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III Jornadas de Investigación

ECCC- UCR
“Mayo, 2006”

El trapero: el otro marginal en la historia del


periodismo y la cultura popular

Dr. Dorde Cuvardic

RESUMEN radicado la popularidad de este


personaje? Armstrong McLees (1989:
85) considera que estas prácticas
comunicativas han concebido al
l presente artículo analiza las trapero “como representante de

E representaciones que el trapero


y, en menor medida, la trapera,
ha recibido en el periodismo,
aquellas subculturas urbanas cuyos
orígenes y actividades se vinculaban y
simultáneamente se oponían a la
principalmente costumbrista, y en sociedad burguesa y al capitalismo
otras prácticas significantes de la industrial.”
cultura de la modernidad, como es el En el periodismo costumbrista francés
caso de la caricatura o la pintura. El y español, el escritor formula en el
trapero ha sido configurado como trapero una de las más comunes
alegoría del periodista, del artista e, proyecciones alegóricas de su
incluso, del historiador. Se analizan actividad intelectual. Además de
detenidamente dos artículos constituirse en ‘alter-ego’ del
costumbristas de Mariano José de periodista, la representación estética
Larra y de Mesonero Romanos. Por de esta figura urbana también es un
último, el interés se centra en un indicador más de la domesticación del
reciente reportaje que el periódico La ‘Otro’ urbano, proyecto formulado
Nación dedicó a un vagabundo- por las fuerzas del orden en los
trapero que transita por las calles de nacientes espacios metropolitanos del
San José. capitalismo industrial.

EL TRAPERO: EL OTRO EL TRAPERO: EN LA CULTURA


MARGINAL EN LA HISTORIA FRANCESA DEL SIGLO XIX Y
DEL PERIODISMO Y LA EN LA CIENCIA SOCIAL
CULTURA POPULAR.
En Francia, el trapero fue un tipo
social muy explotado desde la
El trapero (chiffonier, en francés; Monarquía de Julio (1830-1848) hasta
Lumpensammler, en alemán; el fin de siglo. Ya aparece en el
ragpicker, en inglés) es una Tableau de Paris (Cuadro de París),
importante figura del periodismo, la 1781, de Louis-Sébastien Mercier,
literatura y las artes plásticas iniciador del costumbrismo francés.
populares occidentales, sobre todo Su título es “El trapero”. Es un texto
decimonónicas. Caricaturas, pequeño:
litografías, teatro, canción popular,
cine, fisiologías, colecciones de tipos “¡He pronunciado esta palabra
sociales y poesía han representado innoble! ¿Se me perdonará? ¿Ve
esta figura urbana. ¿En qué factor ha ud. este hombre que, con ayuda de

