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REPÚBLICA ARGENTINA.

Población
Distribución poblacional

La Argentina es a menudo descrita como un país macrocefálico, debido a la alta


concentración económica y poblacional en el Gran Buenos Aires, el área metropolitana
formada en torno a la ciudad de Buenos Aires. Con sus doce millones de habitantes, es
el principal centro urbano del país, concentrando un 33% de la población y un 40% del
producto bruto en apenas un 0,14% del territorio. El Gran Córdoba y el Gran Rosario
son las principales áreas metropolitanas después del Gran Buenos Aires, pero cuentan
con una población casi 10 veces menor.

Las aglomeraciones más pobladas del país, de acuerdo a los datos de 2001 son:

1. Gran Buenos Aires (11.453.725 hab.): con centro en Buenos Aires, es el centro
político, económico y cultural del país. Por su puerto se realiza gran parte del
intercambio comercial de la Argentina con el resto del mundo.
2. Gran Córdoba (1.368.109 hab.): con centro en la ciudad de Córdoba es un
importante centro industrial, comercial y cultural en el centro del país.
3. Gran Rosario (1.159.001 hab.): con centro en la ciudad de Rosario, es el
principal puerto fluvial del país, concentrando el movimiento de granos de una
vasta zona de la Pampa Húmeda. Es también un activo centro cultural, industrial
y financiero.
4. Gran Mendoza (846.904 hab.): con centro en la ciudad de Mendoza, agrupa las
actividades agroindustriales de un importante valle vitivinícola y frutal en el
oeste del país.
5. Gran San Miguel de Tucumán (736.018 hab.): con centro en San Miguel de
Tucumán, es la principal urbe del norte argentino, que se desarrolló en torno a la
industrialización de la caña de azúcar.

Otras importantes ciudades son La Plata (centro administrativo de la provincia de


Buenos Aires), Mar del Plata (importante puerto pesquero y balneario), Salta, Santa Fe
de la Vera Cruz, San Juan (desarrollada a través de la industria del vino), Resistencia
(mayor urbe del Nordeste argentino) y el aglomerado Neuquén - Plottier - Cipolletti
(mayor urbe de la Patagonia).

Demografía

La población de la Argentina censada en noviembre de 2001 ascendía a 36.260.130


habitantes (el 0,59% de la población mundial). Aunque la posterior corrección de
población por cobertura y conciliación censal que realizó el INDEC llevó a la población
a 37.282.970 habitantes en el mismo período. La poblacion estimada para 2008 es de
39.745.613 habitantes, con una densidad media de 14 hab/km² (sin considerar la
superficie reclamada de la Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur).
El ritmo de crecimiento poblacional viene descendiendo con el correr de las décadas.
Así en el período 1981-1991, la tasa de crecimiento medio anual fue de 14,7‰ y en el
decenio 1991-2001, apenas del 10,1‰.

El país registró en los comienzos del siglo XX altas tasas de crecimiento poblacional,
debido a los procesos de inmigración sumado a un alto crecimiento vegetativo que
durante este siglo se vio estabilizado y en continuo descenso (a excepción del
quinquenio 1970-1975). Desde la década del 60´ aproximadamente, el crecimiento total
es el resultado de la diferencia entre la tasa bruta de natalidad y la tasa bruta de
mortalidad.

Debido de la evolución de las tasas de mortalidad y el flujo migratorio internacional, el


índice de masculinidad muestra un constante descenso desde mediados del siglo XX: de
105 varones por cada 100 mujeres a 94,9 por cada 100 para 2001. Del total de la
población (según el censo de 2001) un 51,3% son mujeres y un 48,7% son varones.

Una característica que refleja a la población argentina es su envejecimiento. Se


considera internacionalmente que una población es envejecida cuando el grupo de edad
de 65 años y más supera el 7% de la población total. El país alcanzó esta cifra en 1970.
Históricamente y debido a las relativas bajas tasas de natalidad y de crecimiento
poblacional comparadas con las de otros países de América Latina, han hecho a la
Argentina el tercer país más envejecido de la región, después de Uruguay y Cuba. En
2001, la población de 14 años o menos fue del 27,7% y la población entre 15 a 64 años
del 62,4%. La población de 60 años o más alcanzó el 13,4% y la de 65 años o más, el
9,9% y las estimaciones para 2005 del INDEC arrojan valores de 13,8% y 10,1%
respectivamente.

El fenómeno de la emigración que se hizo presente por el colapso económico de 2001,


hizo que miles de argentinos emigraran en busca de mejores perspectivas económicas;
la mayoría habría partido rumbo a Europa, sobre todo a España e Italia y también hacia
Estados Unidos. Emigraciones semejantes habían tenido lugar en distintos períodos
(sobre todo entre 1976 y 1983), debido a las reiteradas crisis económicas y a la
dictadura militar. Según los resultados que el INDEC obtuvo del último censo de 2001,
el saldo migratorio fue negativo en el quinquenio 1995-2000 y lo mismo estimó para el
quinquenio 2000-2005 revirtiendo así el histórico saldo positivo del país.

Desde hace varios años y de forma consecutiva, la Argentina viene liderando el Índice
de Desarrollo Humano en América Latina. El último informe publicado en 2007 por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo consolida una vez
más como el país con mejor calidad de vida de la región con un índice de 0,869. A nivel
mundial se sitúa en el puesto 38 dentro de los 177 países que participan en el ranking, y
dentro de los 70 catalogados según el indicador como de “alto desarrollo humano”.

Salud

La Argentina se encuentra en el puesto 49 de 191 países, por su desempeño general del


sistema de salud según un informe de la Organización Mundial de la Salud.
La salud se conforma del sistema de salud público, el sistema de obras sociales y el de
la salud privada. Alrededor de un 37,6% de la población se atiende por el sistema
público y un 51,52% por obras sociales.

El Ministerio de Salud de la Nación es el encargado de la regulación de programas


abocados a la tarea. En la actualidad, cuenta con doce proyectos activos, entre ellos,
propuestas antitabaco, lucha contra el SIDA y programas contra el dengue.

El porcentaje del gasto en salud correspondiente al PBI fue de un 8,9% en 2003.


Además, el país cuenta con una proporción favorable de 3,01 médicos por cada mil
habitantes.

