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creto por la vía de la inteligencia: es demasiado inteli-

gente, el punto de vista ya no lo abandonará más. Pero


la excitación que aquello causa, sólo se atempera por la
vía del sentimiento, por la vía del amor que es el gran
camino hacia lo concreto, valioso y eterno. Por esto tam-
bién Hegel, quien como nadie debió de sentir el mareo
y el vértigo de la dialéctica, encontró para salvación de
la inteligencia el "Universal concreto", el único remanso
del "homo sapiens".

IV

FILOSOFÍA PEDAGÓGICA

INTRODUCCIÓN
Una filosofía pedagógica puede significar dos cosas
bien distintas: o bien es la filosofía concebida como dis-
ciplina educadora, formadora de la personalidad, o bien
es una filosofía de la pedagogía. Esto es el programa
que desarrollaremos en estas conferencias.
Para comprender cómo la filosofía pueda tener una
función educadora, es necesario examinar lo que la mis-
ma filosofía sea. Pero como a su turno, la educación es
una tarea que hay que llevar a cabo con el hombre, que
es el que se educa, ya que ni el Ser Supremo ni los ani-
males son susceptibles de educación, será lo que sea el
hombre, cuál es su esencia y cuáles sus posibilidades.
Empero, el hombre como ser biológico y psíquico es sus-
ceptible de desarrollo, y muestra estos estadios de su
evolución en las distintas épocas de su vida. Sin embar-
go, es en la niñez y en la adolescencia, cuando el hom-
bre posee su mayor plasticidad, sus mejores dotes para
ser educado. La psicología evolutiva sobre todo en sus
grandes tesis generales, será por ello objeto de nuestra
atención especial, y más particularmente en lo que co- ostenta, como cosmos que es y no caos, se pregunte por
rresponde a las edades de la niñez y de la adolescencia. el sentido de él, por lo que todo eso significa. Pero la
El problema del método es igualmente importante en admiración es un sentimiento optimista (y los griegos
una filosofía pedagógica, en el segundo sentido de que lo eran en grado sumo), la admiración nos domina cuan-
hemos hablado. La pedagogía o es una ciencia o un arte. do empezamos a comprender; es un sentimiento que no
Si se la toma como ciencia, cabe considerarla entre las nace ante lo totalmente desconocido. Si el mundo se pre-
ciencias del espíritu, en el sentido que esta distinción sentara siempre como lo absolutamente insondable e im-
tiene actualmente, frente a las ciencias de la naturaleza. penetrable, de seguro no habría sido posible la admira-
Esta ubicación de la pedagogía como ciencia del espíritu ción, sino el pavor, el miedo cósmico. Mas el universo
implica ya lo que sea el espíritu subjetivo y el objetivo, ostenta a la primera mirada, si no su sentido pleno, al
la cultura, el concepto de sentido o de objetos que po- menos la evidencia de que tiene un sentido y de que es
seen sentido, el de los valores, y la función peculiar con posible descubrirlo. Es en concordancia con esta primera
que aceptamos el objeto espiritual y que se denomina intuición del sentido del mundo como nace en nosotros
comprensión; también para el concepto de comprensión la admiración.
es indispensable el concepto de vivencia. Descartes creía que la admiración no tenía contrario;
Finalmente, es necesario poseer una visión histórica y sí lo tiene. Es la duda. Por desgracia el mundo no re-
de lo que se ha pensado a través de los siglos en el pro- vela de una vez un sentido; mucho en él se oculta, mu-
blema de la educación del hombre, como también des- cho permanece distante y remiso a entregarse al cono-
cubrir el tipo humano que se ha considerado como ideal cimiento; esta intuición de lo obscuro del mundo, an-
en las distintas épocas y que en ellas ha tratado de rea- gustia. El hombre angustiado que sabe la causa de su
lizarse. angustia procura salir de ella y así trabaja incansable-
He aquí, pues, a grandes rasgos, una visión del pro- mente en el descubrimiento de lo que está latente, en
grama a desarrollar en las presentes conferencias. hacer que se torne patente la latencia del universo.
Así vemos, pues, que la filosofía nace a la vez, de la
QUE ES LA FILOSOFÍA admiración y de la angustia. Pero una y otra tienen por
objeto el ser y la nada, dicen, por lo menos, relación al
Para Platón y Aristóteles, la filosofía surge en el hom- ser y a la nada. En efecto, si fuera posible concebir un
bre por su capacidad de admiración. Para Kierkegaard hombre que hubiese asistido a la creación del mundo,
y Heidegger, la filosofía nace de la angustia del hombre habríamos de suponer en ese hombre, espectador del acto
al hallarse en el mundo como una de tantas cosas que creador, no otra cosa que un sentimiento de soberana
lo rodean. admiración. La admiración es, entre nuestros estados de
No obstante, estas opiniones distintas, no son exclu- ánimo, el que más eleva, pues es con él y sólo con él,
yentes. Se necesita, en efecto, una gran capacidad de con el que respondemos al hecho de que haya seres, de
sorpresa para filosofar: es necesario que el hombre vea que haya ser.
