamericana, 2010.
18
Periódico “NUEVA ÉPOCA”, viernes 20 de mayo de 1910. Hemeroteca del AGPSF. Rollo 38.
8
Roldán, que refleja la significación del Centenario: “El Centenario fue el ensayo de
mayor envergadura que procuró sintetizar, a través de usos selectivos y pragmáticos de
la memoria, las palabras clave del campo intelectual del momento: progreso y
tradición.”19
Suceso de semejante magnitud a nivel nacional, repercutió sin dudas en las
provincias y ciudades del país. La Santa Fe de 1910 no escapó a este movimiento y a
continuación analizaremos, a través del discurso periodístico de “Nueva Época”, el
impacto del Centenario en la sociedad santafesina.

El Centenario en la ciudad de Santa Fe.

Para 1910 Santa Fe sigue siendo la sede del poder político provincial, pero ha
dejado de ser el principal núcleo urbano ante el desarrollo vertiginoso de Rosario en la
segunda mitad del siglo XIX. Ésta la supera en número de habitantes y en pujanza
económica, pero además se encuentra más próxima a Buenos Aires, y eso resulta un
factor dinamizador para la novel urbe del sur provincial.
La ciudad capital, de larga tradición hispánica, irá modificando su fisonomía y
logrará combinar el espíritu moderno decimonónico con la tranquilidad y quietud del
período colonial.
En 1910, Santa Fe contaba con 44834 habitantes. Llegar al centro, en una ciudad todavía no
demasiado extensa, era algo sencillo, incluso para los sectores populares. Sin embargo, esto no
atentaba contra las jerarquías ni contra la distribución espacial de las calidades sociales. El
pasado colonial, el pausado arribo de inmigrantes y la moderada movilidad social ascendente
amortiguaban los peligros de una convivencia comunitaria entre sectores populares y elites. 20

Los comienzos de la modernización de la ciudad pueden rastrearse desde 1886,


fecha en que comenzaron a adoquinarse las primeras calles, siendo que “El total de
cuadras adoquinadas hasta 1902 por las diversas empresas y por la Municipalidad
ascendió a 178”21; con posterioridad se establecieron las primeras empresas de tranvías

19
ROLDÁN, Diego. “La sociedad en movimiento”. En Nueva Historia de Santa Fe. T. 10. Rosario,
Prohistoria, 2006. p. 20.
20
Idem, p. 22.
21
GÜIDOTTI VILLAFAÑE, Eduardo (dir). La provincia de Santa Fe en el Primer Centenario de la
independencia Argentina – 1816 – 9 de Julio – 1916. Bs. As, Talleres Gráficos Rosso y Cia, 1916. p.
617.
9
y el agua corriente recién desde 1901. En un anuario publicado en 1911, puede leerse
acerca del crecimiento urbanístico de Santa Fe:
Las condiciones higiénicas de la ciudad han mejorado sensiblemente con la instalación de
cloacas y aguas corrientes, y sólo se espera la terminación de los desagües fluviales para poner á
la ciudad en condiciones de seguridad y de salubridad completa para los habitantes.22

Con el siglo se inician también las gestiones que concluirán con la construcción
del puerto. En 1902 se obtuvo el dictamen favorable de la Comisión de Obras Públicas
del Senado de la Nación, en 1903 se sanciona la ley N° 4269 que fija el origen de los
recursos y el 1° de octubre de 1904 se coloca la piedra fundamental de la obra.
“Santa Fe, la ciudad histórica, solemnizaba en ese día el trascendental suceso cuya influencia
debía decidir la iniciación de una era superior de engrandecimiento. Los grandes progresos
conquistados en los últimos años iban a ser excedidos en magnitud e intensidad, encauzando el
engrandecimiento de la ciudad en rutas definitivas, hacia una rápida expansión económica, que
permitía columbrar desde ya las seguras perspectivas de un gran porvenir.23

A las transformaciones edilicias y de infraestructura, la ciudad capital suma otras


riquezas:
La ciudad tiene 18 iglesias Católicas y varias Protestantes, y está bien dotada de edificios
públicos. Tiene un servicio completo de luz eléctrica y hay tres líneas de tranvías. Todos los
Bancos principales de Buenos Aires tienen sucursales en Santa Fé, que también posee un
hospital bien equipado.24