De las enfermedades que pueden ser prevenidas por vacunación, se presentan casos de
Parotiditis, Tos ferina y Tétano, con ningún caso de fiebre amarilla.

Las enfermedades que más afectan a la población incluyen el Mal de Chagas, el SIDA y
la tuberculosis. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) incluyó
en los Objetivos de Desarrollo del Milenio para la Argentina dos metas con referencia a
estas enfermedades:

META 12. Haber detenido e iniciado la reversión de la propagación del VIH/SIDA en el 2015

PNUD

META 13. Reducir la incidencia de la tuberculosis un 8% anual y la tasa de mortalidad por


tuberculosis un 10% anual, y haber certificado la interrupción de la transmisión vectorial de
Chagas en todo el país en el año 2015

PNUD

El Mal de Chagas tiene incidencia entre 2,5 y 3 millones de argentinos


aproximadamente que la padecen, y afecta en general a la población con bajo poder
adquisitivo. Sin embargo, los logros han sido importantes en la década anterior: se ha
producido una disminución de 6,3% a 1,9% en el periodo 1992-2000.

Respecto a la tuberculosis, ha ido en descenso desde 1980. La tasa de incidencia en


2000 fue casi la mitad de la de aquél año y el número de casos se redujo un 28% en ese
período. Entre 1990 y 2000, la tasa de mortalidad por tuberculosis bajó de 4,2 a 2,1 por
cada 100 mil habitantes.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), con alrededor de 130.000


infectados, es otra enfermedad propagada en el país. El SIDA se diagnosticó por
primera vez en la Argentina en 1982, y la enfermedad ha ido en avance desde entonces.
La magnitud de la epidemia afecta de manera desigual a las distintas regiones del país;
el 80% de los casos notificados al Programa Nacional corresponden a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. El
Ministerio de Salud ha iniciado una campaña para la lucha contra el SIDA, con los
objetivos de informar acerca de la enfermedad y proveer condones y análisis
gratuitamente. Una de las motivaciones podría ser que según ONUSIDA, un 65% de los
infectados desconocería su situación serológica.
El descenso lento pero sostenido de la tasa bruta de natalidad llegó a un valor de 17,9‰
en 2006. La tasa bruta de mortalidad ha presentado desde mediados del siglo XX, una
tendencia descendente y ha llegado a estancarse en los últimas décadas. El valor de
2006 fue del 7,5‰, siendo las tres principales causas de mortalidad por importancia:
enfermedades del sistema circulatorio, tumores malignos y enfermedades del sistema
respiratorio. Para el quinquenio 2005-2010, se estima un tasa de natalidad del 17,5‰,
una tasa de mortalidad del 7,8‰ y un crecimiento poblacional total del 9,7‰, debido a
un saldo migratorio nulo.

La esperanza de vida alcanzó en 2001 los 73,8 años (Varones: 70 años y Mujeres 77,5
años). En el quinquenio 2005-2010 se estima un valor de 75,24 años (Varones: 71,56
años y Mujeres: 79,06 años). El constante crecimiento de la esperanza de vida se debe
en parte a la notable disminución de la tasa de mortalidad infantil que alcanzó valores
de 63,1‰ en 1970 hasta un 12,9‰ en 2006.

La tasa global de fecundidad, número medio de hijos por mujer, era de 3,15 en el
quinquenio 1980-1985, de 2,9 en el 1990-1995, de 2,35 en el 2000-2005 y un estimado
de 2,25 entre 2005-2010.

Las variables demográficas y de salud, no son homogéneas entre las distintas


jurisdicciones del país. Es así como la ciudad de Buenos Aires - aglomerado urbano más
envejecido del país - presenta una conformación demográfica similar a la de los países
europeos distinguiéndose del resto del país: la tasa anual media de crecimiento
poblacional entre 1991 y 2001 fue prácticamente nula; en 2001, la tasa de natalidad
apenas alcanzó el 13,9‰ y la tasa de mortalidad el 11,1‰ con un crecimiento
vegetativo de apenas el 2,8‰. La población de 14 años o menos representó el 17,5%,
valor similar al de la población de 65 años o más de 17,3%. La tasa global de
fecundidad fue de 1,8 hijos por mujer, (por debajo del nivel de reemplazo), siendo la
única jurisdicción del país que ostenta este fenómeno.

Luego están las provincias más pobladas como las de Buenos Aires, Córdoba, Entre
Ríos, La Pampa, Mendoza y Santa Fe, que en general presentan variables demográficas
concordantes con la de la media nacional. En otro orden, se encuentran las provincias de
Catamarca, Chaco, Chubut, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Neuquén,
Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán que a
nivel general y con variaciones entre las mismas, presentan valores por sobre la media
nacional: tasas de natalidad que bordean o sobrepasan el 20‰ y bajas de tasas de
mortalidad. En 2001, en ellas, la población de 14 años o menos superó el 30% y la de
65 años o más, osciló entre el 5,2% y el 7,9%. En varias de estas provincias la cantidad
de hijos por mujer supera el valor de 3, como en la provincia de Misiones (3,7), la más
alta del país. La tasa anual media de crecimiento entre 1991 y 2001 de las provincias de
Catamarca, La Rioja, Salta, San Luís y Santa Cruz superaron ampliamente el 20‰, el
doble de la media nacional (10,1‰).

La mortalidad infantil también muestra heterogeneidad. Así, en 2001 la tasa de la ciudad


de Buenos Aires de 9,6‰ contrastó fuertemente con el 28,9‰ de la provincia de
Formosa o el 24,5‰ de Tucumán. La esperanza de vida de todas las jurisdicciones
superó los 70 años, pero también existen diferencias entre el valor de la ciudad de
Buenos Aires (75,9 años) que tuvo casi 6 años más de esperanza de vida que la
provincia de Chaco (70 años). Otro caso particular, como el de la ciudad de Buenos
Aires, es el de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur,
donde la tasa anual media de crecimiento entre 1991 y 2001 fue de 36,5‰ (la más alta
del país) que se explica por el aporte migratorio que ha recibido esta provincia, ya que
la tasa de natalidad es del 17,9‰; la población de 65 años o más de 3% es la más baja
del país y presenta un nivel de esperanza de vida de 74,8 años y la segunda menor tasa
de mortalidad infantil del país de apenas 10,1‰.

