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I Congreso Latinoamericano de Formadores de Orientadores

III Congreso Venezolano Interdisciplinario de Orientación

LA FORMACION DEL ORIENTADOR Y

LA NUEVA CONCEPCION DE LA EDUCACION

CONFERENCIA INAUGURAL:

LA FORMACIÓN DE ORIENTADORES EN CONTEXTOS COMPLEJOS


CON ESPECIAL REFERENCIA A LATINOAMERICA

Dra. Mirta Gavilán

Venezuela, 25 al 28 de julio de 2006


CONFERENCIA INAUGURAL:

LA FORMACIÓN DE ORIENTADORES EN CONTEXTOS COMPLEJOS CON


ESPECIAL REFERENCIA A LATINOAMERICA

Dra. Mirta Gavilán


Ante todo debo decir que me siento muy complacida, como profesional de la
orientación, de la invitación que me ha hecho la Comisión Científica de este evento, al
I Congreso Latinoamericano de Formadores de Orientadores / as y, el III Congreso
Venezolano Interdisciplinario de Orientación. Agradezco desde ya sus atenciones.
Luego la importancia de concurrir a un país hermano, donde se tratarán temas que
nos convocan permanentemente.
Es la segunda vez que visito Venezuela ; hace algunos años estuve en Caracas en un
Congreso de la SIP (Sociedad Interamericana de Psicología) y ahora en esta hermosa
ciudad de Valencia y, muy especialmente, en el ámbito universitario de la Facultad de
Educación de la Universidad de Carabobo

Resumen

La presente conferencia realizará una síntesis de la formación de orientadores a


la luz de la historia en diferentes contextos mundiales, para luego mencionar la
situación actual de la formación en Latinoamérica y cuál debería ser la capacitación en
los contextos complejos actuales a la luz de los nuevos paradigmas de la orientación.
La importancia que adquiere esta práctica profesional, donde debemos incluir nuevos
campos (salud, educación, trabajo, políticas sociales) y saberes; (disciplinarios,
interdisciplinarios y transdisicplinarios). Se hará referencia a los diferentes niveles de
capacitación universitaria, formación de postgrado (cursos de postgrado, carreras de
especialización y maestrías) extensión universitaria y capacitación en servicio.

Doctora en Psicología.
Profesora Titular Ordinaria de las Cátedras Orientación Vocacional y Psicología Preventiva.
Carrera de Psicología, Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina.
Investigadora de la Secretaría de Ciencia y Técnica, UNLP.
Directora del Centro de Orientación Vocacional Ocupacional, UNLP.
Directora – Editora de la Revista Internacional Bilingüe Orientación y Sociedad. UNLP Edit.
El tema de la formación de orientadores en Latinoamérica, nos lleva a reflexionar
sobre la historia de la orientación misma y como los diferentes paradigmas imperantes
ha impregnado la formación y capacitación.
No hay ninguna duda de que la orientación latinoamericana recibió la influencia
de Estados Unidos y Europa, y de allí derivan las diferentes denominaciones,
vocacional en Estados Unidos y Profesional en Europa.
Nuestra profesión ha sufrido cambios, desarticulaciones y ha tenido diferentes
improntas a lo largo de la historia, muy relacionada con el mundo del trabajo en la
llamada etapa científica de la orientación para luego desplazar su objetivo de estudio
y práctica profesional casi exclusivamente al sistema educativo formal, fueron
diferentes profesionales, expertos o personas con cierta capacitación que se fueron
integrando a las diferentes instancias y prácticas orientadoras.
Para contextualizar esta conferencia, vamos a tener en cuenta algunos hitos
históricos de la orientación, tanto en Europa, Estados unidos y Latinoamérica.
Pasaremos luego al estado actual de la formación de orientadores en la
Comunidad Europea a través del CEDEFOP y el informe de síntesis del Dr. Anthony
Watts, luego nos vamos a referir a Latinoamérica y su situación actual en cuanto a la
formación, para luego incluirnos en el tema de la orientación ante la complejidad y
cuales deberían ser las líneas de trabajo en estos temas.
Introducirnos en nuestra problemática nos lleva ineludiblemente a realizar un
recorrido histórico que nos develará las virtudes y los defectos que el proceso de la
orientación nos muestra a través de los tiempos.

Antecedentes Históricos de la Orientación: Vocacional - Profesional

Pensar los orígenes de la orientación profesional es remontarnos a la historia de


la humanidad; diversos autores e investigadores en estos temas, dan diferentes
cuadros interpretativos, pero en su mayoría se refieren a dos momentos o etapas: la
primera llamada Informal o Precientífica, va desde los orígenes de la humanidad hasta
finales del siglo XIX, principios del XX. La segunda etapa, Formal o Científica, desde el
siglo XX a la actualidad, e incluye a su vez otras subetapas.

A – Historia en Estados Unidos y Europa

I – Etapa Precientífica
II – Etapa Formal o Científica
a) Estados Unidos
b) Europa

III – Etapa Empírica

IV – Período Investigativo

B – Historia en Latinoamérica

Por lo tanto, para realizar esta investigación histórica tendremos en cuenta las
diferentes etapas enunciadas. En la etapa Formal o Científica (desde el siglo XX a la
actualidad), diferenciaremos el desarrollo en Europa y Estados Unidos del de
Latinoamérica.

A – LA HISTORIA DE LA ORIENTACIÓN EN ESTADOS UNIDOS Y EUROPA

I. Etapa Precientífica

En la primera etapa, en los comienzos de la humanidad, el hombre siempre


necesitó ayuda y consejo en momentos difíciles, o cuando debía responder a algún
interrogante. Esa larga historia se extiende hasta el Renacimiento, considerado de
suma importancia en esta etapa por el reconocimiento del valor del hombre y su
realización personal y social. Anterior al Renacimiento, sus situaciones de elección se
veían influenciadas por su ámbito cultural, de acuerdo con el momento histórico en el
cual se encontraba.
En la Época Antigua, las influencias en las elecciones profesionales o el consejo
estaban a cargo de los ancianos o el hechicero.
En la Época Clásica y Romana, por la familia y el estado.
En la sociedad regida por castas, ya estaba decidido de antemano por su lugar en la
sociedad.
En la Edad Media, por la familia, la herencia y la tradición.
En el período de Carlomagno, por el talento y la instrucción y en la etapa de transición,
entre Carlomagno y el Renacimiento, por la clase social.
En estos momentos de la etapa precientifica, los consejos estaban determinados
por aspectos vivenciales, mágicos o religiosos, se relacionaban con los fundamentos
filosóficos que se tenía sobre el ser humano y sobre las diferentes concepciones de la
organización social y el lugar del hombre frente a estas organizaciones.
Alvarez González (1995) observó que durante el siglo XVIII y comienzos del XIX,
la revolución industrial producida tuvo también implicancias negativas (supresión de
puestos de trabajo, explotación, inmigración, grandes poblaciones en extrema
pobreza). Pero la filosofía de la época era el culto al hombre y a la razón, por lo que
fue un momento muy propicio para la Orientación profesional. En el siglo XIX, son
muy importantes los aportes provenientes del campo de la Medicina y de la Psicología
Experimental, que tuvieron una gran influencia en el posterior desarrollo científico e
instrumental de la Orientación (Psicoanálisis y Psicometría) y la importancia que
adquirieron los servicios sociales que se crearon para aminorar la problemática
generada por la revolución industrial, señalando Alvarez González que:
Los procesos descriptos no pueden considerarse orientadores de forma
estricta, puesto que no presentaban un sustrato científico, y en ocasiones, tampoco los
guiaba una intención orientadora manifiesta; no obstante, han abierto el camino (a
través de las formulaciones filosóficas y pedagógicas del hombre como globalidad,
como ser social, como individuo que puede pensar, como poseedor de unas
potencialidades)