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su gancho, recoge lo que
encuentra en el fango y lo arroja predecesor de los profesionales del
en su saco. No aparte la cabeza: reciclaje actual.
nada de orgullo; nada de falsa En el periodismo y la literatura por
delicadeza. Este vil pedazo de suscripción del siglo XIX se
cartón es la materia original que representará alegóricamente la
se convertirá en el adorno de actividad del intelectual bajo la
nuestras bibliotecas, y el tesoro figura del trapero. En el
precioso del espíritu humano. Este costumbrismo apareció ‘pintado’
trapero precede a Montesquieu, tanto en colecciones de tipos
Bufón y Rousseau. Sin su gancho, sociales como en escenas. Así,
mi obra no existiría para ud., aparece retratado como tipo social
lector. No sería un gran desastre, en “Les petits métiers”, de Jules
de acuerdo, pero en todo caso Janin, perteneciente a la colección
usted no tendría ningún libro: de tipos sociales Paris, o El libro
usted le debe esta materia que se del ciento y uno (1832).
convertirá en papel, cuyo origen
parece tan vil. Todos estos pedazos “El trapero es el más grande de los
de cartón convertidos en pasta; he pequeños industriales: es un ser de
aquí lo que permitirá conservar las porte grave, solemne, mudo, que
llamas de la elocuencia, de los duerme de día, que vive en la noche,
pensamientos sublimes, los rasgos que trabaja y especula en la noche;
generosos de las virtudes, las es el último ser de la creación que
acciones más memorables del hace justicia a todo lo que se dice o
patriotismo. Todas estas ideas se imprime en el mundo. El trapero
fugaces quedarán fijas tan es inexorable como el destino.
rápidamente como fueron Las leyes del imperio vienen a
concebidas. Todas estas imágenes, reunirse con los decretos
trazadas por el entendimiento, se republicanos. Todos los poemas
imprimirán, se empastarán, y a épicos, desde Voltaire, han pasado
pesar de la naturaleza, que hace por aquí. Todo periódico, desde hace
morir al hombre de genio, estas treinta años, ha quedado engullido
producciones, sin embargo, en esta cesta, después de haber
pertenecerán al universo y no devorado tolo lo que había sido
perecerán más que con él. ¡Honor retenido. La cesta del trapero es la
al trapero!” gran red de vías donde vienen a
(Mercier: reunirse todas las inmundicias del
http://visualiseur.bnf.fr/Visual cuerpo social. En este sentido, el
iseur?Destination=Gallica&O trapero es un ser aparte, que merece
_NUMM-89044). tener su historia aparte. El trapero
es mucho mejor que un industrial, el
Aquí ya aparece una faceta del trapero es un magistrado,
trapero que aparecerá en magistrado que juzga sin interpelar,
representaciones posteriores: el que es a la vez el juez, el instrumento
trapero recupera para la sociedad lo y el ejecutante.” (en Escobar, 2000:
que ésta última previamente ha 122).
desechado. En este caso, los
papeles que recoge serán los futuros Baudelaire, quien reutilizará temas
libros leídos por los lectores. Es un costumbristas en Las flores del mal,
dedica un poema, El vino de los

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traperos, a éste último tipo social. La bajo un dosel,/ se embriaga de
imagen dignifica al trapero, más allá esplendores...¡ya la virtud es
él!/ Sí; estos míseros hombres,
de penas hostigados,/ molidos
de trabajo, por la edad
agobiados,/con la basura a
cuestas y que están en un tris /
de ser un poco el vómito del
enorme París,/ regresan
perfumados de un olor de
toneles, / seguidos por amigos
y camaradas fieles, / cuyos
mostachos caen cual pendones
marciales./ ¡Las banderas, las
flores y los arcos triunfales!/ se
yerguen antes ellos como en
solemne día!/ y en esa
aturdidora y luminosa orgía
/del sol, de los clarines, los
gritos y el tambor, / la gloria
traen en alto al pueblo ebrio de
amor. / Así es como a través
del hombre claudicante, / el
Charles-Joseph Traviès [de Villers] vino vierte su oro, Pactolo
(1804-1859), Le chiffonier. deslumbrante;/ Y canta la
Reproducido de: Armstrong McLees,
proeza, el heroísmo, y canta / -
Ainslie. 1989. Baudelaire’s ‘Argot
Plastique’. Poetic Caricature and rey también por sus dones- en
Modernism. Athens: The University of la ávida garganta./ Por mecer
Georgia Press, página 87. la indolencia y el rencor
de su simple alegorización como sofocar / de esos viejos
proyección del poeta-periodista- malditos que mueren sin
escritor: chistar, /sintiéndose por ello
quizá apesadumbrado, / Dios
“A menudo, a la luz roja de un al hombre dio el vino, hijo del
reverbero/ que tiembla en una sol sagrado.” (en cursiva en el
esquina bajo del aguacero,/ en original) (Baudelaire, 1999:
un viejo arrabal, laberinto 156-157).
fangoso,/ donde hierve el Cuatro de los más grandes
humano fermento tormentoso,/ caricaturistas de la prensa francesa
pasa el viejo trapero con la decimonónica representaron al
bolsa repleta,/ tropezando en trapero: Gavarni,
los muros lo mismo que un
poeta,/ y, haciendo caso omiso Monnier, Daumier y Traviès. Henry
del gendarme feroche,/ explaya Monnier lo representó en la colección
sus gloriosos proyectos...¡Qué costumbrista Los franceses pintados
derroche!/ Él presta por sí mismos (que tuvo bastantes
juramentos, dicta la ley imitaciones europeas y americanas) y
sublime,/ Abate a los en el Cris de Paris. En ocasiones, le
perversos, las víctimas redime,/ asignaron un nombre: Daumier retrató
y bajo el firmamento, como al trapero ‘Chand d’habits y Traviès a