El aborto en la Argentina es ilegal, salvo cuando se practica para "evitar un peligro para
la vida o la salud" de la mujer o si el embarazo proviene de una violación o de "un
atentado al pudor de una mujer idiota o demente". El Código Penal Argentino, castiga
con 1 y 4 años de prisión tanto a la mujer que se lo practica como a la persona que
realizó el procedimiento. El Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable, que fue aprobado por ley en 2002 garantiza el suministro gratuito de
preservativos, anticonceptivos hormonales orales e inyectables y el dispositivo
intrauterino (DIU), así como también la píldora del día después en hospitales y centros
de atención primaria. El Ministerio de Salud estima que se realizan entre 400.000 y
500.000 abortos anuales a nivel nacional. El aborto es la principal causa de muerte
materna en el país, así la tasa de mortalidad materna en 2006 fue de 4,8 por cada 10.000
nacidos vivos.

Composición étnica

La actual población argentina, es el resultado de la descendencia directa de distintas


oleadas de inmigrantes, principalmente de Europa y también del mestizaje de estos con
una minoría mestiza e indígena originarias del período colonial. Al igual que Australia,
Canadá o Estados Unidos, la Argentina es considerada como un país de inmigración,
cuya sociedad ha sido influida en buena medida por un fenómeno inmigratorio masivo,
que tuvo lugar a partir de mediados del siglo XIX.

El 90% de la población es de raza blanca, con un 85% de descendientes de europeos.


(principalmente de italianos y españoles). Argentina tiene relativamente pocos mestizos
(personas de origen mixto europeo e indígena), llegando a sólo el 8,6%; y la población
indígena pura sólo representa el 0,5 %.

Inmigracion Europea

La inmigración europea es fomentada por la Constitución Argentina de 1853 bajo la


base del precepto alberdiano, de gobernar es poblar, destinada a generar un tejido social
rural y a finalizar la ocupación de los territorios obtenidos mediante una campaña
militar contra los indígenas denominada Conquista del Desierto.

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en general América y, en el sur, en
especial Argentina y Brasil, despertaban la esperanza de todos los deseosos de encontrar
seguridad o prosperidad, alejándose de la adversidad de la guerra, la persecución racial
o política y el infortunio económico.

En aquel momento la inmigración que ingresó a la Argentina se desarrolló en períodos


diferenciados y por distintas causas principalmente por la primera y segunda guerra
mundial. Los inmigrantes provenían de distintos países europeos, destacándose los
italianos y españoles -siendo los italianos el grupo más numeroso- es por esto que la
cultura argentina tiene una enorme influencia de la cultura italiana, el lenguaje, las
costumbres, las tradiciones, llevan sus huellas. también se destacan los franceses,
polacos, rusos, alemanes del Volga, sirios y libaneses, otros grupos de alemanes,
checoslovacos, irlandeses, galeses, escoceses, ingleses, portugueses, yugoslavos, suizos,
belgas, escandinavos y neerlandeses.

Para tener una idea del impacto de la inmigración en la demografía argentina, hay que
señalar que entre 1830 y 1950, el país recibió alrededor de 6,5 millones de inmigrantes
europeos — la inmigración neta fue cercana a los 4 millones de europeos —, y se
constituyó como el tercer país receptor en América (después de los Estados Unidos y
Canadá). El primer censo nacional de 1869 arrojó un total de 1.737.000 habitantes. En
1960 el país tenía ya un poco más de 20 millones, es decir que en 90 años había
multiplicado su población inicial por 10.

La decisión de fomentar la inmigracion no se basaba simplemente en la necesidad de


proveer al país de mano de obra que permitiese aumentar las producción de la tierra,
para cumplir el papel agroexportador que la división internacional del trabajo vigente le
asignaba; respondía también a la decisión de las élites ilustradas de modificar la
composición poblacional. Esta política se refleja en el texto del artículo 25 de la
Constitución Nacional, que establece:

El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar


con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por
objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.

Luego de la Segunda Guerra Mundial la gran inmigración transoceánica se redujo


considerablemente, pero los niveles históricos de la inmigración proveniente de los
países limítrofes se mantienen en la actualidad.

La composición étnica de la población varía relativamente según las regiones:

• En la región central del país, donde se concentra la mayoría de la población


nacional, la ascendencia se compone principalmente de inmigrantes europeos,
especialmente italianos, españoles, sobre todo gallegos, y en menor medida
franceses, alemanes, polacos, judíos y árabes.

• La población actual de la Patagonia argentina se formó principalmente de las


corrientes migratorias internas provenientes de la región pampeana y chilena,
como también ha sido destacada la influencia de la inmigración galesa, suiza y
alemana.

• En la región norte y noroeste del país la población con antepasados indígenas, o


españoles y africanos llegados en tiempos de la colonia, es proporcionalmente
mayor a la media nacional, en parte porque era la región más poblada antes y
durante la conquista española y porque recibió una menor influencia de las
grandes corrientes inmigratorias europeas producidas entre 1830 y 1950.
Comunidades Extranjeras

Según el censo de 2001 las comunidades extranjeras más numerosas son la paraguaya
(325.046), italiana (270.000)[6], española (254.073) [7], boliviana (233.464), y chilena
(212.419). La Argentina cuenta también con importantes comunidades árabe, judía y
armenia. La proporción de extranjeros se ha reducido pasando de un máximo del 30%
en 1914 al 4,2% en 2001.

Pueblos Indígenas

En relación a los grupos originarios, en el área chaqueña habitan comunidades de tobas,


pilagás, wichis, chorotes, mocovíes, chanés, chulupíes y guaraníes de los grupos
chiriguanos y tapieté. En las zonas andinas de la región noroeste de país habitan
diferentes pueblos englobados actualmente en la denominación de collas, además de
diaguita calchaquíes y los huarpes en Cuyo. Las regiones patagónicas y pampeanas se
encuentran comunidades de mapuches, rankulches y tehuelches. La provincia de
Misiones cuenta con comunidades mbyá guaraníes y grupos menores de chiripás y paí
tavyterá también integrantes del pueblo guaraní.