II. Etapa Formal o Científica

Se puede dividir en tres períodos en Estados Unidos y en Europa:


1) Desde fines del Siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial (1914)
2) Período empírico, entre las dos Guerras Mundiales (1915-1950).
3) Período investigativo (a partir de la década del ’50).

a) En Estados Unidos

El comienzo de una etapa en una práctica profesional siempre resulta ambigua,


pero podemos considerar según diversos autores que la Orientación profesional tuvo
sus comienzos con Carl Parsons en un momento histórico de profundas crisis sociales.
Este ingeniero, preocupado especialmente por lo social, trató de colaborar para que
los jóvenes de medios desfavorables pudieran elegir una ocupación. Si bien todos
coinciden en considerar a Parsons a través de su obra póstuma Choosing a Vocation
(1909), como la primera persona que empleó el término “Orientación Vocacional”, otros
autores estiman que el padre de la Orientación Vocacional fue J. B. Davies, quien en
1913 la introdujo en el currículum de los alumnos del secundario en el High School de
Grand Rapids (Michigan) donde era director. La finalidad de estas lecciones de
orientación vocacional era desarrollar conceptos vocacionales y morales. Davies tenía
una concepción de la orientación estrechamente ligado al proceso educativo y al
desarrollo integral del individuo. (Alvarez González, 1995, p. 75).
También Eli Weaver, siendo director de una escuela en Brooklyn, desarrolló un
servicio de ayuda para los jóvenes que tenían que abandonar las escuelas y buscar
trabajo.
Estos pasos conformaron la primera etapa de la Orientación Profesional llamada
Formal o Científica en los Estados Unidos, que va de 1900 a 1915 (Medrano Ureta,
1998).

b) En el Contexto Europeo

En 1912 se creó en París una oficina para ayudar a los adolescentes en su trabajo.
En 1913, en Berlín, se fundó una comisión para la Orientación Profesional y la
colocación en el Trabajo.
En Bélgica, A. G. Christians (1914) se preocupó por la problemática de los
jóvenes que terminaban la escolaridad y debían entrar a un oficio. Y así, él y Ovide
Decroly fundaron en Bruselas la Office Intercommunale d’Orientation y Selection
Professionelle.
En Suiza se creó una asociación para guiar a los jóvenes en la búsqueda de una
ocupación.
En España se fundó el Museum Social de Barcelona, una de cuyas funciones
era la de ayudar a los jóvenes a incluirse en el trabajo. Posteriormente se crearon el
Secretariat de Aprementalye y el Instituto de Orientación Profesional.

Como síntesis podemos decir que hubo varios hechos paralelos de carácter
científico que dieron impulsos a estos inicios de la Orientación Profesional, a través de:
1) El primer congreso de Orientación Profesional en Boston (1908)
2) El primer curso de Orientación Profesional impartido por el seguidor de Parsons,
M. Blumfeld (1911).
3) La creación de las asociaciones científicas y las primeras publicaciones
especializadas referidas a estos temas (1913).
4) La edición de la primera revista específica dirigida a la Orientación Vocacional:
Vocational Bulletin (1915), editada por la National Vocacional Guidance
Association.
1III Período empírico, entre las dos Guerras Mundiales (1915-1950)

Este período está signado por las grandes contradicciones que llevaron implícitas las
dos guerras mundiales. Por un lado, en EE.UU., la inclusión de los hombres en el
Ejército, a través de una selección Profesional, dio origen a la Psicología Diferencial,
ya que se intentaba ubicar a los jóvenes en los lugares donde se sintieran más aptos;
así comenzó el período psicométrico a través de la toma colectiva de los Army Tests
para enviar hombres al Ejército. En esta época se trataba de adecuar los individuos a
las ocupaciones (aptitudes, baterías de tests). La Orientación Profesional dejó de lado
su función de ayuda y reforma social, quedando a merced del ajuste y la selección.
Aunque estuvo presente durante las dos guerras mundiales, la situación fue variando
en función de las nuevas problemáticas derivadas de la guerra, como las
discapacidades y los trastornos psicológicos. Esto marcó la nueva etapa llamada “de
la Salud Mental”, en la que surge el counseling, o sea al asesoramiento personalizado,
dando importancia a la psicotecnia donde lo que prima es el sujeto con su estructura
de personalidad y su nuevo padecer.
Estas nuevas problemáticas de la salud mental acrecentaron el interés por la
Psicología y la creación de las Carrera de Psicología en Estados Unidos, lo que
cambió la mirada de los orientadores con la proliferación de nuevos enfoques.
Si bien la Orientación como proceso educativo se inició con Davies, en 1907, y
D. Kelley, en 1914, como fue mencionado anteriormente, ésta se tendrá en cuenta
sobre todo con F. Mathewson en la década del 40 (1949).
Este movimiento de acercar la Orientación a la educación tanto en América
como en Europa, proporcionó una concepción más amplia de la Orientación
Profesional. Se incorpora el proceso de ayuda individualizada, distribución de alumnos
en los diferentes cursos, materias, niveles para lograr el máximo ajuste a sus
características individuales. Sin embargo, al no implicarse lo profesional en esta tarea,
la Orientación quedó ligada a algo puntual y marginal: el momento en el que el sujeto
debía efectuar una opción de estudios.
En este sentido, tanto Europa como EE.UU, siguieron similares recorridos.
Durante este período fueron dos los enfoques teóricos que representaban sendas
concepciones de la Orientación Profesional: el enfoque racional y directivo (rasgos y
factores), máximo exponente de la Escuela de Minnesota, y el enfoque no directivo de
Carl Rogers. Dos enfoques totalmente irreconciliables desde el rol del orientador, ya
que expresan una diferente concepción del hombre.
IV Período investigativo (a partir de la década del 50)

A partir de aquí podemos distinguir según ciertas décadas:

En la década del 50, llamada también período de la Orientación Vocacional


Investigativa, fundamentalmente promovida por E. Ginzberg y D. Super, debemos
destacar la investigación que este último inició en el año 1951, sobre el desarrollo de
la Madurez Vocacional y los importantes estudios hechos por la Psiclógoca Anner Roe
dentro de las teorías psicodinámicas sobre los aspectos motivacionales y las
influencias familiares en la elección de carrera.
- En la década del 70 la Orientación Profesional tiene gran reconocimiento
social. Se la califica como la década más importante de la Orientación Profesional, ya
que es cuando la misma se institucionaliza en un gran número de países. Lo más
relevante del período es la aparición del movimiento de Educación para la Carrera en
el ámbito anglosajón, preocupado por el desarrollo vocacional a través de la
integración de conceptos vocacionales en el currículum educativo con el fin de
preparar al joven para su incorporación a la vida adulta (Whiteley, 1984; Shertzer y
Stone, 1981; Rodríguez Moreno, 1992).
En Québec, aparece el Modelo de Activación del Desarrollo Vocacional y
Personal (ADUP).
En esta década comienza a tomar protagonismo el enfoque educativo de la
Orientación Profesional sobre el modelo de counseling individual. Se va hacia una
Orientación más abierta, más preventiva.
Comienza a extenderse la Orientación a grupos especiales y a minorías
culturales y nacionales. Asimismo, se inicia el modelo de intervención por
programas adecuados a cada situación institucional y regional.
- Por último, en la década del 80, se reafirman los movimientos de Educación para la
carrera de Educación Psicológica; sin desestimar el counseling, se consolida la
Orientación como un planteamiento educativo. También se pone énfasis en el
desarrollo personal, educativo y vocacional de los orientadores.
Se introduce el concepto de “desarrollo”; se amplía y se complejiza el ámbito de
la Orientación Vocacional, se tiene en cuenta el contexto y se considera al sistema
educativo como uno de los ejes principales de la prevención.
Las instituciones de la orientación consideran que la Orientación Profesional –
Vocacional debe incluir a todos los alumnos dentro del sistema educativo, se van
incorporando programas de orientación atendiendo a la diversidad.
B - EN LATINOAMÉRICA

La historia de la Orientación Profesional en Latinoamérica en la etapa llamada


Precientífica, fue distinta por las situaciones históricas que han marcado el nacimiento
de los diferentes continentes, pero también la elección de una ocupación en esta parte
del hemisferio estuvo signada por la ubicación social y la cultura regional. La
industrialización y las dos guerras mundiales tuvieron en Latinoamérica una gran
influencia, ya que se vieron favorecidas por las carencias que provenían del país del
norte y del continente europeo, abriendo espacios para la exportación. A partir de este
cambio se comienza a pensar en la capacitación de recursos humanos para el mundo
laboral. El país precursor en el tema de la industrialización fue Brasil, y por ende allí se
le dio mucha importancia a la Orientación Profesional, de la mano del Profesor Emilio
Mira y Lopez, quien creó en Río de Janeiro, en el año 1947, el más completo Instituto
de Selección y Orientación Profesional del continente. Mira y López había sido jefe del
Laboratorio de Psicofisiología del Instituto de Orientación Profesional de Barcelona en
el año 1919. Fue uno de los pioneros en el continente; en el año 1948, organizó el
primer Curso Latinoamericano de Formación de Orientadores y Psicotécnicos.
La creación de las carreras de Psicología en Latinoamérica tuvo gran influencia
en la Orientación Profesional y sus nuevas intervenciones.
En sus comienzos prevalecía el paradigma de la psicología diferencial. Las
primeras etapas de la Orientación Profesional latinoamericana estuvieron totalmente
relacionadas con el trabajo y apuntaban a un modelo de selección profesional.
La Orientación ha tenido diferentes desarrollos en Latinoamérica, pero debemos
decir que básicamente ha habido dos grandes corrientes, una liderada por Mira y
López, hasta la década del 70, y otra al frente de Rodolfo Bohoaslavsky (Argentina),
de orientación psicoanalítica, que en algunos países de Latinoamérica especialmente
Brasil, sigue prevaleciendo (Ardila, 1986).
El contexto latinoamericano requiere la misma mención a los factores
estructurales subyacentes a la aparición de la psicología, y con ella de la orientación
vocacional. En opinión de Rubén Ardila (1986), desde comienzos de los años '50,
momento de la creación generalizada de carreras de psicólogo en la región, también
en América Latina cabe hablar de una segunda revolución industrial y de una
consecuente centración en las organizaciones -no en los individuos y sus aptitudes-,
en los recursos humanos entendidos corno capital y en el trabajo motivado como
garante de la productividad. En este sentido, y dejando de lado la honda diferencia de
clases que lo tipifica, Brasil ha sido, como ariete de la industrialización capitalista, el
iniciador de la orientación profesional. F. Seminerio (1978) fue uno de los historiadores
de la especialidad, así como uno de sus pioneros seguido por el polifacético E. Mira y
López, fundador del más completo Instituto de Selección y Orientación Profesional del
continente. Nacido en Santiago de Cuba (1896) y fallecido en Brasil (1964), Mira y
López, que había sido jefe del Laboratorio de Psicofisiología del Instituto de
Orientación Profesional de Barcelona en 1919, creó en Río de Janeiro el Instituto de
Selección y Orientación en 1947, y al año siguiente organizó el primer curso
latinoamericano de formación de orientadores y psicotécnicos, con fuerte repercusión
en todo el subcontinente. Un hito importante de la Orientación en Latinoamérica fue la
creación en 1949 de la Dirección de Orientación Profesional de la Provincia de Buenos
Aires. Esta Dirección convoca a doce docentes con formación universitaria
provenientes de diferentes disciplinas (Filosofía, Pedagogía, Ciencias de la Educación,
Lengua, etc.) y especialmente a dos importantes personalidades con sólida formación
en psicodiagnóstico, psicometría y estudios vocacionales: los Doctores Bernardo
Serebrinsky, Nicolás Tavella y Jaime Bernstein. Ellos tuvieron a su cargo la
capacitación y supervisión de esos doce primeros orientadores, quienes luego
actuaron como formadores multiplicadores en las diferentes experiencias de
Orientación en la Provincia de Buenos Aires.
Recuerda Ardila que los psicólogos brasileños fueron los primeros en obtener
reconocimiento legal de la profesión (1962), se apropiaron de la herencia intelectual e
institucional de Mira y López, sobre todo de la Asociación Brasileña de Psicología
Aplicada. Además menciona la trascendencia que los organismos estatales otorgan a
la orientación (académica, vocacional-ocupacional, profesional y personal) que se
refleja en publicaciones importantes como La orientación educativa y profesional en
Chile, Guatemala, Panamá y Venezuela (1967), por parte de la O. E. A. y en eventos
como el Congreso Latinoamericano de Orientación, cuyas Memorias han sido
publicadas por la Asociación Internacional de Orientación (1971).