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Liard. De la litografía reproducida en mediados del siglo XIX. Al respecto,
esta página, realizada por Traviès, se señala Wright (1994: 38): “El trapero
distinguen los dos principales era un marginado cuyo modo de vida
instrumentos del trapero: el gancho y estaba amenazado por el nuevo París,
el saco. También podemos destacar el que no tenía cabida para él. Venía a
sombrero de copa, sin duda recogido representar al París pre-Haussmann, y
de la basura arrojada por la sociedad su imagen aparecía en muchas
burguesa. publicaciones populares.”
Por su parte, el impresionista
Edouard Manet realizó varias pinturas También se puede investigar la figura
de vagabundos urbanos. Entre estas de la trapera y del trapero en la
últimas se encuentra la pintura El investigación social. En el ámbito de
trapero (1965), visualizada en el la sociología urbana, diversos
presente artículo. Abajo a la izquierda investigadores han asumido,
pueden verse los desechos que la adoptando la perspectiva del
sociedad arroja lejos de sí.1 participante observador, el rol de
trapera o trapero. En el caso inglés
La trapera y el trapero también son sobresale Mary Higgs, que asumió en
figuras populares el circuito teatral. algunos momentos, al investigar la
Un ejemplo es el melodrama La hija vida de la clase urbana trabajadora, el
de los traperos –La Fille des rol de trapera. Su investigación fue
chiffonniers (1861), de Anicet- publicada en libro en 1906 con el
Bourgeois y Dugué.2 título Glimpses into the Abiss.

Recordemos que con el nacimiento Por otra parte, el historiador ha sido


del París de los bulevares tienden a alegorizado como trapero, tal como lo
desaparecer diversos tipos sociales del hiciera Walter Benjamín (2002).
centro de esta ciudad, comunes hasta Particularmente, el método de análisis
las reformas urbanísticas del histórico de las imágenes dialécticas
de Walter Benjamin en su trabajo de
1
También otros cuadros de Manet historiador ha sido alegorizado bajo
representaron figuras de vagabundos- la actividad recolectora del trapero
filósofos, tradición que se puede rastrear (Weidmann, 1992: 99-101;
hasta la antigua Grecia: El bebedor de Wohlfarth, 1986). Como afirma
absenta, 1859-1867; El mendigo (El filósofo),
1865; y Un filósofo, 1865.
Frisby, “en la medida en que
Benjamín se orienta hacia <<los
2
La sinopsis es la siguiente: “En La Fille des desechos de la historia>>, su método
chiffonniers, un trapero cree haber matado a presenta afinidades no con el
su mujer. Pero no es así. Ésta, después de coleccionista de obras bellas, sino con
intrigas y equívocos, se ha convertido en una
dama de la alta sociedad, lo que le permite al
el <<coleccionista de desechos [der
trapero lanzar en plena reunión mundana una Lumpensammler]>>, con el chiffonier
canción vengativa, donde opone el honor de de Baudelaire” (en cursiva en el
los pobres al menos exigente de los ricos. original) (Frisby, 1992: 408).
Este tipo de cuplé, que figuraba en la mayoría
de las obras de este tipo, era esperado y muy
aplaudido: “Digo que esa que se hace llamar
En nuestro propósito de delimitar el
Mme. la baronesa Dartès... y vemos cubierta papel de diversas figuras recolectoras,
de diamantes, es la mujer de Bamboche, el también es útil diferenciar al trapero
trapero aquí presente. Y no es ella la que debe de la cercana figura del coleccionista.
avergonzarse de Bamboche, no; es el trapero Mientras este último trata de conferir
quien debe avergonzarse de ella.”
(Thomasseau, 1989: 117).
utilidad mercantil a los desechos del