Los pueblos originarios que constituyeron la base del mestizaje en la época colonial
estaban divididos en tres grandes grupos: los pertenecientes al grupo de la civilización
andina, principalmente diaguitas, sanavirones y comechingones; los pertenecientes a
grupo chaco-mesopotámico, principalmente la civilización guaraní, los guaycurúes y el
pueblo wichí; y los pueblos de cazadores-recolectores del sur, principalmente los
pueblos ranquel, tehuelche y mapuche.

Por medio de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005


basada en el Censo Nacional de Población 2001 del INDEC se contabilizaron 402.921
indígenas que habitan el país, según resultados provisionales. Esto corresponde
alrededor del 1% de la población total. Las personas censadas se reconocen
pertenecientes o descendientes de la primera generación de algún pueblo indígena.
Además, el organismo sostiene que, según los resultados, un 2,8% de los hogares
argentinos tiene al menos un integrante que se reconoce perteneciente a un pueblo
indígena.

A partir la década de 1930 emigrantes internos provenientes de las provincias norteñas y


de las zonas rurales comenzaron a desplazarse hacia los principales centros urbanos del
país —especialmente el Gran Buenos Aires— en busca de una mejor situación
económica. A partir de la década de 1960 emigrantes provenientes de los países
fronterizos, principalmente Paraguay, comenzaron a desplazarse hacia los centros
urbanos argentinos.

Urbanización

En 1869, Argentina tenía al 11% de su población en aglomeraciones urbanas de más de


100.000 habitantes, concentración cinco veces superior al promedio mundial, similar al
de los Estados Unidos y aproximadamente el doble de la concentración de la población
europea.
En 1914, la población urbana superó por primera vez a la rural. Uno de los principales
factores del rápido crecimiento de las zonas urbanas fue la gran ola de inmigración
principalmente europea hacia los centros urbanos. En particular, hacia Buenos Aires,
Córdoba y Rosario.

En 1960 quince ciudades tenían una población de más de 100.000 habitantes, en donde
vivía el 71% de la población urbana. Entre estas ciudades se destaca Buenos Aires, la
única que superaba los 100.000 habitantes en 1869 y que constituye uno de los ejemplos
más destacados de primacía en la urbanización. Por entonces, las zonas urbanas de
Argentina constituían el 59% de la población, igual que en los Estados Unidos,
ligeramente superior a Oceanía (53%) y por debajo de Inglaterra, país que lideró el
porcentaje de conglomeraciones urbanas desde los inicios del siglo XIX, con 69 por
ciento.

En 1970, Argentina alcanzó el 78,5 % en su índice de urbanización y en 1975 llegó al


80,7%. En 1990, el 86,9% de la población vivía en zonas urbanas, proceso impulsado
desde los años 1950, al igual que en toda América Latina, por el flujo de inmigración
interna de zonas rurales hacia zonas urbanas a causa de las condiciones económicas y
sociales desfavorables.

El Censo de 2001 estableció que la urbanización del país había llegado al 89,3% de la
población total. La Argentina presenta uno de los procesos de urbanización más
temprana entre los países latinoamericanos.

Inmigración ilegal

La inmigración ilegal es un hecho muy reciente en la demografía de Argentina, la


mayoría de los inmigrantes vienen de Bolivia y Paraguay, que son países que limitan en
el norte. Un pequeño número de inmigrantes viene de Perú, Ecuador y Rumania. Se
estima que hay cerca de 750 mil inmigrantes ilegales en el país.

Economía
La economía argentina posterior a 1930 experimentó marcadas oscilaciones, pero es a
partir de 1975 que se registra una clara decadencia, relacionada con las políticas
neoliberales impuestas por la dictadura militar que abrieron un sostenido proceso de
desindustrialización y un aumento exponencial de la deuda externa, que se elevó de
7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares en 1983.

Durante la década de 1980, considerada como la década perdida para América Latina,
la Argentina creció a tasas magras. Sin embargo en 1983, el país seguía sosteniendo
indicadores aceptables ya que la tasa de desempleo apenas rozaba el 4 por ciento de la
población económicamente activa, menos del 10 por ciento de la sociedad estaba bajo la
línea de la pobreza y no existían indigentes.

Las altas tasas de inflación que caracterizaron a la economía argentina desde la Segunda
Guerra Mundial hicieron eclosión con los procesos hiperinflacionarios de 1989 y 1990,
durante los cuales la pobreza se elevó momentáneamente hasta un inédito nivel del
47,3% de la población del aglomerado Gran Buenos Aires.
En los años 1990 se realizaron profundas y drásticas reformas económicas con el fin
esencial de reformar el Estado, privatizar las empresas y servicios públicos y abrir la
economía. El eje de la reforma económica fue la Ley de Convertibilidad sancionada en
1991 congelando el valor de un peso en un dólar. El plan, que tenía como objetivo
inmediato detener la inflación, fue exitoso durante varios años.

En 1995, la economía local se vio afectada negativamente por el llamado Efecto


Tequila, que provocó un aumento inédito de la desocupación a nivel nacional hasta un
18,4%. También se revirtió la tendencia descendente del índice de pobreza, que en el
aglomerado del Gran Buenos Aires (el más importante del país), entre 1990 y 1994
había llegado a un mínimo del 16,1%. A excepción de 1995, en la década del 90' la
economía creció fuertemente hasta mediados de 1998.

A fines de este año, comenzó un prolongado ciclo de recesión, debido en parte el


agotamiento de la paridad del peso y el dólar, que tuvo su punto culminante en
diciembre de 2001, luego de una corrida bancaria que desestabilizó al sistema
financiero. El gobierno intentó controlar la situación decretando una restricción a la
extracción del dinero depositado en los bancos, medida conocida como el corralito.
Esta situación de inestabilidad económica desembocó en una insurrección popular que
causó la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.

En 2002, se practicó una importante devaluación de la moneda luego del default de la


deuda externa (pública y privada) que superó el monto del producto bruto interno de ese
año. Además a nivel nacional, la pobreza alcanzó al 57,5% de la población, la
indigencia al 27,5% y la desocupación al 21,5%, todos niveles récord para el país.