El contexto actual de la Orientación

El nuevo orden del sistema productivo, las diferentes respuestas a este


cambio, los avances científicos y tecnológicos –en especial en lo referente a medios
de comunicación, informática y telemática–, y los nuevos valores de consumo,
generan diferentes formas y lazos de comunicación que la Orientación no ha previsto
hasta el momento.
Los modelos educativos no han dado respuesta a la relación que debería existir
entre el sistema educativo formal y el mundo del trabajo, con un enfoque orientador.
Por un lado, la producción exige mayores niveles en el plano de la creatividad, la
inteligencia y la selección de la información; por el otro, la actividad productiva
consume conocimientos, pero también los produce. Por esta razón, una educación que
hoy esté desligada del mundo del trabajo, no sólo es regresiva desde el punto de vista
económico sino que es empobrecedora desde la perspectiva integral de la
personalidad individual, especialmente en aquellos sectores sociales que no tendrán
acceso a otros sistemas de perfeccionamiento.
La orientación vocacional ocupacional adquiere actualmente un rol
preponderante, ya que la entendemos en un sentido amplio y abarcativo. El término
“elegir” está unido a optar; quien opta por un proyecto educativo, laboral, recreativo, de
acuerdo con la etapa evolutiva en la cual se encuentra, adquiere mayor seguridad e
independencia y se aleja de posibles caídas en dependencias, depresiones o
marginaciones psicosociales.
La orientación vocacional ocupacional es, sin duda, una de las intervenciones
más decisivas a la hora de elegir: ¿Qué elegir? ¿Qué estudiar? ¿Para qué... quién
soy... quién no soy... qué hacer? ¿Qué me brinda placer, qué me brinda displacer? Lo
que elegi no me gusta, no era lo que esperaba, ¿Qué hago ahora? Mis hijos ya son
grandes, me dediqué a ellos, ahora ¿Qué hago?. Estoy próximo a jubilarme, ¿Qué
haré con mi vida y con mi tiempo?. Lo que elijo ¿se relaciona con el mundo del trabajo
y la salida laboral? Y además ¿qué escenarios posibles se ofrecen a quienes
transcurren gran parte de su vida estudiando, trabajando o realizando permanentes
búsquedas y elecciones, para no quedar fuera de los sistemas formales de contención
personal y social?
Debido al valor social que en nuestra cultura tiene el trabajo, como posibilitador
de manutención personal y familiar, construcción de nuevos proyectos, logros
económicos, lugar en la sociedad, realización personal, contacto con los otros, etc.; el
miedo a perderlo genera en el individuo conductas inadecuadas de aceptación y
sumisión en relación con sus jefes, colegas, familiares que, según su persistencia,
situación personal familiar y social, trae consecuencias de malestar psíquico.
Sabemos que nuestra subjetividad está predeterminada, en gran medida, por
nuestras condiciones de vida y trabajo. Por lo tanto la falta de trabajo, el período de
búsqueda, el desconocimiento de las competencias necesarias para lograrlo, son
vividos por la mayoría de los sujetos como situaciones angustiantes y ansiógenas.
También se observan sentimientos de desamparo, desaliento y desazón ante la
ausencia de oferta laboral, la mayor competitividad que se exige y la falta de espacios
de información, contención y por lo tanto orientación.
La orientación vocacional ocupacional en la actualidad, no se limita a la
orientación hacia el sistema educativo formal, su tarea se ha diversificado, ampliado y
complejizado en los diferentes contextos nacionales e internacionales y se debe
encontrar una respuesta, un modelo, lo suficientemente amplia, profunda y abarcativa
para poder incluir en ella a la mayoría de los sujetos que en diferentes instancias y
momentos de su vida necesiten una orientación. El sistema educativo formal no ha
ofrecido políticas sustentables en el tema que nos ocupa y fundamentalmente no ha
capacitado a sus propios recursos humanos en la nueva mirada de la complejidad y la
amplitud de la demanda en el tema.

La situación actual de los Orientadores

Las diferentes formaciones, metodologías y prácticas de la Orientación en el


contexto europeo dieron origen a que el CEDEFOP (Centro Europeo para el Desarrollo
de la Formación Profesional) encomendara al Dr. Anthony Watts coordinar una
investigación en la Comunidad Europea sobre los diferentes perfiles profesionales de
los consejeros de orientación de la comunidad.
Del informe-síntesis del Dr. Watts surge que los Estados miembros de la CEE
tienen grandes diferencias en su formación y niveles de intervención; como resultado
de esta investigación y a los efectos didácticos, se estableció que los profesionales y
servicios de orientación se puedan diferenciar en relación a tres puntos de vista:
ubicación, enfoque y financiamiento, según se organiza en el siguiente cuadro.

a) Ubicación b) Enfoque c) Financiamiento

1) Sistema educativo formal. 1) Orientación 1) Administración


2) Organismos Pedagógica. central.
independientes 2) Orientación Profesional. 2) Organismos
gubernamentales y no 3) Orientación personal y regionales.
gubernamentales que social. 3) Organismos locales.
prestan apoyo a 4) Seguro de
Instituciones de desempleo.
Enseñanza y, 5) Instituciones
paralelamente, al mundo privadas.
del trabajo y a los que han
abandonado el sistema
educativo.
3) Sistema de empleo.
Además, las profesiones de orientación son numerosas y varían de acuerdo
con el país y la complejidad de la tarea a desarrollar. Se pueden sintetizar, según un
orden jerárquico, en:
1. Consejero de Orientación.
2. Profesor Orientador.
3. Psicólogo Orientador.
4. Insertor Laboral.
5. Informador.
También difieren en cuanto a su formación. En la mayoría de los países de la
Comunidad se le da gran importancia a la formación de los especialistas en
Orientación Profesional. En los niveles: Consejero de Orientación, Profesor Orientador
y Psicólogo Orientador, se requiere el título universitario de Psicólogo y/o
Psicopedagogo, con formación en Orientación de posgrado, cuya duración oscila entre
6 meses y 3 años, tal como sucede en Francia. Para las profesiones de Insertor
laboral e Informador se requiere título universitario de 4 a 5 años, y formación previa
y/o capacitación en los lugares de trabajo.
Los programas de especialización en Orientación requieren diferentes áreas de
conocimiento: Orientación, Psicología, Educación, Sociología, Economía, Derecho y
Estadística.
Basándonos en dicha investigación y en la de Stuart Conger y Bryan Hebbert en
Canadá, realizamos en la Universidad de La Plata una investigación sobre el
conocimiento, estado de cobertura, nivel de intervención, formación, metodologías y
prácticas de la orientación vocacional ocupacional dependiente de organizaciones de
diversa procedencia en la zona de La Plata y Gran La Plata e incluimos los diferentes
ejes en los cuales se realizan prácticas orientadoras: Salud, Educación, Trabajo y
Políticas Sociales. Nuestra investigación de tres años de duración dio origen a la
construcción de diferentes perfiles en cuanto a formación, títulos habilitantes,
formación de posgrado, capacitación en servicio, recursos humanos y materiales,
niveles de intervención en la práctica profesional, dependencia institucional, tipos de
servicio, nivel de acceso, actividades que desarrollan, retribución económica en cada
uno de los sistemas mencionados, con gran diversidad en los mismos, desarticulación
y falta de capacitación. Esta investigación dio origen a la publicación del libro: Campo
Interdisciplinario y Orientación.
Si bien no esta referida a la formación y capacitación de los orientadores, merece una
acotación especial la investigación realizada hace más de 20 años por la
OIT(Organización Internacional del Trabajo), que encargo al CYNTERFOR un estudio
comparativo, sobre el estado de la Orientación Profesional en Latinoamérica, nivel de
intervención, modalidades y población destinataria, donde encontramos las similitudes
y diferencias en los contextos estudiados ( Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica,
Cuba, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), que en muchos
aspectos no difieren en la actualidad.

