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Pseudónimo: Ave fenix

Sexo y edad: mujer de 28 años


Fecha: 17/09/2009

CONFLICTO VIVIDO

En diciembre del 2007 después de haber estado 3 meses subcontratada por una E.T.T, entré a formar
parte de la plantilla de una empresa de servicios donde trabajo actualmente. Siempre he sido una
chica miedosa y recelosa de la gente, en particular, tenía un concepto de los hombres bastante
peyorativo, este hecho lo considero relevante para entender mi historia. Antes de conocerlo, tenía la
creencia muy arraigada de que los hombres utilizan a las mujeres para el sexo, y es para lo único
para lo que quieren a una mujer en sus vidas, después de unas cuantas malas experiencias en mi
adolescencia, y en su mayor parte debido a mi relación con mi padre, crecí con este concepto tan
negativo de la masculinidad. Mi padre era un hombre alcohólico, tenía frecuentes explosiones de
ira, crecí en un ambiente familiar, frío y violento, donde imperaba la ley del más fuerte, yo me
sentía como un ratoncito atrapado dentro de una jaula de leones, no me sentía querida y tenía baja
autoestima, a parte de tener problemas en casa, en el colegio también tenía que soportar agresiones
de los gamberros de la clase, ya que era blanco fácil, era una niña solitaria. Aprendí a desconfiar y a
huir de la gente desde pequeña, fue la única manera que encontré de sobrevivir y afrontar los
problemas, mejor dicho, de no afrontarlos, porque ahora sé que huir de los problemas es la única
manera de no afrontarlos.
Cuando me renovaron en la empresa con contrato de plantilla, me fijé en un chico de entre mis
compañeros, al principio me cayo mal, sin embargo me sentía atraída por él, una parte de mi me
decía que era imposible que él se fijara en mí, sin embargo había algo en él que lo hacía diferente a
los demás, no me parecía el típico que sólo buscaba sexo, me parecía que ambos estábamos
buscando lo mismo, calor humano. Me fui acercando a él, carlos, poco a poco, nos intercambiamos
nuestras direcciones de correo electrónico, y al agregarlo al messenger empezamos a hablar cada
noche. Se fueron creando lazos de amistad entre los dos, hablábamos de todo, yo sentía que podía
hablar con él de cosas que normalmente no podía hablar con nadie, sentía que hablábamos el mismo
idioma, sentía que él formaba parte de mi mundo, que me entendía, más incluso que yo misma, me
enamoré de él perdidamente, de su mano en mi mano cada tarde, ofreciéndome apoyo, cuando
sentía que estaba a punto de tirar la toalla, él me recordaba que estaba ahí, que ya no estaba sola, me
cuesta contener las lágrimas, de hecho mientras escribo esto, no puedo evitar emocionarme.
Recuerdo nuestra primera cita, el plegaba más tarde que yo, a la 01:00, yo salía del trabajo a las
22:00 h, quedamos a la 01:00 en la puerta del trabajo. me declaro una amante de la naturaleza, él
amante de la noche, terminamos la noche en el parque de la ciudadela de Barcelona. Para mi fue
especial, porque después de tanto tiempo, me di la oportunidad a mi misma de ser feliz, por fin
después de 4 años desde mi última relación, volvía a pasear por la ciudad cogida de la mano de un
chico, así que me relajé y permití que pasara, me besó. Cuando llegué a mi casa de madrugada, le
envié un mensaje de buenas noches, y al despertarme a mediodia le di los buenos días, pero no
recibi contestación en varios días hasta que finalmente el lunes me contestó, todavía recuerdo sus
palabras al leer: “te acuerdas de mi novia, me ha pedido que nos vayamos a vivir juntos, creo que
mereces saberlo”. Me enfadé mucho, le contesté: “ tu sabrás lo que haces, pero que sepas que el que
hace daño, al final el daño que hace se acaba volviendo contra él”, le escribí esto porque sentí que
me había utilizado para no sentirse sólo, porque antes de citarse conmigo se había peleado con la
ex, la llamaré yolanda, de hecho yo llevaba tiempo observándolo desde la distancia, y no fue hasta
que vi que ya no estaba con aquella chica que me empecé a acercar a él, además me dijo que su ex
jugaba con él, y me dio a entender que ya no estaban juntos, yo desde fuera cuando los observaba
veía como la chica flirteaba con los demás chicos de la empresa, no la veía enamorada, la ex
también trabajaba con nosotros.
