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El Asesor II (La Propuesta)

Fecha Miércoles, 27 mayo a las 14:00:00


Tema Opinión

Opinión

Michael A. Galascio Sánchez (*)

• El presidente miró a su asesor y mientras las venas de la frente del Secretario de


Organización, se hinchaban hasta parecer lombrices, el líder estampó su rúbrica
sobre el documento. En el acto, el ayudante del Presidente llamaba a los
Presidentes Honoríficos y al Alcalde de la Capital, que esperaban la llamada en
una Rambla de Santa Cruz

Nota: Este diálogo es producto de la imaginación. ¡Es pura ficción!,


y nada tiene que ver con la realidad. Cualquier coincidencia con
temas de actualidad es pura coincidencia.

Un sábado a la diez de la mañana, el Asesor se dirigía en un coche


oficial con cristales ahumados hacia un pequeño restaurante en el
Sauzal, Tenerife. El mismo, estaba situado en un lugar privilegiado,
al ser éste, el más tranquilo de la zona.

El Asesor estaba acostumbrado a visitar lugares extraños, sobre todo en los tiempos que
corren, donde la confianza y la lealtad han desaparecido del universo político, para darle
paso a las grabaciones, transfuguismo y cotilleo, como elementos de la vida cotidiana.
El restaurante estaba a doscientos metros de altitud, ideal para saborear las exquisiteces
culinarias de la isla hermana.

Al llegar, un hombre fornido de gafas oscuras, esperaba a la entrada. El Asesor,


acostumbrado a estos recibimientos, se fijó más en la espectacular vista al mar y al
majestuoso Telde. Al entrar, los anfitriones se pusieron rápidamente en pie. Unos
camareros preparaban la mesa con botellas de agua mineral y unos aperitivos, propios
del horario, tal y como habían pactado una semana antes. La mesa de negociación tenía
las mejores vistas del lugar. Además, era un lujo, si se toma en consideración, que el
restaurante estaba vacío.

Se respiraba una tranquilidad espiritual, digna del nombre del establecimiento aunque lo
que se discutiese en un interior fuese el destino político del Archipiélago Canario.

Presidente del Gobierno de Canarias: (El Presidente se puso en pie para estrechar la
mano del Asesor) ¡Hola señor asesor! Qué grato verle en Tenerife (Dijo con cierto
“rintintin”) Nunca pensé que vendría a la isla. ¡Y mucho menos a verme!

Asesor: (Las negociaciones pueden ser emocionalmente intensas y uno debe mantener
control sobre sus reacciones, por que sino, la otra parte dominará la misma) Hola señor
Presidente. (Con una sonrisa de Licor del Polo) Es un placer estar su pueblo.

Presidente del Gobierno de Canarias: Pasado ese primer obstáculo, el Presidente más
calmado, dijo: Bueno. ¡Al grano! Espero que sea portador de buenas noticias. Espero
que no conozca la tradición romana de “matar al mensajero”, pensó el Asesor. Ya podía
haber realizado la tarea otra persona. (Pausa, mientras abría un portafolio negro)

Asesor: Le traigo una propuesta que puede darle estabilidad hasta los próximos
comicios electorales y que ayudará a quienes represento, a ganar posiciones sin
representar una amenaza para usted.

Presidente del Gobierno de Canarias:¡Interesante! Supongo que no estaré perdiendo


el tiempo. Por otro lado, para que usted se haya desplazado en persona, intuyo que debe
ser una propuesta muy meditada. Asesor: No suelo defraudar, señor Presidente.

Presidente del Gobierno de Canarias: Eso depende de quien sea. Todavía no me he


olvidado de aquel artículo.

Asesor: No era personal. Estoy en contra de ciertas cosas, no de la personas. (Pausa,


mientras ambos se miraban fijamente) ¡Bueno! (Dijo el Asesor para calmar el ambiente)
Pues una broma quizás hubiese sido interpretada como un insulto)

Presidente del Gobierno de Canarias: Le diré que estaba en contra de esta reunión,
pero por lo que estoy leyendo, la propuesta parece estar cargada de sentido común. Sin
embargo, el líder actual de su partido no me gusta. Ha dicho muchas cosas. Nos ha
insultado y los militantes no aceptarían verme dándole la mano.

Asesor: El líder está dispuesto a dejarle gobernar en minoría hasta los próximos
comicios. No tenemos interés en ocupar Consejerías. (Pausa) Al menos, por el
momento. (Pausa antes de echarse un sorbo de agua) Nuestra meta es evidente, sacar a
sus socios del gobierno. Entonces estaríamos en igualdad de condiciones. Serían
vulnerables y no dispondrían de recursos para financiar su campaña.

Presidente del Gobierno de Canarias:¿Qué pasaría cuando me toque aprobar los


presupuestos? ¿Qué sucede, si deciden gobernar con ellos, como en el País Vasco?