La formación actual de los orientadores en Latinoamérica

En las diferentes formaciones académicas nos encontramos actualmente con las


siguientes carreras de postgrado:

A) Especializaciones
B) Maestría y
C) Doctorado.

A) La especialización tiene por objeto profundizar en el dominio de un tema o área


determinada dentro de una profesión o de un campo de aplicación de varias
profesiones, ampliando la capacitación profesional a través de un
entrenamiento intensivo. Cuenta con evaluación final de carácter integrador.
Conduce al otorgamiento de un título de Especialista con especificación de la
profesión o campo de aplicación.

B) La Maestría, en cambio, proporciona una formación superior en una disciplina o


área disciplinaria, profundizando la formación en el desarrollo teórico,
tecnológico, profesional para la investigación y el estado del conocimiento
correspondiente a dicha disciplina o área disciplinaria. La formación incluye la
realización de un trabajo, proyecto, obra o tesis de carácter individual, bajo la
supervisión de un director y culmina con la evaluación realizada por un jurado
que incluye al menos un miembro externo a la institución. El trabajo final,
proyecto, obra o tesis debe demostrar destreza en el manejo conceptual y
metodológico correspondiente al estado actual del conocimiento en la o las
disciplinas del caso. Conduce al otorgamiento de un título académico de
Magíster, con especificación precisa de una disciplina o de un área
interdisciplinaria.

C) El Doctorado tiene por objeto la obtención de verdaderos aportes originales en


un área de conocimiento, cuya universalidad debe procurarse en un marco de
nivel de excelencia académica. Dichos aportes originales deben estar
expresados en una tesis de Doctorado de carácter individual, realizada bajo la
supervisión de un director de tesis y culmina con su evaluación que lleva a
cabo un jurado con mayoría de miembros externos al programa y donde al
menos uno de estos sea externo a la institución. Dicha tesis conduce al
otorgamiento del título académico de Doctor.

Si bien cada una de estas instancias de formación pueden diferir en algunos aspectos
de acuerdo a los diferentes recursos humanos y trayectoria institucionales de cada una
de las Universidades en Latinoamérica, en los aspectos generales hay coincidencias.
Las mayores divergencias se dan en la categoría Maestría y eso se ve también en
universidades europeas que tienen una mayor trayectoria en la formación de
postgrados. Estas diferencias se muestran en que en algunas facultades y/o
universidades tienen un eje más profesional, más tendiente a la profesionalización que
a la investigación.

Además hay otras modalidades de capacitación llamadas


1. Pasantías Profesionales: es una herramienta de formación y práctica que articula
instancias de aprendizaje y trabajo, favoreciendo así la adquisición de un amplio
espectro de competencias profesionales.
2. Capacitación en servicio: son las acciones de formación que se generan desde las
instituciones donde se imparten las prácticas profesionales., y a sus propios
recursos humanos. Esta capacitación puede realizarse a través de los propios
recursos técnicos- profesionales con mayor nivel de formación o a través de
convenios con otras instituciones de formación (universidades, asociaciones o
instituciones privadas, colegios profesionales, etc.). Estas capacitaciones no están
reglamentadas como las académicas. La formación suele hacerse por adecuación
a las necesidades institucionales, actualización o procesos de reconversión
laboral. La incumbencia de esta capacitación estaría relacionada además con
posibilidades de ascender en las diferentes carreras y/o escalafones técnicos
profesionales, en la propia institución u otra de similares características.

Pasaremos a mencionar algunas ofertas de posgrado de formación en Orientación que


se cursan en diferentes unidades académicas de Latinoamérica.

En Brasil nos encontramos con varias especializaciones en orientación:


En puerto Alegre la ABOP Asociación Brasileira de Orientación Profesional dicta la
Especialización, como carrera de postgrado con 360 horas y la Especialización en
Psicología Clínica y Orientación Profesional con 540 horas, solo para psicólogos.
En Belo Horizonte en la Facultad de Estacio Desa, se desarrolla la especialización en
Orientación Profesional y de la Carrera, con un enfoque interdisciplinario, para
graduados en cualquier área disciplinar que realicen orientación profesional o de
carrera, ubicación de personal o que deseen actuar en esta área.
La formación tiene un enfoque orientado a la psicología organizacional y educativa.
En Uruguay iniciaron sus actividades de capacitación en orientación en el Centro de
Orientación “Clemente Stabile” a partir del año 1990, luego comenzaron a desarrollar
cursos para graduados de Psicología en la Facultad de Psicología de la Universidad
de la República.
En el año 2005, al ver la posibilidad de la formación de la carrera de especialización
como actividad de postgrado en la universidad Católica., se organiza con un enfoque
interdisciplinario la carrera de especialización en orientación vocacional y profesional,
dentro de la Carrera de Psicología.
En Venezuela hay gran influencia del área educativa, por lo tanto las carreras de
especialización y maestrías se desarrollan a partir de las Facultades de Humanidades
y Educación.
En la Universidad Central de Venezuela, encontramos dependiendo de la Facultad de
Educación, dos formaciones de postgrado: la especialización en Orientación y la
Maestría en Orientación, una referida más a la profesionalización y la segunda incluye
además un interés especial por la investigación en el área educativa de la orientación.
En la universidad en la cual nos encontramos llevando a cabo este evento, la
Universidad de Carabobo, en la Facultad de Educación, se lleva a cabo dependiendo
de la Dirección de Postgrado, la Maestria en Educación con mención en Orientación y
Asesoramiento.
En la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, dentro de la Facultad de
Humanidades y Educación, dependiendo de postgrado, se dictan las maestrías en
Orientación con mención en educación y en Laboral. Los títulos que otorgan son:
Magíster en Orientación con mención en Educación y Magíster con mención en
Orientación Laboral.
En la Pontificia Universidad Católica de Chile y dependiendo de la facultad de
Educación, se dicta la Especialización en Orientación Educativa y Vocacional. Esta
especialización no se continua luego con la maestría ni el doctorado.
En la Argentina, con gran influencia de la carrera de Psicología en la formación de
grado y postgrado en Orientación, nos encontramos, con las siguientes formaciones
de Postgrado: en la Universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Psicología e
integrando la Maestría en Psicología Educacional, se encuentra entre tres posibles
orientaciones, la especialidad de Orientación Vocacional en contextos educativos y
laborales. Esta especialidad está coordinada por la Cátedra de Orientación Vocacional
Ocupacional de la Carrera de Psicología. Su enfoque es interdisciplinario.
En la Universidad de Tres de Febrero y como módulo integrante de la Maestria en
Políticas y Administración de la Educación, se encuentra la especialización en
Orientación Vocacional y Educativa, con un enfoque centrado en el sistema educativo
con proyección a los ámbitos comunitarios. Si bien dicha facultad no tiene como
carrera de grado a Psicología, la coordinación de la misma, el equipo docente y los
integrantes de la Asociación de Orientadores de la República Argentina (APORA),
provienen la mayoría de la Carrera de Psicología.
En la Universidad Nacional de La Plata, en la Carrera de Psicología, estamos
organizando una carrera de especialización en Orientación de caracter
interdisciplinario, apuntando a un enfoque integral de la Orientación en los diferentes
campos donde la misma debe actuar Educación-Trabajo-Salud- Política Sociales y en
diferentes niveles de intervención: individual, grupal, institucional , comunitario.
Luego de la especialización los profesionales pueden optar por incluirse en el ciclo de
Doctorado en Psicología.
En el siguiente cuadro se sintetizan las propuestas mencionadas de capacitación de
orientadores en Latinoamérica.