Durante una temporada lo odié, lo critiqué, y puesto que era un hombre que caía mal a nuestros
compañeros porque tenía un carácter poco carismatico, más bien borde, y con ciertos aires de
superioridad, no me resultó difícil que se pusieran de mi parte. Sentía un odio inmenso, le llegué a
enviar un correo electrónico amenazándolo, le decía que me daban ganas de avisar a unos amigos
míos matones para que le rompieran las piernas, que sabía donde encontrarlo pero que no valía la
pena, no existían ningunos amigos matones, sólo quería hacerle daño, acojonarlo, que lo pasara mal,
yo estaba convencida que era un cabrón hijo de puta más que me había usado. Me envió un mensaje
al móvil diciéndome que él simplemente había elegido entre empezar algo nuevo conmigo y
intentar algo que sabia que era difícil refiriéndose a la ex, yo seguía con un odio inmenso, de
camino al trabajo, en el metro me imaginaba mentalmente escenas violentas, imaginaba por ejemplo
que le rompía una silla en la cabeza y me decía a mi misma que volvería arrastrándose como un
perro, pidiéndome perdón, porque desde fuera se veía que esa chica y él no se llevaban bien, estaba
segura que volverían a pelearse, y entonces cuando ese momento llegara, yo podría vengarme de él.
Y así fue, una tarde vi como no se sentaron juntos, como era lo acostumbrado, él se sentó enfrente
mío y ella a mi lado, al lado de él se sentaba una chica maribel, que también había tenído sus
diferencias con carlos y desde entonces creció la antipatía entre ambos, de un momento a otro
desaparecieron de la escena maribel y yolanda y nos quedamos carlos y yo en la mesa de trabajo.
Trabajábamos con ordenadores y teníamos acceso a internet, y a través de un messenger pirata
online, se comunicó de nuevo conmigo, me pidió perdón, y que volviera a confiar en él, me pidió
una segunda oportunidad, yo sentía deseos de vengarme, pero por otro lado quería estar con él,
quise que sufriera un poco, por lo que me había hecho, así que le dije que había conocido a alguien
y que como mucho le podía ofrecer una amistad. El aceptó, pero de pronto algo me conmovió, pude
ver esa expresión en su cara de lamento, de tristeza, estaba sufriendo, me explicó que lo había
dejado definitivamente con yolanda, en ese momento dejé de verlo como un cabrón hijo de puta y
empecé a verlo como un ser humano que estaba sufriendo, y yo le contesté: “ a veces tienes que
conocer a unas cuantas personas equivocadas para que cuando aparezca la persona adecuada,
puedas reconocerla y sepas valorarla”, quise animarlo, de corazón, de nuevo volví a sentir esos
lazos de amistad que en su momento nos unieron, y el odio fue quedando arrinconado. Volvimos a
retomar la relación esta vez como amigos, después de todo, me sentía sola y ya que no podía confiar
en él como pareja, un amigo era también bienvenido en mi vida, quise sacarle provecho, algún
partido debía tener. Organicé una excursión en navidades del 2008 a la fabrica de freixenet en sant
sadurní d'anoia, con él y otro amigo más, por la mañana vi su mensaje, no podía quedar, le habia
surgido un compromiso familiar al que no podía faltar, así que finalmente fuimos yo y alex, mi
mejor amigo. Yo en ese momento me volví a enfadar, porque pensé que me había vuelto a dejar
tirada, pensé también que al haber una tercera persona en la cita, alex, le interesaba más quedar
conmigo a solas para poder tejer su tela de araña y volverme a atrapar, pero en esa ocasión me
contuve y lo pasé por alto. En una siguiente ocasión nos volvimos a citar, esta vez a solas pero no