Como puede apreciarse, la ciudad cuenta para 1910 con los servicios de una urbe
moderna, y en ella conviven elementos materiales modernizadores con la tradición de
raíz católica que se plasma en la vida y el movimiento de sus habitantes.
Si se observa el panorama educativo, al histórico colegio de los jesuitas,
reabierto en 1862, se suman los modernos Colegio Nacional, Escuela Normal de
Maestros, Escuela Industrial Regional de la Nación y Escuela Superior de Comercio. Se
trata no sólo de instituciones creadas en distintas épocas, sino que encarnaron modelos
pedagógicos diferentes, uno sustentado en las prácticas de la Compañía de Jesús desde
el siglo XVI, y el otro imbuido de ideas positivistas.
Este tono será característico de Santa Fe en las primeras décadas del siglo XX: la
conjunción entre modernización y tradición, con fuerte preeminencia de ésta última en
el ámbito social y cultural. Entre las escasas descripciones de Santa Fe en esos años, es

22
LLOYD‟S GREATER BRITAIN PUBLISHING COMPANY LTD. Impresiones de la República Argentina en el
siglo XX. Londres, 1911. p. 599.
23
GÜIDOTTI VILLAFAÑE, Eduardo, op. cit. p. 629.
24
LLOYD‟S GREATER BRITAIN PUBLISHING COMPANY LTD, op. cit. p. 594.
10
ilustrativa la de un viajero, Santiago Rusiñol, quien la visitara en 1910:
Santa Fe es simpática en seguida. […] será porque venimos acostumbrados al trajín de angustia
que mueve las otras ciudades y ésta no trajina tanto, o porque entre las filas de casas regulares y
parejas se encuentra aquí de cuando en cuando una tapia sin revocar, con ramas de naranjo que
salen por encima de las paredes, burlándose de la disciplina; que el río, aquí, todavía no es
puerto, y tiene orillas y campo para extenderse; que en los patios se permiten tiestos con flores, y
que las flores no son de trapo, y sobre todo y más que nada, porque el pueblo tiene un poco de
historia, y de la historia aún le quedan casas que ya empiezan a tener pátina y plazas que
empiezan a tener hierba, y cosas que ya tienen recuerdos, y en un sitio como esta América, en
que todo está hecho el día antes, al encontrar algo de más atrás parece que se ensancha el
corazón.25

Los festejos del Centenario en la capital provincial, no tendrán el boato de los


organizados por el gobierno de la Nación, pero aún así resultaron importantes para la
sociedad santafesina y las localidades aledañas. El periódico “Nueva Época” que se
editaba en la ciudad a principios de siglo XX, constituye la fuente para nuestro
análisis 26. De sus relatos y comentarios hemos de valernos para intentar una
aproximación a la sociedad santafesina, indagando en las representaciones sociales y los
sistemas de creencias que se construyeron a lo largo de muchas décadas, y tratando de
perfilar los modos de legitimación del poder que el discurso periodístico mediatiza.
Las noticias referidas a los festejos del Centenario aparecen desde el 11 de mayo
de 1910. Con una referencia a los preparativos en los pueblos y zonas rurales lindantes a
la capital, y observando la falta de acciones en Santa Fe, el periódico insta a las
autoridades a propiciar actos conmemorativos. Leemos:
El entusiasmo patriótico de esos pueblos viene siendo para nosotros un ejemplo, aquí sobre
todo donde nada se ha hecho ni se hará dada ya la premura del tiempo y las dificultades con que
había de tropezarse para dar forma á un programa amplio y brillante.
En verdad que entristece esta apatía ofreciendo un contraste con el entusiasmo que se descubre
en las poblaciones rurales.27

