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CAPITULO II
Al hacer una revisión de las teorías básicas al respecto, Sinesio López señala
un conjunto de elementos básicos comunes. La definición mínima que propone
respecto a la ciudadanía es: “el ciudadano es un individuo o comunidad de
individuos con derechos garantizados por el Estado y con responsabilidades
hacia la comunidad política de la que forma parte”6
Con la definición mínima de López, podemos tomar lo señalado por Pocock, así
por otros autores, como Gargarella y Petit, y podemos sintetizar las principales
características de lo que viene a ser un núcleo común en la teoría republicana
sobre la política como dimensión de la acción humana.
Señala bien Eloy Garcia7, cuando indica que el momento maquiavélico del
Siglo XV se dio en un instante que la ciudad-republica parecía victima de la
primera mundialización, de la gran expansión de Europa al mar y a la conquista
del nuevo mundo. Ante estas condiciones adversas, y en pugna con las
grandes monarquías territoriales, Pocock devela como Maquiavelo y los
republicanos lograron construir un discurso político de autogobierno coherente
con el discurso republicano cívico (república equilibrada, virtud cívica, conflicto
virtud-fortuna, virtú dinámica, etc ). Este discurso, se diferencia tajantemente de
otro que en esos mismos años se asentaba, el liberal-individualista, que
encierra al hombre como individuo económico. Esta es una de las tesis
principales de Pocock. El fundamento iusnaturalista, contractualista o pactista,
del liberalismo individualista, reducía el ser humano a hombre-económico, a
individuo-económico, con libertad para transformar el mundo pero en una
sociedad de mercado, sujeto a sus fuerzas dominantes. El republicanismo
asumía, más bien, la dimensión humana como político-social, parte de la
comunidad política, en la cual se afirmaba como ciudadano en el autogobierno.
Existe otra cuestión teórica que puede tratarse en relación al estudio que
comentamos. El método discursivo de Pocock la incluye, pero la subordinada, y
no la relaciona luego con una apreciación más amplia del propio curso
histórico. Es la de la Dialéctica Espaciotemporal.
7
Garcia, Eloy, Estudio Preliminar y notas a “El Momento Maquiavélico”,de Pocock,J., Tecnos 2002
7
Esta es una ruta teórica que es imprescindible explorar para el caso Peruano.
Los pueblos andinos empezaron una larga resistencia. Resignificaron los ritos y
formas culturales, creció la población, recuperaron poder social los curacas,
adquirieron fortuna algunos de ellos en el comercio y el arriaje. Desde la propia
república de indios se levantó el principal movimiento nacional durante la
colonia: la revolución nacional de Tupac Amaru II en 1780.13 Derrotada, vino la
contrarrevolución colonial, pero ya estaban en curso los procesos que
terminarían con la sujeción a España en Suramérica, pero no con el
colonialidad en la administración de poblaciones
13
Flores Galindo, Alberto, Buscando un Inca
13
Luego de la crisis del Guano y la guerra con Chile, con la centralidad territorial
de la nación y la edificación del estado centralista, se volverá a estatuir la
contribución indígena, y se intentará ampliar a todas las clasificaciones
sociales. En el Siglo XX, se mantiene y redefine como contribución de
conscripción vial. A cambio, no obstante, se redefine la forma del pacto
tributario colonial. El Estado reconoce la propiedad de las tierras de las
Comunidades Indígenas y se aplican políticas de “protección”. A cambio el
Estado extiende las funciones nacionales estatales de recaudación y coacción,
pero promueve la concentración de tierras en manos de los hacendados, a los
que crecientemente otorga el control de los sistemas de representación. Con
esta continuación redefinida del pacto colonial tributario, se produce la cesión
más amplia de soberanía de esta administración de poblaciones, las que se
descentran al ámbito privado. Es el periodo de mayor auge del gamonalismo y
del régimen de haciendas como poderes privados de amplios territorios, desde
los que negocian con un Estado que va ampliando su presencia y recortando la
discrecionalidad faccional de estos poderes privados.
Será con las grandes movilizaciones antifeudales del Siglo XX, en los años 60
para adelante, y con la masiva migración que pasa de 70 % de población rural
en 1940 a 70 % de población urbana en 1980, que se producen
transformaciones en la administración de las poblaciones. Lo más resaltante,
es que estos desplazamientos acaban con el régimen de propiedad
14
Al estudiar las naciones, Otto Bauer señala que “la tarea de derivar la
peculiaridad nacional de la historia de la nación: eso , y nada mas, significa mi
definición de la nación como comunidad de carácter nacida de una comunidad
de destino”16 De esta forma, asienta la nación en la historia precedente, que en
consideración dialéctica contiene un presente incompleto cargado de
perspectivas de futuro, y no en una “sustancia metafísica”, en un supuesto
“plasma nacional material”, ni en el carácter individual atomístico, o en una
reducida comunidad lingüística, o una “etnia” superior a la humanidad.