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pasado, a los desechos de la sociedad oficios menudos”, de Mariano José
(Wohlfarth, 1986), el trapero, en de Larra, artículo de costumbres
cambio, los vende con el exclusivo publicado el 29 de junio de 1835 en la
propósito de sobrevivir. Revista Mensajero, de Madrid.

“Considerando
detenidamente la
construcción moral de un
gran pueblo, se puede
observar que lo que se
llama profesiones
conocidas o carreras, no
es lo que sostiene la gran
muchedumbre (...). Para
ellos [la muchedumbre]
hay una superabundancia
de pequeños oficios, los
cuales, no pudiendo
sufragar por sus cortas
ganancias a la
manutención de una
familia, son más bien
pretextos de existencia
Edouard Manet. El trapero. 1965. que verdaderos oficios; en
Reproducido de: Wright, Patricia. una palabra, modos de
1994. Manet. Barcelona: Editorial vivir que no dan de vivir
Naturart, página 38. (...)” (en cursiva en el
original) (Larra, 1992:
350-351).
La historia del reportaje periodístico
también cuenta con casos en los que La ciudadanía, en su mayoría,
el periodista se disfraza de trapero. El no despliega su actividad laboral en el
caso más famoso es el de George marco de las carreras profesionales,
Orwell, con Sin blanca en París y sino en oficios que apenas permiten
Londres (Down and Out in Paris and sobrevivir. Larra reflexiona sobre la
London), publicado en 1933. pobreza en la capital de reino. En el
marco de esta reflexión, introduce la
figura de la trapera. La observa e
La figura de la trapera y del insta a los lectores a interesarse por
trapero y en el periodismo ella:
costumbrista español

Influencia directa del costumbrismo ”Pero entre todos los modos de


francés, la figura del trapero también vivir, ‘¿qué me dice el lector de
fue desarrollada por el costumbrismo la trapera que con un cesto en
español. A diferencia de los ejemplos el brazo y un instrumento en la
franceses, que en todos los casos son mano recorre a la madrugada,
masculinos, Larra utiliza la figura y aun más comúnmente de
femenina de la trapera. Aparece en noche, las calles de la capital?
“Modos de vivir que no dan de vivir:

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Es preciso observarla declaraciones de las fuentes y
atentamente. (Larra, 1992: 352) las reconfigura en su propia
escritura. Leamos las
Seguidamente, se recurre a la apreciaciones de Larra:
descripción de la actividad típica de
la trapera, recurso que forma parte de “Vuela de flor en flor,
la prosopografía, procedimiento como decía, sacando de
descriptivo utilizado en la cada parte sólo el juego
construcción de tipos sociales: que necesita; repáresela
de noche: indudablemente
“La trapera marcha sola y ve como las aves
silenciosa: su paso es nocturnas, registra los
incierto como el vuelo de más recónditos rincones,
la mariposa; semejante y donde pone el ojo pone
también a la abeja, vuela el gancho, parecida en
de flor en flor esto a muchas personas
(permítaseme llamar así a de más decente categoría
los portales de Madrid, que ella; su gancho es
siquiera por figura parte integrante de su
retórica y en atención a persona; es, en realidad,
que otros hacen peores su sexto dedo, y le sirve
figuras que las debieran como la trompa del
hacen mejores).”(Larra, elefante; dotado de una
1992: 352-353). sensibilidad y de un tacto
exquisitos, palpa,
La actividad de la trapera queda desenvuelve, encuentra, y
comparada en Larra con el entonces, por un
desempeño del periodista. La sentimiento simultáneo,
trapera discrimina los desechos por una relación
que todavía puedan tener alguna simpática que existe entre
utilidad: interpreta el estado de la voluntad de la trapera
los objetos y sus posibles y su gancho, el objeto útil,
funciones futuras. En este no bien es encontrado, ya
sentido, se puede equiparar al está en el cesto.
trabajo interpretativo de otros La trapera, por tanto, con
profesionales semióticos, el otra educación sería una
detective y el periodista, excelente periodista y un
principalmente. De manera buen traductor de Scribe;
similar a la trapera, el su clase de talento es la
periodista busca declaraciones misma: buscar, husmear,
(lo que serían los retazos para la hacer propio lo hallado;
trapera) y les confiere utilidad, solamente mal aplicado:
construyendo a partir de las he ahí la diferencia.” (la
fuentes su propuesta cursiva es añadida) (Larra,
informativa: la noticia. Larra 1992: 353).
considera que el talento de la
trapera y del periodista es el
mismo: ambos buscan, husmean
y hacen propio lo hallado. El
periodista se apropia de las

