sociedad, al imperativo de ganar dinero.
Puede sí ayudar,
Una crítica marxista del
Dinero
Dinero hay que tenerlo, no explicarlo; para
astutos contemporáneos esto es obvio. Si hay algo que
merezca explicación con respecto al dinero, es saber
cómo se saca la máxima cantidad posible; y con esta
preocupación ya tiene para mucho la razón práctica
del ciudadano activo moderno.
Esto es fatal. Pues quien entiende la ineludible carga
de ganar dinero como un solo estímulo a cumplirla con
éxito, no sólo queda atrapado en el sistema coactivo de
una división social del trabajo del que cien por cien no
va salir bien parado. Sino que además está cometiendo
el error, nada inevitable, de afirmarlo – libre de crítica
y conocimiento. De nada sirven entonces la ira ni las
quejas sobre las conocidas consecuencias: el estrés por
ganar dinero, los pobres ingresos, los altos precios; en
general la escasez por un lado y la riqueza obscena por
el otro. El que no quiera explicarse el dinero, no tiene
por qué quejarse de su desigual distribución.
* de forma benevolente destacando que uno puede
Al que quiera explicarse el objeto que determina
–en la forma totalitaria sabida y en absoluto en
beneficio de la gran mayoría– el quehacer, el empeño
y el ideario de los residentes del manicomio global
capitalista, tampoco le será de mucha ayuda la ciencia
especializada. Ella parte tan decididamente del
convencimiento de que a la economía monetaria se le
debe mucho por el hecho de que logra funcionar casi
automáticamente, que le atribuye al dinero la función de
mediador universal de todas las partes funcionales de
la economía monetaria sin poder entender en absoluto
lo que fuera de esta mencionada tautología habría por
explicar con repecto a una economía que somete toda
la producción y el consumo, o sea el proceso vital de la
GegenStandpunkt son editores de artículos sobre teoría marxista. Nuestro propósito es ofrecer obras de análisis
marxista que completen el programa teórico iniciado por Carlos Marx con El Capital, es decir: la exposición
sistemática de la economía política de la sociedad burguesa.
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a pesar de su avanzada edad de casi siglo y medio, la
Crítica de la economía política de Marx. Este hombre
no negó que la economía capitalista funcionara; sólo
que no lo consideraba razón suficiente para ahorrarse
la reflexión sobre qué es lo que está funcionando. Que
su explicación del equivalente universal que tramita
el intercambio de mercancías, resultara en una crítica
de este objeto económico, radica en el objeto mismo:
ya que el dinero materializa y cuantifica una relación
social de poder a la que está sometido el trabajo social.
Es el mérito de Marx no haberse dejado disuadir en
su análisis del dinero – ni por prejuicios cargados
de preocupaciones hacia el objeto de estudio, ni por
reflexiones metódicas a priori. Y menos aun por dudas
epistemológicas acerca de si se podría desmistificar
este fetiche del mundo burgués y, en caso dado, de
cómo podría conseguirse.
*
A este último ejercicio mental se ha dedicado, muy
en detrimento de sus conocimientos sobre la economía
capitalista, mucha gente de izquierda, que buscaba en
las obras de Marx aclaraciones sobre la propiedad de la
relación social coercitiva inherente al dinero que tanto
malestar causa a la bien acondicionada humanidad
al servicio del capitalismo. Estudiaba por lo tanto los
primeros tres capítulos del primer tomo del Capital
y perdía de vista o nunca se enteraba de que el tema
de estos capítulos era la bien conocida cotidianidad
del hacer capitalista, y que de éste no quedaba nada
bueno si se optaba por su explicación y no por juzgarlo
comprarse cosas maravillosas si tiene dinero suficiente.
Para poner de relieve los argumentos sobre el dinero
–y no con la intención de mejorar o sustituir el análisis
que del dinero hizo Marx–, los editores de la revista
GegenStandpunkt han publicado una colección de
artículos sobre esta materia.
El dinero:
Los alabados servicios del vil metal
La moneda y su valor:
Mercado internacional y mercado financiero
Cuando los bancos se derrumban...:
La crisis financiera
... y otros más