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2u.

- Sobre el valor de la prueba testimonial que el


juzgador ha rnenrwado, conviene señalar, preViamente, que la convicción que la
testimonial, como pruebd, puede generar en el jUicio del juzgador, depende de los
siguientes requisitos:

a) Competencia/oes decir, la testimonial debe haber sido


vertida ante el órgano jurisdiccionalcompetente.

b) Capacidacf"se refiere a la capacidad del testigo, a su


libertad y eSpUflldf1elddd en el momento de la declaración, así como a sus
condiciones físicas y !nenté!ies,

e) Aucen(¡uaacf' io que consta en el acta donde se plasma


o en cualquier otro dOlurnenw, debé ser lú realmente declarado por el testigo.

d) Smcendad; ésta presupone que el contenido de la


declaración provenga de la realidad que el testigo conoce, se trata de una
"veracidadsubjetIVa"que, en orras palabras, implica una declaración fiel de lo
vividoy conocido por el testigo, sin ninguna alteración maliciosade los hechos.

e) Veroslrmlitucf'
es la "veraCidadobjetiva"y exige que lo
declarado por el testigo sea compatible con los demás datos que obran o se
deduzcan de las otras actuaciones probawrlas; empero debe resaltarse que se
trata de una compatIbilidado coincidencia,no así de una identIdad o igualdad;por
ello, pueden presentarse supuestos donde se advertían ciertas matizaciones,
deducidas de la confrontaciónde la testimonialcon los demás datos objetivos.

f) Persistencia/oel testigo, en los distintos interrogatorios


o en el único que pueda brindar, debe proporcionar una única versión, exenta de
contradicciones, aunque ello, no excluye las distintas matizaciones circunstanciales
que puedan advertirse, empero, debe mantener siempre lo sustancialmente
relevante,

21.- Analizandolas testimoniales que ha valorado la Sala


Penal Superior en la sentencia, como son las versiones de los miembros de la
Patrulla "Aries, las cuales se han mencionado anteriormente, debe indicarse sin
duda alguna que eXistenalgunos requisitos que no concurren o, en todo caso, no
se aprecian con (Otalclandad lo cual, no permite generar si quiera algún grado de

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convicción sobre la veracidad de sus versiones; así, tal como se ha anotado
extensamente en lo que va del presente documento fiscal, se evidencian
contradicciones sustanciales, debiendo también citarse que dichas contradicciones
no sólo no han sido analizadas ni valoradas por el juzgador, sino que en alguno de
los casos, el colegiado de forma ostensible ha omitido consignarlas y reseñarlas
textualmente, datos tan importantes como el que hemos consignado sobre la
presencia del encausado Andrés Héctor Egocheaga Salazar; siendo pertinente
además sostener que dichas contradicciones permiten concluir la falta de
sinceridad, verosimilitud y persistencia, elementos que de ningún modo han sido
evaluados con pertinencia por el juzgador, quien ha omitido totalmente sobre
estos cuestionamientos que, incluso fueron alegados por la defensa.

Estas contradicciones que a su vez le restan entidad y


credibilidad a las declaraciones, han sido resaltadas y puestas de manifiesto por la
defensa técnica del sentenciado Egocheaga Salazar y planteadas y formuladas
como alegatos de defensa en el respectivo debate contradictorio conforme se
aprecia de las actas de las audiencias que obran en autos y, ahora, forman parte
de la pretensión Impugnatoria descrita en la parte pertinente del presente
documento fiscal. A este respecto conviene referimos al contenido constitucional
del derecho de defensa y su relación estrecha con la garantía constitucional de la
motivación debida de las resoluciones judiciales.

22.- El derecho de defensa tiene una pluralidad de


expresiones, como el derecho de prueba, el derecho de alegar, el derecho a ser
informado de la imputación, entre otros. El derecho a alegar, constituye uno de las
expresiones sustanciales, pues traduce una verdadera resistencia activa a la
imputación formulada, cuya omisión incluso puede ser materia de protección vía
proceso constitucional. Así pues este derecho no solo faculta a que las partes
conozcan de la eXistencia del proceso, sino también que puede requerir que se
tomen en cuenta sus alegaciones y pruebas al emitir sentencia; el juzgador, debe,
por lo menos, razonar sobre los aspectos esenciales de las alegaciones de las
partes, ésta no alegan con el propósito de actuar procesalmente o por cumplir un
mero formalismo, sino que la manifestación de este ejercicio de su derecho de
defensa tiene como finalidad convencer al juez en el momento de sus decisión más
importante que es el de la sentencia; por esta razón se le exige un
pronunciamiento sobre las alegaciones sustanciales formulados por la defensa.