el espectáculo del mundo, que curiosamente mire sus Pero la admiración se acompaña de la angustia, que
relaciones y lleno de admiración ante la armonía que es el temor de la nada, el temor de que en lugar del ser
sea la nada. Y este sentimiento de angustia ante la na- trará "aporías", es decir, problemas sin solución; estas
da, nace primordialmente de la contemplación de nues- aporías han sido reconocidas en todos los estadios del
tra propia vida. "La angustia, dice G. Morente, es el ca- pensamiento filosófico, por los más diversos filósofos. Sólo
rácter típico y propio de la vida. La vida es angustiosa, que para unos, la insolubilidad es objetiva y para otros
y, ¿por qué es angustiosa la vida? La angustia de la vida sólo subjetiva, es decir, relativa a la razón humana o a
tiene dos caras. Por un lado es necesidad de vivir; la la razón finita.
angustia de la vida es afán de vivir; es no-indiferencia
al ser, que antes describía yo en sus dos aspectos de exis- Por lo mismo que la filosofía parte del ser y de la
tir y de existir de este o aquel modo; en sus dos aspec- nada, se interesa por el universo todo y por su sentido.
tos existencial y modal. De modo que, por un lado, la Sólo dos actividades igualan en esto a la filosofía: son la
angustia es afán de ser, ansiedad por ser, por seguir religión y el arte. Religión, arte y filosofía aspiran, cada
siendo, porque el futuro sea presente; pero por otro lado cual con sus medios, a captar el sentido del universo y
esa ansiedad de ser lleva dentro al temor de no ser; el están dispuestas además, a mirar el universo todo y a
cada una de sus partes, dentro del marco que a cada una
temor de dejar de ser, el temor de la nada. Por eso la de ellas las caracteriza.
vida es, por un lado ansiedad de ser, y por otro lado te-
mor de la nada". En efecto, nada hay extraño a la mirada del hombre
religioso; incluso para ese tipo de religiosidad que se pone
Nosotros hemos sobre todo acentuado el carácter de de espaldas al mundo y sólo busca a Dios, pues en estos
la angustia que tiene por objeto el temor de la nada. casos el mundo mismo aparece como lo demoníaco y lo
Admiración del ser y angustia ante la nada son, pues, demoníaco es un valor negativo que sólo tiene sentido
los sentimientos primarios porque tienen por objeto lo religioso. También para la santidad que se vuelve al mun-
más primario de todo, que son el ser y la nada. Es por do y lo ama, como ocurría en Francisco de Asís, el mundo
ello por lo que admiración y angustia dan, en el hom- resulta entonces una explicitatio Dei, una manifestación
bre, origen a la filosofía. de lo divino.
Pues uno de los caracteres fundamentales de la filo- El arte igualmente se apodera del sentido todo del uni-
sofía es el de ser un saber sin supuestos. El saber filosó- verso. Nada de lo que es, puede ser extraño al arte: el
fico no reposa en ningún otro anterior; no es como en hombre ideal es el objeto del arte griego; las pasiones
las ciencias particulares, en las cuales se postula un cierto humanas son el tema de Miguel Ángel y de Shakespeare;
número de principios, cuya verdad ya no toca examinar las grandes ideas filosóficas son convertidas por Dante y
a dicha ciencia, pues debe partir de ellos para extraer Goethe en objetos de la más alta poesía; y luego lo nemo-
todas sus conclusiones. Así, el químico, el físico, el astró- roso, la ternura, los pequeños afectos, lo trivial mismo
nomo parten de la base de que hay cuerpos y de que és- desfilan en los cuadros de Millet y en las novelas de Proust
tos se comportan con legalidad causal. El filósofo no y de Azorín.
puede descansar en postulados: ha de remontarse al ser y
Pero la filosofía se distingue del arte y de la religión.
no dejar campo ninguno sin entender adecuadamente,
Para Hegel, el arte es la intuición concreta del espíritu
sin que más allá de ese campo, haya todavía algo que
absoluto, en él, la forma no muestra cosa en ella fuera de
preguntar. Es verdad que en algunos momentos encon-
la idea; la religión, en cambio, es la representación del
espíritu absoluto y en ella, la forma se separa del conte- en forma de conceptos, esto es, en formas significativas.
nido; en fin, la filosofía, une dialécticamente arte y reli- Arte, religión y filosofía tienen por objeto todo ser, el
gión, como concepto del espíritu absoluto, su saber tiene sentido total del mundo y su significación. Pero ni el arte
el mismo contenido del arte y de la religión, pero es un ni la religión buscan primordialmente un saber del uni-
saber conocido por el pensamiento. verso; en cambio, esto es lo que constituye la filosofía;
En sentido casi paralelo se expresa Dilthey: "Donde ella tiene la misión de dar, el saber del universo, de
quiera que aparece el hombre de religión ella tiene como aprehender el universo con el conocimiento, y no con
cualquiera, sino con el conocimiento conceptual, que es
rasgo característico el trato con lo invisible, pues este se el que va mentando en las palabras que significan el
encuentra tanto en sus grados primitivos como en aque- concepto.