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Se trata de construir una
ALEGORÍA DEL PERIODISTA BAJO biografía del tipo social
LA FIGURA DE LA TRAPERA
retratado. Larra emprende este
procedimiento al considerar que
EL BASTÓN PARA RECOGER LOS la trapera fue, en su juventud,
DESECHOS ES LA PLUMA DEL una griseta:
PERIODISTA
“Llena por consiguiente de
EL CESTO ES EL PERIÓDICO recuerdos de grandeza, la
trapera necesita ahogarlos en
algo, y por lo regular los
También el producto de la ahoga en aguardiente. Esto
trapera y del periodista quedan complica extraordinariamente
equiparados. De la misma sus gastos.
manera que en el cesto de la Desgraciadamente, aunque el
trapera tienen el mismo valor mundo da valor a los trapos,
los clásicos, la paraliteratura o no es a los de la trapera. Sin
los periódicos del día, embargo, ¡qué de veces lleva
asimismo, en el periódico, la tesoros su cesto! ¡pero tesoros
cultura de élite, la cultura de impagables!” (Larra, 1992:
masas y la cultura popular, los 356).
deportes y la política nacional e
internacional quedan En este último párrafo se equiparan
equiparados en términos implícitamente las funciones de la
mercantiles en un mismo trapera y la del escritor-periodista.
espacio. En las páginas del La trapera lleva tesoros en su cesto,
periódico, todo queda revestido de la misma forma que en el periódico
del mismo valor: se encuentran pequeñas obras
maestras. Pero de la misma manera
“Bajo otros puntos de vista se que la sociedad no concede valor
puede comparar a la trapera estético a los objetos recogidos por la
con la muerte: en ella vienen trapera, no otorga valor a las
a nivelarse todas las representaciones construidas por el
jerarquías; en su cesto vienen periodista. Ambos sólo podrán
a ser iguales como el sepulcro sobrevivir en el mercado capitalista al
Cervantes y Avellaneda; allí, comercializar sus respectivos
como en el cementerio, vienen productos. También compartirán una
a colocarse al lado los unos misma afición a la hora de olvidar sus
de los otros” (Larra, 1992: desgracias: el alcohol.
353).
Dos años después que Larra se
El periodista paseante o flâneur, ocupara de la trapera, Mesonero
Larra en este caso, no sólo Romanos se ocupó de ‘pintar’ al
construye un retrato de las trapero, específicamente en Madrid a
personas que observa en la calle la luna, artículo de costumbres
como tipos sociales publicado en el Semanario Pintoresco
‘universales’, sino que también Español el 12 de noviembre de 1837.
le confiere una historia privada.
“Era Colás, el investigador de
misterios escondidos entre el