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23.- Íntimamente ligado a lo expuesto, debe señalarse a
la garantía de la motivación de las resoluciones judiciales, que es de naturaleza
constitucional y que en su concepción genérica comporta una limitación al poder
discrecional de los jueces, a efecto de que sus actos respondan a criterios de
racionalidad. Toda motivación debe partir de un relato fáctico y coherente: lógica y
razonablemente, a fin de ser contrastada individualmente con el conjunto de
elementos materiales que lo Integran. Así el Tribunal Constitucional Peruano ha
dejado establecido que las resoluciones judiciales, deben encontrarse justificadas
en su aspecto jurídico normativo, como también en los hechos debidamente
probados: no basta una mera enunciación de la norma aplicable, sino de manera
importante, se exige la acreditación de los hechos y la forma en que estos fueron
introducidos en el proceso para crear convicción en determinado sentido por el
juzgador (ver sentencia recaída en el expediente N° 4226-2004-AA/TC,del 10 de
noviembre de 2005).
24.- Bajo estos parámetros resulta necesario puntualizar
que una razonable motivación de la sentencia exige no solo una justificación
normativa, que vas más allá de la mera enunciación de normas jurídicas, sino que
es obligatorio, que ella contenga el valor que el juzgador le ha proporcionado a
cada medio probatorio, como también a los alegatos sustanciales formulados por
las partes, todo lo cual permitirá conocer el razonamiento del juzgador y el peso
que le ha otorgado tanto a la prueba y argumentaciones de cargo y de descargo;
de esta manera, se hará efectivo y eficaz el derecho de defensa pues se hallará
respuesta a la actividad probatoria y a los alegados formulados por las partes,
sean porque fueron rechazados o porque fueron asumidos por el juzgador.

25.- Será ahora necesario al referimos a la situación del


procesado Jorge Luis Rabanal Calderón y con tal fin, debemos remitimos al estadio
procedimental del juicio oral, etapa procesal en al que también se distinguen y
hacen evidentes contradicciones puestas de manifiesto por los testigos y por los
encausados Pedro Pablo Rodríguez Rivera y Mario Felipe Peña Ramírez; así
tenemos la declaración de Mario Felipe Peña Ramírez (fs. 4239/4362), siendo
necesario precisar que éste encausado conformó el grupo de intervención a la casa
del agraviado Indalecio Pomatanta Albarrán; señala en dicha actuación judicial que
, ).1, el jefe de la base contra subversiva era el encausado Egocheaga, seguidamente
..~ refiere que el jefe de la patrulla "Aries" era el Oficial de Mar 2 José Guido Spencer
~~ ..~ Dávalos. (fs. 4254), contradicien?o esta afirmación en el"folio 4~5~ donde indica
,- , que el Jefe era Rabanal Calderon, sostiene que su mlslon conslstla en detectar
delincuentes subversivos o comunes apostados en la ruta de la Carretera Federico

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habían salido de la base, amplía respecto de éste tema, en el sentido que fue el
General Carlos MauriClo Augurto quien lo visitó y conversó acerca de la
responsabilidad de Egocheaga Salazar, argumento que se halla corroborado con el
examen de las declaraciones efectuadas ante el Consejo Supremo de Justicia
Militar de fs. 5972/6007, copias certificadas referidas a recursos presentados
por éste personaje patrocinando a los encausados y testigos y copias certificadas
referidas a las propias declaraciones de Liman Henry Parave Montesinos, Carlos
Franco Taype Contreras, Abrahan Gerardo Ruiz Vila, Julio César Guillén Cervantes,
David Ñaccha QUlspe, Alfonso Manuel Briones Poma, en las que de modo
sugerente y sintomático el entonces General Carlos Mauricio Augurto, actuando
como letrado con registro del Colegio de Abogados de Lima NO 31430 patrocinó a
los antes menCionados, hecho que resulta importante, dado que revela una
actuación dedicada y orientada a la Incriminación del sentenciado, conforme su
defensa lo argumentó en su recurso impugnatorio y, a lo largo del contradictorio;
alegación que tampoco fue objeto de revisión ni pronunciamiento por
parte de la Sala Penal; posteriormente, el indicado procesado, indicó que
durante la operación, en horas de la noche, no vio a "Cacique" aludiendo
presumiblemente a Egocheaga Salazar; sin embargo, al amanecer si lo vio.