llas últimas ramificaciones de su desarrollo, en las que
ese trato, sólo consiste en la interna relación de la con- Porque ha de tenerse presente que hay un saber de
ducta con todo lo que supera lo empírico, que es el ideal facto y un saber esencial. El primero no es comunicable
que hace posible la relación religiosa". Por su parte el sólo con los conceptos: si a alguien le digo que he visto
"arte hace visible un algo particular y limitado, relacio- cisnes negros, no por ello doy a él un saber, aunque en-
nes que van más allá de ellos y le dan una significación tienda precisamente lo que significa el que haya cisnes
general". "La representación de los sucesos en la poesía negros; pero si a esa misma persona le expreso una ver-
es la apariencia irreal de una realidad vuelta a vivir, ex- dad matemática, en mi expresión puede entender la ver-
traída de la conexión de la realidad y de las relaciones dad y saber de ella como si la intuyera por sí mismo. En
de nuestra voluntad y de nuestro interés". A su turno, otras palabras, las verdades de hecho no son comunica-
dice Dilthey que "la intuición filosófica del mundo, tal bles con el pensamiento de ellas, lo que sí ocurre con la
como nace bajo la influencia de la orientación hacia la verdad de esencia o de razón. Y es este tipo de verdades
validez universal, debe ser, por su estructura, esencial- el que persigue la filosofía.
mente diferente de la religiosa y de la poética. A diferen-
cia de la religiosa es universal y de validez general. Y a CONOCIMIENTO Y VOLUNTAD
diferencia de la poética es un poder que quiere actuar
reformando la vida".
Ahora bien, cuando Dilthey dice que la "filosofía es
Lo anterior, a nuestro ver, sólo expresa verdades par- un poder que quiere actuar reformando la vida", toca una
ciales. Filosofía, arte y religiosidad son en verdad acti- de las cuestiones decisivas en esta materia de la filoso-
vidades espirituales con las cuales aprehendemos la to- fía pedagógica, de la filosofía como educación. La cues-
talidad del universo: todas tres se dirigen a valores de tión se reduce al antiguo problema de las relaciones del
universal validez, pero la expresión de ellas es distinta: logos con el ethos, esto es, de la inteligencia con la ac-
la religiosidad expresa los valores religiosos con la reve- ción. La cuestión se plantea en el sentido del primado
rencia y el temor y los actos de fe y adoración; el arte de la inteligencia sobre la acción y a la inversa. Pero a
expresa valores estéticos con formas siempre sensibles, veces este primado es entendido equívocamente, pues
como la imagen, el sonido, la materia plástica. En cam- unos se deciden sobre la primacía de la inteligencia,
bio, la filosofía busca expresar los valores de la verdad en el sentido de la anterioridad lógica y cronológica que
todo conocimiento tiene sobre el querer, según el viejo Sin embargo, el primado que se suele atribuir a logos
aforismo "ignoti nulla cupido". sobre ethos, tiene especiales conexiones con la teoría de
Otros en cambio, consideran como de mayor valor el la educación. En realidad, en el hombre hay un conoci-
conocimiento que la voluntad. miento sensible concreto, uno abstracto racional y uno
Otros, en fin, deducen el mayor valor que el conoci- perceptivo de valores. Este último es realmente poco co-
miento tiene sobre la voluntad, por la anterioridad lógica mún; puede educarse pero con grandes dificultades; pue-
que aquél posee sobre ésta. de cultivarse, pero en ambientes de selección. A su turno,
En nuestro concepto, el conocimiento tiene una evi- el conocimiento sensible concreto no se orienta a los va-
dente anterioridad lógica sobre la voluntad y sobre el lores más altos y no podría nunca dar por sí un valor
amor. Nada se quiere ni se ama, si no se conoce. Pero humano de alta significación. El conocimiento abstracto,
esto no significa que el conocimiento tenga que ser pre- en cambio, puede enunciarse en fórmulas, se constituye
cisamente intelectual, abstracto, racional. Puede ser una en conceptos, puede ser comunicado a otros, discutido, de-
percepción sentimental, una percepción de valores, no mostrado, precisado. Es claro que con estas propiedades
conceptual y que en muchos casos es inconceptualizable. este conocimiento confiere al hombre una dignidad ma-
En este sentido tenía razón Pascal cuando hablaba de yor, pues le da posibilidades que no tendría con el simple
"un ordre du coeur que la raison ne connais pas"; ese conocimiento sensible. Si el conocimiento en general tra-
orden del corazón no es puro sentimiento, sino percep- ta de que el hombre salga de su limitación natural, por
ción sentimental de valores que en sí son universalmente el conocimiento abstracto esta limitación se reduce aún
válidos. más, pues él permite inducir y deducir, es decir, pasar
Pero el conocimiento no es de mayor valor que el que- del objeto que está presente al objeto lejano, inferir de
rer y el amor; es decir, no tiene una anterioridad axioló- existencias que son simplemente dadas, otras existencias
gica sobre éstos. Es verdad que quien mejor conoce puede aún no dadas. Por otra parte, en el orden de la conducta,
querer y amar mejor, pero en esto mismo estamos colo- el conocimiento abstracto permite ser grabado en fórmu-
cando el conocimiento como medio para un fin que está las generales que ayudan a obrar rectamente y valiosa-
fuera de él y que es la vida activa regida por el amor y mente, cuando por cualquier razón, como ocurre a me-
la voluntad. Pero además, el conocimiento busca algo pa- nudo, falta la intuición de los valores.
ra sí, consiste en aprehender en esa forma que le es pecu-
liar, la esencia de los seres; mirado por este aspecto, el Mirados, pues, el querer y el amor humanos, parece
conocimiento es egoísta; en cambio, el amor y el querer apenas natural que se haya colocado por encima de ellos
se dirigen al valor y en su tendencia a él y en su decisión a la inteligencia, ya que la inteligencia busca siempre lo
por él, hacen un reconocimiento de su objetividad, en abstracto y hace siempre más fácil ese ensanchamiento
este sentido, el amor y el querer son altruistas. Final- del horizonte de valores que el hombre posee, pues no
mente, el saber no crea la personalidad; no significa na- sólo puede llegar a descubrir existencias desconocidas
da un ser como persona, porque lo conozca todo; la per- por medio del raciocinio, sino también, mediante él, in-
sona está hecha de actos de carácter moral y estético, ferir con el recuerdo de la norma en un momento dado,
está determinada por sus obras, que nacen del amor y lo que debe hacerse y lo que debe evitarse, aunque no se
del querer. perciba intuitivamente su valor.