A mediados de 2002 se comienzan a vislumbrar signos de reactivación económica y


desde 2003 a 2005, el país registró una fase de crecimiento económico con tasas que
oscilaron en torno al 9% (8,8% en 2003, 9% en 2004 y 9,2% en 2005), en parte debido a
una política económica de dólar alto destinada a favorecer la sustitución de
importaciones, que ha incrementado la competitividad de la industria argentina. En
2006 la economía se expandió al 8,5%, acumulándose cuatro años de crecimiento
sostenido. Según datos oficiales del Banco Central de la República Argentina y el
INDEC, en 2006 el producto bruto interno en valor nominal fue de 654.413 millones de
pesos a precios corrientes equivalente a 212.857 millones de dólares, con un PBI per
cápita nominal de 5.462 dólares.

En la actualidad, la Argentina es la tercera potencia en materia económica de América


Latina, superada por Brasil y México. Si al PBI se lo considerara en paridad de poder
adquisitivo (según el FMI) en 2006 alcanzó los 621.070 millones de dólares,
acortándose las distancias respecto al PBI de Brasil o de México. El PBI per cápita
medido en paridad de poder adquisitivo de USD 15.937, es el más alto de la región.

Las exportaciones totalizaron en 2006 los 46.569 millones de dólares y las


importaciones llegaron a 34.159 millones de dólares. El incremento de las exportaciones
fue del 15,4% y el de las importaciones el 19,1% respecto a las cifras de 2005.

La inflación alcanzada en 2006 fue del 9,8%, 2,5 puntos menos que la de 2005 que llegó
a un 12,3%, cumpliéndose así la meta del gobierno de Néstor Kirchner de llevar a un
dígito este índice, donde ha jugado un papel importante el congelamiento de los precios
de los servicios públicos más una política oficial de acuerdo de precios de algunos
productos.

En 2005, luego de una larga renegociación de la deuda externa, el país volvió a cumplir
con sus compromisos externos. La deuda total (pública y privada) fue de 109.621
millones de dólares, representando el 51,5% del PBI nominal en 2006, según datos del
INDEC y el B.C.R.A. o del 64% segun establecen fuentes externas como la CIA.

A su vez, el crecimiento económico hizo mejorar notablemente los índices sociales


desde el período de crisis. Así, los últimos indicadores a nivel nacional mostraron que la
tasa de pobreza en el segundo semestre de 2006 representó al 26,9% de la población y la
de indigencia al 8,7%. El desempleo en el primer trimestre de 2007 se halló en un 9,8%,
incluyéndose a beneficiarios de planes sociales como “empleados”. El índice se eleva al
11,1%, excluyendo a beneficiarios de planes sociales como “empleados”. El subempleo,
en tanto, se situó en un 9,3%.

La Argentina forma parte del bloque regional conocido como Mercosur. Las relaciones
entre este país y Brasil (los socios más grandes) se encuentran inmersas en una
moderada crisis por razones económicas y políticas. Luego de años de superávit
comercial en favor de la Argentina, la balanza comercial entre ambos países ha vuelto a
inclinarse hacia Brasil, un déficit que pone a varios sectores económicos bajo amenaza.
En 2006 los gobiernos de Argentina y Brasil firmaron una serie de acuerdos bilaterales,
entre los que se encuentra la cláusula de adaptación competitiva y los acuerdos referidos
a los intercambios comerciales del sector de los automotores. El propósito de ambos
acuerdos es reducir las asimetrías presentes en el bloque.

La moneda oficial de la Argentina desde 1992 es el peso ($).

Sector agrícola y ganadero

La producción de alimentos agropecuarios es, tradicionalmente, uno de los puntales de


la economía argentina. Los principales productos son:

• "Granos": integrado por dos grandes sectores:


o Oleaginosas: principalmente soja y girasol.
o Cereales: principalmente maíz y trigo.
• Carne vacuna, componente básico de la dieta de la población argentina;
• Leche y derivados
• Otros: cítricos, algodón, yerba mate, té, uva (relacionada con el complejo
vitivinícola), azúcar, arroz, etc. Muchos de estos productos son importantes para
las llamadas economías regionales.

El principal producto del sector es la soja, parte de la cual se exporta sin manufacturar
(6,6% del total de las exportaciones de 2007), siendo destinada el resto a la industria
aceitera y a la industria de la alimentación (harinas y pellets). En conjunto, la cadena
agro-industrial sojera, aporta el 16% del valor de las exportaciones del país, y constituye
junto con el complejo hidrocarburos-petroquímica, que aporta el 22%, los dos sectores
básicos de la estructura exportadora argentina.
Le siguen en importancia el maíz y el trigo, entre los cereales, que representan el 8% de
las exportaciones totales, y los productos bovinos con un 7% y una calidad reconocida
internacionalmente.

A diferencia de la soja, que no se consume en el mercado interno, los cereales, lácteos y


la carne vacuna, constituyen la base de la dieta alimentaria de la población, debido a los
cual una parte considerable debe destinarse al mercado interno, generando no pocas
tensiones.

Adicionalmente resulta de cierta importancia la producción de frutas y hortalizas, que


contribuye con un 3% de las exportaciones y tiene importantes centros de producción en
los valles patagónicos dedicados a la manzana y la pera, en la región noroeste
productora de azúcar, cítricos y tabaco, en esta región está comenzando a destacarse la
ganadería, sector que fue desplazado de la pampa húmeda por la imposición de la soja y
otros comoditis, en la Mesopotamia productora también de cítricos y en Cuyo, donde a
su vez se destaca una considerable producción agroindustrial del olivo, la uva y sobre
todo de vino siendo el primer productor de vinos de América Latina y el quinto
productor del mundo con 16 millones de hectolitros por año.

Petróleo, minería, bosques y pesca

El segundo producto de exportación argentino es el petróleo, el gas natural y los


productos petroquímicos, responsables de un 20% del total. Los principales yacimientos
se encuentran en la Patagonia, Cuyo y el Noroeste; la provincia del Neuquén concentra
cerca de la mitad de toda la producción de hidrocarburos. Una red de oleoductos y
gasoductos transporta los productos a Bahía Blanca, donde se encuentra el principal
polo petroquímico y a la conurbación industrial que se extiende entre Rosario y La Plata
y que tiene como núcleo principal el Gran Buenos Aires.

Históricamente la minería argentina ha sido escasa, pero la misma se ha activado en la


última década, fundamentalmente sobre minerales metalíferos: oro, plata, zinc,
manganeso, uranio, cobre, y azufre. Los recursos mineros se concentran en las
provincias cordilleranas a lo largo de 4.500 km. Las exportaciones argentinas de
minerales pasaron de 200 millones de dólares en 1996 a 1.200 millones en 2004, algo
más del 3% del total.