sin antes prometerme que se controlaría. Me prometió que no intentaría nada, así que fuimos a un
bar de copas a tomar algo. Estuvimos charlando hasta que cerraron el local , era una noche entre
semana, así que no había demasiados sitios a donde ir, él me propuso irnos a su casa, me sentía
segura, intuía que si intentaba un acercamiento lo haría de forma sutil, sin resultar agresivo. No lo
creía capaz de violarme, durante mi adolescencia había vivido situaciones en las que me había
sentido forzada y violada por un hombre, pero desde que lo conocí tenía la convicción de que con él
sería diferente, podía tener muchos defectos, pero jamás llegó a ese extremo de crueldad. Lo sabía
en mi fuero interno, me enamoré de él y hasta la fecha, de ese chico sensible y cariñoso que pude
ver en él, más allá de sus aires de superioridad, de su mirada desafiante, pude ver mas allá de su
aspecto melenudo y de sus ropas oscuras haciendo apología de la cultura black metal. Y rompió su
promesa pero la rompió de una forma que no pude resistirme, se propuso volver a ganarse mi
confianza y lo logró, supo darme lo que necesitaba, cariño, el calor humano que siempre me faltó.
Recuerdo la escena, estábamos en el sofá de su casa, viendo una película, holocausto caníbal, cada
uno en un extremo del sofá, me dijo repetidamente: “ si quieres puedes acercarte más”.
Yo lo escuchaba pero no decía nada. Yo en ese momento pensé que estaba utilizando el cariño como
una forma de buscar el contacto físico y tener sexo, pero me sentía segura, tenía la situación
controlada, me había dado su palabra de que no intentaría nada, le había dejado claro que sólo
estaba dispuesta a ofrecerle una amistad, sabía que sólo pasaría algo si yo lo deseaba, él se limitaría
a intentar seducirme de forma muy sutil, sin intentar un acercamiento sexual demasiado directo,
pero a pesar del miedo que tenía, desde que lo observaba en la empresa, antes de acercarme a él, ya
me atraía, y al final el deseo acabó imponiéndose, el preparó el terreno y yo tomé la iniciativa.
Esa noche dormimos juntos, hubo sexo, pero no hubo penetración, yo me sentía muy tensa, nerviosa
y asustada, además después de las experiencias pasadas traumáticas y la falta de práctica esa noche
solo hubo besos y sexo oral. Recuerdo que esa misma noche, en la cama me dijo que jamás podría
perdonarse el daño que me hizo refiriéndose a la ex. ¿Lo dijo de corazón?. No lo se con certeza,
nunca lo sabré, sólo se que lo perdoné y empezamos a salir.
Estuvimos juntos varios meses hasta que de nuevo los miedos afloraron, cuando decidimos intentar
el coito recuerdo que yo temblaba como una hoja de papel, él consiguió calmarme bastante, reviví
en mi mente todas las veces que me había visto en la cama con un hombre en una situación
parecida, evidentemente no era lo mismo, esta vez estaba en la cama con un hombre que no tenía
ninguna intención de violarme, pero el miedo me calaba los huesos. Cuando por fin logró
penetrarme yo a penas lubricaba y estaba tan tensa que sentía molestias, estaba demasiado
bloqueada, asustada, traumatizada, no sentía placer, en el mejor de los casos no sentí dolor, de
nuevo las malas experiencias pasadas me hicieron sentir aversión por el sexo y en especial por la
penetración. En el fondo estaba tan tensa porque tenía miedo a volver a sentirme usada, a sentirme
como un agujero, como tantas otras veces, y ese miedo hacía que mi cuerpo reaccionara
rechazando la penetración, no lubricaba, porque en mi interior había una lucha entre el deseo de
sentir dentro de mi al hombre que amaba y el miedo a sentirme usada y la aversión a la penetración.
