Es necesario hacer un reevaluación de los roles en el matrimonio, es hora por el
bien del evangelio que hagamos un nuevo análisis del concepto del matrimonio dentro de la mirada de Dios. Dentro del concepto de la sociedad, cuando nos referimos al matrimonio es para hacer una evaluación de la responsabilidad e importancia del esposo y la sumisión de la mujer, pero veremos que esta no es la disposición del matrimonio en su creación, el concepto de esposo como cabeza y el de la mujer como sumisa se originó como resultado de la caída, este debe ser eliminado por el evangelio. La mayoría de los conflictos en el matrimonio están dado en torno de los roles del uno y del otro. Históricamente el hombre siempre ha querido justificar la sumisión de su prójimo por distintas razones ya sean raciales, culturales, ideológicas y también el sexo. La implicación es que antes de la Caída, Adán no ejercía un rol de primacía. La primacía del esposo y la sumisión de la esposa son el resultado del pecado y la redención tiene el propósito de eliminar estas distinciones funcionales restaurando "al matrimonio a su ideal original... de unidad e igualdad" en Cristo. "El evangelio enfatiza el amor y la sumisión del esposo y la esposa uno al otro (1Cor 7:3,4 ; Efe 5:21)". Aunque nos cueste aceptar y que seguramente va contra nuestros principios inculcados tradicionalmente, el matrimonio en su creación en el huerto Dios no hizo diferencia en uno ni en otro, Gn. 2:24,25. "La entrada del pecado afectó adversamente el matrimonio. Cuando Adán y Eva pecaron, perdieron la unidad que habían conocido con Dios y uno con el otro (Gen. 3:6-24). Génesis 1 simplemente afirma que el hombre y la mujer son igualmente creados a la imagen de Dios, pero son sexualmente distintos. Génesis 2 clarifica la igualdad y las distinciones de género señaladas en Génesis 1. El hombre y la mujer son iguales en naturaleza ya que comparten la misma carne humana y huesos y tienen el mismo valor espiritual ante Dios, Sin embargo son diferentes en funciones ya que la mujer está para someterse al hombre. Esto último está indicado por los siguientes cuatro elementos de la narración : (1) la prioridad de la creación del hombre (Gen. 2:7,22), (2) la forma como fue creada la mujer a partir del hombre (Gen. 2:21,22) (3) la creación de la mujer para ser una ayuda idónea del hombre (Gen. 2:18-20) y (4) el nombramiento de hombre para la mujer tanto antes como después de la Caída (Gen. 2:23; 3:22). La supremacía del hombre está implícita también en el capítulo 3 donde Dios llama al hombre para contestar por la trasgresión de la pareja y señala al hombre (no a la mujer) por fallar en el cumplimiento de su rol de supremacía al escuchar la voz de su mujer en vez de atender a Su mandato. Génesis 3 describe la distorsión del orden de la creación traído por la Caída. Esta distorsión afectó no solo a la serpiente, la tierra, el trabajo y el tener hijos, sino también a la supremacía del hombre y la sumisión de la mujer. La maldición no señala el origen de la supremacía del hombre, sino más bien su distorsión en una dominación opresiva. El hombre pecador podría ahora tomar ventaja de su supremacía para dominar y oprimir a su mujer. Resumiendo, los primeros tres capítulos del Génesis y su interpretación indican que tanto la igualdad esposo / esposa y las distinciones de rol, definidas adecuadamente, son parte del diseño creacional de Dios para el funcionamiento armonioso de la familia. Dios creó al hombre y la mujer perfectamente iguales en su riqueza moral y estatus espiritual, pero distintos claramente en sus roles biológicos y funcionales. Se han hecho esfuerzos tanto de los que postulan el feminismo, por lograr una libertad única, como los que postulan el machismo una autoridad absoluta, pero nuestra vida está mas allá de lo que nosotros queremos, sino lo correcto delante de Dios. Yo para darle una explicación a esto he dado a llamar “la sumisión mutua” que el apóstol Pablo lo explica con toda claridad: 1° Ef.5:21, someteos unos a otros en el temor de Dios. (no de los hombres). Este concepto incluye a hombres y mujeres por igual. 2° Ef. 5:22, Col. 3:18, 1Ped. 3:1, nos muestra Pablo como Pedro que la mujer debe sujetarse al marido, por que así conviene o como al señor, note usted que en ningún lugar Dios da supremacía al hombre a someter a la mujer, ni a la mujer dejarse someter por ningún hombre, si no que es un reconocimiento de autoridad no directamente al hombre sino que es en el temor a Dios, diferente es el concepto de sometimiento como amo / esclavo, superior / subordinado, Ef. 6:5, y los hombres no están exentos de compromiso con las mujeres delante de Dios, 1°Ped. 3:7, Ef. 5:25,30. La sumisión de la esposa a su marido no está basada en la superioridad del esposo o de la inferioridad de la esposa sino en el rol de supremacía del marido establecido por Dios en la creación (1 Cor. 11:8-9) Este orden fue establecido pues permite una mayor armonía y efectividad en la relación marital. La autoridad ante la cual una esposa se inclina no es tanto a la de su esposo sino ante un orden creacional al que ambos están sujetos. La exhortación "casadas estad sujetas a vuestros maridos" es seguida por la admonición de Pablo a los esposos : "maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a si mismo por ella" (Efe. 5:25) .Es digno de atención que Pablo habla del rol de supremacía del esposo sólo cuando exhorta a las esposas y no cuando se dirige a los esposos mismos. En otras palabras, a las esposas se les recuerda que "el marido es cabeza de la mujer" (Efe. 5:23) pero esos esposos no son exhortados a ejercer su rol de supremacía manteniendo a sus esposas en sumisión. A cambio, Pablo escoge confrontar a los esposos con el modelo de supremacía del amor sacrificial de Cristo (Efe. 5:25-27)
El valor de un ser humano no está determinado por el oficio o la función. El valor
humano en las Escrituras no está determinado por nuestro oficio o función sino por nuestro estatus ante Dios en virtud de la creación y la redención. Por virtud de la creación, tanto hombres como mujeres son iguales ante Dios ya que ambos han sido creados a la imagen de Dios (Gen.1:27) . En forma similar, en virtud de la redención, tanto hombres como mujeres son iguales ante Dios, a causa, como leemos en Gálatas 3;28 , de "que somos uno en Cristo Jesús". Es mi ferviente esperanza y oración que los asistentes al próximo retiro de la Iglesia Pentecostal “DIOS en CRISTO” examinen el propuesto punto de vista igualitario del matrimonio y voten para mantener las distinciones de rol de las Escrituras establecidas por Dios para asegurar la armonía del hogar y de la iglesia.