El Mar Argentino está ubicado sobre una extensa plataforma submarina, muy rica en
recursos pesqueros, que alcanza un ancho de 550 km a los 52º de latitud Sur y
1.890.000 km². Sin embargo la pesca ha sido una producción marginal, y debido a la
crisis poblacional de la merluza, provocada por la excesiva pesca durante los 1990,
principal producto pesquero argentino, la participación del sector en las exportaciones
totales se ha reducido de un 3% a un 2%.

En sentido contrario, la producción forestal y maderera, principalmente pinos y


eucaliptos, se ha venido expandiendo, con centro en las provincias mesopotámicas,
superando el 2% del total exportado.
Industria manufacturera y construcción

La industria manufacturera argentina es el sector que más valor aporta al PIB, con un
23% del total (2005). El sector industrial manufacturero también es uno de los sectores
principales de generación de empleo (junto con el comercio y el sector público), con
12% según el Censo de 2001, aunque es probable que actualmente ese porcentaje haya
aumentado y la industria sea el mayor generador de empleo directo del país. Por su
parte la industria de la construcción aporta el 5% del PIB (2005) y ha sido la principal
impulsora de la recuperación del empleo después de 2002.

En la industria argentina se distinguen dos grandes sectores:

• la agroindustria, denominada manufactura de origen agropecuario (MOA)


• la industria de origen no agrario, denominada manufactura de origen industrial
(MOI)

Las industrias de manufacturas de origen agropecuario (MOA), constituyen el primer


sector exportador del país (31,05%). En la misma se destacan las industrias de la
alimentación, de la carne, textil, de la leche, aceitera, vitivinícola, molinera (harinas), de
residuos y desperdicios de alimentos (pellets), hortalizas y frutas preparadas, bebidas y
vinagre, de productos de cuero, del calzado, etc.

Las industrias de origen no agropecuario (MOI), constituyen el segundo sector


exportador (34,33%), destacándose la industria de los automotores que aporta el 9,6%
de las exportaciones, la industria de carburantes y lubricantes (6,8%), plásticos (5,3%),
química (5,3%) y metalúrgica (5%), y de maquinaria (3,5%). También son importantes
las industrias del papel, de la madera, del cemento y de juguetes.

A partir de 2003 la industria ha tenido un proceso de revitalización competitiva, movido


principalmente por la política económica de dólar alto. El Gran Buenos Aires es aún el
área industrial más importante del país, donde se concentra la mayor parte de la
actividad fabril de la Argentina. Otros centros industriales importantes existen en
Córdoba, Rosario, Tucumán y Mendoza, San Luis y Tierra del Fuego, muchos de ellos
fomentados para descentralizar la industria.

Históricamente el país tuvo importantes sectores industriales como la industria naval


relacionada con la Flota Mercante de Argentina, que se redujeron considerablemente a
partir de la década de 1990 a raíz del proceso de privatizaciones y que en la actualidad
se están recuperando.

Turismo

El extenso territorio de la República Argentina está dotado de grandes atractivos


turísticos. La famosa industria sin chimeneas volvió a funcionar en la Argentina, en
parte debido a que el nuevo equilibrio monetario tras la devaluación de 2002 favoreció
el arribo de un aluvión de turistas extranjeros, haciendo al país más accesible que en la
década de 1990. Al encarecerse los costos para viajar al exterior, muchos argentinos
también se volcaron al turismo nacional.
El repunte del sector es muy notorio: los ingresos por turismo receptivo ocupan el tercer
lugar en el ranking de entrada de divisas por exportaciones. En 2004, el sector
representó el 7,2 % del PBI. Los extranjeros ven a la Argentina —pese a la crisis de
2001— como una zona sin conflictos armados, terrorismo o crisis sanitarias. Según
cifras oficiales, en 2005 el país recibió a más de 3.800.000 turistas extranjeros. Esto
significó unos 3.100 millones de dólares de ingreso de divisas. Para 2006, se estima que
éstas alcancen los 3.500 millones de dólares y visiten el país unos 4.200.000
extranjeros. La Argentina es el segundo país más visitado de Sudamérica (detrás de
Brasil) y el quinto más visitado del continente americano. Los turistas foráneos
provienen principalmente de Brasil, Chile, Perú, Colombia, México, Bolivia, Ecuador,
Uruguay, Venezuela y Paraguay y los europeos de España, Italia, Francia, Alemania,
Reino Unido y Suiza.

Buenos Aires se destaca como el centro favorito de los turistas extranjeros. Son atraídos
por una ciudad vertiginosa, populosa, cosmopolita y con amplia infraestructura. Entre
otros muchos factores, el tango es uno de los motivos para la visita no sólo a la capital
argentina, sino también al resto del país. La característica noche porteña sorprende al
recién llegado por la gran cantidad de oferta cultural, gastronómica y de
entretenimiento. También se hacen recorridos temáticos con personajes típicos de la
ciudad y reconocidos internacionalmente como Carlos Gardel, Eva Perón o Jorge Luis
Borges.

Las Cataratas del Iguazú están ubicadas en la provincia de Misiones. En 1984 fueron
declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO. La impresionante
belleza paisajística de la escenografía, así como la variada y abundante vida animal y el
interés botánico que encierran, han convertido a este paraje en uno de los centros
turísticos más importantes y bellos del mundo.

El Parque provincial Ischigualasto o también conocido como "Valle de la Luna", situado


en el extremo norte de la provincia de San Juan, a 330 km de la ciudad de San Juan. Es
un aréa protejida donde puede verse totalmente al descubierto y perfectamente
diferenciado todo el periodo triásico en forma completa y ordenada, causa por el cual el
29 de noviembre de 2000 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO..
El valle ofrece un extraño paisaje, donde la escasez de vegetación y la más variada
gama de colores de sus suelos, más el capricho en las formas de los montes, lo hacen ser
un lugar predilecto para turistas, tanto nacionales como extranjeros. Si bien es un lugar
científico, se puede recorrer en forma de visita guiada en vehículos particulares
acompañados por un guía del Parque, el cual realiza estaciones o paradas y explica el
sitio visitado

El Tren de las Nubes es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo. Parte desde la
provincia de Salta, cruza una quebrada pasando por Santa Rosa de Tastil —considerada
como uno de los principales centros urbanos prehispánicos de Sudamérica— donde se
hallan impresionantes ruinas arqueológicas. Colgado de vertiginosas montañas, marcha
entre nubes para cruzar la Cordillera de los Andes. Atraviesa puentes, zigzags y rulos.