Los ejemplares de los días 13 y 14 reseñan los actos organizados por las
instituciones educativas de la ciudad. El 13 de mayo se alude a las conferencias sobre
temas patrióticos a cargo de los profesores de la Escuela Normal de Maestros, al
programa propuesto por la Escuela Industrial Regional que incluye una visita a San
25
BUSANICHE, José Luis. Estampas del Pasado. Bs. As, Hachette, 1971. p.p. 869 - 870
26
Se trata del único diario que se ha conservado del año ‟10 en la Hemeroteca del AGPSF; se encuentra
microfilmado y los números correspondientes a mayo de 1910, corresponden al rollo 38. La calidad de
conservación de los ejemplares es deficiente y no hemos podido identificar el número correspondiente a
cada ejemplar.
27
“NUEVA ÉPOCA”, 11 de mayo de 1911. Hemeroteca del AGPSF. Rollo 38. Las citas que siguen, salvo
indicación en contrario, pertenecen al mencionado periódico, por lo que se omitirá la referencia.
11
Lorenzo, discursos y colocación de una placa en el monumento a San Martín; el 14 se
informa acerca del interés de la Unión Universitaria de celebrar el Centenario, aunque
no se precisan actos previstos.
El domingo 15 de mayo, “Nueva Época” publica el programa de las fiestas
mayas en Santo Tomé 28 y refiere la organización de una comisión de festejos en
Cayastá29. El 18 se anuncia una fiesta organizada por el Club del Orden – reducto de las
familias tradicionales de la ciudad – y el viernes 20 de mayo se publica el programa
municipal para las fiestas mayas, con un elocuente copete: “Despertamiento cívico”.
Este programa, al igual que el santotomesino, incluye desfiles, colocación de placas
conmemorativas, procesiones cívicas, canto del Himno Nacional por alumnos de las
escuelas de la ciudad, discursos y solemne tedéum. Completan los programas algunas
manifestaciones populares como son: lanzamiento de fuegos artificiales, suelta de
globos, carreras y juegos en espacios públicos, de los que puede participar toda la
población. En Santo Tomé los festejos se limitan a los días 24 y 25 de mayo, en cambio
en Santa Fe, el programa se extiende del 22 al 25.
El ejemplar del 20 de mayo da cuenta, además, de la siguiente noticia:
Pasado mañana la ciudad amanecerá engalanada. En esta tarea pone recomendable empeño
nuestro intendente señor Rosas.
Algo que llamará singularmente la atención serán las iluminaciones; van a ostentarlas tan
espléndidas como permita proporcionarlas la usina, todos los edificios públicos, todos los
bancos y todos los centros sociales.

También incluye la transcripción de la sanción de una ordenanza municipal


denominando calle Primera Junta a la antigua San Juan y plaza Blandengues a la del
mercado central. Los considerandos de la medida expresan que:
Aproximándose la fecha en que el país se apresta á conmemorar la gloriosa epopeya de nuestra
emancipación política, este departamento ejecutivo cree conveniente agregar al programa general
de fiestas la designación de algunas calles que recuerden los hechos históricos de nuestros
antepasados […]

Finalmente, se registra en el número correspondiente al 20 de mayo la ley


provincial que declara feriados los días de la Semana de Mayo, del 22 al 29 del mes. El
ejemplar del 21, por su parte, refiere los festejos en la localidad de Escalada y anuncia el

28
El antiguo Paso de Santo Tomé, separado de la ciudad de Santa Fe por el río Salado, se ha convertido
en un pueblo próspero.
29
Localidad lindante con el primitivo emplazamiento de la ciudad de Santa Fe.
12
baile, con el que, finalmente, el Club del Orden se apresta a conmemorar la Revolución
de Mayo.
El ejemplar del domingo 22 reitera la invitación del intendente municipal, Dr.
Edmundo Rosas, a los vecinos, para que engalanen sus viviendas. El martes 24, “Nueva
Época” da cuenta de algunos actos escolares que se han desarrollado en la jornada
anterior; y el día 25 da cuenta de los sucesos del día anterior, abundando en elogios al
intendente y rescatando la sencillez pero a la vez acentuando la elegancia del los
festejos.
Da cuenta el mismo número de la suspensión de la maratón proyectada entre los
festejos, y el motivo es que no se inscribieron competidores. Finalmente el comentario
sobre el exitoso baile en el Club del Orden, es categórico en cuanto a la concepción
acerca de la elite santafesina.30
No se han conservado ejemplares de los días siguientes, salvo uno del 31 de
mayo, en que no hay alusiones a la repercusión del evento en Santa Fe. Además es
interesante señalar en particular, la reiterada aparición de un anuncio promocionando un
loteo en el sur de la ciudad, que dará lugar a un barrio denominado como Centenario.