PAÍS UNIVERSIDAD FACULTAD TÍTULO OTORGADO

Central Educación  Especialización en Orientación


 Maestría en Orientación

Carabobo Educación  Maestría en Educación con


VENEZUELA mención en Orientación

Zulia Humanidades y  Magíster en Orientación


Educación  Magíster en Orientación Laboral

Católica Psicología  Especialización en Orientación


URUGUAY Vocacional y Profesional

De la Psicología  Cursos de Orientación para


República graduados

CHILE Católica Educación  Especialización en Orientación


Educativa y laboral
Asociación Brasilera de Orientación  Especialización en Orientación
Profesional (ABOP), Porto Alegre Vocacional
BRASIL
Belo Horizonte Estacio Desa  Especialización en Orientación
Vocacional y de la Carrera

Buenos Aires Psicología  Maestría en Psicología


Educacional (especialidad:
Orientación Vocacional)
ARGENTINA Tres de Asociación  Maestría en Políticas y
Febrero Orientadores de la Administración de la Educación
República (especialidad: Orientación
Argentina (APORA) Vocacional y Educativa)

La orientación ante la complejidad

Las transformaciones en la sociedad actual con diferencias tan significativas en los


contextos mundiales, nacionales, regionales y locales deben considerar a la
orientación desde una concepción macro por parte de los especialistas en estos temas
y problemas que incluyan cuestiones tan complejas, como las llamadas problemáticas
psicosociales actuales (desempleo, drogodependencia, inestabilidad laboral,
embarazo adolescente, pobreza, multiculturalismo y sujetos con capacidades
diferentes).
Hoy el problema de la orientación exige ser re-conceptualizado como un problema
inter-trans-disciplinario, donde la teoría enfoca los nudos estructurales de sus
relaciones complejas y la investigación empírica y las intervenciones orientadoras
encuentran las situaciones donde se establece la prueba a través de la experiencia y
se enriquece con orientaciones adecuadas y efectivas.
Tomando como marco teórico el tema de la complejidad, según Edgar Morin,
este considera entre los antecedentes filosóficos de su teoría, a Hegel, Marx,
Bachelard y Lukas que es la base epistemológica de la teoría de la complejidad.
El arte, la literatura y la visión ecológica son uno de las referencias más importantes en
la construcción del pensamiento complejo. Esta teoría va en contra de las teorías
clásicas del conocimiento, que generalmente tienen en cuenta lograr la certidumbre, lo
exacto, lo medible, lo comparable para dar marco a lo que Morin considera el principio
de la recursividad organizada; donde causa y efecto se interconectan, se recrean
mutuamente y donde el efecto retroactúa sobre la causa originando cursos diversos y
circulares. El principio hologramático establece que no sólo un todo supera la
sumatoria de las partes, sino que en cada parte se alberga el todo y esto provoca una
relación parte – todo multiplicadora.
La escuela es hoy una de las instituciones que masivamente enfrenta un
sinnúmero de adversidades derivadas de los procesos de exclusión y desafiliación
social.
El agravamiento creciente de las condiciones de vida de niños y jóvenes que
cotidianamente son afectados por un modelo excluyente, colocan a la escuela, en
algunos casos, en los límites de sus posibilidades específicas, y a ellos en los límites
de poder pensar su futuro y en este marco un proyecto personal.
Si se traza una imaginaria “línea de fuego” por donde cruzan, en distintas
direcciones, múltiples problemáticas que aquejan al conjunto de la sociedad en este
momento, derivadas del sistema socioeconómico, con sus ajustes sucesivos y la
consiguiente profundización de la miseria y pobreza; del sistema político y su profundo
descrédito; es posible ver la generación de situaciones de violencia que se
manifiestan claramente en espacios públicos y privados y se reproducen en el aula y
otras dependencias de la institución escolar.
Cuando hay exclusión, empiezan inevitablemente a presentarse problemas para
aceptar normas y directivas, se hacen evidentes los problemas familiares de
disgregación, de abandono, alcoholismo, maltrato, etc.
Toda esta conflictividad se transfiere a la escuela, la que cada vez se hace más
cargo de este tipo de situaciones. Su función específica comienza a alterarse y en
muchos casos, docentes y equipos de orientación no saben qué hacer con esto, y con
cuáles herramientas trabajar.
En este punto es importante señalar que en general no existe en los procesos de
profesionalización de quienes se desempeñan en los ámbitos educativos, el haber
considerado como categoría epistemológica ni como instancia analítica de la práctica
profesional, las estimulantes frases “vulnerabilidad social” “exclusión”, que sin
embargo emergen con una vitalidad insoslayable en estos tiempos.
En los comienzos del nuevo milenio, la globalización de la economía, los
avances tecnológicos, y la elevada competitividad laboral, exige a los individuos una
formación educativa que contemple el desarrollo de competencias que le permitan
desempeñar diversas tareas de cierta complejidad. Por tal motivo la articulación entre
la educación, la capacitación y el mundo del trabajo cobra una importancia significativa
ya que de ello dependerá, en gran medida, la posibilidad de construir un proyecto
personal. A tal efecto las instituciones educativas formales y de capacitación intentan
renovarse para responder a estos requerimientos, y esto es lo que se plantea hoy
desde los documentos de la transformación implementada. No obstante hay un gran
abismo entre las intenciones y la realidad concreta, fundamentalmente aquella que
acontece en las instituciones educativas con población en creciente proceso de
“exclusión social”.
En los países en vías de desarrollo, como son los países latinoamericanos, el
problema de la calidad educativa es grave a pesar de las diferentes leyes y cambios
en Educación. Si bien se ha conseguido extender la obligatoriedad de la enseñanza y
amplios sectores de la población pueden permanecer y completar la educación básica
y aún la polimodal, las condiciones de aprendizaje y sus resultados son muy diferentes
según la región y el origen socioeconómico de los alumnos.
Por un lado, los jóvenes de hogares pobres y que logran permanecer en el
sistema educativo formal acceden, en la mayoría de los casos, a escuelas periféricas