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polvo y la inmundicia, el filósofo, artista, escritor o periodista
descubridor de ignoradas se pierde conforme avanza el siglo
bellezas, químico analizador XIX. Un ejemplo es Gustavo Adolfo
de la materia; sustancia que Bécquer, romántico tradicionalista,
se adhiere a las sustancias de en el artículo “El pordiosero. Tipo
valor; disolvente metal que toledano”, publicado en La
sabe separar el oro de la liga ilustración de Madrid, de 1870.
y vengar con su ciencia la Adopta una actitud totalmente
injustifica de la escoba. despectiva. Este texto es un ejemplo
Armado con su gancho de la visión de la sociedad como
protector, recorre organismo corrupto que debe ser
sucesivamente los depósitos sometido a higiene moral. El
que los vecinos han colocado pordiosero, término despectivo, sería
a sus puertas, y busca su el parásito que es preciso exterminar
subsistencia en aquellos para alcanzar la limpieza de la
desperdicios que los demás sociedad:
hombres consideran por
inútiles y arrojadizos. Y como “Merced a los esfuerzos de
la raza canina cuenta también la beneficencia oficial y a
con aquellos mismos los reglamentos de policía
desperdicios como base de su urbana, las poblaciones
existencia, y la ley (¡injusta importantes de nuestro país
ley al fin hecha por los se han visto libres de la
hombres!) ha investido al nube de pordioseros que en
trapero de una autoridad tiempos no muy remotos
perseguidora hacia aquella llenaban sus calles. El
clase, no hay que extrañarse mendigo, cuya cabeza típica
del natural encono con que le y pintorescos harapos
miran, ni que las víctimas inspiró a más de un artista
saluden a su paso al fantásticas siluetas, se ha
sacrificador, con aquel interés transformado al contacto de
con que lo harían si él fuera la civilización en el vulgar
ministro de Hacienda, y ellos acogido de San Bernardino,
fueran los contribuyentes.” con su uniforme de bayeta
(Mesonero Romanos, 1967: oscura y su sombrero de
329). hule.” (Bécquer, 1995: 968).

Enemigo del perro, con el que El costumbrismo romántico español y


comparte el modo de supervivencia, latinoamericano, en multitud de
la prosopografía del trapero en artículos periodísticos, se ocupó de
Mesonero Romanos queda formulada ‘pintar’ tipos sociales en trance de
en la siguiente frase: “Armado con su desaparición, muchos de ellos modos
gancho protector, recorre de vivir que no dan de vivir. En
sucesivamente los depósitos que los particular, Bécquer propone que,
vecinos han colocado a sus puertas, y antes de su ‘desaparición higiénica’,
busca su subsistencia en aquellos el mendigo quede representado por el
desperdicios que los demás hombres artista para la posteridad:
consideran por inútiles y arrojadizos.”
La representación alegórica del “Aplaudimos a la
vagabundo urbano como trapero- administración que hace