El discurso de “Nueva Época” en ocasión del Centenario de Mayo.

La descripción de los festejos y la mención de los actores sociales viene


acompañada en el periódico, por elocuentes adjetivaciones que posibilitan identificar
algunas de las representaciones sociales características de la sociedad santafesina en el
contexto de la celebración del Centenario.
Acerca de la consideración de los actos públicos es interesante observar que
predomina una concepción de la Patria ligada a lo heroico, a las gestas de grandes
hombres, a la conmemoración de sucesos gloriosos. El ideal decimonónico de la
generación del ‟80, que impulsara Mitre con su historiografía se encuentra vigente y se
trasunta en los adjetivos usados: “magno suceso”; “entusiasmo patriótico” (ejemplar
del 11/5); “héroes de la epopeya de mayo” (20/5).

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Daremos cuenta de esto más adelante, cuando analicemos el discurso periodístico, sus connotaciones y
significaciones.
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También expresiones como la siguiente, servirán para mostrar esa concepción
del pasado:
La patria con la evocación de su pasado de gloria; sus traiciones, sus esfuerzos por la libertad,
sus sacrificios denodados, la índole genial de su raza, sus anhelos de progreso, la visión de su
porvenir, todo desfila en la bella sucesión de entusiasmos elocuentes, de imágenes felices, de
exactas descripciones que hacen del discurso del talentoso profesor una oración conceptuosa en
la que se hermanan el vuelo de la fantasía y la intensidad de las ideas. (13/5)

Esta expresión pondera el tono de una de las conferencias patrióticas


organizadas por la Escuela Normal de Maestros, de las que ya diéramos cuenta.
También, el comentario que sirve de preludio al programa de festejos municipales se
inscribe en esta tónica: “Las palpitaciones del alma argentina se vienen exteriorizando
en forma hermosa en todos los ámbitos de la república, ante la proximidad del primer
centenario de nuestra emancipación.” (20/5)
El tono épico de estos fragmentos, se reitera en los distintos ejemplares del
periódico y resulta una constante en la interpretación del significado de Mayo. Mayo es
el origen de la Patria, y es un origen heroico y magno, plagado de sacrificios personales
en nombre de una causa que es superior, y jalonado por las ideas más nobles: libertad,
igualdad, progreso. Es interesante hacer notar como el ideal heroico se asocia en este
momento con el ideal positivista del progreso.
En otro sentido, la ciudad se asume desde el discurso de “Nueva Época” como
una urbe cuidadosa de sus tradiciones y del buen tono de los acontecimientos:
Santa Fe se mantiene fiel á su tradición honrosa y es la juventud la primera que acoje alborozada
las iniciativas encaminadas á rendir cumplido homenaje á los héroes de la epopeya de mayo.
La demostración patriótica de ayer, alcanzó proporciones altamente simpáticas.
Organizada la majestuosa columna en la plaza de Mayo, desfiló á las 4,30 de la tarde, precedida
de una banda de música y de dos magníficas banderas, por la calle San Martín, dirigiéndose
hacia la plaza del mismo nombre; llegó hasta ella vivando á la patria con ardoroso entusiasmo, y
allí, ante la estatua del libertador, se cantó el himno nacional, arengando luego al pueblo con
palabra vibrante los universitarios Alcides Ramos y Juan Arias, y por último el intendente señor
Rosas. A la plaza concurrieron el gobernador de la provincia y los ministros doctores López y
Gómez.
En estos términos rememora el ejemplar del 20 de mayo los primeros
acontecimientos celebratorios del Centenario que se sucedieron en la ciudad. El
periódico del 25 de mayo, informa que por la noche,
La iluminación de la calle San Martín, toda engalanada con trofeos, banderas y arcos de triunfo,
resultó magnífica. Los millares de lamparillas en sus diversas combinaciones artísticas, presentan
los colores del pabellón nacional y de la bandera española.
Durante toda la noche la vía aristocrática fue recorrida por numerosas columnas de jóvenes
vivandose á la patria frenéticamente.
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Es interesante destacar el rol que jugó la colectividad española en los festejos,
participando activamente de los mismos, acompañando marchas y donando placas
conmemorativas. Si bien este proceder se repite en otros ámbitos del país, en Santa Fe
permite ver la convivencia armónica entre los santafesinos de origen criollo y las
colectividades, así como la inexistencia de resquemores hacia la Madre Patria.
Una tercera representación social es la que se adjudica para sí la elite
santafesina, y que nos remite, de algún modo y a pesar de la distancia temporal a la
concepción hispanocriolla de la “parte sana y principal de la sociedad”. Los
comentarios acerca de las propuestas del Club del Orden son significativas en relación a
esta cuestión. Así con fecha 21 de mayo, publica “Nueva Época” en la sección “Ecos
Sociales”:
“Con un suntuoso baile el Club del Orden ha decidido adherirse á las solemnidades
conmemorativas del centenario de la libertad.
Será sin duda la más brillante fiesta social que presenciaremos durante el transcurso de la semana
de mayo, por cuanto se propone realizarla con los prestigios de su presencia todas las familias
más distinguidas de Santa Fe.” Y el 25, evalúa el evento en estos términos: “Tal vez pase mucho
tiempo sin que se vuelva a reunir en aquel recinto de la suprema elegancia un núcleo de familias
tan numerosas y tan selecto. Detallar nombres resultaría tarea ímproba: baste decir que allí se
congregaba gozosa la representación más brillante de la capital de la provincia”.