y/o urbanas, en las cuales los títulos, aunque semejantes a los de escuelas de mayor
prestigio, no implican igual nivel de aprendizajes. Muchas veces las escuelas medias
con poblaciones vulnerables, ante la posibilidad de que los jóvenes deserten del
sistema, implementan distintos mecanismos de retención (becas, disminución de
exigencias escolares, flexibilización del presentismo, etc.). Estos grupos por “retención
ficticia” están excluidos muchas veces del sistema productivo por no haber adquirido
las habilidades esenciales y obtienen un título vacío de contenido. Estos alumnos, a
pesar de finalizar su escolaridad media, no se encuentran capacitados para una
educación superior, o incluirse en algún nivel productivo, por un desconocimiento de
sus propias habilidades y destrezas, y porque el sistema no le brindó toda la
información educativa de capacitación o de búsqueda del primer empleo, menos en la
situación de desempleo estructural actual y juvenil en particular.
Cuando el desempleo es estructural, la formación profesional no es la variable
fundamental de ataque al desempleo, sino una forma de adaptación a los cambios
experimentados por la sociedad y una contribución al mejoramiento de las
capacidades necesarias para la obtención del trabajo.
Considerando estos aspectos, y tal como lo señala A. M. Gallart, “... la situación
educativa de los adolescentes pobres puede decirse que si bien se evidencia un tipo
de marginación por exclusión total, que afecta a pequeños sectores de la población,
pasan a ser relevantes la marginación por exclusión temprana, o sea la marginación
del sistema de educación formal antes de que las habilidades básicas se hayan
consolidado y la marginación por inclusión, es decir la permanencia en el sistema de
educación formal sin que se logre el acceso y el entrenamiento en la adquisición de
esas habilidades ...”
Algunas referencias e investigaciones en Latinoamérica dan cuenta que los
equipos de Orientación Escolar que históricamente han llevado a cabo tareas de
orientación vocacional ocupacional, entre otras, se ven desbordados por temáticas
asociadas a críticas familiares, violencia, dificultades de aprendizaje, problemas
económicos, adicciones, etc., quedando muy poco tiempo para desarrollar actividades
específicas de las llamadas de “orientación vocacional ocupacional”.
La demanda social a la escuela es cada vez mayor, y en la actualidad se
depositan en cada una de estas instituciones muchas expectativas y necesidades de
la comunidad. Por lo tanto ante estas situaciones complejas la Orientación debe
modificar su mirada y considerársela desde un modelo integral de prevención que
implica la intervención de un conjunto de estrategias institucionales e
interinstitucionales.
Actualmente entendemos la prevención como la capacidad que posee el ser
humano y su grupo social para anticiparse, con diferentes estrategias, a situaciones
que pueden provocar diversos tipos de daño.
La complejidad de las actividades de orientación, las teorías que las sustentan,
los cambios en los sistemas educativos y laborales y las nuevas problemáticas
psicosociales asociadas al desempleo (reconversión, adecuación, preparación para el
retiro), han dado origen a un re-dimensionamiento de las estrategias de orientación y
de los diversos centros y servicios de orientación en el mundo entero.
Todas estas transformaciones sociales han comenzado a modificar y ampliar la
mirada del orientador, incluso más allá del sistema educativo formal y no formal hasta
abarcar algunos programas de proyección comunitaria y la atención de los sistemas
económicos, laborales, tecnológicos y socioculturales. La orientación es una praxis
compleja que relaciona tanto la teoría como las diferentes actividades que se deben
desarrollar en los diferentes ámbitos de la vida social; y la necesidad de recurrir
constantemente a las tareas de investigación para conocer de qué realidad concreta
se trata y cuáles son los mejores instrumentos metodológicos y técnicas a emplear.
Las situaciones complejas en las cuales nos encontramos los orientadores
evidencian la necesidad de ampliar los campos de la orientación en cada tiempo y
lugar, y por lo tanto la formación y capacitación de los orientadores. Cuando hablamos
de ampliar los campos nos estamos refiriendo en principio a la noción de campo.
Un campo es un espacio de conocimientos y prácticas relacionadas con una
misma problemática y con un conjunto de temas que se desprenden de la misma.
Sobre campos hay distintas conceptualizaciones y es probable que una de las
nociones más novedosas se encuentre en P. Bourdieu (1996). Este califica al campo
como un espacio de lucha, donde los distintos contendientes tratan de defender o
apropiarse de un material cultural y simbólico que se constituye en el objeto apetecido
por los agentes sociales. Aquí unos tratan de mantener la dominación de campo y
otros tratan de cuestionarlo y de reemplazarlo por el juego del poder y la estrategia.
Dentro de nuestro punto de vista deberán completarse con una definición de
campo acotada a lo institucional, enfoque que permite poner la atención en el conjunto
de prácticas que los actores realizan y que revelan acuerdos y contratos que no se
basan sólo en las luchas por el poder del campo. Por lo tanto, pasaremos a describir
los diferentes campos enunciados, desde el enfoque propuesto:
Campo Educativo: Comprende el estado de educación en que se encuentra
cada grupo poblacional y etario, grado de desarrollo, inserción en el sistema formal o
no formal de la enseñanza, nivel de deserción, accesibilidad, posibilidades de
capacitación, grado de formación de recursos humanos, calidad e inequidad educativa.
Y también, cómo se instrumentan las respuestas a las diferentes demandas, qué
estrategias se utilizan para poder incluir a todos los sujetos desde la diversidad
personal, social, étnica, cultural, en el logro de los objetivos educacionales y en las
posibilidades de orientación educativa y laboral.
Desde este campo podemos observar cómo el Estado formula y aplica las
diferentes políticas educativas en el nivel nacional, provincial y municipal para dar
respuesta a la igualdad de oportunidades, y cómo articula con las diferentes
propuestas desde el sistema privado, organizaciones no gubernamentales,
fundaciones y actividades de la comunidad, que colaboran, compiten y forman parte
de este campo.