Pero si bien se mira, hay por lo mismo aquí una con- dijimos, se puede reiterar continuamente un objeto en
fusión cuando se traslada el valor de medio a valor de su forma conceptual, hasta que, de tanto repetirlo, pue-
fin; es como el avaro que acaba por querer el dinero da tenerse la intuición de su valor. Así las fórmulas abs-
como un fin, habiendo empezado por estimarlo como tractas de los diez mandamientos, son más fácilmente
medio. repetibles y reiterables que la intuición de los valores que
Fácilmente se comprende que el conocimiento abs- ellos señalan.
tracto expresable en palabras, sea tan estimado. De no Pero la opinión del primado del logos sobre el ethos,
ser por él, ignoraríamos todo lo que los hombres pasados también nace de esta aserción: De que en el conocimien-
han pensado, todas sus experiencias de la vida y del to racional todo está reducido a proposiciones que se ba-
mundo. El conocimiento ha educado a la humanidad; san unas en otras hasta llegar a unos primeros princi-
pero si de esta cualidad suya se pretende deducir su va- pios ya evidentes por sí misinos. Ahora, como todo puede
lor, bastará replicar que ese valor no es absoluto, pues ser aprehendido por el conocimiento racional, resulta
que sería mejor que la humanidad no tuviese que ser así evidente que la razón tiene la primacía, ya que no
educada. Empero, ateniéndonos a la realidad de esa ne- sólo capta el ser, sino que capta el fundamento del ser.
cesidad de educación, tendremos que reconocer al pensa- Para los que así piensan, las tesis contrarias caen
miento abstracto su función capital en la cultura hu- irremisiblemente en el irracionalismo. Y en verdad, si se
mana. toma "razón" en su sentido estricto; pero no, si por irra-
Es claro que en la cumbre del saber y del ser perfec- cional se quiere entender una actividad ciega e instinti-
to, no hay disparidad ninguna entre el saber y la acción, va, como la de los animales, pues hay cosas irracionales
entre la teoría y la práctica, entre el logos y el ethos. que no son ciegas ni instintivas. Cuando percibo la be-
También el ideal humano es el del hombre que obra el lleza de un cuadro, la nobleza de una acción o la santi-
bien porque tiene una intuición fundamental de él, y en dad de una conducta, estoy conociendo algo de que es
el cual también, la fundamentación de la rectitud de su incapaz el animal y, sin embargo, no lo estoy conociendo
obrar se lleva a cabo con la acción misma, que hace visi- en forma racional; en efecto, yo no veo esos valores de
ble, por así decir, a los hombres que lo rodean los valores belleza, nobleza y santidad como conclusiones de un silo-
morales. Por eso desde antiguo se ha reconocido la supe- gismo, como proposiciones fundadas tras de otras fundan-
rioridad educativa del ejemplo sobre el consejo. Pero co- tes; al contrario, puede ocurrir que ni siquiera sepa en
mo no todos los hombres poseen esta innata intuición qué se fundan esas actuaciones valiosas. Mi conocimien-
del bien y de la verdad, esta compenetración perfecta to, entonces, no es racional, pero no por ello es irracio-
entre lo que conocen y lo que hacen, es forzoso reconocer nal en el sentido despectivo.
a la inteligencia ese insigne servicio que presta al hom- Por otra parte, el argumento enunciado parte de la
bre de exponerle en fórmulas abstractas todo un plan de base de que todo puede ser aprehendido por la razón en
vida, que si no lo conducen al valor, al menos lo aproxi- forma de proposiciones fundamentales y fundadas, es de-
man. Aparte de que esa educación por la inteligencia cir, que hay un mundo racional que es un duplicado del
también se hace posible, porque sólo por ella, como ya mundo real, y que lo sustituye, según el viejo principio
"lntellectus potens omnia fieri". Pero esta afirmación es c) El conocimiento racional es mejor que el conoci-
muy discutible. miento intuitivo parcial, en cuanto que sabe, y sabe el
por qué de lo que sabe.
1. Ante todo, es verdad que la inteligencia trata de
convertir el ser en conceptos, para operar con el ser por d) Pero hay cosas que no han menester de un por
medio de éstos; y esta es una aspiración muy noble; pero qué o que no lo tienen, porque se comprenden por sí, y
aun suponiendo que se llegara a realizar un día, mien- respecto de ellas vale más el conocimiento intuitivo, que
tras no veamos claro esta adecuada conceptualización es capaz de revivirlas: estas cosas son los valores y los
del ser, nos estará vedado asignar a la inteligencia ta- objetos de la cultura, o el espíritu objetivo, que es revi-
maña visión. vido por nosotros en la comprensión de su sentido.