El comentario continúa con elogios a la ornamentación de los salones y a la


belleza de las damas.
A su vez, en los programas de festejos se distinguen con claridad aquellos que
están destinados a un público calificado (discursos, ofrendas florales, colocación de
placas conmemorativas) de los que responden al interés popular (juegos, fuegos
artificiales, suelta de globos). En numerosas ocasiones, en las crónicas del periódico
acerca de los actos previstos o que se realizaron, se mencionan los nombres de los
caballeros y jóvenes que proclaman discursos, o de las jovencitas que deleitan con sus
habilidades artísticas, pero en cambio, el sector popular es una masa indiferenciada con
un rol pasivo de receptor de los eventos que se organizan para él.
Estas representaciones se plasman en un sistema de creencias socialmente
jerarquizado, que admite la movilidad social, pero en el cual la pertenencia al círculo de
familias tradicionales resulta una credencial de validación. Se trata de una sociedad que

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conjuga valores del período colonial con el liberalismo del siglo XIX; de una sociedad
conservadora en sus estructuras si la comparamos, por ejemplo con la rosarina.
Así describe Roldán a esta sociedad de la capital provincial
Cada uno sabía guardar su lugar, conservar su función y su rol de dentro de un conjunto social
aún revestido de ciertos rasgos coloniales. Si bien las celebraciones [del Centenario] adquirieron
un carácter protocolar, también permitieron los desarrollos de la espontaneidad popular, tal como
ocurría en las fiestas de la colonia. En Santa Fe, el orden estaba resguardado y el pueblo
contribuía a confirmar una configuración social más estable y añeja que la rosarina.31

En cuanto a los modos de legitimación del poder; la conformación de una


sociedad con roles y lugares bien definidos, como ya hemos descripto, es uno de esos
modos. También se inscribe en esta línea la función protectora y paternal que la elite
santafesina se adjudica hacia los desposeídos de la ciudad, y que se plasma en la
distribución de ropa y abrigo a los pobres, que se incluye hasta en el programa de actos
por el Centenario.
La visita del intendente Rosas a hospitales y hospicios, puede entenderse como
un modo de legitimar el poder a partir de ciertas exigencias éticas a las que el
gobernante debe responder: su tarea es velar por aquellos que están bajo su autoridad,
aunque sea por medio de la asistencia. Leamos el comentario de “Nueva Época”, en la
edición del 25 de mayo, sobre el particular:
Una ceremonia tocante, magnífica, dentro de su misma sencillez tuvo lugar á las 4 de la tarde en
el hospital de caridad. A esa hora la visitó el intendente señor Rosas llevando su saludo a los
enfermos junto con su dádiva generosa.
Luego la banda de música ejecuto el himno de la patria, produciéndose en esas circunstancias
escenas de intensa emoción entre los numerosos asilados quienes colocaban conmovidos sobre
su pecho las escarapelas con los colores nacionales, que siempre solícito les ofrecía el
gobernador del municipio.