14
Palti, Elias, El Tiempo de la Política, Siglo XXI,2007
15
Hobsbawn: 112
16
Bauer, Otto: 10-11
16
Hobsbawn17, señala, por su parte, que “no considero la “nación” como una
entidad social primaria ni invariable. Pertenece exclusivamente a un periodo
concreto y reciente desde el punto de vista histórico. Es una entidad social sólo
en la medida que se refiere a cierta clase de estado territorial moderno, el
“estado-nación”, y de nada sirve hablar de nación y de nacionalidad excepto en
la medida en que ambas se refieren a él. ..Yo recalcaría el elemento de
artefacto, invención e ingeniería social que interviene en la construcción de
naciones…el nacionalismo antecede a las naciones”.
La nación como producto histórico debe ser apreciada desde las condiciones
de su espaciotiempo. Este es uno de los fundamentos de la tesis de Anderson
sobre la nación como comunidad imaginada. Pero Anderson tiene una singular
tesis al respecto. Señala que “ la idea de un organismo sociológico que se
mueve periódicamente a través del tiempo homogéneo, vacío, es un ejemplo
preciso de la idea de la nación, que se concibe también como una comunidad
sólida que avanza sostenidamente de un lado a otro de la historia”19
17
Hobsbawn: 18
18
Anderson, Comunidades Imaginadas
19
Anderson: 48.
17
20
Anderson: 46
21
Partha Chatteree: 113
22
Partha Chatteree: 60.
23
Partha Chatteree 101
24
Partha Chatteree: 108.
18
25
Lander: 15
26
Mignolo: 74
27
Mignolo: 58
28
Mignolo: 64
19
29
Mc Evoy, Carmen, Homus Politicus:23
30
Carmen Mc Evoy se refiere a parte de este período como el del Leviatán Guanero.
31
Anderson: 77-101
32
Anderson, B: 84
20
Lo que Bauer denomina “el principio territorial”35 y que Santos establece con
una conceptualización más amplia como el territorio-espacio formado “por el
sistema de objetos y prácticas”36, es una forma de organizar el dominio de la
organización de los territorios desde la condición del poder en la apropiación de
sus recursos, su producción y el uso.
33
Sanchez, Joan-Eugeni, Geografía Política
34
Sanchez, Joan-Eugeni, idem
35
Bauer, Idem
36
Santos, La Naturaleza del Espacio
37
Foucault, Las Palabras y Las Cosas
38
Santos, Idem
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El caso del Perú es ilustrativo. Entre 1810 y 1824, mientras se define el triunfo
de la guerra de independencia, se van reformulando las centralidades
territoriales. Estas pugnas estallan en una guerra civil regional, entre el Estado
del Norte (Lima y Trujillo) y el Estado del Sur. Su expresión mas alta será la
Confederación Perú-Bolivia, que se instala y fracasa rápidamente. Existen
asuntos de formas de gobierno y naturaleza de organización de las
representaciones. Pero el tema de fondo de esta guerra civil regional era otro.
Estaba en torno a las centralidades territoriales en la formación de la nación. La
disputa entre el norte y el centro tenía que ver con decisivas transformaciones
en las dinámicas territoriales que debe merecer más amplia atención.
A fines del Siglo XX e inicios del Siglo XXI, se produce el divorcio entre las
dinámicas de lo político administrativo y las de los territorios sociales. El
desarrollo democrático de la sociedad peruana y las rearticulaciones
territoriales macroregionales del nuevo siglo, marcan el fin de la actual
institucionalidad estatal centralista, de la vieja republica de privilegios y
exclusiones, la que se ha constituido en una traba fundamental para el
progreso de la nación. La organización territorial en torno a un centro
macrocefalico, herencia colonial y prolongación de la república de privilegios,
esta en activísimo proceso de cambios hacia el posicionamiento regional-
mundial de seis grandes espacios macro regionales, los que acentúan su
contraposición a un estado centralista.
La coyuntura política expresa una cuestión estructural: el pais está entre dos
repúblicas. Esta idea, que desarrolla Norberto Bobbio,41 referida a la esfera
pública de poder donde se deciden los asuntos comunes a la nación, permite
explicar lo que acontece en estos años de celebración del Bicentenario.
Las opciones entre las dos repúblicas, atraviesan todo el espectro político-
social. No se trata de enfrentamientos entre aparatos burocrático-militares, sino
en dos formas distintas de organizar el tratamiento de los asuntos comunes de
la sociedad, formas contrapuestas que están en contraste activo y desde la
propia sociedad. Y en la cual el tema de la reforma descentralista es uno de
sus aspectos medulares, al constituir las relaciones entre los crecientes
espacios territoriales de las seis macro regiones y su relación con la reforma
31