Asesor: Son situaciones distintas. (Dijo para eliminar inmediatamente una suposición
muy verosímil) Sería terrible para nuestro discurso en contra de la corrupción política.
(Pausa) Imagine el alivio de poder librarse de esa pesada carga. (El Asesor presenta la
propuesta como solución)

Presidente del Gobierno de Canarias:¡Lo sé! Precisamente lo discutía con los


“Presidentes Honoríficos” de nuestra formación política. Sin embargo, señor Asesor,
necesito algo de peso, para justificar ante mis militantes este cambio de postura.
(Obviamente el Presidente pedía inversiones del Gobierno Central) Por otro lado, está el
“Lobby Palmero”. (Pausa) Ciertamente, no podemos venderle más carreteras.

Asesor: Seguro que los anteriores presidentes ven con buenos ojos el pacto. Por otro
lado, el “Lobby Palmero” es cosa suya. ¡Siempre lo ha sido! (Pausa) En cuanto, a un
golpe de efecto, se puede realizar un Consejo de Ministros en las islas y de paso aprobar
un paquete de medidas económicas en donde usted, podría sacarse la foto. Unas
palabras amables del Presidente, firma de acuerdo, apretón de manos, ¡y listos!

Presidente del Gobierno de Canarias:¿Qué sucede con las fuerzas nacionalistas en


Gran Canaria? Necesito una garantía de que no se harán más fuertes que los míos.

Asesor: A nuestro juicio, y esta apreciación, se la regalo, considero que el líder de la


nueva formación está integrado. Prefirió un cargo, antes de estar en la oposición. Poco a
poco, ha ido perdiendo su identidad, aunque crea ganar posiciones. (Pausa) Nosotros
también queremos una garantía escrita, de que ustedes no pactarán con ellos en las
próximas elecciones.

Presidente del Gobierno de Canarias:¡Por supuesto! Cuando fue Presidente nos dio
bastantes problemas. Aunque reconozco que ha perdido credibilidad. Al final de su
mandato, decía que “era nuevo en política y cuando aprobaba algo, se lo echaban atrás”.

Asesor: (Mientras sonreía) Bueno, su antiguo asesor ahora está con nosotros. Aunque
nunca podré explicar, cómo dejó pasar la oportunidad del “Lobby Aldeano”.

Presidente del Gobierno de Canarias: Aquel Vasco era listo. ¡Qué pena no haberle
fichado! (Pausa mientras se lleva la mano al mentón) ¡Vamos a estudiar el pacto! Le
llamaré la próxima semana.

Asesor: La próxima semana será muy tarde. En una semana, se puede filtrar a los
medios. Si le da mucho margen de estudio a su agrupación, el núcleo duro encontrará
las objeciones adecuadas. Entonces, usted tendría mucha presión interna.

Presidente del Gobierno de Canarias:¡Son muchos pormenores!

Asesor: Señor presidente, hay un dicho, que dice: “El demonio está en los detalles”.
¡Cerremos el trato! Luego, podremos ir subsanando cualquier diferencia con un pequeño
equipo de trabajo.

Presidente del Gobierno de Canarias: El Secretario de Organización me dice que lo


puede analizar en dos días.

Asesor: (En tono distendido) ¡Encenderé una vela! (Pausa) Señor Presidente, nosotros
arriesgamos tanto como ustedes. Nosotros también, tendremos que explicarle a nuestro
electorado. Ambos, nos haremos fuertes en nuestras áreas. Si somos pacientes,
tendremos el control político absoluto.

El presidente miró a su asesor y mientras las venas de la frente del Secretario de


Organización, se hinchaban hasta parecer lombrices, el líder estampó su rúbrica sobre el
documento. En el acto, el ayudante del Presidente llamaba a los Presidentes Honoríficos
y al Alcalde de la Capital, que esperaban la llamada en una Rambla de Santa Cruz.

Presidente del Gobierno de Canarias: Bueno, se ha salido con la suya. Lo


anunciaremos después del verano.
Asesor:¡Perfecto! (Mientras levantaba una copa de agua para escenificar el cierre del
trato. Algo que tomaron de buen grado los asistentes).

Presidente del Gobierno de Canarias:¿No llama a sus Jefe, señor Asesor?

Asesor: Él sabe la respuesta. (Pausa) ¡Sabíamos que usted era un hombre inteligente!

Presidente del Gobierno de Canarias: No sé si interpretarlo como una chulería, un


insulto o un piropo.

Asesor: Tiene una sola lectura.

Después de una cena distendida y una conversación muy interesante, quizás hasta
productiva para el Asesor, quién sabría guardarse algunas cosas para él, pues el manejo
de la información es fundamental, no sólo para el éxito de quienes viven en este mundo,
sino también para su supervivencia.

(*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología de la Salud y Clínica

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