Los glaciares son una de las principales atracciones de la Patagonia Argentina. El más
conocido es el Glaciar Perito Moreno, cuya accesibilidad y característica ruptura
periódica le otorgan un singular atractivo. Se expande sobre las aguas del Brazo Sur del
Lago Argentino, con un frente de 5 kilómetros y una altura por sobre el nivel del lago,
de entre los 70 y 60 metros. Esta majestuosa pared de hielo cubre una extensión de 230
kilómetros cuadrados. El área de hielos continentales y glaciares es un tesoro natural,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981.

En los últimos años ha tenido importancia la implementación del turismo enólogo, un


turismo temático basado en la vitivinicultura con la iniciativa de la denominadas "Rutas
del Vino" en la provincias de San Juan y Mendoza, que atrae numerosos turistas
extranjeros para degustar los mejores Vinos Argentinos

Otras zonas turísticas de importancia son: Mar del Plata y el resto de la costa atlántica
de la provincia de Buenos Aires (sobre todo para los turistas argentinos en la época
estival); las Sierras de Córdoba, Mendoza y Bariloche.

Transporte

Las rutas argentinas cuentan con 37.740 kilómetros y 600.000 kilómetros de carreteras
municipales, y la capital, Buenos Aires, se encuentra interconectada con las principales
ciudades y regiones del país. Se estima en 6,2 millones el número de vehículos que
forman el parque automotor argentino, distribuido en 4,9 millones de automóviles, 1,3
millón de vehículos de carga y 40 mil para transporte de pasajeros. El sistema
ferroviario fue privatizado a comienzos de la década de 1990, comprendiendo tanto el
transporte de carga como el traslado urbano de pasajeros. Cuenta con alrededor de
35.753 kilómetros operativos (en el 2005) de líneas férreas (en total existen unos 40.245
kilómetros de ferrovías, pero muchos tramos han quedado abandonados en las etapas:
1963, 1977, y la década del 1990).

Argentina cuenta con alrededor de 11.000 kilómetros de vías navegables. La red de


hidrovías, compuesta por los ríos de La Plata, Paraná, Paraguay y Uruguay. Los
principales puertos fluviales son los de Zárate y Campana. La mayoría de los productos
importados por la Argentina llega al país por vía marítima. Los principales puertos son
los de: Buenos Aires, La Plata-Ensenada, Bahía Blanca, Mar del Plata, Quequén-
Necochea, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado, Puerto Madryn y Ushuaia. El puerto
de Buenos Aires es el primero en importancia, siendo responsable por una cuota
considerable del intercambio comercial argentino.

El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a unos 35 km del centro de Buenos Aires, es el


más grande del país y dispone de instalaciones para manejo y almacenaje de carga. La
compañía Aerolíneas Argentinas, privatizada en 1990, realiza vuelos nacionales e
internacionales. Existen, también, diversas líneas aéreas domésticas. Las principales
compañías aéreas internacionales utilizan Buenos Aires como destino o escala en sus
rutas.

Gobierno y política
La Constitución de 1853 estableció un sistema de gobierno representativo, republicano
y federal, que ha sido mantenido por todas las reformas constitucionales realizadas
desde entonces.
La Argentina se formó por la unión federativa de las provincias que surgieron luego de
la disolución del Virreinato del Río de la Plata y por la incorporación de las que se
fueron constituyendo a partir de los Territorios Nacionales.

Las provincias son autónomas, lo cual está explicitado en el artículo 121 de la


Constitución Nacional:

Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y
el que expresamente se hayan reservado por actos especiales al tiempo de su incorporación.

La Constitución vigente en la actualidad es la que resulta del texto establecido por la


Convención Constituyente de 1994.

Gobierno federal

Las autoridades del gobierno federal tienen su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires que es actualmente la Capital de la República o Capital de Nación,
denominaciones utilizadas en la Constitución Nacional y en las leyes, pero llamada de
manera no formal Capital Federal.

Poder legislativo

El poder legislativo es ejercido por el Congreso de la Nación Argentina, integrado por


dos cámaras. La Cámara de Diputados reúne a los representantes directos de la
población. Son elegidos por el sistema de representación proporcional (sistema
D'Hondt), duran cuatro años en su mandato y se renuevan por mitades cada dos años
pudiendo ser reelegidos indefinidamente. Siendo electos tomando como distrito único
cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se vota por una lista de
todos los candidatos de cada partido político o alianza electoral, a los puestos que cada
distrito ponga en disputa en esa elección. En 2006 contaba con un total de 257
miembros.

• El Senado reúne a los representantes de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma


de Buenos Aires, correspondiéndole a cada una dos senadores por la mayoría y
uno por la minoría, sumando en total 72 miembros. Son elegidos por voto
directo, duran seis años en su mandato y se renuevan por tercios cada dos años.

Por la Ley 24.012 de 1991 se estableció el cupo femenino en los cargos electivos,
obligando a los partidos políticos de incluir un mínimo de un tercio de mujeres entre los
candidatos.

El Congreso de la Nación Argentina es el encargado de la formación y sanción de las


leyes federales; además le está encargado sancionar los códigos legales básicos del país
(civil, penal, comercial, laboral, aeronáutico y de minería). Cuenta con un organismo
constitucional autónomo de asistencia técnica: la Auditoría General de la Nación, a
cargo del control de legalidad, gestión y auditoría de toda la actividad de la
administración pública.

Asimismo, en el ámbito del Congreso de la Nación Argentina, funciona el Defensor del


Pueblo, como órgano independiente, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad, para
defender los derechos humanos, y los demás derechos constitucionales y legales
afectados por la Administración.