2. Pero aun suponiendo ya realizada la conceptuali- e) El conocimiento racional vale más que el conoci-
zación, queda por fuera el ser mismo, insustituible, pues miento intuitivo, en cuanto aquél permite expresar, aun-
es evidente que no es lo mismo percibir el color rojo que que a veces sea aproximadamente, lo que muchos hom-
tener el concepto de lo rojo, vivir una poesía o percibir bres no podrían intuir en concreto.
un valor moral que poseer sus ideas claras. f) El conocimiento racional educa, porque permite
3. Finalmente, este racionalismo cree que los prin- convertir en fórmulas su contenido; el conocimiento in-
cipios simples del conocimiento también coinciden con tuitivo supone ya una gran elevación espiritual, y por
los principios de ser en un rígido paralelismo: es decir, ello, quien lo posee, es menos educable, porque ya está
que la proposición fundada (demostrable, la conclusión) educado.
tiene por objeto un ser que debe ser explicado por otro, g) El conocimiento racional vale más que el intuiti-
y que la proposición fundante o principio, tiene por ob- vo por cuanto es general, por lo cual permite compren-
jeto un ser que no está fundado más que en sí mismo. der en sí muchos objetos particulares; ahora bien, hay
Este paralelismo es falso y los que lo sostienen en teo- otros órdenes de objetos que se resisten a esta subsun-
rías, no son consecuentes en la aplicación, pues que afir- ción de lo particular dentro de lo general y de los cuales
man que la existencia de Dios es una conclusión, no obs- hablaremos después.
tante ser Dios el principio del ser y aceptan también que
esta mesa es esta mesa, es decir, ven inmediatamente
en la mesa el principio fundante de identidad, a pesar FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
de ser la mesa un ser dependiente y creado.
La cultura helénica es, en sus rasgos generales, pu-
Como síntesis de todo lo anterior, diremos: ramente intelectualista: Es inconcebible, por lo tanto,
a) El conocimiento vale más que el querer, cuando que un pensador griego considere la filosofía como en-
es capaz de determinar el querer mismo, lo que sólo ocurre caminada a la acción, a la praxis. Todo filosofar es "teo-
en Dios. ría", contemplación desinteresada. Este intelectualismo
b) El conocimiento que no determina el querer, sino se adivina en Parménides, para el que todo conocimiento
que lo precede, se hace valioso en cuanto permite el que- sensible es falso y engañoso. Se afirma, en especial con
rer valioso. Sócrates, para el cual la falta moral no proviene de la
voluntad, sino del conocimiento oscuro e imperfecto. Y indigencia, sino superabundancia de ser que se desborda.
aunque Platón corrija en parte esta opinión de su maes- Tampoco el camino hacia Dios es el del conocimiento,
tro, no deja de ser para él como última finalidad del al- sino el de la rectitud de corazón; de donde resulta tam-
ma, la contemplación de las eternas realidades. Claro bién que el pecado ya no es hijo de la ignorancia, sino de
que Platón considera que el filósofo es ya, por serlo, el la flaqueza de la voluntad.
mejor gobernante, y todos los restantes tipos humanos Estos elementos voluntaristas de la filosofía cristiana
de cultura deben estarle subordinados; pero su opinión primitiva son continuados a todo lo largo de la historia:
no consiste en que la filosofía tenga por fin la acción en una primera etapa, a partir de San Agustín, la vo-
recta y justa, sino más bien es una consecuencia de ella. luntad aparece como el centro a raíz del cual se mueven
"El logisticon" es, según Platón, aquella parte del alma todas las demás facultades del alma. Escoto Erigena, San
anterior ya a su existencia terrestre. Todo lo efectivo es Anselmo, Abelardo, piensan como Agustín. Pero para to-
de índole inferior y secundaria, comparado con él; se dos ellos, sin embargo, el fin y la bienaventuranza con-
acerca ya a lo sensible y corporal mismo. "Esto es sólo un sisten no en un acto de amor, sino de conocimiento. Sólo
tránsito, un hijo de la Pobreza, y sólo encuentra el re- la escuela mística de los Victorianos en el siglo XII se
poso anhelado en la contemplación". En este mismo pen- decide francamente por el primado de la voluntad.
samiento desarrolla Aristóteles su filosofía. Dios no po- Alberto Magno y Tomás de Aquino (siglo XIII) res-
drá ser concebido como amor, sino como un Ser que se tauran el intelectualismo. Sobre todo Santo Tomás, para
piensa a sí mismo; y aunque distingue las virtudes dia- el cual, el acto supremo del hombre es el de conocer, tras
noéticas o de la inteligencia, de las virtudes éticas o de del que viene como consecuencia el amor. No desconoce
la voluntad, guardan siempre, en él, las primeras una ciertamente Santo Tomás que la voluntad toma parte
más alta jerarquía. decisiva en los actos intelectuales, y especialmente en la
Este primado de la inteligencia sobre la acción en la adhesión por la inteligencia al objeto de fe, que no es
filosofía griega, es paralelo al mayor valor que tiene la evidente intrínsecamente. Pero en esto la voluntad sigue
idea general sobre el objeto individual, el género y la siendo un simple medio.