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esfuerzos por remediar ofrecerlos a la amada, etc. El
este daño, poniéndonos en mexicano Juan de Dios Arias, en este
lo posible al nivel de los sentido, publicó en la colección Los
países de mayor cultura; mexicanos pintados por sí mismos el
pero, no obstante, nos artículo El evangelista.
gusta recoger las En la actualidad podríamos
impresiones que guarda el considerar la representación del buzo.
artista de estos tipos Recuérdese el caso de Única mirando
tradicionales y que hoy al mar, de Fernando Contreras. Los
sólo en algunas buzos de esta novela comparten con
provincias pueden las representaciones periodísticas y
estudiarse con toda su literarias del trapero su actitud
pintoresca originalidad.” filosófica ante la vida.
(Bécquer, 1995: 969).
‘UN NÓMADA A LA DERIVA’:
Una figura muy cercana al del trapero LA REPRESENTACIÓN DEL
por su función recolectora es el TRAPERO EN EL PERIODISMO
recogedor de colillas de cigarrillos COSTARRICENSE
que los transeúntes han tirado CONTEMPORÁNEO.
previamente al suelo de la calle.
Oficio menudo donde los haya, muy Las representaciones sobre el trapero
pocas personas sospecharían de su perviven en la actualidad. “Un
existencia. Y, sin embargo, no nómada a la deriva”, reportaje
solamente ha existido, sino que publicado en el Suplemento dominical
además ha obtenido carta de Proa de La Nación el 2 de octubre del
representación artística en diversas 2005, se ocupa de retratarlo. Es
prácticas significantes: el gran posible que, en lugar de recurrir
caricaturista decimonónico Daumier durante la elaboración del reportaje a
le dedicó una litografía; también la tradición del periodismo sobre el
aparece mencionado en una de las trapero, la periodista que redactó este
escenas de arrabal de La desheredada artículo partiera de los conocimientos
(1881), de Benito Pérez Galdós, generales que todo costarricense
novela que inicia el desarrollo del adulto tiene sobre esta figura. Tanto
naturalismo en España; por último, un los ciudadanos del siglo XIX como
los del siglo XX, y entre ellos los
plano del documental urbano silente periodistas, tienen un estereotipo
Berlín, sinfonía de una gran ciudad sobre trapero, moldeado a partir de
(1928) también se ocupa de él. ciertos atributos muy populares. Es
común caracterizarlo como poeta,
Además del trapero, otro modo de inventor, filósofo, soñador que
vivir que no dan de vivir en trance de reformula la realidad cotidiana. Éste
desaparición es el buhonero, figura de perfil también aparece en el reportaje
la que se ocupa el escritor de La Nación:
costumbrista venezolano Francisco de
Sales Pérez. Otro ejemplo es el “En su espontánea
evangelista. Es el escribano público, disertación sobre los
quien se dedica a escribir cartas y otro lenguajes arquitectónicos
tipo de escritos para personas de la zona, la erudición y
analfabetas o que, sin serlo, buscan la fabulación son esclavas
textos literarios originales para

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de una ciencia aún mayor: luz y todo lo que existe, la
la casualidad mística. consistencia de un reflejo.
En su exhaustiva Para quien mira estas
interpretación urbana, sombras detenidamente,
todo accidente, toda la realidad podría perder
eventualidad, es fácilmente su carácter
fundamental para sagrado. En las
comprender el mapa de inmediaciones del parque
relaciones simbólicas que España, tres siluetas se
“los dioses” –sus dioses- detienen al borde de la
despliegan alrededor. acera. Una de ellas
Para él, no basta con conoce el significado de
saber que tal o cual aquel instante en que, por
edificio es neoclásico: hay misterioso azar, el sol se
que tomar en cuenta la proyecta desde lo alto,
cantidad de y disposición desdoblando sobre el
de los postes de luz que suelo esa segunda
hay delante, valorar el existencia de las cosas,
significado de la imagen tan inasible y fluctuante
de una Virgen de Los como un espejismo:
Ángeles pintada en un
azulejo en la acera de
enfrente, sin desdeñar el
ángulo de ubicación de
una basura que dice
centenario y sobre la que
brilla un cielo azul, solo
interrumpido por una
lejana columna de humo
gris. Las asociaciones
libres son vitales e
infinitas.” (Montero,
2.10.2005: 10).

Es un reportaje que usa diversos Fotografía: José Díaz, “Un nómada a


recursos narrativos. Se inicia con el la deriva”, La Nación, 2 de octubre de
2005, página 8.
encuentro entre el periodista-paseante
y el trapero, un encuentro fantasmal La instancia enunciativa de este
como los que tiene el yo-lírico con las reportaje asume el punto de vista del
figuras marginales de la sección periodista paseante (flâneur) que
Cuadros Parisinos, de Las flores del interpreta la ciudad y sus habitantes.
mal, y como los encuentros que La observación se centra en un
ocurren en algunos pequeños poemas vagabundo urbano, en esta ocasión
en prosa de El Spleen de Paris: representado por Albert Robinson
Roberts. Mediante una enumeración
“Es mediodía y otra hiperbólica de objetos, al inicio del
ciudad se dibuja en las reportaje queda tipificado como
sombras del asfalto. El trapero que recoge aquello que la
vacío tiene la forma de la sociedad ha desechado como inútil:

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de ideal y romancesco, que no es de
“Robinson camina despreciar en nuestro prosaico,
lentamente y cada paso es material y positivo Madrid” (en
una revelación: un cursiva en el original) (Romanos,
neumático, dos chapas, 1993: 320). Cuando el escritor toma
tres millones de medias, al sereno y lo convierte en un ideal,
una pantufla de pie en una figura heroica, lo comprende
izquierdo, dos tangas, una poéticamente, es decir,
esponja de lavar platos, alegóricamente. Pero el romanticismo
varias tuercas de grueso no sólo idealiza la realidad, sino que
calibre, la mitad de un también aplicará este mismo
pantalón, varios procedimiento al propio escritor,
pantalones completos, una quién proyectará la crítica de su
lámina de aluminio, posición política y económicamente
cordones, diademas, marginal respecto de la sociedad
cuatro toneladas de capitalista en ‘otros marginales’: el
pantis, ligas, anillos, pirata, el trovador, el trapero, por
pulseras, bolsas, clavos, ejemplo, son personajes en los que el
piedras y todos los escritor romántico perfilará sus
escondites del mundo en propios intereses. El poeta, el
los bolsillos de ese otro periodista y el caricaturista también
cuerpo que lleva sobre el son representantes de aquellos
cuerpo, a manera de sectores que, aun dependiendo de la
vestimenta.” (Montero, economía capitalista para sobrevivir,
2.10.2005: 9). tienen como función ideológica
enfrentarse a la sociedad burguesa.
Se trata de un reportaje que asume a Escobar (2000: 125) considera al
un vagabundo urbano como figura trapero costumbrista como
pintoresca, sin atisbos de reflexión representación metafórica del escritor
crítica. Ausente de este tipo de y de la estética de la modernidad, lo
prácticas periodísticas se encuentra la considera “figura autorreferencial del
evaluación de las políticas sociales, costumbrista preocupado por recoger
políticas y económicas que fragmentos de lo cotidiano, los
contribuyen al aumento de la aspectos más insignificantes de la
exclusión social. realidad con que ensamblar un cuadro
de la historia presente, una
interpretación de la sociedad que el
cuadro inmenso de la gran Historia
CONCLUSIONES desatiende. Por definición, es una
exigencia de la literatura de
costumbres.” El trapero recoge
El periodismo y la literatura del
retazos sueltos de los objetos
Romanticismo alegorizaron la
producidos por la modernidad y su
realidad, procedimiento del que eran
economía capitalista y se los
plenamente conscientes sus escritores.
devuelve. El periodista hace lo
Como muestra se puede tomar el caso
mismo: recoge fragmentos de los
del sereno, del que afirma Mesonero
discursos sociales, los jerarquiza, los
Romanos lo siguiente: “No se puede
ensambla y los devuelve a los
negar que la persona de un sereno
circuitos sociales. El trapero es
considerada poéticamente tiene algo
representación alegórica del

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III Jornadas de Investigación
ECCC- UCR
“Mayo, 2006”
desempeño del periodista, que actúa, Nineteenth-Century Literature, 46,
en su práctica de escritura, desde la 351-75.
estética del fragmento informativo,
del shock visual, típica de la Epstein Nord, Deborah. 1988. “The
modernidad. Debe ser evaluado como city as theatre: from Georgian to early
representación del intelectual. Si bien Victorian London”, Victorian Studies,
permitió al escritor expresar 31(2), 159-188.
críticamente a través de una imagen
su propio carácter marginal en Epstein Nord, Deborah. 1987. “The
términos de poder social, político y social explorer as anthropologist:
económico (Severin, 1988), no debe Victorian travelers among the urban
dejar de evaluarse como figura al poor”. En: William Sharpe y Leonard
servicio del status quo: en ocasiones Wallock (eds.). Visions of the modern
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