Véase también: Congreso de la Nación Argentina, Cámara de Senadores de la Nación


Argentina, y Cámara de Diputados de la Nación Argentina

Poder ejecutivo

El poder ejecutivo es desempeñado por un ciudadano con el título de Presidente de la


Nación Argentina. Elegido por voto directo en doble vuelta junto con el candidato a
vicepresidente. Se realiza una segunda vuelta electoral entre las dos fórmulas más
votadas si en la primera vuelta electoral ninguna fórmula hubiera obtenido más del 45%
de los votos válidos o, si hubiese obtenido entre el 40% y el 45%, existiera una
diferencia con la segunda fórmula mayor al 10%. El presidente y el vicepresidente
duran cuatro años en sus mandatos y pueden ser reelegidos inmediatamente por un
mandato más.

El gabinete de ministros del Presidente de la Nación es dirigido por el Jefe de Gabinete,


quien se encuentra a cargo de la administración del país y es responsable ante el
Congreso.

Poder judicial

El poder judicial es encabezado por una Corte Suprema de Justicia integrada por cinco
jueces abogados nombrados por el Presidente de la Nación con acuerdo del Senado, que
requiere para ello una mayoría de dos tercios.

Los tribunales inferiores están encargados de resolver los conflictos regulados por la
legislación federal en todo el país, denominados como tribunales federales y también
por la legislación común en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, denominados
tribunales nacionales. La designación y control directo de los jueces corresponde al
Consejo de la Magistratura, órgano de composición multisectorial.

La Constitución establece también el Ministerio Público como órgano independiente y


autonomía funcional y financiera, con la función de promover la actuación de la justicia
en defensa de los intereses de la sociedad. Está dirigido por el Procurador General de la
Nación y el Defensor General de la Nación.

Gobiernos provinciales

En la Argentina existen 23 provincias. Debido al sistema federal adoptado por la


Constitución las provincias son autónomas y mantienen todo el poder no delegado
explícitamente al gobierno federal.

Todas las provincias cuentan con una constitución republicana y representativa que
organiza sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial y regula el régimen de
autonomía municipal. Las provincias pueden sancionar leyes sobre cuestiones no
federales, pero las principales leyes comunes (civiles, comerciales, penales, laborales,
de seguridad social y de minería) están reservadas al Congreso Nacional (Constitución
Nacional, artículo 75, inciso 12).
En todas las provincias, el poder ejecutivo está a cargo de un gobernador que dura en
sus funciones cuatro años y en general puede ser reelegido. El poder legislativo en
algunas provincias está ejercido por una legislatura unicameral y en otras por una
legislatura bicameral. Todas las provincias cuentan con un poder judicial con su
correspondiente Corte Superior provincial y tribunales encargados de resolver los
conflictos regidos por la ley común (civil, penal, comercial, laboral, administrativo
local).

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un régimen especial de autonomía sin


llegar a ser una provincia. Una ley sancionada en 1880 la confirmó como capital de la
República. Cuenta también con una Constitución republicana que establece un gobierno
dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y un régimen de
descentralización en comunas. Las restricciones en materia de autonomía han influido
para que hasta 2006 careciera de policía propia y un sistema judicial para resolver
conflictos motivados en la aplicación de las leyes comunes. El titular del poder
ejecutivo lleva el título de jefe de Gobierno.

La Constitución Nacional exige a cada provincia la organización de un régimen


municipal y reconoce a los municipios su autonomía. Los municipios dirigen los
destinos de cada ciudad o pueblo; por lo general su jurisdicción se extiende a la zona
rural aledaña, y en ocasiones abarca localidades menores.

Relaciones exteriores

La Argentina fue el único país latinoamericano que participó en la Guerra del Golfo
(1991) conforme al mandato de la Organización de las Naciones Unidas y también en
cada fase de la operación de Haití. También ha contribuido en operaciones pacificadoras
en diversas partes del mundo. En reconocimiento a sus contribuciones a la seguridad
internacional y a la pacificación, el presidente estadounidense Bill Clinton designó a la
Argentina como aliado principal de la OTAN en enero de 1998.

La Argentina pertenece al Mercosur con el objetivo de formar un potente bloque


comercial latinoamericano.

La Argentina mantiene una disputa de soberanía sobre las islas Malvinas, Sandwich del
Sur, Aurora y Georgias del Sur, ocupadas por el Reino Unido, junto son sus espacios
marítimos circundantes. Asimismo, reclama casi 1 millón de kilómetros cuadrados en la
Antártida en lo que constituye la Antártida Argentina —todas las reivindicaciones
continentales sobre la Antártida están suspendidas en virtud del Tratado Antártico—.

Durante el 2006 comenzó un litigio con Uruguay debido al inicio de las obras de una
planta celulósica de la empresa finlandesa Botnia en la localidad uruguaya de Fray
Bentos. La Argentina ha demandado a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia
argumentando que la instalación de las plantas de celulosa es contaminante y se ha
realizado en violación del Estatuto del Río Uruguay.

Fuerzas armadas y seguridad

Las fuerzas armadas de Argentina son controladas por el Ministerio de Defensa, y el


presidente que es su comandante en jefe. Históricamente han tenido el mejor
equipamiento de la región (por ejemplo, desarrollando tempranamente aviones con
propulsión jet en 1950), pero actualmente tienen asignado un presupuesto bajo en
comparación a otros ejércitos regionales. La edad mínima para ingresar es de 18 años,
sin que exista un servicio militar obligatorio.

Las fuerzas armadas están compuestas por el Ejército Argentino, la Fuerza Aérea
Argentina y la Armada Argentina. Controlados por el Ministerio del interior, las aguas
territoriales son patrulladas por la Prefectura Naval Argentina y las regiones fronterizas
por la Gendarmería Nacional Argentina; ambas fuerzas mantienen lazos con el
Ministerio de Defensa. El Sistema de Inteligencia Nacional dirige las acciones de
inteligencia, dentro de los que se destaca la Secretaría de Inteligencia, conocida
popularmente como SIDE por su denominación anterior.

Cada provincia cuenta con su propia policía, que puede trabajar en conjunto con la
Policía Federal Argentina, la fuerza de seguridad que se encarga de los delitos de ámbito
exclusivamente federal o que involucran a más de una jurisdicción. La Policía Federal
es también la fuerza de policía de la Ciudad de Buenos Aires.

Las fuerzas armadas argentinas están llevando a cabo actualmente operaciones en Haití
y Chipre, de conformidad con los mandatos de la ONU.

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