Por la mañana al despertarnos el me propuso intentarlo, al principio me negué porque tenía que
entrar a trabajar a mediodía y todavía tenía que ducharme, desayunar y arreglarme, él insistió y
según sus cálculos nos daba tiempo, a mi me parecía muy precipitado, me sentía presionada, con el ,
prefería algo mas distendido, sin prisas, pero lo deseaba y al final el amor le ganó el pulso al miedo,
el coito fue breve, yo me sentí mal, decepcionada, pensé que se olvidó de mi, que sólo fui para él un
agujero, me sentí usada, aunque no le expresé como me sentía él se sintió mal también y me dijo
que costaba controlarse, que si los dos no disfrutábamos entonces la relación sexual había sido una
mierda, yo le dije que por lo menos no me había dolido, era mas de lo que yo esperaba, le dije que
no había estado tan mal. Me metí en la ducha, pero no había tiempo, iba a llegar tarde al trabajo, así
que aproveché que soy asmática, para irme de urgencias, y conseguir un justificante médico, para
que no me sancionaran por llegar tarde, me presenté al cabo de un par de horas, mostré el
justificante y de ese modo conseguí salvar la situación. Vi varias llamadas perdidas de él en mi
móvil, cuando llegué me dijo que estaba empezando a preocuparse porque no llegaba, después le
expliqué que había conseguido un justificante medico para evitar una sanción y le envié un correo
electrónico a su cuenta de correo interno de la empresa, diciéndole que el amor que me daba era lo
mas importante para mi, en realidad yo le estaba pidiendo a gritos que me quisiera porque me sentí
mal en nuestra primera vez, no me sentí amada, esperaba que se entregara mas a mí.. Me costaba
mucho expresarle abiertamente lo que sentía, era como una caja hermética. A lo largo de mi vida
había aprendido a no mostrar mis sentimientos por miedo a parecer débil, vulnerable, y que la gente
se ensañara aún mas conmigo, porque viví muchas situaciones de maltrato, y aprendí a desconfiar y
ver enemigos hasta debajo de las piedras, así que mostrar mis sentimientos era para mi mostrarme
débil y vulnerable, algo para mi humillante y ¿para qué decirle me siento usada, si evidentemente
me había usado?, es como decirle a tu enemigo, ¡oye si me das una bofetada me haces daño!, ¡claro
que me había usado!, es que los hombres ven a las mujeres sólo como cuerpos, y se olvidan que
tienen una persona debajo con sentimientos cuando están haciendo el amor, esa era mi creencia, y
mi mente trataba de buscar hechos en la vida real que confirmaran esa creencia, yo tenía tanto
miedo a volver a sentirme mal como en mi pasado que buscaba indicios de que estaban abusando de
mi, en un intento desesperado de evitar que volviera a ocurrirme.
De todos modos, y a pesar de lo mal que me sentía, traté de darle la espalda a ese malestar, pero
aunque le diera la espalda, ese malestar seguía ahí, no iba a desaparecer, y en nuestro siguiente
encuentro, él introdujo un juego novedoso para no caer en la rutina, me dijo: “ convénceme”.
Entonces yo exploté, me había dejado a dos velas la vez anterior, y encima tenía que convencerle yo
a él, el que me tenía que convencer era él a mi para que yo quisiera volver a acostarme con él,
entonces mi mente asustada se adueñó de mi, empezó a tomar el control, empecé a pensar que era
un cabrón que estaba intentando manipularme para aprovecharse de mi, que como todos los
hombres en cuanto tienen una mujer desnuda delante, se olvidan de que somos personas, y nos ven
como agujeros donde meterla, me negué a tener relaciones con él, se mostró molesto y se quedó
dormido, yo no pude pegar ojo en toda la noche, tenía al enemigo en mi cama, así que
aprovechando que estaba dormido, cogí mis cosas me vestí y en medio de la noche huí de su casa.