Campo de la Salud: Es el conjunto de programas, objetivos, acciones y


estrategias tendientes a lograr el completo estado de bienestar físico psíquico y social
y no sólo ausencia de enfermedad. Esta definición corresponde la OMS (Organización
Mundial de la Salud). Pero a este concepto de salud debemos cambiar el término
“completo” por el de “relativo”, porque hablar de “completo estado”, es una posición
utópica, ya que difiere en cada contexto espacio-temporal. El campo de la salud
incluye la promoción, la prevención y la asistencia para el mejoramiento de la calidad
de vida. Comprende, además, el mejoramiento del medio ambiente, la higiene, la
vivienda y la salubridad.
Las acciones generadas en este campo dependen de las políticas
gubernamentales operativizadas a nivel provincial y municipal a través de los
hospitales y servicios de alta y mediana complejidad, centros de salud, centros de
atención primaria de la salud, planes y programas, muy especialmente aquellos que se
dedican a la prevención en poblaciones vulnerables (adultos mayores, embarazadas,
lactantes). Es de fundamental importancia incluir en este campo las problemáticas
psicosociales (drogadependencia –sida - embarazo adolescente - anorexia) por el
deterioro en la salud mental de estos grupos poblacionales, lo que incide en cualquier
política de orientación. Las acciones generadas en salud se articulan además con
todas las organizaciones no gubernamentales y estrategias colectivas de las propias
comunidades.

Campo Laboral - económico: Corresponde al estado en que se encuentran


todas las actividades relacionadas con lo laboral: inserción, desocupación,
precarización, inestabilidad, reconversión, etcétera.
El campo de trabajo muestra el estado en que se encuentra la división social del
trabajo. Esto significa el desarrollo productivo, la inversión capital-trabajo, la
proliferación y destrucción de ocupaciones, las nuevas ocupaciones, el desarrollo de
nuevas competencias, la cultura del trabajo, los procesos de integración y
desintegración de las ocupaciones, la legislación laboral y empresarial, y las políticas
de intervención del Estado.
Debemos considerar además las regulaciones de las convenciones colectivas de
trabajo, las relaciones sindicales/laborales, etc. Dentro de este campo es de
fundamental importancia la seguridad y salubridad en el trabajo, y cómo responden las
empresas ante la discapacidad laboral producida en servicio.
Se tendrán en cuenta las diversas instituciones del Estado: ministerio de trabajo,
secretarías, sindicatos, y los programas y planes de trabajo de organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, de extensión universitaria, que capacitan y
ofrecen diversas alternativas o programas compensatorios a la problemática laboral
actual.

Campo de las Políticas Sociales: Abarca los conocimientos, actividades,


planes, recursos y objetivos en forma de estrategias, cuya articulación permite realizar
impactos sobre el medio social elegido. Las políticas sociales son, en consecuencia,
conjuntos de estrategias que apuntan a lograr resultados esperados sobre sectores o
segmentos sociales discriminados según recortes. Luego, hay políticas sociales
variadas para abarcar los distintos sectores problemáticos que conforman
especialmente el mundo de la pobreza y de la indigencia, sin olvidar otras áreas
sociales relacionadas con ellas.
Dichas políticas sociales las realizan tanto las instituciones específicas que
integran el estado nacional, provincial y municipal, como las diversas organizaciones
sociales de la comunidad. Habitualmente suele circunscribirse el campo de las
políticas al área exclusivamente pública y en lo correspondiente al Estado en todos
sus niveles. Pero cada vez más van ocupando un significativo espacio las
organizaciones sociales que surgen de la misma sociedad. De esta manera se ha
producido un importante desarrollo de las organizaciones llamadas del tercer sector
(ONGs, fundaciones, asociaciones, redes sociales).
La noción de campo nos remite a la inclusión de los saberes, denominados
disciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios. Esta mirada de la Orientación
corresponde a un modelo teórico operativo que funciona como nexo entre la teoría y la
praxis y permite formalizar un instrumento que es capaz de aplicar los desarrollos
conceptuales a los usos prácticos de mejores intervenciones y a su vez de
retroalimentarse recíprocamente.
Las diferentes realidades latinoamericanas en contextos complejos nos llevan a
pensar o re-pensar la formación de los orientadores que debería apuntar a:
intertransdisciplinariedad, investigación, ampliación de conocimientos disciplinarios,
antropología, filosofía , sociología, política, economía, educación, trabajo, planificación,
programación en los diferentes ámbitos y niveles que requieren intervenciones
orientadoras, evaluación, intervención comunitaria y fundamentalmente los diferentes
contenidos que la Orientación toma de las disciplinas psicológicas y psicopedagógicas
en cuanto a formación de posgrado.
Además los contenidos curriculares de las diferentes disciplinas, deben apuntar entre
otros temas; la ética del orientador; la relación orientación y trabajo; el componente
subjetivo de la orientación; el poder y las instituciones; la orientación ante la diversidad
( especialmente en los ámbitos culturales diferentes , no transpolar planes ni
programas, sino construirlos a partir de dichas realidades). Educación y pobreza;
Enfoques en salud mental; modelo integral de prevención; El proceso específico de la
orientación. El rol de la información en los procesos orientadores.
La Asociación Internacional de Orientación propone competencias para los
Orientadores. Estas competencias están desarrolladas en dos niveles: competencias
centrales, más relacionadas con la ética del Orientador y las competencias
especializadas en relación a los diferentes ámbitos en los cuales se incluye la
orientación: diagnóstico – orientación educativa – desarrollo de la carrera – counselling
– información - consulta – investigación – gestión de programas y servicios –
desarrollo comunitario y empleo.
Otro tema a definir es la nominación de nuestra profesión. La introducción de
nuevos saberes y metodologías de trabajo, dio origen a una diversidad de términos
para nominar actividades semejantes;( vocacional, profesiónal, vocacional
ocupacional, educativa, educación vocacional, de la carrera, para la carrera), tal es así
que la Associatión Internationale d´e Orientation Scolaire et Professionelle (AIOSP),
publicó un glosario de Orientación, que contó con la colaboración de las demás
asociaciones internacionales, para su traducción a cuatro idiomas y luego también al
galego. El objetivo de dicho glosario es : facilitar la comunicación entre profesionales
de la Orientación de todos los países y mejorar también la comunicación entre
servicios o personas interesadas en la Orientación con independencia de su origen.
Debemos considerar que el sujetos o sujetos de la orientación no son personas
aisladas, fragmentadas, ya que el ser humano y su contexto forman una unidad y es
imposible pensar en la elaboración de un proyecto educativo, personal, laboral, social,
si no incluimos las variables; subjetividad, contexto de aprendizaje, contexto aúlico,
instituciones educativas, fabril o comunitaria, valores, problemas psicosociales, etc,
por lo que consideramos que un concepto más inclusivo es nominarla como
Orientación, cada uno de los orientadores la empleara en el contexto en el cual
desempeña o desempeñara sus actividades.
Por último, esperamos que en estos días de producción académica e interacción
social, sea una puesta en marcha de modelos de formación y capacitación en nuestra
disciplina, acordes con los recursos humanos existentes, y las similares y a su vez
diferentes realidades que compartimos en Latinoamérica.
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En prensa.

 Boletín de la Asociación Internacional de Orientación Profesional y Educativa


(AIOSP-IAEVG-AIOEP-IVSBB)

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