27.- Finalmente, tenemos la versión del encausado Jorge


Luis Rabanal Calderón durante el juicio oral (5118/5140), en la que éste señaló a
diferencia de los otros testigos de la patrulla, que el jefe de la base, esto es, el
comandante Egocheaga salió de la base acompañándolos y fue éste quien dirigió
las actividades en los dos puntos donde la patrulla operó; añade que fue su co
procesado qUien Ingresó con Guido Dávalos al interior de la vivienda,
contraviniendo y contrariando frontalmente su inicial versión, la misma que plasmó
en los informes presentados y su declaración ante la junta de investigación; aquí,
el declarante trata de explicar y justificar la emisión de los informes, mencionando
a diferencia de su inicIal declaración instructiva, en la que refiere que el encausado
Egocheaga sólo le ordenó, manifiesta por el contrario que el mencionado co
procesado lo golpea, evento que domina su voluntad y hace que finalmente falseé
los hechos; pues, este argumento no resiste el menor análisis, tomando en cuenta
que dicho oficial, en el hiPOtético caso que, alguno de los dos eventos hubiesen
acontecido, deblG acudir a la Junta de Investigación de la Marina, para denunciar
la manipulaCión de la que era objeto; sin embargo, esto no se distingue ni
acontece.
28.- Luego del análisis de los actuados y conforme se ha
expresado de forma pormenorizada a lo largo del presente dictamen fiscal, se

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concluye que en efecto se han vulnerado derechos y garantías constitucionales
pues existe una (Otal omisión respecto a las alegaciones formuladas por la defensa
del condenado (:>rlél JUILiOOfJi; dS¡mISrT\()¡
se estima pertinente sostener que el
colegiado no rla reallzadc,una Integral valoración de los medios de prueba que
presuntamente InCrlmlnanal mencionado y mucho menos ha realizado el mismo
órgano judicial, una valoraCión adecuada de los medios de prueba que
presuntamente exoneran de responsabilidada los encausados Jorge Luis Rabanal
Calderón, Pedro Pablo RodríguezRivera y MarioFelipe Peña Ramírez, razones por
las que estimamos justificado declarar la nulidad de la sentencia recurrida, con la
finalidad de que a luz de lo mencionado otra Sala Penal, lleva a cabo un nuevo
juzgamiento oral.

IV. OPINIÓN FISCAL

En virtud y conSideraCión con lo señalado anteriormente,


esta Segunda Fiscalía Suprema Penal, estima que se debe declarar NULA la
sentencia recurrida que falla absolviendo por mayoría a JORGE LUIS RABANAL
CALDERÓN por el delito Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud - Homicidio
Calificado -, en agravIo de Indalecio Pomatanta Albarrán; absolviendo por
unanimidad a PEDRO PABLO RODRÍGUEZ RIVERA y MARIO FELIPE PEÑA
RAMÍREZ, por el delito Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud - Homicidio
Calificado-,en agravIo de Indalecio PomatantaAlbarrány condenandoa ANDRÉS
HECTOREGOCHEAGASALAZAR, como autor del delito Contra la Vida, el
Cuerpo y la Salud - Homicidio Calificado -, en agravio de IndalecioPomatanta
Albarrán;fijaronen DOSCIENTOSMIL nuevossoles el monto que por concepto
de reparación CIvil deberán abonar de forma solidaria el tercero Civilmente
Responsabley el sentenciadoen favor del agraviado,debiendo realizarseun nuevo
juicio oral por otra Sala Penal.

OTRO SI DIGO.- La suscrita se encuentra a cargo del Despacho por disposición de


la Resolución de la Fiscalía de la Nación NO673-2009-MP-FN de fecha 21 de mayo
del presente año.

Lima, 15 dé Jlhnio de 2009.


Fae

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