especie sobre el individuo; superar la individualidad con-
La escuela franciscana continúa en cambio las ideas
tingente y pasajera para poseer la idea abstracta que es
de los místicos de la escuela de San Víctor; había en ella
inmutable y en la cual se conocen todos los seres con- el impulso de Francisco de Asís que enseñó a ver al mun-
cretos, es el fin de toda la especulación griega sobre el do con amor. San Buenaventura, discípulo del de Asís,
ser y la realidad. teólogo profundo, para evitar que la teología cayera en
El cristiano primitivo introdujo un cambio en estas fórmulas frías y muertas, dice de ella que es "Scientia
valoraciones: la tesis de un Dios creador que había sa- affectiva". Luego, en la decadencia, el gran maestro
cado de la nada al mundo, se enfrenta al concepto aris- Duns Scoto, franciscano también, ascendra el volunta-
totélico de una materia eterna y respecto de la cual, Dios rismo fundado sobre todo en la tesis cardinal de que la
sería sólo una causa final y no eficiente. Esta idea de la voluntad es la más noble de nuestras facultades, por ser
creación conduce a pensar en un Dios que actúa libre- la verdaderamente libre, en oposición al intelecto, siem-
mente y que, por lo mismo ha tenido que crear el mundo pre dependiente del objeto. Dios mismo, para Duns, tiene
por amor, y este amor ya no es, como el Eros antiguo,
por esencia el amor, su voluntad es su prima potentia; voluntad. Spinoza continúa la tradición rígida intelec-
el querer divino es además, el fundamento de la bondad tualista, y reduce la voluntad al intelecto. Pero a medida
de todas las cosas. Enrique de Gante, Guillermo de Ware, que avanza el estudio de la naturaleza bajo el postulado
Ricardo de Midletown habían preparado estas ideas de del rígido determinismo causal, pugna por salir a flote
Duns, continuadas después por Guillermo de Occam y sus la voluntad y la libertad como el signo del espíritu. Así
discípulos. Al entendimiento agente aristotélico, como en Kant, la crítica de la razón pura no tiene más objeto
fuerza per se activa, sucede ahora la tesis del entendi- que el de fundar la fe o la creencia; en Fichte, el sujeto
miento pasivo ante el objeto, mientras la voluntad es cognoscente crea el objeto conocido, sólo para poder afir-
independiente totalmente, incluso ante el bien en gene- marse ante la resistencia que la ofrezca, como ser moral
ral. La voluntad se sirve del entendimiento como un se- y libre. Nietzsche es el filósofo de la voluntad; considera
ñor del lacayo que lleva adelante la antorcha, con la cual que la historia humana ha girado en torno de la verdad
sólo ilumina los lugares que su señor ha previamente de- y piensa que esa voluntad de verdad debe ser reempla-
terminado recorrer. zada por una voluntad de poder en el sentido de un que-
El caso es que estas ideas voluntaristas son las que rer libre y arrogante que transforme el mundo. Igual-
va a tomar la edad moderna, en contraposición al inte- mente Dilthey es voluntarista: sabemos que el mundo
lectualismo aristotélico-tomista. Pasión se llamaba en el exterior existe por la resistencia que opone a nuestra vo-
mundo de ideas griegas el apetito de la voluntad, justa- luntad, y los sistemas metafísicos, a su juicio todos im-
mente por su sumisión al objeto; era la traducción al posibles para la razón pura, son, no obstante, coronación
latín del Imperio del "pathos" griego. Pero hoy la pala- del saber porque resultan de la aspiración de la voluntad.
bra pasión denota una poderosa descarga de energía psí- En Scheler, la actuación ética no está presidida por el
quica, que en nada se parece a la pasividad que se le conocimiento abstracto de la validez universal, sino por
quería asignar en su origen. Pues este cambio en la sig- la intuición de valores y aunque en aquélla no actúe
nificación de la palabra pasión se debe a las escuelas decisivamente la libertad, sin embargo no por eso de-
franciscanas y a los discípulos de Joaquín de Floris, ha- pende de la inteligencia, sino de la totalidad de la per-
cia el siglo XII. sona, en especial, en sus actos de tendencia, estimación
Naturalmente, al iniciarse el Renacimiento, siendo el o toma de posesión de valores. En fin, Heidegger es vo-
problema fundamental que ocupa a los filósofos el de la luntarista en "La esencia del fundamento o de la razón",
estructura y constitución del mundo, pasa a segundo en donde afirma que "la libertad es el principio de ra-
plano la discusión sobre las relaciones del logos y el ethos. zón", "el fundamento del fundamento, la razón de la
Fluye por todas partes un interés por el mundo y, en se- razón".
guida, un máximo interés por los problemas de la validez
del conocimiento. Descartes inicia el racionalismo en la
consideración del mundo, pero al tratar del último fun- VITALISMO Y EXISTENCIALISMO
damento de los principios racionales, los coloca resuelta-
mente en la voluntad divina. Leibniz replica en el sen- Agrupamos bajo estos nombres aquellos filósofos que
tido intelectualista de la escolástica, pero al tiempo mis- han sostenido sistemáticamente que la filosofía ha de ter-
mo quiere conciliar la pugna entre la inteligencia y la minar en una pedagogía, una disciplina de la formación
del hombre, si es que desde el principio no ha de ser ya si la verdad es necesaria debe ser hecha de manera que
esto mismo. Nos ocupamos, en especial, de Nietzsche y el principio de la fe, la convicción, se exprese en ella:
Wilhelm Dilthey. "nada es más necesario que la verdad y, con relación a
Federico Nietzsche: En la pedagogía, como teoría de ella, todo lo demás no tiene más que un valor de segundo
la formación del ser humano, Nietzsche es un filósofo orden". Esta voluntad de verdad la reduce Nietzsche a
demasiado exaltado, voluble y cambiante, por lo menos un negro temor de dejarse engañar, para lo cual se evita
para enunciar un ideal de educación para la mayoría de el engañar a los demás. "Mas, ¿por qué no engañar?
