En el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera, el lector, media
entre las palabras escritas y la audiencia y nuevas y complejas formas del lenguaje que sobrepasan las habilidades de lectura de la audiencia, se convierten en parte del reto de leer y narrar.
La lectura en voz alta tiene tantos méritos en español como en inglés
porque:
• Estimula la imaginación en la audiencia de todas las edades para
que se recreen nuevos mundos y nuevas formas de verlo. • Prioriza la comprensión y el significado sobre la forma de la lengua sin excluirla (gramática, pronunciación, vocabulario). • Presenta la lengua como un todo que tiene sentido y no como palabras aisladas brindando a los lectores principiantes la posibilidad de leer unidades semánticas más extensas • Ofrece la oportunidad de escuchar y ver modelos de lectura de un libro por parte de profesionales de la enseñanza del inglés y del teatro. • Reta a la audiencia cuando las historias sobrepasan las habilidades de lectura con nuevas y complejas palabras o estructuras del lenguaje. • Ayuda a percibir la “textura” del lenguaje, su ritmo y la gran riqueza de sus palabras. • Permite que la audiencia haga conexiones con sus propias experiencias. • Promueve la motivación y actitudes positivas frente a la lectura permitiendo que el cerebro asocie la lectura con el disfrute y reconozca el valor de las palabras, la posibilidad de inventar nuevas formas de nombrar el mundo. • Explora diferentes formas de construir significado mientras se escucha o se cuenta una historia. • Promueve el reconocimiento de los valores culturales locales en el encuentro con otras lenguas y el interés por la lectura en inglés y en español
¿Para qué leer en la clase de inglés? Veamos; hablar, escribir, leer
en inglés significa también pensar en inglés; pensar en inglés, en español o en mandarín o en cualquier idioma, significa poder opinar, inferir, argumentar, deducir; proponerla lectura y llevarla democrática y libremente al aula, a la vida, permite un encuentro consigo mismo, con los otros y el mundo; participar en la clase donde se puedan escuchar múltiples propuestas, construir una o varias en conjunto y reconocer el valor que todas ellas tienen, posibilitaría en un futuro que esas seres humanos lideren procesos donde las relaciones, sean más equitativas y permitan nuevas construcciones en grupo; permitir que ellos/as respondan sus inquietudes promueve el desarrollo de la imaginación y la creatividad y permite potenciar un estado natural del ser humano, la curiosidad; alimentar la curiosidad permite alimentar el interés por lo que nos rodea, crear nuevas preguntas y nuevos caminos con nuevas respuestas; reinventar la realidad, ver lo que los demás no han visto y pensar lo que nadie ha pensado es necesario para aprender a crecerse ante los contratiempos y ayuda a encontrar solución a las situaciones difíciles y dolorosas a las que nos enfrenta la vida; eso hará posible que pensemos en la posibilidad de construir un mundo mejor, pensar que las utopías son posibles; cuestionar el orden natural de las cosas, no conformarse con lo establecido y hacerse preguntas alimenta la libertad y la facultad de elegir o de renunciar de modo ilimitado y singular; de otra forma, seguiremos sujetos al conformismo y a la obediencia a los modelos preestablecidos o a las decisiones que permitimos que otros tomen por nosotros, renunciando a nuestros propios sueños; sujetos a las creencias heredadas y ya internalizadas que se transmiten desde la infancia con respecto al es ser mujer, hombre, latinos, colombianos, etc. Sujetos al miedo de no ser capaces pero con la urgencia de ser perfectos. Tiene sentido leer de muchas formas y prepararnos desde pequeños para todo esto…
Zoraida Rodríguez, What about Little Blue Riding Hood, Y qué tal Caperucita Azul, una versión de la enseñanza del inglés, Investigación Narrativa autobiográfica (2005)