Sobresale en el texto la adjetivación, cargada de valoraciones cualitativas, como


también el rol pasivo de los asilados – sin distinción de sexo, edad, condición – ante la
“dádiva generosa” del “solícito” intendentes Rosas.

Actos como el ya citado del Jockey Club, de repartir escarapelas al “público” o


de organizar eventos invitando a los clubes y centros sociales, son ejemplo de ese
proceso de legitimación del rol dirigente de una elite que se concibe como un grupo de

31
ROLDAN, Diego. op. cit. p. 22.
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“notables”, y se diferencia del resto de la sociedad generando espacios exclusivos como
el baile del Club del Orden.

A modo de conclusión

De este análisis podemos afirmar, por un lado, el importante rol del periodismo
para perpetuar y recuperar acontecimientos pasados y para plasmar el modo de concebir
la realidad política y social de un pueblo. Si bien el discurso periodístico es el de una
parte de la sociedad; aquella que tiene los medios materiales y las posibilidades de
expresarse, construir significados sociales y generar imágenes sobre temas que ella
misma instala en la agenda pública; en la medida en esos discursos se generalizan, van
siendo asumidos por otros grupos sociales como propios, y se constituyen en sistemas
de creencias que imperan en los diferentes estratos sociales.
La importancia de las representaciones que la elite santafesina construyó en
torno al Centenario, y que vehiculiza el diario “Nueva Época”, radica en que refuerzan
las diferenciaciones sociales y consolidan un orden en el que cada grupo tiene su
espacio; espacios que no se mezclan ni confunden. El ejercicio del poder, reservado
como en el resto del país a una minoría, se asocia a una actitud paternal de los
funcionarios y de la clase acomodada. La preocupación por asistir a los pobres, se
evidencia no sólo en los festejos del Centenario, sin que aparece como una constante de
la acción pública, que será reflejada por el periódico con loas a los benefactores y
concebido como muestra de la grandeza moral de una elite que vela y se preocupa por el
“pueblo”.
También se evidencian criterios de legitimación del poder que sustentan la
convicción del gobierno en manos de los mejores; y la conciencia de la Patria con un
pasado heroico, y un futuro cuya construcción deben dirigir los héroes del presente: los
que se distinguen por su condición social, por su educación y sus valores morales; es
decir los miembros de esa elite de apellidos ilustres que se remontan al pasado.
Un último elemento resulta significativo: los programas de actos y las reseñas de
lo acontecido durante los festejos del Centenario, abundan en identificaciones de las
figuras prominentes de la sociedad santafesina, siempre acompañados de floridos

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elogios; en cambio, el pueblo es un colectivo impersonal que aparece despojado de toda
adjetivación, y al que siempre le cabe un rol pasivo: reciben con gratitud, con emoción,
etc., las dádivas de los “notables.”
Como puede apreciarse, el discurso de “Nueva Época” es una fuente muy rica
para explorar significados y sentidos de las relaciones y la práctica social en Santa Fe,
como también de las concepciones en torno al poder. Los festejos del Centenario,
constituyen una muestra particularmente relevante en esta tarea, en la medida en que
generaron particular interés social y han puesto de manifiesto los supuestos sobre los
que se conformaron las relaciones sociales en la Santa Fe de comienzos del siglo XX.

Bibliografía

En relación al marco teórico:


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ZULLO, Julia y otros; en Cuadernos de Sociolingüística y Lingüística
Crítica; 2° parte. Bs. As, UBA, 1997.
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2002.
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Discursos. Madrid, Arrecife, 1998.
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Un análisis sociológico, jurídico y lingüístico. Barcelona, Gedisa, 1997.

En relación al contexto nacional:


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En relación al contexto local:


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Fuentes periodísticas:
Periódico “NUEVA ÉPOCA”. Hemeroteca del AGPSF. Rollo 38.
Ejemplares correspondientes al mes de mayo de 1910.

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