Al día siguiente me estuvo llamando, mi móvil no paraba de sonar pero yo no quise cogerlo, había
quedado con una chica para ir a una excursión, después al llegar a mi casa, trató de comunicarse
conmigo a través del messenger, pero tampoco le contestaba, hasta que finalmente abrí una ventana
de conversación y le dejé un mensaje diciéndole todo lo que pensaba de él, por otro lado un
compañero de trabajo, dani, que tampoco sentía ninguna simpatía por carlos, me dijo que lo había
visto en una actitud muy cariñosa con una chica en el metro, yo le pregunté a dani si los había visto
besándose, y dani no me contestó claramente que no pero tampoco me dijo que si, de todos modos
yo en la ventana de conversación le acusé de putero y aprovechado, él me aclaró mas tarde, que esa
chica a la que abrazaba en el metro era una amiga que había estado toda la mañana llorando porque
su novio le había sido infiel, que lo había llamado y que había quedado con ella para ofrecerle
apoyo y consuelo. Los días fueron pasando, y cada tarde nos veíamos en el trabajo pero no nos
hablábamos, yo había roto con él, pero lo echaba de menos, así que volví a hablarle por el
messenger, volvimos a ser amigos, recuerdo que en esa conversación le dije que no hiciera caso de
lo que la gente opinara de él, que no lo conocían y él me contestó: ”es curioso que la persona que
mas paranoias se ha montado sobre mi me diga esto”. Yo me limité a escuchar, no quería entrar en
conflicto, sólo pensaba en recuperarlo. Volvimos a quedar como amigos, y mas tarde, volvimos a
retomar la relación, hasta que finalmente volvió a presentarse un conflicto de nuevo. Carlos
estudiaba por las mañanas y trabajaba por las tardes, nos veíamos en el trabajo por las tardes y por
las noches dormíamos juntos, pero en el último mes, llevábamos dos fines de semana que no
quedábamos, y después no nos veíamos por las noches tampoco porque estaba de exámenes, yo me
sentí abandonada, pensé que no estaba enamorado de mi, porque en todo el tiempo que estuvo de
exámenes no se digno ni siquiera a hacerme ni una llamada perdida, y cuando estas enamorado de
alguien realmente necesitas verlo o al menos escuchar su voz cada día, le dije en el trabajo que
estaba molesta porque lo llamé y le pedí que nos viéramos para hablar, y me dijo que quizá el
viernes podría concederme 10 o 15 minutos de su tiempo, como si me estuviera haciendo casi un
favor por darme unos minutos de su tiempo, pero llegó el viernes y no me volvió a comentar nada,
al final acabé diciéndole que me había utilizado únicamente para satisfacer sus necesidades
sexuales, para tener una compañía cuando se sentía solo y para no aburrirse en su tiempo libre, pero
que no sentía nada realmente por mi, que por muy ocupado que estuviera, aún estando en época de
exámenes siempre tienes un minuto para hacer una llamada perdida mientras estas en el lavabo
tirando de la cadena, o para preguntarme como estaba, que eso hubiera sido para mi suficiente para
demostrarme que se acordaba de mí, él me contestó que si me hubiera hecho una llamada perdida
no se hubiera conformado con hacerme una llamada perdida, que hubiera querido llamarme, y que
si me hubiera llamado, no se hubiera conformado con llamarme que hubiera querido verme y
entonces no hubiese estudiado nada y hubiera suspendido los exámenes. Él se pensaba que yo
quería que dejara los estudios para que pasara mas tiempo conmigo, según me explicó en una de sus
anteriores relaciones una ex pareja que tubo quiso que dejara de estudiar para verse mas a menudo ,
yo le dije que si algo valoro en esta vida es la gente que tiene cultura y que tiene estudios, que para
mi los estudios son muy importantes y que por nada del mundo querría perjudicarlo, al contrario,
que yo hubiera sido la primera que lo hubiera apoyado y que le hubiera dicho que se centrara en
estudiar. Esta ultima discusión originó una nueva ruptura, hasta que después de dos años me di
cuenta que era el hombre de mi vida, de lo importante que era para mi, de lo mucho que lo quería y
me dije a mi misma que no me quedaba mas remedio que confiar en él porque lo amo con locura.

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