los hombres. —dice—•. ¿Por qué no dejarse engañar?" Es preciso adver-
Pero a Nietzsche se debe el gran mérito de haber ini- tir que las razones de la primera eventualidad se encuen-
ciado una caracteriología, una descripción de los tipos hu- tran en otro campo que las de la segunda. No nos quere-
manos de gran importancia para la educación. El resen- mos dejar engañar, porque creemos que dejarse engañar
tido es el sujeto mezquino que convierte en virtudes sus es perjudicial, peligroso, nefasto; desde este punto de vis-
propios vicios, defectos y debilidades, llamando a la ab- ta, la ciencia sería el resultado de una larga astucia, de
yección, humildad; a la cobardía, prudencia; y a la in- una precaución, de una utilidad, a la que se podría jus-
sinceridad, astucia. El hombre distinguido, en cambio, tamente objetar: ¿Cómo? ¿El hecho de no querer dejarse
es el que descansa en su propio valor, tiene plena con- engañar disminuiría realmente los riesgos de encontrar
ciencia de sus capacidades y de sus limitaciones, se honra cosas nocivas, peligrosas, nefastas? ¿Qué sabéis de ante-
a sí mismo diciendo verdad y honra a los demás recono- mano del carácter de las existencias para poder decidir
ciendo lo que son; el hombre distinguido no se compara si la mayor ventaja está del lado de la desconfianza ab-
con otros, nunca mira en torno suyo, como hace el re- soluta o del lado de la confianza absoluta?"
sentido para constatar quiénes lo aventajan y a quiénes Pero donde Nietzsche concreta su pensamiento sobre
supera. Por último, el ideal humano que Nietzsche repre- la verdad, es en el siguiente pasaje, tomado de una de las
sentó en tres tipos distintos correspondientes a tres épo- obras ya citadas: "La falsedad de un juicio no es para
cas diversas de su vida: el artista trágico, el libre y frío nosotros una objeción contra el juicio. Esto es quizás lo
pensador y el superhombre; este último, tenía del artista que en nuestro nuevo lenguaje parecerá más extraño. Se
la brava pasión y el calor emocional; y del pensador, el trata de saber en qué medida este juicio acelera y con-
juicio frío y objetivo para reconocer la realidad, todo serva la vida, mantiene y desarrolla la especie, y, por
incorporado a una alta vida de despliegue de todas las principio, nos inclinamos a pretender que los más falsos
facultades. juicios (de los cuales forman parte los juicios sintéticos
"a priori") son para nosotros los más indispensables; que
Para Nietzsche, "los verdaderos filósofos tienen por el hombre no podría existir sin el curso forzado de los
misión mandar e imponer la ley ... Su investigación del valores lógicos, sin medir la realidad con la escala del
conocimiento es "creación", su creación es legislación, su mundo puramente ficticio, de lo incondicionado, de lo
voluntad de verdad es . . . voluntad de poderío". idéntico a sí mismo, sin una falsificación constante del
Nietzsche colocaba la voluntad en la base de la cien- mundo por el número; a pretender que renunciar a los
cia; afirmaba que ésta "reposa en una fe, y que no hay, juicios falsos sería renunciar a la vida, negar la vida. Con-
no puede haber ciencia absoluta. La cuestión de saber fesar que la mentira es una condición vital, eso es, cier-
tamente, oponerse de peligrosa manera a las evaluaciones ciencias naturales: una investigación de causas y efec-
habituales; y le bastaría a una filosofía osarlo para co- tos. Dilthey hace ver que el objeto histórico es cultural,
locarse, por este solo hecho, más allá del bien y del mal". es decir, posee un sentido, quiere expresar un valor. Por
El pasaje anterior, concordado con otros lugares del tanto, el método para captarlo es el de la comprensión
filósofo, seguramente nos dan una teoría menos audaz que va del sustrato material (el mármol en la estatua,
que la que allí crudamente expone. Lo que pretendía el papel y las letras en el documento, los colores en el
mostrar Nietzsche sobre todo, es que la verdad, en el sen- cuadro, por ejemplo) a su sentido expresado y luego vuel-
tido de la ciencia y del saber, no lo hacen todo en la alta ve de éste al sustrato, en un ir y venir que nunca cesa,
vida a que pretendía elevar al hombre, sino que han de porque cada vez se obtiene mejor la comprensión del ob-
estar incorporados en la total formación del ser, de modo jeto como tal. Un objeto cultural no se explica, es decir,
que resulte un ejemplar vital que supera la verdad en no se conoce en su ser, con conocer las causas que lo han
la actividad. creado, ni se entiende, esto es, no se conoce adecuada-
Por lo demás, las tesis educativas de Nietzsche son mente, con sólo colocarlo bajo un concepto más abstracto
nada aprovechables si no se las somete a crítica muy ri- que lo abarque; un objeto cultural se comprende. Es por
gurosa, fuera de que considera que el ideal del hombre eso por lo que la obra de arte, o la religiosa o la histó-
estará siempre representado en unos cuantos ejemplares rica o jurídica se comprenden tanto mejor cuanto más
selectos, en torno del cual, todo lo demás es masa a quien se las estudia, cuantas más veces se ve el cuadro, o se
"se lleva, dice, el diablo y la estadística". Pero en el or- oye la melodía, o se investiga el momento histórico; el
den de ideas que hemos venido estudiando, el pensamiento objeto cultural revela así, ser una totalidad, es decir, algo
de Nietzsche ha de ser mencionado, pues es notoria su más que una suma y, por lo mismo, nunca completamen-
concepción de la filosofía como instrumento de dominio te agotable en su comprensibilidad.
