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Titulo original: Art as experience Publicado originalmente en ingl’s, en 1980, por Perigee Books Publishing Group, Nueva York ‘This edition published by arrangement with Perigee Books, a member of Penguin Group (USA) he Berkley Traduccién y prélogo de Jordi Claramone Cubierta de Mario Eskenazi ‘Quedan rigurosamente prolibidas, sin ls autorizacvin de lo tulares del copyright, ‘bajo las sanctones establecidas en las Ieyes, la reproxluceién total o parcial de esta obra por cualquier medio o proceclimiento, comprendidos la teprograia y el tratamiento informatico, yy la disnbucién de ejemplares de ella mediante alquiler 0 préstamo pablices, © 1934 by John Dewey © del prologo para la edici6n castellana, Jordi Claramonte © de la traduccion, Jordi Claramonte © 2008 de todas las ediciones en castellano, Edliciones Paidés Ibérica, $. A. Ay, Diagonal, 662-664 ~ 08034 Barcelona www paidos.com ISBN: 978-84-493-2118-4 Depésito legal: B. 10.551-2008 Impreso en Hurope, S. L. Lima, 3 - 08030 Barcelona Impreso en sta - Printed in Spat SUMARIO A modo de prdlo; unas ideas para leer con Dewe de Jordi Glavamonte XI 2. La criatura viviente y elas cosas etéreas» 3._Como se tiene una experiencia _. 4. El acto de expresi6n 5. 6. . El objeto expresivo . 12. El reto a la filosofia 2. 307 13. Critica y percepcién .. ._ 337 14. Arte y civilizacion .... _ 369 indice analitico y de nombres .. ee wee. 397 List ta. de ilustraciones se 2 yee 2 405 IX Material protegido por derechos de autor A MODO DE PROLOGO: ALGUNAS IDEAS PARA LEER CON DEWEY Leer a Dewey a principios del siglo xxi supone romper el ce co, salirse del circuito cerrado que en las Ultimas décadas se ha impuesto en el campo de la estética y la teoria de las artes. Las te- orias hegeménicas, sobre todo en el contexto norteamericano, han funcionado como wrapper theories,' «teorias-envoltura: que pretenden presentar transparentemente, contener y conservar su objeto, sin cuestionarlo ni considerarlo en una dimensi6n eva- luativa. Con ello se consigue quiz4s una buena descripcién de la tuacién de hecho y se renuncia por completo a indagar las hon- das implicaciones antropolégicas, sociales y politicas de las prac- ticas artisticas en tanto tales, aun de las mas «aut6nomas». S6lo mediante ese orden tedrico se han podido asumir sin rubor defi- niciones que limitan el arte a aquello aceptado como tal por las instituciones del gusto —por muy vaga que pueda ser tal catego- tia— o sancionado por la historia establecida de determinada prictica o escuela. Este libro no engarza pues, y bueno es avisarlo, con ninguna de esas tradiciones hegem@nicas en el dominio de la estética y la teoria de las artes. Se trata de un libro extrafio. No podemos li- mitarnos a clasificarlo como una -estética pragmatista» sin mas, cuando es obvio que el holismo y el organicismo que Dewey ar- si 1. Asi define algunas teorias de raiz.analitica Richard Shusterman en su muy reco- mendable Evética pragamatista, Barcelona, Idea Books, 2002, pag. 50 y ss. XI ticula a lo largo de todo el libro exceden el marco mas comun- mente reconocido del pragmatismo. No cabe duda, ademas, de que dichos rasgos pueden haber dificultado la recepcion de su estética en el] mundo intelectual norteamericano hasta el punto de haber quedado —hasta la fecha— practicamente fuera de las principales corrientes de pensamiento estético. Podemos decir sin temor a exagerar que la estética de De- wey, como la de Lukdcs,* que no queda tan lejos por otra parte, ha sido consistentemente ignorada durante mas de cincuenta afos,3 aunque quizd tanto con la de un autor como con la del otro nos encontremos en un buen momento para pensar por qué pueden ahora sernos interesantes. Este interés quiz4 provenga de la doble necesidad que ahora experimentamos con toda claridad, necesidad por un lado de pensar la medida en que toda la practica artistica de la moderni- dad, la dimension toda de lo estético en nuestras vidas, es irre: nunciablemente aut6noma, en el sentido de funcionar segiin sus propias normas internas, constituyendo por ello uno de los pun- tales de la libertad moderna al no someterse a los dictados de la moral, la religi6n 0 las convenciones de lo politicamente correc- to. Y al mismo tiempo, ese interés puede proceder de la nec dad complementaria de pensar también c6mo dicha autonomia no comparece por completo desconectada de nuestras posibili- dades perceptivas y relacional deberia hacerlo, una fragmentaci6n que nos ais Della Volpe agrup6 ambas lineas de pen: puesto que no sanciona, 0 no la y nos confina. amiento en la que 2. Y deberia ser obvio que los cuatro tomos de su monumental Eética no pueden obviarse haciendo referencia de oidas a la disputa entre Luckacs y Brecht 0 a su supuesto apoyo al -realismo socialist. 3. Bastantes mis si consideramos que fue publicada por vez primera en el ano 1934, siendo traducida al castellano en 1941, Esa Gnica traduccion, que por lo demas ha servido de base a esta edici6n, estaba plagada de errores, imprecisiones y hasta d ciones que sostenian justo lo contrario que el texto original, Obviamente hemos hecho lo posible por corregirla y ofrecer al lector en 0 una versién decente de la obra de Dewey irma- XI denomin6 «autonomia relativa: ¢ y para ello tuvo que aludir crit camente, como hacemos ahora nosotros, al trabajo de Dewey. Para dar salica a ese doble interés es imprescindible que em- prendamos ajustes de envergadura en nuestros sistemas de pen- samiento estético. Y resulta que Dewey y su estética son claves imprescindibles precisamente para el replanteamiento relacional de nuestra epistemologia y nuestra teoria de la praxis: E/ medio de expresion en el arte —dice Dewey— no es ni objetivo ni subje- tivo, es la materia de una nueva experiencia en que ambos han cooperado de tal manera que ningtuno tiene existencia por si mis- mo. En ese sentido los agentes que son relevantes en el arte no pueden ser sino los «modos de relacion» que se proponen en cada obra de arte, modos de relacion que afectan a la percepcion y la rearman, que desde su especifica codificaci6n estética son ca paces de alcanzar la organizacién mas general de la experiencia infiltrandose desde lo més extraordinario a lo mas cotidiano, transformando el mundo —en tanto repertorio establecido de gramiticas situacionales— callada y discretamente, sin pretender ente: establecer nuevos catecismos que reemplacen a los ya e: En ese sentido, cuando todo apunta a que la mente podria con- siderarse como un repertorio de procedimientos para tratar las si- tuaciones en que nos encontramos, el pensamiento hegeménico ha transformado la mente en una cosa y los modos de accién vi- vos y adaptativos en una sustancia subyacente que ejecuta, con mas © menos eficiencia, tal o cual actividad, Sin caer en ningun orden de determinismo, puesto que no se abandona jamds una concepcién fundamentalmente activa y ge- nerativa de la mente y el organismo, podemos advertir que uno de los rasgos centrales del pensamiento estético de Dewey sera una suerte de naturalismo somdtico, que busca fundamentar sus 4, -Autonomia relativas que mejor podria denominarse -autonomia relacional: 0

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