y por lo tanto, como elemento en la educación del tipo Y si este objeto es una totalidad, puede ser conocido
humano. porque el alma también es una totalidad, una estructura
Wilhelm Dilthey: Nace en 1833 y muere en 1911. Du- que capta el todo; conociendo el objeto cultural, el alma
rante su vida fue menos conocido de lo que mereciera se conoce a sí misma; revive en ella misma el sentido del
su obra ingente de filósofo e historiador. Su sistema an- objeto espiritual. Por eso en la base de la comprensión
da disperso en multitud de ensayos que no siempre fue- está la vivencia (trad. del alemán "Erlebnis"), con lo
ron concluidos. Como ,'Kant había escrito la "Crítica de cual se significa que lo comprendido es vivido.
la razón pura", Dilthey quiere comprender su obra toda De todo esto nos ocuparemos con más detalle poste-
como una crítica de la razón histórica. Y en efecto, a riormente. Por ahora, se ve claro que según Dilthey, todo
Dilthey se debe primordialmente el haber precisado y conocimiento de lo espiritual, es una autognosis, un auto-
delimitado el método de las ciencias del espíritu, entre conocimiento. Pero como la filosofía aspira a captar la
las cuales está la historia. Una forma del escepticismo totalidad del sentido del mundo, según ya dijimos, resulta
del siglo XIX se conoce con el nombre de relativismo así manifiesto por qué para Dilthey la filosofía sea más
histórico; pero los historiadores que le eran fieles, creían, que ningún otro conocer, una autognosis. Pero por otra
sin embargo, que el método de la historia era el de las parte, toda filosofía tiene que empezar con lo que los fi-
lósofos precedentes han pensado del mundo, y esta es su energía lógica, la imagen del mundo, los ideales y los
una actitud histórica, para la cual se necesita también fines propios de su época a clara conciencia y conexión,
la comprensión. hacia las raíces de la vida".
Hermenéutica: Sin embargo, Dilthey no permanece en Cuando falta en el hombre esa energía lógica para
la comprensión. Esta se completa con la interpretación o buscar la conexión de las raíces de la vida y de la rea-
hermenéutica que es la elevación técnica del comprender lidad, es porque no existe ninguna disposición filosófica.
a validez universal. En esta forma, la comprensión se Con estas ideas se comprende que Dilthey diga repe-
desprende de toda tacha de subjetivismo. tidas veces como en el lugar copiado arriba, que "la filo-
Siendo el conocimiento una autognosis, está por lo sofía es un poder que quiere actuar reformando la vida",
mismo íntimamente ligada a la vida del alma. "Todo co- y de ahí no hay sorpresa en la siguiente afirmación de
nocer, valorar, actuar con arreglo a fines, toda conexión Dilthey: "La última palabra del Filósofo es la Pedagogía,
producida por la conciencia está bajo la condición ge- pues toda especulación sólo debe servir a la acción. Flora-
neral de "la conexión de la propia conciencia". Por eso ción y finalidad de toda verdadera Filosofía es Pedago-
para Dilthey, "el conocimiento no puede ir más allá de gía en su sentido más amplio: teoría de la formación del
la vida, es decir, no puede establecer ninguna conexión hombre". Esta es la tesis central de Dilthey, repetida
que no esté dada en la propia vida". hasta el cansancio en todas sus obras, hasta el punto de
Dilthey, conforme a estas ideas, es el sistemático de que puede decirse que es el primer filósofo que conscien-
una filosofía de la vida, de la que ya se encuentran ele- temente hace de la filosofía una teoría de la educación
mentos en Schopenhauer, Nietzsche, Carlyle y Maeterlink, del hombre.
pero todavía en éstos, dependiente de un punto de par-
tida metafísico. Porque Dilthey es un filósofo positivista
y, por tanto, antimetafísico; pero su positivismo no es
como el de Comte o Spencer, que sólo acepta en la expe-
riencia sensible; Dilthey afirma que hay también lo dado
en la experiencia espiritual, por medio de la comprensión
y la posición antimetafísica de Dilthey no consiste en una
aversión a ella, sino en un reconocimiento de los límites
de la razón, lo que no impide que deba siempre cultivarse
la aspiración al conocer metafísico, como un altísimo
ideal humano.
El auténtico filósofo, como el poeta, dice Dilthey, nace
y no se hace. Su actitud ante el mundo es originaria, y
no aprendida ni estudiada. Esta, como decía Schopen-
hauer, sólo produce "filosofía de profesores para profeso-
res de filosofía". "El filósofo se encamina en virtud de su
intención original, mientras trata de elevar, mediante

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